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Noticias de Chaco

Las empresas privadas se suman a los despidos y continúa el éxodo de multinacionales

Las empresas privadas se suman a los despidos y continúa el éxodo de multinacionales

No sólo el Estado despide personal por decisión del presidente Javier Milei. No sólo con los gobiernos anteriores se iban las multinacionales del país. También las empresas privadas están echando empleados por la depresión económica, que el Gobierno provoca en un intento por bajar la inflación. También las compañías extranjeras se van de la Argentina, pese a que Milei encanta al tercer mayor millonario del mundo, Elon Musk, o a los 150 dueños de grandes fortunas de la Argentina que se reunieron la semana pasada en el Foro Llao Lllao. De hecho, algunos de ellos compraron las filiales de las firmas foráneas que se retiran.

En la lista de las empresas de renombre que despidieron personal este año figuran:

  • Mabe: la mexicana de electrodomésticos, que había comprado la local Drean, echó a 200 empleados en su planta de Luque, Córdoba. No es la única empresa del sector con despidos: la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) denunció 8.000 cesantías.
  • Changomás: la supermercadista de Francisco de Narváez desvinculó a 12 en Paraná.
  • Bimbo: la panificadora mexicana cesó en su trabajo a 20 en Córdoba.
  • PepsiCo: la firma norteamericana de snacks despidió a 36 en Mar del Plata.
  • Topper: la fabricante de zapatillas brasileña, del grupo Camargo Corrêa, echó a 117 en Tucumán.
  • Danone: la láctea francesa exoneró a diez en su fábrica de Longchamps, partido de Almirante Brown.
  • Puma: la alemana de zapatillas despidió a 20 en La Rioja.
  • Ingenio Tabacal: la azucarera de la norteamericana Seabord echó a 38 en el departamento Orán, Salta.
  • El Noble: la empresa de empanadas y otros alimentos congelados desvinculó a 47 en sus instalaciones de Garín, partido de Escobar.
  • Gezhouba: la constructora china, en sociedad con Electroingeniería, despidieron a 2.200 trabajadores que construían las represas hidroeléctricas del río Santa Cruz. Son parte de los 100.000 cesantías que calculó en todo el sector el presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, Gustavo Weiss.
  • América TV: el canal de José Luis Manzano, Daniel Vila y Claudio Belocopitt, dejó en la calle a 29 empleados.
  • Neba: la fabricante de heladeras y freezers echó a 22 en Catamarca.
  • Brigdestone: la japonesa de neumáticos cesanteó a 50 en su planta de Llavallol, partido de Lomas de Zamora.
  • Zijin Mining: la minera china echó a nueve de su proyecto de litio en el Salar de Laguna Verde, Catamarca.
  • GPS: la empresa de seguridad proveedora de Aerolíneas Argentinas dejó a 40 en al calle.
  • Ladrillos Olavarría Sociedad Anónima (LOSA): cerró esta fábrica de cerámicas, donde trabajaban 45 personas.
  • Galfione: la textil propiedad del presidente de la Fundación Pro Tejer, Luciano Galfione, desvinculó a 40 personas en Villa Soldati. El 51% de las empresas del sector encuestadas por esta fundación admitió que en el primer trimestre adoptó medidas que afectó al personal, ya sean despidos, suspensiones, reducción de turnos o cancelación de horas extras .
  • Amesud: la textil de un expresidente de Pro Tejer, Yael Kim, echó a 57.

A las noticias de despidos se suman las de empresas que anunciaron desde diciembre en adelante que se van del país:

  • HSBC, el banco británico vendió su filial argentina a Grupo Financiero Galicia.
  • Xerox, la firma estadounidense de fotocopiadoras, se desprendió de su subsidiaria, que fue adquirida por el grupo local Datco.
  • Clorox, la norteamericana de productos de higiene como la lavandina Ayudín, vendió su firma local al fondo Apex Capital, de capitales guatemaltecos. En la misma operación se fue de Paraguay y Uruguay.
  • Prudential, la aseguradora estadounidense transfirió su compañía argentina al grupo local ST.
  • Nutrien, la empresa canadiense de fertilizantes anunció que se va de la Argentina, Chile y Uruguay.
  • ENAP, la petrolera estatal chilena.
  • Fresenius Medical Care, empresa alemana de servicio de diálisis, vendió su subsidiaria al Grupo Olmos.

