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“Nunca vi tantos changos hasta la mitad”: el desplome del consumo no repunta ni con jornadas de descuentos

“Nunca vi tantos changos hasta la mitad”: el desplome del consumo no repunta ni con jornadas de descuentos

Las ventas en grandes supermercados y autoservicios, medidas en unidades, cayeron 20,4% en octubre respecto al mismo mes del 2023. Estrategias para ahorrar y productos que se volvieron lujos. Relatos de una semana de promociones en los mayoristas.

Es miércoles al mediodía en un supermercado mayorista del conurbano bonaerense. Es jueves a la tarde en otro de capital. La escena se repite: unas pocas personas dan vueltas por esas grandes superficies llenas de góndolas y ofertas “con la compra de tres productos o más”. Miran los carteles amarillos –las verdaderas ofertas-, comparan precios en sus celulares, discuten si sumar a la compra adornos para el arbolito navideño. Es el Black Week Nacional  –una semana de promociones que los mayoristas organizaron para repuntar sus ventas y liquidar su stock en todo el país–, pero los locales no explotan de gente: no hay plata. 

“Vengo dos veces por semana, porque no me alcanza la plata”, cuenta a elDiarioAR Homero, un jubilado que mantiene a sus tres hijos de más de 45 años. “Voy llenando el chango y haciendo la cuenta. Cuando alguno en la familia consigue algo de plata vuelvo por lo que falta”. Homero está en la góndola de enlatados, pero a los atunes solo los mira, porque “están muy caros”. Su chango tiene básicos: arroz, fideos, papel higiénico, lavandina y un gustito: mayonesa. “El fin de semana vienen mis hijos y me desvalijan la casa”, sonríe por única vez en la conversación.

“Vengo dos veces por semana, porque no me alcanza la plata”, cuenta Homero, un jubilado que mantiene a sus tres hijos mayores.

Carretas y carritos

Hay un gran debate sobre la recuperación de la economía. Quienes dicen que “pegó la vuelta” se aferran a los incrementos intermensuales de la actividad y ventas, que siguen dando a la baja de hasta dos dígitos interanuales, e incluso de algunos indicadores que tienen más que ver con lujos, como las ventas récord de autos nuevos y usados para octubre. Sin embargo, la luz al final del túnel no se ve en supermercados y mayoristas. 

Osvaldo del Río, director de la consultora Scentia y referente de los indicadores de consumo masivo, es determinante: “Desde hace diez años hago este indicador y nunca lo vi tan deprimido”. En su último reporte indica que el consumo en grandes supermercados y autoservicios sigue desplomado. Cayó 20,4% en octubre respecto al mismo mes del 2023, y siguió estancado y casi sin variación con respecto a septiembre. “Para los mayoristas el impacto es doble: por el cliente final y por la caída en los comercios de barrio, que tampoco están vendiendo y se abastecen ahí”, asegura en diálogo con elDiarioAR, y adelanta que septiembre “fue uno de los peores meses del canal, con 26% de caída (en volumen) contra el 2023 y un 11,9% acumulado anual”. 

Marcos, que trabaja hace once años en el mayorista Makro de Villa Maipú, nota la merma en un detalle: “Fijate que ya nadie agarra carretas, ahora vas a ver puro changuito”.

Marcos, que trabaja hace once años en el mayorista Makro de Villa Maipú, nota la merma en un detalle: “Fijate que ya nadie agarra carretas, ahora vas a ver puro changuito”. Las carretas, que no tienen cerramiento y sirven para trasladar mayor cantidad de carga, están acumuladas en la puerta del local, al lado de los carteles con ofertas: queso cremoso a $5.499 el kilo, 4 rollos de papel higiénico de hoja simple a $1.125, 4 litros de lavandina de primera marca $4.354,99 el kilo, 1,5 litros de aceite de girasol $3.350 llevando dos botellas o más. 

Ofertas que Silvia, que es feriante en la localidad de San Martín, conoce de memoria: “Venimos buscando precios desde Hurlingham. Ahí conseguí papeles descartables a $2.500 y acá los vi a $5.000, pero también me compré dos cepillos de dientes a $1.600 y acá los veo a $1.200”. “Él –dice señalando a su marido que busca algo en la góndola de limpieza–me retó porque cómo no me di cuenta. Pero le decía que no todas las promociones están en la página. Me quise matar cuando los vi a $1.200”. Su estrategia es diversificar: compara las ofertas que le llegan por Whatsapp en las listas de difusión, compra la carne en un supermercado, las cosas de perfumería en una cadena que no es mayorista pero tiene todo más barato. “Y así. Lo que ya no hago es eso de la compra del mes. Venimos todas las semanas porque ya no nos alcanza para abastecernos tanto. Eso del stock era para momentos de bonanza: ahora vendo y repongo, vendo y repongo”, apunta.

El termómetro de humor social 

“La verdad está ahí”, insiste Marcos señalando un cartel que dice CARNES, al lado de una foto de una suprema, un vacío, dos bifes: “Si no se vende carne no se vende nada”. Ya cerca de la góndola, Emiliano y Matías, del sector carnicería, le cuentan a este diario las estrategias que toman para vender más y cobrar un bono por productividad de alrededor de $300.000 que, como depende de las ventas, no cobran desde agosto: “Ponemos menos producto para que la gente no se asuste”, dice mostrando una bandeja con dos bifes angostos que pesan menos de medio kilo a $3.486, “y por supuesto no cortamos tanto, para que no se heche a perder. Esta heladera estaba siempre llena cuando yo entré, pero ahora nos quedamos con la mitad todos los días si llegamos a desguazar la misma cantidad de res que en cualquier noviembre desde que empecé a trabajar acá”.

“Ponemos menos producto para que la gente no se asuste”, dice el carnicero.

Los números de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados (CICCRA) lo corroboran. En 2024, el consumo de carne vacuna en el país cayó drásticamente, marcando el nivel más bajo en 28 años.Entre enero y octubre, el consumo per cápita de carne vacuna se desplomó un 11,2% en comparación con 2023, alcanzando apenas 47,2 kilos por persona al año. Es una cifra muy baja para el país del asado, la tendencia no refleja signos de mejora a corto plazo.

Pero la carne no es el único producto que se vio resentido: “Los que más afectaron la caída del consumo en mayoristas son los prescindibles de consumo personal, o sea cosmética, gaseosas, y profilácticos. Aunque te parezca mentira, es siempre una de las categorías más castigadas”,  explica Armando Farina, vicepresidente de la Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas (Cadam).

El consumo roto

Al Black Week Nacional que organizó Cadam se adhirieron 150 locales de todo el país que pusieron ofertas de acuerdo a la estrategia comercial que les conviniera. Tenía como objetivo traccionar al consumidor final a las tiendas dada la coyuntura. “El país viene con el consumo roto”, explican a este diario desde una de las firmas participantes.

Al Black Week Nacional que organizó Cadam se adhirieron 150 locales de todo el país que pusieron ofertas de acuerdo a la estrategia comercial que les conviniera.

Ya con la semana cerrada, el vicepresidente de Cadam y dueño de un mayorista en Merlo, confiesa que “hubo más o menos un 30% más de circulación en los salones, pero las ventas no acompañaron lo que nosotros esperábamos”. Y celebra que hubo una recuperación con respecto de lo que venía pasando en noviembre, pero todavía debajo de las ventas de octubre. “No sabemos si es por un tema de temporada, si es por el fin de ciclo del invierno y comienzo del verano o es un tema de poder adquisitivo, pero eso es lo que está ocurriendo con el consumo”. 

Es miércoles por la mañana. Es jueves por la tarde. Las personas buscan “los carteles amarillos, que son los que tienen las ofertas”, buscan precios entre las góndolas. Marcos sugiere otro detalle en el paisaje: “Hace once años que trabajo acá y nunca vi tantos changos hasta la mitad. Fijate que no ves más todo lleno, fijate que son puro papel higiénico y básicos”.

