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La expresidenta piensa en el PJ Nacional y no descarta una candidatura a diputada, mientras Karina viaja por el país para fortalecer el armado libertario. Podrían enfrentarse en Buenos Aires. El trasfondo de la construcción de dos candidaturas estratégicas para apaciguar las internas.
Milei y el desafío nacional: La Libertad Avanza busca hacer pie en los distritos clave de cara a 2025
Cristina se mostró como la jefa del peronismo y lanzó un fuerte cuestionamiento al rol de la CGT
Karina Milei y Cristina Kirchner comenzaron a moverse en espejo. La primera debutó como presidenta de La Libertad Avanza, ya convertido en un partido a nivel nacional, mientras que la segunda avaló el “operativo clamor” de su mesa chica para que se postule como presidenta del PJ. Las coincidencias no terminan ahí: ambas hacen base en la Provincia de Buenos Aires, donde no se descarta que se enfrenten electoralmente en las legislativas de 2025.
La expresidenta siempre jugó al misterio con sus candidaturas. Es una estrategia que arrancó con Néstor Kirchner en 2007, cuando instaló que el candidato podía ser “un pingüino o una pingüina”, una intriga estirada al máximo, que Cristina siguió implementando. Fue su carta guardada, el modo de condicionar la previa a las campañas y garantizarse la lapicera. Karina empezó a copiar ese estilo: después del acto en Parque Lezama resurgieron las versiones –que algunos ya daban por clausuradas– sobre la posibilidad de que compita en la Provincia.
El protagonismo de la hermana de Javier Milei levantó enseguida las suspicacias: ¿y si es la solución del Presidente para garantizarse su apellido en la boleta del distrito más populoso del país? “Por algo habló Karina”, sostuvo a elDiarioAR un dirigente bonaerense que trabaja para ella, quien también consideró que “ella está dispuesta a poner el cuerpo para que no avancen ciertos personajes en la interna”.
La referencia apunta directo contra el “profe” José Luis Espert, que ya tiene el aval de Milei para encabezar en la Provincia, aunque no gana adeptos en el karinismo. “La única forma de limpiar a Espert es que vaya Karina, no hay otra”, creen entre los libertarios bonaerenses que comanda el armador Sebastián Pareja. La jugada abre dudas: implicaría exponer a la hermana, con serias dificultades para expresarse en público, a la posibilidad de una campaña contra Cristina.
En LLA creen que Karina estaría dispuesta a dar la pelea. Lo anticipó el propio Pareja cuando la presentó, una semana atrás, en el acto de Lezama: “Karina es el escudo de protección de todos nosotros”. La hermana tiene la capacidad de “bloquear” a sus adversarios y se muestra dispuesta a hacerlo. No hay una decisión tomada, pero es un tema con el que se especula hacia adentro de las filas libertarias.
“Si Cristina es candidata, es una excelente noticia para nosotros”, es la máxima que repiten los libertarios. Mientras tanto, Karina se aboca a fortalecer el armado nacional y tener una construcción sólida en la mayoría de las provincias para poder prescindir del PRO. Este sábado habló en Santiago del Estero, sin la compañía de su hermano. Emprende un recorrido por distintas provincias, algunas que Milei ni siquiera visitó en la campaña.
Una candidatura de Karina en la Provincia serviría para contener el malestar interno por el desembarco de Espert, al igual que la figura de Cristina resultaría clave para para apaciguar –o al menos dilatar– la interna desatada entre Máximo Kirchner y Axel Kicillof.
En ese contexto, su visita sorpresiva el martes a La Matanza para reunirse con el padre Nicolás Angelotti, enfrentado a Fernando Espinoza, responde más a la interna local que a una jugada anticipada de campaña. El cura está enemistado con el intendente, que en los últimos tiempos se acercó a Kicillof, mientras Máximo ratificó su acuerdo con Emilio Pérsico, líder del Movimiento Evita, para que su esposa Patricia “la Colo” Cubría compita contra el matancero en la interna.
La acción de Cristina no constituye un hecho aislado, aunque hay quienes la vinculan más a la posibilidad de que encabece el PJ Nacional, antes que a una decisión de jugar en las legislativas de 2025.
Los intentos de su mesa chica para trabar el ascenso del riojano Ricardo Quintela pueden ser un preanuncio de que esta vez le interesa el PJ. Lo más significativo ocurrió en los últimos días, cuando a dos semanas del cierre de listas hubo un “operativo clamor” de su mesa chica para pedírselo. Wado de Pedro, Juliana Di Tullio y Mayra Mendoza salieron en simultáneo; luego se sumó el senador José Mayans, que contó en una entrevista que tuvo una charla privada con Cristina en la que también le sugirió que vaya al PJ. Su respuesta –según dijo el formoseño y confirman desde el entorno de la exvice– fue que ella está “con muchas ganas de trabajar” y de “ir a todo el país”.
La pata bonaerense de LLA, a diferencia de otras alianzas locales, tiene una impronta peronista que se vio en el acto de Lezama, donde los micros con bombos y militantes que llegaron al anfiteatro porteño llegaron desde el Conurbano, organizados por Pareja, con el aval de Karina y Eduardo “Lule” Menem, su armador nacional.
El debate sobre la conveniencia de alquilar micros llegó hasta la cúpula de poder, donde concluyeron que el costo de no tenerlos era arriesgarse al fantasma de un Lezama vacío, una imagen peor que cargar con el estigma de ser “casta”.
Luego apareció un orgullo plebeyo, que buscó provocar al macrismo, expresado con claridad por Juan Pablo Carreira, director de Comunicación Digital, quien publicó en X un video con bombos y sus propios gordos del mortero, y escribió: “Si te indigna que estos tipos sean parte de La Libertad Avanza, déjame decirte que podés afiliarte al PRO de Capital Federal cuando quieras. Abrazo”.
