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El asesinato de la pareja de mujeres en Barracas, la expresión extrema de los crecientes discursos de odio

El asesinato de la pareja de mujeres en Barracas, la expresión extrema de los crecientes discursos de odio

Pamela Cobbas y su pareja, Mercedes Roxana Figueroa, dormían en una cama matrimonial cuando se despertaron con el fuego en sus cuerpos. No pudieron hacer mucho ante la rapidez de las llamas. Intentaron salir de la habitación del hotel en la que vivían hace más de un año, pero Justo Fernando Barrientos, las golpeó y las empujó hacia el interior de la habitación donde el fuego seguía ardiendo. Allí también estaban Sofía Castro Riglos y Andrea Amarante, que también fueron víctimas del incendio. 

En la medianoche del lunes, la habitación 14 del hotel familiar de Olavarría 1621, en Barracas, fue el lugar en el que Justo Fernando Barrientos, de 68 años, decidió quemar a las mujeres. Él dormía en una habitación de por medio. Llenó una botella de combustible y encendió el fuego. Ante los gritos, vecinos de otros pisos corrieron con dos matafuegos para intentar sofocar las llamas, pero no pudieron. Los cuerpos seguían ardiendo, las arrastraron hasta el baño en busca de agua,

Esa misma madrugada falleció Pamela Cobbas, de 52 años, que según sus redes sociales tenía un hijo en Misiones. No se sabe mucho de ella, ningún familiar se acercó al hospital a reclamar el cuerpo. Dos días después, el miércoles, murió Mercedes Figueroa que tenía el 90% del cuerpo quemado. Tampoco hay familiares que la reclamen. Según los registros del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires habían estado en situación de calle y pedido un subsidio. Sofía Castro Riglos, de 49 años, y Andrea Amarante, de 42, siguen internadas en el Hospital Penna. Andrea, que está en terapia intensiva con el 75% del cuerpo quemado, es sobreviviente de la tragedia de Cromagnon. 

El viernes también se hizo una manifestación frente al Congreso Nacional

Barrientos está detenido, acusado de homicidio y lesiones graves en el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 14, a cargo de Edmundo Rabbione. Según testimonios de los vecinos a la Agencia Presentes, el hombre las había amenazado en Navidad y las discusiones eran frecuentes. Le molestaba su identidad de género y las llamaba ‘engendros’, ‘tortas’ o ‘gorda sucia’“. Luego del ataque Barrientos intentó suicidarse cortándose el cuello con un cuchillo y después buscó escapar por la terraza.

“Esta situación de violencia internalizada en muchas personas se hace más fácil cuando quienes están en el Poder Ejecutivo, Legislativo, Judicial o quienes tienen acceso a los medios masivos de comunicación hablan con total impunidad desde el odio. Esos discursos facilitan la manifestación del odio a las personas que están en el llano. Se manifiestan en llenar una botella con combustible, prenderla fuego y echarlo en la cama a personas que estaban descansando”, le dijo a elDiarioAR María Laura Olivier, secretaria General de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), que acompaña a las mujeres afectadas en el incendio de Barracas. El hecho se da en un contexto de discursos de odio crecientes hacia las diversidades sexogenéricas que se incrementó con la llegada al poder de Javier Milei.

El Presidente y varios de sus funcionarios tienen posturas abiertamente discriminatorias que habilitan esos discursos en la sociedad. No es solo verbal, se trata de repercusiones concretas. Así lo entiende el diputado nacional por Santa Fe del Partido Socialista y militante de la diversidad sexual, Esteban Paulon. “Hay distintos grados de responsabilidad pero cuando desde lo más alto del poder se legitiman los discursos de odio esto rápidamente se transforman en actitudes odiantes, en hechos con consecuencias concretas. No son inocuos. Si un dirigente, funcionaria o alguien con una posición de poder en un medio de comunicación plantea una descalificación a una persona o idea que menoscaba, discrimina o señala a algún colectivo no va a faltar alguien que en la comunidad sienta que debe hacer algo con eso. Eso, por lo general, termina en una acción violenta”, sostuvo en diálogo con este medio. 

Días atrás, el biógrafo y amigo del presidente, Nicolás Márquez, se refirió a la homosexualidad como una “conducta insana y autodestructiva” y dio cifras falaces acerca de la calidad de vida de las personas de la comunidad. “Hay conductas objetivamente sanas y conductas objetivamente insanas. Entonces, cuando el Estado promueve, incentiva y financia la homosexualidad, como lo ha hecho hasta la aparición de Javier Milei en escena, está incentivando una conducta autodestructiva”, afirmó en una entrevista con Ernesto Tenembaum en Radio con Vos. Los dichos despertaron una ola de críticas y rechazos de personalidades públicas. 

Manifestación en la puerta del hotel donde fue el crimen. El colchón es el de las víctimas.

María Rachid, integrante de la Comisión Directiva de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT), habló del riesgo de darle visibilidad a estas expresiones. “En los últimos meses se han profundizado esos mensajes, tienen que ver con que el Gobierno Nacional expresa estos discurso de odio a través de sus funcionarios y eso empodera a otros sectores minoritarios, repercute en más discriminación, agresiones, incluso asesinatos que están siendo avalados o sostenidos por esos discursos de odio”, indicó a elDiarioAR

Pero la responsabilidad no está puesta solo en los funcionarios sino también en los medios de comunicación que permiten la circulación de estos mensajes. De eso habla Lucas 'Fauno' Gutiérrez, activista y periodista de la Agencia Presentes. “Esta semana surgió el debate de si hay que invitar fachos a las mesas de noticias. Creo que sí hay que hacerlo, pero cuando tenés espalda para responderle y desarticular sus mensajes de odio, porque si lo único que hacés es indignarte para que tu público vea como te indignas ante eso, no sirve. Eso pasa cuando no hay representatividad de las diversidades en la mesa de noticias, no se desarticula el discurso sino que se filtra”, explicó.

Gutiérrez también recalcó la responsabilidad de la oposición política. “La responsabilidad es del gobierno entero, incluye a las oposiciones. Nos tenemos que preguntar: ¿Qué voces de las diversidades hay en sus partidos? ¿Cuánto lugar le dan? La responsabilidad es total de nuestros representantes políticos porque si no somos parte de este debate, si somos invisibilizados, si somos callados, ¿qué podés hacer cuando todo desencadena en el crimen de odio? Al final del día, es una consecuencia de una cadena de microagresiones, de discursos, de invisibilizaciones”, describió. 

“Tenemos que ver de qué manera la exposición de esos discursos no termina siendo funcional a amplificarlos en términos de propaganda sino que sirven para amplificarlos en términos de advertencia. Se deben poner en la mesa para revertirlo y dar un debate social. No estoy de acuerdo con la cultura de la cancelación, si hay algo que nos parece dañino lo que tenemos que hacer es rebatirlo”, explicó Paulón.

