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En Buenos Aires se marchará a partir de las 16 del Congreso a la Casa Rosada, pero hay convocatorias en todo el país y en el exterior. Más allá del discurso discriminatorio del Presidente, la gestión libertaria ya viene amenazando y tomando acciones concretas contra los homosexuales y las personas trans, una hostilidad desde el Estado jamás vista en la historia democrática argentina.
A días de la marcha antifascista, prenden fuego la casa de una pareja de lesbianas
Desde Ushuaia hasta Berlín, la marcha antifascista suma 130 convocatorias en el país y en más de 15 ciudades del mundo
El colectivo LGBTQ+ dijo basta. Javier Milei aprovechó un atril internacional, el del Foro Económico de Davos, para cuestionar la identidad sexual de las personas trans, un derecho humano que en la Argentina está garantizado por ley, y asociar la adopción de las parejas homosexuales, también establecida por ley en nuestro país, con la pedofilia. La respuesta también será internacional: en la ciudad de Buenos Aires se realizará una movilización del Congreso a la Casa Rosada a partir de las 16, que será replicada en al menos 130 localidades el país y en al menos 15 ciudades del mundo.
El nombre de la manifestación es Marcha Federal Antifascista y Antirracista. Es la comunidad LGBTQ+ la que se alzó contra los atropellos discursivos de Milei y sus funcionarios y amigos, como Agustín Laje y Nicolás Márquez, y las acciones concretas de su gobierno en perjuicio de las minorías sexuales. Pero la convocatoria es a la sociedad entera, a expresar el rechazo a toda forma de estigmatización y de intolerancia. “No hace falta que seas LGBTIQ+ para marchar”, es una de las frases que lanzaron desde la asamblea de Parque Lezama, donde se decidió la medida, hace tan solo una semana.
En el Parque Lezama, precisamente, es donde el colectivo se miró a sí mismo y se dio cuenta de que hay fuerza suficiente para realizar una movilización contundente contra los mensajes reaccionarios del gobierno de La Libertad Avanza y sus aliados. Apenas 48 horas habían pasado de aquel discurso de Milei en Suiza cuando se realizó una multitudinaria asamblea en este espacio verde, ubicado entre los barrios porteños de Barracas, San Telmo y La Boca para expresar la bronca y la preocupación por las consecuencias de ese odio verbalizado nada menos que por el presidente de la Nación; y de inmediato se decidió la marcha federal.
El mandatario cuestionó en ese encuentro del establishment mundial la figura jurídica de femicidio, que ahora su gobierno pretende eliminar, y sostuvo textualmente: “Desde estos foros se promueve la agenda LGBT, queriendo imponernos que las mujeres son hombres y los hombres son mujeres sólo si así se autoperciben y nada dicen de cuando un hombre se disfraza de mujer y mata a su rival en un ring de boxeo o cuando un preso alega ser mujer y termina violando a cuanta mujer se le cruce por delante en la prisión. Sin ir más lejos, hace pocas semanas fue noticia en todo el mundo el caso de dos americanos homosexuales que, enarbolando la bandera de la diversidad sexual, fueron condenados a cien años de prisión por abusar y filmar a sus hijos adoptivos durante más de dos años. Quiero ser claro que cuando digo abusos no es un eufemismo, porque en sus versiones más extremas la ideología de género constituye lisa y llanamente abuso infantil. Son pedófilos, por lo tanto, quiero saber quién avala esos comportamientos”.
Los ejemplos del Presidente, además de falsos, no son representativos del colectivo LGBTQ+. No hay estudios ni estadísticas que conecten la homosexualidad con el abuso infantil ni ejemplos que permitan generalizar el aprovechamiento de la identidad de género para cometer actos de violencia y delinquir. De hecho, la gran mayoría de los abusos intrafamiliares son cometidos por varones heterosexuales, no por parejas homosexuales, algunas de las cuales, consultadas por elDiarioAR, expresaron su tristeza y su miedo a situaciones de discriminación que puedan sufrir sus hijos.
En Buenos Aires, la marcha a Plaza de Mayo de este sábado tendrá una disposición simbólica: en la cabecera estarán las personas trans y travestis, quienes históricamente han sido las más vulneradas dentro de la comunidad. Se espera la participación de organizaciones de derechos humanos, sindicatos, estudiantes y sectores de la sociedad civil que ven en esta movilización una respuesta necesaria al avance del odio y la intolerancia.
En lo discursivo se cuentan ya innumerables ejemplos, una hostilidad jamás vista en la historia democrática de la Argentina hasta la llegada del actual gobierno:
• Milei ya había hecho referencias homofóbicas en agosto de 2024, cuando publicó un posteo en Instagram en el que incluyó “mucho sexo gay” dentro de una lista de elementos negativos de lo que denominó “la panacea progre”.
• La vicepresidenta, Victoria Villarruel, se manifestó en contra del matrimonio igualitario, señalando que para ella “la unión civil ya estaba bien” y que “matrimonio” es una palabra de carácter religioso, desconociendo que muchas confesiones admiten las uniones entre personas del mismo sexo.
• Diana Mondino, excanciller y una de las figuras más representativas del gabinete de Milei, comparó a los homosexuales con personas que “no se bañan y están llenas de piojos”.
• El ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona (que integró la defensa del exgobernador peronista José Alperovich del caso de abuso sexual a su sobrina por el cual se encuentra preso cumpliendo condena en Ezeiza), afirmó: “Se acabó solo el género. Vamos por otros valores: la familia es el centro de la educación y la sociedad. ¿Cuáles son los valores familiares tradicionales? El amor, la unión, el trabajo, el estudio, la solidaridad, la igualdad ante la ley, promover los símbolos patrióticos, respetar a nuestros próceres. Esto resulta esencial para el bienestar de los individuos y la armonía y cohesión social”.
• “Puertas adentro cada uno puede hacer lo que le parezca”, dijo el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, consultado sobre los dichos de Milei contra las minorías sexuales en el foro de Davos.
Las declaraciones de Francos provocaron una respuesta en la asamblea antifascista que rápidamente se convirtió en una de las consignas principales de la marcha: “Al clóset, nunca más”.
