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Murió el papa Francisco a los 88 años

Murió el papa Francisco a los 88 años

El pontífice argentino había reaparecido en los actos de esta Semana Santa, luego de varias semanas internado por una grave afección respiratoria. Fue la máxima autoridad de la Iglesia católica durante más de una década, tiempo en el que llevó a cabo reformas que encontraron resistencias entre los sectores más conservadores.

Jorge Mario Bergoglio, el primer Papa jesuita, el primer pontífice argentino y latinoamericano, murió en Roma este lunes. El Pontífice se recuperaba de la neumonía bilateral que los médicos le detectaron después de que ingresara al Policlinico A. Gemelli el viernes 14 de febrero, aquejado de una bronquitis persistente. A sus 88 años, Francisco cumplió 12 años como jefe de la Iglesia católica el pasado 13 de marzo.

La infección respiratoria por la que fue hospitalizado, que repetía un cuadro similar sufrido dos años antes, fue complicándose con los días hasta desembocar en una neumonía que afectaba a los dos pulmones y que se vio agravada por los problemas de salud que llevaba tiempo arrastrando. A esto se sumaba que una grave infección ocurrida en su juventud había obligado a extirparle en 1969 parte del pulmón derecho, lo que podía afectar a su capacidad respiratoria. Parecía haberse recuperado, aunque con dificultad, e insistió en aparecer en algunos de los actos previstos para la Semana Santa. Una de sus últimas imágenes públicas fue durante la bendición Urbi et Orbi, poco después de reunirse con el vicepresidente de Estads Unidos, JD Vance.

El Papa fallece en mitad del Año Jubilar de la Esperanza, y en un momento de gran exposición pública, en el que había decidido posicionarse como líder global frente al discurso antiderechos de la segunda administración Donald Trump en Estados Unidos. De hecho, una de sus últimas decisiones fue enviar una carta a los obispos estadounidenses para que encabezaran la resistencia a las deportaciones masivas de migrantes que comenzaron a producirse en ese país por orden de la Casa Blanca.

La muerte de Francisco abre una crisis de difícil resolución en la Iglesia católica, sin candidatos claros a continuar su operación de reforma de la institución, y con un fuerte movimiento restauracionista, es decir, de retroceso. Las reformas emprendidas por Bergoglio en el Vaticano, como la búsqueda de transparencia y lucha contra la corrupción, la revisión del papel de las mujeres en la Iglesia o la acogida a las personas LGTBIQ+ o a los divorciados le valieron una fortísima oposición de los sectores ultraconservadores en el mundo y en el propio Vaticano.

A diferencia de lo sucedido con la muerte de Juan Pablo II –cuya agonía se vivió durante semanas, y fue sucedido por su relevo natural, Joseph Ratzinger– y del propio Benedicto XVI, quien renunció al cargo en una decisión histórica, pero que permitió algo de tiempo para que los cardenales pudieran ponerse de acuerdo antes de entrar en cónclave, en esta ocasión nadie esperaba el fallecimiento de Francisco, que muere dejando abiertas muchas incógnitas, y sin que haya consenso sobre su sucesor. 

Su última aparición, el domingo de Pascua

Un cuervo argentino en el Vaticano

Un cuervo argentino en el Vaticano

Jorge Mario Bergoglio fue el Papa inesperado, su elección provocó un cimbronazo en la Iglesia católica. Sus diferencias con Benedicto XVI y la peregrinación a Roma de los políticos locales. Murió hoy sin haber vuelto nunca más a su país.

En una de sus primeras apariciones públicas como Papa, Jorge Bergoglio fue interceptado como varios periodistas a la salida del Vaticano. Allí, le preguntaron qué le pedía a Dios. Entre los gritos de la multitud y un Papa un poco aturdido por la repentina fama mundial, alcanza contestar: “Que gane San Lorenzo”.

77 de 115. Con esos votos Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, se convirtió en la noche del 13 de marzo de 2013 en el Papa número 266, el Papa Francisco, el primero de América Latina, el primer jesuita, el primer argentino y, obviamente, el primer hincha de San Lorenzo en comandar la Iglesia católica. Murió este lunes, a los 88 años, sin haber vuelto nunca al país.

El papa argentino tomando mate

Es probable que cada argentino recuerde qué estaba haciendo esa tarde en que un hombre frágil y diminuto, de voz apenas audible, apareció en uno de los balcones del Vaticano, y pronunció la frase que pronto pasó a formar parte de nuestro vocabulario popular: “Habemus papam”. Una multitud escuchaba con atención en la Plaza San Pedro al cardenal Jean-Louis Tauran. Debía anunciar al sucesor de Benedicto XVI. Había incertidumbre y tres favoritos. Ninguno de ellos era el hombre nacido el 17 de diciembre de 1936 en el barrio de Flores. Siguieron algunas palabras más en latín. Mezcladas entre las declinaciones aparecieron las primeras pistas: “Georgium Marium”. Y entonces sí todo quedó patas para arriba porque la frase terminó bien claro: “Bergoglio”.

