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El futuro ministro del Interior, Guillermo Francos, confirmó hoy que el presidente electo, Javier Milei, convocará a sesiones extraordinarias y enviará al Congreso un proyecto para que se eliminen las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO). Según indicó el funcionario que asumirá el próximo 10 de diciembre en una entrevista para LN+, este será uno de los temas que integrará la Ley Ómnibus que busca aprobar el dirigente de La Libertad Avanza.
Respecto de la conformación del gabinete que deberá asumir en una semana, el ex presidente del Banco Provincia aseguró que, más allá de los cargos ya anunciados públicamente, "hay conversaciones muy avanzadas" para que el ex diputado y ex candidato vicepresidencial de Juntos por el Cambio, Luis Petri, encabece la cartera de Defensa. También falta el anuncio oficial de Milei respecto de quien estará al frente de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), pero ya está definido el titular del organismo.
Francos se refirió, a su vez, al debate en torno a la conducción de las Cámaras del Congreso y la necesidad que tiene Milei de negociar con diputados y senadores de otros espacios para aprobar proyectos dado el pequeño bloque legislativo con el que cuenta. En sentido, el futuro ministro del Interior explicó que La Libertad Avanza está abierta al diálogo "con todos en distintas circunstancias", pero rechazó cualquier alternativa de generar un interbloque con otro espacio. "No queremos ser ni peronistas 2.0 ni Juntos por el Cambio 2.0. Somos un espacio político que obtuvo un reconocimiento popular enorme", planteó.
En materia económica, el funcionario libertario ratificó la voluntad del presidente electo de reducir el Estado y avanzar hacia una "reestructuración del organigrama público, donde hoy hay ministerios que están superpoblados que se tendrán que reducir". Dicho recorte no sólo alcanzará a las dependencia del Poder Ejecutivo, sino que también afectará al sistema judicial.
Francos también buscó llevar tranquilidad a la población respecto del tipo de cambio y desmintió el riesgo de una posible escalada en su precio luego del 10 de diciembre. De hecho, en las últimas semanas, la divisa estadounidense inició una tendencia a la baja y el blue ya ronda los $950 luego de marcar un valor récord tras los comicios generales del pasado 22 de octubre.
"Yo me quedaría tranquilo con el dólar, porque no veo motivo por el cual hubiera una disparada", expresó en la entrevista. Además, consideró que el dólar oficial podría llegar hasta los $600 o $650, un valor que consideran razonable dado el atraso que arrastra actualmente la divisa.
ACM con información de agencias.
River Plate se impuso esta noche ante Belgrano de Córdoba por 2 a 1 y logró pasar a semifinales de la Copa de la Liga Profesional de Fútbol. Ahora, deberá enfrentarse al ganador del encuentro de esta noche entre Racing y Rosario Central.
Durante el primer tiempo, el Millonario se mantuvo en posesión de la pelota y desplegó una estrategia más ofensiva en la cancha que el equipo local, que intentaba fundamentalmente proteger el arco en lugar de avanzar hacia el terreno rival. Los piratas sólo buscaron incomodar al equipo de Demichelis en muy pocas oportunidades de la mano del volante Ulises Sánchez.
En el último cuarto del primer tiempo se reforzó el dominio de River sobre la pelota, pero no alcanzó para abrir el marcador. Las buenas jugadas de Nacho Fernández, Santiago Simón y Salomón Rondón no lograron incomodar al arquero cordobés Nahuel Losada.
A inicios del segundo tiempo, el Millonario estuvo a punto de abrir el marcador de la mano de De La Cruz, que recibió un pase filtrado de Rondón. Sin embargo, Losado interceptó el remate. Luego le llegó el turno a Belgrano cuando Facundo Tello anotó un gol que no tardó en anular el VAR, a cargo de Héctor Paletta, por posición adelantada del jugador.
Fue recién a los 17 minutos del segundo tiempo que Rondón abrió el marcador para River. El empate tardó en llegar: faltaban tan sólo 10 minutos para el cierre cuando el 9 'celeste' se coló entre los centrales de River y remató de un cabezazo en el arco de Armani.
Parecía que el partido iba a terminar en un empate cuando finalmente el Millonario logró combinar por izquierda una subida de Enzo Díaz y un remate de Colidio, que definió al palo izquierdo de Losada y marcó el desenlace del encuentro.
