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“La idea de la ‘vaca sagrada’ de la India es lo que quieren imponer con el petróleo en la Argentina”

“La idea de la ‘vaca sagrada’ de la India es lo que quieren imponer con el petróleo en la Argentina”

Gabriel Blanco, profesor de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional del Centro (UNICEN), fue Director Nacional de Cambio Climático en el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible durante el primer año de gobierno de Alberto Fernández, pero, a más de dos años de su salida, afirma estar “muchas veces en franco desacuerdo con la política energética y ambiental”. “Hablamos de soberanía energética porque tenemos el recurso, gas y petróleo, bajo nuestro suelo, pero no tenemos ni los capitales ni la tecnología para explotarlos. ¿De qué soberanía estamos hablando? ¿Firmar un contrato secreto con Chevron es soberanía? Y acá quiero ser muy claro: los grandes negocios de la energía atraviesan todas las grietas”, aseguró en diálogo con elDiarioAR sobre el sistema energético de Argentina. 

-¿Cómo describiría nuestro sistema de energía?

-Tenemos un sistema altamente centralizado, con socios claros, el poder político y las corporaciones del gas y del petróleo, que se benefician mutuamente. Es además, un sistema contaminante por donde se lo mire, con injusticias e inequidades en el acceso y en la distribución de la energía, que también son parte del problema. Tenemos un poder político montado sobre esa centralización del sistema energético que le permite tener un dominio sobre los distintos actores de la sociedad. Quien controla la energía controla lo que pasa en una sociedad. El poder político no quiere ceder ese control. Por eso se invierten 9 mil millones de dólares en una cuarta central nuclear cuando con ese dinero podría facilitar la creación de un sistema descentralizado, con más actores y cadenas de valor locales y regionales, que permita que cada comunidad en este país pueda generar su propia energía, o por lo menos una buena parte. Desde la centralidad, el poder político puede así decidir cuándo te da la energía y a qué precio.

-El relato nos dice que Vaca Muerta nos va a salvar…

-Es un falso discurso. León Gieco ya lo dijo: cinco siglos igual. Ya nos pasó con las minas de plata del Potosí, que después fue el oro de Famatina y después fue la madera del Gran Chaco, y después la soja, y ahora, el litio. Esperando falsamente que derramen, en forma de regalías, las migajas de esas explotaciones que las hacen otros llevándose el grueso de la riqueza… y ellos saben que es falso que Vaca Muerta vaya a ser diferente. Y la ecuación es muy sencilla: la plata se la lleva el que invierte, que podrá ser una compañía china, estadounidense o europea, no importa. Lo que le queda al país o a las provincias son regalías, un porcentaje menor que ni siquiera está muchas veces controlado. A estas dos cuestiones se le suman después todas las otras problemáticas socioambientales extendidas por todas partes, porque este sistema energético es concentrado y contaminante por donde lo quieras mirar. 

-La solución tampoco parece ser centrar todo en las energías renovables porque también generarían impactos socioambientales vinculados a la explotación de minerales, etc.…

-Es una nueva trampa discursiva: los materiales que vas a usar en la turbina eólica son igual, más o menos contaminantes que los materiales que vas a usar en el próximo gasoducto. Toda una serie de falsedades muy fáciles de hacer llegar a una población a la que no se le explica y por lo tanto está desinformada del tema porque el tema no está en la agenda. Entonces llegas con cualquier mensaje. 

-¿En el caso de la minería la falta de control es peor que en gas y petróleo?

-En el caso de la minería el control es muchísimo menor, o directamente nulo porque es mucho más difícil controlar. Lo que las empresas sacan en metal lo declaran ante las autoridades con declaraciones juradas. Entonces, la misma empresa le dice al Estado: “Hoy saque diez kilos de cobre y te pago las regalías correspondientes a esos diez kilos de cobre que declaró”. Nadie sabe jamás cuánto salió de verdad. Y lo mismo pasa ahora con el litio. Lo mismo pasaba con el cobre, la plata, el oro.  En el caso del petróleo y el gas, no es cierto que no se pueda controlar porque ahí sí que es bastante más sencillo hacerlo, con un simple medidor, por ejemplo. 

-¿Cuáles son las consecuencias ambientales de este sistema?

-Las consecuencias socioambientales son múltiples, dejame empezar por la contribución de toda esta explotación al calentamiento global y al cambio climático, que entre otras cosas nos está impactando en muchos frentes, la tremenda sequía que vivimos es uno de ellos, pero no el único. La proyección de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) por el consumo interno de gas y otros hidrocarburos en Argentina tiene una tendencia creciente hacia 2030. Esto incluye el consumo en tres grandes sectores: el residencial, el transporte y el industrial, incluyendo la generación de electricidad. Utilizando proyecciones oficiales de la producción de gas de Vaca Muerta, se pueden calcular las emisiones que se producirían por su uso, tanto dentro del territorio argentino, como por su uso en aquellos países a los que se exporte ese gas. Estas últimas emisiones, podrían duplicar las emisiones que se producirían por el uso dentro de nuestro territorio. Si se quiere atacar las emisiones de estos gases que contribuyen al cambio climático, debería revisarse la política de hidrocarburos. Pero no parece ser el caso, de un lado y otro de la grieta están dispuestos a seguir con los grandes negocios del gas y del petróleo sin importar nada más, ni el cambio climático ni ninguna otra cuestión. 

