Las Mercedes

Código Postal 5249

Noticias de Cordoba

Miles de personas en el funeral de Francisco, que buscó reivindicar a los pobres ante los poderosos

Miles de personas en el funeral de Francisco, que buscó reivindicar a los pobres ante los poderosos

Las exequias del pontífice número 266 de la Iglesia católica abarrotaron la plaza de San Pedro para una ceremonia en presencia de representantes de más de 160 delegaciones de todo el mundo y líderes de numerosas religiones.

Un funeral convetido en una cumbre mundial incómoda

Entre unas 200.000 personas comunes, despedido de San Pedro por los más poderosos del mundo, recibido en Santa Maria Maggiore por los últimos de Roma, los que menos tienen. Ese podría ser el resumen del funeral del papa Francisco este sábado, que ha comenzado con una ceremonia a la que asistieron casi 170 delegaciones internacionales y representantes religiosos de todas partes del mundo, entre ellos Javier Milei. En el centro de Roma, a unos seis kilómetros del Vaticano, un grupo esperó en las escalinatas de la basílica en la que el pontífice quiso ser enterrado: unos 40 –migrantes, transexuales, presos, pobres– sosteniendo una rosa blanca en la mano. Los encargados del último saludo. Una vez que el féretro atravesaba la puerta de la basílica, las puertas se cerraban para proceder a la sepultura.

Unas 250.000 personas han pasado por la capilla ardiente de San Pedro en tres días. Anoche, tras el cierre, se procedió a la ceremonia del cierre del ataúd, en la que se leyó un texto en latín que hace un repaso a la vida de Jorge Mario Bergoglio hasta convertirse en el papa número 266, y destaca algunas de sus principales acciones y sus reformas de la Curia y sus cuatro encíclicas. Además, destaca su lucha contra los abusos sexuales cometidos en el seno de la Iglesia. Ese acto a puerta cerrada y del que participaron unas pocas personas cercanas y familiares fue el paso previo de las exequias de este sábado.

La ceremonia del cierre del ataúd, en una fotografía del Vaticano.

Poco horas después, con las primeras luces del día, la imagen de la plaza vacía había desaparecido por completo. Aunque faltaban horas para el comienzo de la ceremonia, la via de la Conciliazione, el gran boulevard que conduce a San Pedro, estaba ya colapsado. Cientos de voluntarios intentaban junto con el despliegue policial contener a una muchedumbre madrugadora y nerviosa. A las siete y media, la mitad del sector central de la plaza, junto al obelisco y detrás de las sillas de las autoridades e invitados, estaba ya completo. Los afortunados que conseguían pasar las largas filas de los controles de seguridad se lanzaban a pequeñas carreras para asegurarse un puesto. Otros hacían un alto para ponerse detrás de otra cola: la de las pocos bares abiertos en busca de un preciado y necesario café.

Los más animados, los grupos de jóvenes llegados estos días para el Jubileo de los Adolescentes, una marea de camisetas, mochilas y pañuelos verdes. Pero peleando por entrar en la plaza hay de todo: familias con niños pequeños, religiosos, romanos e italianos venidos especialmente para este evento y, por supuesto, turistas. Como Antonella y Fabián, dos argentinos que estaban de viaje por Italia y han decidido que este era el lugar para estar hoy: “Es un momento histórico”, justifica ella. Justo detrás, una familia brasileña intenta armarse de paciencia ante los constantes controles, apertura de mochilas y esperas. “Es lógico, hay mucha gente importante y la seguridad es fundamental”, concede Ada, la madre, aunque por el gesto de sus hijos adolescentes, el argumento no convence a todos.

La plaza de San Pedro se llena de fieles horas antes del inicio del funeral del Papa.

Quienes seguimos la ceremonia desde la atalaya en la que han colocado a la prensa, en las azoteas de los edificios adyacentes a la plaza, levantamos de vez en cuando la vista para observar a nuestro alrededor: la maraña de compañeros de todas partes del mundo es enorme. El miércoles había ya más de 4.000 periodistas acreditados, y la oficina vaticana ha trabajado estos días sin descanso para tramitar las peticiones de quienes iban llegando desde lejos.