ACM con información de agencias.
"Javier me escucha", dice Guillermo Francos en el instante exacto en que un coro de gobernadores peronistas hace silencio para escucharlo a él. De local, desde las oficinas del BAPRO donde una década atrás operó para que Daniel Scioli llegara a presidente, el futuro ministro del Interior se mueve cauto, anota, responde a cuentagotas, relata que su relación política con Javier Milei viene de hace tiempo, que no fue una extravagancia posPASO. Un esfuerzo por desmentir la lectura generalizada sobre la improvisación y precariedad que se trasluce en el armado mileista.
Para el peronismo territorial, el que tiene que pagar sueldos y necesita obras, Francos es un puente sólido pero estrecho con el Mundo Milei. No el único: Juan Manuel Olmos, portador de una triple lealtad con Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa -el único eslabón entero de eso que se llamó Frente de Todos, que ni fue frente ni fue de todos-, es un teléfono rojo con Karina Milei, "El Jefe". Fue por esa vía que la vice le hizo llegar al presidente electo su desagrado con la entronización de Patricia Bullrich como ministra de Seguridad. No es por pruritos persecutorios o represivos, sino porque la teoría jurídica y política de Cristina respecto al fallido atentado en su contra, la conduce a Gerardo Milman, un estrecho colaborador de Bullrich.
Olmos, nominado para presidir la Auditoría General, parece magnificar el oficio de operador multitasking. La tentación de compararlo con Juan Carlos "Chueco" Mazzón, emblema del gestor todoterreno, olvida que el peronista porteño tiene terminales en el poder real, uno más duradero, la justicia, ese que el mendocino no tenía tan aceitado. Otros tiempos, claro. La paradoja Olmos es que expresa la unidad cuando el peronismo, en el despoder, no encuentra la brújula porque no sabe -como la mayoría del sistema de poder- qué será Milei cuando deje de ser electo y se convierta en presidente pleno.
Ese enorme interrogante llevó a los gobernadores a convocar a Francos para que se sumara a su cumbre en el BAPRO. "Acá me siento como en mi casa", saludó, entre sonrisas, el futuro ministro. A la misma hora, a 8 kilómetros de ahí, en el Club Hípico Alemán, en Palermo, estaban reunidos los gobernadores y legisladores de JxC. Hubo reproches porque el mileista fue a la cita con los peronistas. "Nosotros le pusimos fiscales y le cuidamos los votos pero se va a reunir con los peronistas", se quejó uno ante elDiarioAR. "Guillermo habló con casi todos. Los peronistas lo llamaron y él fue. Los de Juntos no", buscaron desdramatizar en LLA.
Es un equilibrio sutil y difícil. Hasta acá, el PJ mostró señales de unidad más firmes que el PRO y la UCR. Los territoriales de JxC quieren emerger como poder real, su propia "Liga de Gobernadores", su CFI, a la que quieren sumar a Claudio Vidal, el sindicalista que puso fin a 30 años de gobiernos kirchneristas en Santa Cruz e, incluso, al neuquino "Rolo" Figueroa. Hay que poner una lupa sobre Vidal: es un error del análisis ambeño creer que el santacruceño es un peronista anti K cuando, en verdad, es muy anti K -se invoca un desprecio, en teoría mutuo, con Máximo Kirchner a quien le atribuye operaciones y denuncias- y es, además, bastante antiperonista, de familia radical, lo que lo arrima más al ecosistema de JxC que del panperonismo. Su efímera competencia, en 2019, con el lema del FdT fue parte de un acuerdo, dicen que incumplido, con Alicia Kirchner con el que Vidal jugó a perjudicar a otro de sus rivales patagónico: Javier Belloni.
Pero cada bloque tiene sus propios conflictos: el radicalismo debería elegir jefe el 15 de diciembre, lugar por el que pulsean Martín Lousteau y el correntino Gustavo Valdés. Una anomalía la constituye que Gerardo Morales, con su apoyo a Lousteau, hace que por primera vez el radicalismo del norte no se mueva en bloque. Es probable que, al final, haya un acuerdo que evite la disputa luego de que ambos espacios hagan un conteo de cuánto junta cada uno. El PRO, con la salida de Bullrich, deberá elegir nuevo jefe formal. Los que empujan a Jorge Macri se encontraron con que el jefe de gobierno no quiere nacionalizarse tan rápidamente. A lo sumo, en 2024, se quedará con la jefatura del PRO porteño.