-El Gobierno sostiene que Argentina tiene el “derecho” de continuar explotando combustibles fósiles porque el país no ha contribuido con altas emisiones al calentamiento global, en comparación con países industrializados. ¿Qué opina sobre esto?

-Aquí también hay una cuestión engañosa. A nivel global, las emisiones que genera Argentina no son irrelevantes. Escuchamos que en círculos interesados se dice que Argentina no tiene relevancia en la contaminación global porque las emisiones que Argentina aporta al mundo representan menos del 1%. Entonces, ¿por qué nosotros nos vamos a preocupar por el calentamiento global? Pero esa afirmación es falsa porque esas emisiones menores al 1% nos ubica alrededor del puesto 22 a nivel global de emisión (va variando cada año). De 200 países, hay 180 o 178 que tienen menos emisiones que Argentina, y hay sólo alrededor de 21 que tienen más emisiones. Además, de esos 21 que tienen más emisiones, hay 15 países que tienen entre el 2% o 3% de participación en las emisiones globales, es decir, apenas un poco más que nosotros. Sólo cuatro o cinco países (China, Estados Unidos, Rusia, India y Brasil) realmente tienen números importantes por arriba del 5% y 10%. 

-Entonces no somos poco contaminantes como país…

-Esa mirada de que somos poco contaminantes es falsa, y más falsa aún cuando mirás las emisiones por persona, porque los chinos tienen muchas emisiones, porque son muchísimos más habitantes. Eso hace que cuando mirás las emisiones por persona, nuestras emisiones son más altas que las de los chinos y estamos al mismo nivel que muchos países europeos. Cuando vos estás en las negociaciones internacionales y la Argentina sale con este discurso, de que somos irrelevantes, los 180 países que están por debajo tuyo te miran como diciendo: “¿Vos me decís que eso es irrelevante?” Porque los que están por debajo, las islas del Pacífico, que se están hundiendo en el mar, y los países más pobres de África o América Latina, nos ven a nosotros arriba del ranking. Entonces la verdad es que es un discurso falto de ética y muy perverso. 

-¿El gas es un combustible de transición, como dice el Gobierno? 

-Ahí también hay una trampa. En nuestro equipo en la universidad, hacemos muchos trabajos generando escenarios hacia futuro sobre cómo este sistema energético podría transformarse en otro mejor, más diversificado, más descentralizado y menos contaminante. En cualquiera de los escenarios energéticos se necesita de gas y de petróleo, por lo menos, por 15 o 20 años más porque no hay manera de deshacer un sistema enorme montado alrededor del petróleo y del gas. Desde los autos que manejamos hasta el horno en nuestras casas. ¿Entonces, cómo desmantelar todo eso? La trampa está en decidir construir un nuevo gasoducto o una central para licuar el gas, sumar y sumar infraestructura para la nueva explotación de gas y petróleo. ¿Por qué? Porque entonces ahí ya no estás hablando de transición, porque toda esa infraestructura implica obras de más de 50 años de vida útil. El gasoducto que acaban de construir y de celebrar es un gasoducto que está planeado para usarlo durante 80 años, entonces ya me es difícil a mí aceptar que me están hablando de transición. Lo que están diciendo es que van a ir por todo, apuntando todos tus cañones a explotar el petróleo y el gas hasta llegar al límite. 

-¿Argentina terminará cediendo cuando se lo impongan las potencias?

-A veces pienso que las transformaciones van a venir impuestas desde afuera, pero tampoco está tan claro de que el mundo no vaya a querer más gas y petróleo. La Unión Europea acaba de catalogar al gas como combustible verde. Es una decisión horrible.

-¿Cómo debería hacer una transición energética justa? ¿Cuáles son las recomendaciones de ustedes en ese sentido?

-Hay dos conceptos claves para una transición del sistema energético. El primero es la diversificación. Empezar a usar otros recursos energéticos. Hoy nuestra matriz primaria es en un 86% dependiente de combustibles fósiles, gas y petróleo, básicamente, y además, muy poquito de carbón, un poco de nuclear y un poco de las grandes centrales hidroeléctricas. Todo eso representa el 95% de toda la energía primaria de Argentina. Nuestra vida depende de eso. Argentina no tiene el capital ni la tecnología para explotar el petróleo y gas que tiene en Vaca Muerta o en el Mar Argentino, y lo mismo sucede con las centrales nucleares y con las grandes centrales hidroeléctricas. Necesitamos golpear puertas a ver quién nos da la plata, quién nos da la tecnología, y dependemos 95% de eso. Entonces, primer concepto: la diversificación de la energía. 

El segundo concepto es la descentralización, para desmontar esta cuestión del gran negocio entre las grandes corporaciones y la política. Empezaría por emprendimientos locales, donde la producción de la tecnología pueda tener un gran componente local. Si la producción de energía se realizara a partir de pequeñas centrales ubicadas en un barrio, en tu casa, en una comunidad, en una pyme, en un comercio, con tecnologías y mano de obra local, entonces sí estaríamos hablando de soberanía energética.