NR/DTC

Bluesky, el éxodo tuitero y el sueño de un nuevo contrato de interacción

Bluesky, el éxodo tuitero y el sueño de un nuevo contrato de interacción

Existe un público que ya no se siente cómodo con la propuesta de Twitter y con muchas de las personalidades que lo colonizaron. Hay una demanda de saneamiento de la discusión y eso es parte de lo que promete la nueva plataforma. ¿Será posible?

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Esta semana muchos usuarios de Twitter/X se fueron a probar suerte a la más reciente plataforma de microblogging Bluesky. Cansados del clima tóxico, los trolls con cuenta verificada, las publicaciones incesantes de Elon Musk y la publicidad invasiva, los que crecieron en estos años de sociabilidad digital con el pajarito azul como su red de cabecera decidieron probar algo nuevo, un entorno de interacción sin el aire viciado de la conversación tuitera. Un cielo azul (¿de ahí vendrá el nombre? Le queda bien).

Siento como que me mudé de barrio! 😂 Conociendo a mis nuevos vecinos...

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— Lau (@ldelau.bsky.social) 18 de noviembre de 2024, 18:42

Habrá que ver si Bluesky prospera o si está condenada a seguir los pasos de Threads, el intento fallido de Mark Zuckerberg por captar a los desilusionados del rebranding que Musk llevó a cabo en Twitter el año pasado. Pero es indudable que hay un público que ya no se siente del todo cómodo con la propuesta de interacción de Twitter así como con muchas de las personalidades e influencers que esta ha producido, y que hay una demanda de saneamiento de la discusión. Un deseo de volver a tiempos mejores, un Make Twitter Great Again que se hizo ver en chistes y referencias nostálgicas de usuarios a la primera versión de su plataforma predilecta, como el “Follow Friday” (recomendaciones de a quién seguir, cada viernes) o viejos debates que fueron muy virales en la red, como de qué color es el vestido, cuál es el punto de la carne y otros por el estilo. Empezar de cero en otro lugar pero llevando una historia y un lenguaje en común. Migraciones.

Bluesky viene con un montón de “promesas”. Por ser una red descentralizada y de código abierto, se supone que otorga a los individuos la posibilidad de crear sus propios entornos sin estar sometidos a las decisiones de la compañía, como viene ocurriendo con Twitter y los cambios que introdujo Musk desde su compra: a saber, menos regulaciones de contenido, prioridad de alcance y posicionamiento para cuentas pagas y, más recientemente, la habilitación a cuentas bloqueadas para seguir viendo las publicaciones de aquellos que las han bloqueado. Este último cambio dejó casi sin efecto al “bloqueo masivo de trolls”, una iniciativa de marzo y abril de este año para limitar el acceso al contenido de usuarios críticos del gobierno por parte de las cuentas libertarias que se dedican a hostigarlos.

De ahí la segunda gran promesa de la nueva plataforma: entorno libre de trolls. Si bien nada impide a ningún usuario de Twitter crearse su cuenta en Bluesky con la idea de replicar allí la misma actividad, esta red permite, no solamente el bloqueo a la vieja usanza, sino también la creación de listas de bloqueo automático. Tal es el caso de la lista “Opa”, generada por el usuario “Clonan El Vándalo”, donde se incluyeron los perfiles de muchos reconocidos tuiteros de La Libertad Avanza que ingresaron en Bluesky con la intención declarada de pronunciar allí su “batalla cultural”. La lista es actualizada por los usuarios de manera colaborativa y constante, y el bloqueo de las nuevas cuentas que se van incluyendo allí es automático para todos sus suscriptores.

Debido al éxito de esta movida, reitero la mecánica. 1 Entren a la lista. 2 suscribanse 3 seleccionen "bloquear a todos" 4 todo opa que detecten, me mandan enlace de su cuenta por mensaje directo y listo el pollo. Seran automáticamente bloqueados para todos los suscriptores. bsky.app/profile/did:...

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— Clonan El Vándalo (@elbotdeclonan.bsky.social) 19 de noviembre de 2024, 20:57

Sin ir más lejos, Daniel Parisini –conocido por su seudónimo tuitero “Gordo Dan”– llamó a “llenar esta red social con la verdad absoluta” y a que “los kukas no tengan paz”, como trascendió en la captura de una de sus publicaciones en la nueva red. Esto ocurre a pocos días del acto cuasifascista de su agrupación Las Fuerzas del Cielo, en San Miguel, donde Parisini se refirió al espacio como “el brazo armado de La Libertad Avanza”. Esta definición, que causó alarma en la opinión pública, sigue la lógica del llamado “bait” (“carnada”): decir algo provocador para atraer la atención y la interacción, imponer un tema y dominar la conversación, otra de las dinámicas tuiteras que han agotado a tantos usuarios que hace tiempo quieren una renovación y un saneamiento del debate en las redes sociales.

Son tan boludos que van a terminar haciendo crecer esta red social por venir a trollear nomás.

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— Mauro (@maurofdz.bsky.social) 20 de noviembre de 2024, 13:29

Los cibermilitantes libertarios han logrando instrumental políticamente el comportamiento troll y la hostilidad online, que a menudo trascienden las barreras del mundo digital, con tácticas que van desde las bromas pesadas (como mandarle delivery a las personas en sus casas) a aprietes cuasi-mafiosos, amenazas de violación o de muerte. Verdaderos maestros del doxeo (publicar información privada de una persona), estos muchachos, que venían perfeccionando la técnica, pueden llevarla a otro nivel ahora que su líder Santiago Caputo maneja los servicios de inteligencia del Estado, lo cual suscita preocupación entre todos los que se perciben como posibles targets de sus operaciones.

Quizás por eso es que usuarios de La Libertad Avanza expresaron su descontento con el éxodo tuitero e intentaron disuadir con argumentos un tanto retorcidos, que recuerdan a los de un novio abusador. “No te das idea del error grave que están cometiendo al dejar el debate y aislarse entre ustedes. Es lo que le pasó a los macristas en el 19”, expresó en Twitter un usuario con el seudónimo “PALACIO LIBERTAD” al confirmarse bloqueado por usuarios opositores en Bluesky. “Es la misma dinámica que cuando dejás a un tóxico”, opinó la usuaria “mesita” en la otra red, compartiendo una captura del tweet anterior. Una vez más, el clivaje y los imaginarios de género ordenan buena parte de la antinomia política, al menos en el nivel de las bases de apoyo del mileísmo/antimileísmo.

Lo que les dolió. Realmente es la misma dinámica que cuando dejas al tóxico y se vuelve loco porque el te quería tratar para la mierda, pero tampoco para que te vayas! Che! Que quilombera sos, demasiado sensible, afloja el drama. *Lo ignora* Vení te dije puta de mierda mira lo q me haces hacer

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— mesita 🇦🇷 (@mesa-ratona.bsky.social) 21 de noviembre de 2024, 9:29

Esto no pasa solamente en Argentina. Entre usuarios norteamericanos también se empieza a ver la polémica alrededor de los que abandonan X y sus dolidos enemigos que los lloran. En una publicación, el Joker de la serie animada de los ‘90 de Batman, se lamenta porque “sin los woke no hay gracia en ser facho” (“without woke, bigotry has no punchline” en el inglés original, que es una adaptación de la frase “sin Batman, el crimen no tiene chiste” con la cual su archienemigo lamentó su supuesta muerte en un episodio).