El PRO, luego del acuerdo "personal" de Bullrich con Milei, está en medio de una tormenta. Cada uno negocia por las suyas y como puede. A Diego Santilli le atribuyen intereses en desembarcar, con su gente, en Vialidad mientras que Juan José D'Amico, que escoltó a Rogelio Frigerio en Interior, aporta nombres al cordobés Osvaldo Giordano en Anses. Cristian Ritondo, que saludó al electo con una foto tuitera abrazado a una motosierra, arrancó diciembre sin destino: quiso presidir la cámara de Diputados y, al final, Milei pareció hacerle una concesión a Cristina y Mauricio Macri, que coincidían en su rechazo a que Florencio Randazzo vaya a ese lugar.
En LLA presumen como una solución salomónica de Milei bendecir a Martín Menem, no solo por el pedido de los diputados libertarios de que vaya uno propio, sino porque el presidente electo constató que Randazzo despertaba furia en Macri y en Cristina. En el peronismo ven menos peligroso a Menem que al excompañero de fórmula de Juan Schiaretti. En el PRO, -Ritondo, en particular- advierten que es una derrota menos gravosa que vaya el riojano comparado con el desplante que suponía que ahí quede el exministro de CFK. Hay una metáfora política desmesurada en creer que la llegada del cuarto Menem, un freshman, expresa un neomenemismo, aunque haya sectores del PJ que se tienten con construir un Milei lleno de las virtudes que ellos mismos le negaban hace un mes. Menem, según Zulemita Menem, creía otra cosa.
Menos poética es la posible entronización de Francisco Paoltroni como presidente provisional del Senado. Con poca historia en Formosa, donde fue candidato a gobernador y sacó 9%, el senador tiene escaso rodaje y algunas denuncias, y debería ser el ejecutor con Victoria Villarruel del instrumento legislativo al que Milei plantea enviar, el 11 de diciembre, su proyecto de ley ómnibus, de 7000 páginas, que escribió Federico Sturzenegger y que pretende que se apruebe a fines de diciembre o principios de enero. Villarruel dejó pasar una propuesta que le acercó el salteño Juan Carlos Romero para armar un interbloque de JxC-LLA y provinciales. El bloque libertario solo tiene 7 senadores, número que no le alcanza para presidir comisiones clave.
Cristina avisó, para espantar la tesis de que quiere poner a alguien propio en la línea de sucesión, que la presidencia provisional debe ser para LLA pero en el interbloque panperonista, que comanda Jose Mayans, no coinciden. Se lo dijo Mayans a Villarruel: "A nosotros nos votaron como primera minoría, tenemos 33 senadores". "Vamos viendo", le dijo la vice que no muestra demasiada empatía -ni tampoco información precisa- con lo que pasa en el hotel Libertador, el búnker de Milei.
Lo que fue hasta el 19-N Unión por la Patria (UxP) empezó a reconfigurarse. Ver el bloque de Diputados sirve como pista: de los 108, siete son de Sergio Massa, 57 del dispositivo CFK y 34 de gobernadores y sin tierra. Este sub bloque es la tentación de Francos que, sin decirlo, da a entender que viene un Milei tiempista y pragmático, que aplicará la motosierra en segmentos que, presume, no generarán indignación masiva. Francos trasmite que el presidente libertario no solo no es "gorila" sino que, además, se siente cómodo con el peronismo. Ya se contó en elDiarioAR: el ministro tiene, entre sus tareas, tejer relaciones con sectores del PJ para compensar el peso y la influencia de Macri y el PRO.
"Hay gobernadores que no tienen plata para pagar el aguinaldo ¿vos pensás que van a reaccionar si podan el INCAA?", dice, brutal, una fuente del peronismo que tiene terminales en Cristina. "Será con más tiempo y orden que lo que dijo en la campaña pero Javier sabe, y el peronismo también, que esto así no puede funcionar más. Pero no viene a hacer locuras", dicen desde el ala política de LLA. Aparecen, en diagonal, cuestiones como el recorte presupuestario que aplicó Osvaldo Jaldo en Tucumán, que en el mileismo celebran casi como si fuese una victoria cultural.