Para pensar una transición energética en armonía con un desarrollo sostenible, lo primero que tenemos que preguntarnos es para qué queremos la energía. Porque si querés energía renovable para alimentar el shopping de Alto Palermo… y… no estamos entendiendo la cosa. La transición energética tiene que incluir repensar los patrones de producción y consumo. Esto aplica a la discusión del litio actualmente. 

-¿Cómo se aplica al litio?

-¿Para qué queremos el litio? ¿Vamos a cambiar los 15 millones de autos que hay en Argentina por 15 millones de autos eléctricos? O antes de cambiar de tecnología y pasarnos a los vehículos eléctricos, ¿no deberíamos repensar la forma en que nos trasladamos en las ciudades, por ejemplo? El gobierno argentino da beneficios impositivos a la producción de vehículos particulares para que lleguen más baratos a los consumidores. Lo que tendrías que hacer es ofrecer un servicio público de transporte de relevancia, como hicieron en algunos lugares donde yo viví alguna vez, donde el transporte público era gratuito. Hay otra pregunta que también es fundamental, y es cómo hacés las cosas. Si los biocombustibles van a ser fabricados a partir de la soja transgénica que nos llena de agroquímicos y avanza y desmonta el Gran Chaco, ¿no sé si tiene sentido el biocombustible si se va a producir de esa manera? Una vez más, creo que la transformación energética requiere repensar patrones de producción y consumo en general.

-¿Se pueden tomar decisiones en ese sentido siendo un país como Argentina en este contexto global?

-Es cierto que los condicionamientos externos son enormes, pero también es verdad que algunas decisiones sí se pueden tomar, independientemente de cómo funciona el mundo hoy y la presión internacional. Hay algunos pasos que sí se pueden dar  pero lo que uno ve con tristeza es que pasan los gobiernos y las décadas y no se da ningún paso en esa dirección. La posibilidad de empezar a producir energía más distribuida es una posibilidad concreta que Argentina podría hacer. Argentina gasta al año 15 mil millones de dólares subsidiando Vaca Muerta y todo el sistema energético en general. Redireccionando sólo una fracción de eso, podés poner en marcha cadenas de valor y nuevos emprendimientos donde puedan participar múltiples actores para empezar a producir energía diversificada y descentralizada. Fuimos hace muchos años a ver a un ministro con un plan para instalar sistemas descentralizados para calentar agua a nivel domiciliario. Qué ingenuos. La respuesta fue: “Ese no es mi negocio”. Esta frase creo que lo dice todo. El negocio era importar los barcos de gas licuado. 

-¿Ve un horizonte optimista, una salida que puedan o quieran encontrar quienes deben tomar estas decisiones?

-Si, yo veo un horizonte posible. Uno trata de entender la problemática para llegar al hueso, porque si no me parece que las soluciones siempre terminan siendo parches y más de lo mismo. Hace un rato hablábamos de la convivencia entre poder político y poder económico para el sistema energético. La primera barrera está ahí. ¿Cómo vas a esperar que la clase política cambie algo de lo cual se beneficia? Necesitas un líder, una lideresa diferente, y si es un movimiento horizontal mejor todavía, que empiece poniendo en discusión el sistema actual. La otra barrera somos nosotros mismos. Nuestro sentido de prosperidad está montado sobre un barril de petróleo. Nos corre petróleo por las venas a todos. La idea de la “vaca sagrada” de la India es lo que quieren imponer con el petróleo en la Argentina y lo están logrando. YPF es Messi, y por lo tanto no se discute. ¿Se dan cuenta de lo que les digo? Con ese discurso se llega al corazón de la gente, trasciende la coyuntura política. La comunicación es fundamental, es clave para empezar a poner en cuestionamiento de una manera inteligente. 

-¿Qué deberíamos hacer los comunicadores en ese sentido?

-Creo que hay que encontrar las puertas de entrada adecuadas para comunicar esta problemática. Si empezás hablando de las emisiones de gases de efecto invernadero a una gran parte de la población la dejaste afuera o porque no conoce el tema o porque lo ve lejano a los problemas de su vida diaria; entraste por una puerta equivocada. Yo tengo muchas reuniones con las agrupaciones ambientalistas para intercambiar información, incluso preparamos algunos informes para ellos. ¿Cómo le entrás a alguien, a una sociedad, que tiene petróleo en las venas? ¿Cómo le entrás a “YPF es Messi”? Tal vez a la gente, las cosas le entran por el corazón, no lo sé.

-Fue funcionario y asesora al Gobierno sobre cambio climático. ¿Qué le dicen los funcionarios?