Al igual que con el bloqueo masivo de trolls, el descontento libertario puso en tela de juicio la consigna “me chupa la pija la opinión de los kukas”, devenida en el extraño canto polirítmico con el que el Gordo Dan arenga en sus actos. De hecho, el afán por ir a buscar a los “kukas” a la red social que vayan, demuestra cuánto les importa y necesitan de su opinión.

libertarios: ME CHUPA LA PI-JA LA OPINIÓN DE LOS KUKAS also libertarios: noooo no se vayan de twitter no, quédense a dar el debate 🥺🥺

— P (@cidealm.bsky.social) 21 de noviembre de 2024, 18:04

Pero sería incompleto adjudicar el comportamiento troll solamente a los libertarios, como también lo sería culpar a Elon Musk exclusivamente por todos los males en las redes sociales. En ese sentido, usuarios que celebraron la nueva herramienta comunicacional de Bluesky recordaron que no se trata solamente de mantener a raya a los seguidores de Javier Milei y ultraderechistas, sino también a hostigadores biempensantes que acercan sus opiniones no solicitadas sobre los más diversos temas. “Twitter no es un lugar propicio para que se reproduzcan únicamente nenazos y naxis (nazis)” comentó “Danihila”. “También ha sabido ser suelo fértil para el tipo de humano que cuando le decís que te gusta la lluvia, te responde que entonces no te interesa la gente y animales en situación de calle.”

Twitter no es un lugar propicio para que se reproduzcan únicamente nenazos y naxis. También ha sabido ser suelo fértil para el tipo de humano que cuando le decís que te gusta la lluvia, te responde que entonces no te interesa la gente y animales en situación de calle.

— Danihila (@danihila.bsky.social) 21 de noviembre de 2024, 12:57

Se trata, en definitiva, de la búsqueda de un nuevo contrato de interacción ante el descontento por el actual. Una renovación de la cultura digital y de los intercambios que en ella se celebran, con más cuidado del otro y de la información que compartimos. “La cosa sana”T dirán algunos. “Hablar como gente normal”, podrán decir otros. Lo cierto es que, para quienes estamos mucho en Twitter, es llamativo cómo se han naturalizado la agresión gratuita, la manipulación de la imagen y la palabra ajena para la construcción y el posicionamiento propios, tanto individual como de los colectivos a los que se pertenece (conductas que en mayor o menor medida incurrimos todos, ya que la red está diseñada para condicionarnos conductualmente a ello).

No extraña que de ese microclima hayan emergido las formas de individualismo y deshumanización que irrigan al resto de los medios y de la conversación pública en general.

Estos vicios exceden a Twitter, aunque quizás sea esta red la que mejor los expresa. Y también exceden a los libertarios argentinos y ultraderechistas del mundo, aunque seguramente sean ellos sus mejores ejemplares. Son hábitos y protocolos de interacción social que hemos interiorizado y que llevará un tiempo desmontar (por no decir “deconstruir”). No es iluso pensar que nuevas reglas y protocolos de intercambio ayuden en esa tarea, pero esto requerirá también de predisposición y paciencia. De un trabajo coordinado y colectivo de ir contra los propios hábitos, adquiridos tras años de baitear, contestar basado y domar, un círculo vicioso del comportamiento, altamente adictivo.

He aquí el más reciente intento de despejar el humo tóxico de la conversación pública. Un cielo azul. Donde antes volaba un pajarito, ahora vuela una mariposa. Veremos por cuánto tiempo.

SI

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— TUGO News (@tugonews.bsky.social) 19 de noviembre de 2024, 21:29

NC/DTC

Jubilaciones, cuentas sueldo y SUBE: los negocios que Mercado Libre quiere comerle a los bancos

Jubilaciones, cuentas sueldo y SUBE: los negocios que Mercado Libre quiere comerle a los bancos

El grupo de Marcos Galperin no está apurado por convertirse en banco y espera que, antes, el gobierno de Milei le permita pagar haberes y que la Justicia desbloquee el mega DNU que lo habilitaba a pagar salarios. Como billetera virtual está sometido a ciertas regulaciones, pero no tantas como las entidades bancarias, aunque también se priva de entrar a otros negocios. Busca pisar fuerte en el pago del subte, el colectivo y el tren.

En un almuerzo informal de Mercado Libre con periodistas, un directivo del grupo de Marcos Galperin dijo esta semana que no descartaba tramitar la licencia del Banco Central para comenzar a operar como un banco, lo que sometería a su división Mercado Pago a controles que en la actualidad no la alcanzan –tiene otros– y le abriría la puerta a negocios a los que hoy en día no puede acceder. Pero en la compañía del mayor magnate de la Argentina y activo militante libertario en la red X aclaran que no hay apuro para dar ese paso y que es lo mismo que vienen diciendo desde que en 2018 crearon su banco digital en Brasil, el primero en Latinoamérica.

Este año sumaron un banco –no sólo online– en México. Aunque se descuenta que un Banco Central bajo el gobierno de Javier Milei le facilitaría la licencia, el trámite lleva su tiempo y por esa y otras razones de presencia en el mercado no se descarta que pueda salir de compras a la filial del español BBVA, al Patagonia –del Banco do Brasil–, el Supervielle, el grupo de los Eskenazi –bancos Santa Fe, Entre Ríos, San Juan y Santa Cruz–, el Industrial –de la familia Meta, que en la actualidad recibe el dinero de las cuentas remuneradas de Mercado Pago para invertirlas en fondos comunes de inversión– o el Comafi –de los Cerviño–, según especulan en un sector que vienen concentrándose después de la retirara del británico HSBC –Galicia compró su subsidiaria– y el brasileño Itaú –reemplazado por Macro–.

Pero Mercado Libre espera que no sea necesario tener que convertirse en banco para que las autoridades le permitan pagar sueldos y jubilaciones, como ya está abonando los planes sociales, mientras apunta a convertirse en la alternativa más fuerte al uso de la tarjeta SUBE primero en el subte y después en el colectivo y el tren.

Hasta ahora, Mercado Pago es una prestadora de servicio de pago (PSP) y, como tal, sí está regulada por el Central. Pero no es la misma norma que rige para los bancos. Una PSP puede ofrecer billeteras virtuales a la población, pero no puede usar ese dinero para prestarlo, como hacen las entidades bancarias. Mercado Pago presta pero con fondos propios, por ejemplo, originados en el negocio de comercio electrónico de Mercado Libre. Desde 2020, las fintech o financieras tecnológicas tienen la obligación de depositar el dinero que reciben en cuentas de bancos. Antes podían invertirlas a piacere. O sea, no es verdad el mito de que no están encajadas. Lo que no están es garantizadas. Esta plata no está cubierta por el Seguro de Depósito SA (Sedesa), que rige para los ahorros en bancos por hasta $25 millones por cuenta, según explica la exsubgerenta general de regulación financiera del Banco Central en el anterior gobierno, Daniela Bossio. Esa garantía es la que salvó ahorristas en la crisis de 2001, cuando cerraron bancos o huyeron algunos del extranjero. Además, hasta junio pasado, el Banco Central obligaba a las fintech a que en caso de ganar dinero con los depósitos en bancos les pasaran una parte a sus clientes, pero esa obligación fue derogada por la gestión de Santiago Bausili.

Pero la inmensa mayoría de los usuarios de Mercado Pago aceptan poner su plata en una cuenta remunerada, que a su vez se invierte en un fondo común de inversión (FCI) del Banco Industrial y que hoy en día ofrece una renta del 35,7% anual (menos que el 41% de Cocos de Ariel Sbdar, el 40% de Ualá de Pierpaolo Barbieri y el 36% de NaranjaX del grupo Galicia). La administración Bausili obligó a las PSP que invirtieran el 15% de los fondos de cuentas remuneradas en depósitos bancarios. Pero no hay un encaje del 100% porque no se trata de algo sí como una caja de ahorro sino de una inversión en cuentas, plazos fijos y cauciones bursátiles.