El aguinaldo en la primera prueba de fuego para Milei. No solo el nacional. En provincias como San Luis, Claudio Poggi, no sabe con qué se va a encontrar porque la transición con Alberto Rodríguez Saa fue caótica. El equipo de Poggi estima que en 2024 la provincia tendrá un déficit de 150 mil millones de pesos, en una provincia que depende 80% de los fondos coparticipables, y que -según denunció Poggi- hubo 5500 pases a planta permanente. La mancha roja se extiende. En la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof escucha demandas a diario para asistencia extra por fin de año. Un municipio con dificultades es Mar del Plata, que comanda Guillermo Montenegro, alcalde PRO que anticipó su apoyo explícito a Milei. Hay un hilo curioso ahí atrás: Kicillof le pidió a la Legislatura una autorización de endeudamiento que compensaba la expansión del presupuesto por la inflación, hubo un principio de acuerdo con JxC pero al final, a través de Diego Valenzuela, todo naufragó. Se afirma, en La Plata, que Valenzuela intervino a pedido de Mauricio Macri. Hay un mérito en el expresidente: se le atribuyen todas las malicias y todas resultan verosímiles.
Ocurre, al final, un fenómeno: la victoria de Milei rompió la matriz y entre los pedazos, Macri y Cristina sobreviven como porciones el poder.
"Yo voy a estar acá cerca, en el Patria, así que si quieren verme...". Con una sola frase, Cristina Kirchner apagó una doble teoría envenenada: la que la excluye del ring político y la que, más brumosa, la imagina fuera del país. Es su despedida del Senado, sus últimos días como vice, y en unas horas hará la más visible de un puñado de movidas para estructurar su sitio en el despoder: vía Tik Tok, la red que eligió como marquesina, dejará una advertencia sobre la "estanflación" que auguró Javier Milei, una dosis autorreferencial de "yo les avisé" con una cuota tardía de campaña del miedo.
La vice irrumpe, a diez días del triunfo de LLA con casi 56%, con una advertencia sobre el futuro que en el ecosistema del peronismo, sobre todo el territorial y el institucional, perciben inoportuno y leen como un gesto de Cristina para pararse en el centro de la escena con el objetivo de condicionar lo que viene. El mensaje de "los espero en el Patria" huele, a simple vista, contradictorio con aquello de que otros tomen el bastón del Mariscal. ¿Cristina quiere dejar de conducir o quiere, en definitiva, que le vayan a pedir que vuelva a conducir?
Su intervención tiktokera despertó lecturas disímiles. "Todos estamos perplejos, no sabemos qué va a pasar y ella patea el hormiguero para que nos despabilemos, tenemos que salir de la perplejidad", tradujo el Tik Tok sobre estanflación una fuente del mundo CFK. Por lo pronto, la patada de la vice no generó mayor ruido ni movimientos. Sin jefe ni orden, los gobernadores prefieren esperar que ocurra si es que algo ocurre. En uno de los círculos concéntricos del kirchnerismo, se observa como un error la crítica anticipada, muy prematura, de Cristina. "Insiste con la campaña del miedo cuando quedó claro que la campaña del miedo no sirvió", apunta una fuente que la respeta y hace el planteo casi desde la intriga, porque no comprende las razones de la irrupción de la vice.
Un dato para seguir: Axel Kicillof, que tuvo dos encuentros con Francos, define cuál será su mecanismo de cohabitación con Milei, donde su prioridad será, en principio, defender lo que afecte a la provincia de Buenos Aires. Debe reconfigurar su esquema de poder, tejió una alianza táctica con Sergio Massa y podría incorporar a su gabinete a jefes territoriales. Lo que no parece encontrar cauce es la convivencia con Máximo Kirchner, sobre quien cae una lluvia ácida para que apure su salida de la jefatura del PJ bonaerense.