“¿Dijo Bergoglio?”, debe haber sido la pregunta más repetida ese día. Y no sólo en Argentina. El desconcierto fue mundial. Y mientras todos seguía preguntándose si el cardenal había dicho lo que dijo, la figura sonriente de Jorge Mario Bergoglio apareció vestida de un blanco inmaculado. Y si, era cierto, Argentina anotaba al primer Papa llegado desde este lado del Atlántico.

Una multitud sigue en directo la asunción del Papa Francisco frente a la catedral metropolitana.

Lo de Jorge Bergoglio tenía aroma a hazaña argenta, otra medalla más para sumar a la avenida más larga del mundo, el dulce de leche, el tango, Gardel y Maradona. Para Messi hubo que esperar un poco más, pero para sumarle más fervor nacional al mes y medio Máxima Zorreguieta era coronada reina consorte de los Países Bajo. Desde ese 2013, Argentina tenía reina y Papa.

Lo cierto es que poco importaba si uno era católico o no, si la Iglesia caía bien o mal, o si, en definitiva, uno creía o no creía. Si el Papa es el representante de Dios en la tierra, desde ese 13 de marzo teníamos línea directa con él. Y todos, creyentes y no creyentes, empezamos a pedirle milagros.

Tres minutos y medio para convertirse en Papa

Jorge Bergoglio llegó al Papado sin que nadie se lo esperara. Su elección fue atípica porque a diferencia de otros cónclaves, la renuncia repentina de Benedicto XVI no dio tiempo para lobbies. Hubo que encontrar un reemplazante en apenas un mes y, a pesar de haber quedado segundo detrás de Joseph Ratzinger en 2005, el argentino no estaba en la lista de los tres favoritos: el italiano Scola, al canadiense Ouellet y al brasileño Scherer.

Benedicto XVI había llegado al final de su papado sacudido por el escándalo de los Vatileaks, y una conducción conservadora de la Iglesia que se alejaba cada vez más de sus fieles. Las deliberaciones para encontrar a su sucesor comenzaron con cierto acuerdo en la necesidad de generar un cambio, de encontrar un Papa fuerte pero con un liderazgo más espiritual. Fue recién en el último día antes del cónclave que apareció el nombre de Bergoglio. El periodista irlandés Gerard O'Connell, autor del libro “La elección del papa Francisco: un relato íntimo del cónclave que cambió la Historia”, cuenta que al argentino le alcanzaron los tres minutos y medio de una charla ante los cardenales para convencerlos.

El papa Francisco ejerció fue la contracara de su antecesor, Benedicto XVI.

Bergoglio expresaba el cambio que buscaban: hablaba español como la mitad de los fieles, vivía en una sencillo departamento de la curia, cocinaba su propia comida, utilizaba transporte público y eran conocido por sus visitas a barrios populares y las misas en las villas. Desde 2007 había emergido como un líder latinoamericano por su participación en la conferencia de obispos de la región, la Celam. Sería el primer Papa que pertenecía a los jesuitas, una congregación con fuerte trabajo en lo social. Y tenía otro punto a favor, no mostraba intenciones de convertirse en Papa. Bergoglio llegó a Roma con pasaje de ida y vuelta y la homilía del jueves Santo lista para dar en la catedral de Buenos Aires.

En un reportaje con la BBC, O'Connell aseguró que “los cardenales se dieron cuenta de que en ese cónclave había tenido lugar un cambio de las proporciones de un terremoto en la Iglesia católica”.

El Papa Francisco lava los pies a las reclusas de la cárcel de mujeres de Rebibbia, en Roma, durante el ritual de Jueves Santo, en marzo de 2024.

“Me voy con los muchachos”

Los cambios comenzaron desde ese instante en que hubo fumata blanca. “Queridos hermanos y hermanas, les agradezco muchísimo recibirme de esta forma. Ustedes saben que el deber del Cónclave es dar un obispo a Roma. Parece que mis hermanos cardenales han ido a buscarlo casi al fin del mundo”, fue lo primero que dijo desde el balcón ante más de 10.000 personas que gritaban su nombre en la Plaza San Pedro.

