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Punto de no retorno en el Frente de Todos: el regreso de un sello K y la encerrona bonaerense

Punto de no retorno en el FDT: el regreso de un sello K y la encerrona bonaerense

Si la política es el arte de lo posible, el Frente de Todos (FdT) se convirtió en el deporte -de riesgo- de lo imposible. Una ruleta rusa con el cargador lleno. La solitaria resistencia de Alberto Fernández a archivar, como exige Cristina Fernández de Kirchner, su plan reelecionista y el nulo diálogo entre los dos campamentos, en medio de un panorama económico repleto de alarmas que debilita a Sergio Massa, son el insumo sobre el que cualquier hipótesis, incluso la más febril y alocada, resulta verosímil.

La ruptura del FdT, alternativa que en otros momentos sonó imposible, ahora está en el menú y encuentra promotores y voceros, al menos en el microcosmos que rodea a Máximo Kirchner. Se habla, en los búnkeres camporistas, de la refundación de Unidad Ciudadana como marca política -en 2022, el nombre volvió a aparecer en un bloque del Senado, con la jefatura de Juliana Di Tullio-, un movimiento que implicaría vaciar el FdT y dejar al presidente sin paraguas frente a cualquier aventura electoral. Si Fernández quiere una primaria en el FdT, el cristinismo se va -y se lleva a la mayoría del dispositivo- a otro continente electoral. Un déjà vu de lo que hizo en 2017 con Florencio Randazzo: al enemigo, ni PASO.

La ejecución de ese trámite no parece sencillo pero, a priori, debería leerse como un ultimátum -otro más- antes que como un cisma en sí. La resurrección de Unidad Ciudadana, según la construcción teórica de esa maniobra, tendría que derivar en un renunciamiento, casi secreto, del presidente. En criollo: la amenaza es romper para evitar que se rompa. Hay un punto en el que todos los actores del FdT coinciden, es que un Fernández no puede, aquí y ahora, anunciar públicamente que no será candidato porque el desencadenante de esa acción es imprevisible. Es un momento económico de tal fragilidad cualquier movimiento puede desatar un tsunami.

"¿Para qué sirve que Alberto se baje ahora?", preguntan en voz alta en Casa Rosada. "Sería pésimo para el Gobierno: dejen que Alberto siga con lo que hace, pongámonos todos a reivindicar cosas de la gestión, que baje la espuma y después que sea candidato el que sea", se agrega. Un dato anexo que agregan en Olivos es que Fernández no se tiene que bajar porque nunca dijo que sería candidato. Un presidente sin veto constitucional es, por default, candidato a reelegir hasta que diga lo contrario. En La Cámpora entienden que no sería lo mejor, en este contexto, un renunciamiento público, pero que debería existir un acuerdo. Ahora, ¿cómo discutir un acuerdo sin negociación?

El acecho de la fractura táctica impulsada por sectores K, a partir de la resurrección de la UC, se nutre de un dato fáctico. La semana pasada, el diputado Leandro Santoro, el ministro Matías Lammens, la legisladora Claudia Neira y la abogada Graciana Peñafort, muy cercana a Cristina, se sacaron y difundieron una foto para trasmitir que se empezó a discutir el año electoral en el FdT porteño. El mandato fue salir de la parálisis y mover sin tener que esperar que se ordene lo nacional para ordenar lo local.

Es muy sugestiva la presencia de Peñafort porque se lee -y la abogada no es ingenua- como una expresión de Cristina en una mesa donde es notoria la ausencia de La Cámpora que -vía Mariano Recalde en CABA- preside, como en la provincia, el PJ. ¿Está Cristina pero no está Máximo? La presencia de Peñafort tiene un doble simbolismo: no solo le saca a la cumbre cualquier pátina de anti Cristina sino que, además, aporta a una figura ligada con la defensa judicial de la vice.

Una destreza de Juan Manuel Olmos que armó una postal donde están las figuras más taquilleras electoralmente del FdT en la ciudad y sienta, además, a una canciller de Cristina. La foto no le agregó al diputado Kirchner porque puede trasmitir la existencia de una construcción sin la precondición de que esté el camporismo aunque, más tarde o más temprano, eso vaya a -o deba- ocurrir. Santoro y Lammens acordaron que no van a competir entre ellos y que, junto a Olmos, tejerán un espacio que está dispuesto a competir en una primaria para definir los candidatos porteños. Es un formato que La Cámpora no acepta a nivel nacional y, en la medida que no se despeje esa incógnita arriba, parece decidida a no resolver ninguna cuestión territorial, con excepción de la provincia de Buenos Aires.

Los territorios avanzan a pesar del teléfono roto entre los Fernández. La conversación entre los Fernández, Alberto y Cristina, quizá existió, existe o está en proceso de existir. Pero el fuego amigo, como el de Máximo, sugiere que no hay ninguna negociación entre el presidente y la vice, ni siquiera mediante delegados, para pactar los términos de un acuerdo que aquí y ahora, en medio de la tormenta de la inflación, parece pura y exclusivamente sobrevivencial.

Lo de Peñafort en CABA puede linkearse con concepto que Cristina volvió a deslizar en estos días y que, de manera implícita, fija sus márgenes de acción. "Soy institucionalista", apunta y, sin decirlo, da a entender que la ruptura de hecho no avanzará, al menos de su parte, a cuestiones puntuales de gobierno. "¿Por qué vamos a dejar un gobierno que nosotros armamos?", dicen en La Cámpora. Traducción: es Fernández, entonces, un okupa en Olivos.

Post derrota en las PASO del 2021, la renuncia masiva de ministros K, encabezada por Eduardo "Wado" De Pedro, vale como antecedente de una amenaza extrema. En aquellos días, Fernández contempló aceptar las salidas y hasta le ofreció a un dirigente el cargo de un renunciante. Al final, Cristina impuso a Juan Manzur como jefe de Gabinete. El desempeño del tucumano fue lo que fue. Se negoció, en el fragor de esa hora última, sobre el objetivo común de mantener la unidad, y el resultado práctico, en especial en la provincia de Buenos Aires, fue dar vuelta la elección y empatarla.

Aquella unidad se volvió un animal mitológico. No solo no existe en la práctica, sino que perdió músculo como instrumento y bandera. En la matemática de la vice, Alberto no aporta nada desde lo político ni desde lo simbólico. Pero Fernández tiene, como recurso último, resistir y en el ejercicio del poder se reserva el manejo de ciertos botones que, como un martillo, se pueden usar para construir o para destruir. Encima, Massa, el tercer actor de la mesa invisible del FdT, entró en la etapa crítica: la estabilización de la economía es, aquí y ahora, casi una utopía. Aunque el ministro parece funcionar como inhibidor de un estallido interno, su habilidad para mantener conectadas a las partes, Alberto y Cristina, se resiente día a día. La magia massista se licúa en la deriva de la economía.