Cientos de fotógrafos y periodistas hacen equilibrio sobre sillas y asoman sus teleobjetivos por encima del hombro de los que consiguieron una primera fila a las 5.30 de esta mañana. Pero entre el tumulto de periodistas agolpados encima de sus ordenadores o encaramados detrás de sus cámaras se pueden ver imágenes impensables en cualquier otro funeral de Estado: varios compañeros se arrodillan a rezar, y alguno repite por lo bajo las palabras en latín de la misa. Más allá, uno destaca por su túnica marrón de franciscano, y entre los muchos vestidos de negro para el funeral e intentar protegerse del sol de esta mañana romana, destaca el cuello blanco de un sacerdote con su cámara fotográfica al hombro.

Mensajes directos a los políticos sentados

Cuando faltaban 15 minutos para las 10 (hora Roma) las campanas de San Pedro comenzaron a sonar, mientras se pedía por los micrófonos a los asistentes respetar lo ceremonioso del momento, bajando carteles y banderas. Por un momento solo se oían en la inmensa plaza el sonido de los helicópteros sobrevolando y el graznido de las gaviotas.

El funeral lo celebra el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardinalicio. Y lo hace, acompañado por 980 cardinales, obispos y sacerdotes, con las indicaciones establecidas en el primer funeral papal moderno, el de Juan Pablo II, hace dos décadas: un rito solemne y sobrio que en 2005 cambió la historia al sacar la ceremonia de la basílica para celebrarla en la plaza. De la misma forma ocurrió con Benedicto XVI, que murió en diciembre de 2022 y cuyas exequias dirigió el propio Francisco.

Frente a los representantes de las instituciones más poderosas del mundo, el cardenal Re destaca en su homilía todo aquello por lo que Francisco les ha resutado incómodo: “Innumerables son sus gestos y exhortaciones a favor de los refugiados y desplazados. También fue constante su insistencia en actuar a favor de los pobres”. Como ejemplos menciona el primer viaje de Francisco a Lampedusa –“isla símbolo del drama de la emigración con miles de personas ahogadas en el mar”–, el el que hizo a Lesbos, y la misa que ceberó en la frontera entre México y Estados Unidos. 

“La guerra es solo muerte de personas, destrucción de casas y de escuelas. La guerra siempre deja al mundo peor de como era en precedencia: es para todos una derrota dolorosa y trágica”, ha recordado Re las palabras de Francisco en presencia de Trump, la ministra enviada por Rusia y los mandatarios europeos. La multitud cerraba cada una de sus frases con un fuerte aplauso.

Re dedica parte de sus palabras a describir la personalidad de Francisco, los gestos que le han diferenciado –y alejado– de sus predecesores, algunos de los cuales le han valido no pocos enemigos dentro de estos muros vaticanos. “Dio de inmediato la impronta de su fuerte personalidad en el gobierno de la Iglesia, estableciendo un contacto directo con las personas y con los pueblos [...] con especial atención hacia las personas en dificultad, entregándose sin medida, en particular por los últimos de la tierra, los marginados”. 

“Fue un Papa atento a lo nuevo que surgía en la sociedad”, que se refería a “los problemas de nuestro tiempo” utilizando “el vocabulario que le era característico”. “Tenía gran espontaneidad y una manera informal de dirigirse a todos, incluso a las personas alejadas de la Iglesia”. 

“Francisco realmente compartió las preocupaciones, los sufrimientos y las esperanzas de nuestro tiempo de globalización”, destacó Re frente a los máximos dirigentes de ese mundo globalizado.

En primera fila, la delegación argentina con Milei a la cabeza –por la nacionalidad de Bergoglio– junto a la italiana, que oficia de anfitriona. Representantes de casi 150 países –y más de 160 delegaciones en total– participan en la ceremonia, ubicados en sillas frente a la catedral de San Pedro a la derecha. A la izquierda, otros invitados, sobre todo religiosos. Detrás, las personas que han conseguido entrar en la plaza y que se amontonan detrás de las vallas.