Pasar a convertirse en un banco implica una regulación más compleja, la llamada microprudencial y la macroprudencial, basada en las normas del Comité de Basilea (de supervision bancaria internacional) porque implica usar los fondos de los clientes para prestarlos a otros. “Esa función de captar depósitos y luego darse vuelta y prestarlos conlleva muchos riesgos y, por lo tanto, hay un esquema y un marco legal y regulatorio que busca contener esos riesgos de manera permanente. Y también dar respuestas y tener planes para situaciones de crisis”, explica Bossio.

Javier Milei y Marcos Galperin, el 4 de septiembre, en una visita del Presidente a la sede de MercadoLibre en Argentina.

“Por ejemplo, existen las normas prudenciales vinculadas a los requisitos de capital, requisitos de liquidez, normas vinculadas al otorgamiento de los créditos, para que no haya concentración en determinados deudores o en un único deudor, vinculadas a si son entidades grandes y si son sistémicas. Hay un cuerpo normativo enorme vinculado al lavado de activos, donde hoy es la UIF (Unidad de Información Financiera) el principal organismo regulador. pero el Banco Central complementa”, continúa la experta que sigue trabajando con su anterior jefe, Miguel Pesce, antecesor de Bausili.

Las fintech como Mercado Pago también comenzaron a estar bajo control de la UIF a partir de una ley de marzo pasado que había quedado pendiente después de una evaluación de Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) al país. Además, “para ser una entidad financiera, el Banco Central requiere de una autorización previa donde se analizan todas las carpetas y todas las funciones, los roles, el capital, la idoneidad y experiencia de los accionistas y de quienes van a formar parte del directorio de los bancos”, agrega Bossio. En cambio, las PSP, aparte de las regulaciones mencionadas, tiene algunas normas sobre cómo hacer las transferencias inmediatas, cuáles son los mecanismos de seguridad de la información y de la tecnología de la que deben disponer y en cuanto a la protección de usuarios de servicios financieros. Pero no es lo mismo.

Si Mercado Libre fuera banco podría expandir sus negocios, mejorar aún más su valuación –hoy es la segunda empresa de Latinoamérica, sólo por detrás de Femsa, la embotelladora mexicana de Coca-Cola– y hasta convertirse en la entidad bancaria más grande de la región, por encima del brasileño Itaú, Banco do Brasil, BBVA, su compatriota Santander o el estadounidense Citi. Podría ofrecer no sólo, como hasta ahora, créditos personales sino prendarios (para autos), hipotecarios o a empresas, para su capital de trabajo (gastos cotidianos), inversiones o su comercio exterior. Además, las tasas podrían ser menores gracias al fondo de los adornistas. A estos, a su vez, podrían permitirles la colocación de plazos fijos.

Pero por ahora Galperin quiere seguir siendo un PSP y que lo dejen pagar sueldos y jubilaciones. El gobierno de Mauricio Macri había adoptado una decisión que después fue frenada por el de Alberto Fernández y ahora fue habilitada por el de Javier Milei para abonar la asignación universal por hijo (AUH), el plan Progresar y otros sociales siempre que el beneficiario vaya a la web y pida el cambio para dejar de cobrar en un banco. Ya consiguieron captar a 400.000 clientes y ahora están en campaña publicitaria para sumar más. Pero no se quedan ahí.

“Liberen las jubilaciones”, reclamó el dueño de Mercado Libre. Acostumbrado a desafiar a las autoridades, como su ídolo Elon Musk, mayor magnate del mundo y futuro secretario de Eficiencia Gubernamental de Donald Trump, Galperin desafió a cambiar la norma que establece que sólo los bancos con sucursales y sus respectivos cajeros automáticos puedan repartir los haberes de los trabajadores pasivos. En las entidades bancarias comentan que los más mayores prefieren retirar el efectivo, incluso de las cajas atendidas por empleados, pero los jubilados más jóvenes se manejan con las nuevas tecnologías, aunque en el conurbano o en determinadas localidades del interior pueden encontrarse con dificultades para hacerse de cash si lo necesitan en caso de decidir migrar a una fintech. A su vez, Macri había permitido que se pudieran cobrar los sueldos por billeteras virtuales, nunca lo implementó, Fernández lo frenó y Milei lo restauró con el mega DNU (decreto de necesidad y urgencia) número 70 de fines de 2023 hasta que la Justicia se lo volvió a bloquear.

El otro deseo del empresario residente en Uruguay es quedarse con los pagos del subte, el colectivo y el tren de la Argentina, que hasta ahora se hace con la SUBE. Entre el mes próximo y enero se pondrá a prueba un sistema que le adjudicó Emova, la empresa de los Roggio que controla el subterráneo, para procesar los pagos con QR. Sus competidores están que trinan porque advierten que pueden quedar relegados en este segmento si Mercado Libre diseña el sistema a su conveniencia o se lo informa tarde. Otras dos compañías procesarán los pagos del metro de quienes sólo quieran apoyar en el molinete su tarjeta de débito o crédito o su celular con el plástico incorporado con la tecnología NFC (sólo los más nuevos): son Payway, del fondo norteamericano Advent, y Open Pass, de Fabio Calcaterra, primo de Mauricio y Jorge Macri, jefe de gobierno porteño. Emova es concesionaria del gobierno de la ciudad de Buenos Aires. En el caso del ferrocarril y el bondi o cole, como le llaman en varias provincias, Nación Servicios, la firma del Banco Nación responsable de la SUBE, está trabajando con Mercado Libre y otras compañías para que también se desarrolle el pago con QR o tarjeta contact less.

¿No hay mercado que Galperin quiere dejar libre de su presencia? Enfrente de él tampoco hay organizaciones de beneficencia, aunque así los considere Milei a los grandes empresarios. Entre los bancos reinan los públicos Nación, Provincia –con su Cuenta DNI, popular por sus descuentos– y Ciudad, los privados Galicia –de los Escasany, Braun y Ayerza, que en su grupo suman NaranjaX–, Santander, BBVA, Macro –de Jorge Brito–, el chino ICBC y el Patagonia y el cooperativo Credicoop. Entre las billeteras virtuales también tercian dos apps de empresas de telecomunicaciones, Personal Pay –de Telecom, la firma de los dueños del Grupo Clarín, como Héctor Magnetto y los Noble Herrera– y Claro Pay, del mexicano Carlos Slim, el mayor millonario de Latinoamérica. En el medio, la población, que encuentra que con el celular se le facilita la vida, pero también busca evitar comisiones y tasas excesivas y rendimientos pobres frente a una inflación menguante pero aún significativa.

AR/DTC

El peronismo le tiende una mano a Milei: habilitó su apoyo para que Lijo llegue a la Corte Suprema

El peronismo le tiende una mano a Milei: habilitó su apoyo para que Lijo llegue a la Corte Suprema

A partir del respaldo velado de Cristina Fernández de Kirchner, el dictamen del juez federal ya tendría las firmas necesarias para que avance en la comisión de Acuerdos de la Cámara alta. Sigue en duda la nominación del catedrático ultraconservador García-Mansilla. Los tiempos parlamentarios y la posibilidad de una designación por decreto.

Mauricio Caminos - Ya como candidato de Milei a la Corte, García-Mansilla mostró su verdadera postura antiabortista y pide derogar la ley de IVE

El peronismo que responde a Cristina Fernández de Kirchner le dio fumata blanca al pliego del juez Ariel Lijo como candidato de Javier Milei a la Corte Suprema de Justicia. Este viernes se supo que avanzó con firmeza el apoyo del bloque de Unión por la Patria en el Senado, clave para lograr los dos tercios de los votos, lo que en el fondo significa un guiño indisimulable del kirchnerismo al libertario. 