-Fui parte de este gobierno en el primer año. Antes, había sido parte del Ministerio de Ambiente en el área de cambio climático durante cuatro años. Actualmente sigo colaborando con varios ministerios, a veces a través de canales más formales, otras, a través de conversaciones, reuniones. En 2021 me encargaron coordinar la elaboración de la estrategia de largo plazo que pide la Convención (Marco de la Naciones Unidas sobre Cambio Climático), en el que los países deben elaborar su mirada a 2050. Había que presentarlo en la COP de Glasgow. Cuando llegamos al final, la semana anterior a la COP, el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca armó una solicitada junto con la Sociedad Rural Argentina y otras organizaciones, algo nunca visto, diciendo que de ninguna manera iban a aceptar ese trabajo, donde se planteaba un nuevo modelo de producción agropecuaria, con menos emisiones y menos impactos socioambientales. Al mismo tiempo, la Secretaría de Energía sacó una resolución diciendo cuál era el plan de energía para el futuro, a 2030, que no coincidía obviamente con la estrategia nuestra de transformar el sistema energético hacia uno más diversificado y menos contaminante. El documento de la estrategia de largo plazo finalmente cayó, no se presentó en Glasgow. A pesar de esto sigo colaborando cada vez que me convocan, y yo encantado de hacerlo. Digo lo que tengo que decir: y muchas veces es que estoy en franco desacuerdo con la política energética y ambiental, pero agradezco la invitación para conversar.

-Sin importar la ideología o el gobierno, los ministerios o secretaría de Ambiente y Cambio Climático no parecen estar sentados en la mesa del Gabinete y el Presidente, actúan adaptándose a las imposiciones de sus pares en Economía, Industria, Agricultura. ¿Son funcionarios testimoniales?

-Las problemáticas socioambientales, incluido el cambio climático, no son parte de la agenda pública. Y esto no ocurre por casualidad. Los grupos de poder en los sectores de la energía y del agronegocio son muy fuertes y marcan la agenda. La lógica de la toma de decisiones pasa por otro lado, hay que tratar de entender esa lógica para ver si se puede tener algún tipo de influencia o cortar ese circuito en algún momento. No es fácil. Será cuestión, en algún momento, de empezar a generar espacios de representación política y salir al ruedo a disputar poder político, en el mejor de los sentidos y en el marco de la democracia. Se me ocurre pensar que hay mucha gente que está necesitando de esos nuevos espacios que propongan otras formas de desarrollarnos y crecer como sociedad y como país, donde cada comunidad pueda tener mayor poder de decisión sobre su destino, sobre lo que produce y lo que consume. Un desarrollo a escala humana, con más equidad y más armonía entre nosotros y con la naturaleza, porque somos lo mismo.

ED

Mientras continúa temblando, Sauzal Bonito espera que la Corte Suprema ordene frenar los efectos del fracking

Mientras continúa temblando, Sauzal Bonito espera que la Corte Suprema ordene frenar los efectos del fracking

“Buenas noches. Un fuerte sismo ha sido reportado hace minutos por las vecinas y vecinos de Sauzal Bonito (Neuquén)”, comienza el reporte del Observatorio de Sismicidad Inducida. El mensaje, que se comunica vía WhatsApp a periodistas de todo el país, llegó el martes último por la noche. Magnitud de 3,2 ml (Richter) y profundidad de 10 kilómetros, según el cálculo provisorio en base a los parámetros del Instituto Nacional de Previsión Sísmica (INPRES). 

“Los vecinos lo señalaron como ‘muy fuerte’, ‘como una doble explosión’ (con) movimiento de techo, ventanas, pisos, paredes". Fue al menos el séptimo sismo en lo que va de mayo. El jueves 25, volvió a temblar, acumulando ocho sismos en lo que va del mes y al menos 416 desde 2015.

Sauzal Bonito es un pueblo de unos 300 habitantes, ubicado a 48 kilómetros al suroeste de Añelo, la ciudad base de Vaca Muerta, y a unos 160 kilómetros de la ciudad de Neuquén y de su vecina Cipolletti, en Río Negro. Su caso se encuentra en la Corte Suprema de Justicia desde marzo de 2022, ante un amparo ambiental presentado por la Comunidad Mapuche Lof Wirkaleo de Sauzal Bonito, habitantes de Sauzal Bonito y la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) contra la provincia de Neuquén.

“Uno de los objetivos del amparo ambiental es que se realicen los estudios y evaluaciones de impacto ambiental que no se hicieron en la zona antes y durante el fracking”, explicó a elDiarioAR una de las abogadas del caso, Ángeles Acosta. “Le solicitamos a la Corte una audiencia pública para debatir el caso”, agregó. 

Los abogados y expertos como el geógrafo Javier Grosso, de la Universidad Nacional del Comahue, y quien investiga la sismicidad en la zona, no tienen dudas de que la sismicidad en la zona es inducida por el fracking, pero ni la provincia ni las empresas lo han admitido oficialmente, aseguran. Aún así, las autoridades de Neuquén han entregado siete casas antisísmicas en el pueblo -de las cuales sólo tres están terminadas al 100%- y prometieron otras 43 casas, dijeron voceros de la gobernación de Omar Gutiérrez a elDiarioAR. La información oficial no especifica que son construcciones antisísmicas, pero tampoco la provincia lo negó ante la consulta de este medio.

