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Con la mira en el PRO, Milei espera los resultados de la elección porteña como si fuera el candidato

Con la mira en el PRO, Milei espera los resultados de la elección porteña como si fuera el candidato

El Presidente canceló su presencia en el Vaticano para dirigir desde Buenos Aires una jornada que lo tiene como principal protagonista. Votó, atacó a Macri y volverá a instalarse en el Hotel Libertador como en 2023. Prepara un discurso, gane o no Adorni.

La pelea por un video falso reaviva la guerra entre Milei y Macri

A las 11:22 de la mañana, Javier Milei entró a la UTN de Medrano como si estuviera cumpliendo un trámite. Saludó, votó en la mesa 02208 y se retiró sin estridencias. Nada que ver con la postal de 2023, cuando la militancia lo escoltaba como a un profeta. Esta vez no hubo ruido de motosierra, ni demasiados coros de “la casta tiene miedo”. Apenas una calle repleta de cronistas, algunos curiosos y pocos militantes. “Es que el candidato es Manuel”, deslizó Santiago Oría, el “cineasta” de la Casa Rosada, ante los cronistas presentes. Y sin embargo, todas las cámaras apuntaban al Presidente.

Karina Milei, que no vota en la Ciudad, lo acompañó como de costumbre. También estaba Iñaki Gutiérrez, el renacido influencer caído en desgracia al poco tiempo de iniciado el Gobierno. A esa hora, el candidato de La Libertad Avanza, Manuel Adorni, todavía no había votado. Lo haría más tarde, en el Bajo Flores, en una escuela católica. Lo escoltaba su esposa, pero no el Presidente. Hasta última hora del sábado se evaluó que Milei lo acompañara para capitalizar la escena. Finalmente, se decidió lo contrario: que cada cual hiciera su parte, y que el reencuentro se diera por la tarde, en el búnker.

El presidente Javier Milei votó en las elecciones porteñas en la sede de Almagro de la UTN. Allí, acusó a Mauricio Macri de

La elección es local, pero el clima es nacional. La campaña, corta y áspera, dejó heridas abiertas: el video falso hecho con inteligencia artificial que anunciaba el retiro de la candidatura de Silvia Lospennato detonó una denuncia penal del PRO y una respuesta frontal del Presidente. “Que dejen de llorar, son de cristal”, dijo Milei frente a los micrófonos de C5N, cuando salía de votar. “Está hecho un llorón”, añadió. El destinatario, sin eufemismos, era Mauricio Macri. La bronca por la denuncia de “fraude digital” se sumó a semanas de roces soterrados y terminó de dinamitar los puentes en el bastión amarillo.

Al momento de emitir su voto, Adorni trató de despegarse del escándalo. “Es repudiable que acusen a La Libertad Avanza”, dijo, sin demasiado énfasis, cuando le preguntaron por el video viralizado por cuentas vinculadas a la tropa libertaria. Entre ellas, la de Daniel Parisini, mejor conocido como el “Gordo Dan”, el mismo que entrevistó a Milei durante casi seis horas en su programa del canal streaming Carajo y se convirtió en el influencer de cabecera del oficialismo. Aunque su nombre aparece en las conversaciones internas, Adorni evitó mencionarlo. En una jornada atravesada por el malestar con el PRO, cada palabra podía sumar o restar.

Después de votar, Milei volvió a Olivos. Cerca de las 15.30 se trasladará al Libertador, el hotel del centro porteño que fue su trinchera durante la campaña 2023 y que hoy volverá a operar como centro de operaciones. Lo hará acompañado por su círculo más estrecho. En el piso 18, lo esperarán Karina y el resto de los arquitectos de su estrategia política. Adorni y los ministros estarán en el piso 21. La prensa —la poca que pudo ingresar debido a las trabas que puso la organización del evento, a cargo de La Libertad Avanza porteña— y el resto de la dirigencia, se ubicarán en el Salón Grand Bourg del primer piso.

Javier Milei al salir de emitir su voto en el barrio porteño de Almagro.

En definitiva, todo replicado como hace dos años, con pequeños ajustes estéticos que Karina prefirió mantener bajo control. La idea de armar un escenario al estilo Donald Trump, con banderas colgantes, fue descartada: el modelo de noviembre de 2023 sigue siendo la matriz. El cierre de los comicios está previsto para las 18, y el Gobierno espera resultados rápidos gracias a la Boleta Única Electrónica. Para las 20, dicen en el oficialismo, podría haber un escenario claro.

Milei prepara un discurso, gane o no su candidato. En su entorno repiten que esta noche no se juega solo una elección porteña, sino la posibilidad de consolidar una nueva mayoría. Una victoria de Adorni —o incluso una buena elección— sería, según esa lógica, el empujón necesario para cerrar un acuerdo con el PRO en la provincia de Buenos Aires (“Eso está muy avanzado, a pesar de que no quiera Macri”, espetó el Presidente este domingo) y, más adelante, para robustecer la apuesta de llevar a la ultraderecha al control del Congreso en 2025.

