Colonia Ermelinda

Código Postal 2356

Noticias de Santiago Del Estero

Milei buscó defenderse por llevar medio gabinete al funeral del papa: "Es la comitiva más chiquita de la historia"

Milei buscó defenderse por llevar medio gabinete al funeral del papa:

El Presidente calificó a Francisco como "el argentino más importante de la historia". Asistirá a la ceremonia el sábado en el Vaticano y volverá a Buenos Aires el domingo.

“¿A qué hora viajamos, Kari? A las 22”. Así contó Javier Milei públicamente en una entrevista radial su viaje de esta noche a Roma para asistir al funeral del papa Francisco y buscó defenderse ante las críticas por subir al avión oficial a cuatro ministros, la mitad de su gabinete. “Es la comitiva más austera y chiquita de la historia”, aseguró el mandatario con su hipérbole tradicional.

Milei estará acompañado por una comitiva inédita por su tamaño: siete de sus funcionarios más cercanos lo escoltarán en la despedida final del líder espiritual al que alguna vez llamó “comunista”, “imbécil” y “representante del maligno en la Tierra”. Hoy, en diálogo con radio Rivadavia, dijo que “ha sido el argentino más importante de la historia argentina”.

La delegación estará integrada por su hermana Karina, secretaria general de la Presidencia; su vocero Manuel Adorni; la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello; la de Seguridad, Patricia Bullrich; el canciller Gerardo Werthein; el jefe de Gabinete, Guillermo Francos; y el secretario de Culto y Civilización, Nahuel Sotelo, quien viajó antes como avanzada diplomática. Todos ellos acompañarán al mandatario a la Basílica de San Pedro, donde el cuerpo del papa será velado durante tres días. Por pedido expreso, Francisco no será enterrado en las criptas del Vaticano, sino en un lugar más humilde, fuera del subsuelo ceremonial.

“A mí me gustaría mencionar, a partir de algunas aberraciones que se estuvieron diciendo, que somos la comitiva más austera y más chiquita de la historia. Para mencionar un elemento, llegamos a la tarde noche (de mañana viernes) a Roma y ya después a la mañana (del sábado) tenemos que asistir a la ceremonia y después ya nos volvemos para para Buenos Aires y estaríamos acá en Buenos Aires a las 8 de la mañana del domingo”, explicó el Presidente. “Eso es lo estrictamente operativo y me parece que es un evento extremadamente importante”, agregó.

El paso por Roma no tendría reuniones bilaterales. Aunque Milei coincidirá con Donald Trump, Giorgia Meloni, Emmanuel Macron y Volodímir Zelenski, desde el Gobierno aseguran que no habrá tiempo ni margen para encuentros. La consigna es clara: ir, mostrarse, volver. Ni liturgia ni gestos diplomáticos, apenas lo justo para no quedar afuera de la foto.

El avión presidencial, con autonomía limitada, deberá hacer varias paradas. Se espera que Milei llegue a Italia entre las cuatro y cinco de la tarde del viernes. La ceremonia será el sábado a las diez de la mañana (hora local), cinco de la madrugada en Buenos Aires. 

“Estamos hablando de una persona de una envergadura enorme y tuvimos el privilegio de que sea argentino y como Jefe de Estado no puedo dejar de asistir a un evento de semejantes características; en especial siendo que el pueblo argentino es un pueblo católico”, dijo Milei para justificar su participación en el funeral.

Y agregó más elogios para el fallecido jefe de la Iglesia católica, pese a las virulentas críticas que le hizo cuando era diputado nacional: “El papa Francisco era un líder impresionante. Cuando uno después lo conoce, los que hemos tenido la posibilidad de conocerlo en persona y saber cómo actúa en política internacional y demás, sabemos de la estatura política que tenía”.