Otras empresas extranjeras pusieron en venta sus activos en la Argentina en el gobierno anterior y continúan con su proceso de venta en la actualidad. Son los casos de las áreas de la petrolera estadounidense Exxon Mobil y la cementera Loma Negra, de Camargo Corrêa.

Razones distintas explican los despidos y el éxodo, aunque detrás de ambos fenómenos existe una crisis argentina sin visos de solución. El exsecretario de Desarrollo Productivo José Ignacio de Mendiguren lo atribuye a “la falta de sustentabilidad de lo que [Javier] Milei está planteando porque el equilibrio fiscal se basa en el no pago, no en más ingresos, y lo dicen hasta los que eran sus socios como Carlos Rodríguez”. “Los textiles —se refiere De Mendiguren, exfuncionario de Alberto Fernández, a su sector de origen— ya lo conocen: vamos al atraso cambiario (peso sobrevaluado), apertura irrestricta de importaciones. Entonces ya se anticipan a ese horizonte. Si hay crecimiento, vendrá por los sectores elegidos: minería, gas y petróleo, que son negocios concentrados y dejan poco en el país”.

“La decisión de una multinacional de irse del país tarda por lo menos un año y medio”, cuenta el exministro de Producción Francisco Cabrera. “O sea que la decisión fue tomada hace mucho. Una vez que se toma la decisión, es muy difícil que se cambie, aunque haya cambios en el clima de negocios del país”, agrega Cabrera. La única multinacional que anunció que suspendía su retirada es la eléctrica italiana Enel, que en el gobierno anterior vendió casi todos sus activos con excepción de Edesur, a la que no le pudo encontrar comprador. “Así que ninguna multinacional se fue con este gobierno sino que se van por la sucesión de riesgos que tiene el país. El riesgo país era 700 puntos con (Mauricio) Macri, hoy es 1.200, con Alberto Fernández fue 2.500, pero no me refiero a ese riesgo sino que hay riesgo de volatilidad en este país. Y cuando la facturación y la rentabilidad acá es muy baja, muchas multinacionales deciden sacarse el tema de encima”, completa su análisis el exministro de Macri.

Juan Pablo Ronderos, de la consultora MAP, atribuye los despidos al “cambio de condiciones, que hace que muchas empresas tengan que recortar grasa acumulada en estos años en términos de costos”. “También aplican una agenda de competitividad mucho más amplia. Y la fuerte caída en actividad económica actual acelera esas decisiones”, añade. Respecto de la salida de multinacionales, Ronderos no ve “nada masivo”: “Las pocas que salen es porque ya lo tenían decidido antes y ahora ven algo de interés para poder vender”.

Su colega Hernán del Villar, de Alpha, opina que “ante una recesión se iba a ajustar primero por caída del salario real y después por nivel de empleo”, pero confía en que, “cuando la economía vuelva a crecer, volverán a tomar” empleados. El exsecretario de Industria Fernando Grasso también atribuye las cesantías a la caída de actividad. En cuanto a las multinacionales, Del Villar razona que “no reaccionan por expectativas”: “Hoy la Argentina no les mueve el amperímetro, no venden y es mal negocio y se van. Después eventualmente volverán. Está dentro de las reglas, no debería preocupar”. Otro consultor, en cambio, está perdiendo las esperanzas depositadas en Milei: por un lado, porque considera que muchos inversores ya se desilusionaron con la Argentina después de que Macri emprendiera reformas que Fernández echó para atrás, lo que demuestra la reversibilidad de los cambios; y por otro, porque observa que al presidente actual le está siendo difícil concretas las transformaciones pretendidas.

AR/JJD

Tras días de pasillos a oscuras y clases abiertas, la universidad pública marcha contra el ajuste de Javier Milei

Tras días de pasillos a oscuras y clases abiertas, la universidad pública marcha contra el ajuste de Javier Milei

Una joven tarda casi diez minutos –con parada de hidratación obligada a mitad de la subida– en llegar al piso 16 de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, para rendir Bioquímica. Ahí, a solo una escalera de la cumbre (el edificio tiene 17 niveles, sin contar el subsuelo), los estudiantes se abanican con apuntes, se sacan las camperas. Privados de ascensor, presos de un discurso de época que impone el sacrificio, repasan. La casta y los castigados. 

