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Milei: “Desde este momento eliminamos el cepo cambiario de la economía argentina para siempre”

Milei: “Desde este momento eliminamos el cepo cambiario de la economía argentina para siempre”

En un mensaje grabado y transmitido este viernes a la noche, el Presidente dijo que la economía “abandonó la lenta agonía de los últimos 15 años” y celebró haber alcanzado los tres pilares de su programa: equilibrio fiscal, monetario y cambiario. Estuvo acompañado por todo su gabinete y por el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem. Victoria Villarruel, no.

El anuncio fue presentado como si se tratara de una liberación histórica: grandilocuente, como es costumbre en la retórica de Javier Milei. En cadena nacional, el presidente de la Nación declaró en la noche de este viernes el levantamiento definitivo del cepo cambiario y lo convirtió en símbolo de lo que considera un ciclo cerrado: el de una Argentina “atada al piso” durante los últimos 15 años. En su discurso —que leyó en la Casa Rosada, escoltado por la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y el jefe de Gabiinete, Guillermo Francos, más el resto de su gabinete sentados alrededor, y con la presencia del presidente de la Cámara de Diputados, el riojano Martín Menem, pero no de la presidenta de la otra cámara del Congreso, Victoria Villarruel, con quien está enfrentado y distanciado políticamente—, el mandatario sostuvo que el Ministerio de Economía y el Banco Central rompieron “el último eslabón” de una cadena que mantenía trabada la economía nacional.

El anuncio llegó acompañado de una interpretación política del camino recorrido desde su llegada al poder. “Les dije que venía a arreglar la economía de raíz, sin atajos ni gradualismo”, remarcó Milei, y añadió que tras un “duro primer año de trabajo” el Gobierno dio por terminado el proceso de “saneamiento macroeconómico argentino”. “Hemos traído orden a los tres pilares fundamentales: el fiscal, el monetario y el cambiario”, aseguró.

Milei insistió en presentar el levantamiento del cepo como el final de una época. Afirmó que los argentinos “abandonaron la lenta agonía en la que estábamos sumidos” y que enfrentaron “el trago amargo de una sola vez y para siempre”, en lugar de seguir “postergando los problemas”.

Hubo además un reconocimiento explícito a quienes acompañaron políticamente sus medidas. Agradeció “a aquellos actores de la dirigencia política que sí entendieron el proceso de cambio que estábamos viviendo, sin mezquindades ni condicionamientos”. Y destacó a quienes respaldaron sus decisiones de veto en el Congreso: “Por ejemplo, aquellos 87 héroes que defendieron el superávit fiscal defendiendo los vetos que fuimos forzados a realizar para frenar la demagogia populista de algunos otros”.

El Presidente cerró con una reivindicación de su programa como una ruptura con las políticas del pasado. Dijo que el proceso no fue producto de “un capricho”, sino de la necesidad de corregir “décadas de horrores económicos” que, según su lectura, arrastraron al país hasta el 10 de diciembre de 2023.

Un discurso autocelebratorio en el que volvió a criticar a quienes no lo apoyan

El Presidente también utilizó la cadena nacional para presentar los resultados de su gestión como un salto de calidad en el desempeño económico argentino. “Pasamos de ser el peor alumno del mundo en materia económica a hacer los deberes y pasar a ser el alumno ejemplar”, afirmó. En esa línea, detalló lo que denominó “los tres exámenes” superados: el fiscal, el monetario y, con el fin del cepo, el cambiario.

Pasamos de ser el peor alumno del mundo en materia económica a hacer los deberes y pasar a ser el alumno ejemplar

En cuanto al orden fiscal, reivindicó haber dejado atrás “más de 100 años de déficit fiscal crónico” y ubicó a la Argentina entre los “cinco países del mundo que solo gastan lo que recaudan y ni un peso más”. Con respecto al frente monetario, dijo que “se le puso un tope a la cantidad de pesos emitidos”, lo que, según su descripción, redujo la inflación “entre 10 y 25 veces” dependiendo del índice utilizado. “Eso nos hizo ver una apreciación del peso sin precedentes con su consecuente caída de la pobreza”, agregó.