Las palabras de hoy de Milei contrastan con la sobriedad de la comitiva y el vacío inicial del Gobierno ante la muerte del papa. El primer comunicado fue errático, el mensaje de Milei en redes sociales pareció escrito con freno de mano (“A pesar de diferencias que hoy resultan menores…”), y ni un solo funcionario de alto rango asistió a las primeras misa de homenaje organizadas por la Iglesia el lunes.

Recién más tarde, cuando el clima se espesó, aparecieron Francos, Werthein y el propio Sotelo en la misa interreligiosa que se celebró este martes en la Catedral Metropolitana. Fue una reacción defensiva, no un acto de cercanía. En paralelo, el Gobierno suspendió todo lo que pudiera oler a campaña: la cena de la Fundación Libertad y Progreso y la aparición de Milei en “La Misa” —el streaming libertario del Gordo Dan. El duelo institucional durará siete días, pero en los hechos ya funcionó como una tregua forzada.

MC

Milei viaja a Roma para despedir al papa Francisco en medio de las críticas por su fría reacción

Milei viaja a Roma para despedir al papa Francisco en medio de las críticas por su fría reacción

La Casa Rosada enviará una delegación oficial encabezada por el Presidente, que partirá este jueves por la noche. La visita ocurre tras días de cuestionamientos por la ausencia institucional en los homenajes locales y la histórica distancia entre el libertario y el sumo pontífice.

El presidente Javier Milei viajará este jueves a Roma para despedir al papa Francisco, el argentino más influyente del siglo y, hasta hace poco, su antagonista ideológico más explícito. Partirá a las 22 en un vuelo oficial acompañado por una comitiva inédita por su tamaño: siete de sus funcionarios más cercanos lo escoltarán en el funeral del líder espiritual al que alguna vez llamó “comunista”, “imbécil” y “representante del maligno en la Tierra”. La visita no es un giro doctrinario ni un acto de fe, sino un movimiento de poder: Milei sabe que en política también se llora por conveniencia.

La delegación estará integrada por su hermana Karina; su vocero Manuel Adorni; la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello; la de Seguridad, Patricia Bullrich; el canciller Gerardo Werthein; el jefe de Gabinete, Guillermo Francos; y el secretario de Culto y Civilización, Nahuel Sotelo, que viajó antes como avanzada diplomática. Todos ellos acompañarán al mandatario a la Basílica de San Pedro, donde el cuerpo del papa será velado durante tres días. Por pedido expreso, Francisco no será enterrado en las criptas del Vaticano, sino en un lugar más humilde, fuera del subsuelo ceremonial.

Javier Milei y el papa Francisco, en el Vaticano el 11 de febrero de 2024.

El contraste entre la sobriedad de la comitiva y el vacío inicial del Gobierno ante la muerte del papa sigue siendo difícil de disimular. El primer comunicado fue errático, el mensaje de Milei en redes sociales pareció escrito con freno de mano (“A pesar de diferencias que hoy resultan menores…”), y ni un solo funcionario de alto rango asistió a las misas de homenaje organizadas por la Iglesia. “El Presidente no es el jefe espiritual del país”, argumentaron en Balcarce 50. Una aclaración innecesaria, que no hizo más que confirmar lo que faltaba.

Recién más tarde, cuando el clima se espesó, aparecieron Francos, Werthein y el propio Sotelo en la misa interreligiosa que se celebró este martes en la Catedral Metropolitana. Fue una reacción defensiva, no un acto de cercanía. En paralelo, el Gobierno suspendió todo lo que pudiera oler a campaña: la cena de la Fundación Libertad y Progreso y la aparición de Milei en “La Misa” —el streaming libertario del Gordo Dan. El duelo institucional durará siete días, pero en los hechos ya funcionó como una tregua forzada.

El paso por Roma no tendrá reuniones bilaterales. Aunque Milei coincidirá con Donald Trump, Giorgia Meloni, Emmanuel Macron y Volodímir Zelenski, desde el Gobierno aseguran que no habrá tiempo ni margen para encuentros. La consigna es clara: ir, mostrarse, volver. Ni liturgia ni gestos diplomáticos, apenas lo justo para no quedar afuera de la foto.