El respaldo al magistrado de conocidos vínculos en el poder se aceleró en las últimas horas a partir de la suma de las firmas en el dictamen que tiene que tramitarse en la comisión de Acuerdos de la Cámara alta. Allí Lijo ya tendría 9 de los 17 miembros a su favor, supo elDiarioAR de al menos cinco fuentes judiciales y parlamentarias consultadas. Sin embargo, la definición está a la espera del otro pliego, que genera más resistencia en el peronismo: el de Manuel García-Mansilla, abogado antiabortista y catedrático de la Universidad Austral. 

En el Gobierno sigue en pie el mantra del asesor presidencial Santiago Caputo de que “son los dos o ninguno”. Por lo tanto la negociación sigue abierta, ya que el peronismo reclamaba como prenda de cambio que se amplíe la Corte, que se ocupen las vacantes en un sinfín de juzgados federales de todo el país y que incluso haya modificaciones de partidas clave en el Presupuesto 2025, aún empantanado. 

Por lo pronto, elDiarioAR pudo confirmar de una importante voz en el Senado que formalmente los dictámenes no ingresaron a la comisión que conduce la porteña Guadalupe Tagliaferri, que integra el PRO pero responde a Horacio Rodríguez Larreta.

“Se completó el álbum de Lijo”, metaforeó un operador sobre los movimientos más recientes. La clave del cambio de situación –desde agosto estaba trabada la negociación– es que puso su firma en el dictamen la senadora peronista por Catamarca Lucía Corpacci, de estrechos vínculos con Cristina. 

Corpacci integra la comisión de Acuerdo junto con sus compañeros de bancada Anabel Fernández Sagasti (Mendoza), José Mayans (Formosa), Juliana Di Tullio (Buenos Aires), Claudia Ledesma de Abdala de Zamora (Santiago del Estero), Sergio Uñac (San Juan) y Alicia Kircher (Santa Cruz). Al menos otros tres peronistas ya habrían estampado su firma por Lijo. 

Corpacci y CFK, en octubre pasado, en el Instituto Patria.

Las otras cinco firmas en la comisión corresponderían a espacios de panoficialismo. Obviamente el jujeño Ezequiel Atauche, jefe del bloque de La Libertad Avanza, pero también el salteño Juan Carlos Romero (Cambio Federal); el correntino Camau Espínola (Unidad Federal), la tucumana Beatriz Ávila (Por la Justicia Social) y el misionero Carlos Arce (Frente Renovador de la Concordia Social).

En la UCR se desentendieron de la rosca de último momento, a sazón de su propia interna. En la comisión el radicalismo tiene entre sus filas a su presidente, Martín Lousteau (senador por CABA), muy crítico del Gobierno, pero también al bonaerense Maximiliano Abad, que jugó en la última campaña con la ministra Patricia Bullrich. Además tienen firma dos senadoras con cierto alineamiento hacia el gobernador por Mendoza, Alfredo Cornejo, de excelentes vínculos con la Casa Rosada: Carolina Losada (Santa Fe) y Mariana Juri (Mendoza).

Es más brumosa la situación de García-Mansilla, porque si Lijo es cuestionado por sus múltiples resortes en distintos ámbitos del poder, el catedrático tiene un polémico costado ultraconservador. elDiarioAR reveló el domingo pasado un escrito suyo publicado ya como candidato a la Corte, en el que señala que la ley del Aborto es anticonstitucional y donde pide explícitamente que el Congreso la derogue. En su entorno evitaron responder a las consultas de este medio. 

La definición sobre los pliegos a la Corte podría entrar en la recta final dado que la semana que viene vencen las sesiones ordinarias del Congreso. Hasta el 30 de noviembre hay tiempo reglamentario para que la comisión despache los dictámenes hacia el recinto, confirmaron fuentes parlamentarias. Pero con los tiempos tan justos, la expectativa está en saber si finalmente Milei convocará a sesiones extraordinarias. 

Como contrapartida, sigue sobrevolando la posibilidad de que el Presidente designe a Lijo y García-Mansilla por decreto, aduciendo que el máximo tribunal no puede funcionar con tres miembros desde enero: en diciembre se jubila Juan Carlos Maqueda y quedarían, enfrentados, Horacio Rossati, Carlos Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti. En ese caso jugaría al tiempismo hasta la respuesta de la Asamblea Legislativa el 1 de marzo. “Habrá que ver si esperan al verano para meterlos por decreto y después lo validan en el Senado con la excusa de una Corte de tres miembros a partir de enero”, consideró un vocero libertario. Sería una jugada temeraria; ya Mauricio Macri pagó un costo político al respecto.

Con todo, las fuentes coincidieron en que si se llega al escenario de que la última palabra la tiene el recinto –ya sea en extraordinarias o desde marzo– es porque está sellado que los dos tercios de la Cámara alta votarán por los nuevos jueces supremos. Será el momento de la verdad para el kirchnerismo-peronismo, porque de los 72 senadores, 33 le corresponden a CFK y los gobernadores del PJ. 

MC/JJD

Martín Schorr, investigador del CONICET: "Este modelo exportador solo funciona con más del 50% de pobres"

Martín Schorr, investigador del CONICET:

El investigador del CONICET y docente universitario analiza lo que llama el "consenso exportador", a partir del libro "Con exportar más no alcanza (aunque neoliberales y neodesarrollistas insistan con eso)", que coescribrió con Francisco Cantamutto y Andrés Wainer.

Martin Schorr es investigador del CONICET, docente de las universidades de Buenos Aires, San Martín y Quilmes, y autor de varios libros, el último coescrito con Francisco Cantamutto y Andrés Wainer, Con exportar más no alcanza (aunque neoliberales y neodesarrollistas insistan con eso). En base a este trabajo, analiza el modelo económico de Argentina y la falta de debate sobre ciertos temas. También señala que actualmente el modelo exportador solo funciona con altas tasas de pobreza.

—El libro, por un lado, cuestiona la idea de lo que ustedes llaman el mandato exportador y la consigna de que con aumentar las exportaciones alcanza para resolver el problema de la restricción externa. Pero, al mismo tiempo, el libro dice: No se promueve el aislacionismo ni tampoco se niega la importancia de las exportaciones. ¿Cuál es el eje de la crítica a lo que ustedes llaman el mandato exportador, el consenso exportador, este clamor que hay muchas veces en la clase dirigente sobre la necesidad de aumentar las exportaciones?

—Nosotros discutimos dos o tres ejes que hoy tienen bastante consenso. El primero es un reconocimiento de que lo mejor que se puede hacer para generar un esquema de crecimiento que nos permita subsanar estructuralmente, se plantea, los problemas de escasez de divisas tiene que ver con la idea de un modelo traccionado por exportaciones. Esto tiene dos o tres beneficios desde el punto de vista del planteo. El primero es que libera dólares, libera divisas y esto es fundamental para atacar los problemas de la restricción externa o la escasez de dólares. El segundo es que permite pagar la deuda externa, que es el otro gran planteo que subyace a estos argumentos. Y, finalmente, que si la economía crece traccionada por exportaciones, la torta aumenta y por esa vía estamos en condiciones de encarar una estrategia de redistribución del ingreso. Nosotros discutimos las tres cosas con este argumento, que nadie está planteando no exportar, sino por lo menos tensionar este argumento. El primer elemento muy importante del punto de vista del planteo es que en esta mirada, que es compartida por neoliberales y también por mucha heterodoxia, la distribución del ingreso se presenta como el punto de llegada, como una variable dependiente de un modelo económico traccionado por exportaciones, pero eso es una promesa que nunca llega, que tiene que ver con ciertas debilidades del planteo y que en definitiva nos hace pensar o plantear que la distribución del ingreso quizás tenga que ocupar otro lugar. El segundo elemento en esta idea del crecimiento traccionado por exportaciones que no aparece en las reflexión es quién exporta. Porque hay toda una idea muy difundida de “Argentina exporta por año tantos miles de millones de dólares” y en realidad son no más de 100 empresas que concentran aproximadamente el 75% de lo que se exporta desde el país, que en la medida que son todas empresas muy transnacionalizadas, muy concentradas y demás, buena parte de los dólares que generan por las exportaciones después van al Banco Central por otras ventanillas a conseguir dólares para mandar afuera, para pagar deudas, para fugar divisas, para distintos pagos de dividendos, utilidades, etcétera A punto tal que si vos hacés el neto de cuánto le dan a la economía y cuánto se llevan te da una perspectiva negativa como tendencia.