“Antes de la fractura hidráulica en Vaca Muerta, Sauzal Bonito y toda la región eran de sismicidad cero. La región se volvió sísmica, y eso está probado en el expediente, a partir de la explotación de fracking en la zona”, afirmó Federico Egea, colega de Acosta. “En el marco del amparo, también presentamos varios estudios que indican que la fractura genera sismicidad. De hecho, hay un paralelismo muy grande entre los lugares de fractura, los horarios de fractura y la inducción de sismos en distintos lugares aledaños”, agregó el abogado. 

“Las empresas y la provincia de Neuquén han planteado las hipótesis más descabelladas, por ejemplo, que la sismicidad inducida es producto de las represas, que están construidas desde los años 70; o que la sismicidad inducida es producto de una falla en la Cordillera de los Andes que tendría su origen en Chile. Lo cual también es falso. No solo porque toda la Patagonia está arriba de esa falla”, afirmó Egea.

El fracking o fractura hidráulica es la forma de extracción de gas y petróleo no convencionales en Vaca Muerta. Consiste en la inyección de millones de litros de agua, arena y aditivos químicos a alta presión en la roca del sedimento. Al inyectar estos materiales se generan nuevas fracturas en la roca y se amplían las ya existentes. 

La inyección de agua, arena y químicos a alta presión en la roca del sedimento está provocando que la tierra tiemble, aseguró a este medio el geógrafo Grosso, quien integra el Observatorio de Sismicidad Inducida junto a Guillermo Tamburini, investigador del Conicet.

“En agosto de 2022, la provincia firmó un acuerdo con las empresas petroleras que están trabajando en la zona de Vaca Muerta, en el que las obliga a generar informes respecto de la sismicidad, pero se impuso confidencialidad a esa información”, dijo Egea. “Planteamos también la inconstitucionalidad de ese acuerdo porque entendemos que es una afectación gravísima a la transparencia, sin que haya posibilidad de que las personas en general accedan a esa información y particularmente la gente de Sauzal Bonito, que sufre esta problemática de manera directa”, sostuvo el abogado.

“Cuando se empezó a producir la sismicidad, la primera respuesta de la provincia fue nula. La segunda respuesta fue reconstruir algunas casas que se habían rajado con niveles de deterioro muy grandes, producto de la sismicidad, y seguir sin hacer nada respecto al fenómeno generador. Frente a la movilización del pueblo y las actividades que fuimos desarrollando, generaron este acuerdo con las empresas pero sin ningún nivel de publicidad. Nos enteramos de su existencia indagando a través de distintos medios”, dijo Egea a elDiarioAR. 

“La estructura clientelar que tiene montado el gobierno de la provincia en el pueblo es muy grande, muchos de sus habitantes trabajan de alguna forma para el Estado. Lo corroboramos cuando fuimos para recabar testimonios y mucha gente decía que no podía salir de testigo porque perdía el trabajo”, aseguró el abogado. Egea afirma que la problemática no sólo afecta la infraestructura de las viviendas. “Las personas que trabajan en salud y conocen las problemáticas cardíacas que genera la sismicidad y las problemáticas de índole psicológica, nos planteaba esto también: si salen de testigos se quedan sin trabajo”.

“Lo que nosotros queremos es generar un esquema de producción que suponga quizás aumentar los costos de producción, pero reducir los costos ambientales. Esto se puede hacer reduciendo el número de fracturas”, explicó el abogado. 

“No hay reglamentación que indique cuántas facturas se pueden hacer sobre la roca, a qué profundidad, cuál es el volumen de inyección de agua que se puede hacer”, agregó Acosta.

El pueblo que tiembla “es la población más cercana a la zona fracturada, prácticamente fracturan debajo de sus casas porque realizan fracturación horizontal”, explicó Grosso. 

Las construcciones estaban hechas de adobe o material, ninguna estaba preparada para afrontar sismos porque la zona nunca había temblado antes de la llegada del fracking.

Sauzal Bonito no es el único que tiembla, de acuerdo con los abogados. “De manera directa o casi permanentemente, están afectados Añelo, Sauzal Bonito y El Chañar, pero tenemos registro de sismos que se han sentido hasta la ciudad de Cipolletti, que está a más de 200 kilómetros de Sauzal Bonito, con lo cual, la afectación es potencialmente para casi todo el valle”, afirmó Egea. 

El abogado también dijo que “en la zona en Sauzal Bonito hay represas -como Portezuelo Grande y Planicie Banderita-, que contienen embalses del río Neuquén y que no tienen construcción ni previsión antisísmica porque fueron construidas en los años 70, cuando esa zona estaba registrada por el propio INPRES como de no sismicidad. Si una actividad sísmica generara un debilitamiento de esas represas o una eventual ruptura, las consecuencias serían la terrible inundación que produciría particularmente en Cipolletti, que es la ciudad que más baja. Así que el riesgo es muy alto y es muy grande en extensión”. 

Nota: esta nota se actualizó a las 18.34 para sumar el sismo detectado el 25 de mayo.

