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El Gobierno busca otorgar alzas en línea con lo ofrecido por el empresariado y muy por debajo de la inflación. El básico impacta tanto en trabajadores de baja calificación como en los estatales y en los que están contratados en la informalidad.
El salario mínimo, que hoy es de $296.832, perdió 33,5% del poder de compra desde que Javier Milei llegó al poder. ¿Importa? Hay gente dispuesta incluso a trabajar por menos que eso, afirmó en su momento el vocero presidencial y candidato a legislador porteño, Manuel Adorni. Sin embargo, por obligación legal, el Gobierno no tuvo otra que convocar para este martes al Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil, en el que se reúnen patronales y centrales sindicales para aumentarlo. En sesiones anteriores, la Secretaría de Trabajo en la era libertaria, bajo la conducción de Julio Cordero, siempre laudó a favor de la propuesta de los empresarios.
La Argentina tiene el 14° salario mínimo más bajo de Latinoamérica, medido en dólares (US$253), en una región de 19 países. Sólo seis pagan peor: El Salvador, República Dominicana, Nicaragua, Cuba y Venezuela (US$1,60). A la cabeza están Costa Rica (US$725), Chile y Uruguay.
“Desde la asunción del actual gobierno, el salario mínimo ha perdido poder adquisitivo en una forma brutal”, advierte un informe del Centro de Investigación y Formación de la Central de Trabajadores de la Argentina (Cifra-CTA), que redactó la economista Mariana González. “En efecto, entre noviembre de 2023 y abril del año en curso, el poder de compra de este salario se redujo en más de una tercera parte. Esta reducción, sumada a la de años anteriores, implica que quede desdibujada su función como herramienta para fijar un piso salarial. En febrero de este año, el salario mínimo representó menos de una quinta parte del salario promedio registrado del sector privado.”
“A lo largo de 2024 hubo cuatro reuniones del Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil”, recordó González. “En todas ellas, ante la falta de acuerdo, fue la Secretaría de Trabajo quien determinó los aumentos nominales, que fueron prácticamente equivalentes a la propuesta del sector empresario. Su última resolución, de diciembre de 2024, implicó continuar con la tendencia decreciente del salario mínimo, de modo que se perdió entre el último aumento previo a esta resolución y el mes en curso un 7% de poder adquisitivo.”
“La perdida sufrida durante este gobierno se acumula con retrocesos previos, por lo que el salario mínimo se ubicó en abril de 2025 en un nivel real que es 44,1% más bajo que en noviembre de 2019, al final del gobierno de Cambiemos, y 57,3% menor que noviembre de 2015”, se refirió González al último mes de la gestión de Cristina Fernández de Kirchner. “Si el salario mínimo no hubiese perdido poder de compra a lo largo de este tiempo, estaría actualmente cerca de los $ 700.000. Tras este retroceso histórico el valor real del salario mínimo es inferior al vigente durante la mayor parte de la década de 1990 y en la crisis final del régimen de convertibilidad, cuando, como sucede en la actualidad, esta política se había abandonado como herramienta para determinar pisos salariales e impulsar una menor desigualdad salarial. La comparación del salario mínimo con las líneas de pobreza y de indigencia revela una situación peor que la de 2001. El salarió mínimo en la actualidad equivale a sólo el 58,1% de la canasta básica de alimentos que define la línea de indigencia para una familia tipo y poco más de una cuarta parte de la canasta de pobreza.”
Pese a que cada sindicato negocia un básico que suele estar por encima del salario mínimo, este supone una referencia clave. “El principal objetivo del SMVM (salario mínimo vital y móvil) es asegurar que los salarios no caigan por debajo de un determinado nivel, en particular para trabajadores de menor calificación, que suelen acceder a ocupaciones con remuneraciones más bajas. De este modo, contribuye además a disminuir la desigualdad en los ingresos laborales”, señala González.
“Numerosas investigaciones, incluyendo varios realizadas por organismos internacionales, encuentran que esta institución contribuye a reducir la desigualdad salarial al elevar los sueldos de quienes se encuentran en el extremo inferior de la distribución”, continúa la economista.