A estas manifestaciones sobradamente homofóbicas y dichas con tanto desparpajo se les suman las de figuras satelitales del gobierno de La Libertad Avanza, como el biógrafo de Milei, Nicolás Márquez, un conocido odiador de las minorías sexuales, quien en una entrevista con el periodista Ernesto Tenembaum sostuvo, por ejemplo, que “cuando el Estado promueve, incentiva y financia la homosexualidad está incentivando una conducta autodestructiva”, que “una persona de tendencia homosexual vive 25 años (promedio) menos que una persona heterosexual”, y que un homosexual “tiene 14 veces mayor propensión al suicidio”.
Afirmaciones falsas y de uso malicioso para acentuar los prejuicios sobre la población LGBTQI+, porque al tomar ciertas estadísticas sanitarias no hace más que señalar los efectos devastadores para las personas que sufren una discriminación permanente en su vida, que por supuesto las puede conducir al suicidio y hasta disminuir los promedios de esperanza de vida, como pasa especialmente en la población trans: efectivamente, viven menos años que el resto, y no porque quieran.
Otro amigo de Milei, Agustín Laje, escritor, también conocido por sus posturas conservadoras y sus expresiones de odio deliberado hacia el movimiento LGBTQ+, recientemente dijo que “la homosexualidad es una agenda impuesta por organismos internacionales para destruir los valores tradicionales”.
Personajes como Laje y Márquez no sólo están cerca del poder: Milei y su gobierno los apañan y a menudo los invitan y les dan lugar en eventos, así como a otros referentes de grupos conocidos por su postura anti-LGBTQ+, legitimando sus mensajes de odio y desinformación bajo el paraguas de “valores tradicionales” o “libertad de expresión”.
Las declaraciones de Milei en Davos fueron apenas la gota que rebalsó el vaso: las agresiones de la gestión libertaria venían de antes y no son sólo discursivas.
En los últimos meses, el Gobierno avanzó con una serie de reformas regresivas en materia de derechos humanos y diversidad. La derogación del cupo laboral trans y del cupo para personas con discapacidad, la eliminación del DNI no binario y la supresión de la figura del femicidio del Código Penal forman parte de un paquete de medidas que provocaron un rechazo unánime entre los organismos de derechos humanos.
Es el gobierno de La Libertad Avanza el que el eliminó el Inadi, nada menos que el Instituto contra la Discriminación respecto de cuyo funcionamiento y necesidad hubo consenso de todos los gobiernos precedentes en democracia; y desmanteló el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, reduciendo al mínimo las políticas públicas para preservar los derechos de estos colectivos, históricamente pisoteados por las mayorías. Y esta semana, además, despidió al 40% de la planta de la Dirección de VIH del Ministerio de Salud.
Además, uno de los puntos más atacados por el gobierno de Milei es la Educación Sexual Integral (ESI), también garantizada por ley. Bajo el pretexto de eliminar la “ideología de género”, el Presidente y sus ministros promueven la eliminación de programas que brindan información fundamental para la salud sexual y reproductiva. La ESI demostró ser una herramienta clave para prevenir abusos. Datos del Ministerio Público Tutelar del Poder Judicial de la Ciudad de Buenos Aires indican que casi el 80% de los niños que denunciaron abusos sexuales lo hicieron gracias a los conocimientos adquiridos en estas clases.
La Marcha del Orgullo en Buenos Aires se realiza ininterrumpidamente desde 1992. En sus primeros años, se llevaba a cabo en junio, en coincidencia con las conmemoraciones globales de los disturbios de Stonewall. Sin embargo, con el tiempo, su fecha se trasladó a noviembre, en honor al aniversario de Nuestro Mundo, el primer grupo organizado de gays en Argentina, formado en 1967 e integrado por activistas como Héctor Anabitarte. La decisión también respondió a una razón práctica: el frío del invierno afectaba especialmente a las personas que viven con VIH.
La de este sábado, por tanto, será la primera movilización masiva organizada por el colectivo LGBTQ+ por fuera de la Marcha del Orgullo. Sin embargo, esta convocatoria no se limita a la comunidad LGBTQ+: es una manifestación contra el avance del autoritarismo, el racismo y el discurso de odio en todas sus formas, aunque el corazón de la movilización sea el ataque directo a las minorías sexuales. Pueden sumarse todas las personas que rechazan el avance de políticas que buscan suprimir derechos, sin importar su identidad de género, orientación sexual o procedencia política.
Las declaraciones de Milei, sus funcionarios y sus amigos no son simples opiniones ni polémicas aisladas: son expresiones de odio con un impacto real y peligroso.
En la madrugada del 29 de enero, un vecino se acercó hasta la casa que una pareja de lesbianas comparten con su hija en Cañuelas, provincia de Buenos Aires. Roció la vivienda con combustible y la prendió fuego. La familia no estaba ahí porque unos días antes, Orlando Alcides Lutz Fogar, el agresor, las había apuntado con una mira láser y la pareja había decidido dejar la casa. Fue el último eslabón de una serie de agresiones que las mujeres vienen sufriendo desde que se mudaron a ese barrio y que todos habían sido denunciados ante la justicia. “Los discursos de odio matan”, es el título del comunicado con el que la Federación Argentina LGBT+ difundió lo que ocurrió.
No es la primera vez que las agresiones contra una pareja de lesbianas terminan en el incendio de su vivienda. El 6 de mayo del año pasado, durante el gobierno de Milei, otro varón heterosexual, Justo Fernando Barrientos, prendió fuego la habitación de la pensión en la que vivían Andrea Amarante (42), Pamela Cobas (52) y Roxana Figueroa (52). Las tres murieron. Sólo se salvó Sofía Castro Riglos (49). Como en el caso de Cañuelas, Barrientos las amenazaba desde hacía tiempo.
Por eso, un discurso que criminaliza a las minorías sexuales, que asocia la homosexualidad con la pedofilia o que presenta la diversidad como una “enfermedad” no es inocuo. Este tipo de retórica legitima la discriminación, alimenta la violencia y refuerza prejuicios que, lejos de quedar en el plano discursivo, se traducen en agresiones, exclusiones y políticas de retroceso en derechos conquistados.