La Casa Rosada suspendió el viaje que Milei iba a realizar a Roma para asistir a la misa de asunción del papa León XIV, como se había anunciado la semana pasada. El mandatario prefirió quedarse en Buenos Aires y hacer base en la Ciudad. Un dato llamativo: esta vez, eligió la disputa doméstica con Macri antes que la postal internacional.

PL/MG

Se vota hoy en la Ciudad de Buenos Aires, en una elección que será determinante para las disputas nacionales

Se vota hoy en la Ciudad de Buenos Aires, en una elección que será determinante para las disputas nacionales

Javier Milei y Mauricio Macri miden su fuerza a través de sus candidatos para la Legislatura porteña. El Presidente apuesta todo a Adorni, el PRO se aferra a su bastión, el peronismo va por una victoria histórica y los disidentes incomodan. En la Ciudad, se elige quién escribe el libreto de la derecha del futuro.

Con las campañas cerradas, la votación en CABA resetea la política nacional y pone a prueba liderazgos y estrategias para 2027

Durante un mes y medio, la ciudad de Buenos Aires fue el escenario de una campaña atípica: corta, intensa y atravesada por el duelo no resuelto de la derecha. Mientras algunos candidatos buscaban votos, otros buscaban revancha. Las recorridas se solaparon con los reproches, los afiches con las traiciones, y los cierres de campaña con la sensación de que, esta vez, se vota más que bancas. La elección porteña de este domingo pone en juego 30 escaños en la Legislatura, pero también es un referéndum tácito sobre quién tiene la hegemonía del voto opositor al kirchnerismo, cuál es el verdadero músculo del Gobierno en territorio porteño y cuán lejos puede llegar la crisis del PRO.

En un distrito gobernado por la misma fuerza desde hace casi dos décadas, la elección se volvió una disputa por el futuro de ese legado. El PRO, que alguna vez fue sinónimo de orden en la Ciudad, llega dividido, con las que fueran sus principales figuras enfrentadas y con su base electoral amenazada por el avance libertario. La Libertad Avanza, que busca marcarle la cancha a Macri en su bastión, enfrenta su propio dilema: consolidar una identidad sin aparato, con un candidato sin trayectoria territorial. Y en ese cruce, el peronismo —históricamente marginal en CABA— aparece por primera vez con chances de liderar la votación. Lo que parecía una contienda legislativa terminó transformándose en un posible ensayo general del nuevo mapa a nivel nacional.

La Libertad Avanza: Adorni es Milei (¿pero el electorado lo sabe?)

El cierre de campaña en Parque Mitre buscó decirlo sin rodeos: “Adorni es Milei”. La frase se repitió en carteles, discursos y gestos. Javier Milei suspendió su viaje al Vaticano y se subió al escenario con su vocero para consolidar esa imagen. Manuel Adorni, sin agrupación, sin aparato y sin territorio, es el candidato de Karina Milei, la figura más poderosa del armado libertario en la Ciudad. Pero también es un experimento: llevar al primer plano electoral a un funcionario cuyo capital político es su exposición mediática.

La campaña fue deliberadamente austera: pocas actividades presenciales, caminatas breves, sin globos ni liturgias tradicionales. La estética del mileísmo porteño se sostiene en la narrativa de la pureza: Adorni no representa una fuerza política, sino un discurso. Por eso, la estrategia incluyó evitar el debate en TN —“discrimina a los candidatos menos conocidos”, dijeron— y apostar por el evento oficial.

Milei fue el orador principal del cierre de campaña de Adorni en Parque Mitre.

El problema para el oficialismo es que, aun con todo ese despliegue, Adorni todavía no lograría que el grueso del electorado lo identifique automáticamente con Milei. En Casa Rosada lo admiten: “Hay gente que lo ve todos los días, pero no sabe que es candidato”. El spot presidencial buscó resolver eso. El acto en Recoleta también. Pero la incógnita persiste.

A eso se suma la amenaza de Ramiro Marra, el candidato díscolo. Su sola presencia fragmenta el voto libertario. Su campaña digital —con la instalación de un discurso estigmatizante para con las personas en situación de calle, a quien denomina como “fisuras”— lejos estuvo de ser silenciosa. Y aunque no tiene el respaldo de Karina Milei, su apellido todavía rankea.

El PRO: cierre con escenografía de unidad, clima de divorcio

El jueves por la noche, el PRO montó su acto de cierre en el Club 17 de Agosto, en el barrio de Villa Pueyrredón. En el escenario 360°, Mauricio Macri y su candidata, Silvia Lospennato, compartieron elogios, agradecimientos y arengas. Pero el clima estaba lejos del triunfalismo: los globos amarillos ya no alcanzan para tapar la interna.