“Usá las escaleras. Cuidemos la energía”, advierte un sticker del Programa de Gestión Eficiente de Recursos Energéticos de la Universidad. Como los numerosos carteles de salida, cobran otro significado en este contexto. En el piso 9, Victoria, a punto de entrar a su clase de Farmacología, recupera el aliento y habla de forma entrecortada. 

“Durante todos estos años, la UBA sobrevivió gracias a los docentes, a los no docentes, a los estudiantes… creo que va a sobrevivir a esto. Aunque, si no negocian algo, no descarto que el cuatrimestre que viene la facultad cierre por un tiempo”. Planea ir a la marcha del 23 por la educación pública. “Me da miedo de que se ponga peligroso, eso sí. Estoy arreglando para ir con amigos”.

Lucas, vestido con un ambo, cuaderno en mano, cursa el tercer año de la carrera. Tiene confianza, aunque reconoce que la situación es complicada. Como futuro profesional de la salud, sabe que el camino –el que transita y el que le espera– es espinoso. 

Una clase pública en la Facultad de Medicina.

“Esta situación nos afecta a todos. Creo que vamos a salir adelante, pero después de un tire y afloje”. Su presencia en las calles el martes próximo, dice, dependerá de si surge una oferta satisfactoria desde el Gobierno. La insuficiente propuesta oficial, anunciada horas más tarde y rechazada por los gremios, las autoridades universitarias y las agrupaciones estudiantiles augura un participante más en la manifestación.

La marcha de hoy es la derivación de la decisión del Gobierno de prorrogar para este año el presupuesto universitario 2023 sin contemplar que la inflación interanual, tomando en cuenta la medición oficial de febrero último, superó el 270%. Así, las cuentas de las universidades públicas llegaron a tal nivel de asfixia que su funcionamiento entró en una zona de riesgo. Según un relevamiento de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), sin una ampliación, los montos actuales para la financiación de la educación superior nacional serían los más bajos en 27 años.

En las escalinatas de la entrada de la Facultad conviven tres grupos que también decidieron abandonar las aulas. Los alumnos, amontonados, escuchan a las docentes, anotan, pasan el mate. Hay algo íntimo en estas clases, cierto aroma asambleario no intencionado

En la Plaza Houssay, el pasto reemplazó a los pupitres y también se dictan diversas asignaturas. Frente a tanto énfasis en lo privado, estudiantes, médicos y docentes enseñan, aprenden, subrayan y resumen lo público. 

Una doctora del Hospital de Clínicas está terminando de comer. Cuenta que no puede detenerse para dar una entrevista. “Estuvimos en el abrazo y ahora tenemos que atender a nuestros pacientes”. 

El día que apagaron la luz

El sol bajo el cual conviven skaters y futuros médicos brinda un mejor panorama que la oscuridad total que se vive en la Facultad de Ciencias Económicas, ubicada a pocas cuadras. Camila, estudiante de Contaduría, camina bajo la sombra total que prosiguió a las elevadas tarifas de luz. 

–¿Cómo vivís la situación que atraviesa la UBA?

–Complicada. Saber que puede llegar a cerrar es una conmoción, la sensación de que se te puede cortar todo, porque, ¿adónde iríamos?

Tiene, según comenta, “un mal presentimiento”, la intuición de que su casa de estudios puede cerrar. Respeta a los que marchan –“pacíficamente”, aclara–, aunque ella no va a sumarse. Se inclina por otras soluciones, como la auditoría de la Universidad o los convenios entre las autoridades universitarias y estatales.

En un pasillo de muchas lámparas, todas apagadas, una trabajadora no docente se limita a agregar: “Todo está mal, muy mal”. 

La educación como Derecho

A la unión que surge del amor por la Universidad, se suma el poder (y la potencialidad) del espanto por el ajuste. Hasta en la Facultad de Derecho hay clases públicas. De traje, sin pizarrón, ni micrófono, Gustavo Caramelo, profesor de Contratos Civiles y Comerciales expone frente a decenas de estudiantes. Luego de dos horas de debates legales, recibe halagos de tres estudiantes, la consulta de algunos más y se toma una pausa antes de su próxima clase. 