Esa misma noche, el flamante Papa se negó a subirse al auto que le habían preparado especialmente y optó por compartir el micro con el resto de los cardenales.  “Me voy con los muchachos”, dijo. Bergoglio se resistió a alojarse en el tradicional Palacio Apostólico y nunca abandonó su habitación en la residencia Santa Marta, la misma que lo vio llegar como arzobispo.

Si Ratzinger usaba zapatos rojos de cabrito no nato confeccionados a medida, el Papa argentino prefería sus acordonados negros y desgastados. Desechó los trajes de seda y eligió el algodón sin guardas doradas y con cortes más austeros.

En una carta que le envió a poco de asumir al padre Enrique Martínez, párroco de la Anunciación del Señor, en el barrio Cochangasta, de la diócesis de La Rioja, Bergoglio le contó sus primeros días como al frente del Vaticano: “Yo estoy bien y no he perdido la paz frente a un hecho totalmente sorpresivo, y esto lo considero un don de Dios. Procuro tener el mismo modo de ser y de actuar que tenía en Bs. As., porque, si a mi edad cambio, seguro que hago el ridículo”. La carta estaba escrita a mano y comenzaba diciendo “Querido Quique”.

El Papa Francisco junto a la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, en el Vaticano.

El 18 de marzo, cinco días después de su asunción, se conoció la historia de Daniel Del Regno, el dueño del puesto de diarios de Hipólito Yrigoyen casi esquina Bolívar, frente a la Plaza de Mayo. “Hola, Daniel, habla el cardenal Jorge”, lo llamó el mismísimo Papa ese día a las 13:15, para pedirle que por favor no le lleve más el diario porque ya no iba estar en el arzobispado. Desde hacía años, Regno y su hijo se ocupaban de dejárselo debajo de la puerta. A fin de mes, Bergoglio pasaba en persona a pagar la cuenta y devolver las 30 banditas elásticas con que cada día le entregaban su ejemplar de La Nación.

Con el fervor por el Papa aparecieron los tours para conocer los lugares emblematicos de su vida: lo que queda de la casa natal, la Basílica San José de Flores donde decidió convertirse en sacerdote, la cancha de San Lorenzo, el E.N.E.T Nº 27 “Hipólito Yrigoyen” donde terminó la secundaria y la Catedral comenzaron a atraer católicos y turistas extranjeros que querian conocer la tierra del Papa que tomaba mate y disfrutaba como un chico cada vez que le acercaban una bandera del ciclón.

Nunca volvió a Argentina pero el Papa Francisco, tramitó su nuevo pasaporte y DNI porque quería

“Jefe espiritual de la oposición”

El arzobispo Bergoglio había llegado a Roma en medio de un clima hostil en Argentina. La relación con el kirchnerismo estaba en su peor momento. Los cuestionamientos por la pobreza y las críticas al “exhibicionismo y los anuncios estridentes de los gobernantes” que hacía desde el púlpito caían mal en un gobierno que no aceptaba las críticas. “Jefe espiritual de la oposición política”, lo llamaba Néstor Kirchner, quien en 2005, cansado de las homilías de Bergoglio, optó por no asistir más al tedeum en la Catedral de Buenos Aires.

El año anterior, durante la homilia del 25 de mayo en la Catedral, Bergoglio había pedido “no caer en el odio, la desorientación y la inmadurez” y “no bastardear o eliminar las instituciones”. En primera fila escuchaba el matrimonio Kirchner. 

El papa Francisco recibe una camiseta de San Lorenzo de Almagro que le entrego una delegacion del club encabezada por Marcelo Tinelli.

La situación empeoró en 2008 con la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner y la fallida resolución 125 que aplicaba nuevas retenciones al campo. Bergoglio se mostró con los productores agropecuarios y pidió al Gobierno un “gesto de grandeza”.

Pero el verdadero enojo del arzobispo llegó con la aprobación del matrimonio igualitario, en 2010. La nueva ley que otorgaba el derecho a casarse a las personas del mismo sexo mostraba a una Iglesia que no podía imponer de sus convicciones y veía en esa ley la puerta de entrada por la que luego comenzaron a colarse los primeros intentos por conseguir la interrupción voluntaria del embarazo. Bergoglio, al frente al arzobispado de Buenos Aires, tenía que mostrarse categórico en el rechazo. Y lo hizo. En una carta enviada a los monasterios, escribió:  “Aquí también está la envida del Demonio, por la que entró el pecado en el mundo, que arteramente pretende destruir la imagen de Dios: hombre y mujer que reciben el mandato de crecer, multiplicarse y dominar la tierra”, y sostuvo que la ley es  “la pretensión destructiva al plan de Dios”.