Y el tercer elemento es el tema de la deuda, que me parece que ahí hay dos cuestiones de fondo. La primera es que en estas miradas se asume como que la deuda necesariamente hay que pagarla y que no se puede discutir nada del proceso de endeudamiento largo que viene teniendo Argentina en las últimas ya largas décadas. Y en segundo lugar es que es un modelo que articula los intereses de intereses muy concretos de la clase dominante, fundamentalmente del capital financiero internacional, los acreedores de la deuda con esta gran cúpula exportadora transnacionalizada. Entonces ahí también hay un tema que termina siendo un modelo muy funcional a lo que se llama el poder económico o el círculo rojo. Bueno, estos tres elementos que acabo de mencionar no aparecen en el planteo, sobre todo el segundo, esta idea de hay que exportar, exportar, exportar para resolver estos problemas de restricción externa que no contempla que Argentina en los últimos 30 años se ha cansado de tener superávit comercial y nos hemos cansado de tener crisis en el sector externo. Por lo tanto, ahí hay otros elementos que están jugando que no aparecen en este discurso.

—Ustedes lo que plantean es que el problema de la restricción externa no es la generación de divisas, sino la retención de esas divisas, porque se van por distintas vías. Ahora, ¿cómo se hace? Ustedes dicen: ya no se exporta más para crecer, sino para sostener el flujo de salidas y solo después, si se puede, con lo que queda, crecer. ¿Cómo se hace para alterar esa lógica, para desbaratar esa trampa?

—Ahí hay dos elementos fundamentales por el lado de la oferta y la demand. Por el lado de la oferta de divisas, es muy importante que sepamos o que tengamos presente qué exporta Argentina. Argentina exporta en un 80% producción primaria y en el mejor de los casos, con algún agregadito de valor. Pero esto tiene dos problemas importantes centrales. El primero es que Argentina es un país productor de materias primas, pero no tiene esa producción mayor articulación con la estructura económica. No es como, qué sé yo, Noruega, que exporta un montón de hidrocarburos, pero ese crecimiento le tracciona mucha demanda de producción industrial que abastece al sector petróleo. Entonces tenés un problema que es que el horizonte de crecimiento es chiquito. Entonces ahí hay un primer elemento que hace pensar que capaz que la torta no va a crecer tanto afianzando este tipo de estructura productiva y de inserción internacional. Y el segundo elemento es que cuando vos estudiás en el largo plazo la evolución de los precios y la demanda mundial de estas cosas que Argentina exporta, ves mucho comportamiento oscilante, mucha erraticidad. Y esto es un problema porque incorpora a la dinámica económica interna los problemas, los vaivenes del mercado mundial y cualquier estornudo a nivel internacional te repercute internamente y esto es habitual. Entonces ahí hay un problema y por el lado de la demanda yo creo que es muy importante tener en cuenta qué es lo que explica las salidas de divisas. Y ahí hay cuatro elementos que nosotros identificamos en el trabajo. El primero es un problema de estructura productiva que arrastramos de larga data y que los sucesivos embate del neoliberalismo han hecho que la estructura económica de la Argentina sea muy dependiente de importaciones.

Entonces, toda la discusión alrededor de la política industrial y sobre todo de la política de sustitución de importaciones, tendría que ocupar en ese debate un lugar. El segundo elemento fundamental y estructural es la deuda externa, que es un elemento muy condicionante. El tercero es algo que se discute poco, que es que Argentina es una economía muy extranjerizada. Y esto es un problema porque el capital extranjero que se radica en el país no viene a desarrollar y a hacer que los argentinos vivamos mejor, sino centralmente a ganar lo más que puede para remesar utilidades y distintas cosas al exterior que implican salida de divisas. Y el último elemento es lo que se llama, por poner un registro que todos escuchamos, fuga de capitales, fuga de divisas, formación de activos externos, que tiene mucho que ver con dos cosas. Por un lado, mucha dolarización de ganancias financieras, de sectores de muchísimo poder adquisitivo. Este es un elemento muy importante. Y, en segundo lugar, la falta de instrumentos de ahorro en pesos en una economía tremendamente volátil, que por lo tanto el dólar oficia de reserva de valor. Entonces te diría, por el lado de la oferta, es un modelo de una tasa de crecimiento en el mejor de los casos chiquita. No arrastra mucho al conjunto de la economía. Por el lado de la salida de divisas, tiene mucho que ver con el comportamiento de actores muy ligados al poder económico y sectores de altísimo poder adquisitivo.

—De los años de lo que fue el Frente para la Victoria primero, después el Frente de Todos, ¿ahí ustedes qué elemento consideran central para explicar que no se haya podido desbaratar este problema? Porque fue algo que sucedió durante los años del del Frente para la Victoria, primero, después del Frente de Todos, que tuvo un superávit comercial excepcional. Incluso esto lo discutió Cristina, lo discutió Guzmán, se admitió que había superávit comercial y se perdieron. No se pudo acumular reservas bajo el Frente de Todos. Pero es algo que que sucedió también durante el Frente para la Victoria y con control de cambios, que algunos dicen: ese es el problema, que hoy lo mantiene Milei. ¿Cuál es el elemento central que llevó a que la restricción externa se profundizara o no se pudiera revertir?

—Creo que tiene que ver con las cuatro cosas que charlamos antes. Primero, una gran debilidad en términos de estrategia industrial. Realmente se hizo muy poco en materia de política industrial y sobre todo en materia de política de sustitución de importaciones. En segundo lugar, la deuda aparece siempre como un elemento que no se cuestiona más allá de las renegociaciones y de las reestructuraciones. Tercero, fueron planteos que consolidaron estructuralmente un predominio muy fuerte del capital extranjero que sin cepo o sin controles de cambio, para ser más justos, te termina remitiendo al exterior entre el 70 y el 80% de las utilidades que genera cada año. Y finalmente, la fuga, que también fueron momentos donde más allá incluso de los controles de cambio, tuviste procesos de fuga fuerte. Entonces te diría fueron momentos donde hubo muchísimo superávit comercial, pero donde finalmente la confluencia de estos elementos más estructurales que dan cuenta que la restricción externa es un tema mucho más complejo que quelas exportaciones no alcanzan a las importaciones, bueno, confluyeron críticamente en esos escenarios.

—Milei ganó las elecciones. Estamos quizás hoy en otro escenario. Te pregunto por la crisis justamente de estas dos corrientes, tanto la de neodesarrollistas, que podemos identificar con el peronismo, o neoliberales. Uno podría decir el menemismo, Macri. Y tiene una política que combina, por un lado, un régimen de grandes inversiones, el RIGI, obviamente pensado para Vaca Muerta, pensado para la minería, pensado para el litio. Ese gran endulzante, si querés, o esa gran oferta para las grandes inversiones combinada con control de cambios que todavía no lo desactivó. La salida del cepo es una promesa de campaña, pero estamos casi a un año de gobierno y lo mantiene el control de cambios. A diferencia de lo que hizo por ahí Macri, que de entrada decidió eliminar todos los controles. ¿Cómo lo definirías a Milei en este mix? ¿En qué medida representa algo nuevo? ¿En qué medida es un mix de lo que ya existía?