“Me parece que la educación pública es un baluarte de la Argentina, algo que tenemos que defender, más allá de lo que cada uno vote. Muchos estudiantes acá pueden haber apoyado a este Gobierno y no están de acuerdo con las medidas que está adoptando con respecto a la Universidad pública. Estas afectan la posibilidad de desarrollo del país, la movilidad social ascendente, la perspectiva de futuro, la esperanza de que haya generación tras generación con mayor formación que la anterior”, arguye. 

Sus padres no accedieron a la instrucción superior, pero tanto él como su hermano son profesionales. La UBA está inscrita en su ADN desde los trece años, cuando ingresó al Colegio Nacional de Buenos Aires. Sin embargo, resalta la importancia de defender a todas las universidades públicas de todo el país: como la Universidad Nacional de Avellaneda, donde da clases.

“La Facultad de Derecho no siempre se pliega a los movimientos de protesta, pero estamos viviendo una situación tan extrema que hasta el decano dio una clase en las escalinatas”, remata el doctor Caramelo. El 23 va a marchar, remarca, “ejerciendo el derecho constitucional de la comunidad a hacer reclamos ante las autoridades”.

También mirando hacia la avenida Figueroa Alcorta, una docente acababa de impartir la materia La Vía Recursiva en el Derecho Penal. Tres alumnas permanecen sentadas, charlando. Una de ellas es Elisa, estudiante de Abogacía, quien está a punto de terminar la carrera.

“¿Cómo es tener clases públicas? Por un lado, disfrutás de la excelencia académica de los profesores. Por otro, sentís la tristeza de estar afuera por un recorte presupuestario que resulta completamente inaceptable e inadmisible”. 

Elisa lamenta tener que referirse a su próximo recibimiento como un “privilegio”. Al igual que ella, sus amigas van a dar el presente el 23. Las tres están de acuerdo: “Quizás falte más acción por parte de un sector de los estudiantes, pero la gran mayoría defendemos la educación pública y de calidad”.

Una clase pública en la Facultad de Ingeniería de la UBA, el pasado 17 de abril.

Motor psico

En la Facultad de Psicología, la cartelería, tan común en el edificio de la calle Independencia, esta vez sorprende: más allá del color político, las consignas se relacionan con la marcha y el ajuste impuesto por La Libertad Avanza. Recientemente, una masiva asamblea demostró el respaldo a las medidas de fuerza y la solidaridad entre el claustro docente y estudiantil.

En la fotocopiadora pegada al edificio, una estudiante se queja de lo caro que es cursar. Gastó 15 mil pesos, solo en una materia. Precisamente, una de las reivindicaciones más sentidas, junto con la necesidad de aumento presupuestario y de los salarios docentes, es la necesidad de políticas públicas para que todos los estudiantes puedan afrontar la cursada. 

Como recuerdan los afiches, el desmantelamiento de las universidades nacionales no está escindido del crecimiento de los trabajos precarizados entre los jóvenes, o el impacto que sufren por el aumento de servicios y alquileres.

Hacer Historia

La Facultad de Filosofía y Letras no es ajena a las marchas, los paros, la simpatía hacia las luchas de los trabajadores, ni a las disputas políticas e ideológicas. 

Allí, se lee a Marx (el “barbudo” que obsesiona al Presidente) y la izquierda tiene un peso fuerte. Pero lejos de representar una obstrucción a la calidad educativa, la institución cuenta con dos de las carreras mejor posicionadas en el prestigioso Ranking QS de 2024: Lenguas modernas (en el puesto 21) y Antropología (puesto 24).

Para tranquilidad del Presidente, materias como Economía para Historiadores también indagan en la escuela austríaca. Y esto pudo presenciarse en las más de 200 clases públicas con corte de calle que se desarrollaron a lo largo de días e involucraron a casi 5.500 estudiantes y docentes de cátedras muy diversas. 