Desde el poder, estas manifestaciones generan un marco de impunidad para quienes atacan a las minorías. Cuando el presidente de la Nación o sus ministros expresan desprecio hacia la comunidad LGBTQ+, están enviando un mensaje claro: los discursos de odio son válidos, la violencia simbólica es tolerada y los derechos pueden ser suprimidos sin consecuencias. Esta normalización del desprecio y la discriminación abre la puerta a agresiones graves, desde despidos injustificados hasta crímenes de odio.
La Marcha Federal Antifascista no es solo una respuesta a una serie de declaraciones y medias de gobierno concretas en perjuicio de las minorías sexuales. Es la expresión de un hartazgo colectivo ante un gobierno que se autoproclama liberal-libertario y pretende retroceder en derechos fundamentales y borrar de la agenda pública la lucha por la igualdad.
Su carácter histórico radica en su magnitud, en su alcance global y en su transversalidad. Lo que comenzó como una asamblea del colectivo LGBTQ+ en un parque porteño se convirtió en una movilización de múltiples sectores que ven en el gobierno de Milei una amenaza directa a la tradición argentina de respeto a los derechos humanos, democracia y convivencia.
JJD
El epicentro es Buenos Aires a las 16 horas, pero ya se registran movilizaciones en distintos puntos de Europa y América.
La marcha antifascista y antirracista convocada por colectivos LGTBI+ para este sábado se replica en ciudades de distintos países de Europa y América. La movilización surgió en respuesta al discurso de odio del presidente Javier Milei en el Foro Económico Mundial de Davos.
Colectivos de distintos países de Europa y América anunciaron que acompañarán la movilización principal en Buenos Aires, prevista para las 16 horas y que partirá desde el Congreso de la Nación y terminará en la Casa Rosada.
Según los organizadores, además de las más de 100 manifestaciones previstas en otros puntos del territorio argentino, se esperan también concentraciones en ciudades como Santiago de Chile, Lisboa, Londres, Granada, Barcelona, Madrid, Amsterdam, Berlín, Ginebra, Ciudad de México, Montevideo, Nueva York, París, Roma, Rio de Janeiro y São Paulo, entre otras.
En redes sociales ya circulan imágenes de las diferentes convocatorias.
La convocatoria cuenta con el respaldo de sindicatos, organizaciones sociales y políticas y agrupaciones como Madres de Plaza de Mayo y Abuelas de Plaza de Mayo, y llama a luchar también contra cuestiones como el vaciamiento de la salud pública, el cierre de sitios de memoria y derechos humanos, el desfinanciamiento de comedores populares y de universidades y en defensa de los jubilados, la educación pública, los trabajadores y los recursos naturales del país.
Las manifestaciones de apoyo serán desde plazas y zonas cercanas a las embajadas de Argentina en esos países.
Casi en paralelo con el discurso de Milei en Davos, que generó el rechazo de líderes de casi todo el espectro político, el Gobierno anunció que planea eliminar la figura de feminicidio del Código Penal y que impulsará la eliminación de los cupos para mujeres y personas trans en las instituciones, como parte de un proyecto que califica como “igualdad ante la ley”, frente a las tradicionales leyes de igualdad que buscan proteger los derechos de las mujeres y los colectivos LGTBI+.
EM. Con información de EFE.
Javier Milei continúa compartiendo en X acusaciones a las figuras públicas que adhieren a la protesta.
A pocas horas del inicio de la Marcha del Orgullo Antifascista y Antirracista, el presidente Javier Milei continúa compartiendo en X (antes Twitter) mensajes contra la protesta.
Uno de las publicaciones que reposteó fue la de Agustín Laje, donde expresa: “Qué divertido será ver hoy al Partido del Estado disfrazado de banderitas multicolor. Todos juntitos, marchando al unísono, porque siempre fueron lo mismo (...) Pobres ilusos. Todo lo que lograrán es poner en acción, una vez más, el principio de revelación, que los muestra como la casta parasitaria que son”.
También compartió la publicación de la cuenta Agarrá la Pala que declara sobre el periodista Luis Novaresio: “Como si fuera pautado, junto a Sobrenbaum, Luis Novaresio mintió y difundió su malintencionado mensaje sobre lo que dijo Milei en Davos. Acusó al presidente de decir que habló de todos los homosexuales cuando en el video CLARAMENTE se refiere a los extremismos comprobados a lo largo del mundo”.
Asimismo, compartió más publicaciones con acusaciones a Novaresio, como la del concejal libertario Emiliano Recalt.
La marcha de hoy surgió en respuesta a los dichos de Javier Milei en el Foro Económico de Davos, donde cuestionó la identidad sexual de las personas trans, un derecho humano que en la Argentina está garantizado por ley, y asociar la adopción de las parejas homosexuales, también establecida por ley en nuestro país, con la pedofilia.
La actriz y conductora marchará este sábado en la movilizacion antifascista, como lo viene haciendo desde 1995. En un reportaje con elDiarioAR habló de su militancia, del discurso homofobico de Javier Milei, del levantamiento de su programa en América y la presión para colocarse implantes mamarios en los comienzos de su transicion.
Desde Ushuaia hasta Berlín, la marcha antifascista suma 130 convocatorias en el país y en más de 15 ciudades del mundo
A días de la marcha antifascista, prenden fuego la casa de una pareja de lesbianas
Florencia de la V está harta. Dice que no puede volver a discutir lo mismo: “Repiten que solo hay dos géneros, entonces ¿yo qué soy? ¿Un holograma? Yo existo y antes de mí hubo otras”. Dice que cuenta hasta 10 porque no quiere responder desde el enojo. “Soy muy consciente de que el objetivo es lastimarnos para que saltemos, buscan el choque”, explica. Ella no quiere hacer lo que esperan que ella haga. Vio el discurso de Javier Milei en el Foro Económico Mundial en Davos desde la casa que comparte con su marido y sus hijos mellizos de 13 años. Escuchó al Presidente relacionar diversidad y abuso sexual infantil. “Tomó un caso aberrante pero está comprobado que los abusos intrafamiliares en general son de personas heterosexuales hacia sus propios hijos e hijas. Ahí te das cuenta de la mala fe del ejemplo”, asegura. Dice que se dio cuenta también de que no se puede discutir: “No te podés poner a argumentar porque está todo sostenido sobre falacias, es imposible discutir con necios”.