Microagresiones o expresiones mediáticas como el de la canciller Diana Mondino que habló de los homosexuales como “piojosos”, el odio hacia las diversidades está siempre presente en las sociedades, la diferencia está en la habilitación, en el empoderamiento para expresarlo sin consecuencias.

CDB/DTC

Choque en la línea San Martín: el desastre que revela las deficiencias del servicio de trenes metropolitanos

Choque en la línea San Martín: el desastre que revela las deficiencias del servicio de trenes metropolitanos

Más de 200 metros arrastró el tren San Martín a una locomotora y un coche furgón de obra detenidos, contra los que chocó esta mañana. Fue en el viaducto Palermo, a la altura de Figueroa Alcorta. Hay al menos 60 heridos, 30 de ellos graves, que pagan con el cuerpo el grave deterioro del sistema ferroviario. En este panorama, surgen las dudas. ¿Por qué estaba parado el tren vacío? ¿Por qué se le dio vía libre al que iba con pasajeros? ¿Hasta cuándo el servicio seguirá funcionando así de mal?

A esta altura de la tarde ya empezó la inspección ocular de la zona, pero aún falta para que comiencen las pericias, que serán múltiples, según adelantan en Trenes Argentinos. Con todo, ya hay datos que permiten ensayar explicaciones y que evidencian el gravísimo estado del funcionamiento ferroviario actual.

Por un lado, el sistema de señalamiento entre Retiro y Palermo no funciona hace días porque los cables que lo alimentan fueron robados, de acuerdo a fuentes cercanas a la operación del servicio. Por eso, la única forma de trasponer esas señales apagadas es solicitar una autorización al Puesto Control Trenes (PCT), que notifica y despacha. Es una situación anómala cuya actual repetición habla de una extrema precariedad, porque obliga a autorizar en papel (con copia doble) tren por tren. Y puede fallar.

Decenas de heridos tras el choque de un tren con una locomotora en Buenos Aires

Por otro lado, están las particularidades del caso de hoy. Las mencionadas fuentes cercanas a la operación indican que desde Retiro se solicitó un permiso de vía, que fue otorgado desde Palermo, por lo que se procedió a despachar el tren, que tenía como destino final la estación de Pilar. A la anomalía en la operación se sumaría entonces un posible error humano.

Hay otro factor que agravó el problema: la velocidad. Aún no queda claro por qué la formación con pasajeros iba tan rápido. Es cierto que en ese sector está permitido circular a hasta 80 kilómetros por hora. Pero cuando hay señales apagadas y esto se notifica, el conductor debe ir más lento de lo normal para corroborar que no haya nada delante de la formación. Así lo establece el Reglamento Interno Técnico Operativo (RITO), una suerte de “Constitución” ferroviaria.

“El señalamiento automático está instalado para evitar errores humanos. Y los procedimientos, para trasponer las señales a peligro están reglamentados para situaciones concretas y puntuales”, remarca Joaquín Pérez, quien trabajó en el área de Gestión de Calidad dentro de la industria ferroviaria y hoy cursa la Licenciatura en Gestión y Técnica Ferroviaria en la Universidad Nacional de General San Martín (UNSAM). 

Con todo, semejante precariedad sorprende cada vez menos. El choque se enmarca en un contexto de crisis del funcionamiento del tren. Se demoran reparaciones, se cancelan obras públicas de infraestructura, e incluso faltan repuestos y, en ocasiones, combustible. A su vez, en abril fueron despedidos decenas de empleados de empresas ferroviarias encargados de frenos, luces, construcciones y rieles. 

Decenas de heridos tras el choque de un tren con una locomotora en Buenos Aires

“Sólo en un sistema degradado donde la señalización producto del robo de cables no funciona se pueden dar accidentes así. El sistema ferroviario argentino está en crisis y es responsabilidad directa del Gobierno”, remarca el geopolitólogo Alejandro Rascovan, ex miembro del Programa Interdisciplinario de la UBA (PIUBAT) en Transporte. 

Consciente de que este panorama puede favorecer discursos a favor de la privatización, Rascovan advierte: “El transporte público masivo no es un negocio sino un servicio social esencial. Es urgente la inversión en mantenimiento, reforzar medidas de seguridad y retomar las obras frenadas. Privatizar o concesionar puede traer efectos incluso más nocivos”. La Tragedia de Once, mientras operaba la privada TBA, es el ejemplo más ilustrativo.

La línea San Martín no es lo único que funciona mal en el transporte público del AMBA. Por tres semanas, la línea Roca recortó un 30% sus frecuencias por las obras en el Viaducto Barracas. Y el subte sufrió dos desperfectos eléctricos en las últimas dos semanas, que obligaron a la evacuación de los pasajeros a través de las vías. Esto se suma a las demoras en el servicio de la línea D desde que se instaló un nuevo sistema de señalamiento que, paradójicamente, debería permitir agilizarlo.

KN/DTC

A 50 años de su asesinato, el nombre de Carlos Mugica resurge como símbolo de una Iglesia más comprometida

A 50 años de su asesinato, el nombre de Carlos Mugica resurge como símbolo de una Iglesia más comprometida

Era un sábado a la noche y el padre Carlos salía de la Iglesia San Francisco Solano, donde había oficiado una sentida misa con los vecinos de esa parroquia del barrio de Villa Luro. La ceremonia había sido como un páramo de reflexión, paz y reencuentro con las concepciones fraternas de los evangelios en esa Argentina sacudida por una violencia política que aún no había alcanzado su punto más álgido. Sin embargo, los enfrentamientos que sostenían las bandas parapoliciales de la Triple A y los sectores de la denominada Tendencia Revolucionaria del Peronismo ya se habían ocasionado cientos de víctimas. El cura se disponía a subirse a su Renault 4 para volver a la Villa de Retiro, el lugar en el cual ejercía su sacerdocio. Fue entonces cuando una ráfaga de balazos disparadas por dos hombres lo alcanzó. También fue herido su amigo, Ricardo Capelli. 

El padre Carlos Mugica fue un referente de los sacerdotes del Tercer Mundo

Ambos fueron trasladados al Hospital Salaberry. El religioso pidió que primero, lo operaran a su amigo. Lo intervinieron en un quirófano repleto de personas ajenas al hospital, que parecían estar allí para certificar la muerte. “Cuando finalmente se produjo el deceso, todos esos tipos salieron corriendo. Era como que le tenían que avisar a alguien lo que acababa de pasar”, señaló años después el médico Marcelo Larcade, quien intentó en vano salvarle la vida.