Karina y Javier Milei, en febrero de 2024, cuando visitaron al papa Francisco en El Vaticano.

El avión presidencial, con autonomía limitada, deberá hacer varias paradas. Se espera que Milei llegue a Italia entre las cuatro y cinco de la tarde del viernes. La ceremonia será a las diez de la mañana (hora local), cinco de la madrugada en Buenos Aires. Luego, tres días más en Italia antes del regreso previsto para el domingo. En la Casa Rosada descuentan que volverá agotado. “Llega fundido”, anticiparon a elDiarioAR.

La fatiga del vuelo no es lo único que pesa. También se acumulan los márgenes estrechos de gestión. El Congreso está virtualmente paralizado hasta después del recambio de diciembre. Las reformas penales se frenaron. Las únicas iniciativas que siguen vivas son la causa $Libra y la ley de Ficha Limpia, cuyo tratamiento se postergó para el 7 de mayo. Varios decretos esperan turno en la Secretaría Legal y Técnica, listos para salir apenas el clima lo permita.

Pero mientras el oficialismo ajustaba los detalles logísticos para el viaje presidencial, en el Congreso se desactivaba una polémica paralela: el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, confirmó que no habrá comitiva parlamentaria a Roma. La propuesta había partido del bloque de Unión por la Patria, que pedía una representación plural del Congreso y la Corte Suprema. Pero Menem fue tajante: “Cada legislador puede ir por su cuenta, pero con su propio bolsillo”. Para evitar el papelón, se organizó una ceremonia interreligiosa en el Salón de los Pasos Perdidos. El Senado, por su parte, también cerró filas: ningún viaje oficial, ninguna foto innecesaria.

La relación entre La Libertad Avanza y la Iglesia nunca fue precisamente buena. El arzobispo de Buenos Aires Jorge García Cuerva ya había dado una señal crítica en el Tedeum del 9 de julio: “Algo no está bien cuando tenemos dirigentes muy ricos y un pueblo trabajador muy pobre”, había dicho frente al propio Milei. La polémica por los alimentos almacenados en depósitos del Estado, denunciado por el obispo Oscar Ojea, contribuyó al clima tenso, al igual que el desplazamiento de Francisco Sánchez de la Secretaría de Culto. Milei colocó allí a Nahuel Sotelo, hombre del riñón de Santiago Caputo y católico más institucional.

En febrero de 2024, el Presidente visitó al papa en el Vaticano. Tuvieron una hora a solas. La reunión fue cordial, incluso amable. Pero nada de eso bastó para que el papa finalmente aceptara venir a la Argentina. El primer contacto entre ambos había sido mucho más precario, el 20 de noviembre de 2023, horas después de la victoria libertaria en el balotaje.

En la intimidad, el Presidente cree que el duelo institucional ya está saldado con el viaje, el tuit y la delegación. Nada más. El resto es paisaje. Mientras tanto, la maquinaria libertaria aguarda agazapada. El duelo funciona como pausa, pero también como escudo. Nadie se atreve a romper la tregua que impone el luto, aunque en los despachos ya se preparan los próximos movimientos. La política no descansa: apenas baja el volumen.

PL/JJD

Las mujeres de la villa más visitada por Francisco honran su legado: “Abrazó a nuestros hijos como si fueran suyos”

Las mujeres de la villa más visitada por Francisco honran su legado: “Abrazó a nuestros hijos como si fueran suyos”

Jorge Bergoglio visitó cotidianamente la 21-24, de Barracas, antes de transformase en la máxima autoridad de la Iglesia Católica. Allí cosechó la admiración de madres y mujeres migrantes que veían en su figura la verdadera esencia de los curas villeros.