En medio del funeral de Francisco: Trump y Zelenski se reúnen por primera vez tras la discusión en la Casa Blanca

En medio del funeral de Francisco: Trump y Zelenski se reúnen por primera vez tras la discusión en la Casa Blanca

Los equipos de ambos dirigentes trabajan para volver a reunirse en Roma después de una primera conversación antes del funeral que EEUU califica de "muy productiva"

Trump se alinea con Putin en su plan para acabar con la guerra de Ucrania: “Crimea permanecerá con Rusia”

Los presidentes de Estados Unidos y Ucrania, Volodímir Zelenski y Donald Trump, se reunieron este sábado en Roma antes del funeral del papa Francisco, según han confirmado ambos países. Lo único que se conoce del contenido es que decidieron continuar hoy mismo las conversaciones sobre un posible acuerdo de paz y que un portavoz de la Casa Blanca lo ha definido como “una conversación muy productiva”.

Un representante de Zelenski ha confirmado que negocian para volver a verse después del funeral y que en total el diálogo ha durado en torno a 15 minutos. Las imágenes muestran a los dos sentados en la Basílica de San Pedro, uno frente al otro.

Es la primera vez que Trump y Zelenski hablan cara a cara desde su acalorada discusión en la Casa Blanca. Desde aquel encontronazo, ambos dirigentes sólo han mantenido una conversación por teléfono, en marzo, tras una reunión entre emisarios de Washington y Kiev en Arabia Saudí.

Medios ucranianos publicaron esta semana, citando fuentes de presidencia, que Zelenski estaba abierto a verse con líder estadounidense durante su viaje a Roma. Ucrania y EEUU mantienen estos días intensos contactos. Ucrania ha presentado junto a sus aliados europeos una contrapropuesta a EEUU en la que pide negociar las cuestiones territoriales después de un alto el fuego como respuesta a una oferta que incluye varias concesiones importantes a Moscú.

Reproches previos al presidente ucraniano

Trump reprochó este viernes que Zelenski no haya firmado todavía el acuerdo sobre tierras raras. “Ucrania, bajo el liderazgo de Volodímir Zelenski, no ha firmado los documentos finales del importantísimo acuerdo sobre tierras Raras con Estados Unidos. Lleva al menos tres semanas de retraso. Esperemos que se firme DE INMEDIATO”, dijo en su red social, Truth Social.

El acuerdo debería haberse firmado en un primer encuentro del líder ucraniano en la Casa Blanca el 28 de febrero, que acabó en un duro enfrentamiento verbal y con su salida de la Casa Blanca sin que se suscribiera el documento. 

La versión inicial preveía la creación de un fondo de inversiones común controlado por EEUU que se iba a financiar con la mitad de los ingresos que generase la explotación de los recursos de tierras raras de Ucrania y garantizar inversiones en el país europeo. 

Posteriormente las partes retomaron las negociaciones y el pasado 17 de abril trascendió que las dos partes habían firmado un memorando en el que acercaban posiciones.

Dos días después el Ministerio de Economía de Ucrania negó que el acuerdo que quieren cerrar reconozca el apoyo estadounidense como “deuda” del país agredido por Rusia.

Según dijo entonces la publicación ucraniana 'Ukrainska Pravda', la última versión del pacto -presentada a Ucrania el 28 de marzo- incluye sin embargo condiciones menos ventajosas para Ucrania, como la obligación de ofrecer a Washinton prioridad en cualquier proyecto de explotación de sus recursos.

Trump añadió a su vez este viernes en su publicación que la negociación de un acuerdo de paz en el conflicto con Rusia va por el buen camino. “¡Parece que habrá éxito en el futuro!”, destacó en su plataforma.

Trump pide una cita “al más alto nivel” entre Moscú y Kiev

El presidente de EEUU, además, ha emplazado a Moscú y Kiev a organizar una reunión “al más alto nivel” para cerrar un acuerdo de paz que ponga fin a la guerra desatada el 24 de febrero de 2022 con la invasión rusa de Ucrania.

“Ha sido un buen día de conversaciones y reuniones con Rusia y Ucrania [por este viernes]. Están muy cerca de llegar a un acuerdo, y ambas partes deberían reunirse ahora, al más alto nivel, para 'cerrarlo'. La mayoría de los principales puntos ya están acordados. Parad el derramamiento de sangre, ¡YA! Estaremos donde sea necesario para ayudar a facilitar el FIN de esta cruel e insensata guerra”.