El papa Francisco recibe a la presidenta Cristina Kirchner en la residencia de Santa Marta en uno de los siete encuentros que tuvieron. Fue la mandataria que mas se reunió con Jorge Bergoglio.

La carta contrasta con la postura que luego tuvo como Papa, sobre todo en sus últimos años, pero muestra el clima en el que Bergoglio pasó a ser Francisco.

Bergoglio todavía no había asumido cuando a horas de su designación, entre las anécdotas del diariero y los zapatos negros, reapareció la denuncia que había hecho Horacio Verbitsky sobre su rol durante la dictadura militar. En una nota publicada en Página 12 en 1999, el periodista había acusado al cardenal de haber estado involucrado en el secuestro de los curas jesuitas Orlando Yorio y Francisco Jalics quienes estaban a su cargo.

Bergoglio fue llamado a declarar pero como testigo el 8 de noviembre de 2010 en el marco de la causa Esma. La declaración duró casi cuatro horas y allí el entonces arzobispo de Buenos Aires reconoció haberse reunido en dos oportunidades con el exdictador Jorge Videla y su jefe de la marina, Emilio Massera, para pedir por los sacerdotes.

Después de cinco meses de secuestro y torturas, los curas fueron liberados. Bergoglio no supo qué responder cuando le preguntaron porqué nunca había contado los encuentros con los represores. Pero lo cierto es que nunca fue imputado, y el propio Verbitsky puso en duda la veracidad de la denuncia.

Pero un Papa argentino puede ser razón suficiente para apaciguar enojos. Y así lo entendió Cristina Fernández quien en un veloz giro tomó un avión hacia Roma y con un equipo matero de regalo llegó a tiempo para participar de la ceremonia de asunción de Francisco.

Cristina abría así una nueva escala obligada de la dirigencia vernácula, la peregrinación a Roma. Desde que Bergoglio fue Francisco, todo dirigente/candidato que se precie de tal debía tener al menos una foto con el Santo Padre. A pesar de no haber vuelto a Argentina, Bergoglio siguió manejando a la distancia su injerencia en la política local. De alguna manera, la forma en que administraba los minutos, los gestos que entregaba en las fotos, a quien llamaba o dejaba de llamar, a quien enviaba un rosario o hacía un llamado terminaron siendo su manera de estar presente. Frente a los siete encuentros que tuvo con Cristina Fernández de Kirchner a Mauricio Macri le concedió solo dos audiencias, la primera de apenas 22 minutos y con una foto en la que el dato más significativo fue su gesto serio.

Recibió también a Javier Milei y su hermana Karina y, al menos que se haya trascendido, nada le reprochó al presidente argentino haberle dicho “imbécil” y “representante del maligno” cuando este era panelista de TV. Pero Bergoglio sabía como manejar sus gestos. El mismo día que recibió a la ministra de Desarrollo Humano, Sandra Pettovello, también se reunió con toda la cúpula de la CGT. Y si a la funcionaria le concedió una reunión informal a la imagen con los representantes de los trabajadores fue difundida por los canales oficiales del Vaticano.

Javier Milei saluda al Papa Francisco en su primera visita al Vaticano

El 20 de septiembre de 2024, durante un encuentro con movimientos sociales junto a su amigo Juan Grabois, criticó la represión policial durante una protesta contra la reforma jubilatoria:  “En vez de pagar justicia social, pagó el gas pimienta”. No olvidó tampoco enviarle un rosario a Milagro Salas ni fotografiarse con una bandera de Aerolineas Argentinas. Y si los diputados del oficialismo visitaban represores en la carcel, en Roma, el Papa visitaba a sor Geneviève Jeanningros, sobrina de Léonie Duquet, víctima del grupo de tareas de Alfredo Astiz.

Bergoglio no regresó a la Argentina pero sabía cómo estar presente.

Un Papa incómodo

El Papa Francisco incomodaba. A poco de asumir, Bergoglio convocó a la Jornada Mundial de la Juventud que se desarrolló en Río de Janeiro en julio de 2013. Se calcula que 4 millones de jóvenes de todo el mundo llegaron a Brasil para escucharlo. En uno de sus discursos más emblemáticos, y donde comenzó a mostrar el tipo de liderazgo quería ejercer, el Papa argentino dijo: “¿Qué es lo que espero como consecuencia de la Jornada de la Juventud? Espero lío. Que acá dentro va a haber lío... va a haber, que acá en Río va a haber lío... va a haber, pero quiero lío en las diócesis, quiero que se salga afuera, quiero que la Iglesia salga a la calle, quiero que nos defendamos de todo lo que sea mundanidad, de lo que sea instalación, de lo que sea comodidad, de lo que sea clericalismo, de lo que sea estar encerrados en nosotros mismos, las parroquias, los colegios, las instituciones son para salir, si no salen se convierten en una ONG ¡y la Iglesia no puede ser una ONG!”