Luca Bonfante está terminando la carrera de Historia. Es militante del PTS y consejero estudiantil por la lista “La Izquierda al Frente Unidad”. Está convencido de que la marcha educativa –respaldada por las 73 universidades públicas del país, gremios, federaciones, organizaciones, docentes, estudiantes y no docentes– marcará un hito. 

Abrazo al Hospital de Clínicas, también en peligro, ya que depende de la UBA.

A la vez, entiende que, con el renacimiento de un movimiento estudiantil activo (actor histórico indiscutible en la historia nacional), surgen discusiones, preguntas y desafíos. “Entre los convocantes de la jornada del 23 de abril están los radicales, que dirigen la UBA hace años, con miles de docentes ad honorem. Además, impulsan una reforma laboral en el Congreso. Y, sin ir más lejos, junto a peronistas, macristas y libertarios acaban de votarse un aumento escandaloso de sueldos en el Senado, en pleno contexto de ajuste. ¿Nos vamos a conformar con una visión corporativa de los reclamos universitarios? ¿O vamos a apoyarnos en la fuerza de la movilización para responder de conjunto al plan de Milei?”, se pregunta el joven. 

Para muchos estudiantes de Filo –entre ellos, la izquierda–, la resolución emitida por el Consejo Superior de la UBA que limita becas, actividades de extensión, el uso de calderas y de energía representa un “autoajuste”, que puede entenderse como una adaptación a las condiciones existentes. Los debates están abiertos.

Cerca de las 21 horas, la única iluminación en el primer y segundo piso sale de los baños y las aulas. Paradójicamente, los afiches, los textos resaltados, la discusión y las ganas se encienden. La facultad –donde asambleas y un importante cacerolazo con trabajadores y despedidos de distintos sectores exhibieron una adhesión generalizada a la marcha universitaria– canta, como Charly García: 

Ya llegó el día en que estemos juntos

Haciendo todo a pesar del mundo

Paralizando la tierra

El día que apagaron la luz

JB/MG

El Gobierno se encolumna contra la movilización en defensa de la universidad pública

El Gobierno se encolumna contra la movilización en defensa de la universidad pública

El ministro del Interior, Guillermo Francos, cuestionó la convocatoria a la Marcha Universitaria Federal prevista para este martes, al sostener que sus asistentes “todavía no entendieron cuál es la situación del país”. En el mismo sentido, la titular de la cartera de Seguridad, Patricia Bullrich, había dicho más temprano que la movilización le parecía “rara” y que busca “poner en jaque al Gobierno”. Mientras que el portavoz Manuel Adorni aseguró que la discusión presupuestaria “está saldada” y definió a los referentes opositores que asistirán a la convocatoria como un “tren fantasma”.

“Estamos todos entendiendo, salvo los que marchan hoy, que todavía no entendieron cuál es la situación del país”, criticó Francos al llamado de las autoridades educativas y estudiantiles. 

En el marco de un evento organizado por la ADCAP que tuvo lugar en el Hotel Alvear, el funcionario planteó: “Hoy va a haber una marcha muy importante a la que se unen todos. Mucho no tiene que ver las universidades con la CGT, pero de todas formas, está claro que una situación de ajuste económico tan fuerte genera reacción”.

“No hay ninguna duda, el Gobierno es absolutamente consciente”, admitió. 

Adorni: “La discusión con las universidades por presupuesto ”está saldada“

A horas de la masiva Marcha Universitaria Federal, el vocero presidencial Manuel Adorni aseguró que la discusión presupuestaria “está saldada” y aseguró que los referentes opositores que asistirán, a los que definió como “tren fantasma”, politizaron el reclamo.

En la habitual conferencia de prensa en Casa Rosada, el funcionario planteó que si bien “respeta los reclamos que puedan tener los estudiantes genuinamente”, la discusión presupuestaria “está saldada”.

El argumento del gobierno de Javier Milei para dar por terminado el conflicto, a pesar de la aclaración del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) fue la realización del depósito de una nueva actualización del 70% de los gastos de funcionamiento de las Universidades Nacionales, que conforman una parte del presupuesto junto con los salarios del personal docentes y no docentes y los programas especiales.

Para el vocero, la protesta se transformó en “una marcha política”, por lo que propició fuertes cuestionamientos contra los referentes opositores a los que referenció como “el tren fantasma”. 