Así murió hace 50 años el padre Carlos Mugica, el 11 de mayo de 1974, un sacerdote comprometido con la realidad de los humildes que entregó su vida por la opción por los pobres, que abrazó los evangelios como un camino para construirles una vida mejor a los postergados en la Tierra. Predicó en la Villa de Retiro, hoy Barrio 31, donde su apostolado sigue inspirando a los vecinos y a los jóvenes del barrio que esta semana instalaron un acampe frente a la Catedral de Buenos Aires, en la Plaza de Mayo, donde se preparan para conmemorar, el domingo, el martirio de un hombre de fe que, cinco décadas después, los sigue inspirando para intentar cambiar sus realidades, individuales y colectivos.

“Carlos es el camino para acercarnos a los demás. Estamos en un momento en el cual la Iglesia lo empieza a tomar como una figura de compromiso con los humildes y los pobres que viven en los barrios. Es alguien que dio a vida por los demás y eso es lo que hoy valoramos”, afirmó en diálogo con elDiarioAR el padre Nacho Bagattini, a cargo desde hace dos años y medio de la Parroquia Cristo Obrero, la iglesia instalada en la Villa 31 donde en 1999 fueron trasladados los restos de Mugica desde el Cementerio de la Recoleta.

Gigantografías del Padre Mugica, obras artísticas que inspiran su vida y obra se exhiben desde el lunes en esta carpa instalada frente a la Catedral, instalada por el equipo de Sacerdotes de Barrios y Villas de la República Argentina. Pero quienes sostiene a diario las actividades que se desarrollan en el lugar son jóvenes de la parroquia, muchos de ellos recuperados de adicciones, que intentan “renovar el compromiso” de Mugica. 

El jueves pasado, esos pibes llevaron los zapatos del cura a la ronda de las Madres de Plaza de Mayo y junto a ellas vivieron uno de los momentos más emotivos de esta semana de conmemoración que concluirá el domingo, con una misa en el Luna Park, que será leída por el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva.

Los zapatos que Carlos Mugica llevaba puestos en el momento del asesinato. Fueron llevados por los chicos de la parroquia a la ronda de las Madres de Plaza de Mayo.

“Creo que hoy, Carlos estaría en los lugares que siempre estuvo. Estaría con las organizaciones sociales frene a Capital Humano; hubiera marchado el 24 de marzo con los organismos de derechos humanos y se habría movilizado con los gremios de la CGT”, sostiene el sacerdote Domingo Bresci, integrante del grupo de Curas en Opción por los Pobres, que conoció a Mugica en el seminario de Villa Devoto, en los años ’50, cuando iniciaba su formación sacerdotal.

Domingo Bresci, integrante del grupo de Curas en Opción por los Pobres, que conoció a Mugica en el seminario de Villa Devoto, en los años ’50, cuando iniciaba su formación sacerdotal.

De una familia antiperonista al trabajo en las villas

Mugica nació en una familia tradicional de Buenos Aires y de chico vivió en el tradicional Palacio Ugarteche de Barrio Norte y desde chico abrazó a Racing como una de las primeras pasiones de su vida. Curso en el colegio Nacional Buenos Aires y planeaba estudiar derecho, pero su vocación religiosa lo llevó a descubrir que su verdadera vocación era abrazar el sacerdocio. Ingresó entonces al seminario en 1952. 

Poco después de terminar el seminario, se sumó a los equipos pastorales de la Iglesia que trabajaban en los conventillos de Buenos Aires y allí pudo asistir el dolor que causó la caída de Juan Domingo Perón entre los humildes. 

“Venía de una familia acomodada y antiperonista, pero al ver las injusticias optó por predicar el evangelio en los barrios, junto a los humildes, que eran peronistas. Y eso fue lo que abrazó”, repasó Bresci.

En los años ’60, Carlos y Domingo se sumaron al Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo (MSTM), inspirado en la Conferencia Episcopal de Medellín, en consonancia con el mensaje de actualización contenido en el Concilio Vaticano II, la reforma eclesial impulsado por Juan XXIII. “En ese proceso de cambio, muchos sacerdotes entendimos que nos teníamos que comprometer con los más necesitados”, agregó.

Mientras trabajaba en la Acción Católica, Mugica completaba una sólida formación teológica y filosófica. En 1966, encabezó grupos de jóvenes que realizaron tareas evangelizadoras el en norte de Santa Fe, en el monte, junto a las familias campesinas. En uno de esos grupos estaban Uno de esos grupos estaba formado por tres jóvenes que estudiaban en el Nacional Buenos Aires: Gustavo Ramus, Fernando Abal Medina y Mario Eduardo Firmenich, quienes luego integrarían el grupo que fundaría la organización Montoneros.             

En 1968 se sumó al Equipo de Pastoral Villera, mientras se formaba una villa miseria en terrenos adyacentes a la estación del ferrocarril, en Retiro. Antes viajó por Europa, presenció las revueltas del Mayo Francés y en Madrid se entrevistó con Perón. Entendió que el regreso del viejo caudillo a Argentina era la causa que debía abrazar.

Tras el estallido social de “El Cordobazo”, el país ingresa en un período de movilizaciones y protestas sociales. En mayo de 1970, esos jóvenes que habían misionado con él en la Acción Católica forman Montoneros, un grupo armado que se presentan en sociedad con el secuestro y ejecución de Pedro Eugenio Aramburu, quien como presidente de la llamada “Revolución Libertadora” había ordenado, en 1956, los fusilamientos de militantes peronistas en José León Suárez.

En septiembre de ese año, Abal Medina y Ramus, buscados por la muerte de Aramburu, mueren en una emboscada en la localidad de William Morris. Mugica encabeza una misa en la que pronuncia un homenaje a esos jóvenes que las autoridades no toleran y lo encarcelan. 

“Eran los tiempos de ‘Luche y Vuelve’ y nosotros acompañamos. Queríamos que volviera Perón porque entendíamos que eso era lo que necesitaba el pueblo”, aseguró Bresci. Pero a medida que se acerca el regreso del peronismo al gobierno y las elecciones de 1973, Mugica comienza a plantear sus primeras diferencias con Montoneros. “Entendía que no se podía seguir con la lucha armada si Perón volvía al país. Era el líder de los trabajadores”.

Mugica se sumó a Montoneros junto con Gustavo Ramus, Fernando Abal Medina y Mario Eduardo Firmenich.

Tras el triunfo electoral de Héctor Cámpora, en marzo de 1973, le proponen sumarse a los equipos de Construcción de Viviendas del Ministerio de Bienestar Social que encabezaba José López Rega, quien sería el fundador de la Triple A. Tras varias consultas con los sectores religiosos y la gente del barrio, Mugica decidió aceptar, aunque con un cargo ad honorem. Montoneros cuestionó ese acercamiento del cura con “El Brujo” y las diferencias se hicieron notorias. Los jóvenes que habían evangelizado con el padre en Acción Católica comenzaban a discutir la conducción de Perón, y eso era algo que el religioso no podía aceptar. “Nuestra idea era respetar la conducción de Perón y nos ligamos a la JP Lealtad”, subrayó Domingo.    