—A tu caracterización le agregaría algo más, que es el 60% de pobres, 50 y pico % de pobres. ¿Por qué? Porque este modelo exportador que estuvimos conversando tiene o está conducido por actores que viven del mercado mundial. No es el poder económico de otro tiempo que necesitaba que los salarios fueran altos, que la demanda interna traccionará un ciclo económico que devolvía en ellos en mayor rentabilidad. Acá es distinto. En la medida en que la mira está puesta en el mercado mundial, los salarios nuestros, cuanto más bajos, mejor. Entonces, en esa mirada, lo que combina claramente Milei es el mandato exportador en su máxima expresión, porque todo está hecho para pagar la deuda. Estos esquemas, como el RIGI, están muy asociados a este capital transnacional que conduce la salida exportadora, porque la condición de posibilidad de esa salida es el infraconsumo de una parte importante de la sociedad. Y te diría que lo que vos identificas como novedoso, que sería el control de cambio, en realidad tiene que ver con cómo administra en un escenario de escasez de divisas la cuestión para que el tipo de cambio no se le vaya por las nubes. Pero me parece que está claro que está orientado a profundizar este tipo de inserción con la condición de posibilidad muy fuerte que es esta cuestión de los salarios bajos, de un país tremendamente desigual y donde, en definitiva, la condición de posibilidad de la inserción exportador es el infraconsumo de amplias capas de la sociedad.

—Obviamente los datos de pobreza Milei los profundizó en estos seis meses. Venían de antes ya. El Frente de Todos había dejado, no sé, arriba del 40% de la población debajo de la línea de pobreza. Y es un modelo efectivamente que está planteado para Vaca Muerta, el agronegocio, el litio y deja afuera a la mitad de la población económicamente activa. Y ustedes dicen: no hay un actor social que impulsa el desarrollo económico, un desarrollo económico alternativo. ¿Cuál debería ser ese actor social en la Argentina en este contexto? ¿Quién debería sentirse interpelado por esta discusión?

—Al revés te lo planteo. Esa fuerza social hoy del modelo alternativo no está. Está clarísimo. Y parte de la derrota y el triunfo de Milei tiene que ver con esa ausencia. Ahora, ¿qué discute hoy el mundo a partir de la pandemia para acá muy claramente? Te diría tres cosas. Primero y fundamental, la desigualdad. Lo estamos viendo en el foro del G20, que la desigualdad aparece como un problema a problematizar y que la manera más importante de corregirla tiene que ver con la cuestión impositiva. Nosotros acá estamos en un país que tiene un 50 o 60% de pobres y uno de los alicientes que estamos discutiendo hoy tiene que ver con reducción de impuestos para los sectores de alta capacidad contributiva. O sea, estamos yendo a contramano. Lo segundo que se está discutiendo mucho a nivel internacional es la política industrial. O sea, después de largas décadas donde para los países periféricos nos quedaba el lugar de ser proveedores de materias primas, hoy el mundo en general está discutiendo cómo hacemos para repensar y volver a aplicar esquemas de política industrial donde el proteccionismo va a ocupar un lugar fundamental. Acá estamos discutiendo cómo hacer para apuntalar todavía más la reprimarización y la inserción exportadora.

Y el último elemento es que de la pandemia para acá ha vuelto al foco de la cuestión, en el marco de cómo atenuar la desigualdad, la importancia de la demanda interna, de los mercados internos y no tanto de los mercados mundiales, porque la pandemia generó un trastoque a nivel global muy fuerte. Bueno, ahí tenés tres ejemplos de tres cosas que se están discutiendo y que sin duda podemos pensarlas desde cierto campo nacional popular como una ventana de oportunidad que tiene que ver en parte con sectores del capital vinculados a la expansión del mercado interno, con obviamente una parte importante de la clase trabajadora. Pero lo que destaco acá es que en esta mirada de las ventanas de oportunidad que te ofrece el escenario internacional es como que acá estamos caminando para el otro lado. Wue lo haga Milei, que lo hagan las fuerzas neoliberales, está bien porque siempre pensaron esto y nunca pensaron otra cosa. Ahora lo dramático es que un amplio sector de la heterodoxia esté planteando un camino totalmente opuesto a esto que abrió el escenario internacional.

—Hablabas del proteccionismo y obviamente está la figura de Trump ahora, desde el resultado de las elecciones, como un elemento nuevo. ¿Cómo te imaginás esa relación? Lo vimos a Milei con Trump la semana pasada en Mar-a-lago, enamorado el presidente argentino del presidente de Estados Unidos. Pero hay un conflicto potencial, justamente por el proteccionismo de Trump. ¿Cómo te imaginás esa relación Argentina-Estados Unidos, gobernada por estos presidentes con un Trump proteccionista?

—Creo que básicamente va a ser una frustración para Milei, porque claramente la mirada de Trump va por otro lado. Me llama la atención tanto alineamiento con alguien que está claro que está pensando en una cosa muy distinta a este esquema que se está discutiendo acá. Y lo mismo con China. Me parece que ahí hay claramente una lectura de lo que es la geopolítica y la ecuación de las grandes potencias, que es totalmente fuera de tiempo y lugar, te diría. Lo cual me parece un escenario más preocupante todavía, porque acá esto que vos preguntabas o mencionabas al comienzo, esto de la cuestión del cepo, de mantener el control de cambio que en definitiva es cómo administro la escasez de divisas, es un problema en ese escenario, porque las inversiones no vienen, porque todavía tenés que resolver el frente financiero, que no está para nada claro que Argentina pueda volver a corto plazo a un proceso de endeudamiento fuerte, como en otros experimentos neoliberales. Y esta mirada de pensar que con exportar alcanza pierde de vista esta figura del creciente proteccionismo y cierta cerrazón de los países principales.

—Justamente una de las escenas de estos días fue Milei con Xi Jinping. Vos decís que también ahí hay una equivocación en un Milei que intenta, como dicen los medios de de Estados Unidos o de Europa, un giro pragmático después de haber dicho: con los comunistas con no voy a negociar. ¿Ves un error también en ese acercamiento?

—Creo que lo tienen agarrado de pies y manos, más allá de que se haga el estadista y qué se yo y todas sus bravuconadas, básicamente en dos cosas: por el lado financiero, con el tema del swap, y con el lado comercial también, porque el principal país de destino de nuestras exportaciones primarias fundamentalmente es China. Entonces ahí claramente el alineamiento se da por porque no le queda otra, digamos.

—Por tu recorrido, por tu formación, conocés a muchos de los exfuncionarios del equipo económico del peronismo, de las distintas administraciones. ¿Cómo se da este este debate? No sé si cambian ahora que no están en el poder muchos de ellos estos planteos. Hay receptividad, hay una negación a a discutir estos temas, hay una admisión en privado y un discurso para lo público. ¿Cómo podés describir ese debate?

—Por muchos de ellos, que fueron compañeros de estudio y amigos de la vida, hay un afecto. La pelota no se mancha, dijo alguien. Pero no hay debate. No hubo espacio para la discusión cuando estuvieron gestionando la política económica, la política productiva y tampoco ahora. De hecho, sinceramente, este libro no ha sido discutido en ese ámbito. Y un poco el objetivo del libro era abrir un debate ahí adentro. En eso no nos ha ido bien. Te diría que hay muy poca receptividad a discutir estas cosas. Pero sí donde vemos más receptividad es en el espacio de las fuerzas sociales. Como que con el correr del tiempo que el libro está circulando nos damos cuenta que en espacios vinculados al sindicalismo, a los movimientos sociales, a ciertos sectores de una burguesía industrial más chica, una burguesía de lo que se llaman las pymes, ahí empieza como a circular la necesidad de pensar el modelo alternativo.