La túnica negra, larga, con el crucifijo brillante a la altura de pecho. El balde con agua y jabón a su lado. La primera vez que Celia González, de 72 años, vio al entonces arzobispo de Buenos Aires en la villa 21-24 de Barracas fue un jueves santo de 2008 en la Parroquia Virgen de los Milagros de Caacupé. Bergoglio ─como lo conocían por entonces─ había llegado para dar una misa y lavarles los pies a jóvenes con problemas de adicciones. “Les besaba los pies mientras se los lavaba”, recuerda Celia. Esa imagen ─un cura que llega desde el centro porteño a la villa más grande de la ciudad para lavarles los pies a los jóvenes del barrio─ le recordó a Celia su propia historia: la de una mujer que se asentó en la villa para, como decía Francisco, estar más cerca de los que más sufren.

El 19 de abril de 1972, Celia ─de 19 años por entonces ─, llegó a Capital Federal desde Misiones, su provincia natal. Una oferta de trabajo para cuidar a una anciana que vivía en Uriburu y Santa Fe, pleno barrio de Recoleta, fue la excusa para llegar a la gran ciudad. Pronto, Celia, también dejaría esa vida. “Trabaja y militaba en una organización que hacía tareas comunitarias en la villa 21-24. No sabía en aquel tiempo que Buenos Aires tenía villas, así que iba y ayudaba en todo lo que se necesitaba”, recuerda ella.

Dos años después, en 1974, con el comienzo del terrorismo de Estado, Celia ya estaba mudada en el barrio. “Por ese entonces había un cura que mandaban los milicos, nada más”, precisa. La dictadura dejó un saldo de cuatro vecinos desaparecidos que, como ella, luchaban por la urbanización del barrio. “Fue la época más oscura que vivimos en el barrio”, apunta Celia. Con el tiempo, la vecina se volvió una de las mujeres referentes del asentamiento. Fue mamá, fundó 13 comedores comunitarios, ayudó a levantar la Parroquia Virgen de los Milagros de Caacupé y, junto a los curas del barrio, cuidó a los jóvenes que caían en las adicciones. Pero fue con Francisco que Celia sintió una verdadera conexión especial con “Dios”. 

Desde que llegó a Buenos Aires en 1972, Celia González luchó por la villa 21-24, fundó comedores y acompañó a los jóvenes. Su vínculo con Francisco le dio un sentido especial a su fe.

Su hijo, Julio Baez, de 49 años, quien falleció en 2020, conoció muy bien a Francisco. Trabajaba en la parroquia del barrio y, junto a Bergoglio, participó de la comitiva religiosa que en 2007 fue a Paraguay a buscar la virgen Caacupé. “Mi hijo me contaba sobre Francisco, pero no le daba importancia. Hasta que lo vi primero limpiar los pies de los jóvenes con adicciones en la capilla y después llegar de Paraguay con la virgen en alza. Tenía como un aura propia”, narra Celia.

La virgen que trajo Francisco desde Asunción, hoy descansa en la parroquia junto a un retrato suyo. “Las mujeres del barrio le debemos mucho porque él siempre nos incluía en sus misas y cuidaba a nuestros hijos”, sostiene la vecina. En noviembre de 2010, el cardenal Bergoglio destacó durante una homilía pronunciada en la parroquia Virgen del Carmen las virtudes de la mujer paraguaya al inspirarse en la imagen de la Virgen de Caacupé.

“Ustedes saben que en toda América la mujer paraguaya es la mujer más gloriosa”, comentó Francisco en esa oportunidad. “Porque esa mujer, la mujer del Paraguay, supo asumir un país derrotado por la injusticia y los intereses internacionales. Y ante esa derrota, llevó adelante la patria, la lengua y la fe. Por eso es doblemente gloriosa esta imagen, por ser la madre de Dios y por ser paraguaya”, subrayó Bergoglio.