Pero a poco de haber iniciado su gestión comenzó a tener diferencias con “el Brujo”. “La idea que tenía Carlos era la de impulsar la construcción de viviendas en las villas con cooperativas que debían estar integradas por los vecinos, era una idea autogestiva. López Rega, en cambio, quería meter empresas de construcción y por eso Mugica decidió irse”, apuntó Bresci. 

Además, en diciembre de 1973, hubo un hecho represivo en la Villa de Retiro, donde murió un militante del peronismo revolucionario. Eso sumado a otros episodios y diferencias con los funcionarios de Bienestar Social --que se convertía día a día en un refugio de parapoliciales— determinaron su ruptura con López Rega.

Pese a todo, Mugica multiplica sus actividades políticas y recibe varias sanciones de la jerarquía eclesiástica. Le proponen incluso dejar el sacerdocio. Se niega, pero siente que se queda cada vez más solo. “Tengo los días contados, sé que me van a matar y lo hará López Rega. No quiero que le carguen el crimen a otros”, le contó por esos días a su hermano, Alejandro, quien lo revelaría tiempo después de su asesinato.

Tras su asesinato, algunos medios de comunicación le atribuyeron el crimen a Montoneros, algo que la organización desmintió rápidamente. Pero la mácula quedó instalada en buena parte de la militancia peronista. “Mugica/Leal/ Te vamos a vengar”, entonaban los militantes de los sectores ortodoxos del justicialismo que asistieron al multitudinario sepelio del cura que se realizó en la Villa de Retiro. 

El multitudinario velatorio del sacerdote en la Villa 31.

Recién en 1984, el testimonio de un otrora matón de la Triple A que pululaba por los pasillos de Bienestar Social en la época de “El Brujo” permitió conocer la verdad. Se llamaba Juan Carlos Juncos y confesó frente al juez Eduardo Hernández Agramonte, que López Rega le pagó 10 mil dólares para matar “a ese curita que lo perjudicaba políticamente”.

“Como comunidad, sentimos que tenemos hoy la responsabilidad de velar todos los días por el padre Carlos, cuyos restos descansan en nuestra parroquia de Cristo Obrero. Sentimos la obligación de renovar todos los días su opción por los pobres. Como sacerdote siento que es un ejemplo que nos invita a salir, a estar en la calle y no quedarnos encerrados en las sacristías”, puntualizó el padre Nacho.

LC/MG

    

         

           

                    

                    

Ahora me toca huir a mí, nene

Ahora me toca huir a mí, nene

El fin de semana pasado se murió todo el mundo. Dos días de lluvia, frío, calor, una cúpula gris sobre la ciudad. El domingo me puse a escuchar a Manal. Javier Martínez fue un músico de una sola banda. Aunque tuvo otras –desprendimientos de Manal, conjuntos de Blues– la banda en la que desplegó una potencia extraordinaria fue en el trío que formó con Alejandro Medina y Claudio Gabis. Una música de comienzos de los sesenta que hoy sigue siendo terriblemente actual. ¿Por qué? Porque el paisaje que narra –la gentrificación de la ciudad– sigue estando presente, la idea lárica de huir a otro lugar –el campo, la casa con diez pinos– sigue estando en el imaginario de muchos jóvenes a pesar de la tecnología intrusiva del mundo digital y, fundamentalmente, porque las preguntas que se hace Javier Martínez en Manal siguen siendo preguntas válidas, existenciales: ¿para qué vivimos? ¿Los dioses están muertos? ¿Qué hay que tener en las venas para ser un humano rentable? ¿Y para que alguien te pueda amar? ¿Qué hay que hacer?  

La voz aguardentosa de Javier prefiguró la del Indio Solari (de hecho, Jugo de tomate frío fue uno de los covers que cantó Solari en vivo). La primera vez que lo escuché cantar a Javier sentí cierta incomodidad. No era una voz domesticada, era una voz que tenía historia, que estaba atravesada, siendo tan joven, por un alma vieja. Escuchar por primera vez a Manal era lo que en filosofía se denomina un acontecimiento: tu vida no va a volver a ser lo mismo. Ese sonido de guitarra, bajo y batería tan ensamblado, la lírica sencilla y a la vez inquietante, “y los obreros fumando impacientes al trabajo van”. O la foto que parece un poema de William Carlos Williams: “La grúa su lágrima de carga inclina sobre el dock”. Era demasiado. Me acuerdo que mi viejo me decía que el rock nacional que yo escuchaba sonaba todo igual. Voy a ser como “es un buen tipo” mi viejo: ciertas canciones que escuchan los jóvenes hoy me parecen todas iguales. Y sobre todo, siguiendo la puta cultura del streaming, están sostenidas por lo que Nietzsche llamó, la moral del esclavo. Bajo un sonido muy parecido, siempre es alguien que se mide con alguien, alguien que le hace algo a alguien. Ha triunfado un tipo de cantante que disfruta matando gente a granel. Javier decía: “Podés ganar o empatar, prefiero sonreír, mirar dentro de mí. Para qué complicar”.  

Escribe Nietzsche. “El instinto de venganza se ha apoderado hasta tal punto de la humanidad en el curso de los siglos que toda la metafísica, la psicología, la historia y sobre todo la moral llevan su huella. Desde que el hombre ha pensado, ha introducido en las cosas el bacilo de la venganza”. Hay algo central que separa a las personas: tener resentimiento o no tenerlo.  

Hoy vivimos una pandemia de soledad. El héroe colectivo espera herido que lo atiendan en una guardia repleta de gente que tose y tiene fiebre.   

Y Manal se preguntaba: cómo puedo estar tan solo, no hay quién piense en mí. Las personas hablan del amor, lo desmenuzan, le quitan misterio. Javier escribía. “Dando vueltas al Obelisco necesito un amor”. Era fáctico, casi gracioso. Y por si te olvidaste, anotátelo en la puerta de la heladera: “No hay que tener un auto, ni relojes de medio millón, cuatro empleos bien pagados, ser un astro de televisión, no pibe, para que alguien te pueda amar. Porque así sólo tendrás un negocio más. No debes cambiar tu origen ni mentir sobre tu identidad. Es muy triste negar de donde vienes, lo importante es a dónde vas”.  