En ese sentido, hay un sector del oficialismo que se siente mucho más cómodo al tender puentes con el peronismo antes que con el PRO. En 2025, LLA apostará a fondo por la polarización. En el armado bonaerense ya especulan con la probabilidad de que la elección se desdoble, por lo que el resultado del distrito más grande del país podría jugarse como un “partido aparte”. No descartan que la batalla sea entre las dos mujeres más representativas de cada uno de los espacios.
LA/MG
La Casa Rosada puso al frente de la pulseada con las instituciones educativas al subsecretario de Políticas Universitarias, Alejandro "Galleguito" Álvarez, un soldado de la “batalla cultural” llevada adelante por el libertario. Incertidumbre en el estudiantado por la intención oficial de cobrarle a los extranjeros que asistan a universidades públicas y que no cuenten con residencia en el país.
La multitudinaria Marcha Federal Universitaria del 2 de octubre lejos estuvo de mover al gobierno de Javier Milei de su intransigencia. En las últimas horas, tras el veto a la ley de Financiamiento Universitario, desde el oficialismo concedieron que los que salieron a la calle se expresaron “legítimamente”, pero que ese reclamo se vio empañado por sectores que lo hicieron con alguna intencionalidad política de fondo. Por su parte, en el ámbito universitario creen que los recortes en los recursos van más allá del mero ajuste fiscal: están cada vez más convencidos de que responden a un deliberado posicionamiento ideológico de Milei contra las propias instituciones educativas.
Ante la consulta de elDiarioAR, en La Libertad Avanza consideraron que la protesta del miércoles pasado fue menos espontánea y “más chica” que la anterior, que tuvo lugar en abril. Más de cinco meses después, el oficialismo reaccionó de la misma manera: redoblando la apuesta en su disputa con el mundo universitario y poniendo al frente de esa cruzada al subsecretario de Políticas Universitarias Alejandro “Galleguito” Álvarez, que en los últimos días salió a reivindicar públicamente su rol de soldado en la “batalla cultural” encabezada por Milei.
“Yo estoy seguro de que en la marcha hubo un montón de gente que fue de muy buena voluntad y que se arrepintió de ir cuando vio los monstruos con los que estaba rodeada”, lanzó el miércoles por la noche durante un debate televisivo en TN con el vicerrector de la UBA, Emiliano Yacobitti. En abril, con el conflicto en plena ebullición, Álvarez había sido apartado de las negociaciones con los representantes de las distintas instituciones educativas, pero esa desautorización lejos estuvo de valerle el cargo. Por el contrario, su figura pareció blindarse todavía más a partir de esas jornadas convulsionadas, de la mano de alguien que se convirtió en su principal sostén puertas adentro de la gestión libertaria: el todopoderoso asesor presidencial Santiago Caputo.
Hijo del histórico Alejandro “Gallego” Álvarez, fundador en los 70 de la agrupación peronista Guardia de Hierro, este profesor de Ciencia Política de la UBA goza de línea directo con la mesa chica del oficialismo, una conexión incluso mayor que la del propio secretario de Educación, Carlos Torrendell. Este jueves, sin ir más lejos, pocas horas después de la marcha, Milei compartió un almuerzo junto a él y la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, en un gesto de respaldo total hacia ambos.
“Queremos que quede clara nuestra postura de no movernos de nuestro objetivo del déficit cero”, apuntó esta semana una fuente de Casa Rosada, con el mantra del equilibrio fiscal abajo del brazo. Sin embargo, más allá de las definiciones macroeconómicas, en las filas del oficialismo no esconden que una decisión como la del veto a la ley de Financiamiento Universitario se trata sobre todo de una postura que busca demostrar “firmeza” política.
El último capítulo de esa cruzada tuvo lugar el jueves por la noche, cuando el Gobierno dejó trascender que ya tiene decidido avanzar con un proyecto para cobrar aranceles a los estudiantes extranjeros que asistan a universidades públicas y que no cuenten con residencia en el país. La iniciativa sería enviada al Congreso en las próximas semanas. Sin embargo, en la mayoría de las universidades nacionales del país los extranjeros no pueden estudiar sin ser residentes, por lo que resta conocer la letra completa del proyecto que pretende presentar Milei para saber a qué universo se dirigirá puntualmente.
“Cuando decidí venir a Argentina a estudiar, lo hice porque sabía que aquí podía obtener una educación de calidad a un costo razonable”, comenta Clara, una estudiante ecuatoriana que cursa el segundo año de Veterinaria en la UBA. En diálogo con elDiarioAR, se mostró preocupada por eventualmente tener que pagar una cuota adicional por ser extranjera. “No sé cómo haría para cubrir esos gastos”, agrega, algo angustiada.
La semana pasada, a través de un comunicado, el Ministerio de Capital Humano sostuvo que “el 21,8% de los estudiantes de medicina son extranjeros, principalmente de Brasil, lo que genera una carga adicional para el sistema universitario público”. Desde el oficialismo, aseguraron a elDiarioAR que el principio de gratuidad continuaría vigente para los estudiantes argentinos y residentes permanentes, mientras que las universidades podrán establecer convenios con otros países e instituciones para fomentar intercambios educativos y otorgar becas a estudiantes extranjeros bajo ciertas condiciones.
Esteban es paraguayo y estudia en la Facultad de Exactas de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM). “Para los extranjeros ya es un problema mantenerse en el país. Agregar una cuota solo haría las cosas más difíciles”, se lamenta, para después aclarar que reside en Posadas hace cuatro años, pero que toda su familia es de la ciudad de Encarnación. “Muchos no tienen las mismas facilidades que un argentino, y si encima imponen barreras económicas, creo muchos tendrían que abandonar sus estudios”, añadió.