—¿Qué se hace si no se puede discutir?
—Y bueno, se sale a la calle.
Florencia de la V va a participar este sábado de la marcha federal entre el Congreso y Plaza de Mayo. Durante la semana compartió los flyers de convocatoria en su instagram: antifascista, antiracista, LGBTIQ+.
—Tenemos que destacar que fueron las pendejas y las maricas jóvenes las que propusieron esto. Nos están enseñando. Dijeron “¿Cómo nos vamos a bancar que este tipo nos esté diciendo pedófilos?”. Y mirá lo que se armó.
—Desde La Libertad Avanza salieron a decir que el discurso de Milei hablaba de un caso puntual…
—Desde que tengo uso de razón no había visto un presidente con intérpretes. Salen a decir que no dijo lo que dijo. No entendimos mal.
—¿Te sorprendió que Milei hablara de este tema en el contexto de un foro económico?
—¿Por qué no habló de los supuestos logros económicos? Pero a mí no me sorprendió lo que dijo él sino el silencio de los demás políticos y políticas. Pasaban las horas y no veía que nadie dijera nada. ¿Cuánto hace que estábamos todos juntos diciendo #NiUnaMenos? Todo el Congreso pronunciándose a favor de las mujeres, pero ahora dicen que van a sacar la figura de femicidio y no dicen nada. ¿Qué sucedió? ¿Por supuestamente estar económicamente bien vamos a tirar por la borda 40 años de democracia y derechos conquistados? Nos mienten cuando se suben a una causa, lo hacen porque está de moda o en ese momento les sirve y ahora se dan vuelta. Son de frágiles convicciones los políticos y cada vez es más evidente.
—¿Te decepcionó la oposición? ¿Que no hubiera un posicionamiento inmediato más claro?
—Vengo decepcionada hace mucho con la oposición porque existe, pero ¿dónde están? Peleándose entre ellos. Por algo la gente eligió esto, ¿no? A mí me tiene bastante defraudada, por eso me enoja pensar que tengamos que volver a discutir cosas que ya hemos discutido.
—Este señalamiento de las identidades trans es parte de un fenómeno global, no está pasando solamente en Argentina.
—Acá lo que no se bancan es la ley de Identidad de Género. Ellos no lo pueden creer, no pueden digerir que yo pueda decidir percibirme mujer. Es algo que no los debe dejar dormir, porque no lo pueden superar. Vienen los trolls y me dicen “Hacelo con la tuya, yo no quiero pagar tu tratamiento de hormonas”. Ponele que eso se lo puede discutir, pero no les molesta que hayan bajado los impuestos a los autos de alta gama, que todos los impuestos que han bajado sean para la gente más pudiente.
—¿Creés que pueden ir contra la ley de Identidad de Género?
—Nuestras leyes son muy jóvenes. No creo que sea fácil, pero yo creo que están dispuestos a todo. Todo lo que decían “no lo va a hacer”, lo hizo. Y cosas peores. Disfrutan de la crueldad.
La gente quizás no tiene empatía con los putos, pero ¿y los viejos?. Gobiernan para la minoría. Pero nadie se lo plantea
—¿A qué cosas peores te referís?
—Todos los recortes que hubo a los jubilados, eso ya me parece un montón. Porque la gente quizás no tiene empatía con los putos, pero ¿y los viejos?. Gobiernan para la minoría. Pero nadie se lo plantea. Y ya sé que me van a decir ensobrada. Si me pronuncio, ya dicen que soy K y yo siempre trabajé en el ámbito privado.
El 9 de diciembre Florencia se despidió de la conducción de Intrusos. Había acordado su participación durante 2025, pero la llegada de Juan Cruz Ávila como CEO de la señal televisiva modificó la decisión previa sobre su continuidad, en línea con un diseño de programación que se anticipa como un giro oficialista en los canales de América. La conductora puso de manifiesto su decepción por el final abrupto. Todavía al aire, hizo críticas al Gobierno y se despidió con una frase que tendría repercusiones: “Creo en un país libre de verdad. Viva la diferencia, vivan los putos, vivan las travas y viva Perón”.
—Alguna gente se sorprendió por el último viva. ¿Sos peronista?
—Yo me crié en una casa peronista. Obviamente tengo mucha más simpatía por los gobiernos populares. Lo que me hizo acercarme al peronismo fue el odio al negro, ver como reaccionan a todo lo que ellos llaman privilegio. Quieren que la gente trabaje 15 horas, que la gente no se tome vacaciones, que el negro no disfrute.
Lo que me hizo acercarme al peronismo fue el odio al negro, ver como reaccionan a todo lo que ellos llaman privilegio. Quieren que la gente trabaje 15 horas, que la gente no se tome vacaciones, que el negro no disfrute
—¿Qué pasó cuando se apagó la cámara, después de todo lo que dijiste?
—Claro, pero ¿por qué lo dije? Por eso, porque tenía que ver con todo… ¿Por qué no estaba más?
—¿Por qué no estás más?
—Por todo lo que yo represento. No son mis opiniones, no es lo que yo pueda llegar a decir. Tiene que ver con mi identidad trava. No pueden creer que haya una travesti, orgullosa en televisión. Feliz con familia, marido, con todo. No es algo que ellos quisieran que esté representado diariamente.
—¿Pero sabés si hubo un pedido en tu contra o fue una decisión del canal?
—Es que hoy por hoy, si vos querés pertenecer, si querés formar parte de ese universo, tenés que bajarte los pantalones. Hay gente que decide bajárselos.
—¿Lo esperabas?
—Nunca. Porque además me dijeron “Nos encanta tu trabajo, lo haces muy bien, está súper vendida la publicidad, el rating es insuperable”. ¿Entendés? No hay un motivo. Igual no me importa. Agarré mi cartera y me fui. Nosotras somos bastante despegadas. Yo ya perdí todo, entonces ahora gano.
—¿Qué quiere decir “Ya perdí todo”?
