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En la Gobernación afirman que no tomarán la decisión hasta saber si se suspenden las primarias, aunque defienden el argumento de “provincializar” la campaña. Nuevas señales de autonomía: después de la cumbre en Gesell, preparan tres actos “axelistas” en febrero.
Durante la cumbre que compartió con 35 intendentes el último martes en Villa Gesell, Axel Kicillof evitó pronunciarse sobre la posibilidad de desdoblar la elección bonaerense. Sin embargo, muchos de los presentes coincidieron en que lo vieron dispuesto a avanzar con su proceso de autonomía; el mismo que lo llevó en 2024 a tensar al máximo su relación con Cristina Fernández de Kirchner.
En rigor, la cumbre en sí fue leída como un paso más en la construcción del “axelismo”, un modismo que irrita al Instituto Patria. Si el acto del Día de la Lealtad de 2024 en Berisso operó como el kilómetro cero de la construcción de este grupo, la reunión del martes sirvió para volver a mostrar músculo político en un año electoral que resultará clave para el gobernador.
Un intendente que participó de la reunión del último martes en el Hotel Intersur de la ciudad balnearia confió a elDiarioAR que, luego del extenso discurso del gobernador, el tema central del encuentro fue el debate sobre la posibilidad de desdoblar la elección. El propio Carlos Bianco, mano derecha del gobernador, admitió que “todos los que se expresaron vieron con buenos ojos la posibilidad de un desdoblamiento”. Si bien no habló sobre la posición de Kicillof, el hecho de reflejar ese acuerdo entre los intendentes propios no es ingenuo, ya que abre la puerta a una discusión que tanto Cristina como Sergio Massa quieren obturar.
Entre los presentes en Gesell estuvieron Jorge Ferraresi (Avellaneda), Fabián Cagliardi (Berisso), Mario Secco (Ensenada), Julio Alak (La Plata) y Fernando Espinoza (La Matanza), representantes de un grupo que pregona la necesidad de que el gobernador de un paso al frente y se diferencie del kirchnerismo. Varios de ellos quieren incluso forzar una ruptura con el Instituto Patria para evitar que quieran incidir en el armado de las boletas en sus distritos, sobre todo ante la posibilidad de que Cristina encabece la lista de diputados nacionales. Por eso, más allá de que este año por la implementación de la Boleta Única de Papel (BUP) las elecciones serán concurrentes —es decir, habrá dos urnas en la Provincia— agitan el desdoblamiento.
En La Plata son más cautos. “Estamos igual que el año pasado. Hasta que no se defina qué va a pasar con las PASO son muchos los escenarios”, dijeron a este medio. Kicillof no puede decidir qué pasa con las primarias. El tema se debatirá la próxima semana en el Congreso, y —de aprobarse— posiblemente la Legislatura trate una ley en espejo para suspenderlas en la Provincia. Luego tendría autonomía para definir la fecha electoral, aunque sabe que cualquier movimiento en esa dirección lo llevaría a un conflicto —o acaso a la ruptura final— con el kirchnerismo y el massismo, claves para avanzar con cualquier proyecto propio en la Legislatura, donde el gobernador está en franca minoría.
Los intendentes ven con buenos ojos la suspensión de las PASO porque creen que los beneficia la fragmentación opositora y que además será un paso necesario para que Kicillof se anime a desdoblar. El problema, en caso de que no haya internas, será llegar a un acuerdo entre los distintos sectores. Algunos directamente no lo ven posible: “En la elección provincial vamos a un quiebre inevitable. Lo mas probable es que haya dos espacios separados, uno referenciado en los intendentes y Kicillof, el otro en La Cámpora y Cristina, y cada uno presente una oferta electoral”, admitió uno de ellos a elDiarioAR. La idea que toma fuerza desde los últimos meses de 2024 es que si Cristina decide encabezar podrían definir ir sin un candidato propio a la elección de diputados nacionales y concentrarse en los comicios bonaerenses, para fortalecerse en la Legislatura y en los municipios.
Mientras tanto, con Ferraresi y Secco a la cabeza, los intendentes empujan su armado propio bajo el manto de “Axel Conducción” y planifican una seguidilla de actos en febrero para demostrar su músculo político: el 8 en Mar del Plata, el 15 en Junín y el 22 en San Nicolás, aunque las fechas de los dos últimos aún se deben confirmar.