“Al menos de los que se comentó que iban a participar: Sergio Massa, Axel Kicillof y parte de su Gabinete, Máximo Kirchner, Martín Lousteau, Juan Grabois, dirigentes de izquierda, la CGT, las dos CTAs, movimientos piqueteros, organizaciones sociales”, enumeró, y continuó: “Si alguien cree que esas personas pueden quitarle legitimidad a un gobierno es extraño”.

En la misma línea, calificó: “Es casi un tren fantasma. No le quita, al contrario, le da legitimidad al Presidente como le ha dado legitimidad algunas otras expresiones que han sido desafortunadas”. 

“Para nosotros el tema presupuestario de la universidad y de los hospitales ha sido saldada”, concluyó el vocero a horas de la movilización. 

Según Bullrich, la marcha universitaria es “rara” y busca “poner en jaque al Gobierno”

Por su parte, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, anticipó que activará el protocolo de seguridad en la movilización convocada por autoridades educativas y sostuvo que se trata de una “marcha rara” que busca “poner en jaque al Gobierno”. 

En la previa de la multitudinaria convocatoria, la funcionaria nacional sostuvo que se trata de “una marcha compleja, donde muchos intereses se juntan para querer poner en jaque al Gobierno”, por lo que anticipó que la administración libertaria tomará precauciones. 

De esta forma, Bullrich confirmó que las fuerzas federales trabajan en coordinación con la Policía de la Ciudad de Buenos Aires para monitorear la medida de protestas y la activación del protocolo. “Vamos a respetar el protocolo que hemos planteado, en el marco del tipo de marcha que encontremos hoy en la calle”, sostuvo al respecto. 

“Llamo a la reflexión porque el país entero está en un momento en el que debe ajustarse. Esto lo saben los estudiantes y profesores. Es una marcha rara. Hay demasiados intereses que se juntan”, desarrolló en declaraciones televisivas desde la puerta de su casa. 

Previo a dar asistencia en la reunión de Gabinete en Casa Rosada, la dos veces ministra de Seguridad planteó: “En los últimos días se les ha dado un presupuesto importante a las universidades y la verdad es que todos los sectores de la sociedad están necesitando tener un presupuesto menor porque todos necesitamos salir de la crisis brutal que la Argentina está”. 

“Es necesario que todos los sectores comprendan el momento histórico”, remarcó, y agregó: “Ayer lo dijo el Presidente bien clarito: necesitamos tener déficit cero, bajar la inflación para comenzar a crecer”.

Asimismo, Bullrich subrayó que “ese camino no se tuerce más allá de los Massa, los Kicillof, la CGT y la CTA, y el elenco estable que hoy se va a movilizar”, y anticipó: “No importa cuántos sean porque hay millones de estudiantes que comprenden muy bien lo que el Gobierno está haciendo”.

Por último, cargó contra los referentes políticos que convocan a movilizar, como Axel Kicillof y Sergio Massa, a quienes acusó de irresponsables y de “bloque el camino” del Gobierno. “Me parece una falta total y absoluta de responsabilidad, de asumir que el país necesita salir de la crisis permanente que nos ha llevado a este nivel de pobreza. Queremos salir de la pobreza, encontrar un camino y quieren bloquearte ese camino. Vamos a seguir adelante, es un auto sin marcha atrás”, concluyó.

Con información de agencias.

IG

A pocas horas de la marcha universitaria, renunció un funcionario clave del Ministerio de Capital Humano

A pocas horas de la marcha universitaria, renunció un funcionario clave del Ministerio de Capital Humano

A pocas horas de la marcha federal educativa que tendrá lugar en Plaza de Mayo, se conoció una nueva baja en el Ministerio de Capital Humano que conduce Sandra Pettovello. Se trata del ingeniero Maximiliano Keczeli, quien se encontraba al frente del área de legales de la cartera a cargo de la interlocución con las universidades. A mediados de febrero, había sido nombrado como interventor interino del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA). Según pudo saber elDiarioAR, el argumento formal de su salida es que el hasta hoy funcionario se encontraba “desbordado” y que su deseo era volver a la actividad privada.