Los personajes de Manal caminan la ciudad sin parar, están sin dormir, las relaciones que se necesitan para ser alguien en la ciudad los debilitan. Por eso planean una fuga a una casa en las afueras donde sólo puedan fumar y dibujar. Javier le cantó al sur de la ciudad de una manera sofisticada y pura: “Vía muerta, calle con asfalto siempre destrozado. Tren de carga, el humo y el hollín están por todos lados. Hoy llovió y todavía está nublado. Sur y aceite, barriles en el barro, galpón abandonado. Charcos sucios, el agua va pudriendo un zapato olvidado”. Y todas estas escenas metafísicas e inmanentes –no suprasensibles– culminan con una idea e imagen extraordinaria: “un amigo duerme cerca de un barco español”. Cuando lo escucho pienso ¿cómo se le ocurrió eso? ¿Cómo pensó que eso era poesía? Y me respondo: se le ocurrió a la poesía y eligió a Javier Martínez para que lo cante.   

FC/DTC

Hernán Lacunza, economista: "El ajuste nunca lo paga la casta porque no da la aritmética"

Hernán Lacunza, economista:

Hernán Lacunza es economista, graduado en la Universidad de Buenos Aires, con una maestría en la Universidad Di Tella. Fue el último ministro de Economía de Mauricio Macri en los últimos meses de su gestión como presidente. También fue ministro de Economía de María Eugenia Vidal en la Provincia de Buenos Aires.

En esta charla, analiza la política económica del gobierno de Javier Milei y plantea aciertos y errores de lo que va de gestión.

-Considerás que Milei evitó una catástrofe que incluía la hiperinflación, que se sinceró la situación de la economía y además que el país está mejor ahora que el 9 de diciembre. Más allá de cuestiones puntuales, ¿pensás que Larreta y Massa, que era el otro candidato, hubieran tenido la misma hoja de ruta que Milei? ¿En el fondo hubieran tenido este camino para hacer?

-Primero, no sé por qué asociás Larreta y Massa. Son cosas distintas.

-Porque Bullrich me parece que hoy está integrada al Gobierno y tenía un programa más parecido, quizá, o más duro. Hablaba del shock. Vos trabajaste con los dos. Pero Larreta, por lo que te escuché, tenía una idea del consenso, de la negociación, de una cosa más amplia. Eran variantes distintas las de Larreta y Massa en cuanto a los modos, quizás. Ahora, en cuanto al fondo, vos decís, eso interpreto, había una misma hoja de ruta para el que ganara de los candidatos que tenían chances.

-Primero, con todas las letras, Larreta y Massa son cosas distintas y eran propuestas distintas. No confundamos las formas con el fondo. Lo que Larreta entiendo que proponía y que reivindica aún hoy en día -pero no quiero ser exégeta de Larreta- era, lo dice siempre, que las reformas sin consenso no son sostenibles. Ahora la agenda de las reformas, si vos mirás el programa, la propuesta económica de Larreta, donde me tocó participar muy activamente, incluso liderando un equipo económico, no era distinta a la de Bullrich. Podemos discutir matices y lo he discutido con ilustres colegas que estaban en el equipo: Luciano Laspina, por decir una cara visible, o incluso al final con Carlos Melconián. Podemos discutir matices, technicalities de la secuencia, del ritmo, de la velocidad, pero era esta noción que hoy está muy instalada, que el gobierno fue exitoso en esto, de que no puede gastar el Estado todo el tiempo más de lo que ingresa para no tener que darle a la maquinita, para poder unificar el mercado de cambio y levantar el cepo, para poder recuperar el crédito voluntario. Esa secuencia es común a la propuesta económica de, entiendo, Milei, Larreta y Bullrich. De Massa no sé. No es peyorativo. No sé, porque hacían otra cosa. Estuvieron cuatro años gobernando. Massa fue un año y medio ministro e hizo todo lo contrario. Si después iba a cambiar, no sé, lo tendrán que explicar ellos. Pero por eso disocio completamente la propuesta de Larreta con la Massa. Y sí hay un parentesco, una afinidad ideológica y también práctica, pragmática del fondo del programa de la propuesta de Larreta, Bullrich y Milei.

-Hoy Larreta, por lo que sé, de gente muy cercana a él, está muy crítico de Milei y del rumbo que está tomando y eso lo margina de parte del PRO también.

-Sí, pero yo no puedo contestar por Larreta y lo que hoy él diga no contradice nada lo que yo estoy diciendo respecto a cómo era la propuesta del año pasado para encarar los desafíos enormes que tenía Argentina en diciembre de 2023. Yendo también al inicio de tu pregunta, si este gobierno evitó una hiperinflación, yo creo que sí. Obviamente, es contrafáctico. Pero, data dura: en 2021 la inflación había sido 50, en 2022, 100 y en 2023, 211. Y el “plan platita” de los últimos cuatro meses había profundizado todavía más las inconsistencias, el atraso cambiario, la emisión, un disparate. Viste que el presidente hace ahora una cuenta que le da como 17.000. Qué se yo. Medio caprichosa esa cuenta.

-Va cambiando el número según el día, pero más o menos habla de una inflación astronómica.

-No importa. Pero si no se hubiera hecho esto, hoy tu primera pregunta sería si la inflación de este año va a ser de tres o de cuatro dígitos. Eso creo que se evitó. Y hoy estamos discutiendo otras cosas, con la misma pasión, pero en otro plano. O sea, no hay ya una hiperinflación, un corralito o un default a la vista. Y el debate económico ocurre sobre otra cosa, sobre si el tipo de cambio real está apreciado o no, sobre cuándo viene la recuperación. Es otra dimensión del problema.

-Vuelvo a algo sobre Massa porque es el candidato que perdió. ¿Y por qué perdió con un candidato como Milei? Vos decís: “Hizo todo mal. En el último semestre de campaña actuó sin escrúpulos”, te escuchaba. “Sin piedad con la gente”. ¿Hubo un ministro Massa que conspiró contra el candidato Massa?