Algunos intendentes leyeron, entre líneas, nuevas señales de independencia en el discurso de Kicillof. Según ellos, con el discurso terminaron de ratificar que el vínculo con Cristina está roto, más por omisión que por sus menciones, aunque el gobernador se encargó de aclararles que el encuentro no era “en contra de nadie”. También hubo algunos signos de fricción con Sergio Massa, quien busca posicionarse una vez más como un garante de la unidad peronista, aunque lo hace moviéndose cerca de Cristina. El malestar se reflejó en algunos comentarios al pasar de Kicillof, como cuando afirmó que hizo todo lo posible porque el candidato presidencial del Unión por la Patria (UP) ganara la elección, aunque sintió que ese accionar no fue del todo recíproco.
“Axel planteó que hará todo lo que está a su alcance para poner una barrera a Milei y escuchó nuestras sugerencias de que la mejor estrategia sería desdoblar”, resumió un intendente, y agregó: “No quiere tomar la decisión ahora y va a intentar patearla. Por eso nos dijo que el tema de las PASO deberá definirse en la Legislatura y que a partir de eso habrá que analizar distintos escenarios”. Sin embargo, en algún momento deberá definir la fecha y la ley lo apura: debe hacerlo al menos 120 días antes de la fecha en que defina hacer la elección. De suspenderse las primarias, hay quienes confían en que el gobernador se verá envalentonado para desdoblar.
En el kirchnerismo son insistentes en que, más allá de quién sea candidato, no es conveniente provincializar la campaña. Si bien se cuidan de no acusar a Kicillof de tener una mala gestión, repiten que tanto la agenda mediática como política se hará eco de casos de inseguridad y hechos puntuales para atacar al gobernador, distorsionando el debate. Entre los intendentes kicillofistas admiten esa dificultad, aunque también consideran que Milei llegará bien posicionado y que será complejo pararse enfrente con una marca nacional, hoy devaluada por la experiencia fallida del Frente de Todos.
Kicillof dilata un pronunciamiento sobre el tema. Sabe que, si desdobla, la decisión será tomada como algo más que un gesto de autonomía: será un paso fundamental para iniciar una construcción política propia, pero desataría la furia de Cristina. Si adelanta los comicios y hace una buena elección, quedará posicionado para 2027, aunque también anticiparía su quiebre sin retorno con el kirchnerismo.
LA/JJD
El establishment se desvive por verlo y sus compañías revisan sus programas de diversidad tras el discurso en Davos. Energéticas y mineras se apuran por entrar al RIGI porque dura hasta 2026. A diferencia de las potencias capitalistas, la Argentina no tendrá política nacional para acceder a un techo.
En la campaña electoral de 2023, la entonces secretaria de Integración Socio Urbana, Fernanda Miño, preguntó en una recorrida por el conurbano a quién iban a votar los vecinos de una villa que ella estaba urbanizando y le respondieron por Javier Milei. “Lo que ustedes están haciendo es lo que deben hacer, no los vamos a votar por eso”, contestó uno, cansado de la inflación. Tenía razón. Pero después llegó el economista libertario a la Casa Rosada y paralizó las obras de la Secretaría de Vivienda, incluidas de las de la Subsecretaría de Integración Socio Urbana.
Y este 23 de enero en un webinar de la Universidad de Princeton el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, anunció que se eliminaba directamente la Secretaría de Vivienda porque el gobierno nacional sólo debía contribuir en esa política reduciéndose y asegurando estabilidad económica y, por tanto, era una de las áreas de las que debía apartarse para dejarlas en manos del mercado, las provincias o los municipios. La noticia se conoció porque el mayor multimillonario del mundo y futuro secretario de Eficiencia Gubernamental de EE UU, Elon Musk, tuiteó ese tramo de la exposición en su red X.
“No aplaudas a un gobierno por hacer obras con tu dinero, es como aplaudir al cajero ATM, por darte tu dinero”, tuiteó cinco días después el asesor presidencial Santiago Caputo. Ya nadie aplaudirá por viviendas hechas por la Nación, como en los 80 años previos. Habrá que encomendarse a los gobernadores e intendentes, también bajo ajuste, o al mercado, que ofrece por ahora créditos hipotecarios para la clase media alta.