PI/DTC
“La vía pública es el rostro de una nación, el único escenario donde el Estado está presente visiblemente en la persona de los miembros de sus fuerzas de seguridad”. Página 52 de De un día para otro. Medidas para cambiar de verdad en las primeras 24 horas de gobierno (Sudamericana), el libro que publicó Patricia Bullrich en septiembre pasado y que presentó en el salón de actos de la Facultad de Derechos de la UBA apenas días después de ganarle a Horacio Rodríguez Larreta las PASO y poco antes de quedar fuera del balotaje que ganó Javier Milei. Con la oficialización este viernes de que volverá al ministerio que condujo entre 2015 y 2019, la frase podría dejar de ser una simple consigna puesta en letras para pasar a ser una política estatal: para Bullrich, antes que nada, primero están las fuerzas de seguridad.
Bullrich vuelve a Seguridad de la mano de Milei, con el objetivo de “poner orden”. Un “orden” al que relaciona directamente con la presencia activa de las fuerzas y el control policial de la vida cotidiana. No será un mero revival de lo que fue su gestión durante el macrismo, sino una profundización de aquellas políticas de “mano dura”, expresión que llegó a usar durante su campaña electoral. Ahora cambió el tono, haciendo suya una frase que patentó el libertario: “Es simple: el que las hace las paga”, cerró su mensaje en redes sociales al aceptar el cargo que asumirá el 10 de diciembre.
Tanto su último libro como su gestión con Mauricio Macri dan pistas de lo que será la política de seguridad mileista, con el control de la calle como eje central. La vía pública pasará a ser escenario de la avanzada política, económica y hasta cultural que propone el presidente electo. Y ahí tiene que estar la policía. “Los agentes del orden (...) son la única expresión de un gobierno a cielo abierto”, dice Bullrich en su texto. elDiarioAR solo encontró silencio en su entorno en las últimas horas.
Lo primero con lo que querrá barrer Bullrich será con cualquier posibilidad de piquetes y manifestaciones que pueda ocasionar el ajuste económico que propone Milei. En eso estará en línea con el flamante ministro de Seguridad que tendrá la ciudad de Buenos Aires, Waldo Wolff. De hecho este viernes el jefe de Gobierno electo, Jorge Macri, celebró un operativo de la Infantería de la policía porteña que impidió un piquete en la avenida 9 de Julio.
El tándem Bullrich-Wolff tendrá el primer desafío muy pronto: el 19 y 20 de diciembre el Polo Obrero agendó sus primeras jornadas de marchas en todo el país por los planes sociales. La receta que aplicará el gobierno entrante será con represión.
En el imaginario bullrichista sigue muy fresca la movilización contra la reforma previsional de diciembre de 2017: el latiguillo macrista son “las 14 toneladas de piedras” que se habrían lanzado desde los manifestantes kirchneristas y de izquierda contra la policía. La exministra recuerda en su libro que le impidieron actuar con las fuerzas federales para reprimir, mientras el oficialismo fracasaba en la votación en la Cámara de Diputados.
“A algún funcionario nacional se le ocurrió que no había que reprimir aquel ataque salvaje y premeditadamente organizado cuya fallida contención quedó a cargo de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, paralizada y victimizada por la orden de no actuar”, escribe, en referencia implícita al entonces jefe de Gabinete, Marcos Peña, y a Larreta. “Durante el ejercicio de mi cargo de ministra de Seguridad no permití los cortes de rutas nacionales, las vías sobre las cuales yo tenía jurisdicción; pero debe reconocerse que no todos procedieron de la misma manera”, apunta en su texto.
Ahora Bullrich vuelve recargada: “Ni una sola piedra arrojada quedará impune”, destaca en un capítulo donde escribe: “Las fuerzas de seguridad, con el respaldo de las normas y del poder político, poseen experiencia suficiente para disolver los piquetes, identificar a sus líderes y arrestarlos, porque la interrupción de una vía de acceso constituye un delito que se comete en flagrancia y, por tanto, no se requiere una orden judicial para actuar”.
La política antipiquete de la futura ministra va el línea con el regreso de la llamada “doctrina Chocobar”, un protocolo que ella misma reglamentó en la resolución 956/2018 y que habilitaba a las fuerzas federales a disparar sus armas reglamentarias ante cualquier amenaza, aún cuando del otro lado no hubiera armas o quien violara la ley estuviera de espaldas.