—¿Cómo lo ves a Axel Kicillof en este contexto, habiendo sido ministro de Economía de Cristina, hoy gobernador de la provincia de Buenos Aires? Sabemos el debate que hay dentro de lo que era el kirchnerismo, pero algunos lo imaginan como un candidato posible a presidente que exprese algo distinto a lo del kirchnerismo. ¿Puede él tomar alguno de estos planteos? ¿Lo ves como el mismo que fue ministro en su momento y va a ser una continuidad de eso?

—No lo sé. No tengo ninguna relación con ese grupo. Pero sí veo que hay gente que las tres cosas que hablamos antes -desigualdad, política industrial y mercado interno- eso forma parte de su reflexión y sus preocupaciones, con lo cual me parece que es un espacio por lo menos a considerar bien.

—Al final en el libro se habla de la inversión extranjera directa y esta idea de, bueno, se anula lo que puede venir como inversión extranjera directa con lo que se va por remisión de utilidades, que es hoy una de las grandes demandas de no sé si el poder económico, de las Cámaras de Comercio que representan a la Cámara de Comercio de Estados Unidos, que es que Milei libere el cepo para que eso pueda fluir todavía más. ¿Cómo te imaginás esa relación con esos actores al mismo tiempo desde el Estado? ¿Hay que pensar en otra estrategia? ¿Hay que dejar de lado a esos actores que vienen, obviamente, con la zanahoria de la inversión? ¿Hay que pensar en una estrategia más ligada a las pymes, más ligada a la industria? Porque finalmente la inversión extranjera directa siempre tiene esa cuenta. Y ese mensaje un poco de: si no, nos vamos a otro lado, si ustedes no nos dan lo que pedimos.

—Después no se van. Pero sí, está claro que lo que vos decís es cierto, no va por ahí desde nuestro punto de vista. Ahora, en un escenario global como el que estamos viviendo, está claro que el apostar a cierto sector del capital más chico, con un anclaje territorial más concreto, etcétera, no solo se resuelve con política distributiva, que hay esta idea de que si repartimos mejor lo que tenemos, esto va a generar una rueda económica virtuosa. Ahí nosotros vemos que eso necesariamente tiene que ir acompañado de política industrial. Por eso yo destacaba tanto lo que está pasando a nivel global últimamente, esta cuestión del proteccionismo y esta cuestión de repensar los alcances de la política industrial de mejora de competitividad más allá del estímulo que pueda provenir de que la rueda sea traccionada por el mercado interno. Y ahí sí, efectivamente, hay una gran cantidad de actores que comulgarían con un planteo de estas características. ¿El problema cuál es hoy? Que los tenés a todos híper atomizados, en algunos casos peleados entre sí. Pero más allá de eso, todavía eso no comulga en una fuerza social que dé impulso a un planteo alternativo como el que estamos hablando.

—¿Qué lugar le otorgas en este mapa, en esta discusión y en este planteo de “con exportar más no alcanza” al litio y a la idea de la transición energética basada en minerales críticos? ¿Replica un modelo conocido que se dio con Vaca Muerta, con el agronegocio o en este contexto ves que tiene algo de novedoso el planteo sobre el litio, que trae jugadores como Elon Musk, Rio Tinto, la minera canadiense, que también acaba de cerrar un acuerdo para comprar en Argentina los activos de mineras que tienen intereses en el litio. ¿Ves lo mismo que en los casos anteriores? ¿O ves que en este contexto hay algo distinto?

—Lamentablemente te tengo que contestar que veo lo mismo en términos de una especialización primario-exportadora bajo control transnacional y con provincias que terminan funcionando como economías de enclave. Te diría que incluso hasta tiene menos anclaje en términos de de tracción de actividad económica que Vaca Muerta, por ejemplo.

—Ahí hay una cuestión con los gobernadores. En teoría son las provincias desde la reforma del 94 las dueñas de los recursos naturales. Y los gobernadores muchas veces parece como que se emanciparan incluso de o juegan con el poder local nacional o se emancipan en muchos casos diciendo: bueno, yo voy a priorizar este ciclo de negocios, voy a garantizar para mi provincia. ¿Cómo ves la figura de los gobernadores? En este caso podemos hablar de Jalil, de Catamarca, una provincia con recursos como el litio, Sáenz, de de Salta. Hay otras provincias que están pesando en esta discusión y justamente no sé si son un poder paralelo, son un poder que se emancipó del poder nacional.

—Dos cosas con tu reflexión. La primera es que hay otros modelos de gestión del litio, lo que hace Chile y lo que hace Bolivia. En Argentina la participación estatal en la captura de esta renta extraordinaria es ínfimo. Este es un primer nivel de análisis. Y el segundo que yo creo que es importante, tiene que ver con lo que decías antes: en la medida en que son provincias muy ricas, porque tienen el recurso natural, pero la explotación del recurso es no local, no son capitales catamarqueños, capitales jujeños, la renta se va. Entonces son provincias que le ofrecen al modelo nacional una renta extraordinaria. Los estados agarran un pedacito muy chiquitito de esa renta, producto del esquema impositivo existente, con lo cual son provincias tremendamente ricas que terminan quedando sin recursos para financiar una política de cambio estructural que las saque del monocultivo, de la monoproducción. Entonces es el peor de los escenarios: una renta extraordinaria que se te va, una renta extraordinaria controlada por capitales transnacionales y una renta que tiene muy poco anclaje en el territorio. Esto es economía de enclave en su máxima expresión. Entonces, el rol de los estados subnacionales en eso es muy funcional a consolidar este tipo de estrategia.

—Mencionabas movimientos sociales, sectores del sindicalismo, ¿qué surge de eso? Porque pareciera que hay un consenso de hierro en la clase dirigente, sectores políticos, poder económico, incluso formadores de opinión, que esto no se discute. Pero queda afuera de ese consenso exportador la mayor parte de la sociedad argentina o que no lo discute o que no está comprendida en la cuenta de Vaca Muerta, el litio y el agronegocio. ¿Qué aparece en esas discusiones, en esas conversaciones con el activismo social, con el sindicalismo?

—Aparecen dos cosas que algunas nosotros las tratamos y otras no. La primera es el tema ambiental. Eso realmente es muy importante empezar a incorporarlo en la cuenta económica, el daño al medio ambiente y a las condiciones de vida de la gente de esos lugares. Y lo segundo que aparece mucho es la deriva represiva y de vulneración de derechos para garantizar la expansión de estos negocios, sea el agronegocio, sea el litio, o sea la explotación en Vaca Muerta de temas hidrocarburíferos. Eso es muy preocupante. Quizás acá a Buenos Aires no nos llega tan amplificado, pero tiene una deriva represiva y de vulneración de derechos muy, muy clara. Y también tiene algo muy interesante para estudiar y para reflexionar, que es cómo el poder económico transnacional penetra en estos territorios aplicando la figura de la responsabilidad social empresaria, que es, bueno, hago algo, no sé, pinto una escuela, pinto un hospital como una manera de ir comprando voluntades a nivel de los territorios y genera despelotes en términos sociales y políticos importantes.

—¿Ese consenso exportador es nuevo, es relativamente nuevo, o hubo una confluencia que pudiéramos que podemos ubicar en los últimos años donde alguien se comió a alguien o un sector convenció al otro? ¿O siempre hubo un acuerdo entre neoliberales, neodesarrollistas?

—Para mí, si vos me decís una fecha, es los últimos 20, 25 años. Por supuesto, el consenso se fue construyendo y el encontrar estos denominadores comunes de el modelo exportador, el pagar la deuda, la distribución del ingreso como el punto de llegada, es una cosa que se ha ido perfeccionando con el correr del tiempo. Pero claramente las últimas dos décadas se inscriben en este mandato.

Entrevista realizada por Diego Genoud en su programa Fuera de Tiempo (Radio Con Vos).

DG/CRM