En Estados Unidos hay un Departamento (Ministerio) de Vivienda y Desarrollo Urbano. En Alemania, un Ministerio de Vivienda, Desarrollo Urbanístico y Construcción. En Reino Unido, uno de Vivienda, Comunidades y Gobiernos Locales. En Francia, uno de Ecología, Desarrollo Sostenible, Transporte y Vivienda. En Canadá, uno de Vivienda, Infraestructura y Comunidades. Son cinco de las siete potencias desarrolladas del G7, países con mucho mercado, pero también con gobiernos nacionales que definen políticas de vivienda social, ya sean que las ejecuten por mano propia o a través de jurisdicciones estaduales o locales. Hay naciones ricas como Países Bajos, Austria y Dinamarca donde más de las 20% de las viviendas son sociales.
No por nada, a tono con estos tiempos violentos, el exministro de Economía Martín Guzmán dejó la moderación y calificó por X la idea de Sturzenegger de “tremenda estupidez”: “¿El mercado le va a resolver el problema de la vivienda a un pibe de 5 años que crece en condiciones de hacinamiento?”. Consultada por elDiarioAR, la exministra de Desarrollo Humano y Hábitat porteña del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta, María Migliore, que cambió villas en barrios como con la Rodrigo Bueno y el Playón de Chacarita, también critica a Sturzenegger: “La Secretaría de Vivienda tenía un modelo de intervención que era inescalable y había que cambiarlo, pero el mercado solo no va a resolver el tema”.
En la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), que dirige Rodolfo Aguiar, se preguntan cuál será el próximo organismo que despedirá personal después de que en diciembre el Ministerio de Justicia echara a 2.400 empleados y en enero, el de Salud, a 1.400. “Sobran a patadas empleados públicos por todos lados. No hay que parar de echarlos y a la calle. Son un robo a la gente de laburo que paga impuestos”, escribió en X el diputado José Luis Espert, el mismo que también quiere erradicar la industria automotriz argentina: “Habría que importar todos los autos”.
En Salud hay mesas de negociación por sector, desde el Programa de Asistencia Médica Integral (PAMI) hasta el hospital de salud mental Bonaparte, pero no progresan. Ya hace un mes, antes de la nueva ola de cesantías, había habido rajes en el PAMI, diálogo con ATE para suspenderlos, pero después el subsecretario de Gestión Institucional, Eduardo “Lule” Menem, mano derecha de Karina Milei, llamó al jefe de la obra social de los jubilados, Esteban Leguízamo, para amenazarlo con volarlo del cargo si había reincorporaciones.
En ATE temen despidos en organismos descentralizados, incluida la Autoridad Matanza Riachuelo (Acumar). Lo que sorprende es que la motosierra de Milei no toca a los camporistas instalados en la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) ni a los massistas ubicados en la Secretaría de Transporte, así como tampoco jamás el Presidente denunció en la Justicia al exsecretario de Comercio Matías Tombolini por las supuestas coimas para importar que él vociferó en el Congreso. ¿Pactos tras las bambalinas?
El próximo martes, ATE se reunirá para definir el primer paro nacional de 2025: en 2024 ya hubo un día y medio de huelga por mes, pero eso no evitó los 37.000 despidos ni el atraso salarial. Sin embargo, especulan con que el rechazo social al discurso de Milei en el Foro Económico Mundial de Davos contra el colectivo LGBT, el feminismo y los inmigrantes, con la marcha de este sábado, pueda replegar el ímpetu envalentonado del Presidente que venció por ahora la inflación y entonces se confían para ir por todo.
La diatriba en Suiza del jefe de Estado, principal aliado latinoamericano de Donald Trump, está en sintonía con la ideología que el regresado inquilino de la Casa Blanca quiere imponer en el mundo en su segundo mandato. Y las empresas reaccionan aquí y en el resto del planeta. Muchas compañías habían implementado en los últimos años programas y publicidades sobre diversidad e inclusión de mujeres, LGBT y otras minorías y ahora están a la deriva preguntándose qué hacer con ellos ante un discurso antiwoke que se expande como un huracán por las redes sociales. Por caso, Disney anunció en diciembre pasado que retiraba un personaje trans de una futura serie.
Para el establishment local y mundial, a Milei se lo considera una “rockstar”, un modelo para otros países que pretenden ajustar el Estado y desregular el mercado. Grandes empresarios de aquí y de afuera se desviven por juntarse con él o ir a escucharlo a sus conferencias, aunque no todos están haciendo negocios al mismo ritmo. Están por un lado los que aprovechan lo que ellos llaman el “happy hour” del Régimen de Incentivo de Grandes Inversiones (RIGI), que dura dos años, 2024 y 2025, y por tanto anticipa decisiones, así como quien se adelante a ir al bar para tomarse dos birras al precio de una.