—Todo. A mí me echaron de mi casa siendo chica. Cuando vos perdés el vínculo con tu familia, con tu papá. ¿Después de eso qué hay? Nada. Ya perdiste todo, ya no se puede ir más abajo. A partir de ahí fue sobrevivir, crecer. Entonces esto es trabajo, no es más que eso. Yo sigo teniendo a mi marido, a mis hijos, tengo mi vida. Me voy, pero la gente en la calle me dice que me extraña. Familias eh. Ayer en el shopping, un marido con la esposa y los hijos… El otro día hablaba con mi amiga Isha Escribano y me decía: “Tan mal no le hacemos al mundo”. Aunque nos quieran hacer ver como monstruos y asocien palabras negativas a nuestras identidades, la gente tampoco es tan boluda.
Debutó como actriz en 1996, el mismo año que en la Ciudad de Buenos Aires se derogaron los edictos policiales que permitían detener personas por ir vestidas con ropa “del sexo contrario”. Como podía, Florencia había empezado su transición tres años antes. “Salía a la calle y no sabía si volvía a mi casa. Era así, pasaba por al lado de un policía y miraba para abajo. Era todo el tiempo, quizás tomar un taxi y hundirte en el asiento para esconderte”, recuerda.
Y de pronto, la fama.
—Mi construcción de identidad fue casi simultánea con mi trabajo. Era muy chica, sin información y expuesta a la opinión pública. Fue muy fuerte para mí atravesar todo eso, estaba sometida a entrevistas que eran extremadamente violentas, pero yo aprendí a sortearlas. Veía a Lohana Berkins o a Diana Sacayán en las marchas del Orgullo y me gustaba escucharlas hablar de una Argentina diferente, de derechos. Pero en ese momento yo no me sentía capacitada.
—¿Te acordás de las primeras marchas a las que fuiste?
—Claro. Fui por primera vez en el '95. No era como ahora. ¡Y yo era muy chica!
Florencia tuvo el DNI con su nombre incluso antes de la sanción de la ley de Identidad de Género en 2012. A ella le fue otorgado en diciembre de 2010, unos cinco meses después de la sanción del Matrimonio Igualitario. La Federación Argentina LGBT la había buscado para proponerle presentar un amparo judicial que reconociera su derecho a la identidad como gesto de militancia y visibilización en reclamo de una ley nacional. Desde entonces es legalmente Florencia Trinidad.
—Es un camino largo. Y sigue, porque la deconstrucción no es solamente para las personas cis, la deconstrucción es para nosotras también. Cuando yo empecé, si vos no te ponías tetas, no eras considerada travesti. Eras como incompleta, como un loco. Entonces yo me terminé operando como cinco o seis veces las lolas. Porque se me encapsularon, después eran demasiado grandes. Y ahora pienso que no sé si me hubiera querido operar al principio. Hoy me abrazo como soy.
—Has cambiado la manera en la que hablás de vos misma. Ahora parecés más cómoda con el término travesti.
—Esto lo hablamos con las chicas eh, era una discusión que teníamos en su momento. Algunas no querían un documento que diga “mujer” para mantener la identidad travesti. Es una discusión más grande y en el momento se tomó “mujer” para comprender a todas las feminidades. Pasa que yo después dije que era mujer y argentina y se agarraron de eso…
Se refiere a un discurso que dio en su programa “La Pelu”, que se emitía en 2013 por Telefe. En medio de una escalada de agresiones por su identidad, la conductora se sacó el maquillaje en vivo y habló a cámara pidiendo respeto por su dignidad.
—Sentí la necesidad de hablar porque todos lo tomaban como una pelea mediática y a mí me estaban violentando. Yo ya había empezado a tomar consciencia. Y no era la misma que había debutado, estaba consolidada, llenaba teatros.
—¿Ahí empezás a animarte a pronunciarte más políticamente?
—Lo que pasa que yo no hay mucho que le pueda dejar a mis hijos y lo que quiero es que ellos sientan orgullo de su madre.
No hay mucho que le pueda dejar a mis hijos y lo que quiero es que ellos sientan orgullo de su madre
La madre de Florencia se llamaba Sabina Baez y murió cuando ella tenía dos años. La familia guardó en secreto las circunstancias de esa muerte prematura, pero en 2018 la conductora decidió contarlo: fue producto de un aborto clandestino. La invitaron a exponer en las audiencias previas al debate legislativo por la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo en el Congreso. Fue y dijo: “El Estado debería brindar lugares seguros para que no muera ni una más”.
Le cuesta fijar una fecha. Pudo ser acá. Pudo ser cuando le entregaron el DNI o incluso antes, en 2008, cuando sin ley ni derecho organizó una “boda simbólica” a la que fue con el tradicional vestido blanco. Es difícil saber cuándo porque fue paulatino, con contradicciones y oleadas en las que Florencia fue tomando una voz pública política. El último punto de inflexión, asegura, fue la pandemia.
Igual que ahora, estaba sin trabajo. La cuarentena había terminado abruptamente la temporada teatral. Como todos, estaba aislada. Y se quedó en su casa, leyendo. Empezó por Paul Preciado y “Un apartamento en Urano”. Leyó: “No soy un hombre. No soy una mujer. No soy heterosexual. No soy homosexual. No soy tampoco bisexual. Soy un disidente del sistema sexo-género. Soy la multiplicidad del cosmos encerrada en un régimen epistemológico y político binario, gritando delante de ustedes”.
—A partir de ahí fui por todos los autores y autoras que mencionaban en los libros que tenían que ver con género, empecé a leer a Judith Butler. Me empecé a dar cuenta de que el ambiente en el que yo me había criado no era el mismo que el que estaba transitando ahora.
Putos fachos hubo siempre. Cada uno habla desde su realidad. Si yo hablara desde la mía, no tendría que opinar. Tuve suerte, tengo una vida increíble y hablo desde un lugar de absoluto privilegio, pero yo no puedo desconocer la realidad de lo que le pasa a mis compañeras
—¿Qué pensás de los gays que defienden a Milei incluso ante estos últimos dichos?
—Putos fachos hubo siempre. Cada uno habla desde su realidad. Si yo hablara desde la mía, no tendría que opinar. Tuve suerte, tengo una vida increíble y hablo desde un lugar de absoluto privilegio, pero yo no puedo desconocer la realidad de lo que le pasa a mis compañeras o lo que siguen viviendo las infancias.