En el imaginario K sobrevuelva, con virtud religiosa, la fantasía de que la vice volverá a sorprender a todos con un movimiento disruptivo, como el que hizo en el 2019, una genialidad electoral. En lo inmediato, Cristina interviene donde puede intervenir. Lo hizo en la provincia de Buenos Aires. La vice reunió a De Pedro, Axel Kicillof y a su hijo Máximo para ordenarles que desactiven las operaciones cruzadas y se alineen en el único objetivo claro que es lograr la reelección de Kicillof. "Arreglen lo que tengan que arreglar pero no jodan más", se repite la frase como si fuese de ella.

El expediente bonaerense constituye toda una dificultad operativa. La dependencia de Kicillof de los aportes extras de Nación, que hoy garantiza Massa, es una limitación directa en un año de campaña pero depende de la voluntad política de mantener esa asistencia. ¿Puede peligrar? ¿Es una carta que está en la baraja de Fernández? En 2012, Daniel Scioli cuotificó el aguinaldo y los salarios cuando, semanas después de lanzarse como candidato presidencial, Cristina le recortó el envío de fondos nacionales. Por entonces, el ministro era Hernán Lorenzino y su vice era Kicillof, el enlace directo con Cristina.

Es un asunto de la política interna pero pesa más el factor externo. ¿Hasta qué punto es posible desconectar el resultado presidencial de la elección de gobernador? ¿Cuánto se puede aislar, más allá de discursos de barricada, la oferta electoral de la provincia, con Kicillof en el tope de la lista, si no aparece alguna señal de calma en el frente económico? La esperanza de la dispersión opositora, con la presencia de un Javier Milei que ronda los 20 puntos, se enfrenta a la dimensión tóxica de la crisis política y económica.

Mauricio Macri olfatea esa encrucijada y desliza la hipótesis de un entendimiento con Milei para que el economista no se convierta en un beneficiario, indirecto, del FdT. El libertario dice que mostrará sus candidatos bonaerenses en junio, sobre la hora del cierre, y trasmite que si existiese una invitación de Macri no podría, de mínima, no sentarse a escuchar al expresidente.

PI

A ajustarse los cinturones: comienza la mala cosecha y amenaza con hundir la economía, mientras los precios se duplican

A ajustarse los cinturones: comienza la mala cosecha y amenaza con hundir la economía, mientras los precios se duplican

Quedan dos semanas para que arranque abril y la cosecha gruesa, la de maíz y soja, en la provincia de Buenos Aires. La seca hacer prever lo peor. Los vecinos de Pablo Roller, productor de Baradero, ya están tratando de levantar maíz de primera (el que se siembra más temprano): "La mayoría se abandonó. Para la soja todavía falta. Igual, la de segunda está toda perdida y la mitad de los lotes de primera, también". Calcula que perderá 80% del rendimiento normal anual. No muy lejos, en Zárate, su colega Esteban Barbi ya empezó a recolectar: "Cosecha casi cero", sentencia.

"Cosecha gruesa de tierra. Mucha seca", lamenta Federico Schäfer, productor de Navarro. "En esta zona la cosecha debería empezar en febrero, pero poco y nada, las pérdidas son brutales", agrega. Otro productor en Suipacha, Eduardo Lawler, aún no comenzó a recolectar: "Habrá que ir decidiendo si vale la pena, si cubre el gasto de la cosechadora". En Cañuelas, Alfonso Bustillo, comparte la duda: "No empezó la cosecha y no creo que haya".

"Se va a cosechar poco y nada. Los maíces tempranos están hechos mierda", suelta Matías Lestani, ex secretario de Agricultura, ingeniero agrónomo que produce y atiende clientes en los alrededores del área metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y en el interior. "Algunos lotes en el Norte se empezaron a levantar, pero son los más golpeados por la sequía. Igual, salvo en zonas afectadas muy grandes, van a levantar la cosecha porque la máquina ya la tienen y el único gasto es el gasoil", añade. En los alrededores de Rosario, Tomás Layus comenzó a cosechar los primeros lotes y nota muy bajos rendimientos y calidades. Considera que aún es prematura el vaticinio, pero prevé recoger la mitad.

En un país que depende de una cosecha como la Argentina, las noticias que llegan desde el campo plantean un tremendo escenario para toda la economía. Malas noticias para el peronismo, si es que sueña con conservar el poder en las urnas en octubre. En abril arranca un trimestre horrible en términos de cosecha, ingreso de dólares por exportaciones y recaudación tributaria. Por eso, la mayoría de los economistas está corrigiendo a la baja sus pronósticos de evolución del PBI, que lejos de cumplir el anhelo gubernamental de crecer por tercer año consecutivo por primera vez desde 2006/8, podría contraerse hasta 3,5%. Con una actividad económica en declive, lo que amenaza la continuidad de empleos y empresas, sumado a una inflación que galopa por ahora al 102% anual, las perspectivas para la población son malas. Ya nadie se atreve a dar por caído al peronismo, después de 78 años de historia, pero se ilusionan tanto Juntos por el Cambio, que perdió en 2019 entre recesión, creciente desocupación, cierre de empresas, inflación y derrumbe del salario, como La Libertad Avanza de Javier Milei, admirador de Carlos Menem, reelegido en 1995 y caído en desgracia electoral en 2003.

Para consultar pronósticos de evolución del PBI, elDiarioAR consultó a los analistas que más aciertan en los relevamientos del Banco Central y la consultora española Focus Economics. En la Fundación Capital, que fundó el ahora funcionario larretista Martín Redrado, la economista Andrea Osorio predice un bajón del 2,3%. Mauricio Macri terminó en 2019 con un -2%, tras caer 2,6% el año anterior, y con una inflación del 54%, que entonces era récord desde 1992. Ahora se superó la de 1991. "Si miramos en particular a la demanda agregada, es decir, al PBI descontando el efecto de las importaciones, la contracción se ubicaría en torno al 4%", alerta Osorio. "En particular, prevemos que el aporte del agro por la fuerte sequía será negativo por aproximadamente 1,5 puntos. Asimismo, con un sexto año consecutivo de pérdida de poder adquisitivo, el consumo también se verá resentido, con una baja en torno a 1,4%", añade la analista. En realidad, en 2021 el salario le ganó, aunque por poco, a la inflación, pero en el medio de tanto adelgazamiento del bolsillo casi ni se percibe.