A pesar de que Trump ya anunció que apostará fuerte a extraer petróleo y gas en EE UU, sin importarle la crisis climática, y que eso impacta a la baja de las cotizaciones mundiales de ambos hidrocarburos y retrasa aunque no desarticula el giro hacia los autos eléctricos, las apuestas en la Argentina por Vaca Muerta, el litio y el cobre buscan aprovechar la ventana que les ofrece el RIGI. El precio del oro blanco también lleva desde 2023 en baja y sin perspectivas de repunte. Pero el presidente de YPF, Horacio Marín, cerró una gira por India para conseguir contratos de exportación de gas natural licuado (GNL), mientras la australiana Galan, la británica Rio Tinto y la surcoreana Posco ya presentaron proyectos de litio en el RIGI y se especula con que los sigan pronto la francesa Eramet y Tecpetrol (grupo Techint). En cobre, en cambio, las mineras y el Gobierno insisten con modificar la ley de protección de glaciares para que se concreten en el periodo del RIGI las iniciativas para extraer el material clave para los cables de los autos eléctricos. Inversores energéticos y mineros destacan no sólo el happy hour sino la estabilización macroeconómica lograda con un brutal ajuste con apoyo popular, aunque quieren esperar a que ese respaldo se confirme en las urnas.
Gracias a la política energética de los anteriores tres gobiernos, de Cristina Fernández de Kirchner, Mauricio Macri y Alberto Fernández, la Argentina pasó del déficit comercial en la materia en 2022 al superávit en 2024 y se espera que ese saldo positivo llegue a US$8.300 millones en 2025. Sin embargo, consultores calculan que con la apreciación actual del peso –una de las bases para bajar la inflación junto con la motosierra– la balanza comercial del total de bienes quedaría este año con un rojo de 1.500 millones, a lo que hay que sumarles el déficit de servicios –incrementado por los viajes al exterior– y los pagos de intereses de la deuda.
Por eso, el ministro de Economía, Luis Caputo, necesita urgente el nuevo préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI) y viajó de imprevisto a recibir su misión, pero el enviado, el venezolano Luis Cubeddu, se fue sin anuncios concretos y con la sola promesa de seguir conversando en las próximas semanas.
El tipo de cambio casi fijo es el motivo de discusión. Milei y Luis Caputo quieren liberarlo, pero sin saltos del dólar y la inflación. Hay US$10.000 millones de ganancias de multinacionales retenidas por el cepo desde 2019 esperando para ser giradas a sus casa matrices, según un relevamiento de la Fundación Capital, de Martín Redrado, que publicó el diario La Nación. No se descarta, sin embargo, que los US$11.000 millones del Fondo llegue entre marzo y mayo para liberar el control cambiario y que el alza de precios consiguiente impacte los primeros meses pero su estela no llegue a los comicios de octubre. Por eso, el Presidente y Santiago Caputo están obsesionados con eliminar las primarias de agosto, dado que para entonces sí continuaría el efecto de una eventual salida del cepo.
Las petroleras como YPF y Pan American Energy (PAE), dueña de la red Axion, niegan que por ahora vayan a despedir empleados por la norma que entró en vigencia esta semana y que permite el autodespacho de combustible. En Shell y Puma guardan silencio. No obstante, en algún momento comenzará el ajuste. En España, donde la carga de gasolina y gasóleo por mano propia comenzó en los 80, hay cuatro empleados por estación de servicio, frente a 12 en la Argentina. Algunos puestos de trabajo se compensarán con los que contraten en Vaca Muerta y sus exportaciones, pero ni la energía ni la minería pueden movilizar el empleo en todo el país. Se necesita del comercio, la industria y la construcción, tres sectores que siguen en crisis. En las empresas de estas áreas están obsesionados por ganar competitividad para sobrevivir a unos nuevos tiempos que les exigen un cambio de modelo de negocios, ya no basados en el proteccionismo y la alta inflación como antes. Está resignados a no esperar bajas tributarias ni devaluaciones del Gobierno. Es tiempo de echar empleados, pero no en todos los casos porque algunos necesitan contratar con la ilusión de repuntar. Sí de mantenerse firmes ante los gremios en la pauta salarial del 1% mensual que impuso el secretario de Trabajo, Julio Cordero, para impedir traslados de aumentos a precios pero también para evitar que el sueldo en dólares suba tanto que se traduzca en despidos. Es tiempo también de invertir en robots e inteligencia artificial. Todo sea para ser más eficientes.