Sobre la eliminación del cepo, la calificó como “la última espina que nos infligía un dolor profundo” y la tildó de “aberración que nunca debería haber existido”. El mandatario vinculó directamente el levantamiento de las restricciones cambiarias con un nuevo respaldo del Fondo Monetario Internacional. “Hace algunos minutos, el Fondo Monetario anunció un programa inédito para la Argentina”, celebró.

El acuerdo con el organismo multilateral, según explicó Milei, tiene una particularidad: por primera vez no se destinará a financiar una transición hacia el orden sino a sostener un plan que, según su visión, “ya ha rendido sus frutos”. Agradeció expresamente al directorio del Fondo y a su titular, Kristalina Georgieva, a quien definió como “la cristalina Georgieva”.

En contraste con los programas tradicionales del FMI, Milei subrayó que esta vez el ajuste no se hizo vía suba de impuestos sino que “casi la totalidad del ajuste recayó en el Estado y no en los argentinos de bien”. Precisó que el paquete de apoyo financiero, integrado por el FMI, el Banco Mundial, el BID y un RIPO del Banco Central, asciende a US$32.000 millones, de los cuales US$19.600 millones se desembolsarán de inmediato.

Con esos fondos, aseguró que las reservas brutas del Banco Central rondarán los US$50.000 millones en mayo. “Con este nivel de reservas podemos respaldar tranquilamente todos los pesos existentes de nuestra economía, brindándole más seguridad monetaria a nuestros ciudadanos”, sostuvo.

El Presidente también se detuvo en explicar la lógica contable del balance del Banco Central. Detalló que los activos están compuestos por reservas internacionales y títulos públicos, mientras que los pasivos incluyen la base monetaria y la deuda remunerada: las Lebacs, luego Leliqs y después pases. La mención técnica buscó reforzar la idea de un sistema monetario más sólido tras el reordenamiento impulsado por su administración.

Calculó que la mejora de las reservas del BCRA permitirían rescatar la base monetaria a un dólar a $650

En otro tramo del discurso, Milei profundizó en la lógica detrás del deterioro inflacionario argentino desde la salida de la convertibilidad. Explicó que el patrimonio neto del Banco Central se ve afectado cuando aumentan sus pasivos, ya sea por la emisión de pesos sin respaldo o por el devengamiento de intereses. En ese marco, señaló que cuanto más negativo es ese patrimonio, mayor debe ser el nivel de precios para ajustar las cuentas, lo que alimenta la inflación.

“Desde la salida de la convertibilidad el precio del dólar se multiplicó por 1.200 veces”, sostuvo el Presidente, y responsabilizó directamente a la política del Banco Central, que según dijo, “le robó a los argentinos más de US$100.000 millones en los últimos 25 años”. Afirmó que esa destrucción de activos explica el “desastre inflacionario” vivido en las últimas dos décadas.

A modo de respuesta a esa situación, Milei presentó el nuevo acuerdo con el FMI y otros organismos como un intento de “restaurar el activo del Banco Central y con ello su patrimonio, para que la inflación sea solo un mal recuerdo del pasado”. Señaló que los fondos que ingresarán al Tesoro serán utilizados para cancelar deuda con el BCRA y que, dado que los títulos no cotizan a la par, eso también reducirá la deuda bruta del Estado.

Según sus cálculos, las reservas brutas permitirían rescatar la base monetaria a un tipo de cambio de $650, y si se toma la base monetaria ampliada, esa conversión sería posible a $911. Incluso fue más allá: “si utilizamos el techo de lavanda presentado por el ministro Caputo, no solo podría rescatarse toda la base monetaria amplia, sino que sobrarían cerca de US$15.000 millones”.

Desde allí, reforzó la idea de haber aprobado el “examen cambiario” y justificó la demora en levantar el cepo. “Nos hubiera encantado eliminar el cepo cambiario más rápido, pero siempre dijimos que preferíamos eliminarlo bien y definitivamente”, aseguró, diferenciándose de intentos fallidos del pasado. Valoró la aceptación social del ritmo impuesto: “Fue una de las tantas verdades incómodas que le planteamos a la sociedad, y que supieron aceptar con determinación y paciencia”.