Matías Surt, director de Invecq Consulting, prevé "al menos" una caída del 3% este año, "la más fuerte desde 2009". Aquel año, Néstor Kirchner perdió las elecciones legislativas contra Francisco de Narváez, hoy retirado de la política y dueño de los supermercados ChangoMás. Surt atribuye la perspectiva de contracción al "impacto de la sequía, que hará caer el PBI sectorial en un 25%; la imposibilidad del equipo económico en estabilizar la inflación, que cerrará el año cerca del 120% y eso hará imposible la recuperación de los salarios; y el endurecimiento del cepo, que genera parálisis en cadenas productivas". Al disminuir la exportación agrícola, el Banco Central tendrá menos dólares y deberá restringirlos más para los importadores, la mayoría de los cuales son actores del campo, la industria, la energía, la minería o los servicios que necesitan insumos o máquinas para producir.

María Castiglioni, de C&T Asesores Económicos, recuerda que ya 2023 arrancaba mal por el arrastre negativo de una economía que empezó a contraerse desde septiembre pasado. Admite que en enero rebotaron la industria, la construcción y el turismo, pero también pegó la caída de más del 40% en la cosecha de trigo. "En el segundo trimestre tenés malas noticias empezando por el sector agropecuario, con pronósticos que empeoran día a día pero que afectaría 2 puntos del PBI. Hay pocos factores expansivos por la falta de dólares, la suba de tasas de interés y las limitaciones de la demanda -léase consumo-, que van a impactar en servicios que habían recuperado, como turismo". C&T preveía en un principio crecimiento cero, estancamiento, en 2023, pero ahora está revisando esa perspectiva a la baja. "A pesar de que en años electorales siempre hay un impulso del Gobierno, esta vez está muy limitada esa capacidad de acción no sólo por el acuerdo con el Fondo (Monetario Internacional, FMI) sino porque no tiene margen para su financiamiento", observa Castiglioni.

Por un lado, el FMI anunció este lunes que, pese a la menor recaudación por la sequía, el ministro de Economía, Sergio Massa, deberá mantener la meta de ajuste fiscal, con nuevos recortes en subsidios energéticos, obra pública y ayuda social. Y eso que el encarecimiento de los alimentos amenaza con más pobreza. Por otra parte, desde tiempos del anterior ministro Martín Guzmán se complicó el financiamiento con deuda doméstica en pesos y las alternativas entonces son ajuste o emisión monetaria, con el consiguiente impacto inflacionario. A su vez, los recortes de subvenciones elevan las tarifas de luz y gas y también repercuten en el índice de precios al consumidor (IPC).

Miguel Kiguel, director de la consultora Econviews y ex subsecretario de Financiamiento de Menem, vaticina un descenso de la economía del 3%, mitad por la sequía y mitad por una combinación de ajuste fiscal y monetario y disminución del poder de compra de los sueldos. En las antípodas ideológicas, Federico Zirulnik, economista del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (CESO), cuenta que ese think tank que dirige Andrés Asiain predice una contracción cercana al 2%, entre la sequía, la meta fiscal con el FMI y el impacto del cierre de importaciones en la actividad económica. "Si los salarios caen, las exportaciones caen, el gasto cae, la inversión no puede compensar el resto de los motores de crecimiento", observa Zirulnik. No es el mejor panorama para una victoria del peronismo: "Todas las cartas juegan en contra: pérdida salarial, sequía, contexto internacional -esta semana tambaleó el mundo por varias crisis de bancos- y apego al plan del FMI. En general en un año electoral hay más gasto social, más salario, pero si se cumple la meta del Fondo, va a ser difícil mejorar el poder de compra de la mayoría, lo que es negativo de cara a las elecciones. Cada mes que pasa son noticias negativas y más problemas internos del Frente de Todos. Igual hay que ver qué hace la oposición. El escenario está abierto". No por nada la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner pidió hace una semana renegociar el acuerdo con el FMI, aunque dos días después Massa pactó mantener el objetivo de ajuste fiscal.

El consultor Hernán Hirsch anticipaba hasta hace una semana un bajón del 2%. Por los peores datos de la sequía, que hablan de pérdidas de US$ 21.000 millones, ahora Hirsch predice 3,5%. "Está complicado el Gobierno, el Frente de Todos... la economia no lo va a ayudar. Pero hay cierto hartazgo de la sociedad que afecta también a Juntos por el Cambio. El único beneficiado es Milei. Quizá la dispersión de votos de la oposición puede ayudar al peronismo si logra algo razonable, que es difícil por la gestión económica", evalúa Hirsch.

Otro que empeoró estos días su previsión fue Nicolás Zeolla, de la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo (FIDE). De un crecimiento del 0,8% a una merma del 1,5%. Lo explica porque la seca traerá rindes de la cosecha tan malos como no se veían desde 2009. Hasta hace poco se ilusionaba con el repunte de la construcción y la industria y con las inversiones en energía y minería, y pese a que el consumo venía más lento por la falta de un sesgo redistributivo en la política económica. Mirando las urnas, Zeolla advierte: "Los problemas están a ambos lados, la economía no ofrece grandes luces pero tampoco veo que la oposición pueda capitalizar las dificultades".

Pese a todo, en la Universidad del Salvador continúan pronosticando un crecimiento del 1%, menos que el modesto 2% que figuraba en el presupuesto de Massa. El economista de la universidad Juan Miguel Massot lo atribuye a la recuperación de la construcción, los servicios y la industria. Pero admite que "la gente sentirá estancamiento". Por eso, su análisis electoral: "Hay posibilidades bajas para el peronismo, aunque no las descarto si logra un frente competitivo. Hay que ver si la oposición tiene un candidato competitivo. Aún tenemos el año por delante. La oposición se cree muy ganadora haciendo cualquier cosa, pero no hay que subestimar al peronismo, como subestimaron a Cristina en 2019. La oposición no puede armar cualquier cosa, con cualquier equipo no puede ganar".

En cuatro bancos internacionales presentes en la Argentina prefieren guardar el anonimato. Muchos negocios con el Gobierno. Pero en uno presagian una merma del PBI del 3%. La vinculan con la seca y con "la intención de evitar una 'deva' -como le llaman a la devaluación en la jerga de los economistas-, que va a llevar al Gobierno a endurecer los controles a las importaciones". Claro, una depreciación brusca del peso oficial, podría alentar exportaciones y desalentar compras externas, pero a costa de elevar más lo precios en un inicio, con su consiguiente impacto en una pobreza que ya sufre el 37% de los argentinos.