Los que también están preocupados por los costos son los usuarios de la Hidrovía del río Paraná, los exportadores, que reclamaron que se modifique el pliego de la licitación que cierra el 12 de febrero para que se ponga énfasis en el peaje. Las dragadoras DEME, de Bélgica, y Rohde Nielsen, de Dinamarca, apelarán la semana próxima, cuando termine la feria judicial, el fallo que durante las vacaciones de enero ratificó el proceso que ellas consideran a favor de la belga Jan de Nul, la que controla la Hidrovía desde 1995. Este cronista consultó a la embajada de Países Bajos por presuntas quejas al gobierno de Milei por la licitación, pero prefirieron no hacer comentarios. Es que la neerlandesa Boskalis está que brama y no se presentará a la contienda. En cambio, no se descarta que su compatriota Van Oord lo haga, aunque sin muchas chances de vencer a Jan de Nul. La dragadora actual necesita que al menos otro formule una oferta porque si no, Milei ha prometido que anulará la subasta. El Presidente suele hablar mucho de periodistas ensobrados, pero también los hubo, los hay y los habrá entre funcionarios y empresarios.
AR/MG
Javier Ríos, empleado desde hace diez años en el área de comunicación de la institución nacional de salud mental, denuncia que fue echado el lunes “de palabra” por la nueva gestión ante su activismo político por los 200 despidos. Otra trabajadora también estaría “marcada”. La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) calificó el hecho como “persecutorio”.
Hospital Bonaparte: 40% menos de empleados en un año y una intervencion que quiere hacerlo “rentable”
.Un nuevo ataque contra los trabajadores del Hospital Nacional de Salud Mental Laura Bonaparte se llevó a cabo el lunes, luego de que las autoridades interventoras decidieran “echar de palabra” a Javier Ríos, empleado desde hace diez años en el sector de comunicación de la institución. “Fue una acción disciplinante para acallar la lucha que los trabajadores venimos impulsando desde el cuatro de octubre del año pasado”, explica Javier, quien no figuraba inicialmente en los 200 despidos que se llevaron a cabo durante el mes de enero, pero cuyo puesto no fue renovado por la nueva gestión a comienzo de esta semana.
“Si bien todavía no recibí ninguna notificación oficial, mi jefa de área me confirmó que mi contrato no fue renovado”, agrega el ahora extrabajador del hospital, tras una década en la institución. Javier es un activista político conocido públicamente por su participación en las diferentes asambleas y comisiones de trabajo que se conformaron desde octubre, cuando comenzó el vaciamiento del Gobierno contra la institución. “Coordino la comisión de despedidos del hospital y, desde el lunes, formo parte”, bromea Javier, quien además es documentalista con dos películas producidas sobre el movimiento obrero.
Junto a otros compañeros, además, Javier creó en octubre la cuenta de Instagram “En lucha el Bonaparte”, con más de 50 mil seguidores y en donde comunican todas las novedades sobre la lucha de los empleados despedidos y los recortes por parte del Gobierno. “Siempre me dediqué al registro audiovisual dentro del hospital en el área de comunicación y ahora colaboro también desde afuera, contando la destrucción del Gobierno a la salud pública”, señala el documentalista de 52 años.
Otra empleada de la institución, con igual antigüedad en su puesto, también estaría “marcada” por las nuevas autoridades ante su participación política en diferentes asambleas. Desde la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) plantearon que existe una “clara intencionalidad de persecución gremial sobre compañeros activos con participación activa en la lucha”.
“Te colgaron de la plaza pública para que lo veamos todos”, le dijo a Javier una compañera del Bonaparte, tras enterarse de su situación. “No lo tomó como un ataque personal, sino como un intento de disciplinamiento al colectivo de trabajadores que defiende públicamente al hospital”, asegura Javier. “Estamos frente a un gobierno que persigue todo lo que se resista”, apunta el reciente despedido, quien comenzará acciones legales contra las nuevas autoridades. Las jornadas de visualización del conflicto continúan en el edificio de Combate de Los Pozos 2133, en Parque Patricios, con diferentes actividades.