El Gobierno afirma que el diálogo con las autoridades educativas nunca fue interrumpido y que en los últimos meses la Secretaría de Educación, a cargo de Carlos Torrendell, cumplió con los pedidos sectoriales. Pero el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que nuclea a los rectores de las universidades públicas y a personal docente y no docente de las altas casas de estudio, niega que esto haya sido así y cruzan a la gestión libertaria por la falta de fondos, tanto actuales como en el previsto en el Presupuesto 2025 que acaba de ser enviado al Congreso.
Los últimos días volvieron a recrear un clima similar al que se vivió en la previa a la gran marcha de hace cinco meses. En abril, al igual que el miércoles pasado, cientos de miles de personas salieron a las calles de todo el país para reclamar por la falta de fondos para el elemental funcionamiento de las instituciones educativas. Un dato sorprendió en aquel entonces a los funcionarios libertarios: el carácter extremadamente transversal de quienes se manifestaron. Cerca de Milei acusaron el golpe, que no vieron venir, y tuvieron que enfatizar su “defensa” de la educación pública, luego de un intento fallido por deslegitimar la protesta.
Pero poco parece importarle al Gobierno que la última oferta salarial hecha a los docentes no alcance a cubrir el atraso que sufrieron sus ingresos desde la llegada de Milei al poder. A pesar de la narrativa oficial, que habla de aumentos superiores a los de los trabajadores del Estado Nacional e insiste en hacer el corte temporal excluyendo la megadevaluación de diciembre, los números muestran que el poder adquisitivo de la docencia tuvo una pérdida del 32,2% de noviembre a julio.
“Tenemos la única paritaria de todo el país con actualización por proyecto de ley. El Congreso abusa de su autoridad”, apuntó Álv/arez esta semana para justificar el veto presidencial, y denunció que la UCR y otros sectores opositores “usan algo que es real, como el atraso de salarios en universidades, para tratar de sobrevivir políticamente y poner al gobierno en problemas”. A las puertas del debate legislativo del Presupuesto 2025, la posibilidad de que la oposición logre revertir el veto de Milei en el Congreso es una amenaza real para el Gobierno. La “muralla” de diputados aún no está garantizada y el reloj corre de cara a la sesión del próximo miércoles.
PL/DTC
Por la urgencia de neutralizar a Kicillof, La Cámpora juega su ancho de espadas en la primera mano. Apoyos que llegan a cuentagotas y dificultades de la desproscripción. El gobernador baraja dilemas y traza límites.
Los comunicados de Wado de Pedro sobresaltan como un trueno en plena noche peronista. Ocurrió en septiembre de 2021, tras la debacle electoral de las elecciones de medio término, cuando, sin decir “agua va”, el entonces ministro del Interior puso su “renuncia a disposición”. La circulación del texto dirigido a Alberto Fernández actuó como campana de largada para los funcionarios que orbitaban en La Cámpora y el Instituto Patria, que replicaron la movida. Así, quien aparecía como el más dialoguista de los camporistas fue el encargado de hacer público que los puentes estaban rotos y la promesa del Frente de Todos, en los hechos, había terminado.
El jueves se repitió la secuencia del estruendo. Mediante un tuit, Wado postuló a Cristina para presidir el Partido Justicialista (PJ). Como en 2021, se sumó de inmediato el mundo identificado con La Cámpora y el Patria. La primera fue Mayra Mendoza. “Es tiempo de mujeres peronistas”, expresó la intendenta de Quilmes y competidora de Wado por el favoritismo de Cristina en territorio bonaerense. Más destemplado fue el diputado bonaerense Facundo Tignanelli, en quien Máximo Kirchner delega negociaciones “como si fuera yo”. “Boludeces, no”, sentenció.
La Cámpora recorrió un camino hasta llegar a la conclusión de que la expresidenta es “la única que puede encender una luz de esperanza”. Un primer ensayo involucró la postulación del propio Wado, siguió la senadora catamarqueña Lucía Corpacci y su par sanjuanino Sergio Uñac. Ninguno prendió.
Con el correr de las horas, la percepción en diferentes tribus peronistas era que las adhesiones a la conducción de Cristina llegaban a cuentagotas antes que en forma de ola —remoloneaban gobernadores, intendentes, legisladores de peso y jefes sindicales—, aunque nadie descartaba un clamor que tornara inevitable un nuevo capítulo para la expresidenta.
Si no aconteciere, Cristina siempre tendrá a mano el argumento de que está agradecida de la ocurrencia de la agrupación que conduce su hijo, pero no es su vocación. Al fin y al cabo, la botonera e iconografía de la sede nacional del PJ en la calle Matheu nunca le interesaron demasiado a una líder que asume, con razón, una representatividad mayor.
Con el correr de las horas, la percepción en diferentes tribus peronistas era que las adhesiones a la conducción de Cristina llegaban en forma de goteo antes que de ola. Remoloneaban gobernadores, intendentes, legisladores de peso y jefes sindicales.
Ricardo “el Gitano” Quintela, gobernador de La Rioja, viene recorriendo el país hace meses para ocupar el puesto, pero se topó con el veto de los Kirchner, no tanto por él, sino por el objetivo de mantener a raya a quien aparecía como su principal valedor: Axel Kicillof.
“Es obvio que la postulación de Cristina busca paralizar a Kicillof, el único de nosotros que realmente tiene fichas en el bolsillo”, dice con prosa de ruleta un dirigente bonaerense que todavía apuntala el proyecto Quintela. “Es un globo que no tiene que ver con el Gitano; está destinado a Axel”, deduce otra voz desde el Norte.
Una conducción del partido impulsada por Kicillof y con anclaje en gobernadores lejanos al AMBA, mientras avanzan los gestos desobedientes del mandatario bonaerense tanto en la estrategia de oposición a los hermanos Milei como en el armado electoral para 2025, habría colocado a la ortodoxia cristinista en un inadmisible papel secundario. Hacía falta dar un golpe en la mesa, y Wado lo hizo.