Frente a un Benedicto XVI que alentaba el regreso a la misa en latín, Bergoglio llamaba a los jóvenes a hacer lío.

La misa en Copacabana en 2013. Allí pidió a los jóvenes

Con los años pareció volverse cada más intolerante a la intolerancia rompiendo la idea de que la vejez vuelve más rígidas a las personas. El Papa Francisco de sus últimos años contrasta con el de carta que criticó al matrimonio igualitario. En diciembre de 2023, un documento elaborado por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, a cargo del cardenal Víctor Manuel “Tucho” Fernández, uno de los hombres de mayor confianza del Papa, autorizó a los sacerdotes a bendecir las parejas del mismo sexo. La medida resultó revolucionaria para los canones de la Iglesia, tanto que el propio Francisco tuvo que salir a defenderla: “Nadie se escandaliza si doy mi bendición a un hombre de negocios que explota a la gente, lo cual es un pecado muy grave. Pero se escandalizan si se las doy a un homosexual”, dijo en un reporjate a la revista italiana Credere y sentenció: “Esto es hipocresía”.

En enero de 2025, en un repoportaje con motivo del lanzamiento de su autobiografía, Francisco tampoco tuvo reparos en cuestionar las operaciones militares de Israel sobre Gaza. “Eso también es terrorismo. La guerra que mata a civiles indefensos y desarmados, incluso a voluntarios de Cáritas que distribuyen ayuda humanitaria, que atormenta sin tregua a los civiles, que reduce al hambre a la población produce el mismo terror insensato”.

En ese mismo reportaje insistió con su postura sobre la población LGBT: “La homosexualidad no es un crimen, es un hecho humano, por lo que la Iglesia y los cristianos no pueden permanecer indolentes ante esta criminal injusticia, ni ser pusilánimes”.

En Plaza Constitución una multitud se congregó para rezar por el Papa durante sus días de internación.

La cuenta pendiente de los abusos

Jorge Bergoglio se plantó en posiciones que incomodaban a su propia Iglesia y se ganó el odio de los sectores ultraconservadores que vieron en él un enemigo. Pero a pesar de varios avances para intentar frenar los abusos sexuales por parte de sacerdotes, lo cierto es que esa quedó como una cuenta pendiente. Se crearon protocolos y comisiones, se tomaron medidas ejemplificadoras, como la que permtió que el cardenal Philippe Barbari fuera juzgado por encubrimiento en Francia, pero lo cierto que ninguna de esas medidas resultó suficiente para atender los reclamos de las víctimas y parecieron simples paliativos frente al drama de los abusos.

El Vaticano sigue ocultando las investigaciones sobre abusos que están en su poder, a pesar de que muchas víctimas pidieron tener acceso a esa información que los involucra directamente y la intrincada red que permite el ocultamiento de los pederastas sigue intacta.

Fotografía de archivo de 2008 que muestra al papa Francisco, cuando era el cardenal Jorge Mario Bergoglio, viajando en el subte de Buenos Aires y que forma parte de una autobiografía que se publica este martes en Italia, llamada

“Recen por mi” fue la frase que acuñó Jorge Bergoglio esa noche desde el balcón central de la Basílica de San Pedro cuando se convirtió en Papa. Diez años después, ya sobre el final de su papado, empezó a agregarle una aclaración. Lo hacía en tono de broma pero mostraba el encono que había ido cosechando a lo largo de los años entre esos sectores conservadores que miraban con desconfianza su liderazgo. “A favor y no en contra”, fue el agregado.

El mismo Bergoglio contó que lo hizo luego de que una mujer muy mayor le dijo que todos los días rezaba por él. A lo que le preguntó si era a favor o en contra. Señalando el Vaticano, la mujer le respondió: “Cuidado, Padre, allí dentro rezan en contra de usted”.

El papa Francisco murió sin haber vuelto a su país.

Jorge Mario Bergoglio, el hijo de Mario José y Regina María nacido en el barrio de Flores, el cura de los zapatos negros que viajaba en la línea A de subte, el Papa cuervo que tomaba mate y llamaba a los jóvenes a hacerle lío murió hoy a los 88 años. Aquí, en esta parte del mundo, ya no tenemos más línea directa con el cielo.