El 23 de enero, el neurocirujano y reciente interventor del hospital, Mariano Pirozzo, reunió a algunos jefes del Bonaparte para presentarse. Allí, tras despedir a 200 empleados que habrían ingresado en 2020 durante el gobierno anterior, les comunicó que su objetivo era volver a la institución “rentable”. Pirozzo, quien cumplió la misma función antes en el Hospital Nacional Baldomero Sommer ─en donde se despidieron a más de 120 trabajadores─, llegó a la institución de salud mental junto a la directora del Comité de Control de Calidad del Ministerio de Salud, Gisela Bracco. La nefróloga y especialista en medicina estética asumió la dirección de ese organismo en septiembre del año pasado, cuyo fin es la “optimización de los recursos de la salud pública”. Según su cuenta de LinkedIn, sigue “abierta a nuevas posibilidades de trabajo”.
El lunes, el mismo día en que despidieron a Javier, la justicia resolvió abrir la feria judicial para tratar la situación del hospital, luego de la intervención de la cartera de salud. La medida judicial se produce a partir de una presentación del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), en el que sostienen “que después de los últimos 200 despidos están en grave riesgo la continuidad de los tratamientos y el funcionamiento de todo el hospital”.
En la presentación ante la Justicia en lo Contencioso Administrativo Federal, el CELS explicó “la situación crítica” que atraviesan los servicios de guardia, internación, farmacia, atención y cuidados en la urgencia. “Eso incumple con las obligaciones del Estado de garantizar el acceso gratuito, igualitario y equitativo a la salud y de asegurar a las personas usuarias la preservación de su salud, según establece la Ley de Salud Mental”, señaló el organismo de derechos humanos.
Una trabajadora del Bonaparte le aseguró a elDiarioAR que las autoridades ordenaron enviar mensajes a sus pacientes con suspensiones de turno y derivaciones a otras instituciones. “Buscan vaciar al hospital de pacientes para justificar los despidos”, señaló la empleada.
FLD/MG
La batalla cultural que el Presidente imagina en su cabeza que está dando es una batalla por resucitar fantasmas que ya no están, plantea el autor de esta nota, diputado nacional y activista LGBTQ+.
El desafío político de no naturalizar ni justificar el discurso homofóbico de Milei en Davos
El presidente Javier Milei eligió Davos para declarar la guerra. En su cabeza, alimentada por las ideas de Nicolás Márquez y su discípulo Agustín Laje, aparece una misión. Liberarnos del oprobio que representan las sociedades diversas, tolerantes y plurales. Está convencido que en esta noble misión lo acompañan “las fuerzas del cielo”.
Desde el púlpito arremetió contra eso que denominó “cultura woke” y que nadie entiende demasiado bien de qué se trata. Parece que bajo esa palabra casi desconocida caben las sucesivas capas del “progresismo”. Cultura woke ¿vendría a ser cultura progre?
Por primera vez en sus 14 meses de gobierno, el Presidente fue nítido acerca de sus enemigos. Porque para librar una batalla hay que elegir algunos enemigos. Y no hay mejor sitio para gritarle al mundo la declaración de guerra que un Foro económico…. woke. Y si no woke, repleto de CEO’s y representantes de los valores de lo que Milei cree que es la cultura woke.
¡En su cara y en su cancha! ¡Todas las verdades juntas! ¡El Presidente libertario, el líder anarco capitalista, desde el centro del poder desenmascarando la mentira del feminismo, el curro de los derechos humanos, la estafa de la sustentabilidad! Y así la vida.
Y envalentonado -sin dudas por el aire espeso que trajo la asunción por segunda vez de Donald Trump como presidente de Estados Unidos- se dispuso a darle la estocada final al peor de sus adversarios: el colectivo LGBTIQ+ y su nefasta “Ideología de género”. Y qué mejor para hacerlo que vociferar sobre la madre de las “verdades”: homosexualidad es igual a pedofilia.
Y lo dijo.
Desconozco cuándo exactamente -si es que hubiera sucedido en algún momento- el presidente Milei tomó consciencia de que en esta ocasión eligió mal el enemigo. Se metió con las maricas.
Y las maricas somos bravas.
Si de algo sabemos las lesbianas, las mujeres y varones trans, los gays y las personas no binarias es de dar batalla. Porque en realidad nos la pasamos batallando casi todo el tiempo. Diría más, batallamos a los largo de toda la historia.