La maniobra camporista encontró a Kicillof en México, donde asistió a la asunción presidencial de Claudia Sheinbaum. Desconfiados elaboraban que los tiempos manejados por la expresidenta para retomar el contacto con las bases en un barrio humilde en La Matanza y el tuit de Wado tuvieron por objeto opacar la agenda del gobernador en México, que incluyó un encuentro con Luiz Inácio Lula da Silva, todo un experto en auspiciar vertientes peronistas alternativas a los Kirchner.
Correrá el agua hasta el 17 de noviembre, fecha estipulada para la interna partidaria. Muchos especulan que la ola de apoyos a Cristina terminará sumando a Kicillof y forzará a Quintela a abandonar la carrera, con el fin ulterior de postergar la elección hasta marzo. “Lo que realmente les interesa es patear la pelota. Cristina lo hace siempre. Lo que no puede controlar, lo friza”, describe el peronista norteño.
Para anotar su postulación, el gobernador de La Rioja debe alcanzar el aval de 60.000 afiliados y de cinco presidentes de peronismos provinciales, una meta que quienes están embarcados en la aventura consideran alcanzable. En principio, dieron su apoyo los jefes partidarios de Neuquén, La Rioja, San Luis, Chaco, Misiones y Salta. La Patria es el Otro, agrupación de Andrés “el Cuervo” Larroque; el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi; otros alcaldes y los exalbertistas Victoria Tolosa Paz y Santiago Cafiero son algunos de los bonaerenses comprometidos en juntar firmas. Por ahora. El pasado demuestra que ese entramado podría evaporarse en cuestión de horas, como ocurrió en varios intentos de desafío a la exmandataria que se desvanecieron antes de nacer.
Que La Cámpora ponga sobre la mesa el nombre de Cristina sin haber sellado antes los acuerdos necesarios, en una semana dominada por la marcha universitaria, el cierre de hospitales y el deprimente acto de los Milei en Parque Lezama, refleja, por un lado, la improvisación de la movida, pero también la urgencia que sienten los Kirchner para que Kicillof se cuadre. La enjundia de Máximo con el asunto contrasta con la amable oposición que le prodiga a Milei, a quien hasta le suaviza el veto al aumento a los jubilados.
El proyecto para conducir el PJ fue una ramificación de la idea “Cristina candidata” en 2025, algo que requiere que la expresidenta se desproscriba. Ella dijo que el veto de la Justicia le impidió participar de las elecciones presidenciales del año pasado. Todo indica que la sala de Casación con prosapia macrista que debe expedirse en la causa Vialidad ratificará o agravará la condena, lo que legalmente no impedirá su postulación, al no tratarse de una sentencia firme. ¿Incoherencia? Una más.
La expresidenta deja correr y acelera visitas al territorio, como la photo opportunity montada de apuro el miércoles en la parroquia San José, dirigida por el padre Nicolás Angelotti, “Tano”, en La Matanza, seguida por una breve recorrida por Puerta de Hierro, San Petersburgo y otros barrios pobres. Si de algo entiende Cristina es de recrear la mística en el cara a cara con su base electoral.
La precipitada carta de postular a Cristina se asemeja a jugar el ancho de espadas en la primera mano de truco
Sin avisar de su presencia al intendente local, Fernando Espinoza, y con Kicillof en México, Cristina aprovechó la ocasión para hablar del “Estado ausente” y el avance del narco. El mensaje fue leído en forma de provocación en La Plata, desde donde dejaron saber que el Gobierno provincial dedica $ 1.200 millones anuales en programas sociales y territoriales en la comunidad aledaña a la parroquia del Tano.
La precipitada carta de postular a Cristina se asemeja a jugar el ancho de espadas en la primera mano de truco. Un dirigente del peronismo bonaerense lee la presentación de Máximo ante los suyos en el estadio Atenas de La Plata, hace dos semanas: “Buscó provocar a Axel para que entre en la confrontación, sin hacer ninguna mención a la asfixia de Milei a la provincia. Hacia el sistema de poder, fue un mensaje hasta medio mafioso para que nadie se anime a desobedecer. Y con Cristina tripulada por Máximo, Milei gana oxígeno”.
Otra voz con silla en La Plata, cercana a Kicillof, tampoco separa a la expresidenta de las acciones de su hijo y La Cámpora. “Le están haciendo perder capital político”.
A tal punto llegan los reproches, que hay voces del peronismo bonaerense que sugieren una zona de acuerdo entre el ultraderechista y el cristinismo puro, con el rediseño de la Corte Suprema como epicentro del toma y daca, y Wado de Pedro como negociador con el temible Santiago Caputo.
La dinámica lleva a acto y contra-acto. Este fin de semana, Máximo juntó a intendentes del sur bonaerense y algunas decenas de jefes de peronismos municipales en Monte Hermoso. El 17 de octubre, Kicillof encabezará un encuentro en Berisso, donde los más optimistas esperan reunir a cuarenta alcaldes. El gobernador necesita mostrar que cuenta con algo más que un grupo de intendentes cercanos a La Plata, la agrupación de Larroque, el círculo que comanda Carlos Bianco, una parte minoritaria del Movimiento Evita, Ferraresi y la alianza táctica con el peronismo de La Matanza.
Kicillof no está dispuesto a abjurar ni de la valoración de los mandatos de Néstor y Cristina, pero cada vez más baraja un vocabulario sobre la necesidad de construir un liderazgo distinto
El gobernador bonaerense no concibe la posibilidad de un enfrentamiento directo con Cristina, como hicieron dirigentes que partieron para dejarse hamacar por el Grupo Clarín y dar pelea por derecha, antes de retroceder sobre sus pasos o resignarse a la marginalidad.
Kicillof no está dispuesto a abjurar ni de la valoración de los mandatos de Néstor y Cristina, ni de su vínculo personal con la segunda, pero cada vez más baraja un vocabulario sobre la necesidad de construir un liderazgo distinto y transmite una lectura propia sobre el pasado reciente y la estrategia para hacer frente a Milei.