MG/MC

El mensaje del Gobierno por la muerte de Francisco: decretan siete días de duelo

El mensaje del Gobierno por la muerte de Francisco: decretan siete días de duelo

De acuerdo al comunicado publicado por el Gobierno en sus redes sociales, "la República Argentina, un país de larga tradición católica y tierra del Papa Francisco, lamenta profundamente la partida de Su Santidad y le envía sus condolencias a la familia Bergoglio. El Presidente de la Nación acompaña en este triste momento a todos aquellos que profesan la fe católica y que encontraron en el Sumo Pontífice un líder espiritual". El vocero Manuel Adorni anunció que se decretarán siete días de duelo.

La Oficina del Presidente lamentó este lunes “el fallecimiento del Papa Francisco, Jorge Mario Bergolio, quien se convirtió en el año 2013 en el primer argentino en llegar a liderar la Iglesia Católica y conducirla con entrega y amor desde el Vaticano”.

De acuerdo al comunicado publicado por el Gobierno en sus redes sociales, “la República Argentina, un país de larga tradición católica y tierra del Papa Francisco, lamenta profundamente la partida de Su Santidad y le envía sus condolencias a la familia Bergoglio. El Presidente de la Nación acompaña en este triste momento a todos aquellos que profesan la fe católica y que encontraron en el Sumo Pontífice un líder espiritual”.

“El Presidente Javier Milei destaca la incansable lucha del Papado de Francisco para proteger la vida desde la concepción, promover el diálogo interreligioso y acercar la vida espiritual y virtuosa a los más jóvenes. Además, pone en valor su voluntad de llevar austeridad a la Santa Sede con sus gestos pastorales”, culmina la palabra oficial.

Por su parte, en su cuenta personal de X, Javier Milei, quien criticó con dureza al Pontífice durante la campaña presidencial y, una vez en el cargo, intentó bajarle los decibeles a sus dichos, también despidió a Jorge Bergoglio: “Adiós. Con profundo dolor me entero esta triste mañana que el Papa Francisco falleció hoy y ya se encuentra descansando en paz. A pesar de diferencias que hoy resultan menores, haber podido conocerlo en su bondad y sabiduría fue un verdadero honor para mí. Como Presidente, como argentino y, fundamentalmente, como un hombre de Fe, despido al Santo Padre y acompaño a todos los que hoy nos encontramos con esta triste noticia”, posteó el mandatario.

El pontífice argentino murió en la madrugada de este llunes a los 88 años. Había reaparecido en los actos de esta Semana Santa, luego de varias semanas internado por una grave afección respiratoria. Fue la máxima autoridad de la Iglesia católica durante más de una década, tiempo en el que llevó a cabo reformas que encontraron resistencias entre los sectores más conservadores.

Asimsimo, Manuel Adorni, portavoz del Gobierno, anunció que el Presidente “decretará siete días de duelo por el fallecimiento del Santo Padre”. “Falleció el Papa Francisco, Jorge Bergoglio. Líder espiritual y guía de millones de hombres y mujeres”, agregó el vocero.

En tanto, Guillermo Francos, jefe de Gabinete de Ministros de la Nación, aseguró que es “uno de esos días que uno siempre sabe que van a llegar, pero que cuando llegan conmocionan, y conmociona a todo el mundo porque era una figura extraordinaria, fuera de lo común. Fue un Papa humilde, el Papa de los pobres. Tuvo una humildad y grandeza impresionante, cambió la historia de la Iglesia para siempre y tenemos que estar orgullosos los argentinos”, sentenció el funcionario.

“Ha sido un Papa de los pobres. Su vida fue el testimonio de una humildad y grandeza de espíritu impresionantes. Ha cambiado la historia de la Iglesia para siempre”, recalcó Francos en declaraciones al programa “Esta mañana” que se emite por Radio Rivadavia.

Francos, quien relató conocer a Jorge Bergoglio desde antes de que se ordenara sacerdote, ya que era profesor en su colegio, reconoció que fue “una persona de mucho impacto en mi vida y en mi desarrollo personal”.

Para el jefe de Gabinete, el papado de 13 años de Francisco produjo “un cambio muy importante en la Iglesia”, destacó que “ha sido un Papa de los pobres” y sostuvo que “ha cambiado la historia de la Iglesia para siempre”.

“Deja una huella imborrable y tenemos que estar orgullosos como argentinos de tener un ícono nacional como él, que ha tenido un gran impacto en la Iglesia universal”, agregó.

Recordó que en febrero de 2024 Francisco “tuvo un encuentro muy especial con el presidente Javier Milei” y subrayó que el Papa tuvo “un gesto muy especial, porque se salió del protocolo acercándose a saludarlo” al jefe de Estado argentino.