Keczeli ocupó tres lugares en el organigrama del Gobierno en estos cinco meses de gestión. El 5 de enero fue designado al frente del Consejo de Políticas Sociales y, solo nueve días después de aquel nombramiento, pasó a la secretaría de Coordinación Legal, también bajo la órbita de Pettovello.

Maximiliano Keczeli, ex Secretario de Coordinación Legal y Administrativa del Ministerio de Capital Humano.

Su nombre tuvo mayor repercusión pública a partir de ser nombrado como interventor del INCAA. Según el decreto publicado en el Boletín Oficial en febrero, el cargo de Keczeli era “ad honorem” y se mantendría hasta que se “cubran los cargos vacantes”, con el fin de “asegurar la continuidad y eficiencia de los servicios mínimos y esenciales y el cumplimiento de las obligaciones legales a cargo del Instituto”. Además, se remarcaba que “la presente medida no genera erogación presupuestaria adicional al Estado Nacional”. Keczeli mantuvo ese puesto hasta la designación formal de Carlos Luis Pirovano como titular del instituto, a comienzos de marzo.

Esta semana, en tanto, se supo que finalmente Javier Milei ordenó el cierre del INCAA con el fin de reubicar al personal y reasignar sus respectivas tareas. De acuerdo a lo que pudo saber elDiarioAR, todos los empleados recibirán una licencia obligatoria hasta que finalice la reorganización de la entidad, que se llevará a cabo en los próximos días. A través de la Resolución 62/2024 del Boletín Oficial se oficializó la medida este lunes 22, donde se detalló cómo quedó conformado el organigrama de la entidad.

El mapa de la marcha universitaria en CABA

El mapa de la marcha universitaria en CABA

Este martes 23 de abril, los estudiantes y docentes de las distintas universidades públicas del país se concentrarán para marchar contra las políticas del gobierno de Javier Milei.

El reclamo comenzó por la Universidad de Buenos Aires (UBA), que a principios del mes se declaró en emergencia presupuestaria. Luego se sumaron otras universidades nacionales, dándole el formato de Marcha Universitaria Federal la Confederación General del Trabajo (CGT) y las dos CTA.

Bajo el lema “En defensa de la educación pública”, la movilización comenzará a las 15.30 en la plaza del Congreso Nacional, en la esquina de las avenidas Callao y Rivadavia. Desde allí se trasladarán hacia Plaza de Mayo, donde a las 18 leerán un comunicado elaborado de forma consensuada entre la UBA, todas las facultades y otras universidades nacionales.

Las trece facultades de la UBA comenzarán la concentración en sus respectivas sedes, formando distintas columnas para marchar en conjunto. Donde habrá una mayor acumulación de estudiantes será en Plaza Houssay, desde las 14.30. En el acto principal se juntarán las autoridades de la UBA, rectores de universidades públicas, alumnos, representantes del cuerpo docente y no docente.

Marcha nacional universitaria

Cuáles serán los principales puntos de concentración de manifestantes

  • La concentración principal se llevará a cabo el martes a partir de las 15.30 horas en el Congreso Nacional.
  • La cuenta oficial de la Universidad de Buenos Aires sumó como segundo punto de encuentro la Plaza Houssay, donde algunos se encontrarán a las 14.30.
  • La Facultad de Ingeniería de la UBA puso a disposición también las sedes de Las Heras y Paseo Colón como otros puntos de partida.
  • Cualquiera sea el punto de inicio, todos se encontrarán en el Congreso a las 15.30. Desde allí partirán en dirección a Plaza de Mayo. Arribarán cerca de las 17 y a las 18 leerá un documento redactado en conjunto frente a la Casa Rosada.
Marcha universitaria en todo el país

Las instituciones universitarias que participarán de la marcha se encuentran distribuidas en diversas provincias argentinas, incluyendo:

  • Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA)
  • Provincia de Buenos Aires (PBA)
  • Entre Ríos
  • La Rioja
  • Chubut
  • Córdoba
  • Santa Fe
  • Catamarca
  • Neuquén
  • Tucumán
  • Chaco
  • San Juan
  • San Luis
  • Santiago del Estero
  • Jujuy
  • Formosa
  • Misiones
  • Río Negro
  • Salta
  • La Pampa
  • Corrientes
  • Tierra del Fuego
  • Santa Cruz

NB