Escribe Bullrich en su libro: “Durante mi gestión, di orden a mis asesores de elaborar un protocolo sobre el uso de las armas de fuego. Ese protocolo establecía claramente en qué casos y de qué manera podían utilizarlas e incluso disparar. La propia Corte Suprema de Justicia de la Nación —ya sin Zaffaroni— me había sugerido redactar algo así y, una vez puesto en marcha, el protocolo fue avalado, en diferentes casos, por siete jueces federales. Terminado nuestro mandato, lo primero que hizo el gobierno kirchnerista, a instancias de la nueva ministra (en alusión a Sabina Frederic), fue derogar aquel protocolo. Los miembros de las fuerzas de seguridad quedaron en tal situación de incertidumbre que un policía prefirió correr el riesgo de que lo mataran antes que sacar su pistola para defenderse”.
El nombre público de esa normativa remite al caso del expolicía Luis Oscar Chocobar, quien en diciembre de 2017 mató al balear por la espalda a Juan Pablo Kukoc, en diciembre de 2017, durante un intento de robo a un turista extranjero. Bullrich se atrevió a llevar a Chocobar como uno de sus “invitados especiales” en el segundo debate presidencial en las recientes elecciones. En mayo pasado el Tribunal Oral de Menores N°2 de Comodoro Py lo condenó a dos años de prisión en suspenso y a cinco años de inhabilitación para ejercer como funcionario público.
Según la Correpi (Coordinadora contra la represión policial e institucional), el regreso de la doctrina Chocobar potenciará el aparato represivo del Estado, que durante el macrismo-bullrichismo fue letal: “El de Cambiemos fue el gobierno más represor desde 1983”, señala el informe de la organización sobre el saldo de la gestión 2015-19, que representa más del 26% del total de casos de gatillo fácil que hubo desde el retorno democrático. La Correpi registra un total de 1833 personas “asesinadas” en 1435 días de gobierno (entre el 10 de diciembre de 2015 y el 15 de noviembre de 2019).
Entre los años 2020, 21 y 22 del Frente de Todos registraron 1604 casos, pero cambió la modalidad: “hubo un descenso –relativo, pero sostenido— de los fusilamientos de gatillo fácil”, dice la ONG en su último informe y destaca el cambio de política sobre “la derogación de los protocolos Bullrich y la prohibición del uso del arma reglamentaria fuera de servicio a la Policía de Seguridad Aeroportuaria”. Que las cifras sigan altas se debe a que la mayor parte de las muertes “ocurrieron bajo custodia”.
“Ahora vamos a enfrentar de nuevo a Bullrich, pero recargada con el filtro de Milei y de Victoria Villarruel”, planteó a elDiarioAR María del Carmen Verdú, referente de la Correpi. En su momento la ministra enfrentó directamente a la organización con un contra-informe titulado “Ministerio de Seguridad vs. CORREPI”.
Hablar del paso de Bullrich por Seguridad también implica recordar los casos de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, dos muertes en las que estuvieron involucradas la Gendarmería y la Prefectura, respectivamente, fuerzas que dependen directamente del ministro de turno.
Maldonado desapareció el 1 de agosto de 2017 luego de una represión contra la comunidad Pu Lof en Chubut que estaba cortando la ruta 40: apareció muerto 78 días después en el río homónimo de la provincia. “Desde el primer momento, el gobierno nacional y la entonces ministra Patricia Bullrich redoblaron la apuesta: negaron la desaparición de Santiago, atacaron y espiaron a su familia, ocultaron evidencias”, denunció el CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales) al cumplirse seis años del caso.
Bullrich y Macri siempre se despegaron de tener responsabilidades políticas mientras un juez federal de Rawson sobreseyó a los gendarmes acusados por el operativo. Hoy la familia de Maldonado exige que la Corte Suprema designe un nuevo juez para que reabra la investigación “sin descartar la figura de desaparición forzada”. El exmandatario llegó a descalificar a Maldonado hace pocas semanas: “Los ríos de la Patagonia son bravos, no es para cualquier salame distraído cruzar un río por más que tenga diez metros de ancho”, dijo durante una conferencia en Uruguay al recordar el caso.