“Fue una persona con gran simpleza, un hombre muy llano, de una personalidad que se hacía querer, una persona que se va a extrañar”, dijo, y enfatizó: “Tuvimos el privilegio de tener un Papa argentino y a veces perdemos la dimensión de eso”.

Con información de agencias.

IG

Gratitud y reconocimiento de líderes del mundo al pontificado de Francisco

Gratitud y reconocimiento de líderes del mundo al pontificado de Francisco

El que fuera arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, falleció este lunes a los 88 años y el 13 de marzo de 2013 se convirtió en el primer papa latinoamericano. Los líderes del mundo se hicieron eco de la muerte del Pontífice.

La muerte del papa Francisco generó un alud de reacciones caracterizadas por el reconocimiento y la gratitud por su pontificado, marcado por temas como el respeto a los inmigrantes y otras cuestiones de interés social.

El que fuera arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, falleció este lunes a los 88 años y el 13 de marzo de 2013 se convirtió en el primer papa latinoamericano, pero su relación con el continente en estos doce años no ha sido fácil: no sólo en su tierra natal, a donde nunca volvió, sino también debido a los continuos cambios políticos y un desapego a la Iglesia católica que no consiguió frenar.

Milei subraya el carácter incansable y la voluntad de Francisco

El presidente argentino, Javier Milei, expresó este lunes su pesar por la muerte de Francisco y destacó su “incansable lucha para proteger la vida desde la concepción” y su voluntad de “llevar austeridad a la Santa Sede”.

“La Oficina del Presidente lamenta el fallecimiento del papa Francisco, Jorge Mario Bergoglio, quien se convirtió en el año 2013 en el primer argentino en llegar a liderar la Iglesia católica y conducirla con entrega y amor desde el Vaticano”, escribió Presidencia en un comunicado difundido a través de su perfil de la red social X.

Italia, dolor y reconocimiento

Italia, el país “vecino” al Vaticano, ha reaccionado con pesar y el reconocimiento a la labor de Francisco y, así, mientras algunos fieles se concentran en la plaza de San Pedro, el presidente de la República italiana, Sergio Mattarella, admitió su “gran dolor personal” y un sentimiento de “vacío y pérdida”.

“Su magisterio recordaba el mensaje evangélico, la solidaridad entre los hombres, el deber de la cercanía a los más débiles, la cooperación internacional y la paz en la humanidad. Nuestra gratitud hacia él debe traducirse en la responsabilidad de trabajar, como él hizo constantemente, por estos objetivos”, añadió Mattarella.

La primera ministra, Giorgia Meloni, afirmó que el papa Francisco pidió al mundo, una vez más, el coraje de un cambio de rumbo“ y, mediante un mensaje en la red social X, pidió caminar en esa dirección ”para buscar el camino de la paz, perseguir el bien común y construir una sociedad más justa y equitativa“.

Europa subraya el valor social de Francisco

En Europa la nota generalizada fue subrayar el valor social del papado de Francisco.

Los presidentes de las principales instituciones de la Unión Europea recordaron al pontífice argentino como guía para avanzar hacia “un mundo más justo, pacífico y compasivo”, dijo la jefa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, mientras el presidente del Consejo Europeo, António Costa, se sumó a “las millones de personas que lloran la muerte de Su Santidad”.

Le recordó como alguien “profundamente compasivo” que “se preocupó por los grandes desafíos mundiales de nuestro tiempo, desde la migración al cambio climático, las desigualdades o la paz, pero también por las luchas diarias de la gente corriente”.

El presidente francés, Emmanuel Macron, destacó que “durante todo su pontificado estuvo al lado de los más vulnerables” y añadió que “toda su vida luchó por más justicia”.

En la misma línea se pronunció el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, para quien el legado que deja el papa Francisco es el compromiso por la paz y la justicia social, siempre en favor de “los más vulnerables”.

El presidente de Irlanda, país de mayoría católica, Michael D. Higgins, defendió este lunes la “humildad única” del papado de Francisco, quien, a su juicio, “plantó semillas de paz y caminó junto a los pobres (...) Buscó mostrar de la forma más impactante y conmovedora la extraordinaria importancia de la espiritualidad como fuente poderosa de ética global”.

Bélgica y Luxemburgo lamentaron por su parte el deceso del papa Francisco, una “autoridad moral mundial” que encarnaba “la esperanza de modernidad” y una figura de referencia en cuestiones “éticas, sociales y ambientales”.

Y en Portugal, el primer ministro Luís Montenegro, calificó a Francisco de “Profeta del Ejemplo. Deja un legado de humanismo, empatía, compasión y proximidad a las personas”.