ED

Relatos de ciencia micción

Relatos de ciencia micción

Hay una historia que siempre se contó en mi familia. En esa historia, yo soy muy chico y estoy jugando cerca de mi padre que lee -mi padre siempre estaba leyendo algo, sobre todo historietas, revistas- y a mí se me cae el casco de plástico y le pido a él que me lo ponga en la cabeza de nuevo. Siempre siguiendo el tono de voz con el que mi mamá contaba esta anécdota, mi papá agarra la pelela -porque lo hace mecánicamente, ya que no deja ni por un segundo de leer las revistas- y me la pone en la cabeza en lugar del casco. ¿Con pis o sin pis? Eso va a ir variando a lo largo de los años cada vez que se cuente esto. 

Mi papá era un meón. Un tipo territorial. Mi mamá contaba también que, una noche, llegó medio borracho de una salida nocturna y, en vez de ir al baño a mear -que estaba al lado del dormitorio de mis viejos- se paró y empezó a orinar sobre el ropero. Hasta sus último días lo acompañaba una pelela que usaba para no tener que ir al baño. No sé si mi viejo sufría de algo que yo padezco, que es lo que los médicos me dijeron, después de hacerme un estudio largo y molesto (tomar agua, llevar un diario de la cantidad que tomaba, anotarlo, medir la cantidad de orina, tacto prostático, etcétera) que se llama vejiga emotiva, es decir que si estoy bajo algún tipo de estrés puedo empezar a orinar mucho. 

Que cierta melancolía o tristeza afecten a la vejiga -el nombre científico de la vejiga emotiva o sentimental es vejiga neurogénica- es particular. Los animales mean para marcar territorio. Pocas veces la gente mea en los poemas. Philip Larkin, un poeta inglés misántropo, solterón y de opiniones contundentes, escribió al menos dos en los que los personajes que caminan por el poema hacen pis. En uno llamado “Pasos tristes”, dice: “Vuelvo a la cama, a tientas, después de mear,/ abro gruesas cortinas y me asustan/ las nubes rápidas, la limpieza de la luna”. 

El reloj de la vejiga marca el final del sueño y uno camina por la casa a oscuras hacia el baño. La noche de Larkin es metafísica y en la luz lunar, en el cielo límpido, él ve una fuerza que asocia con la juventud perdida, “el recordatorio del dolor y la fuerza/ de ser joven que no puede volver/aunque siga intacto para otros en algún lugar”. En otro poema, “Los jugadores de cartas”, describe una viñeta de unos amigos que juegan a los naipes en medio de una furiosa noche de tormenta y uno de ellos, Jan van Hogsper , “se tambalea hasta la puerta y mea en la tiniebla”. En este poema, el acto de mear es de libertad, de disfrute, casi dionisíaco. 

Roberta Inannamico también hace pis en un poema largo, “Dantesco”, donde la protagonista se despide de su amiga Patricia y tiene que caminar un largo trecho hasta llegar hasta su casa, mientras cruza el bosque, observa el ruido de los pájaros y de los árboles y en un momento solitario, en una plataforma de piedras “mi imaginé un lugar/ para oficiar ceremonias/ ahí hice pis/di media vuelta y pasé otro alambrado/el sol justo se ponía/y yo entraba en mi aldea”. 

Vinciane Despret en su libro ¿Qué dirían los animales si les hiciéramos las preguntas correctas? tiene un capítulo titulado “¿Es de buenos modales orinar frente a los animales?” Despret narra cómo ciertos investigadores que estudiaban a los babuinos buscaban la manera de volverse invisibles para poder captarlos en su singularidad. Así se da el caso de Shirley Strum, quien -en su libro Casi humanos- cuenta que uno de los problemas con los que se enfrentó, durante los inicios de su trabajo de campo con los babuinos, fue lo que podía o no hacer con su cuerpo en presencia de los animales. El problema se daba -escribe Despret- cuando se trataba de una necesidad imperiosa de orinar. La investigadora se podía ausentar para orinar detrás de su camioneta, que estaba estacionada muy lejos, pero siempre con el temor de que justo en ese momento en que se alejaba podría suceder algo interesante y muy raro entre los animales y ella no pudiera captarlo, justamente, por estar haciendo pis. Así que la investigadora decidió hacerlo en presencia de ellos, desnudándose cuidadosamente. Los babuinos quedaron atónitos. “De hecho nunca la habían visto comer ni beber, ni dormir”. Despret dice que el éxito que tuvo Strum en su estudio fue porque los babuinos descubrieron que ella tenía un cuerpo. 

Muchas veces, cuando estudio un poema, me hago la misma pregunta que se hacen los investigadores que analizan las costumbres de los animales. ¿Cómo me vuelvo invisible para que el poema se muestre en toda su potencia y singularidad? ¿Cómo hago para no aplicarle la sombra que le imprimimos a todo lo que intentamos conocer? Creo que es una empresa en la que vamos a ser derrotados, pero lo más cerca que podemos estar de ese lugar neutral es la suspensión del gusto: trabajar un poema sin dejarse condicionar porque el tema del poema nos parezca convincente y coincida con nuestra manera de ver el mundo. Buscar la operación mental del poeta y no tanto el contenido ni la ideología del poema. 