En su libro, Bullrich reflexiona sobre el caso Maldonado de una manera muy particular: “Resulta imperioso capacitar a los docentes. ¿Con quién haremos la segunda revolución educativa de la Argentina? ¿Con Rosario Vera Peñaloza, con Leopoldo Marechal, con José Manuel Estrada? ¿O con los maestros que pasaban lista llamando a Santiago Maldonado para demostrar que era un desaparecido y los que decían en el aula a los hijos de los gendarmes que sus padres eran asesinos? Entre esos dos extremos –uno ilustre y el otro vicioso– estoy segura de que existen miles de docentes deseosos de dar lo mejor de sí”, se puede leer casi al final del texto, en un capítulo sobre sus propuestas educativas.
En el libro no hay referencias a Rafael Nahuel, joven de la comunidad mapuche que también murió en 2017 tras una represión en Villa Mascardi. Cinco prefectos fueron condenados a cinco y cuatro años y medio de presión esta misma semana, fallo que será apelado por la querella por considerarlo “insuficiente”. Pero Bullrich sí habla sobre la cuestión mapuche en su texto: “El Sur argentino está asediado por grupos terroristas de la Resistencia Ancestral Mapuche que incendian viviendas y vehículos, hieren y matan a civiles y uniformados y ocupan territorios y edificaciones, ante la indolencia, cuando no la complicidad, del gobierno”. Acusa de esas acciones al Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) y revela su propuesta específica para lograr “orden”, que ahora nada le impedirá llevar a cabo: “Habrá que llegar con el doble de la potencia que pusimos en nuestra primera gestión; emplear a todas las fuerzas de seguridad y, en la medida en que la ley lo permita, también a las fuerzas armadas para dar apoyo logístico”.
Bullrich ya avisó que buscará emplear incluso a las Fuerzas Armadas en seguridad interior –política que tiene límites legales–, sobre todo en su lucha contra el narcotráfico. Fue celebrada cuando envió 3.000 gendarmes a Rosario, política que esta vez sin duda repetirá: en la gobernación santafesina asumirá Maximiliano Pullaro, que en su momento fue el ministro de Seguridad provincial. Ya esta semana hubo reuniones entre ellos.
Bullrich destaca que durante su gestión “se llevaron a cabo 102.547 procedimientos, se incautaron 805.482 kilos de marihuana, 33.020 kilos de cocaína, 626.698 unidades de droga sintética y fueron detenidas 107.257 personas”. “Se trató de los resultados más altos de toda la historia argentina, y eso lo conseguimos porque valorizamos el papel de las fuerzas de seguridad, sin dejar de controlar su comportamiento”, apunta en su libro.
Entre otras medidas, la próxima ministra propone además reimplantar desde el día uno el Régimen de Máxima Seguridad en las cárceles y hasta tiene en plan la construcción de un penal llamado “Cristina Fernández de Kirchner”. Quiere que el Servicio Penitenciario Federal pase del Ministerio de Justicia al de Seguridad y, también, “restablecerse el servicio de inteligencia de ese cuerpo, que quedaría así integrado a la comunidad de la Dirección de Inteligencia Criminal”.
Además propone bajar la edad de imputabilidad a 14 años. Y tiene un punto que discutir con el futuro mandatario: rechaza la libre portación de armas, política que está en la plataforma de campaña de La Libertad Avanza.
“Necesitamos la fuerza de la ley y el orden para reconstruir nuestro futuro en libertad”, escribe Bullrich en su libro. ¿Imaginaba ya su futuro político junto al libertario? “Yo puse orden durante los cuatro años que manejé el Ministerio de Seguridad de la Nación”, afirma, y cierra con tono poético: “Amé el orden, amo el orden y sé cómo establecerlo en una sociedad que, junto con la verdadera libertad, lo necesita y lo reclama más que nunca”.
MC/JJD
Miles de hinchas de Boca Juniors marcharon con Juan Román Riquelme a la cabeza desde Parque Lezama hacia la Bombonera pidiendo que haya elecciones en el club, en contra de una posible intervención y, fundamentalmente, en apoyo al ídolo que es el candidato a presidente junto a Jorge Ameal por el oficialismo ante la dupla de la oposición compuesta por Andrés Ibarra y Mauricio Macri.
En una verdadera manifestación popular de magnitud, cerca de 20 mil hinchas de Boca llevaron sus estandartes, sus gritos y cantos en apoyo a Román, pidiendo que haya elecciones y repudiando al expresidente del club y de la Nación, Mauricio Macri.