A punto de cumplirse los primeros 100 días del segundo mandato de Trump, su Gobierno muestra una creciente frustración pública con el ritmo de las conversaciones para poner fin a la guerra y amenaza con retirarse como mediador si no hay avances pronto en el que ya es el mayor intento de detener los combates desde los primeros meses de la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022. A la vez, el presidente de EEUU, al que le gusta vender sus destrezas como negociador, no ha abandonado el optimismo sobre un proceso que ya está siendo empinado, sobre todo para Kiev.

En pleno deshielo de las relaciones entre Moscú y Washington, el esfuerzo diplomático estadounidense se ha inclinado con fuerza, aparentemente, hacia las posturas rusas. El desequilibrio es claro en el lenguaje que Trump emplea en público para hablar de la guerra y referirse a Putin, que contrasta con sus frecuentes reprimendas a Volodímir Zelenski, líder del país invadido. “Trump valora la fuerza y ha demostrado estar menos interesado en establecer quién es la ‘verdadera' víctima”, escribe Alexander Baunov, investigador del Carnegie Russia Eurasia Center. 

La última embestida ha sido esta semana, después del no rotundo de Zelenski a reconocer Crimea, ocupada desde 2014, como territorio ruso. Además de acusar al presidente ucraniano de torpedear las negociaciones, Trump ha vuelto a culpar a Kiev de iniciar la guerra. “Creo que lo que provocó el inicio de la guerra fue cuando empezaron a hablar de entrar en la OTAN”, ha dicho en una entrevista con la revista Time publicada este viernes. “Crimea permanecerá con Rusia”, añade.

El reconocimiento estadounidense de la anexión rusa de la península del mar Negro es uno de los puntos más espinosos que, según diferentes medios, el equipo de Trump ha planteado a Ucrania dentro de su propuesta de plan de paz, que ha sido vista de manera generalizada como favorable a Moscú. EEUU además abre la puerta a reconocer de facto el control ruso sobre los territorios del sur y el este de Ucrania, que invadieron las fuerzas de Moscú y que Putin reclama como propios, de acuerdo con las mismas informaciones; además, pone sobre la mesa el compromiso de que Kiev no buscará unirse a la OTAN.

Zelenski, recibido con aplausos en San Pedro

El presidente de Ucrania, Volodomyr Zelenski, ha recibido aplausos espontáneos del público al llegar a la plaza de San Pedro para el funeral del papa Francisco. Los dos están sentados en primera línea en el funeral, aunque separados por el orden alfabético de los países en francés.

Zelenski llegó a Roma a primera hora de la mañana acompañado de su esposa, Olena Zelenska. Trump aterrizó en la capital ucraniana anoche junto a la primera dama, Melania Trump.

El funeral del papa Francisco se convierte en una cumbre mundial incómoda

El funeral del papa Francisco se convierte en una cumbre mundial incómoda

El presidente Javier Milei y la premier italiana, Giorgia Meloni, ocuparán las primeras filas en las exequias del pontífice, de la que participan 170 delegaciones de todo el mundo y mandatarios con los que Jorge Bergoglio no dudó en enfrentarse por sus políticas, como Donald Trump

Una 'casa' modesta en el Esquilino, el barrio multicultural y en conflicto que el papa eligió como última morada

Quería ser solo un “servidor de Cristo”, pero fueron a buscarlo “al fin del mundo” –decía– para encumbrarlo como líder de la Iglesia católica. Quería irse de la forma más sencilla posible, de modo que rebajó en su testamento la pompa que acompañó históricamente a la muerte de un papa. Sin embargo, no podrá evitar que su funeral pase a la historia como acontecimiento político en un momento especialmente convulso y conflictivo.

Tras una capilla ardiente por la que han pasado 250.000 personas, según el Vaticano, el funeral de Francisco se ha convertido en una cumbre internacional que reúne este sábado a 170 delegaciones y muchos de los mandatarios más importantes del mundo, algunos profundamente enfrentados entre sí y con el propio papa. Entre ellos, Donald Trump, a quien el pontífice no dudó en criticar por sus políticas migratorias, y que llega a Europa en medio de su ofensiva arancelaria y un cuestionado papel en las negociaciones por la paz en Ucrania.