Esta semana, Luis Chávez, un amigo y poeta que vive en Costa Rica, escribió en un grupo de wasap que tenemos preguntando si recordábamos un poema de Jorge Aulicino del que él no tenía el título ni sabía en qué libro estaba. Sólo, decía, que era sobre unos motociclistas y que, en el final del poema, alguien decía esta frase: “De lo que no podemos hablar, no hablamos”. “¿Existe este poema?”, preguntaba Cháves. “O los soñé , lo inventé”. Cuando uno lee o escucha un poema, después ese poema se bambolea en nuestra mente como un equipaje en un micro, y lo modificamos de acuerdo a nuestra subjetividad, lo hacemos propio. ¿Por qué estaría Cháves pensando en ese poema? ¿Qué cosa de su vida cotidiana le hizo recordar a esos motociclistas? Pedro Mairal dio con el poema y lo subió al wasap.

Qué regalo hermoso en medio de una noche de luna cálida, poder leer un poema de Jorge Aulicino. El poema está en un libro que se llama La línea del Coyote. Y tratando de volverme invisible, es un poema donde un narrador ve en una pareja de motociclistas que paran en un recreo –o un camping- todo lo que ellos –conjetura el observador del poema- no vieron. Puede ser un poema sobre la juventud perdida, el deseo dionisíaco de viajar, puede ser un poema sobre el mal. Como es un gran poema, soporta múltiples lecturas. Ahí va: “Aquellos que se acariciaban bruscamente/ sobre la mesa del recreo junto al río./ Habían llegado en un una vieja moto, era fácil confundirlos con el mal./ Pero no eran el mal por lo que aparentaban/ con las camperas raídas y el amor a la nafta/ en combustión y a los ruidos profundos de la máquina./ Si atravesaron la provincia en moto, cualquiera hubiese apostado/ que no se habían extasiado/ni intentado hacerlo con el vuelo de las garzas/ a las orillas de la ruta,/ni con la vida del pantano,/ ni con el movimiento del pasto bajo el viento./ Del mismo modo, tampoco los arroyos químicos/ los inquietaron o modificaron,/ ni la basura en el bosque, ni los neumáticos junto a los arroyos./ Esos ángeles insensibles partieron la naturaleza/ por el asfalto. Fueron perfectamente equilibrados/ sustentándose en su propia velocidad/ y en la vida de sus cuerpos. /Y con lo que no habla no hablaron”. 

FC

Katja Alemann, Rosario Bléfari, Mac Demarco y Anne Fadimann

Katja Alemann, Rosario Bléfari, Mac Demarco y Anne Fadimann

Algo Prestado es un podcast de elDiarioAR realizado por Tamara Tenenbaum, junto a un invitado cada semana. Está alojado en Spotify, plataforma líder para la publicación de podcast, y también en otras aplicaciones de streaming.

TT

Jogo bonito, en este Brasileirão hasta el verdugo del PT patea para Lula

Jogo bonito, en este Brasileirão hasta el verdugo del PT patea para Lula

Si la Legislatura federal 2023 fuera el Brasileirão, Lula viene empatando 1 a 1. Esta semana ganó un partido muy importante, antes perdió otro menos importante. Y todavía antes, había ganado o empatado (con goles) todos los amistosos. Porque el primer trimestre de gobierno del PT fueron votadas leyes pendientes y urgentes que debían corregir la última legislación dejada en herencia por la administración anterior. Eran leyes que se habrían votado, con las modificaciones ideológicas correspondientes, aun si hubiera ganado Bolsonaro el balotaje del último domingo de octubre. El plan social Auxilio Brasil se habría seguido llamando así en vez de retornar a su prístino nombre de bautismo Bolsa Família, pero de todos modos se habrían votado con urgencia los fondos necesarios para que pudiera pagarse sin discontinuidades. Ni Diputados ni senadores querían ver a sus electorados sufrir el hiato en las transferencias directas del Tesoro. Y, más aún, se aumentó el monto, como habían prometido Lula y Bolsonaro en sus campañas.  

En la cancha  

Sólo ahora empieza de verdad la competencia. Cuando el Ejecutivo presenta proyectos de ley que enfrentan al Gobierno con la mayoría de derecha del Congreso federal. Estas primeras votaciones no tienen un resultado cantado, o no son victorias o empates donde todo el suspenso está en el número de goles, en la cantidad de consensos y concesiones que se acuerden en el texto final. La posibilidad de la derrota es genuina. Por lo tanto, también las victorias lo son, porque hay ganadores y perdedores. Esta semana Lula tuvo su primera gran victoria. Fue aprobado su propio ‘techo de gastos públicos’, su esquema marco (arcabouco, palabra old fashioned, en portugués) de responsabilidad fiscal. Este nuevo encuadramiento orientador sustituye a la ley votada durante la administración Michel Temer, el ex vice que en 2016 llegó a presidente. Es una ley más generosa para la capacidad de gastar del Gobierno. La primera razón para esto se ha atribuido, en las interpretaciones automáticas –no sólo adversarias- a la función y beneficio que las centro-izquierdas atribuirían, no menos automáticamente, al gasto del Estado como acicate y líder del crecimiento económico nacional. En todo caso, Lula se ha pronunciado varias veces, en esta su tercera presidencia, a veces contrariando a sectores del gobierno a quienes disgusta oír al Presidente improvisando y alzando temperamental la voz, contra los beneficios que, a contrario, se atribuyen connaturales a la austeridad y a las tasas altas como infalible antipirético inflacionario y doma virtuosa de finanzas o moneda encabritadas.