—¿Las infancias trans, decís?
—Claro. Ojalá a mí me hubieran cuidado, me hubieran abrazado. Si nosotras, con todo lo que nos negaron, hemos llegado hasta acá, imaginate con infancias cuidadas, con Educación Sexual Integral que muestre que hay un mundo más allá del binarismo. Porque la ESI no contagia homosexualidad a nadie. Sí habla de que hay una diversidad humana enorme.
—¿Desde cuándo tenés conciencia de ser trans?
—Desde que fui al jardín, desde siempre. Cuando era chica creía que había nacido en un cuerpo equivocado, que era una nena y que en algún momento me iba a transformar.
—¿Qué creías que se iba a transformar? ¿Tu cabeza o tu cuerpo?
—¡El cuerpo! No tuve herramientas, no tuve contención. Yo no quiero que a las infancias les pase lo que me pasó a mí. No quiero que crean que no hay una salida, que no hay un mundo hermoso esperándolos.
Las travas, los putos, las disidencias estamos en todas y después siempre estamos solos
A la marcha va a ir con amigas. “Voy a estar ahí como estuve en todas, el año pasado no falté a ninguna marcha. Las travas, los putos, las disidencias estamos en todas –y esto es algo que dice Florence Guimaraes– y después siempre estamos solos. Entonces si van a acompañarnos, está buenísimo lo que va a suceder”, asegura.
Florencia repite la palabra “respeto” cuando habla de su colectivo. Los libertarios repiten la letanía sobre el “respeto irrestricto por el proyecto de vida del prójimo”, una contradicción cada vez más manifiesta. “El planteo es ‘que ellos hagan lo que quieran en su casa’. ¿Cómo lo tenemos que interpretar? ¿Tengo que estudiar, trabajar, vivir entre cuatro paredes para que no me vean? Otra vez tenemos que decir que podemos andar en la calle aunque les moleste nuestra imagen. ¿Esto no lo habíamos discutido ya? ¿Por qué tenemos que hacerlo otra vez? Me molesta”. Florencia de la V está harta. Pero no se rinde.
MA/MG
Agustín Baletti tiene 23 años y encabeza una organización LGBTQ+ mileísta. Rechaza la marcha antifascista de este sábado. Justifica los dichos del Presidente en Davos, pero crítica la "discriminación positiva" de la "excomunidad". Reconoce la ley de matrimonio igualitario y objeta la de identidad de género.
Una foto de Donald Trump como fondo de pantalla de su celular. Un pin de su agrupación universitaria libertaria “Avancemos” y otro que dice “I love lana del rey” en la solapa de su abrigo. También colgadas una chapita de Coca-Cola y otra de la cerveza Miller. En el bolsillo, estampada, una bandera de Argentina. La remera muestra la silueta de las Malvinas y la frase “Siempre”. Agustín Baletti es votante de Javier Milei y bisexual. Tiene 23 años, es estudiante de Ciencia Política (UBA) y militante del Movimiento de Integración y Desarrollo (MID) que encabeza el diputado Oscar Zago. Es miércoles por la tarde y está sentado ahora en la redacción de elDiarioAR y dispuesto a hablar como un mileísta LGBTQ+ que rechaza por completo la marcha antifascista de este sábado, generada por el discurso del Presidente en Davos.
Baletti acepta el desafío. A través de una charla de más de una hora, que se extiende luego en un intercambio de WhatsApp, ofrece su mirada para todo: de la relación entre pedofilia y las familias homoparentales que hizo el Presidente al significado de la libertad por parte del conservadurismo; de lo simbólico de la bandera del arcoíris a la “discriminación positiva” de la comunidad; de la ley de matrimonio igualitario a la ley de identidad de género; de la ESI en las escuelas al impacto de la manifestación de este sábado.
Baletti conduce su propia agrupación –llamada Prisma–, es un activo militante en las redes sociales –el año pasado tenía una columna en el streaming Laca– y llegó a entrevistar desde su propio canal a Milei durante la pandemia. Asegura que no tiene relación alguna con el mandatario y su entorno en la Casa Rosada y defiende la gestión a ultranza: “Yo estoy todavía esperando que Milei me quite un derecho como bisexual o como persona LGBT. Porque la excomunidad LGBT decía que íbamos a perder derechos. Yo creo que no perdemos nada, de hecho ganamos”, desafía.
–¿Por qué hablás de “excomunidad” LGBT? Siendo bisexual, ¿la B en las siglas del colectivo no te representa?
–Hablo en pasado sobre el colectivo LGBT porque hoy en día se ha convertido en un lobby que responde a intereses políticos. Yo soy bisexual, pero mi vida no es solamente mi identidad sexual. No baso mi vida en mi orientación sexual. Pero soy bisexual y lo digo con orgullo. Nadie puede decir que que yo me escondo en el closet, pero no me representa el colectivo LGTB como está hoy en día.
–¿Cómo conviven el conservadurismo y el discurso reaccionario de Milei con la diversidad? ¿No hay contradicción ahí?
–Es que yo no necesito estar englobado en ningún colectivo. Yo soy Agustín Baletti, mi vida no es mi sexualidad y puedo pensar más allá de mi sexualidad. Creo que mi país no es solamente las cuestiones LGTB, porque eso es pensar con la panza llena. Por otro lado, la elección de Javier Milei es la elección de un tipo que justamente te habla de la libertad en todo sentido. Nunca habló en contra de la homosexualidad, nunca habló en contra de que cada quien pueda hacer con su vida lo que quiera. Todo lo contrario. Siempre habló a favor de la libertad de las personas, en cualquiera forma sea su proyecto de vida.
–¿Qué interpretas por libertad?
–Dentro del marco del conservadurismo está muy presente el tema de la libertad. Eso siempre hizo que en esos sectores hayan surgido más espacios de libertad, mientras en lo que se considera progresistas o revolucionarios en realidad pasaba lo contrario. Cuando cae el muro de Berlín la izquierda se reorganiza y hay un corrimiento para que la gente se pueda sentir identificada con ideas de modernización de la economía, de la sociedad y demás –que es el verdadero progresismo–, pero ellos robaron la bandera de la libertad.