-No. Primero, no sé por qué hablamos de Massa, que la verdad que hace seis meses que no está. Pero para no escaparle al debate, no, creo que no intencionadamente, por lo menos. No conspiró contra sí mismo. Tenía una ambición genuina de poder, pero para eso apeló a prácticas muy peronistas de exacerbar el gasto, financiarlo con maquinita. Peronistas en el sentido de eso que se dice comúnmente de que hay que poner plata en el bolsillo de la gente. Firmó un acuerdo con el Fondo. La Argentina, no el ministro, en agosto de 2023, para que haya un desembolso de 7.500 millones de dólares, y al día siguiente del desembolso le hizo pito catalán y no cumplió con nada de ese acuerdo. Bajo la creencia, supongo, pero tendrías que preguntarle al equipo de él, de que eso le iba a dar rédito político, que es una creencia bastante difundida en la clase política. Y si después iba a hacer una cosa distinta, puede ser. Pero es una conjetura incomprobable. Ahora creo que la victoria de Milei no obedece ni a una cosa ni a la otra. Creo que si un partido político que tiene dos años llega al poder, evidentemente ese crecimiento meteórico tiene otras raíces y es el agotamiento, me parece, del votante medio, la cristalización de que la política convencional, tanto kirchnerismo como antikirchnerismo, para identificar la grieta previa, no le dio soluciones. Y Milei muy hábilmente con tres frases que fueron anticasta -o sea, identificar a un enemigo-, motosierra -acá estoy pagando impuestos para que otros se la lleven- y dolarización -que era la ilusión de terminar con la inflación- se llevó el 56% de los votos en segunda vuelta y el 30% en primera vuelta. Electoralmente fue una estrategia hiper exitosa con rasgos que no fueron ciertos. La dolarización no sucedió. Viste que en la campaña los márgenes de la verdad son más elásticos. Y creo que hay que buscar las raíces del triunfo de Milei ahí y en candidatos tradicionales, llámese Bullrich, Larreta o Massa, que no comprendieron o no a tiempo, por lo menos, y yo tampoco, la nueva demanda cívica.

-Hace algunas semanas, el presidente en cadena nacional festejó, dio números del superávit, un superávit que se discute mucho. Se logró vía licuación en gran medida. Hay bastante consenso, ajuste, llamémosle. Motosierra le llama el presidente. Algo que vos llamás freezer y Melconian llama bicicleta y que incluye, por ejemplo, el no pago a las generadoras eléctricas. Si contás, esas deudas, ese freezer, eso que está pendiente de pago, en realidad no tiene superávit el presidente, sino que tiene hasta algo de déficit.

-En realidad, motosierra es el gasto que podés no hacer, que se yo, la obra pública. Tiene consecuencias no deseadas en el empleo, etcétera. Pero podés vivir sin arreglar el baño o sin hacer una ruta. Digo, en el baño en la economía familiar. Después tiene licuación, digamos, de las transferencias a jubilados, empleados públicos, planes sociales. Lo que se hizo fue no actualizar por inflación. No completamente. Tiene una parte de licuadora. Y después freezer es: no pagué la cuenta de la luz, la voy a tener que pagar. Hay una controversia ahora por el verano con las generadoras. Y lo que dice el presidente, el gobierno, si la licuadora que fue no actualizar por la inflación, no actualizo nunca, la licuadora es permanente, se transforma en motosierra. Al fin y al cabo, todo este juego semántico es cuánto es permanente y cuánto es transitorio. Yo te diría que es mitad y mitad, para simplificar un poco. Los jubilados ya con el DNU en un decreto consagraste toda la pérdida que había sucedido con Alberto, que fue sobre todo al final muy importante. Por eso digo que fue impiadoso el último año de la gestión de Alberto Fernández con los jubilados, por ejemplo. Y este gobierno recompuso... No lo recompuso, sino que dijo: bueno, te pago la inflación de acá en adelante, no para atrás. Y eso es lo que le ha permitido tener este superávit fiscal de los primeros tres meses del año. Te anticipo que los próximos meses van a ser más ásperos en materia fiscal. Los números no van a ser tan buenos. Ya el presidente dijo: en junio va a dar déficit, porque hay que pagar...

-Hay que despedirse del superávit.

-No, creo que a fin de año van a llegar con un equilibrio primario, o sea, sin intereses, antes del pago de intereses. Que no es lo que dicen, que van a llegar después del pago de intereses. Y te diría al mismo tiempo que eso me parece que va a ser suficiente como para estabilizar la expectativa del mercado y que no voy a tener que darle a la maquinita y tener algo de crédito voluntario para rolear los intereses. Y no es un escalón tan sólido como tener superávit total, pero va a ser suficiente si se mantiene para esa escalerita que te decía antes: equilibrio fiscal, entonces no maquinita, entonces normalización cambiaria y entonces recuperar el crédito.

-Hay un tema central para la economía, para la calle, que es la recesión. Hay consenso de que es una recesión muy brutal en los últimos números de Ferreres, pero vos debés tener los propios tuyos de marzo, una caída 9,7% interanual. Creo que decías: esta es la recesión más grande que hemos vivido. No sé si te referías a los últimos años, a las últimas décadas. Pero es algo que preocupa. El presidente dice otra cosa. Dice que los salarios le están ganando a la inflación y ya viene la recuperación en V. Pero te noté escéptico con eso. No va a haber una recuperación en V, dijiste. La demanda no se está recuperando justamente porque los salarios no le están ganando a la inflación.

-Creo que sí, que la caída de la actividad de estos primeros cuatro meses o estos primeros cinco meses de este gobierno es mucho más importante que las recientes. Se debe comparar con la de 2002. Otro tipo de crisis. Pero la velocidad de caída de estos casi dos trimestres es comparable con aquella. No digo que sea lo mismo. Aquella tuvo cinco presidentes, default, corralito, pero las ventas caen en esa proporción. No es atribuible a esta gestión. En realidad, la gestión anterior tenía un nivel de consumo de actividad y de empleo artificial. Porque tenía dólar atrasado, tarifas atrasadas. Entonces lo que no pagábamos de luz lo pagábamos en restaurantes y tenía “plan platita”, subsidios y el último cuatrimestre fue obsceno. Ese consumo no era sostenible. Entonces, se corre el velo. Mirá, esto era artificial. El nivel de consumo, la cantidad de mesas, de cubiertos que venden los restaurantes por día si antes era 100, ahora es 90. Pero está bien. Lo anterior era artificial. Y eso es lo que pasó estos cuatro meses con esas causas.

-Con menos que 90, ¿no?

-Depende el rubro, claro, nunca es homogéneo. Electrodomésticos es como 40 la caída, o sea, 60 de actividad. Y la comida es menos, no los restaurantes, el supermercado es menos porque la gente deja de comprar una heladera pero no deja de comprar leche. Eso es lo que pasó. Lo que está pasando: la caída de la actividad de marzo, la velocidad, fue probablemente la más importante. En abril todavía no sabemos bien. Acaba de terminar y podría ser suavizándose el ritmo, pero todavía con números negativos, o sea, como buscando un piso. Y hacia adelante lo que digo, yo si fuera gobierno también a lo mejor me esperanzaría con una V corta. Lo que no veo son fundamentos para eso. Porque, ¿por qué va a ser? V corta fue en la pandemia, pero es otro tipo de crisis, porque vos cerrás locales, comercios, fabricas. La capacidad está intacta. Mantenés cerradas, abrís.

-¿Y el 2002 no fue una V corta también?