Hay un motivo más obvio de la diferencia entre la nueva ley sustituta de Lula y la antigua ley sustituida de Temer. Y es que Temer fijó, con mucho rigor, el techo de gastos del próximo gobierno, no del propio. Durante cuatro años, Bolsonaro luchó a la vez por lucir como creyente y practicante de estricta observancia de la dieta Temer y por escabullirse de ella con disimulo o elegancia o gracioso desparpajo. La ley actual es la que un gobierno se fija a sí mismo, a futuro, para los cuatro años de mandato. Es por fuerza menos edificante, y más realista, sin que esto signifique que el proyecto del ministro Fernando Haddad incurriera en laxitudes y vaguedades elusivas, porque no las había. Sí le faltaban a la versión original castigos al Gobierno en caso de incumplir, pero fueron incluidas en la versión final.  

¿Cuántos votos tiene Lula? 

La victoria de la Ley Marco Fiscal en la Cámara de Diputados sea acaso menos importante como signo de la buena fortuna y el medido tacto legislativo del Gobierno en la redacción elegida y las prioridades asignadas que como primera imagen de contornos reconocibles del poder de Lula en el Congreso. Como primera ‘hora de la verdad’. Porque en las elecciones generales del primer domingo de octubre, la derecha había hecho las mejores elecciones legislativas y estaduales de su historia. La consecuencia de esta situación de desventaja llevó a Lula a buscar alianzas con el Centrón, e incluso con partidos, líderes y corrientes a la derecha de la centro-derecha que por default compone un Centrón que no es políticamente centrista, sino que recibe ese nombre por ocupar todo el centro completo –es decir, la mayoría- de la Cámara de Diputados. Las promesas de alianza y apoyo legislativo se cobraron de antemano con carteras en el Gabinete y Ministerios completos en Brasilia.

En paralelo, el 2 de octubre trajo otra novedad, no menos radical, no menos gravosa para el Presidente. No sólo el PT y la coalición electoral presidencial contaban, en contrapartida, con la minoría más exigua en la misma historia de la democracia brasileña. También era diferente la composición del núcleo de la bancada oficialista al de todos los anteriores mandatos de Lula y de Dilma. Por primera vez, no tiene oposición a la izquierda. Todos los partidos a la izquierda del PT integraron el frente anti-Bolsonaro. Por primera vez también, los representantes electos del PT en Diputados representan a las alas más a la izquierda al interior del Partido.  

Cuando los otros juegan bien para nosotros 

El martes a última hora de la noche, el nuevo techo de gastos fue votado con 372 votos a favor, 108 en contra, y una sola abstención. Bien por encima de los 257 necesarios. Pero se ganó con el apoyo de los opositores y la traición o  de las bases.

La Ley marco busca acordar el gasto total a la recaudación impositiva total. Propone una política anti-cíclica, que coarta la tentación de gastar de más en caso de expansión económica y de gastar de menos en caso de recesión: Fija un techo y un piso.

Partidos aliados y con carteras en el Gabinete, como el Partido Socialismo y Libertad (PSOL) y . Red de Sostenibilidad (REDE) votaron en contra. La bancada del PT votó entera a favor, después de la presión de Lula para evitar dentro del Partido las traiciones que había sufrido dentro de la coalición. Un grupo de 22 diputados petistas, sin embargo, publicó un documento con sus críticas al texto que finalmente votaron.

El Partido Liberal (PL) del ex-presidente Bolsonaro liberó el voto de sus diputados. Tres decenas, un poco menos del 30% de esta bancada derechista, votó a favor del proyecto petista. El presidente de la Cámara, Arthur Lira, del centro-derechista partido Progresistas (PP) demostró una vez más, pero ahora en una jornada decisiva, su alta capacidad de victoria. Alineó el voto de otros partidos que componen la mayoría del mayoritario, como Republicanos e União Brasil. Lula y el PT habían prestado su apoyo, disciplinado sin que pueda llamarse determinante, a la candidatura de Lira para retener la presidencia de la Cámara baja en la actual Legislatura. Lira fue el primer congresista en reconocer la victoria de Lula en el balotaje. Hasta el 30 de octubre por la noche, Lira había hecho campaña por la reelección del candidato derechista, cuya política había acompañado en el Congreso.

La más gráfica imagen del presidente de la Cámara baja es la de ser el diputado que tiene la lapicera de firmar impeachments. A él toca decidir cuándo dar curso a un proceso de destitución presidencial. Era el cargo de Eduardo Cunha, que inició su carrera política en el mismo partido que Lira, y que promovió el juicio político de Dilma Rousseff en 2016. En el Congreso, la oposición hoy tiene votos parar iniciar un proceso destituyente a la mañana del día que lo decida y votar la exoneración por la tarde de ese día. La primera victoria legislativa de Lula habría sido imposible sin la cooperación de su suspenso verdugo. Sin embargo, no hay por qué pensar que el Gobierno vaya a perder el