El PRO llega golpeado, sin la UCR, sin la Coalición Cívica y sin Confianza Pública. Su armado es más endogámico que nunca. Pero eso no impidió que Macri intentara relanzar su liderazgo con una frase significativa: “El PRO está unido y está de pie otra vez”. Más allá del voluntarismo, lo que realmente está en juego es su control sobre el electorado antikirchnerista, ante el avance libertario.

Silvia Lospennato cerró la campaña con un acto 100% PRO

Lospennato, primera candidata, cargó con el peso simbólico de la ley de Ficha Limpia. Su derrota en el Senado, leída por muchos como una maniobra de La Libertad Avanza, le dio volumen a su discurso anticasta. Pero también dejó heridas: el fracaso legislativo, dicen en su equipo, fue intencional y estratégico. Una forma de negarle una victoria simbólica a días de los comicios.

El macrismo endureció su retórica en la recta final. Desde el escenario, Lospennato pidió: “Que los decentes elijan gente decente”. La diputada buscó despegarse de la nacionalización de la campaña. Pero todo el acto se leyó como parte de una estrategia mayor: contener la fuga hacia Milei, resistir el avance de Karina y blindar lo que queda del proyecto PRO.

Leandro Santoro: el peronismo que quiera dar el batacazo

Leandro Santoro no solo lidera la mayoría de las encuestas. También es el primero que, desde el peronismo, tiene una chance real de ganar una elección porteña desde que existe el macrismo. Su cierre de campaña, en la Facultad de Medicina de la UBA, apuntó a las emociones: evocó al papa Francisco, a Pepe Mujica, a la universidad pública y a la “ética del cuidado”. Fue un acto político, pero también un manifiesto ideológico.

Leandro Santoro durante su cierre de campaña en la Facultad de Medicina de la UBA.

Santoro sabe que su capital es doble: ser conocido, pero no “quemado”, como sí ocurre con otras figuras que supieron encabezar listas porteñas del peronismo. Representar al kirchnerismo, pero sin repetir su liturgia. En su discurso, denunció el ajuste, defendió la salud pública y atacó el modelo libertario. “Se traicionan entre ellos. Eso es lo que le va a pasar a la Argentina si no frenamos este modelo”, sentenció.

La coalición que respalda a Santoro —“Es ahora Buenos Aires”— incluye al PJ porteño, La Cámpora, el Frente Renovador y otras fuerzas menores. En el espectro peronista, por fuera de esa lista, estarán Juan Manuel Abal Medina (Justa, Libre y Soberana) y Alejandro Kim (Principios y Valores) que se presentan con sus respectivas ofertas. En un escenario fragmentado, Santoro puede ganar aun sin romper el techo.

Larreta y Marra: los exiliados que incomodan

Horacio Rodríguez Larreta eligió otro camino. Se fue del PRO, fundó su propio espacio (Movimiento al Desarrollo) y se alió con Graciela Ocaña. No hizo actos masivos. Optó por recorrer barrios, dar entrevistas y pedir perdón. “Fui el responsable de traer a Jorge Macri”, dijo en un streaming. Su apuesta es simbólica: marcar diferencia con el macrismo duro y mantenerse como opción moderada.

No espera ganar. Busca sostener presencia, construir capital legislativo y dejar claro que no está fuera del juego. Su figura aún genera ruido dentro del PRO, donde muchos no le perdonan la interna de 2023. Pero su presencia en la boleta obliga a recalibrar el reparto final de bancas.

Adorni, Santoro, Larreta, Marra y Levy serán los contrincantes de la aún posible primer candidata del PR, Lospennato.

Del otro lado, Marra representa la primera gran fractura del mileísmo. Fue expulsado por Karina Milei, desplazado del bloque y desautorizado públicamente. Pero siguió en carrera con su sello propio. Su nombre, asociado a la primera etapa libertaria, sigue teniendo peso. No tiene chances de ganar, pero puede arrastrar lo suficiente como para hacer perder a Adorni.

La UCR, la izquierda y la disputa por una banca

El radicalismo porteño apostó por Lula Levy, una figura joven y con discurso renovador. Con el respaldo de Martín Lousteau, Evolución cerró filas con el Partido Socialista y el GEN. Su acto en Vorterix reunió a buena parte del progresismo no peronista, en un intento por recuperar visibilidad frente a los bloques mayoritarios. Levy criticó a la “clase política marciana” y buscó conectar con los sectores medios desencantados con el mileísmo y el PRO.

La Coalición Cívica, en cambio, va en solitario. Paula Olivetto encabezó una campaña discreta, orientada a mantener su representación. Un caso similar al de Ricardo Caruso Lombardi: el MID busca ampliar su bloque con el ingreso del extécnico de San Lorenzo, cuya campaña se extendió por las calles porteñas.