En un banco de Wall Street también calculan un derrape de entre el 3% y el 4% por la restricción de importaciones de insumos y maquinarias, el agotamiento de la capacidad ociosa que había permitido crecer en 2021 y 2022 -por primera vez desde 2010/11-, las tasas altas y "un pésimo entorno político en términos de confianza e inversión". En otra de las entidades foráneas consultadas rebajaron la semana pasada su pronóstico de caída del 1,5%, dado los controles a la importación, a una del 3%, al sumarse la seca. Con una proyección de inflación del 100% a diciembre, técnicamente se llama estanflación. "Va a ser una recesión importante, un desafío enorme para que el peronismo gane las elecciones", analizan en el banco.

En otra entidad internacional calculan un retroceso del PBI del 2%, aunque admiten que puede empeorar por los últimos cálculos de cosecha de este jueves. "Alberto Fernández quería crecer por tercer año consecutivo, pero puede que no sea así. El escenario no es favorable para ganar una elección. Macri venía mejor en agosto de 2019 y perdió", opinan en el campo sobre el escenario de las primarias presidenciales en las que el ex presidente buscó infructuosamente la reelección.

AR

Del teatro de Gerardo Morales al libro de Mauricio Macri: JxC pone en escena la disputa interna que protagonizan el PRO y la UCR

Del teatro de Gerardo Morales al libro de Mauricio Macri: JxC pone en escena la disputa interna que protagonizan el PRO y la UCR

El hombre, de camisa blanca, atravesó las puertas de ingreso al Gran Rex y megáfono en mano les habló a las personas que se agolpaban en la vereda y en plena calle Corrientes. “Para que esto sea una fiesta, mantengamos la calma y la tranquilidad”, suplicó. “Si se abren las puertas, en la manera en que estamos todos, esto puede ser una tragedia”, advirtió, y se ganó un rápido abucheo de los que se apretujaban para ingresar. La temperatura superaba los treinta grados, y entre el millar de militantes y dirigentes radicales que querían entrar estaban los diputados Ricardo Buryaile y Emiliano Yacobitti. 

Aún faltaba al menos una hora para que el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, lanzara desde ese emblemático escenario porteño su precandidatura presidencial, pero sus correligionarios ya pasaban el mal trago con ácidos comentarios. “Si no puede gestionar el ingreso a un acto, ¿cómo quiere gestionar el país?”, se lo escuchó a un operador que camina constantemente por la provincia de Buenos Aires. “Qué mal que estuvo organizado esto”, se quejó una voz que conoce la rutina laboral del mandatario en su provincia. Muchos habían viajado toda la noche en colectivo desde la provincia norteña.

Las quejas se colaron incluso en el mismísimo discurso del titular del partido: ante un grito desde el auditorio, prometió que el próximo acto será en el Luna Park. Es probable que una cantidad similar al público que copó el teatro –tiene ​​3.262 butacas– se haya quedado afuera. Siendo el jefe del radicalismo un aliado de Horacio Rodríguez Larreta, no hubo críticas desde la Ciudad por el corte en el microcentro que generaron las distintas facciones de boinas blancas, cuando ese mismo día la Unidad Piquetera levantaba un acampe de tres días en la avenida 9 de Julio. 

En tiempos de política por redes sociales, Morales armó un mitin político de los de antes, pero con rasgos de los de hoy: la G de su nombre con estética de Google fue el ícono de esa intención. Detrás de esa puesta en escena, la rosca política se manejó como lo hace habitualmente: entre bambalinas y con gestos entrelíneas. Porque en medio de la tensión UCR-PRO por el sinuoso armado en distintas provincias, y ante la necesidad del centenario partido de no ser “furgón de cola” del macrismo como en 2015, Morales buscó mostrar musculatura para una difícil pulseada que tiene a dos manos: convencer a las propias boinas blancas y desafiar a los aliados amarillos. 

“El Gran Rex fue la despedida de soltero del que no se va a casar”, graficó una voz radical que se ubicó entre las primeras filas del teatro. Y como si hiciera falta evitar los eufemismos, aclaró: “Nadie le cree a Morales que sea candidato a presidente, porque el propio partido no quiere un candidato como Ernesto Sanz”. En la facción Evolución de Martín Lousteau –aliado del jujeño– fueron menos dramáticos: “Juega una ficha a ver si sale, esto es crecer en las próximas dos semanas para ver hasta dónde puede llegar”.

Al menos para la foto, Morales logró sentar en las butacas principales a los accionistas radicales más importantes. Pero la unidad tiene sus sombras. El espacio de Lousteau ocupó un nutrido grupo de la primera línea de gradas a la derecha –con el propio senador y candidato en CABA junto a los diputados Rodrigo de Loredo, Martín Tetaz, Martín Berhongaray y Maxi Pullaro–. El disidente “grupo Malbec” cedió lugares y apenas contó con los gobernadores Rodolfo Suárez (Mendoza) y Gustavo Valdés (Corrientes), y los senadores Alfredo Cornejo y Luis Naidenoff, mentores del coqueteo con Patricia Bullrich. La ausencia más notoria fue la de Facundo Manes, que si bien no es orgánico, fue el radical más votado en 2021 con su expertise en PBA.

“La tensión –que se notó en las caras de los ilustres– es porque el eje Lousteau-Morales expulsa a los demás de la mesa de Larreta. Entonces se armó el polo Malbec, porque encima Patricia ‘da la impresión’ de que anda mejor que el Pelado”, leyó la postal un vocero radical neutro. “El acto estuvo bien y fue muy distinto al discurso de Costa Salguero que despertó enojo en el partido”, comentaron entre los disidentes al jujeño, recordando cuando Larreta se apareció en el homenaje a Raúl Alfonsín.

Otra fuente que también asistió a la obra teatral de Morales lo analizó, por la opuesta, en tres actos: “1) Le demostró a Manes que está solo y que el sector que más moviliza es Evolución. 2) Le mostró a Larreta la extensión federal de la UCR. 3) Le dejó en claro a Bullrich que los Malbec no sacan los pies del plato”. El espacio de Lousteau festejó su convocatoria con un ágape post-teatro en una parrillada de Palermo.

Quien sí estuvo –pero no– fue Elisa Carrió. Mientras muchos se agolpaban en la entrada principal, la líder de la Coalición Cívica entró al teatro por un ingreso exclusivo. En el estacionamiento lateral al Gran Rex hay –flanqueados por seguridad– accesos directos al teatro vía ascensor y escalera. La dirigente fue directamente hasta el camarín de Morales, acompañada por el diputado Maximiliano Ferraro, también presidente de su partido; la diputada provincial Maricel Etchecoin, y el concejal por La Matanza Héctor Toty Flores –quien luego se ubicó en la primera fila de las butacas–. Lilita estuvo el tiempo suficiente para las fotos y terminó la jornada en el clásico bar Los Inmortales. “Carrió nunca va a ir a un acto sin buscar cierto protagonismo. Ella no se iba a exponer en un lugar donde mucho no la quieren. Era lógico que entrara de canuto”, comentó una voz que conoce su recorrido. 