El protocolo que decidió el Vaticano –orden alfabético de los países, en lengua francesa– mantendrá al presidente de EEUU en un puesto alejado del ucraniano, Volodímir Zelenski, y de las autoridades de las tres instituciones europeas. Pero no se descartan reuniones bilaterales que aprovechen la coincidencia en la capital italiana. “Si surgen oportunidades, al margen del funeral, se aprovecharán, por supuesto”, reconocía este jueves una portavoz de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen. Trump ya dijo que planea verse con “muchos líderes”. En Italia, que oficia de anfitriona, hay más dudas.

El ministro de Asuntos Exteriores trasalpino, Antonio Tajani, ve “complicado” el formato 'cumbre internacional' que algunos parecen querer forzar en Roma, y redujo el margen a “encuentros ocasionales durante la ceremonia”. “No sé si es el momento adecuado para tener una bilateral cuando hay tantos asuntos en el orden del día”, aseguró durante un viaje a El Cairo, según la agencia italiana AdnKronos.

Probablemente sí se siente cerca de Trump el presidente francés, Emmanuel Macron, quien en su visita a Washington en febrero pasado dejó ver las profundas diferencias con el estadounidense sobre la guerra de Ucrania. El líder ruso Vladímir Putin no estará presente –sobre él pesa una orden de detención de la Corte Penal Internacional–, sino que ha enviado a un perfil poco relevante desde el punto de vista político: su ministra de Cultura, Olga Borisovna.

Israel ni siquiera tiene un enviado en Roma. El primer ministro Benjamin Netanyahu no mandó a un miembro de su gobierno, y de hecho, tardó tres días en expresar sus condolencias por la muerte del papa Francisco. Lo hizo este jueves a última hora con una publicación en redes sociales, después de haber borrado un mensaje de pésame el día de su fallecimiento. En nombre del país, solo su embajador, y representando a la religión judía, el rabino de Roma, quien se encargó estos días de separar el diálogo entre religiones impulsado por Fancisco –con quien tenía una buena relación– y las cuestiones políticas sobre el genocidio en Gaza que el pontífice denunció utilizando esa palabra.

Milei busca su foto

El presidente Javier Milei, su hermana y la nutrida delegación ocuparán el lugar más privilegiado, en la primera fila. Es de esperar que Milei haga valer el privilegio de compartir nacionalidad con el papa –en realidad, no mucho más– para buscar una foto con su admirado Donald Trump y otros mandatarios, que proyecten su imagen internacional. Milei llegó a llamar a Bergoglio “comunista”, y “representante del Maligno en la Tierra” por defender la justicia social antes de ser elegido. Tras su muerte, sin embargo, se deshizo en elogios: lo definió como “el argentino más importante de la historia”.

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, fue uno de los que estuvo en la Basílica de San Pedro para el último adiós al papa.

Detrás, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, quien presumió estos días de la cercana relación que mantuvo con el pontífice, aunque la oposición le recordó que sus políticas no responden en ningún caso a los postulados que defendía Francisco. Como tácita anfitriona de esta cumbre en Roma, Meloni tendrá que hacer gala de sus dotes diplomáticas para amalgamar a una asistencia disímil y en algunos casos incómoda.

Emmanuel Macron visitó la capilla ardiente antes de que cerrara definitivamente este viernes a las siete de la tarde, pero muchos mandatarios apuraron la hora de llegada a la capital italiana. El funeral comienza con una ceremonia a las diez de la mañana en la Plaza de San Pedro, a las puertas de la basílica, y continúa con un cortejo de vehículos que acompañan el ataúd del Papa hasta su último destino, la basílica de Santa Maria Maggiore, en el centro histórico de la capital. Son unos seis kilómetros que toman una media hora en recorrerse. A partir de ahí, cuando el cuerpo de Francisco entre para ser enterrado, las puertas de la basílica se cierran y las cámaras dejan de transmitir en directo.

Una vez apagado el 'modo luto' se multiplicarán de seguro los encuentros, propiciados y casuales, aprovechando esta ocasión excepcional. Un evento que reúne en Roma a los líderes del mundo para honrar a quien no quiso serlo, pero lo fue. A una cabeza de la Iglesia católica incómoda para muchos de estos dirigentes porque puso el foco en lo que no se suele poner: las desigualdades, las migraciones, las minorías, la pobreza. Quizá Francisco también se revolviera en su silla entre los asistentes a su propio funeral.