El Frente de Izquierda, por su parte, se presenta unido con Vanina Biasi como principal figura, mientras que el Nuevo MAS, de Manuela Castañeira, va con Federico Winokur. Son todas fuerzas que compiten con un objetivo claro: llegar. En un escenario donde la nacionalización del debate eclipsó las propuestas locales, mantenerse dentro del recinto ya es una victoria.

La diputada y candidata porteña por el Frente de Izquierda Vanina Biasi

Es que este domingo no hay jefatura de Gobierno en disputa, ni cargos nacionales en juego. Pero el resultado de este domingo podría reconfigurar algo más profundo que la composición de la Legislatura porteña. En una Ciudad históricamente refractaria al peronismo, dominada por el PRO durante casi dos décadas y ahora acechada por el avance libertario, cada voto vale más que una banca: puede definir liderazgos, dinamitar alianzas o consolidar proyectos que piensan 2027 desde ahora.

Para el oficialismo nacional, es una oportunidad para medir cuánto pesa la marca Milei sin Milei en la boleta. Para Karina, el test de su poder de armado puro. Para el PRO, la posibilidad de frenar el retroceso en su bastión. Y para el peronismo, la chance de convertir un terreno hostil en una virtual base electoral. La Legislatura es el escenario, pero el verdadero botín es el poder.

PL/MG

La Legislatura porteña renueva la mitad de sus bancas y empieza a tejer el mapa nacional

La Legislatura porteña renueva la mitad de sus bancas y empieza a tejer el mapa nacional

Se renuevan 30 de las 60 bancas, pero es mucho más que eso. El resultado del domingo será clave para reinterpretar la expectativa de poder y el marco de las alianzas políticas. La gobernabilidad del PRO y la pelea de LLA por convertirse en garante del voto antikirchnerista.

Más que una elección legislativa: el voto en la Ciudad llega como termómetro de la disputa nacional

Para el PRO, es una lucha por la supervivencia política. Para La Libertad Avanza, la posibilidad de eliminar al PRO y posicionarse como el único garante del voto anti kirchnerista. Para el peronismo, una ventana de oportunidad para posicionarse de cara a 2027. Para Horacio Rodríguez Larreta, la oportunidad de renacer de las cenizas. En la elección del domingo, la Legislatura pone en juego 30 de las 60 bancas, pero no solo eso. El resultado de este 18M dará cuenta del nuevo mapa político de la era Milei. 

Hay 2,5 millones de personas registradas para votar en la Ciudad de Buenos Aires que definirán, con su voto, la renovación de la mitad de la Legislatura porteña. Son, en total, 17 las listas que competirán para ingresar a la Legislatura a partir del 10 de diciembre: una muestra de la fragmentación caótica a la que, la eliminación de las PASO y la atomización política, han llevado a la elección local más importante de los últimos 20 años. 

Manuel Adorni, Leandro Santoro, Silvia Lospennato y Horacio Rodríguez Larreta, candidatos a legisladores porteños.

Frente a la dispersión, sin embargo, la atención está centrada en seis candidatos: Silvia Lospennato (PRO), Manuel Adorni (LLA), Leandro Santoro (UxP), Horacio Rodríguez Larreta (ex PRO) y Ramiro Marra (ex LLA). En una elección pareja, con encuestas que ofrecen más empates técnicos que certezas, y el fantasma de un elevado nivel de ausentismo, la diferencia de votos que estos seis candidatos saquen entre sí será clave para reinterpretar la expectativa de poder y el marco de las alianzas políticas de los próximos dos años.

El resto de los candidatos, mientras tanto, batallarán para superar el piso del 3% y, a partir de ahí, disputar para lograr anotarse alguna banca más. Este es el caso de la radical Lucille Levy (Evolución), Vanina Biasi (FIT), Paula Oliveto (Coalición Cívica), Juan Manuel Abal Medina (Justa, Libre y Soberana) y Alejandro Kim (Principios y Valores), entre otros. 

Qué pone en juego cada fuerza en la Legislatura

En tanto oficialismo cuya gobernabilidad está puesta en juego, nadie se juega tanto en esta elección como el PRO. Jorge Macri tiene todavía dos años más por delante para gobernar la Ciudad, y necesita sostener el control de la Legislatura si quiere llegar bien parado para 2027. 

De las 12 bancas que tiene Vamos por Más (que es la coalición oficialista que lidera el PRO), el macrismo pone en juego 6 bancas. De esas 6, sin embargo, solo 2 son realmente PRO y responden a Darío Nieto (el jefe de bloque), ya que hay 2 que responden a Larreta (Claudio Romero y Emmanuel Ferrario) y 2 que son de la Coalición Cívica (Hernán Reyes y Cecilia Ferrero). 

El jefe de gobierno porteño, Jorge Macri, en el acto de cierre del PRO

Para el comando de campaña del PRO, sin embargo, una “buena elección” no es cuantificable en términos numéricos. Estiman que, incluso en los peores escenarios, el macrismo podrá sumar unas 6 o 7 bancas más. Un incremento cuantitativo y cualitativo, ya que, a diferencia de la lógica coalicionista del último par de años, el PRO se asegura de que los que ingresen serán “puros” que responden a los primos Macri. 