-No. Fue una cosa más parsimoniosa. Una caída muy aguda y después recuperaste el nivel de actividad de 2001, no me acuerdo ahora, pero como en 2005, 2006. O sea, asimétrica. Que además fue ayudada por algo externo a partir de 2006, como fue el precio de la soja. O sea, tuviste un impulso externo que te ayudó, que ahora no está garantizado. Ahora, en lo inmediato, que es lo que mejor podemos ver: para que rebote ese consumo, esa inversión, tienen que pasar dos cosas. Las exportaciones, que son el otro motorcito, van a andar un poco mejor porque la cosecha va a ser mejor que la sequía, aunque con precios menores. Ahora se están recuperando. Pero los dos motores fundamentales que son consumo y inversión, para que haya consumo, el salario real tiene que empezar a subir. Bajó mucho, bajó un 25% en diciembre y enero. Por eso hay menos mesas en los restaurantes ahora ocupadas. Pero ese salario que si terminan bajando la inflación a un nivel de cinco mensual, que es un disparate, pero es menor que 25, y la paritaria va de a ocho mensual, va a ir recuperando un poquito. Entonces las mesas del restaurant en lugar de 90 serán 91, pero no 100. Entonces ese consumo es parsimonioso. Y la inversión depende de otras cosas. Depende de que vos puedas proyectar con algún grado de confianza tus costos y tus ingresos. ¿Y eso de qué depende? Del tipo de cambio, el dólar, la tasa de interés que es negativa, el costo de los salarios, si podés importar y exportar libremente, si terminás de levantar el cepo. Eso te va a definir la inversión y eso estamos en la mitad. Cuánto cuesta la energía, que va para arriba pero ahora la congelaron. Por ejemplo, en el sector salud, ¿vos invertís hoy en el sector salud? Y no tengo la menor idea, porque primero me dejaron ajustar los precios, después me hicieron volver para atrás. Toda esa incertidumbre no se va a disipar en un mes. Así que te diría: no veo razones, ojalá me equivoque, para esperar una V corta. Veo razones para esperar una pipa, si querés, que termine de sincerar ese nivel de actividad ficticio y de la mano de un ingreso real que empiece a recuperar, bueno, no quede en una L, un estancamiento ahí de fondo de pozo, sino que empiece a recuperar, pero no al ritmo que cayó.

-Decías que la prioridad del gobierno hoy parece ser la baja de la inflación. Y esa baja de la inflación está hecha de distintos componentes. Hay una recesión que ayuda a desacelerar la inflación, hay un dólar que tiene un ritmo de evaluación más lento de lo que se supone que debería tener, y hay aumentos de tarifas que están siendo postergados. Pero la prioridad del gobierno es bajar la inflación. Y vos decías: ¿de qué te sirve tener una inflación de cinco si tenés un desempleo del 15, por ejemplo? La desocupación, la recesión, ¿vos pensás que si siguen este ritmo puede traer de vuelta al desempleo como un problema central como fue en algún otro momento?

-Primero, la inflación era el problema dominante en los últimos dos años, incluido el verano. Y por supuesto que era invivible. No se podía vivir con la inflación de diez ni de 20. Va a ser más fácil bajarla de 25 a 10 que de 10 a 5. Pero ahí empezamos ya a decir, ¿cómo la bajé? Si la bajo con equilibrio fiscal y no maquinita, es sostenible. Si además a eso le agrego, porque tengo una obsesión ya no por la inflación, sino por el índice de inflación, que son cosas distintas, por lo que da el numerito, y entonces empiezo a postergar los anuncios que hice de electricidad, gas, empiezo a atrasar el tipo de cambio porque me es eficaz, porque todo lo que compite con el exterior controlo el precio o hago retrotraer precios a las prepagas, por decir tres prácticas, porque obsesivamente necesito que todos los meses el índice me de menor que el anterior, porque de eso depende el capital político que yo tengo para hacer reformas, porque en el Congreso no tengo nada, entonces yo necesito todo el tiempo que el índice de mayo tiene que ser menor que abril. ¿Y por qué? Y porque la calle me banca siempre y cuando vea que hay un horizonte, pero que estoy yendo hacia ese camino.

-Estoy yendo rápido. Eso es lo que quiere Milei.

-Eso puede ser una trampa para el gobierno y para los argentinos, porque si vos empezás no a mentir, que no es el caso, pero si a reducir artificialmente el índice, pero pateando nflación para adelante, está bien, vas a bajar la inflación en mayo y junio a costa de que en agosto y en septiembre sea más alta. Por ejemplo, si atrasás el tipo de cambio, que hay toda una controversia sobre eso, bueno, genial, atrasaste el tipo de cambio y bajaste los precios. Pero si después estás incubando un problema cambiario en n mes, en x meses, bueno, vas a tener otro fogonazo inflacionario cuando tengas que corregir. Y preferiría que la inflación en mayo, en lugar de dar siete, invento, me da diez, bueno, es mejor que si me da siete, pero en septiembre me vuelve a 20. Eso digo.

-¿Y el desempleo es un problema también que estás viendo? En algunas encuestas ya aparece con mucha claridad como preocupación.

-Seguro. La recesión obviamente tiene correlato con el nivel de actividad, con el nivel de empleo. Todavía no sabemos bien, porque no hay mediciones, pero sobre todo en el sector fabril está habiendo muchas cesantías, que también es un sinceramiento, porque si teníamos producción artificialmente protegida por “plan platita”, desapareció el “plan platita”, el nivel de empleo ese era artificial, ficticio también empleo público. Pero andá a decirle a una persona que perdió el empleo que era artificial. Te quiere comer crudo. Entonces cuando vos te obsesionás con un objetivo, en este caso la inflación, y desatendés los otros, cambiás de problema. Si la inflación termina en cinco y el desempleo subió a 12 -estoy inventando-, está bien, cambiaste de problema, pero sigue siendo un drama.

-Decías que Juntos no hubiera podido hacer lo que hizo Milei, lo que está haciendo Milei. Y también hay consenso -creo que esto lo compartís- que a Macri le hubiera gustado hacer esto. ¿Por qué Milei puede avanzar? ¿Hay una cuestión personal? Algunos dicen que tiene la audacia que hacía falta o hay una sociedad distinta. ¿Qué pensás que es lo que habilita a Milei para este proceso que él mismo dice es el ajuste más grande de la historia de la humanidad? Va más allá de lo que muchos esperaban.