Tanto es así que hasta la exlíder de la democracia cristina alemana Angela Merkel impulsó en 2015 la creación de salario mínimo en su país cuando lo gobernaba. Pero además constituye una referencia para los empleados en negro o no registrados por sus patrones. “Más allá de que las y los trabajadores informales suelen quedar por fuera de la legislación laboral, se ha comprobado que la evolución de sus remuneraciones está ligada a la dinámica del salario mínimo, que funciona como una señal para su determinación”, observa González.
“En conclusión, el SMVM sirve para proteger los ingresos de las y los trabajadores tanto formales como informales, contribuye a mejorar la distribución de los ingresos y, en consecuencia, al bienestar general de la sociedad”, señala la experta de la CTA. “En cambio, no se ha demostrado que tenga efectos negativos sobre el nivel de ocupación.”
El SMVM no se aplica a los trabajadores del sector rural y a los trabajadores domésticos, aunque el nuevo Régimen de Trabajo Agrario determina que la remuneración mínima de los trabajadores agrarios no puede ser inferior al salario mínimo vital y móvil. En el ámbito del sector público sólo se aplica a los trabajadores de la Administración Pública Nacional y de los organismos donde el Estado nacional actúe como empleador, es decir, no en el sector público provincial y municipal.
AR/MC
El malestar ciudadano se refleja en todos los indicadores, desde la percepción de la honestidad hasta la preocupación por el interés general, y evidencia un deterioro que golpea a la Casa Rosada. El documento completo, aquí.
Cinco meses consecutivos de caída configuran un patrón que ya no puede ser atribuido a fluctuaciones coyunturales. La gestión de Javier Milei volvió a perder confianza ciudadana en abril, según el último Índice de Confianza en el Gobierno (ICG) elaborado por la Universidad Torcuato Di Tella. El indicador descendió un 3,7% respecto de marzo y se ubicó en 2,33 puntos sobre 5 posibles, profundizando una tendencia negativa que comenzó en diciembre de 2024.
En términos interanuales, la caída es del 4,8%, y si se compara con abril de 2017 —segundo año de gobierno de Mauricio Macri—, el nivel de confianza actual es 10,7% menor. La comparación histórica también revela que el dato de abril de 2025 es 34,5% superior al registrado en abril de 2021 durante la gestión de Alberto Fernández, pero esa cifra sirve de poco consuelo para un gobierno que atraviesa un desgaste. Sin embargo, cabe tener en cuenta el impacto positivo en la percepción de las personas sobre la marcha del gobierno posterior al levantamiento del cepo cambiario para las personas, una de las principales promesas de campaña de Milei.
La media de confianza en los 17 meses de Milei al frente del Ejecutivo es de 2,51 puntos, una cifra inferior a los 2,63 de Macri en el mismo período de su mandato y apenas superior al 2,26 de Fernández. Desde diciembre de 2024 hasta abril de 2025, la pérdida acumulada en la valoración ciudadana alcanza el 12,4%.
Los números del ICG son duros, pero aún más revelador es el deterioro generalizado en sus cinco componentes. La Capacidad para resolver los problemas del país bajó un 3%, ubicándose en 2,77 puntos, mientras que la Honestidad de los funcionarios retrocedió un 1,5% y quedó en 2,58 puntos. La Eficiencia en la administración del gasto público apenas cayó un 0,2%, hasta 2,35 puntos, pero la Evaluación general del Gobierno se desplomó un 4,9%, quedando en 2,02 puntos. El golpe más fuerte se observó en la Preocupación por el interés general, que sufrió una caída del 9,7% hasta ubicarse en apenas 1,95 puntos.
El estudio, realizado por Poliarquía Consultores entre el 3 y el 11 de abril sobre 1.000 casos en ciudades de más de 10.000 habitantes, también permite observar variaciones según el género, la edad, la región geográfica, el nivel educativo y la percepción sobre la situación económica.