La clave del resultado, insisten, es relacional. Es decir: cómo se posiciona el PRO con respecto a la lista de Adorni, ya que de eso dependerá la dinámica de relación con los aliados. El objetivo principal, la fantasía más febril, es ganarle a LLA. En el macrismo descuentan que Leandro Santoro saldrá primero, y no les preocupa: “El kirchnerismo va a sacar lo que saca siempre, 28 puntos como mucho. Pero LLA sí se juega mucho. Si logramos ganarle a Adorni, que nos tiró todos los tanques y el aparato oficial, tenés un triunfo simbólico que no es menor”, razona una de los principales dirigentes porteños del macrismo. 

Afiche de Silvia Lospennato

Incluso saliendo terceros, pero con solo 1 o 2 puntos de diferencia de Adorni, el PRO –el mismo PRO que, hace unos años, sacaba casi el 50% de los votos– festejará. El objetivo es enviar un mensaje al resto de los partidos, que son necesarios para tejer alianzas en la Legislatura, de que el PRO continúa vivo. “Es expectativa de poder. A nosotros nos desafiaron en nuestra Ciudad, necesitan ver que nos la bancamos. De eso depende de que se te animen o no”, explican en el bunker de campaña ubicado en la calle Balcarce.

El bloque libertario, mientras tanto, pone en juego 6 de sus 8 bancas, dos de ellas ocupadas por bullrichistas que hicieron su pase a las fuerzas del cielo: Juan Pablo Arenaza y María Luisa González Estevarena. De los entrables, sin embargo, Patricia Bullrich logró colocar a uno propio, que no es otro que Arenaza. 

Para el Gobierno nacional, la pelea en la Ciudad es una excusa para terminar de barrer al PRO del mapa político y asegurarse, así, la hegemonía del voto de derecha. “Ganarle al PRO en CABA es como ganarle a Cristina en La Matanza. Si lo conseguimos ya está, octubre después está resuelto”, explica un importante armador libertario porteño. El objetivo es sacarle más de 5 puntos de ventaja a Lospennato y anotarse, así, unas 7 u 8 bancas que les permitan hacerle la vida imposible a Jorge Macri durante los dos años de gestión que le quedan. Una política que, la jefa de bancada Pilar Ramírez, comenzó a poner en práctica el año pasado. 

El vocero y candidato a legislador porteño Manuel Adorni.

“Los libertarios quieren sangre”, reconocen en el bloque amarillo, en donde han tenido dificultades hasta para aprobar el Presupuesto debido a la rebeldía de Ramírez. Hasta ahora, sin embargo, Macri ha logrado sostener la gobernabilidad a través de un mapa de alianzas con el radicalismo, el MID y el libertario excomulgado, Ramiro Marra. Su capacidad de retener el control de esas alianzas, sin embargo, dependerá del resultado del domingo. 

La UCR, por ejemplo, se juega 3 de sus 8 bancas, y buscará retenerlas de la mano de la dirigenta estudiantil, “Lula” Leavy. Confianza Pública y Republicanos Unidos, mientras tanto, renuevan una banca cada uno. Este grupo, así como los lilitos de la CC, representan las esquirlas de lo que quedó de Juntos por el Cambio: una inagotable fuente de acuerdos para el PRO que, sin embargo, podría fracturarse si los aliados ven débil al oficialismo. 

Larreta, incluso, ya comenzó a tantearlos con la expectativa de rearmar una suerte de JxC 2.0 que sea opositor tanto al gobierno de Milei como al de los Macri. El ex jefe de Gobierno porteño quiere volver a conducir la Ciudad y planea utilizar su banca en la Legislatura como un trampolín para 2027. Y, para llegar, necesitará de la mayor cantidad de aliados posibles. Mantiene buen vínculo, incluso, con un sector del peronismo, que este domingo renovará 8 de sus 18 bancas. Un buen vínculo que podría significar, a partir de diciembre, una inagotable fuente de dolores de cabeza para Jorge Macri en lo que le queda de su gestión.

MC/MG

Elecciones en CABA 2025

Elecciones en CABA 2025

Se renuevan 30 de las 60 bancas de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.

Las elecciones legislativas de la Ciudad de Buenos Aires (CABA) se realizan este domingo 18 de mayo.

Los Milei y los Macri, en un cara a cara para reordenar a las derechas

Los Milei y los Macri, en un cara a cara para reordenar a las derechas

Trazos indelebles del expresidente al ultra. El fundador del PRO, entre su reinvención y el riesgo de la jubilación y la extinción de su partido. Hipótesis de cogobierno en la Ciudad. Escenario desconocido: un resultado que rechace las pasiones tristes de los Hermanos.