Aquellos que caminan el mundo Boca hace años no recuerdan una manifestación de este tipo que no sea por ganar un título.
Eran las 17 cuando el vicepresidente segundo partió en una camioneta blanca desde Casa Amarilla rumbo a Irala y Martín García acompañado de sus familiares, entre los que estaban su padre y su hermano Cristian, que trabaja en el predio de Ezeiza.
Riquelme estaba rodeado de dirigentes de la actualidad, entre ellos Jorge Ameal actual presidente y acompañante del "10", quien no se había mostrado en los últimos actos del oficialismo.
Al llegar a la intersección de Martín García y Almirante Brown, Román caminó unos 200 metros y se volvió a subir a la camioneta junto a los exjugadores que trabajan en el club como Marcelo Delgado, Blas Giunta, Antonio Barijho y Diego Soñora.
Rodeados de bombos, trompetas y banderas como un hincha más, el "Torero" canta "Soy bostero es un sentimiento no puedo parar...."
Por la avenida Almirante Brown fueron hasta Arzobispo Espinoza y luego hasta Tomás Espora e ingresaron a la Bombonerita.
"Aunque Macri no quiera vamos a votar, todos juntos el domingo de la mano de Román", cantaba la multitud con el ídolo de abanderado.
Y "Macri tiene miedo y Macri tiene miedo", cantaba Riquelme con todas sus ganas y sus brazos en alto llegando al playón de Casa Amarilla.
Además de las banderas y de los cantitos, también hubo carteles preparados para la ocasión con distintos mensajes contra la oposición: "Ganen en las urnas, no en la Justicia"; "No quieren ganar las elecciones, quieren tomar el club por la fuerza", "Falsificaron firmas de socios", "Igual votamos a Román", fueron algunos de los que se vieron en la movilización.
Mientras tanto, con bombos, trompetas, cantitos y banderas, los hinchas le dieron color a esta manifestación, justo el día en el que iba a definirse el nuevo presidente de Boca, una elección que quedó en suspenso por la medida cautelar presentada por la oposición por irregularidades en el padrón, que el club ya apeló ante la Cámara. Una batalla que seguirá en Tribunales.
En esta manifestación en apoyo a Román no sólo hay banderas con el "no a la intervención", sino también que muchos de los cánticos apuntaron justamente a ese escenario. "La intervención, la intervención, se va la p... que lo parió", fue el clásico hit modificado para la ocasión.
"Román es Boca, es pueblo, lo quieren voltear", le dice a Telam convencido un socio vitalicio, Ricardo Tierner y muestra su carnet orgulloso.
A su lado una socia activa, Laura Lamas pidió: "Quiero votar, hoy teníamos que elegir y no pudimos"
Cuando la caravana llegó a Casa Amarilla muchos de los hinchas se cruzaban por la vía de Irala a Espora con la esperanza de la palabra del ídolo que llegaría más tarde.
Sin embargo todo terminó en los pasillos de la Bombonera y la multitud se empezó a ir en forma lenta sin parar sus cantos y su fervor.
En tanto, se espera la decisión para los próximos días de la apelación que hizo Boca a la cautelar que promulgó la jueza Alejandra Abrevaya, del juzgado 11.
A partir de allí se abrirían dos caminos posibles: que la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil revoque la medida de la jueza , es decir que no hay elementos suficientes para suspender las elecciones, o que la confirme. Sea la decisión que sea, esto podría llevar 72 horas hábiles, es decir una fecha cercana al 6 de diciembre.
En ese caso, las elecciones en Boca podrían realizarse antes de fin de año si la resolución se da con cierta celeridad. El tema es que casi no quedan domingos disponibles y la única opción sería el 17 de diciembre.
Si la Cámara Federal ratifica el fallo, en ese caso la causa volvería a la jueza Abrevaya y esta podría tomarse alrededor de un mes para resolver el problema de los socios cuestionados por la oposición.
Pero, además, hay que tener en cuenta que en enero hay feria judicial, y que luego, según el Estatuto de Boca, tendría que correr al menos un mes más para fijar una nueva fecha para las elecciones. Entonces, con suerte, podrían concretarse recién en marzo de 2024.
Por Eduardo Martínez - Télam