El tramo más enfático del mensaje llegó cuando Milei proclamó que por primera vez en 120 años la Argentina logró tener al mismo tiempo orden fiscal, orden monetario y orden cambiario. “Nunca. Esta es la primera vez. Por eso no vengan a decir que ya la vieron, porque esta vez verdaderamente sí es diferente”, insistió.

Esa sincronía, según su lectura, marca un quiebre histórico. “Rompemos la rueda de la ilusión y el desencanto y comenzamos a caminar de una vez hacia adelante”, afirmó. Y resumió el cambio en términos de blindaje: una economía que ya no es una “balsa de madera a la deriva” sino “un verdadero acorazado”.

Esta nueva situación, añadió, ofrece dos garantías: la de evitar turbulencias autoinfligidas y la de estar mejor preparados que nunca para enfrentar shocks externos. Si bien admitió que ningún país es totalmente inmune, sostuvo que la Argentina actual absorberá menos daño y se recuperará más rápido que en cualquier otro momento de su historia.

Por último, amplió la mirada y ubicó el giro argentino en un contexto de transformación global. “En un mar de volatilidad, ya no somos una balsa. Somos un acorazado”, repitió, y señaló que el orden internacional surgido tras la Segunda Guerra Mundial está dando paso a una nueva etapa, con “placas tectónicas que se están desplazando luego de décadas de quietud”.

Si los shocks externos impactan en la Argentina, habrá más ajuste, dijo el Presidente

Milei también anticipó cómo reaccionaría su Gobierno ante un eventual agravamiento del escenario internacional. “Frente a la posibilidad de que el choque externo se agudice, responderemos con mayor ajuste fiscal reduciendo el gasto público”, aseguró. Señaló que, en lugar de devaluar la moneda o subir impuestos —dos caminos usados históricamente en la Argentina— la estrategia libertaria será bajar la “absorción doméstica” a través de un achique adicional del Estado.

En ese sentido, informó que el objetivo de superávit primario para 2024 pasará de 1,3% a 1,6% del PBI, lo que refuerza, según dijo, la eliminación del riesgo fiscal, monetario y cambiario. “Han quedado asentadas las bases para la estabilidad y el crecimiento sostenido por el mediano y largo plazo”, remarcó.

El discurso incluyó una proyección optimista sobre el impacto del nuevo marco macroeconómico. Según el Presidente, el ahorro de 15 puntos del PBI que antes se dirigía a la política “ha sido devuelto al sector privado”, lo que se traducirá en mayor inversión y consumo. A eso se sumaría la baja del riesgo país, la caída de tasas de interés y el regreso del crédito privado.

Milei afirmó que el ajuste fiscal garantiza un piso de crecimiento del 4,5% anual a largo plazo, al que se agregan las reformas estructurales llevadas adelante por su administración: el DNU 7023, la Ley de Bases y más de 1.700 desregulaciones impulsadas por el Ministerio de Desregulación. También previó un empuje de corto plazo por la recomposición de stocks en las empresas y la revalorización de salarios y jubilaciones gracias a la baja inflacionaria.

A todo eso le sumó un nuevo “boom de créditos hipotecarios”, una baja gradual de impuestos, una apertura sin precedentes al comercio internacional y un renovado flujo de inversiones extranjeras: “Le pusimos un cepo al Estado, un cepo a la emisión y hemos liberado la canilla de la iniciativa privada”, celebró.

Culpó a la “ley Guzmán” por la “interrupción en el proceso de desinflación”

Con respecto a la inflación, Milei ratificó que su plan terminará con el fenómeno “de forma indefectible” y responsabilizó a la “ley Guzmán” por la reciente interrupción del proceso de desinflación. Denunció que por esa norma debió solicitar aprobación parlamentaria para el nuevo acuerdo con el FMI, lo que obligó al Gobierno a mantener la confidencialidad mientras “políticos y economistas generaban pánico e incertidumbre”.

La llamada “ley Guzmán” a la que se refirió Javier Milei en su discurso es la número 27.612, sancionada en marzo de 2021, durante la gestión del entonces ministro de Economía, Martín Guzmán.