“Fórmula no hay nada. Son dos precandidatos”, aseguró un testigo de la foto con el gobernador jujeño. La visita de Carrió fue pensada para dar un mensaje hacia la interna de JxC: reforzó el pacto bilateral que forjaron en el verano y fue un tiro por elevación al PRO, principalmente al polo Macri-Bullrich. “La preservación de su identidad (por la UCR), como la de la nuestra (por la CC), es indispensable para que la alianza de JxC no se aleje ni a los extremos de la derecha y a los extremos de la izquierda”, tuiteó Lilita tras verse con Morales.

Conscientes de que juegan desde atrás contra las poderosas escuderías amarillas, Morales y Carrió quieren explícitamente que en la coalición opositora haya fórmulas cruzadas. “Queremos ponerle un coto al PRO”, afirmó un lilito incondicional. “En el radicalismo todos prefieren tener dos candidatos a vice, uno para Larreta y otro para Patricia”, planteó un vocero de la UCR adelantando lo que podría venir. 

Aunque estén alineados con Larreta, ni Morales ni Carrió serían su partenaire. El radical, porque un binomio masculino –admiten en Uspallata– sería claramente machista para los tiempos actuales. La ex-radical, porque creen que aportaría más desde fuera de la gestión. Un nombre anotado es el de la senadora radical Carolina Losada, pareja del “Malbec” Naidenoff y otra de las ausencias llamativas en el Gran Rex. También le viene siendo esquiva al alcalde: tenían programada una reunión hace días en Reconquista, pero la legisladora por Santa Fe se excusó para atender la crisis del narcotráfico en Rosario.

Si acepta conformar una fórmula mixta, Bullrich no tiene los mismos dilemas de su contrincante. Genera simpatía entre los radicales disidentes y ella admitió públicamente que pensó en Cornejo como su vice, aunque el mendocino busque ser nuevamente gobernador de su provincia. 

Ahora que Morales movió decididamente su ficha en el tablero de JxC –y a su manera también lo hizo Carrió–, Larreta y Bullrich harán su juego en las próximas horas. Será Córdoba el escenario en que se moverán los dos precandidatos amarillos, pero por separado. El jefe de gobierno se mostrará esta noche en La Falda para levantarle la mano al intendente Javier Dieminger en su casi segura reelección. El dato es que no es un intendente del PRO, sino del radicalismo, y específicamente de Evolución, bajo el amparo de De Loredo. Traducción: otro guiño de Larreta a Lousteau, que es la prenda de cambio en la negociación con Morales para que la territorialidad de la UCR juegue a su favor. 

La Falda será la última escala de la gira “descontracturante” que hace todos los fines de semana Larreta: esta vez le tocaba por Ayacucho –por la fiesta nacional del Ternero y Día de la Yerra–, Mar del Plata y Tandil. En Uspallata le restaron importancia al escrache que sufrió el alcalde en un bar de San Telmo. Su intención de fondo es meter un bocado propio en el armado de JxC en Córdoba, donde la oposición cree que tiene chances reales de ganarle al candidato de Juan Schiaretti, Martín Llaryora.

Tras Larreta, será Bullrich la que visite Córdoba este lunes. El arribo de los dos precandidatos de PRO en menos de 24 horas revela el interés por la provincia que Macri definió como su “segunda casa”. Es que el acuerdo entre Luis Juez y De Loredo podría dejar sin nada al partido amarillo. El senador y el diputado acaban de recibir los resultados de una encuesta que encargaron para definir cuál de los dos será el candidato a gobernador por el sello. El método es una rareza, cuando JxC parece romperse cada vez en más provincias. Aún genera ruido la situación en Salta, donde el PRO dio el portazo porque la UCR se alió al massista Matías Posadas bajo el sello cambiemita. El viernes circularon con malicia por WhatsApp fotos viejas de Posadas muy sonriente con Larreta y hasta con Fernán Quirós. Olor a traición.

La encuesta Juez-De Loredo, pagada por ellos mismos, dio su sorpresa: fue un "empate técnico". "Ambos candidatos lideran la intención de voto y tienen competitividad superando al candidato de Hacemos por Córdoba. La diferencia entre ambos es menor a un punto: Rodrigo de Loredo en escenario individual tiene un diferencial frente al oficialismo de +1,8%, mientras que el diferencial de Luis Juez es del +2,7%", destaca el informe conocido este sábado. Ahora la incógnita es qué harán ambos legisladores, porque ninguno querrá “bajarse” a la capital mediterránea. Si se juntan, la fórmula Juez–De Loredo supera por 6,1% a la fórmula Llaryora-Vigo; y el binomio De Loredo-Juez tiene una diferencia positiva de 4%. 

El dilema alcanza a los visitantes amarillos de las próximas horas. “Horacio le va a aconsejar a Rodrigo que vaya a la intendencia”, aseguró un armador larretista en las provincias. Una versión indica que por pedido de Larreta, Juez le habría ofrecido al amarillo Pedro Dellarossa, el ex jefe comunal de la ciudad de Marcos Juárez –el “Km. 0” de JxC–, ser su compañero de fórmula. Si el diputado va a la intendencia, a su vez sería un desafío a la UCR de Mario Negri, que quiere el cargo para su hijo Juan, legislador local.

La postura que exprese Bullrich mañana será la de Macri, que solo difiere de Larreta en los porqué. “Mauricio no quiere a Juez. Va a ser lo imposible para que De Loredo vaya a la intendencia, para asegurarse la relación con el ‘Gringo’ Schiaretti”, comentó un operador. Al parecer, al ex mandatario –que es abstemio– no le gustó el spot de los postulantes cordobeses preparándose un fernet con coca. Un conocedor de las campañas electorales también criticó que al acting le faltó que los dos choquen sus espumosos vasos para un brindis.