La irrupción de Javier Milei en el escenario político despierta un debate a la hora de definir su perfil. Un postulado indica que se trata de un populismo de derecha, especie de contracara del kirchnerismo. Otro, que representa un eslabón más de los ensayos económicos liberales, de esos que “integran a Argentina al mundo”, del estilo de Martínez de Hoz, Menem y Macri, con los ribetes singulares que emanan de los Hermanos que aman a los Perros.

También circula la mirada de que Milei es el exponente más extremo y uno de los más exitosos de la ola de ultraderecha, o alt-right o post-fascista que recorre el mundo. Un fenómeno global que se explica por la fase de desarrollo del capitalismo.

Las tres acepciones citadas conviven sin excluirse entre sí, pero la elección de hoy en la Cuidad invita a poner los pies en la tierra y observar los trazos que condujeron a esta aparente rivalidad en la que varias derechas se muestran los dientes.

Hay razones para suponer que un gobierno en el que Federico Sturzenegger, Luis Caputo y Patricia Bullrich ocuparon puestos de máxima responsabilidad —el de Mauricio Macri— se parece bastante a un gobierno en el que Federico Sturzenegger, Luis Caputo y Patricia Bullrich ocupan puestos de máxima responsabilidad —el de Javier Milei—. No están solos. Un importante dirigente con peso territorial que se mudó del PRO a La Libertad Avanza afirma haber computado 150 funcionarios del Gobierno nacional que pertenecieron a la administración Cambiemos (2015-2019).

Sturzenegger, Caputo y Bullrich dejan saber que el Ejecutivo de Macri les ató las manos a la hora de completar la faena. Entre el precepto de avanzar de a poco, los balances dentro de la coalición y las idas y vueltas del entonces presidente, las “reformas estructurales” quedaron a mitad de camino, dicen los tres ministros. Con Milei es distinto, porque parece gozar con las víctimas de la motosierra, las agravia, las difama, las niega, a la espera del paraíso de convertir a Argentina en Singapur en poco tiempo.

Hay razones para suponer que un Gobierno en el que Sturzenegger, Caputo y Bullrich ocuparon puestos clave —el de Macri— se parece bastante a un Gobierno en el que Sturzenegger, Caputo y Bullrich ocupan puestos clave —el de Milei—

El tiempo dirá cuál de las dos experiencias llegó más a fondo. Si se mide por el endeudamiento con el FMI, el Caputo de Macri ocupa el primer puesto en la historia del organismo; el Caputo de Milei, el segundo. En el recorte a las jubilaciones, el ultra y el fundador del PRO empatan (20%), y en cuanto a las víctimas por las represiones salvajes por las que Bullrich saca pecho, tampoco surgen mayores diferencias.

De todas formas, las estadísticas indican que los recortes de Milei son mucho más draconianos que los implementados por Macri en sus primeros dos años, y que el objetivo de reducir la volatilidad es ahora palpable. El ultraderechista está aniquilando el Conicet y las universidades; con su predecesor en la Casa Rosada, se trató de ajustes más clásicos para su signo político.

El resultado es distinto, pero ambos anclaron sus políticas en una narrativa que acusa a los organismos de derechos humanos de medrar en un curro y, a los científicos, de perder recursos en trabajos sobre el Rey León o el ano de Batman, en una avanzada ignorantista muy difundida por panelistas de la tele. En otra invariante, las pantallas del Grupo Clarín y el eficaz Alejandro Fantino se muestran esenciales para diseminar líneas argumentales que encuentran terreno fértil en “la gente”.

Jorge Macri y Javier Milei confraternizan frente a un celular

En la misma línea, la acusación verosímil de que con el sistema de obra pública Kirchner-Lázaro Báez “se robaron todo” le valió a Macri para pegarle un sablazo al presupuesto para construir cloacas y privilegiar ejes de interés de su familia (soterramiento del Sarmiento, parques eólicos, Paseo del Bajo). Milei, en cambio, canceló la obra pública, decisión temeraria de la que ya se perciben sus consecuencias catastróficas.

El juego que viene

“En el Gobierno nacional, sabemos muy bien por dónde pasó la motosierra: pasó por jubilados y por la obra pública”, sentenció esta semana la primera candidata a legisladora del PRO en la Ciudad, Silvia Lospennato.

La intervención de la candidata elegida por los Macri conduce a otro trazo para entender, ya no la continuidad entre narrativas y nombres desde el PRO a La Libertad Avanza, sino el entramado del proyecto político vigente.

Ocurre que los bloques legislativos del partido de Macri en el Congreso fueron más disciplinados que los papeloneros de Milei a la hora de votar y argumentar a favor de las batallas oficialistas. El aval del PRO a la Casa Rosada fue irrestricto. Incluyó la protección ante la probable criptoestafa Libra, “darle las herramientas al Presidente” mediante la ley Bases y la defensa del mega DNU 70, bloquear un tibio aumento a jubilados y detener la pérdida de presupuesto universitario.