Por ejemplo, en cuanto a las laceraciones internas y las responsabilidades en el Gobierno del Frente de Todos. Los Kirchner no sólo se declaran indemnes de lo actuado, sino que se erigen en baluartes que lucharon con hidalguía por mantener el espíritu nacional y popular, a la vez que víctimas de la presunta traición de Alberto Fernández.
Si bien Kicillof se ubicó mucho más del lado de Cristina que de Alberto en la desquiciante pelea que prolongaron durante cuatro años, y hasta por momentos le dio letra económica a la entonces vicepresidenta, la mirada en La Plata es que el descrédito ante el electorado es compartido por el expresidente y la ex vice. “No fue gratis para nadie”, dice la persona ya citada de su entorno cercano. La voz observa en la ofensiva de Máximo hacia Kicillof una reminiscencia metodológica de lo acontecido durante el Ejecutivo de los Fernández, no sólo en la vocación de “sometimiento”, sino en la aspiración de manejar presupuestos y cargos.
Si de algo está convencido el arco kicillofista —que tiene vertientes bastante diversas—, es que un esquema en el que el liderazgo político no resida en el gobernante, como ocurrió entre 2019 y 2023, no debe repetirse en ningún escenario.
La forma que tiene Kicillof de desafiar al eje Cámpora-Patria sin llegar a confrontar y ganar oxígeno es concentrarse en la oposición a Milei y en la gestión de la gobernación. “Escudo y red”, grafica la voz cercana. “Escudo” ante la ofensiva ultraderechista y “red” de reparación y acuerdos transversales.
No obstante, la táctica de eludir el conflicto puede funcionar un tiempo, pero tarde o temprano, la dinámica obligará a definiciones. No está del todo claro si efectivamente es un paso que el gobernador bonaerense está dispuesto a dar.
Si de algo está convencido el arco kicillofista —que tiene vertientes bastante diversas—, es que un esquema en el que el liderazgo político no resida en el gobernante no debe repetirse en ningún escenario.
Cristina conserva la aprobación de al menos un cuarto de la población. Es un apoyo minoritario, pero firme, que contrasta con una imagen adversa alta. El ratio de opiniones negativas y positivas se mantiene relativamente estable hace años.
Nadie tiene derecho a exigirle el retiro a una líder política como Cristina, menos si quienes le objetan el lugar no demostraron ni la pericia ni la vocación de cosechar un apoyo similar. El vínculo de la expresidenta con buena parte de los más pobres de Argentina tiene un basamento genuino, resistente a la cancha mediática inclinada, la tirria de cierto poder empresarial y la letanía de los omnipresentes gurúes económicos.
El cuadro lleva al sistema político a asumir que el apellido Kirchner tiene un peso electoral, pero no alcanza para ganar elecciones. Por el contrario, tiende a abroquelar adversarios, al punto de que están dispuestos a encolumnarse detrás de un ultraderechista incivilizado que expone su violencia en la pantalla televisiva.
Nadie más que Cristina parece tan convencido de que jugarse con la propia no es suficiente. Hace más de una década que pergeña alquimias con cabezas de lista que no sólo no representan al kirchnerismo puro, sino que se construyeron como oportunistas, críticos u opositores: Martín Insaurralde, Daniel Scioli, Alberto y Sergio Massa. Además, el cristinismo le huye a medirse en internas o primarias. Ha maniobrado sin elegancia para evitarlas. Hasta ahora, Máximo fue candidato a diputado sólo cuando se votó a presidente, de manera que evitó la atracción de los focos.
El futuro electoral de la marca Kirchner lo resolverán los votantes. Una debacle de los hermanos Milei —en absoluto descartable— podría abrir escenarios impensados.
El cristinismo le huye a medirse en internas o primarias; ha maniobrado sin elegancia para evitarlas
El problema real del liderazgo de Cristina es que no atina a pensar un diagnóstico consistente ni a trazar nuevos horizontes para el país. Por momentos, se atasca en teorías absurdas sobre la multiplicación al infinito de los subsidios y la inocuidad del déficit fiscal, basadas sobre una mala lectura de un ranking de The Economist , y cada tanto propone reformas de corte promercado, adaptables a los cambios en el consumo y el mundo del trabajo, de las que luego no se tienen más novedades. No llamativamente, voces del mainstream ortodoxo sobreestiman el giro pragmático que trazó la exmandataria en sus últimas cartas, como si ello sentara un hito que la coloca por delante del resto del arco opositor. La obturación de reemplazos beneficia a Cristina, pero también a sus enemigos.
De la expresidenta surgen invitaciones a grandes acuerdos nacionales sobre la economía bimonetaria y la deuda externa, pero ella y/o la agrupación de su hijo se vuelven intratables con rivales de la interna, en teoría no tan lejanos, a cuyo combate dedican una energía inusitada.
Los Kirchner vetan militantes con trayectoria por alguna rencilla no explicada y abrazan a todoterrenos sin ideología ni sustancia del estilo Insaurralde. Denuncian con agudeza negociados gestados al amparo del macri-mileísmo, y callan ante el largamente demostrado capitalismo de amigos que campeó entre 2003 y 2015.
El último mandato presidencial de Cristina (2011-2015) evidenció incapacidad para reconducir el exitoso ciclo económico del primer kirchnerismo. El fracaso de Macri abrió otra oportunidad, pero Cristina dedicó su fortaleza a profundizar desequilibrios macro durante el fallido Gobierno de Fernández. Ahora, la expresidenta se da nuevas vidas, sin que surja un atisbo de reflexión crítica sobre lo actuado.
Si Milei lo pidiera, no le podría salir mejor.