Pero es difícil imaginar que ese detalle el ex presidente haya sido el motivo por el que canceló a último momento la visita a la provincia mediterránea, que tenía en agenda para el martes. Mejor no despertar suspicacias. Donde sí lo esperan es en Rosario, mañana, para hablar de su libro “Para qué”, en un evento organizado por la Fundación Libertad. Al salón Metropolitano asistirá toda el universo cambiemita santafecino, sean macristas o radicales. Nadie cree que Macri haga alusión explícita a su futuro político, sino que se centrará en la crisis narco. ¿Irá Losada, que le fue esquiva a Morales y Larreta en los últimos días? “Recién hoy me invitaron, voy a tener que ir”, comentó un importante radical de la provincia, el miércoles pasado, cuando se paraba de su butaca en el Gran Rex. En JxC se enredan en disputas políticas, pero también se entretienen en el teatro y presentaciones de libros.

MC

La luz es un sueño eterno

La luz es un sueño eterno

Un piquete porteño impulsado por personas recalientes que tienen cortado el suministro eléctrico desde hace más de una semana puede ser un escenario propicio tanto para descargar una furia legítima como para el florecimiento de mil teorías conspirativas o la irrupción de personajes variopintos (bizarros o heroicos).

Mal dormidos con las ojeras por el suelo y un humor de perros, con la misma pilcha durante varios días, con los dedos gastados por mandar cientos de mensajes de texto con la palabra LUZ al 72720 —seguido del número de cliente—, recibir la misma respuesta y confirmar que nos estamos volviendo einsteinianamente locos porque hacemos todos días lo mismo y esperamos resultados diferentes. Los privilegiados o las privilegiadas que cuentan con ese bien escaso que es la paciencia y logran comunicarse con alguna persona humana escuchan diversos speech aunque en el subtexto suene la misma respuesta: “No te lo puedo explicar porque no vas a entender”.

Pese a todo, el optimista y el pesimista se unen en un frente único contra enemigo común: tanto el que piensa que es inminente el retorno del suministro por razones varias que sólo él conoce como el que considera que esto va para largo y puede ser eterno porque “nuestro corte” (el que afecta a los dos manzanas y media de nuestro barrio) no aparece ni siquiera como puntito azul en el mapa digital del Enre y eso significa que “estamos en el triángulo de las Bermudas” para Edesur y para el Estado.

Si durante el Mundial todos somos directores técnicos, durante un corte de suministro todos somos de Luz y Fuerza porque “el problema está en la subestación de Parque Centenario” (a esta altura todos sabemos que es la 049); pero no, “lo que se jodió es una cámara que alimenta a nuestras manzanas, si me dijeran cuál es, bajo y meto mano”; aunque tampoco: “¿Sabés por qué no vuelve la luz?, por el calor. Las líneas que van por debajo de la tierra se recalientan y se desconectan automáticamente y hasta que no baje la temperatura estos hijos de puta no las van a volver a enchufar. Yo sé lo que te digo, estoy metido en esto.”

En el medio, algunas y algunos politizan la discusión o, mejor dicho, la “engrietan” con medias verdades: “El tema es que Horacio Rodríguez Larreta permite que se construyan todos estos edificios mientras no se renueva ninguna red y hasta que la mierda no aflore desde subsuelo porque estallen las cloacas nadie va a hacer nada”. El contraataque no se hace esperar: “Yo no sé, pero a De la Rúa por mucho menos que esto lo echaron a patadas”.

La polémica se corta intempestivamente porque aparece un joven turista alemán que se destaca entre la pequeña multitud por sus dos metros y pico, su barba “gringa” y su pronunciación extraña. Pide permiso para sacar algunas fotos y después para sumarse a la protesta. Legítimamente autorizado, agarra el ladrillo más grande que encuentra y le entra a dar a las vallas de metal que protegen las obras del Gobierno de la Ciudad con la misma rabia que Campino de los Die Toten Hosen puso para cantar Ya no sos igual junto a Trueno y a los Dos minutos. En Alemania no se consigue.

Como si fuera poco, los sin luz nos transformamos en algo parecido a los “kelpers” del barrio y el chisme —esa “sociabilidad de ataque” de la que habló Ezequiel Martínez Estrada en su Radiografía de la pampa— ya hizo correr su versión inculpatoria contra las víctimas: el carnicero dice que una clienta le dijo que a esas manzanas no les vuelve la luz porque cuando vino la patrulla de Edesur “la corrieron a piedrazos”. Tan delirante como inverosímil porque todos —engrietados o no— estamos de acuerdo en que si llegara a venir personal técnico, le tendemos una alfombra roja y después —con luz— seguimos debatiendo.

Los grupos de WhatsApp de afectados y afectadas por los cortes se radicalizan más sin el filtro relativo que impone el face to face y dejan volar su imaginación: “A las empresas las obligan a cortar para generar un caos contra el Gobierno y que pague políticamente las consecuencias. Esperen el informe de Lanata y van a ver”. Los victimarios ahora son pobres víctimas comunes.

Aunque alguien con una mirada más totalizadora sentencia con unas mayúsculas que acribillan los ojos: “Esto no fue casualidad, esto fue bien pensado, gestado y parido. Aquí los resultados: suicidios y violencia; drogadicción; depresión y clonazepam” (sic). “Se tenía que decir y se dijo”, contesta otro con un sticker acorde a la dramática ocasión.

Las conspiraciones son como las brujas: no existen, pero que las hay, las hay. En esta anarquía de cortes que van y vienen algo huele mal. La base estructural está en la falta de inversión para la mantención, ampliación y mejora de la infraestructura eléctrica, pero sobre ella se monta —como se dice— una superestructura jurídico-política que deja demasiado en evidencia a la próxima estafa.

Según publicó el portal EconoJournal, la empresa italiana Enel —accionista mayoritaria en Edesur— anunció en noviembre pasado un plan de desinversión que incluye su retirada de Argentina, Perú y Rumania con el objetivo de reducir su deuda neta y centrar su transición hacia energías más limpias.

Enel no sólo vendería Edesur, también se desprendería de las centrales térmicas Costanera y Dock Sud, la concesión de la hidroeléctrica El Chocón y las líneas de transmisión CTM y TESA, que conectan los sistemas de energía eléctrica entre Brasil y el noreste argentino.

La venta formal de Edesur comenzaría a fines de marzo y pretenden tener cerrada la operación a fin de año.

Aquí empiezan las especulaciones demasiado verosímiles sobre esta miríada de cortes de suministro y los objetivos de la empresa.

Algunos consideran que el Gobierno se encuentra en una encerrona que es el producto se su propia responsabilidad e inacción (común a todas las administraciones anteriores) porque permitieron que las empresas hicieran y deshicieran a piacere cuando los incumplimientos y los problemas vienen desde hace años.

Las sospechas en torno a que una quita de la concesión de Edesur en este momento facilitaría a Enel su retirada y ahorraría la necesidad de conseguir un comprador por parte de la empresa se multiplican. Así como las acciones deliberadas de la empresa para “provocar” un desenlace de estas características y terminar reclamando una indemnización millonaria en el CIADI (tribunal dependiente del Banco Mundial) siempre muy receptivo a las demandas de las multinacionales.