Entre los hombres, la confianza fue mayor (2,61 puntos) que entre las mujeres (2,04 puntos), repitiendo una brecha ya registrada en meses anteriores. Por rango etario, los jóvenes de 18 a 29 años fueron los que mostraron mayor nivel de confianza (2,55 puntos), seguidos por los mayores de 50 años (2,33 puntos) y los adultos de 30 a 49 años (2,27 puntos).
Geográficamente, el interior del país mantiene el mayor nivel de confianza (2,51 puntos, con una caída del 3,5%), mientras que en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el índice fue de 2,21 puntos (una baja del 6,4%) y en el Gran Buenos Aires de 2,01 puntos (descenso del 2,9%).
El análisis por nivel de instrucción revela contrastes más marcados. Quienes tienen educación terciaria y/o universitaria mostraron un ICG de 2,50 puntos, apenas por encima de los 2,33 puntos de quienes completaron hasta secundaria, aunque estos últimos registraron un aumento del 3,6%. El dato más preocupante es el desplome de 30,2% entre quienes sólo alcanzaron la educación primaria, cuyo índice cayó a 1,41 puntos.
La experiencia de victimización delictiva también incidió en la percepción: quienes no fueron víctimas de delitos en los últimos doce meses marcaron un ICG de 2,43 puntos, frente a los 2,04 puntos de aquellos que sí sufrieron algún hecho de inseguridad.
El termómetro económico ofrece otro ángulo de análisis. Quienes creen que la situación económica mejorará en un año tienen una confianza de 4,09 puntos, pese a una caída del 2,4%. Entre los que consideran que todo seguirá igual, el índice creció 11,0% y llegó a 2,53 puntos. En cambio, para quienes creen que empeorará, la confianza se desplomó hasta apenas 0,45 puntos.
Así, el panorama que presenta el ICG de abril 2025 es el de una sociedad fragmentada, escéptica y, en muchos sectores, abiertamente desconfiada. La caída de la confianza no distingue edades, géneros ni zonas geográficas, aunque sí se ensaña con los más vulnerables en términos educativos y de experiencia con el delito.
JJD
El gobernador se mostró con Federico Storani. Conversaron a plena luz del día en la cervecería La Modelo y coincidieron en rechazar el apoyo del FMI a Milei.
De cara a las elecciones 2025, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, mantuvo este viernes un encuentro informal con el exdiputado nacional y líder de la Corriente de Opinión Nacional de la UCR Federico Storani en el tradicional bar La Modelo, ubicado en la calle 54 de la ciudad de La Plata.
Según supo Noticias Argentinas, la conversación, desarrollada a plena luz del día y en un espacio público, contrastó con recientes negociaciones más reservadas entre referentes del oficialismo libertario y sectores de la oposición. Según allegados a Storani, no se habló de un acuerdo electoral más allá del respaldo público que el radical dio en su momento al desdoblamiento de elecciones.
En el intercambio, ambos dirigentes coincidieron en la necesidad de recrear la esperanza del pueblo argentino a través de una alternativa política centrada en la producción, el trabajo, la educación, el sentido nacional y una fuerte sensibilidad social.
Además, dialogaron sobre el impacto de la muerte del Papa Francisco y la importancia de recoger su legado para construir una sociedad más justa. Tanto Kicillof como Storani también expresaron su repudio a las declaraciones de la titular del FMI, Kristalina Georgieva, quien instó a apoyar al presidente Javier Milei en los próximos comicios.
El encuentro finalizó con fotos, sonrisas y un abrazo de despedida, dejando abierta la posibilidad de seguir conversando en el futuro.
Con información de la agencia NA
Al igual que a nivel nacional, quedaron sin efecto las primarias locales. Ahora Kicillof debe negociar con el kirchnerismo y la oposición el cronograma electoral hacia las generales.
La Legislatura bonaerense definió por unanimidad suspender las PASO provinciales y los habitantes de Buenos Aires tendrán este año finalmente dos elecciones: el 7 de septiembre las legislativas locales y el 26 de octubre las legislativas nacionales.