El viaje en colectivo de Francisco a Paraguay para traer la virgen se celebró en todo el barrio. Menos en la casa de Gregoria Cáceres, de 76 años y, junto con Celia, una de las referentes sociales más importantes de la villa 21-24. “Estaba anotada para ir en la comitiva, pero por problemas con mi documento paraguayo no pude viajar”, explica Gregoria.

Gregoria Cáceres, histórica referente de la villa 21-24, destaca el amor y la protección de Francisco hacia las mujeres del barrio: “Ese cariño es el legado que debemos predicar cada día”.

Durante los días siguientes se dedicó a llorar y lamentar su viaje fraguado. Hasta que, la noche anterior a la llegada de la comitiva al barrio, lo soñó a Francisco. “Vi que bajaba del micro con la virgen, pero vestido de Papa”, cuenta la vecina. “Fue una premonición”. Para la referente social, la muerte de Bergoglio deja un legado en las mujeres del barrio: “Cuidó de nosotras y a nuestros hijos, sin conocernos. Ese amor es que tenemos que predicar todos los días”.

Las villeras de Francisco

El Padre Lorenzo “Toto” de Vedia tiene dos cámaras apuntando a su rostro en la parroquia de la Caacupé. El zoom es tan nítido que pueden verse los hilos deshilachados de su camiseta de la selección argentina. Es un miércoles por la tarde y, desde el lunes, tras conocerse la noticia de la muerte del Papa, el barrio está inundado de periodistas de todas partes del mundo que buscan la misma historia: el cura villero que llegó al Vaticano. 

“Acá pegó positivamente las expresiones que él tuvo sobre la mujer paraguaya y su lucha en la guerra de triple alianza”, le dice el padre Toto al elDiarioAR, mientras se desabrocha un corbatero. “Él valoraba mucho a la mujer. La promovió dentro del Vaticano y en los barrios valoraba a las madres y mujeres que trabajaban en los comedores”, apunta el padre.

El padre Toto de Vedia, referente villero, destaca el legado de Francisco: “Valoraba a las mujeres, a las madres y a quienes sostienen los comedores. Supo acompañar sin juzgar, aun en los debates más difíciles”.

Sobre las críticas del feminismo a Francisco por no apoyar la lucha por la legalización del aborto, de Vedia es tajante: “No creo que la discusión sea pañuelo celeste o verde”, explica. “Los curas villeros, en la época de la discusión por el aborto, sin estar a favor, abrimos igualmente hogares de abrazo maternal en los cuales atendemos a embarazos no buscados, acompañando en todo momento a la madre”, detalla Toto. “El progresismo, si no va acompañando de ciertas tradiciones, es tan malo como el conservadurismo”, aclara el referente religioso de la 21-24.

El teléfono sonó en las dos de la madrugada de un martes. Era una noche fría del 2006. Ramona Peralta, de 70 años, recuerda bien ese llamado. Su hijo, Juan Francisco Peralta, de 26 años, acababa de ser asesinado, tras ser atropellado por un auto que escapaba de una persecución policial. Al día siguiente, Bergoglio la llamó a su casa para consolarla. Su hijo lo conocía de la capilla del barrio, cuando el Papa llegaba para dar alguna misa, pero ella jamás había hablado con él. “Me llamó toda esa semana para darme ánimos”, recuerda Ramona, quien llegó al barrio desde Paraguay en 1986. “Realmente él quería todos nuestros hijos como suyos y a nosotras, las paraguayas, nos respetaba mucho”, cuenta la vecina, que trabajó durante años en los comedores de la 21-24. “Por esos gestos nunca lo vamos a olvidar”, dice Ramona.

Ramona Peralta recuerda el llamado de Francisco tras la muerte de su hijo: “Nos dio aliento en el dolor y siempre valoró a las madres y mujeres paraguayas del barrio”.