SL
A dos velocidades, la economía enfrenta tensiones entre lo perdido y la ilusión de un nuevo ciclo de crecimiento. En silencio, derrapa el consumo masivo y se achican los espacios de goce y sociabilidad. De las disyuntivas sólo zafa la nueva casta estatal, como los hermanos Lanari.
Si gobernar la Argentina es controlar al dólar, Javier Milei hace bien en agradecerle cada vez que puede al coloso Luis Caputo. Sus trucos para domar la divisa vienen funcionando y el paralelo cerró la primera semana de octubre debajo de $1200, con la inflación a punto de darle otra buena noticia: menos del 3,5% en septiembre, la más baja desde que asumieron. El efecto psicológico sobre una sociedad noqueada por la crisis es tan potente que eclipsa el impacto de la recesión inédita que castiga a la economía real y de una disparada de la pobreza sin precedentes. El mundo de los negocios ―como el ánimo del electorado― se debate entre la resignación por lo que empieza a dar por perdido y la esperanza de que la estabilidad alumbre un nuevo ciclo de crecimiento. Aunque nada lo preanuncie.
El agente inmobiliario y zar de las subastas Adrián Mercado lo percibe en la cantidad de industriales que participan de sus remates virtuales. “El año pasado tenía unos 150 conectados online como piso. Ahora son entre 40 y 50. En el mejor de los casos, 80. En lo mío, que son las pymes, el comprador de una máquina usada siempre fue el que buscaba una oportunidad y no llegaba a la máquina nueva. A principios de este año hubo muchos remates de quienes desmantelaban preventivamente la fábrica o se achicaban al mínimo. Hubo un par de buenos meses pero ya se terminó”, le contó a elDiarioAR.
La contracara es el ímpetu de su otra actividad, la compraventa y alquiler de inmuebles. Agosto fue el mes con más escrituras de los últimos seis años y los boletos con crédito hipotecario se cuadruplicaron, según el Colegio de Escribanos porteño. Aunque el dato de septiembre recién se sabrá a fin de mes, fuentes del sector auguran otro récord de la mano del blanqueo de montos por debajo de U$S100.000, totalmente gratuito. En las concesionarias de autos cero kilómetro reluce otro brote verde: septiembre cerró con un 30% más patentamientos que un año atrás y se convirtió también en el mejor mes desde 2018.
Adrián Mercado aclara que el boom de ventas de departamentos se circunscribe al territorio porteño y a las unidades más chicas, que derogada la ley que ponía tope a los alquileres pueden alquilarse rápido por más de $500.000 mensuales. El stock de unidades en venta cayó a cerca de 100.000 porque muchos dueños se cansaron de esperar comprador y se conformaron con la renta, que además volvió a resultarles atractiva. La mayor oferta de viviendas en alquiler, sin embargo, no hizo caer los precios. Lo que hubo es un recambio. Según Inquilinos Agrupados, uno de cada cuatro inquilinos tuvo que mudarse a lugares más baratos.
El que se mudó a un barrio más barato lo hizo con la misma resignación que quien ajustó sus compras del supermercado. En silencio. El relevamiento de Scentia en grandes cadenas de súper e híper, que Osvaldo Del Río terminaba de pulir por estas horas, detectó en septiembre otro derrape histórico del consumo masivo. Tanto pequeños autoservicios como grandes superficies vendieron entre 17 y 18% menos productos que un año atrás. Casi lo mismo que en agosto. En los primeros ocho meses del año, el desplome fue del 11,8% en volumen.
Es una economía a dos velocidades, marcada por las desigualdades heredadas de los 90, potenciadas por el crac de la convertibilidad, que no logró revertir el ciclo de crecimiento kirchnerista y que ahora se agravaron. Entre el cuarto trimestre de 2023 y el segundo de 2024, por ejemplo, según datos del Indec procesados por la consultora ExQuanti, los ingresos de los ocupados se contrajeron un 7,8% real. Pero mientras el estrato alto de la población resignó un 5,3% de sus ingresos, el estrato bajo perdió 14,8%. La recesión acabó con las ‘changas’ y pulverizó el valor del trabajo informal, fuente principal de ingresos de los sectores empobrecidos.
Una encuesta del centro de estudios Sentimientos Públicos se propuso indagar sobre cómo se combinan la dinámica de esos consumos materiales con los deseos, los anhelos, las fantasías y las expectativas de la sociedad. Encontró que casi 7 de cada 10 argentinos recortaron sus comidas afuera o celebraciones, que alrededor del 40% bajaron su consumo de carne, de refrigerios en cafeterías, de gratificaciones comestibles e incluso de insumos para las comidas en el hogar. Que 3 de cada 10 descuidaron de algún modo su salud y que la misma proporción dejó de ayudar económicamente a amigos o familiares que antes asistía.
“Es una sociedad que achica sus espacios de goce, pero también de sociabilidad. Una época incómoda, de deterioro. Como un suéter rasposo puesto directo sobre la piel. En un país con gastronomía premiada y altos niveles históricos de consumo de carne se come cada vez peor. Menos insumos, menos gratificaciones”, resumió el sociólogo Hernán Vanoli, coordinador de la encuesta.
El sondeo ofrece un foco complementario a las encuestas de imagen pública que advierten una caída de la simpatía popular por Milei. Un 70% de los consultados hacen suya la frase “la gente que conozco está cada vez peor, deprimida o con sus proyectos de vida en crisis”. La proporción aumenta entre los 35 y los 55 años y también en la clase media. Y explica fenómenos como la ludopatía juvenil, globales pero especialmente empinados acá: un 40% de los varones de menos de 29 años lo hizo o evalúa seriamente apostar online “para complementar ingresos o pagar deudas”.