Esta norma establece que todo endeudamiento en moneda extranjera con organismos financieros internacionales —como el FMI— debe contar con la aprobación del Congreso de la Nación. Fue impulsada luego del acuerdo entre el gobierno de Mauricio Macri y el FMI en 2018, que se firmó sin pasar por el Poder Legislativo, lo que generó fuertes críticas políticas y sociales.

La ley buscó dar mayor transparencia y control democrático a este tipo de decisiones estructurales, obligando al Ejecutivo a informar al Congreso y a obtener su autorización antes de contraer nueva deuda externa con organismos multilaterales.

En su discurso, Milei la cuestionó por considerarla una “aberración”, porque —según él— le impidió avanzar con mayor rapidez en el acuerdo con el FMI y lo obligó a mantener la confidencialidad mientras se generaba, en paralelo, “incertidumbre” por parte de sectores políticos y económicos.

Aun así, Milei se jactó de que gracias a su política económica la inflación no tiene otro destino que desaparecer, al no haber más emisión sin respaldo. “La inflación es siempre y en todo lugar un fenómeno monetario”, dijo. Y concluyó que salvo los más grandes, la mayoría de los argentinos “nunca vio algo así”.

El cierre de la cadena nacional tuvo un tono más épico, donde Milei ensayó un retrato del país como potencia en potencia. Destacó las ventajas naturales, la diversidad productiva y el talento disperso en todo el mundo como base para un despegue sostenido. “Imagínense cómo nos puede ir con el viento a nuestro favor”, alentó.

Recordó que en el último año se aprobaron inversiones por más de US$12.000 millones bajo el régimen RIGI, y anticipó que la eliminación total del cepo facilitará aún más la llegada de capitales. A su juicio, el resultado será claro: “Argentina será el país con mayor crecimiento económico de los próximos 30 años. En vez de hablar de tasas chinas, pronto el mundo hablará de crecer a tasas argentinas”.

Argentina será el país con mayor crecimiento económico de los próximos 30 años. En vez de hablar de tasas chinas, pronto el mundo hablará de crecer a tasas argentinas

En el tramo final, el Presidente se dirigió a todos los sectores, incluso a quienes no lo votaron o se opusieron a su gestión. “Si el país crece, a todos nos va a ir mejor”, sostuvo. Prometió un país “en el que salir adelante sea fácil para el que hace las cosas bien” y llamó a construir una “era dorada” de libertad y prosperidad.

Con un mensaje a la nación que combinó balance, ideología, promesa de futuro y tono religioso, Milei cerró su discurso con una frase ya característica: “Que Dios bendiga a los argentinos y que las fuerzas del cielo nos acompañen”. Pero esta vez no dijo “viva la libertad, carajo”.

JJD

Caputo espera este martes US$12.000 millones del FMI y a cambio promete más motosierra al gasto

Caputo espera este martes US$12.000 millones del FMI y a cambio promete más motosierra al gasto

El Fondo prestará en total US$20.000 millones, de los cuales 15.000 millones llegarán este año, según el anuncio del ministro de Economía que aún no ratificó el organismo. El BID y el Banco Mundial sumarán otros 22.000 millones y bancos privados, 2.000 millones. Como contrapartida, se liberó en parte el cepo y el tipo de cambio y se ajustará otro 0,3% las erogaciones del Estado.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) girará este martes a la Argentina US$ 12.000 millones, en el marco del nuevo acuerdo financiero, anunció al ministro de Economía, Luis Caputo. Serán parte del préstamo de US$20.00 millones del organismo, de los cuales 15.000 millones llegarán en 2025, la mayoría ahora, 2.000 millones en junio y 1.000 millones en el resto del año.

El FMI por ahora no confirmó nada. Se espera que en las próximas horas emita un comunicado después de que finalice la reunión de su directorio en el que se aprobará el préstamo.