Son las 11 de la mañana. Gregoria, vestida con una remera del Papa, se encuentra con Celia en la Casa de la Memoria, un sitio que le rinde homenaje a los cuatro desaparecidos del barrio. Las mujeres que más vieron el trabajo territorial de Francisco se abrazan fuerte. “Soñé que nos visitaba, Celia”, le dice Gregoria al oído. Nadie puede decir lo contrario.

El colectivo de la línea 70 para dentro de la villa. Arriba viaja Lucas Flores, cargando una virgen enorme. “Es la virgen que va a todas las marchas”, dice Lucas. Viaja hasta Parque Lezama por una movilización de cartoneros y organizaciones sociales. El padre Toto también llegará a la plaza. “Cuando el Papa murió la llevé a la catedral”, cuenta Lucas. En Caccupé o en el colectivo, los homenajes a Francisco aún perduran.

Lucas Flores sube al 70 con la Virgen a cuestas: “Es la que va a todas las marchas”.

FLD/JJD

Dan a conocer la primera imagen del sepulcro de Francisco en Santa María la Mayor

Dan a conocer la primera imagen del sepulcro de Francisco en Santa María la Mayor

El pontífice, fallecido el lunes a los 88 años, eligió para su tumba esta antigua basílica romana dedicada a una de sus vírgenes predilectas, la 'Salus Populi Romani', en vez de la cripta de San Pedro del Vaticano donde yacen algunos de sus predecesores. Su última morada será la Capilla Paolina, en la nave izquierda del templo.

La futura tumba del papa Francisco en la basílica romana de Santa María la Mayor, una simple losa de mármol en el suelo, está casi lista y este jueves un grupo de operarios apresuraban los preparativos para su sepultura el sábado.

El pontífice, fallecido el lunes con 88 años de edad, eligió para su tumba esta antigua basílica romana que acoge una de sus vírgenes predilectas, la 'Salus Populi Romani', en vez de la cripta de San Pedro del Vaticano donde yacen algunos de sus predecesores.

En concreto, el lugar que dispuso es la Capilla Paolina, con el icono de la 'Salus Populi Romani' y la de la dinastía Sforza, en la nave izquierda del templo, a pocos pasos del altar.

Una foto facilitada por la oficina de prensa de la Santa Sede muestra el proyecto de la tumba del difunto papa Francisco en la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma.

Lo que será su tumba lleva días cubierto con una valla de madera pero, sin embargo, deja ver por sus rendijas luz eléctrica en su interior y sombras de operarios.

Además, toda la zona fue acordonada para evitar curiosos ya que este jueves decenas de personas acudieron a tomar algunas fotos de la que será la tumba del papa o simplemente a curiosear.

No obstante, el Vaticano difundió la primera imagen de la sepultura: pequeña y sencilla, con una lápida en el suelo con la inscripción 'FRANCISCUS' y una reproducción en la pared de su cruz pectoral, en plata y con la imagen del Buen Pastor.

El portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni, adelantó que el sepulcro podrá ya ser visitado desde la mañana del 27 de abril, un día después de las exequias.

Francisco solía acudir a este templo ya desde antes de su elección en 2013 pero, a lo largo de sus más de doce años de pontificado, lo visitaba sobre todo antes y después de cada viaje apostólico para encomendarse a la vírgen “protectora del pueblo romano”.

Conocida también como Nuestra Señora de las Nieves, se trata de un icono de origen bizantino de la Virgen con el Niño en brazos muy venerado por los romanos y que la tradición sostiene que fue realizado por san Lucas Evangelista, el patrón de los pintores.

La última vez que Francisco oró a sus pies fue el 23 de marzo al salir del hospital Gemelli de Roma después de 38 días ingresado por sus graves problemas respiratorios. Fallecería casi un mes después, el 21 de abril, a causa de un ictus y otras complicaciones.

El cuerpo del pontífice fue expuesto en la basílica de San Pedro del Vaticano para permitir a los fieles cada día darle el último adiós incluso más allá de la medianoche, hasta el viernes, cuando se clausurará el féretro.