La resignación se combina con la esperanza de un modo muy peculiar, tanto en la calle como en los negocios. El mismo informe de Sentimientos Públicos refleja anhelos contradictorios: un 68% quisiera que Milei suba las jubilaciones, un 65% que destine más presupuesto a la salud y educación públicas y un 60% que baje los impuestos. En un contexto de black present, agrega Vanoli, la vida cotidiana “es depresiva pero no melancólica, ya que no hay pasados por añorar. Es una vida reducida en su consumo, y con una gramática financiera y lúdica a la vez. Con una idea de justicia social en transformación, y donde la esperanza da lugar a una tensión entre la furia y el escepticismo”.
Uno de los clientes de Adrián Mercado expresa ese nuevo mood que también se impone en el empresariado. Fabrica dobladoras y pestañadoras de chapa y normalmente vendía entre 15 y 20 máquinas por mes. Este año no llegó nunca a la media docena mensual y ya redujo su plantilla de personal para adecuarse a la nueva realidad. Pero con el crédito al 40% anual que le ofrece el banco empezó a pagar préstamos del año pasado que había contraído al 140% de interés anual. Y empezó a otear negocios vinculados a la minería y los hidrocarburos. Lo alivia la sensación de estabilidad aun cuando hasta ahora haya perdido plata.
Con el dólar planchado es todo más fácil. Como en 2017. Lo difícil, históricamente, fue hacerlo durar. Es lo que advirtió esta semana Robin Brooks, el economista jefe del Instituto Internacional de Finanzas (IIF), un lobby que nuclea a la gran banca de Wall Street. “En términos reales, el peso argentino es la moneda que más se fortaleció del mundo desde la pandemia, mientras que el real de Brasil, que está justo al lado, es una de las que más se debilitó. Esta divergencia es insostenible y, obviamente, tiene que terminar con otra gran devaluación del peso argentino”, vaticinó.
La balanza comercial bilateral con Brasil, precisamente, encendió una alarma que promete sonar fuerte en el intercambio de servicios, cuando los turistas argentinos de clase media invadan las playas vecinas el próximo verano. Las importaciones desde allá, que no subían desde hacía casi un año y medio, saltaron en septiembre un 25,4% frente al mismo mes del año pasado. Las exportaciones también crecieron pero el saldo fue negativo en U$S 182 millones. La pinza expresa dos inviabilidades en una: por un lado, la de la reactivación de la economía sin reservas en divisas como para importar lo que demanda el crecimiento. Por otro, la del atraso cambiario para aplacar la inflación pero sin que entren dólares masivamente por privatizaciones ni por deuda como durante el ‘uno a uno’ de Domingo Cavallo.
Son disyuntivas nuevas de familias y empresas que se amoldan como pueden a la nueva realidad. Dilemas del sector privado a los que se mantienen ajenos los bienaventurados que cobran jugosos sueldos por “destruir al Estado desde adentro”. Como los hermanos Lanari, hijos de Carlos, expresidente de la Sociedad Rural de Misiones. Ya lo era Javier, hasta hace poco presentador de LN+ y panelista de Viviana Canosa, que se hizo famoso por burlarse de la tartamudez de ‘Wado’ de Pedro y desde diciembre oficia como subsecretario de Prensa de Milei. Ahora está a punto de sumársele su hermano, Enrique, quien dejará Ganadera El Porvenir para asumir como director general del SENASA para Corrientes y Misiones.
Su designación llamó la atención en el organismo encargado de proteger la sanidad agropecuaria, diezmado por los despidos y el deterioro salarial de sus técnicos de carrera. Pero un dato adicional es que Enrique se graduó como ingeniero agrónomo en la Universidad de Buenos Aires, que su propio hermano catalogó esta semana por Twitter como “un coto de caza de un sector analógico inescrupuloso que hace política partidaria con los estudiantes” y a la que definió, en un derroche de ingenio, como “la Aerolíneas de la educación”.
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La pionera en la conducción de las entidades de la Mesa de Enlace advierte que Milei incumplió el compromiso de bajar las retenciones e insistió con el pedido. "Acá no se trata de esperanza, creencia o fe, es una cuestión de que no lo vamos a poder resistir", advierte.
Es la primera mujer que preside una de las cuatro entidades de la Mesa de Enlace, que unió a los medianos y grandes productores agropecuarios de la Argentina desde que se enfrentaron al kirchnerismo en 2008. Todos bajo el mismo paraguas los que antes peleaban: desde la aristocrática Sociedad Rural Argentina hasta los sucesores de los arrendatarios y pequeños terratenientes que en 1912 dieron el Grito de Alcorta, en Santa Fe, y fundaron la Federación Agraria Argentina (FAA).
Andrea Sarnari, que hace una semana fue elegida presidenta de la FAA, sabe que el campo que ella representa -al que produce soja y maíz en la pampa húmeda y también otras economías regionales, pero excluye al campesinado que se dedica a la agricultura familiar de subsistencia- votó y apoyó a Javier Milei, pero también lleva casi un año esperando que cumpla con sus promesas de liberar el cepo cambiario y bajar las retenciones a las exportaciones.
Oriunda de Bolívar, donde tiene su campo y milita en la FAA desde los 13 años, se fue a estudiar abogacía a Rosario, donde se quedó a vivir y donde está la sede de la entidad. A sus 49 años, realza la voz femenina en el ruralismo.
–Hasta ahora, la dirigencia agropecuaria era muy masculina. ¿Cómo tomó el desafío de ser la primera mujer en presidir una organización de la Mesa de Enlace?
–Sí, la primera mujer en la presidencia de la Federación Agraria en 112 años de historia. Y de las cuatro entidades que estamos en la Comisión de Enlace Agropecuaria. Creo que refleja de alguna manera algo que está sucediendo dentro de las entidades que representamos a productores. Estamos participando en comisiones, en lo local más que nada. En el caso nuestro, en las filiales o en las cooperativas, venimos con trabajo territorial y en algunas organizaciones con roles importantes. En la Federación Agraria a nivel nacional, en el Consejo Directivo Central también hace unos años tenemos representación de algunas mujeres, muy poquitas, pero ya hay algunas. Es un proceso que se va dando, que hoy se manifiesta de alguna manera y toma relevancia porque es la presidencia.