El funcionario dijo que, hasta junio, llegarán US$ 19.600 millones al país para fortalecer las reservas del Banco Central. Pues se sumarían US$3.600 millones de los bancos Mundial e Interamericano de Desarrollo (BID) y otros 2.000 millones de un repo (crédito de altas garantías) que otorgará en lo inmediato un grupo de bancos. En lo que resta del año llegarían otros 2.500 millones del Banco Mundial y del BID. En total, en 2025 sumarían 23.100 millones de las diversas fuentes de financiamiento. Caputo promete que “estos recursos serán de libre disponibilidad y se destinarán a la recapitalización del Banco Central”.

El Banco Mundial prestará U$5.000 millones al Estado, 5.500 millones al sector privado y dará garantías por 1.500 millones, lo que totaliza una operación de 12.000 millones. El BID financiará 7.000 millones al sector público y 3.000 millones a las empresas privadas, lo que suma unos 10.000 millones. Entre ambas entidades acumulan 22.000 millones, de los cuales sólo 6.100 millones llegarían este año.

A cambio, el Gobierno se comprometió a liberar el cepo cambiario para las personas, a flexibilizar en parte el tipo de cambio, permitiendo un salto del dólar oficial de hasta 27% en lo inmediato, pero también meter más motosierra fiscal. El Ministerio de Economía anunció la “implementación de un ajuste fiscal adicional de 0,3% del PIB para lo que resta de 2025, dado el contexto global”. Se supone que la guerra comercial que amenaza con recesión global deteriorará los ingresos del Estado. Originalmente, el Ejecutivo había establecido para el año un superávit primario (antes del pago de deuda) de 1,3% del PIB. Ahora lo elevará al 1,6%. Así podrá cumplir con los pagos de deuda a los acreedores privados. No se informó dónde talará la motosierra esta vez.

AR/MG

El directorio ejecutivo del FMI aprobó el requisito para activar el desembolso en Argentina

El directorio ejecutivo del FMI aprobó el requisito para activar el desembolso en Argentina

El acuerdo técnico ya estaba cerrado desde hace semanas y el Ejecutivo lo consideraba clave para acompañar la implementación del nuevo esquema cambiario y avanzar en la liberación del cepo, así como acceder nuevamente a los mercados internacionales de capital.

El directorio ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó este viernes un nuevo programa de financiación a 48 meses para Argentina valorado en 20.000 millones de dólares que contará con un desembolso inicial de unos 12.000 millones de dólares.

El acuerdo técnico ya estaba cerrado desde hace semanas y el Ejecutivo lo consideraba clave para acompañar la implementación del nuevo esquema cambiario y avanzar en la liberación del cepo, así como acceder nuevamente a los mercados internacionales de capital.

El nuevo programa tiene como ejes:

  • Ancla fiscal sólida: se busca consolidar el superávit fiscal alcanzado por primera vez en casi 20 años y fortalecer su sostenibilidad con reformas graduales en materia impositiva, coparticipación y sistema previsional.
  • Nuevo régimen cambiario: habrá mayor flexibilidad del tipo de cambio, con una flotación entre bandas, eliminación del dólar blend y nuevas reglas monetarias para acompañar la desinflación.
  • Reformas estructurales: se apunta a una economía más abierta y orientada al mercado, con énfasis en energía, minería, eficiencia estatal, transparencia y lucha contra la corrupción.

La primera revisión del programa está prevista para junio de 2025, con un nuevo desembolso proyectado de US$2.000 millones.

La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, celebró los avances del plan del Gobierno argentino, al que calificó como “decidido y anclado en disciplina fiscal, reformas estructurales y apertura económica”.

El acuerdo, además, espera catalizar financiamiento adicional de organismos multilaterales como el Banco Mundial y el BID, así como respaldo bilateral, y podría habilitar el regreso de Argentina a los mercados internacionales.

MM con información de la agencia NA.

Luis Caputo: "El lunes se termina el cepo cambiario"

Luis Caputo:

El ministro de Economía presentó el nuevo entendimiento con el FMI en la Casa Rosada, habló de una nueva etapa para atraer inversiones y fortalecer la moneda, pero evitó referirse al dato de inflación de marzo, el más alto en siete meses.