Somos un colectivo resistente y resiliente. Sobrevivimos a la violencia de las comunidades de fe, que aún consideran nuestra mera existencia un pecado. Sobrevivimos a quienes quisieron curarnos y hasta exterminarnos. Sobrevivimos, y aún hoy lo hacemos, al intento de encerrarnos. Como en esos más de 70 países que penalizan la diversidad sexual. Algunos con pena de carcel, y siete de ellos con pena de muerte. Allí también, a pesar de todo, existimos y resistimos.
En las maricas Milei encontró su Waterloo. Aunque no solo por la respuesta rápida y eficaz de un colectivo entrenado para responder y resistir. Sino porque esa batalla cultural que el Presidente imagina en su cabeza que está dando -y que se alimenta de las ideas de Márquez y Laje- es una batalla por resucitar fantasmas que ya no están. Esa sociedad que anhelan los tres catetos del triángulo reaccionario no vuelve más.
Sencillamente porque la sociedad en la que hoy vivimos es, fruto de avances, debates, cambios y transformaciones, una sociedad que está mucho más adelante que lo que imaginan ellos. Y porque la sociedad idealizada y pretendida por los libertarios es una sociedad tan injusta y primitiva, que nadie está dispuesto a hacer el sacrificio de volver allá.
Es que Laje, Márquez y Milei idealizan una sociedad que ni siquiera es la de principios del siglo 20. Esa sociedad se parece más a la previa al Estado civil, previa a la ley 1420 de educación universal y gratuita. Casi se podría decir que se parece bastante a las sociedades esclavistas de mediados del siglo XIX.
Qué paradoja que en nombre de la Libertad, los referentes de este gobierno quieran imponernos qué sentir, cómo amar, quiénes ser, cómo conformar familias, cómo expresar lo que sentimos. La única libertad que pretenden es la libertad para que quienes tienen el poder nos impongan sus valores.
Por eso la marcha del 1 de febrero debe ser un recordatorio de toda la sociedad democrática para Javier Milei y su gobierno. Un recordatorio de que la batalla que imaginan se inicia perdidosa. De que la sociedad argentina ha decidido construirse como una sociedad plural, diversa e inclusiva. De que el consenso democrático construido en estos 41 años no se negocia.
Y de que más maricas ya dejamos el clóset hace tiempo. Y al clóset no volvemos nunca más. Porque la batalla la vamos a dar visibles, alegres y orgullosas.
*El autor es diputado nacional por Santa Fe por el Partido Socialista.
EP/MC
Libros, series, películas y un montón de cosas de las que aferrarse en medio del desconcierto.
La puerta de Hugh Grant, cine en francés
Un arranque cortito y prestado esta vez: por varias vías y motivos que no vienen al caso, algunas personas que quiero mucho compartieron conmigo el poema que les dejo por acá enseguida. Formó parte de una entrega del newsletter El poema de hoy, del escritor y traductor argentino Ezequiel Zaidenwerg (una idea sencilla y preciosa, divina justamente en su simpleza: todos los días envía por correo un poema que él mismo selecciona y traduce, se pueden suscribir por acá).
Viendo qué hacemos entre piedras y pájaros, ahí andamos (ya vendrán nuevos comienzos, prometo). Mientras tanto, se quedan con una nueva edición de Mil lianas.
1. Lecturas de verano por dos. Con la intención de recuperar publicaciones de 2024 que no llegaron a tener la cobertura que merecían o, simplemente, para proponer opciones notables a quienes estén buscando lecturas por estos días, armé durante todo enero una selección de libros que lleva el no muy original título Lecturas de verano. En la tercera entrega reuní textos, que en estilos y épocas distintas, se enfocan en los vínculos y en la memoria desde la crónica personal, el cuento y el ensayo pop. La leen por acá.
En la cuarta y última, los libros elegidos son en realidad grandes rescates literarios que durante el año pasado hicieron distintas editoriales, con textos de los argentinos Leopoldo Brizuela, Alejandra Pizarnik y Roberto Arlt. Atención que dos de ellos pueden descargarse de manera legal y gratuita. Pueden saber más por acá.
La tercera entrega de Lecturas de verano se puede leer en este enlace. Y la cuarta, por acá.