Allí radica una dificultad fundamental para dar cauce a los dichos de una diputada, Lospennato, que fue artífice de la sucesión de apoyos a Milei durante año y medio. La variante de la candidata ofreció una pátina republicana, que no parece interesar demasiado a varios de sus propios compañeros de bancada ni al Triángulo de Hierro que dirige la Casa Rosada. Esa contradicción intrínseca —se verá hoy si insalvable en las urnas— es a la vez un anticipo del juego político que viene, una vez que se apaguen los luces y se silencien los parlantes de los comandos electorales, en la medianoche de hoy.

El calor de la campaña de la Ciudad elevó el tono en los últimos días: “mentirosa”, “cómplices”, “fracasados”, “populistas”, “corruptos”, se intercambiaron macristas y mileístas. Suena a fuego de artificio en la retrospectiva de aquellas acusaciones de “terrorista que ponía bombas en jardines de infantes” y “las ideas peligrosas de Milei” de 2023. Tamaña tensión se disipó en la noche de un domingo de octubre de 2023. El lunes siguiente por la tarde, Patricia ya se había lanzado a una carrera desesperada para primerear a Mauricio a la hora de negociar espacios en el Ejecutivo de los Hermanos. Tuvo éxito.

En ese punto, la elección de hoy actuó como un dique de contención para figuras del PRO que están ansiosas por pelear lugares bajo el ala de Karina y/o Santiago Caputo. Macri consiguió un compromiso precario, de poca monta, que puso en suspenso el viaje de los suyos hacia el oficialismo, sobre todo en territorio bonaerense, hasta que las urnas den su veredicto en la Capital Federal.

La voz territorial del conurbano antes citada que hace meses integra el mundo Milei anticipa que el acuerdo PRO-LLA en la Provincia de Buenos Aires no tendrá razón de ser. “Bienvenidos los que se quieran sumar, pero hoy la potencia está en La Libertad Avanza. Es un hecho ya decidido por la gente y no se puede nadar contra la corriente. No necesita ser refrendado por ningún pacto. Patricia, Toto Caputo y Sturzenegger tienen éxito y popularidad. ¿Qué peso tiene el PRO para un acuerdo partidario?”.

“Se acaba el tiempo de la ambigüedad, en el que pongo un huevo en cada canasta; estoy con la lista del PRO en la Ciudad y busco un lugar en la Provincia”, desliza la fuente.

Pulseada bonaerense

Las derechas deben abordar un problema matemático en la Provincia: hay demasiados interesados para una cantidad finita de puestos elegibles, y no aparece un liderazgo indiscutible al que se deban allanar todos los pretendientes.

Las negociaciones permiten avizorar fricciones. La lista de aspirantes comprende el tejido de exmassistas y expejotistas del conurbano que construyó Sebastián Pareja bajo auspicio de Karina; las Fuerzas del Cielo que regentean Santiago y su matón de las redes, Daniel Parisini (Gordo Dan); adelantados del PRO con peso territorial que dieron el paso y construyeron vínculos con los Milei, como el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela; otros intendentes que estarían por saltar, como el de Mar del Plata, Guillermo Montenegro, y el San Isidro, Ramón Lanús, más algunos radicales peluca; Cristian Ritondo y sus circunstancias, que llegan al corazón macrista del PRO; y Diego Santilli y sus circunstancias, que aguardan pacientemente una bendición; más las viejas facciones de las derechas duras que siempre existieron en la Provincia de Buenos Aires y encontraron cauce años ha con la UCeDé, Carlos Ruckauf, Luis Patti y Aldo Rico.

Sobre todos ellos, una figura resbaladiza, “el profe”, José Luis Espert, ya fue anunciado por Milei como cabeza de lista en las nacionales de octubre. Las dudas persisten, porque la catarata habitual de insultos y amenazas de bala que dispara Espert no logra tapar algunos asuntos pendientes que se pueden volver problemáticos. Allí están sus fotos junto al narco Federico “Fred” Machado con los aviones en los que viajaban detrás, ni las versiones mortificantes que difundió el propio Milei sobre los motivos contantes que llevaron al “profe” a pactar con Horacio Rodríguez Larreta en 2023. Es una agenda que circula debajo del radar, pero podría transformarse en un riesgo electoral que el sistema político tiene en cuenta.

La catarata habitual de insultos y amenazas de bala que dispara Espert no logra tapar algunos asuntos pendientes que se pueden volver problemáticos

Disputa de lecturas

Dada la particular debilidad institucional con la que parte Milei —sólo tiene 10% de las bancas del Senado y 15% en Diputados— y las pulseadas en pleno desarrollo en el seno de las derechas y el kirchnerismo-peronismo, el largo ciclo electoral de 2025 habilitará una disputa por la lectura de los resultados a la hora de consagrar ganadores y perdedores. En esa carrera por las interpretaciones, la elección municipal de CABA se nacionalizó de tal modo, apostaron tanto los principales líderes, que aparece como una llave maestra que reacomodará piezas para la negociación bonaerense y la estrategia para la cita principal en octubre.