La vigilia del "hagan lío" de Francisco: tambores, lluvia y un comedor popular en plena Plaza de Mayo

La vigilia del

El legado de Bergoglio entre las personas en situación de calle y organizaciones sociales que montaron carpas anoche a la espera de la misa final de este sábado para despedir al papa.

La escena parece franciscana. Antes de la vigilia por la misa final por la muerte del papa Francisco frente a la Catedral porteña, e incluso antes de una intensa lluvia, sobre la calle Yrigoyen, al costado de una de las fuentes de la Plaza de Mayo, una red solidaria compuesta por distintas organizaciones sociales desplegaba su labor habitual desde hace quince años: repartir medicamentos y alimentos a hombres, mujeres y niños que no tienen hogar.

A partir de las 20, como cada día, entre 150 y 200 personas se sientan a cenar en una larga mesa, que esta noche bautizaron “Papa Francisco”. Los activistas suelen desplegar la estructura de madera frente a la Catedral. Anoche no hubo mesa y se juntaron en la otra punta de la plaza, a unos cien metros de distancia.

“No quisimos interferir con la organización de la misa, por eso nos corrimos a esta parte”, explica uno de los voluntarios, parado junto a un colectivo de la Policía Federal. “Igual, a Francisco le hubiera gustado que diéramos los alimentos dentro de la Catedral”, agrega otra de las voluntarias.

Sobre el césped, niños y adultos se tiran con sus viandas y jugos. Los médicos de la Red caminan entre ellos, revisan medicaciones, toman la presión, preguntan nombres. Uno de las personas sin techo, un hombre de barba, cuenta lo que para él fue un momento muy emotivo: “En 2023, la Catedral nos abrió las puertas para bautizar a nuestros hijos. Entre nosotros, que no tenemos casa, elegimos a los padrinos y madrinas. Fue muy fuerte”.

Mientras tanto, en la otra punta de la Plaza, sobre la avenida Rivadavia, los preparativos para la misa avanzan: vallas blancas con banderas argentinas, estructuras con pantallas, centros de hidratación y las 300 sillas que estarán ocupadas este sábado por la mañana los invitados especiales de la ceremonia presidida por el arzobispo Jorge Ignacio García Cuerva.

Lejos de las carpas VIP armadas para la vicepresidenta Victoria Villarruel y su equipo —aisladas por personal de seguridad—, Mario, un hombre de 50 años, da el primer bocado del día, recién a la noche: guiso de lentejas con pan.

Su caso es testigo de los que siempre estuvieron en el centro de la mirada de Jorge Bergoglio. “Él proponía una Iglesia que se lastime por salir y que no enferme por quedarse. Que vuelva a los primeros símbolos del cristianismo, al barro, al cuerpo a cuerpo”, dice Lito Borello, del Movimiento de Misioneros de Francisco.

“En esta misa algunos símbolos van a cambiar: se va a dar al ras del piso y no en un lugar elevado. Va a haber sonido, gradas para que los viejos se puedan sentar. Después hay otras cosas que no podemos cambiar”, agrega Borello, también secretario de Derechos Humanos de la UTEP, el gremio de las organizaciones sociales peronistas que siempre estuvieron vinculadas al papa. Son las 23 y las carpas de los movimientos barriales ya están armadas frente al Cabildo. Acogerán a los fieles que estarán hasta el amanecer.

“Estamos transitando la pena, pero con la responsabilidad de seguir el legado de Francisco”, dice Borello. En una de las esquinas, Rodolfo Romero, de 47 años, recuerda su historia: empezó como cartonero en los años ‘90, cuando no había movimientos ni sindicatos para ellos. “Bergoglio y Grabois fueron clave en la creación del Movimiento de Trabajadores Excluidos. Francisco era un tipo muy sencillo, un poeta social, extremadamente solidario”.

A su lado, Gabriel Duna, de 59, cuenta que siempre trabajó en la informalidad, y que fue Francisco quien lo hizo volver a la Iglesia. “Desde que asumió en el Vaticano, me metí en los Misioneros de Francisco. Hoy siento que quedamos huérfanos… pero también estoy acá porque quiero seguir su legado. Todos queremos eso”.