Desde la sala de conferencias de la Casa Rosada, Luis Caputo formalizó este viernes el anuncio más esperado por los mercados: la Argentina iniciará una nueva etapa con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que, según el ministro de Economía, permitirá “recapitalizar el Banco Central” y levantar, finalmente, el cepo cambiario. Fue una presentación extensa, en la que buscó reforzar el sentido político y técnico del entendimiento que implicará una primera transferencia inmediata de US$12.000 millones el martes próximo.

El programa tendrá una duración de cuatro años, con revisiones trimestrales de metas y 10 años de plazo de devolución del préstamo. La Argentina recibirá US$15.000 millones de desembolsos de “libre disponibilidad” en 2025.

Durante su alocución, Caputo desglosó el rumbo económico del gobierno de Javier Milei en tres fases. “El programa económico que nosotros planteamos tiene tres etapas: la primera es terminar con el déficit fiscal; la segunda, terminar con el déficit cuasifiscal y la emisión monetaria; y la tercera, la recapitalización del Banco Central”, detalló.

En ese sentido, explicó que el nuevo acuerdo con el Fondo apunta a reforzar el balance de la autoridad monetaria. “¿Qué implica recapitalizar el Banco Central? Implica respaldar los pesos que el Banco Central ha emitido. Es otra cosa que la deuda que tiene el Banco con la gente, una deuda que la política en Argentina ha despreciado por muchísimos años”, sostuvo.

El ministro de Economía, Luis Caputo.

Caputo insistió en que ese saneamiento permitirá profundizar el proceso de desinflación, eje clave del relato oficial: “Lo que implica este acuerdo, esencialmente, es tener una moneda más sana”.

Pero el mayor anuncio fue otro. “A partir del lunes vamos a poder terminar con el cepo cambiario, ese cepo que tanto daño ha hecho, que se puso en 2019 y que tanto limita el funcionamiento de la economía”, dijo. En la lógica del Gobierno, la combinación de orden fiscal, desregulación y normalización cambiaria va a “generar la entrada de inversiones que hoy están pendientes de que Argentina pudiera terminar con estas restricciones”.

El titular del Palacio de Hacienda celebró los primeros síntomas de reactivación –“la economía creció en diciembre de 2024 un 6% interanual”, dijo– y proyectó una cadena de efectos virtuosos que, si se cumplen sus pronósticos, conducirán a una baja de impuestos. “Ese mayor superávit, en un Gobierno como el nuestro que no aumenta el gasto, nos va a dar la posibilidad de poder revolverle cada vez más recursos al sector privado”, expresó.

En toda su exposición, sin embargo, Caputo no hizo mención alguna al dato de inflación de marzo que el Indec difundió apenas una hora antes: 3,7%, el número más alto desde agosto del año pasado y un golpe directo al ancla central del discurso oficial. La omisión fue leída como un intento de encapsular el anuncio en una narrativa de éxito y futuro, sin abrir flancos frente a una cifra que tensiona las expectativas.

Además, el ministro hizo un apartado emotivo. Agradeció a su equipo económico, al presidente Milei y a “todos los que están acompañando”. Aunque evitó dar definiciones políticas, dejó entrever que este nuevo pacto con el Fondo será el punto de inflexión para el plan libertario.

PL

El día que se rompió la calma: inflación en alza, dólares que se van y un Milei blindado en la Rosada

El día que se rompió la calma: inflación en alza, dólares que se van y un Milei blindado en la Rosada

El Presidente armó una postal de poder para contrarrestar la peor cifra del Indec en siete meses. Con Caputo en la mira, espera que el FMI y el desembarco del secretario del Tesoro norteamericano den aire a un plan que ya muestra grietas.

La inflación fue de 3,7%: se acelera fuerte en marzo y se aleja de la hoja de ruta de Milei

Javier Milei decidió no refugiarse en Olivos este viernes. En lugar de eso, desde las 15.40 se encerró en la Casa Rosada, donde reunió a casi todo su gabinete para enfrentar uno de los días más delicados desde que asumió. El dato de inflación de marzo, que el Indec difundió a las cuatro de la tarde, fue un mazazo: 3,7%, el peor número desde agosto del año pasado. Un golpe directo al único éxito que el Gobierno venía esgrimiendo como victoria propia.