Es probable que Leandro Santoro gane la elección. Ello podría ocurrir incluso si la boleta Es Ahora Buenos Aires se mantiene cerca de un cuarto del voto que suele obtener el peronismo como parte de una alianza progresista en la Ciudad. Si en efecto el candidato alfonsinista-kirchnerista no rompe ese techo más allá de 30%, su victoria podrá ser festejada por los suyos, podrá herir el ego de los Milei y los Macri, la deportivización de la política brindará títulos, pero no significará demasiado a la hora de evaluar el consenso o el rechazo hacia el proyecto ultraderechista.

Ya en las últimas horas, voces precavidas del oficialismo periodístico y político comenzaron a advertir que habrá que computar como respaldo “al rumbo de Milei” lo cosechado por Lospennato, Manuel Adorni (LLA), Ramiro Marra (UCeDé) y algún otro sello que en la campaña compitió con proclamas crueles contra los “fisuras”, el conurbano, los linyeras, los inmigrantes, los trapitos y los pobres en general.

Si Santoro no rompe ese techo más allá de 30%, su victoria podrá ser festejada por los suyos, podrá herir el ego de los Milei y los Macri, pero no significará demasiado a la hora de evaluar el consenso hacia el proyecto ultra

Sí, en cambio, la lectura podría ser concluyente sobre el cuadro de la derecha y, en particular, sobre la vigencia de Macri como actor político relevante. Va de suyo que un resultado pobre para Lospennato en la ciudad que el PRO gobierna desde 2007, donde sentó las bases de su burocracia, su gramática y su financiamiento, con la lista de Adorni unos puntos por arriba, aceleraría la fuga de macristas hacia La Libertad Avanza. La visión que desdeña un reparto equitativo de las listas de una eventual alianza PRO-LLA en la Provincia avanzará sin resistencia y cada intendente radical o macrista negociará lo que pueda. Sin mucho para opinar, Macri retomará la agenda de hoteles de seis estrellas que supone su puesto honorario en la FIFA y los torneos de bridge, una opción no tan disgustante.

En caso de derrota clara de la lista de Lospennato, la historia será más agria para Jorge, su primo y jefe de Gobierno, que debería afrontar tres años y medio de mandato con baja popularidad, atomización de su bloque en la Legislatura, una gestión atascada y la percepción de los Milei de que se pueden quedar con la Ciudad en 2027. Muy cerca del alcalde porteño barajan la idea de un cogobierno que le permita a Jorge Macri algo de estabilidad para continuar su mandato y un eventual renacer si todo sale bien. En los papeles, se puede pensar. Para una política carnívora como la argentina, es una tarea para equilibristas sin red.

Nada está dicho. El desapego electoral, la volatilidad del voto y la poca precisión de los encuestadores habilitan otros escenarios. Uno de ellos es que las urnas ratifiquen la resiliencia del voto al PRO por parte de muchos porteños, ya probada, que le ha permitido a Mauricio Macri llegar hasta acá. En ese punto, el expresidente ha demostrado ser un lúcido estratega de campaña, incluso cuando jugó a perder, como en 2023, seducido por “el loco” que decía lo que él pensaba.

Manuel Adorni, Vanina Biasi, Horacio Rodríguez Larreta, Silvia Lospennato, Ramiro Marra y Leandro Santoro, principales cabezas de lista de la elección de este domingo

Una noche electoral con Adorni debajo de Lospennato tendría el efecto contrario, los Macri se fortalecerían para negociar y condicionar la agenda de los Milei, pero hay una alternativa que complicaría no sólo la estrategia electoral, sino el rumbo del Gobierno y la precaria estabilidad cambiaria que Caputo sostiene con deuda y más deuda.   

La constatación de un peronismo vivo, potenciado por Santoro, en el distrito que le fue tantas veces adverso; una izquierda minoritaria del FIT-U, pero con representación parlamentaria y base en las calles; y una buena elección de Horacio Rodríguez Larreta, que recentre el perfil de la centroderecha, es una hipótesis que suena a contracorriente, pero no imposible. Es tan estridente el ruido que emana del Presidente y sus parlantes mediáticos, que tampoco luce improbable una expresión de las urnas de rechazo a políticas precarias, administradas por un pequeño elenco de Gobierno endogámico, con poca calle y mucha tentación por lo cripto.

Sería toda una señal que las pasiones tristes del soez que habita en la Casa Rosada encuentren un límite, y se abriría el capítulo desconocido de observar cómo reaccionan los Hermanos a un resultado adverso.

Sólo conocieron el ascenso, al menos hasta hoy.

SL/DTC

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