Por eso el Gobierno nacional sólo se limitó a impulsar una denuncia penal contra los directivos de Enel y elevó un informe al Congreso para que emita una pronunciación “aconsejativa” respecto de la continuidad o no de la concesión. Claro, el supuesto que encierra esta orientación es el férreo respeto a “árbitros” como el CIADI que (al igual que el FMI) juegan con la cancha inclinada en favor de los ganadores de siempre.

En el medio, miles de personas sin suministro eléctrico que con sus prejuicios, sus verdades y sus odios se lanzaron al piquete para mantener viva la tradición de la Argentina contenciosa.

No faltó el automovilista indignado que recitó su sermón moralizante porque “no es la forma, porque esto también es violencia”.

En este contexto de más de 102 % de inflación y miles de personas sin suministro eléctrico en un tiempo que se cuenta por semanas, ¿quiénes son los maximalistas o los extremistas? ¿Los salvajes que desprecian la vida humana o la vecina sin luz y sin agua que después de una semana o diez días sale a la calle?

En el sentido exactamente opuesto, lo que sorprende en estas situaciones extremas no es precisamente la violencia. Tal como escribió C. L. R. James —pensador de izquierda nacido en Trinidad y Tobago y autor de “Los jacobinos negros”, ensayo sobre la revolución haitiana—: «Cuando la historia sea escrita como debe ser escrita, será la moderación y la prolongada paciencia de las masas, y no su ferocidad, lo que ha de provocar el asombro de la humanidad». Vendrá la luz y tendrá sus ojos.

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El Movimiento Evita lanzó su partido político: La Patria de los Comunes

El Movimiento Evita lanzó su partido político: La Patria de los Comunes

Chombas Lacoste rescatadas del percherito del merendero, el cuello en chanfle, ya, y tres estrellas en el pecho que en realidad son un salpicado de lavandina. Zapatillas Nike aguantando las patas de un cuarto dueño: nada garantiza que vaya a ser el último. Que no me la cuente nadie porque los estoy viendo. Ahora y acá.

Los negros más negros y los pobres más pobres, en la cancha de Deportivo Español, en este viernes con la térmica en 30 grados, viniendo de los ranchos, saliendo por un rato del taperío, con el agua hecha hielo adentro de una botella que supo tener Manos de Uva. Esa botella se pasó la noche en el fondo de un freezer industrial porque las patronas sabían que hoy era largo y venían con los chicos.

Dime dónde presentas tu partido político y te diré de qué está hecho el padrón que te vota. O: cuando la locación es discurso.

A la cancha del Gallego la rodean un asfalto seco, bruto, con potreros sin pasto y arcos sin red; más el Barrio Nágera, el Asentamiento Los Pinos, la Villa Los Piletones. Tiene un fondo de monoblocks y la torre de Interama cortando el horizonte por sobre la Tribuna José Luis Rodríguez, el Puma, 65 goles con esta camiseta -¿no va a tener su tribuna, El Puma?.

Cien mil personas, dicen los organizadores. No hay manera de verificarlo. Sí puedo ver campo y gradas completas, más algunos manchones de la militancia que se quedó afuera. El Movimiento Evita presenta esta tarde su herramienta electoral, su partido político: La Patria de lxs Comunes. Es un nombre al acecho, un nombre que renombra lo común, la comunidad. Si sos del tipo de pobre que persigue tarjetas y va zafando a golpe de intereses y pagos mínimos, pero tenés prepaga ¿sos común?

El conductor de este sujeto político es Emilio Pérsico que dirá, cuando le toque hablar, que en la Argentina hay un 52 por ciento de pobreza, lo que inmediatamente determina que tenemos 48 por ciento de no-pobreza. Si los pobres son mayoría, la pobreza es lo común. Le pusieron La Patria de los Comunes porque ponerle la Patria de los Pobres te mataba de literalidad.

Para las seis de la tarde las pibardas ya cantaron la de Shakira y Bizarrap, hicieron sus córeos  y la banda que vino a cerrar la grieta del rock ya hizo sus covers de Soda y Los Redondos. Ahora, los oradores.

Mariel Fernández abre el micrófono. Un piba de Moreno, de madre entrerriana, padre albañil asesinado en un intento de robo, hecha al calor de los comedores y las bases, que, con 45 años, es la intendenta de su pago, como si hubiera resumido inseguridad, migración interna y militancia en las villas de un tirón. Gente que, un día, condensa.

Y es algo más, Mariel: es la prueba física de que el Movimiento Evita puede ganar municipios grandes. Mientras habla, ahí nomás la escucha Patricia Cubría, la Colo, pareja de Emilio Pérsico, y aspirante a comerle el sillón de San Justo a Fernando Espinoza, el intendente de La Matanza.

Hace unos días, la Colo salió con un spot de campaña que fue un disparo de regreso. Su militancia había sido atacada a los tiros en noviembre pasado, en una esquina de Isidro Casanova, por una banda presunta del presunto aparato municipal. En el spot, hay una línea central organizando una comunicación política que no se pregunta cómo decir las cosas, solo va y las dice:

“Llora Espinoza, Cubría intendenta se ve venir / y entre otras cosas, Magario se toma un remís”.

Cuando dice “llora Espinoza”, las personas que bailan en el spot hacen la mueca del llanto con las manitos. Está inaugurando una nueva explanada de la comunicación política. Una que te libera de tener que andar interpretando los mensajes.

La Matanza es un nodo del peronismo de la provincia que a su vez es un nodo del peronismo nacional y el peronismo, finalmente, es un nodo del sistema de representación política en la Argentina. Gobernada por el mismo sello desde 1983, en La Matanza todo frente es frente interno. Se trata de un peronismo ganándole al otro. Cien mil personas, dijimos que dicen los organizadores que hay ahora acá. Por la sonrisa que le cruzó toda la tarde la cara a la Colo, puede ser. Te debe hacer sentir que podés ganar La Matanza o lo que sea, meter en una canchita como esta 100k de gente.

Daniel Menéndez, referente de la agrupación Barrios de Pie, inaugura otro momento, el de vamos a mirarnos en el espejo y a saldar la deuda interna del Frente de Todos. Enérgico, contundente, dice:

No hemos honrado la palabra a la que nos comprometimos. Y tenemos que discutir por qué.

Hay algo inesperado en la bajada. Esta es la fiesta del Evita en la que pone sobre la mesa su herramienta electoral. ¿Por qué Menéndez dice lo que dice? Sigue:

¿Por qué no pudimos darle una vuelta de página al subsidio?