Tras la votación el gobernador Axel Kicillof deberá terminar de negociar con el kirchnerismo la implementación del cronograma electoral. Es decir que ahora se abre una nueva discusión sobre los plazos electorales.
La votación de este lunes en la Legislatura acabó con la dilatada discusión por las primarias, que le costó al oficialismo bonaerenses varias semanas de discusión, con la interna abierta entre el gobernador y el sector de Cristina Fernández de Kirchner.
Las contradicciones ahora se trasladan a los plazos para presentar las listas e inscribir candidatos. Las nuevas complicaciones tienen que ver con la advertencia que la Junta Electoral realizó acerca de que, si se suspenden las PASO, sin modificar los plazos electorales establecidos por la ley provincial, no dispondrá del tiempo necesario para analizar y oficializar las listas de candidatos.
En ese marco, la presidenta de la Junta Electoral de la provincia de Buenos Aires, Hilda Kogan, convocó en paralelo a la sesión en la Legislatura a todos los bloques parlamentarios a una reunión de trabajo para tratar los temas relacionados con los plazos electorales.
El desenlace de la jornada legislativa pone a prueba la capacidad de los distintos espacios políticos para garantizar un proceso electoral ordenado, ya que deberán resolver en tiempo récord cuestiones clave para el normal desarrollo de las elecciones.
El argumento del gobernador es que la Ley 5.109, que establece que la lista de candidatos debe presentarse 30 días antes de las elecciones y las boletas partidarias 20 días antes a la fecha, data del 1946, cuando el padrón bonaerense era muy inferieor al actual. El problema que encuentra el axelismo es que la Junta Electoral —que por primera vez estará a cargo de la elección, al ser desdoblada— tendrá muy poco tiempo para verificar a los candidatos e imprimir las boletas. En ese contexto, el día que anunció la fecha de la elección provincial, el gobernador había incluido nuevos plazos en el proyecto para suspender las PASO.
IG/MC
Holsey llegó este lunes y permanecerá tres días en el país. Viajará a la Base Naval de Ushuaia, un punto estratégico en la mira tanto de Estados Unidos como de China.
El presidente Javier Milei recibirá este martes al jefe del Comando Sur de Estados Unidos, almirante Alvin Holsey, en el marco del alineamiento con el Gobierno de Donald Trump.
Holsey llegó este lunes y permanecerá tres días en el país. Viajará a la Base Naval de Ushuaia, un punto estratégico en la mira tanto de Estados Unidos como de China.
En abril de 2024 la base fue visitada por la antecesora de Holsey, la generala Laura Jane Richardson, que también fue recibida por Milei. En ese entonces, el mandatario argentino declaró que “el mejor recurso para defender la soberanía argentina es la alianza con Estados Unidos”.
El objetivo estratégico de la Argentina es construir una base naval integrada, que contenga un polo logístico en el extremo sur del continente y se convierta en la puerta de entrada a la Antártida. Ese proyecto comenzó a planearse durante el gobierno de Alberto Fernández por inciativa del entonces ministro de Defensa, Jorge Taiana.
Holsey también se reunirá con el ministro de Defensa, Luis Petri, y con el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, brigadier general Xavier Julián Isaac.
La embajada de Estados Unidos informó que el jefe militar mantendrá reuniones con líderes del gobierno y del área de Defensa en esta primera visita a la Argentina. El interés del Gobierno de Trump por los avances de la construcción de la base naval integrada en Ushuaia es un elemento sustantivo del “compromiso duradero para mejorar la asociación estratégica entre ambos países”.
La embajada estadounidense informó que la visita es para “reforzar la colaboración militar de larga data” entre ambas naciones, “con el objetivo de fortalecer la seguridad regional y avanzar en intereses compartidos”.
En la visita a la base, Holsey se reunirá con personal militar local para interiorizarse sobre sus misiones y el papel clave que desempeñan en la protección de las rutas marítimas vitales para el comercio global, se informó.
El almirante Holsey asumió al frente del Comando Sur el 7 de noviembre de 2024, al día siguiente del triunfo electoral de Trump.