El sábado por la mañana tendrá lugar su funeral, al que acudirán autoridades de todo el mundo, y después un cortejo fúnebre atravesará Roma con la caja para enterrarla en Santa María la Mayor.

Bergoglio, siempre fiel a su estilo humilde, dejó escrito en su testamento su voluntad de que el sepulcro esté “en la tierra, sea simple, sin un decoro particular” y solo señalado con una única inscripción: 'Franciscus', su nombre pontificio, en latín.

Además, los gastos de preparación de la sepultura serán cubiertos por un benefactor que encontró en vida y que permanece anónimo. 

Gonzalo Sánchez, para la agencia EFE.

IG

El médico del papa reveló detalles de los últimos instantes de vida de Francisco

El médico del papa reveló detalles de los últimos instantes de vida de Francisco

Jorge Bergoglio "no respondía a los estímulos, ni siquiera a los dolorosos. En ese momento me di cuenta de que no podía hacer nada más. Estaba en coma", contó Sergio Alfieri, medico del hospital Gemelli de Roma, en declaraciones publicadas en los medios italianos.

El papa en un texto inédito: “La muerte no es el fin de todo, sino un nuevo comienzo”

El medico del hospital Gemelli de Roma Sergio Alfieri, coordinador del equipo que atendió al papa Francisco, contó este jueves los últimos instantes de vida del pontífice: “Entré en su habitación y tenía los ojos abiertos. Comprobé que no tenía problemas respiratorios e intenté llamarle pero no contestaba”, dijo y explicó que se decidió no llevarle al hospital porque su deseo era “morir en casa”.

No respondía a los estímulos, ni siquiera a los dolorosos. En ese momento me di cuenta de que no podía hacer nada más. Estaba en coma”, explica Alfieri en declaraciones publicadas en los medios italianos.

Revela que “si hubiera perdido el conocimiento” se habría “tenido que seguir las directrices de su asistente personal de salud, Massimiliano Strappetti, que era como un hijo para el Santo Padre” y que eran las de “ningún ensañamiento terapéutico”.

“Durante su última hospitalización pidió expresamente que no se procediera en ningún caso a la intubación”, que “le habría ayudado a respirar, pero habría sido difícil volver atrás y extubarle, con los pulmones infectados de virus”, explica.

El que fue también su cirujano en dos operaciones explicó: “El lunes hacia las 5:30 de la mañana recibí una llamada de Strappetti: El Santo Padre está muy enfermo tenemos que volver al Gemelli. Preavisé a todos y veinte minutos después estaba allí en Santa Marta, parecía difícil pensar que fuera necesario un ingreso”.

Corríamos el riesgo de que muriera en el traslado, le expliqué que la hospitalización habría sido inútil. Strappetti sabía que el papa quería morir en casa, siempre lo decía cuando estábamos en el Gemelli. Murió poco después”, recuerda Alfieri.

En otra entrevista asegura que “nunca se expuso al peligro”.

“Es como si, acercándose al final, hubiera decidido hacer lo que tuviera que hacer. Como ocurrió en el Domingo de Resurrección, ”cuando aceptó la propuesta de su asistente sanitario personal Massimiliano Strappetti de dar la vuelta a la plaza entre la multitud“, añade.

Sobre la causa de la muerte, Alfieri explica que “fue uno de esos infartos que te llevan en una hora, quizá se inició un émbolo y ocluyó un vaso sanguíneo del cerebro. Quizá hubo una hemorragia. Son sucesos que le pueden ocurrir a cualquiera, pero los ancianos corren más riesgo, sobre todo si se mueven poco”.

Según el parte de defunción, firmado por el director de Sanidad e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano, Andrea Arcangeli, la muerte se produjo a las 7:35 horas locales (2:35 de Argentina) del 21 de abril en su apartamento, la residencia vaticana Casa Santa Marta, por un ictus, que derivó en un coma y después un paro cardiocirculatorio.

EFE.

IG