Elogios de Hamas, condolencias de Irán

 El grupo islamista Hamas destacó de Francisco que “fue un firme defensor de los derechos legítimos del pueblo palestino, especialmente en su inquebrantable postura contra la guerra y los actos de genocidio perpetrados contra nuestro pueblo en Gaza en los últimos meses”.

Basem Naim, miembro del buró político de la organización, dijo que “el mundo está de luto por el fallecimiento de una destacada figura religiosa mundial, que dedicó su papado a fomentar el diálogo interreligioso y a promover la paz en todo el planeta”.

Por su parte, Irán lamentó el fallecimiento del papa y ofreció condolencias a “todos los cristianos, y seguidores de religiones divinas”.

“Ofrezco mis condolencias a todos los cristianos y seguidores de las religiones divinas por el fallecimiento del papa Francisco”, dijo al final de su rueda de prensa semanal el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Ismail Baghaei, quien agregó: “Pedimos a Dios que conceda la paz al papa Francisco”.

En otras latitudes, el primer ministro de la India, Narendra Modi, lamentó la muerte del pontífice y aseguró que siempre será recordado “como un ejemplo de compasión, humildad y valentía espiritual por millones de personas en todo el mundo”.

El Patriarcado Latino de Jerusalén, representante de la Iglesia católica en Tierra Santa, expresó sus condolencias tras la muerte este lunes por la mañana del papa, anunciada poco antes por el Vaticano.

“Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén, y todos los obispos, clérigos y creyentes de Tierra Santa ofrecen sus más profundas condolencias a toda la Iglesia por la muerte del santo padre el papa Francisco. Que dios lo acoja en su reino y gloria”, reza el texto difundido por el Patriarcado.

Y desde Singapur, su ministro de Exteriores, Vivian Balakrishnan, destacó que Francisco “se ha esforzado por construir una sociedad en la que la justicia social y el bien común se tengan en gran estima” y por denunciar “la exclusión” de pobres, ancianos y de los migrantes.

EFE.

IG

El poderoso más compasivo

El poderoso más compasivo

Con los años no me hice más ni menos católica, pero sí me di cuenta de que Francisco se convirtió en un enorme líder y un buen pastor para sus fieles. Gente que jamás hubiese imaginado que podría siquiera respetar a un Papa le tenía afecto. Me incluyo.

Una vez, o dos, lo vi cuando era arzobispo de Buenos Aires en el subte E yendo para la villa. No me caía bien entonces: Jorge Bergoglio tuvo posiciones cuestionables. Cuando lo anunciaron como Papa me asusté. Con los años no me hice más ni menos católica, pero sí me di cuenta de que se convirtió en un enorme líder y un buen pastor para sus fieles. Gente que jamás hubiese imaginado que podría siquiera respetar a un Papa le tenía afecto. Me incluyo.

Solo conozco las acciones más visibles de su pontificado, porque no me pasé estos años prestando atención: no soy religiosa. Pero me da mucha pena su muerte y me da orgullo que haya sido alguien como Francisco el primer papa de América Latina. Sé que estaba en contra de muchas cosas que me parecen elementales pero está bien, no le pido a la Iglesia que vaya en contra de su doctrina, es un capricho eso. Sí me acuerdo que su primera misa fuera de Roma fue en Lampedusa y habló de los migrantes, una situación que sigue igual y que permanece bastante afuera de la conversación pública.

Una vez, en Roma, en una heladería, se dieron cuenta de mi acento, gritaron “como el Santo Padre” y me regalaron un gelatto BENDECIDO. ¿Qué es esa pavada de ahora, de que hay que hablar del muerto y no de uno? ¿Cómo se hace eso? Esas son las necrológicas y las hacen los profesionales. Habrá muchos, espero, que puedan escribir sobre Francisco y dimensionar su figura. Lo normal es recordar lo personal, qué más vamos a hacer, y más aún en la despedida de un gran hombre. Me alegra por él y por los creyentes que haya podido dar la bendición de Pascua en la Plaza.

Una cosa que si me enseñó Francisco fue a bajar diez cambios con el anticlericalismo y ser tolerante con los demás, con su fe y sus contradicciones. Los agnósticos somos muy arrogantes y nos creemos por encima del barro humano, a veces. La foto que encabeza esta nota, de la Plaza San Pedro desierta en la pandemia, es mi favorita. Y ahora cónclave: qué días por delante. Espero que sea mejor que esa película horrenda que le gustó a todo el mundo.

Un gran abrazo a mis amigos católicos y a todos los que sentimos que el Papa era el poderoso más compasivo y con más criterio de este Occidente.