Ya desde la mañana, quizás intuyendo lo que podía suceder, el Presidente había buscado cambiar el foco: convocó a sus ministros a Balcarce 50 para rodearse de su equipo en una puesta en escena planificada hasta el último detalle por su hermana Karina, justo cuando se esperaba la confirmación del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por 20.000 millones de dólares.

La secuencia no fue improvisada. Desde temprano, en los pasillos del poder se hablaba de un “superviernes” y de una imagen institucional para compensar el posible mal trago inflacionario. Como en diciembre, cuando celebró su primer año de gobierno rodeado de sus funcionarios, Milei apeló a la coreografía. Esta vez no hubo mensaje grabado, pero sí una escenografía cuidadosamente orquestada: el Salón Blanco como escenario, ministros ingresando por la explanada, y la expectativa por un anuncio internacional que el Gobierno pretende convertir en oxígeno político.

Luis Caputo, antes de viajar a EEUU con Javier y Karina Milei, este 3 de abril.

La reunión, convocada para las 17, una hora después del parte del Indec, incluye al jefe de Gabinete, Guillermo Francos; a los ministros Caputo, Sturzenegger, Bullrich, Pettovello, Cúneo Libarona, Lugones y Petri; y al canciller Werthein. También se sumaron Martín Menem, Manuel Adorni, María Ibarzábal Murphy y, como siempre, Santiago Caputo, el artesano del relato oficial. El mensaje interno era claro: mostrar que el Presidente no está solo, que el equipo sigue en pie, y que el acuerdo con el FMI es más importante que el revés inflacionario.

Pero incluso en ese intento de control narrativo, el Gobierno dejó filtrar señales contradictorias. A 24 horas del show en Balcarce 50, Luis Caputo se sinceró en público: a través de un comunicado sobre la renovación del swap con China, aseguró que el régimen cambiario actual “no es consistente ni sostenible”. Un sincericidio, o una maniobra de autodefensa, que terminó dándole la razón a los mismos economistas que el oficialismo venía tildando de “mandriles”.

El dato no es menor: el FMI exige como condición un salto devaluatorio inicial y luego avanzar hacia un esquema de flotación libre del dólar. En la Casa Rosada quieren posponerlo hasta después de las elecciones de octubre. Pero el mercado tiene su propio reloj: este viernes, el Banco Central perdió casi 400 millones de dólares de reservas en una sola jornada.

El ministro de Economía, Luis Caputo, y la presidenta del FMI, Kristalina Georgieva.

Ese dato reforzó la percepción de que el acuerdo con el Fondo —que todavía no había sido comunicado oficialmente al cierre de esta nota— llega con una hoja de ruta que Milei y Caputo preferirían no transparentar del todo. En principio, el programa incluye metas duras sobre tipo de cambio, emisión, déficit y reservas netas del BCRA. Pero lo que está en discusión es el timing. Por eso, en paralelo a la escenificación oficialista, crece la expectativa por una salida del cepo entre julio y agosto, como dejaron trascender en los últimos días desde el entorno presidencial.

En paralelo, como para sumar tensión al clima político, este mismo viernes se terminó de definir la conformación de la comisión investigadora en Diputados sobre el caso $LIBRA, que apunta a interpelar a los principales ministros del gabinete. Y desde Washington llegó otra señal política: el lunes desembarcará en Buenos Aires el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, enviado del gobierno de Donald Trump, el principal aliado internacional de Milei. En la intimidad del Gobierno, la expectativa no sólo pasa por la aprobación formal del board del FMI, sino por la chance de anunciar también fondos adicionales del Banco Mundial u otros organismos multilaterales.

Con una economía frágil, reservas en baja y un frente político cada vez más áspero, el Presidente apuesta todo al acuerdo con el FMI. Quiere que funcione como escudo ante la inflación y como argumento para sostener su plan de dolarización, que sigue sin fecha. Pero más allá de la foto, y del acting institucional, el problema sigue siendo el mismo: el dólar no sube porque sí. Y el número del Indec fue una advertencia.

PL/MG