Por su parte Mariela, una mujer que vino desde Moreno con su hijo adolescente, dice: “Cuando Francisco hablaba, sentía que le hablaba a gente como yo, a los que no la han pasado tan bien pero que tienen fe”.

A la medianoche, la vigilia seguía firme. La lluvia empezaba a caer, pero nadie se movía. Entre facturas y mates, la espera por la misa se hacía parte del homenaje al papa. Una batucada comienza a sonar sus tambores. Hace honor a uno de los pasacalles desplegados en las inmediaciones de la Catedral y la Plaza de Mayo, que recupera una de las frases más famosas de Francisco: “Hagan lío”.

MC

Los curas villeros de Argentina reivindican el legado del papa Francisco: “Hay que salir a los barrios”

Los curas villeros de Argentina reivindican el legado del papa Francisco: “Hay que salir a los barrios”

Los sacerdotes de áreas populares recuerdan ahora que el jesuita argentino Jorge Mario Bergoglio llevó ese trabajo con los humildes desde Buenos Aires al Vaticano al convertirse en papa.

Las mujeres de la villa más visitada por Francisco honran su legado: “Abrazó a nuestros hijos como si fueran suyos”

Los más humildes y olvidados, ese es el mundo que perdió a Francisco. Los “curas villeros” y “sacerdotes en opción por las y los pobres” de Argentina, que acompañan la realidad social a diario, recuerdan el legado que dejó Jorge Mario Bergoglio: que la construcción de la vida de la iglesia sea desde el mismo barrio.

El Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, que se desarrolló en Argentina a fines de los '60 y principios de los '70, y cuyos miembros sufrieron persecución durante la dictadura (1976-1983) fue la inspiración para que sus sobrevivientes y las nuevas generaciones de curas fundaran, ya en democracia, el “Grupo Nacional de Curas en opción por las y los pobres” y el “Equipo de sacerdotes y comunidades de barrios populares de Argentina” –comúnmente denominados curas villeros–. Con la llegada de Bergoglio al Arzobispado de Buenos Aires, en 1998, ambos grupos ganaron un gran impulso.

Bergoglio había acumulado experiencia en sus años como superior provincial de los jesuitas, en plena dictadura militar, y en su tarea como obispo auxiliar (1992-1998).

“Rotos por el consumo de paco”

Guillermo Schattenhofer, cura villero que nació en Buenos Aires y que desde hace seis años hace su labor pastoral en la comunidad Pichanal, provincia de Salta, (norte), recuerda a elDiario.es un momento clave, en 2008, cuando Bergoglio dio una misa de Jueves Santo en la villa 21-24 de Barracas. “Bergoglio lavó los pies de jóvenes con problemas de adicciones e invitó a los sacerdotes a replicar ese gesto. Su mensaje fue: ”hay que salir a los barrios, a estar en la periferia, hay que acompañar a los pibes y a las pibas que están rotos por el consumo de paco y otras sustancias“. 

Jorge Bergoglio, cuando era arzobispo de Buenos Aires, lava los pies de los chicos con problemas de adicciones en  la Villa 21-24.

Precisamente en la parroquia de Virgen de los Milagros de Caacupé estaba el Hogar de Cristo, el primer centro barrial para tratar la rehabilitación por adicciones, una tragedia social que hierve en los barrios populares. Hoy hay 300 hogares de Cristo en todo el país.

De acuerdo a un informe oficial difundido en marzo por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la tasa de pobreza se ubicó en el segundo semestre de 2024 en el 38,1 %, un número que retrocedió del salto que había dado en el primer semestre, cuando la tasa fue de 52,9%, efecto de las políticas de devaluación y recortes del gobierno de Javier Milei.

“Ser red de apoyo”

“En el actual contexto sociopolítico, de la pobreza que se está viviendo, de los discursos de violencia, de individualismo, del ´sálvese quien pueda´, de la denigración de todo lo que tenga que ver con los barrios populares, nuestra labor se hace más urgente, pero ya no solo en trabajar con los jóvenes que están en consumo, sino más en plantear una propuesta de cómo ser comunidad y red de apoyo en los barrios. Eso Francisco lo hizo a nivel mundial y su pérdida nos invita a seguir su camino”, sostiene el padre Schattenhofer.