–¿Qué banderas se robaron?
–Cuando hablás de libertad, hablás de responsabilidades, hablás de igualdad ante la ley, no hablás de privilegios. La liberación es como una casa en la colina, y para llegar se puede pensar en que hay que avasallar derechos que en algún momento se han quitado. Dentro de eso, uno puede decir “bárbaro, todos estamos de acuerdo con la libertad sexual”.
–Pero el discurso de Milei en Davos fue muy polémico con respecto al colectivo.
–Fue una expresión malinterpretada en el discurso. Pero eso nunca significó un acto de odio, de desprecio, de rechazo. Tiene funcionarios trabajando con él, embajadores, funcionarios de primera plana, tantas personas que son homosexuales, bisexuales o lo que sean.
–Pero es el Presidente y eligió a conciencia un ejemplo de pareja homosexual para generalizar sobre un caso de pedofilia. Milei fue a Davos con un discurso armado.
–Sí pero hay momentos en los que él necesita el texto y hay momentos en los que habla directo a cámara. Cuando habló de esa pareja espantosa habló justamente más allá.
–Insisto en que él hizo una comparación directa, cuando las estadísticas demuestran que la mayoría de esos casos ocurren en hogares con padres heteros.
–Pero fijate que después de ese desglose sobre los pedófilos se pone a hablar explícitamente de lo que en realidad es más bochornoso: todo su su discurso fue “acá en Davos vienen a instalar esta agenda y se la vengo a discutir”. La principal agenda no son los dos hijos de puta por haber violado a sus hijos. Sino que les dice “che, ustedes en su extremo son esto, son igual que esto”. Así es como yo lo tomé. Aparte me parece muy lógico porque plantea eso y después inmediatamente se pone a hablar de que en las infancias se promueve básicamente que se los mutile, que es exactamente lo mismo que hablar de abuso infantil.
–¿Y por qué no usó otro ejemplo, más adecuado a la realidad?
–Yo vocero de Milei no voy a ser.
–Pero sos un militante-votante y le encontras una explicación. Pero cuando se pregunta un poco más, se vuelve más débil el argumento.
–Para mí fue clarísimo que no estaba diciendo “los homosexuales por ser homosexuales o los homosexuales por ser padres van a ser pedófilos”. Sí quedó desafortunado en el timing. Es un tema de timing.
–Un tema de timing.
–Y sí, pasa que está en el medio lo de son pedófilos, la anécdota de los dos homosexuales violando al niño, y luego toda la parte más interesante y más jugosa que le choca a Davos, a políticos y organismos internacionales. Es más fácil tapar eso con esa pelotudez. Se podría haber cuidado un poco más en cómo se expresa, pero bueno, es Milei. También hay una realidad en la que Milei no es el político convencional. Y así se llega a interpretar lo que interpretaron. Y después hay malicia porque fijate que empezaron con esto de la marcha, que es antifascista, antirracista…
–Si no te representa el colectivo, ¿qué pensás de las marchas del Orgullo? ¿Fuiste, vas?
–Siempre quise ir pero siempre tuve otros eventos justo el mismo día. En 2021 Javier estaba cerrando su campaña en Parque Lezama y tuve que elegir entre ir ahí o a la Marcha del Orgullo. Y me pareció mucho más divertido la cuestión electoral. Fui a una charla de Espert en Ramos Mejía y después me fui para Parque Lezama para el cierre de de Milei, y pasé por la marcha del Orgullo, pero no me pude quedar. Y otra vez llegué recién a la noche y me compré una bandera LGBT, la tradicional, la clásica, la que nos integra a todos, la que representa la verdadera diversidad y no la utilización política woke. Después esa misma bandera la utilicé en el colegio cuando nos egresamos.
–¿Cuál sería la otra bandera?
–Empiezan a aparecer banderas con triángulos por los trans o rayas marrones y negras o un círculo amarillo, cuando todo ya está incluido en el arcoíris. Muchos de los que estamos en una posición contraria al progresismo, siendo personas bisexuales, homosexuales, transexuales, sentimos que esa es la bandera que nos representa, que justamente integra todo. Con las otras banderas habla lo simbólico, habla de lo que hacen después en sus políticas. Dicen “no me basta con la integración, no me basta con la igualdad ante la ley, con integrarme con la sociedad, quiero aparte políticas de discriminación positiva, entre muchas comillas”.
–¿Qué sería la discriminación positiva?
–Que una persona por su condición de vida pueda tener un cargo antes que otra persona.
–Pero la ley de cupo trans busca evitar la discriminación, ¿o no lo ves así?
–La discriminación no tiene ni negativo ni positivo. Discriminación es discernir, es diferenciar, todos los seres humanos lo hacemos. Los que estamos en contra de la agenda woke queremos una integración igual ante la ley, porque la otra opción pondera a una persona por sobre otra. Desde mi concepción va a estar más integrada la sociedad sin políticas de afirmación positiva.
La ley de matrimonio igualitario básicamente es decir que, dentro de la ley, las uniones civiles que imparte el Estado existen para todas las expresiones sobre cómo se quiere llevar la vida sexual. O sea, nada que objetar.
–¿Con Milei no están amenazados derechos como la ley de matrimonio?
–La ley de matrimonio igualitario es bastante sencilla porque simplemente implica la restitución de una libertad que siempre debería haber estado. Básicamente es decir que dentro de la ley las uniones civiles que imparte el Estado existen para todas las expresiones sobre cómo se quiere llevar la vida sexual. O sea, nada que objetar.
–¿Y la ley de identidad de género?
–Ahí sí hay un montón de cosas que por acción u omisión pueden ser perjudiciales y estaría bueno que puedan ser revisadas. La documentación tiene que reflejar lo que tiene que reflejar. No tiene que tergiversar el sexo, o sea, la biología. El sexo es lo que es y eso no se puede cambiar por más operaciones que uno se haga y por más disforia o identidad distinta a la que uno tiene o que quiera tener. Es una aberración que uno pueda modificar una partida de nacimiento.
–¿Pero esa no es también una elección libre?