-De la humanidad, no sé. De la Argentina, sí. Habíamos revisado cuando hicimos nuestro programa el mayor ajuste en un año, y no por las buenas, sino más bien por una crisis, había ocurrido era cuatro puntos del Producto y acá estamos ajustando un poquito más que eso. El fiscal, ¿no? Lo de si a Macri le habría gustado hacer lo mismo o si Juntos por el Cambio hubiera podido o no, es conjetural, pero sí creo dos cosas. Primero: para comparar con el gobierno de Mauricio, ahora hay una conciencia social más extendida de que lo anterior era ficción. O sea, que lo de Alberto era ficción está más difundido y más comprendido por la población que que lo de Cristina era inviable, el programa económico. ¿Por qué? Porque las evidencias eran contundentes. Cristina dejó una inflación de 28, creo, y Alberto de 211. Y Cristina dejó una pobreza de 32 y Alberto de 50. Era más evidente. Entonces en el mandato social hay más ambición y ansiedad de cambio. Así no podíamos seguir. Segundo, Milei hizo una propuesta que capitalizó ese humor social y dijo anticasta, motosierra y dolarización, y ganó con esa propuesta. Entonces, bueno, se vio legitimado. Con matices. No dolarizó, pero está haciendo una motosierra y un poco de licuadora.,

-Nunca lo paga la casta. Pero eso era mentira. Pero ahora te explico por qué. Pero, digamos, él tiene más margen de acción que si hubiera ganado Juntos por el Cambio, sea Patricia o Horacio, porque al ser más tímido en la propuesta iba a tener menos margen de acción en la palanca que pudiera tocar. Esa es una tesis no comprobada. Nunca lo paga la casta el ajuste, porque del otro lado del gasto siempre hay personas. Entonces, empleo público y hay empleados públicos, jubilaciones y hay jubilados, transferencias de provincias y hay gente que vive en las provincias, que recibe subsidios al transporte. Entonces: no, bueno, pero los choferes y no sé qué. 0,4% del presupuesto. O sea, es simbólico, importante, por supuesto que está mal, pero no es el ajuste que era requerido. Entonces ese fue un eslogan de campaña. Nunca lo paga la casta, pero porque no da la aritmética, No porque no hay voluntad política.

-Conocés a gran parte del equipo económico, no a Milei tanto. Pero los principales funcionarios económicos de Milei creo que los conoces a todos. Toto Caputo, Bausili, Quirno. Bueno, Sturzenegger está en otro lugar. ¿Qué pensás que ellos piensan o que intuís? ¿Cuál es el razonamiento frente a las objeciones que hay de economistas? Milei es muy virulento diciendo: la tienen adentro, por ejemplo, dijo en el Llao Llao, todos los que me critican. Pero, ¿qué pensás que piensa el equipo económico frente a objeciones que tienen que ver con la recesión, el ritmo de desaceleración de la inflación, la cuestión del riesgo de tener que ir a un nuevo salto devaluatorio?

-Primero, todas las expresiones del tipo “la tienen adentro” o las burlas me parecen muy peligrosas. Porque necesitamos un gobierno que sea prudente. Esto no es lineal. Entonces digo, va a tener éxitos y fracasos. Prudente ante las cosas que salgan mal y más prudente todavía ante el éxito. Y no sabemos, porque no sabemos cómo va a reaccionar ante esos dos escenarios. El peor riesgo de cualquier gobierno creo que es encerrarse en su verdad revelada y desoír voces críticas y o descalificarlas como malintencionadas, que quién sabe, la intención. O sea, eso hacía el kirchnerismo. “No ,porque tenés un interés espurio”. Esa es la mejor forma de descalificar cualquier opinión disonante. Es muy peligroso en cualquier organización, pero en un gobierno más porque tienen 46 millones de pasajeros atrás. El equipo económico creo que son, en orden de importancia, honestos, idóneos, profesionales, bien intencionados, patriotas en algún sentido, porque estarían más cómodos.... Lo viví yo también. La pasamos más o menos mal ahí. Es mentira eso digo, que el glamour, todo eso. No vivís bien, te putean. Nunca están todos conformes. Ganás menos que en el sector privado. Tu familia la pasa mal. La gente a veces no entiende la vida privada de la pública, así que en ese sentido lo digo. No son víctimas, porque todos están ahí porque quieren. Ahora sí veo, en esas situaciones de mucho estrés, que nadie escapa a ese estrés, es natural, humano, tender a cerrarse, a desacreditar la crítica, a descreer de la opinión disonante, a fanatizarse un poco. Y a argumentos del tipo viste la controversia que hay con el atraso cambiario. Mirá, la verdad que lo que diga el oficialismo o la oposición respecto al atraso cambiario importa poco. Lo que importa es que no esté desalineado. Si está en equilibrio, lo que diga cualquiera es irrelevante. Entonces no entraría yo si fuera gobierno en esa controversia pública.Nadie sabe cuál es el tipo de cambio de equilibrio. Es verdad, el gobierno tampoco. Entonces, que el mercado valide una estrategia de anclar el tipo de cambio al 2% mensual con la inflación -hoy está al nueve, ponele, pero estuvo más alta; entonces que se viene atrasando; eso es aritmética-, y el mercado diga: che, ¿y qué van a hacer? Y dicen que van a mantener el dos. ¿Y lo pueden hacer? Sí, si pueden, por n meses pueden. Y entonces apuesto al peso, porque así gano plata en dólares. Está bien, pero el mercado es miope. Toma decisiones de acá a tres meses. La política cambiaria es de acá a tres meses y tres años. Entonces que el mercado se coma la curva, que se la come muchas veces, y problema del que apuesta, que ganás y perdés.

-¿Pero este no es un gobierno del mercado? Sobre todo con un presidente como se reivindica.

-No sé, es un gobierno de legítimo y que no se puede comer las curvas del mercado porque tiene 46 millones de pasajeros atrás. Después cada uno en el mercado gana y pierde la de su familia. Bueno, listo, problema de él. El gobierno no se puede equivocar. Entonces sería menos, para hacer una crítica, menos refractario y escucharía más y no trataría de decir: ¿quién lo dijo? Porque Cristina dice eso: tiene un interés atrás. ¡No! ¿Qué interés? Quiero que te vaya bien. Lo mejor que puedo hacer en privado y en público es decir: mirá, creo que acá hay un riesgo, evitalo, porque si no te vas encerrando en una emboscada donde bueno, mientras te tiran dólares por la ventana, bueno, somos todos felices, pero cada vez te van a tirar menos, porque estás atrasando el tipo de cambio. Entonces va a llegar un día que va a empezar a subir la brecha y las reservas van a dejar de crecer. Antes que llegue ese día tenés que corregirlo, porque si lo hacés ese día, es medio tarde ya, porque el mercado después quiere el ajuste todo de golpe. Fin de la controversia, no es más sofisticado que esto. Ahora que después lo salga el gobierno a decir, entiendo que no, porque generaría una corrida autoinflingida. Pero tampoco participaría en esa discusión, si fuera gobierno.

Entrevista realizada por Diego Genoud en su programa Fuera de Tiempo (Radio Con Vos).

DG/CRM