Rodolfo Viano es padre del barrio La Teja, distrito de Pontevedra, en la provincia de Buenos Aires y miembro del grupo de Curas en opción por las y los pobres. Se considera heredero del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo que nació a fines de los años 60 y principios de los 70.

Con sus luces y sombras, la Iglesia atravesó los años de dictadura en Argentina. Así lo sostiene Viano a elDiario.es: “Ese compromiso político y social de iglesia en los 60 y 70, luego de que religiosos y religiosas fueron perseguidos por la dictadura, la misma iglesia fue transitando por el camino de ´no te metas´, del miedo”. 

Y también Bergoglio, como líder de los jesuitas, transitó por esos años un sendero con espinas. Bergoglio fue investigado por no haber ayudado presuntamente a los sacerdotes jesuitas Orlando Yorio y Francisco Jalics, detenidos por los militares en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), torturados y liberados a los seis meses. Los dos sacerdotes sirvieron a las órdenes de Bergoglio, y él declaró años después que se reunió, por separado y en dos oportunidades, con los dictadores Jorge Rafael Videla y Emilio Massera, para interceder por los curas. El húngaro Jalics, fallecido en 2021, afirmó en 2013 que se había reconciliado con Bergoglio.

En un diálogo con el periodista Nelson Castro, revelado tras la muerte de Francisco, Bergoglio sostuvo que nunca hizo psicoanálisis pero que sí consultó durante unos meses a una psiquiatra, cuando se desempeñaba como jefe de los jesuitas. “Eran tiempos difíciles porque estaba la dictadura, el problema de rescatar gente, la gente escondida... Había cosas que no sabía manejar bien y fui a ver a una psiquiatra y me ayudaba con explicaciones, consejos. Me ayudó muchísimo”, relató.

 El cura franciscano Viano señala el legado del Papa fallecido este lunes 21 de octubre, a los 88 años. “Como arzobispo de Buenos Aires, empezó a darle mucho valor a los curas que estaban trabajando en las villas de emergencia, hoy se utiliza la expresión barrios populares. Desde su cargo motivó a otros curas a que también se comprometieran con los barrios. Los hogares de Cristo datan del tiempo justamente de Bergoglio como arzobispo y es una obra decididamente empeñada en asistir y en recuperar a la juventud de las adicciones”.

La Basilica de San José de Flores donde Jorge Bergoglio, a los 17 años, decidió que quería ser cura.

Francisco “Paco” Olveira, sacerdote del grupo de Curas en opción por las y los pobres, señala a elDiario.es que está claro que el papa argentino puso a los pobres en el centro. “Habla de los empobrecidos como una categoría. Si hay empobrecidos, es porque hay quienes empobrecen. Hay oprimidos, porque hay quienes oprimen. Y Francisco dice que la esperanza de nuestro mundo, de nuestra sociedad, es cuando los pobres se juntan, se reúnen, y defienden sus derechos. Y les llama, nos llama, poetas sociales, porque en medio del dolor, se hace vida, se hace poesía”.

Olveira agradece en lo personal a Bergoglio por haber ido a trabajar al barrio de la Isla Maciel. “Antes de que fuera Francisco, él me dio una mano para llegar a ese barrio y fui muy feliz muchos años. Al poco tiempo de que él ya fuera investido papa, le mandé un mail agradeciéndole esa intermediación para que yo esté en la Isla Maciel. Y me respondió diciendo que le había dado una inmensa alegría mi mensaje, que siguiera dando testimonio del Evangelio con mi compromiso, que a veces me pasaba de corajudo, esos son sus palabras textuales, pero que eso también estaba muy bien”.

El padre Toto de Vedia, referente de los curas villeros

El padre Viano considera que el desafío de la iglesia en Argentina es no solamente asistencial, sino de un compromiso aún mayor. “Muchas veces nos quedamos cortos en plantear que la solidaridad simplemente es tender una mano al pobre. La solidaridad tiene que ser luchar decididamente por él”.

La continuidad de la propuesta de Francisco de darle centralidad a la justicia social también dependerá de la labor pastoral en los barrios populares, aquí, en Argentina y en otras parte del mundo.