–Si después esa persona quiere ser tratada de otra manera, se puede canalizar de otra manera. Incluso se podría ver que en el documento aparezca categoría sexo y categoría de género. Yo podría negociar con eso, con que aparezcan ambas categorías. Después hay cosas mucho más importantes como que tiene que haber más revisiones psicológicas antes de un tratamiento de afirmación de género, como le dicen, porque hoy en día en Argentina es muy fácil acceder. Incluso cuando la persona es menor de edad. Tiene que haber una mirada más de poder atravesar la niñez, la pubertad y de exploración de vida para saber lo que realmente quiere. Deberían poder aprender a quererse y aprender a trabajar todo lo que necesiten y poder ir viendo qué es lo que van a necesitar para el resto de su vida.
–La ley contempla en los menores de edad la autorización de los padres.
–Me parece grave que los padres puedan decidir sobre sus hijos, así como hay médicos que participan en la transición de los niños. Me parece criminal que Amnistía Internacional, por ejemplo, invite a dar asesoría a los niños por fuera del acompañamiento de los padres. Estamos hablando de crímenes de lesa humanidad, de experimentación en niños, códigos que se escribieron sobre todo después de los crímenes del nazismo en la Segunda Guerra Mundial.
–¿Pero esa no es una generalización? Tampoco es automática una transición de género, seguro hay un proceso complejo que atraviesa tanto el menor como su familia.
–La explosión que hubo en el último tiempo afectó a pequeñas niñas en distintos países. Se hicieron estudios en Estados Unidos, Alemania, países escandinavos y demás. La tendencia cambió en que las personas trans generalmente eran más población masculina y de repente hubo como una explosión de la nada, con la llegada de redes sociales y cada vez más organizaciones. Yo no tengo la respuesta para todo esto, pero es interesante. Para mí lo importante es que el paradigma de la sexualidad es que cada uno pueda vivir su vida tranquilo como quiere, sin violar a la vida del prójimo, sin imposiciones estatales ni de médicos, ni de docentes, ni de organizaciones.
No es que viene un agente del Estado y te dice “tenés que ser trans”, sino que se da a través de la promoción, la naturalización y la romantización
–¿Cuál sería la imposición estatal hoy? ¿La ESI?
–No es que viene un agente del Estado y te dice “tenés que ser trans”, sino que se da a través de la promoción, la naturalización y la romantización. Yo estoy a favor de la ESI, sobre todo de lo que tiene que ver con la parte científica, la parte de la anticoncepción y de poder enseñarle a los chicos a que si hay un adulto que te está diciendo que te quiere tocar, aléjate. De hecho, Ramiro Marra tuvo un traspié cuando dijo lo de la pornografía y se dio cuenta que se había equivocado. Pero hay que tener cuidado con cómo se les habla a los chicos. Mi novia en la ESI tuvo señoras que iban a la secundaria y le mostraban cómo hacer un pete. O juegos que se implementan, como intercambiar los roles y que vos te vas a poner la ropa de ella y ella se va a poner la ropa tuya.
–¿Pero Marra tuvo “un traspié” o es lo que realmente piensa? Es un caso similar al de Milei. Porque son funcionarios públicos y tienen un discurso, pero cuando se levanta la polémica, se corren de las críticas. ¿No tendría al menos que pedir disculpas?
–Al contrario, hay que cuidarlo al Presidente de que tenga que pedir disculpas e ir para atrás. Sí creo que tiene que haber otros expositores que puedan hablar esas cosas. El Presidente ya dijo lo que dijo, ya está. Tampoco me parece que haya dicho una barbaridad, todo cae en interpretaciones. Porque vos acá estás haciendo una interpretación. Entiendo que da lugar a la confusión, pero me resulta raro que haya dicho que todos los homosexuales son pedófilos. Sobre todo de alguien que siempre dijo “hacé de tu vida lo que quieras”.
–Si Milei no es homofóbico, y siendo tan disruptivo, ¿lo ves un día en la Marcha del Orgullo?
–Me encantaría, así como fue una vez a la marcha de Moyano. Ojalá algún día pueda llevarlo a la marcha del Orgullo o tenerlo para alguna actividad. Pero creo que en esta etapa el Milei disruptivo y loco ya pasó. Ahora es presidente. No lo imagino hoy en día yendo a la marcha del Orgullo, más cuando está construida con un nivel de violencia… ni yo debería poder ir a ese tipo de marchas.
–¿Por qué vos no? ¿En qué hay violencia? ¿Si vas qué te podría pasar?
–Una vez con Prisma nos organizamos con algunos pocos chicos para ir con nuestros carteles y mensajes: pusimos, por ejemplo, a Alberto Fernández cagando arcoíris, representando al progresismo que se caga en nosotros. También llevamos un cartel sobre el caso de Lucio Dupuy (un niño de 5 años que fue asesinado en La Pampa en 2021) y la injusticia del feminismo radical y sobre que decía “la igualdad no necesita un ministerio”. Fuimos, la verdad, con mucho cuidado y nos miraron mal. Las reacciones en redes sociales fueron peor que las que tuvimos en persona. Por donde nosotros estuvimos en Plaza de Mayo la gente estaba muy en una en la suya y no pasó a mayores la cosa. Siempre hay que andar con miedo porque no sabes qué loquito te podés cruzar en esos lugares.
–¿La marcha de este sábado puede ser un llamado de atención al Gobierno, así como fue la universitaria?
–Hay una buena porción del electorado de Capital Federal y una buena movilización política que pueden hacer una marcha grande. Pero en la última de universidades ya bajó la convocatoria frente a la primera. Claramente los distintos partidos políticos que le quieren hacer frente al Gobierno van a movilizar. Y están diciendo “tenemos que ir todos, hasta los que no son de la comunidad LGBT”. Seguramente las plazas estén copadas, pero no va a ser la masividad de las marchas del Orgullo de siempre, porque ahí va mucha gente apolítica, que no le interesa la cuestión partidaria, no quiere saber nada con los reclamos del progresismo, ni del kirchnerismo, ni de la ultraizquierda, ni nada. Simplemente quiere ir a celebrar la libertad, el orgullo, la igualdad.
MC