–¿La mujer de campo tiene una visión distinta que la que aportaron durante décadas y décadas los varones?
–Creo que sobre el sector al que pertenecemos, por lo menos en la Federación Agraria, tenemos la misma mirada más allá del género. Sí creo que las mujeres tenemos por ahí una impronta distinta en algunas formas de encarar las problemáticas. Hay dos hitos históricos en la Federación que marcaron ese rol protagónico de las mujeres. Uno, cuando nacemos en el Grito de Alcorta. María Robotti de Bulzani fue aquella mujer que cuentan los libros que tiró el delantal arriba de la mesa en una reunión de chacareros de arrendatarios en su casa, y dijo: “Bueno, empecemos la huelga ya. Yo la empiezo ya”. Y fue la primera en ponerse al frente de la huelga agraria que termina dando origen al Grito de Alcorta y luego a la Federación Agraria. Y después, en la década de los 90, dentro de la Federación Agraria también surge el Movimiento de Mujeres en Lucha, en un momento crítico, donde los productores, sobre todo los más chicos, estábamos endeudados y los bancos, el Nación sobre todo, nos estaba rematando los campos. Y fueron las mujeres las que se organizaron y resistieron a esos remates. Me siento orgullosa de que también sea la Federación Agraria la que por primera vez rompa ese molde y tenga una presidente mujer.
–¿En qué se diferencia hoy la Federación Agraria de la Sociedad Rural o CRA (Confederaciones Rurales Argentinas)? Está claro que Coninagro (Confederación Intercooperativa Agropecuaria) representa a las cooperativas. Pero después de 16 años de Mesa de Enlace pueden parecer lo mismo...
–No, somos organizaciones que representamos productores diferentes. Nosotros representamos al pequeño y al mediano productor. También nos diferencia el modelo de desarrollo productivo que pensamos desde la Federación Agraria con más diversidad, representamos todo tipo de producciones a lo largo y a lo ancho de la Argentina. Estamos en todos lados representando a los productores que tienen su explotación agropecuaria como modo de vida y no como una unidad de negocios solamente. Estamos sentados en una misma mesa con las otras organizaciones porque lo entendemos como una herramienta necesaria y útil para aquellas cosas en las que coincidimos.
–La Mesa de Enlace aparece contra una medida del kirchnerismo, la retenciones móviles, y hubo siempre tensión con ellos. Cuando llega Milei al poder, el campo se entusiasma. Sin embargo, este Gobierno tiene un tipo de cambio cada vez más bajo, no quitó el cepo ni las retenciones y en otra organización me decían que están sembrando soja con rentabilidad negativa. Pareciera que lo quieren al Presidente, pero que no les da nada, salvo que liberó algunas exportaciones de carne.
Más allá de las expectativas que pueda haber frente al Gobierno nacional, he coincidido en esto: la situación es crítica y la perspectiva parece ser más crítica todavía más adelante, porque no sólo que las medidas prometidas de baja de retención no llegaron, sino que tenemos altos costos de insumos hoy para encarar la siembra de la soja. Tenemos un mercado internacional deprimido. Y los arrendamientos que también siguen altos. Entonces la ecuación es negativa y no hay ninguna medida que se haya tomado para que eso no suceda. Acá no se trata de esperanza. Como institución lo que decimos desde Federación Agraria es no soporta la espalda del productor que representamos nosotros. No es una cuestión de creencia o fe, es una cuestión de que no lo vamos a poder resistir. Por eso estamos necesitando que realmente haya una señal. Podemos entender que no se puede quitar las retenciones de golpe, pero por lo menos una señal. Eso es lo que venimos diciendo y en eso coincidimos las cuatro entidades en la Mesa de Enlace.
–Y teniendo en cuenta este contexto, ¿cómo va a venir la cosecha de trigo en diciembre y la gruesa (soja y maíz) a partir de marzo que viene?
–La de trigo lo que me van diciendo muchos productores y uno lo va viendo en el campo es que la sequía está afectando seriamente. Así que esperemos que llueva pronto y que no se afecte la rentabilidad. Pero no pinta muy bien el clima y no podemos depender siempre del clima. Necesitamos más previsibilidad a través de las políticas públicas, saber qué márgenes de costos de inversión vamos a cosechar. No podemos depender siempre de que lo bueno o lo malo nos pase si llueve o no llueve.
–¿Y la siembra para la cosecha gruesa del año que viene cómo viene? ¿Con rentabilidad negativa?
–Es así. La soja con campo arrendado en zona núcleo hoy es casi negativa. Las cuentas que yo tengo muy rápidas son que para costos de insumos y laboreo necesitás alrededor de 18 o 19 quintales. Después tenés en zona núcleo un alquiler de 18 quintales de promedio aproximadamente, así que sacá la cuenta... ¿Cuántos quintales necesitás? Ya solo ahí para producir en campo alquilado en zona núcleo. Todo depende de los lugares donde tengas campo y el precio de la soja. En zona núcleo dependés del clima, de que llueva o no llueva, pero en las zonas no núcleo, por ejemplo, en Bolívar, de donde soy yo, 36 quintales ya es imposible de afrontar.
–¿La paciencia se acaba' ¿Habrá alguna protesta, como contra el anterior gobierno, o aún aguantan?
–La paciencia no es el problema. El problema es la espalda. Si se aguanta o no se aguanta, eso depende de cada productor que ganas de manifestarse o de hacerse sentir. Hoy yo creo que lo que tenemos que hacer es ir con una propuesta concreta y clara, con los números en la mano, a solicitar que al menos para esta campaña de soja nos bajen algunos puntos de retenciones. Y de allí en adelante que sea progresivo pero que nos den previsibilidad hasta que se retire del todo.
AR/DTC