Como el dentista al que se le va el torno y toca el nervio, de golpe, estamos todos acá abriendo la subcarpeta trágica del asistencialismo que tiene al Evita en general, y el Pérsico en particular, en el centro de la mira de sus opositores. Cuando hay que abrir fuego, la oposición tiene, en el plan social, una bala. El plan, ese dinerito de los awantaderos. El plan, esa platita de las subsistencias. Los planes de un país sin plan. Como no hay un plan, que se multipliquen los planes. Menéndez le entra a este capítulo:

No pudimos lograr que compañeros y compañeras defiendan, con una mirada autocrítica, la idea de que hay que destinar crédito y no subsidio.

La línea parte la tarde. Era todo mística y bandera hasta recién. Ahora, el pronunciamiento es inflexivo, algo que pliega sobre sí mismo:

No pudimos construir un Estado soberano. Está la mitad de la provincia de Buenos Aires sin luz y no tenemos un Estado que emplace a las empresas.

Emplazar: transitivo, citar a una persona en un lugar y un momento determinados, especialmente para que justifique determinada cosa. Alguien está usando bien los verbos. 

No hemos podido avanzar con una empresa de alimentos. No alcanza con regular los precios, hay que crear un sujeto capaz de entregar soberanía alimentaria. Parece mentira que no lo hayamos logrado.

La provincia de Buenos Aires es gobernada por el Frente de Todos. El señor que está hablando forma parte del Frente de Todos. La Patria de lxs Comunes va mostrando el cuerpo real de su constitución: un desmonte que empieza por casa.

Finalmente, el dirigente, ahora sí, recuperando su línea de cuatro, desplegando la defensa de su mejor ataque, le habla al poder judicial y le dice que no van a acatar persecusiones. Y desde acá, desde está cancha, el pueblo al que él representa, dice que:

Se declara en rebeldía.

A diferencia de una Congreso partidario, como el que ocurrió en el microestadio de Argentinos Juniors, donde se firmó el documento que anunciaba la creación del partido que hoy se está presentado, la jornada no quiere ser eterna. Después de Menéndez, Emilio Pérsico se alista para cerrar el encuentro. Chomba negra, cinturón gaucho, el padre del Movimiento Evita tiene un entramado propio de padres -políticos, simbólicos y biológicos- que le dan historia.

Ángel Arturo Pérsico fue un nacionalista católico, un ultra, que se zambulló sin pudores en la derecha peronista y a quien le cayó simpatiquísimo que Perón echara a los imberbes de la plaza. Un imberbe, literalmente, es alguien sin barba. Y siempre la barba de Pérsico llega un segundo antes que Pérsico mismo.

Como los jóvenes imberbes que se fueron de la plaza, Emilio a los 16 se fue de su casa. Casa, plazas, igual: es toda gente que se va de donde el padre manda.

Pérsico a su vez es padre de diez hijos. El último se llama Néstor. Néstor Kirchner fue el tipo que, papelitos de colores mediantes, le fue anotando a Pérsico los nombres de los diputados y dirigentes que podían contribuir en el armado de lo que hoy es el Movimiento Evita. Al hijo de Pérsico lo bautizó el Papa en el Vaticano. Francisco, ex Bergoglio. Como sea, sube Pérsico, padre de la criatura que hoy muestra los colmillos, a decir un par de cosas. Arranca explicándonos para qué estamos acá:

Vinimos a construir al partido de los despojados, de los humildes, de los miserables. El partido de los últimos de la fila.  El partido de los olvidados.

Quizá no sea un gran orador, Emilio Pérsico. No parece tampoco que lo quiera ser. No lo veo interesándose por el regate de las palabras ni la finta radical. Grita, y va soltando. Pero tiene algo: cada tanto mete la faca precisa, la cuchilla. No esperaba que dijera miserables. Y dijo: miserables.

Estamos acá construyendo el sueño inconcluso de Perón. Los descamisados que cruzaron el puente, son ustedes. Y están acá. Los que en los setentas quisieran alcanzar el cielo con las manos. Los que derrotaron al partido militar.

¿Qué sería del peronismo sin su mística? Un Robocop sin el traje. Batman en slip. Sigue Pérsico:

Están acá los que esperaban trabajo y derechos y se cansaron de esperar, y salieron a construir sus propios trabajos, a ganarse sus propios derechos. Está acá la economía popular, la economía solidaria, los que transformaron su casa en un merendero. Esas compañeras, las dueñas de este partido, están hoy acá.

Promediando, Pérsico se ocupa de responder a la crítica más habitual que recibe, la de que ocupa los dos lados del mostrador. Gestiona, por un lado, la entrega de planes, como Secretario de la Economía Social, cargo que depende del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Y por el otro gestiona su recibimiento, como Secretario General del Movimiento Evita. El tipo le resuelve así:

Nos dicen que ocupamos los dos lados del mostrador. Miren, todavía no hemos empezado a ocupar los mostradores.

Apa. Alto retruco, quiero vale cuatro. Después completa:

Queremos una democracia donde la mayoría sea del color del río Paraná. Que sea del color de nuestro pueblo. No queremos a nadie que diga, en nombre de los trabajadores y los humildes, que sabe cómo resolver nuestros problemas. Somos nosotros los que sabemos cómo hacerlo, así que déjenos el lugar.

Se acerca al cierre y mete canto de tribuna: somos de la gloriosa juventud peronista, somos los herederos de Perón y de Evita

Bien, lo que hasta ahora era herramienta social y sindical, ahora es también herramienta política y electoral. ¿El partido La Patria de lxs Comunes serás capaz de intervenir con fuerza, decisivamente, la embarrada trama 2023 del Frente de Todos? Es mucho decir, pero en todo caso, se verá. ¿El Movimiento Evita se va a quedar con la intendencia de La Matanza? Se verá también. Lo que se ve, acá y ahora, es una acción masiva de un sujeto, el Evita, peronismo tumba que hasta ahora ha sido capaz de pasarle el peine fino al fondo de todos los tarros que conocemos y llevarse de ahí los últimos orejones para hacer con ellos su masa crítica y así darle cuerpo real a esa entelequia de los cientistas sociales que insisten en llamar “el territorio”.

Vamos saliendo. Afuera, Avenida Lacarra, autopista Dellepiane, ningún Palermo, ningún Colegiales. Los negros más negros, los pobres más pobres. Los desgraciados de clase, los miserables que arrancan mañana, lunes, en las mismas barriadas de siempre, pero ahora con partido propio.

AS/MG