1 y ½ Los sorias, de Alberto Laiseca. Ya que hablábamos de rescates, a finales de diciembre se conoció una noticia buenísima: Barrett, una editorial independiente de España que distribuye también sus libros en Argentina, recuperó y reeditó Los sorias, de Alberto Laiseca. Una novela mítica, voluminosa, impactante, que al autor le llevó diez años escribir y que había dejado de circular en las librerías argentinas.
Editada en un solo volumen, tal como era la voluntad de Laiseca, esta nueva edición del libro viene con el prólogo original que escribió Ricardo Piglia en 1998. Entre otras observaciones, Piglia sostiene en ese texto que Los sorias es “la mejor novela que se ha escrito en la Argentina desde Los siete locos”.
“Los sorias pertenece a la estirpe de los libros que circulan de mano en mano, como una carta privada destinada a todo el mundo (...). Son incontables los lectores que no han leído Los sorias y esa multitud de lectores futuros garantiza la persistencia de este libro; esta novela va hacia ella y su movimiento es lentísimo (diez años para escribirla, veinte años para editarla, treinta años para convertirse en un clásico) porque es el ritmo de la literatura, lo contrario de la fugacidad de los best sellers que entran y salen de la escena una vez por semana. No le sobran lectores, pero los que le faltan son tantos que tiene asegurada una lectura interminable”, señala Piglia.
La nueva edición de Los sorias, de Alberto Laiseca, salió por el sello editorial Barrett.
2. Algo viejo, algo nuevo, algo prestado, de Hernán Rosselli. En un terreno opaco, encantadoramente turbio. Allí se mueve Maribel Felpeto, la narradora de esta historia. También su madre Alejandra y un grupo de personas que trabaja para ellas o se dedica al mismo rubro: el negocio de la quiniela clandestina en el sur del conurbano bonaerense. Los días parecen calcados, con mecanismos más o menos repetidos (hay personas encargadas de “levantar” las apuestas por el barrio, otras de trasladar dinero, otras de cargar los datos a un sistema digital bastante rústico, la mayoría, hacia el final de la jornada, de fijarse los números que salieron sorteados y saber si se ganó o se perdió dinero), pero algo en el último tiempo parece estar modificándose. Es que se habla de posibles allanamientos, de cambios en la estructura policial, de nuevos interesados en entrar en una actividad ilegal y vertiginosa.
El gran hallazgo de la película Algo viejo, algo nuevo, algo prestado, del cineasta argentino Hernán Rosselli, es la singular manera que encontró el director para contar una historia que oscila entre lo policial y lo familiar mediante una combinación extraordinaria de registros. Por un lado, decidió usar imágenes reales de un archivo increíble (una serie de videos caseros que le sirven para reponer el contexto íntimo de las protagonistas: las dos mujeres y Hugo, el patriarca, que murió misteriosamente y les legó el negocio). En esa zona de la película, que se aproxima al cine documental, hay imágenes ochentosas magnéticas de fiestas, de fulgores pasados, de viajes. Pero también está la otra, la del presente de la historia, con el registro ficcional que muestra el día a día de las apuestas y ese ambiente que se va volviendo cada vez más inquietante. Allí se suman capas de texturas: las cámaras de seguridad donde se mueven las Felpeto, el hiperrealismo, el seguimiento palmo a palmo de los movimientos de todos.
Es a partir de una superposición magistral, de una manera siempre sorprendente de brindar información para ir armando el rompecabezas del relato, de un juego narrativo en el que cada escena pareciera mostrar y al mismo tiempo ocultar otra cosa, que la película plantea un universo fascinante donde nada es obvio. Un lugar inasible donde la sensación de carta robada acecha (¿estaremos frente a algo que, de tan cercano, no podemos dilucidar?), donde lo que se ve podría no ser lo que parece. Donde late algo viejo, algo nuevo, algo prestado como el dinero, la idea de familia o el mejor cine.
Después de pasar por el festival de Cannes en 2024 y agotar las localidades durante todas las funciones de diciembre y enero, la película de Rosselli seguirá en cartel todos los sábados de febrero en el auditorio del Malba.
La película Algo viejo, algo nuevo, algo prestado, de Hernán Rosselli, se puede ver en el Malba. Más información sobre horarios y funciones, en este enlace.
3. The Pitt. The Pitt –algo así como un pozo, un lugar bajo, una fosa– es el nombre despectivo que le pusieron los propios empleados al hospital estadounidense en el que trabajan. Se trata de un centro de salud que recibe todo el tiempo personas con emergencias de lo más diversas ubicado en Pittsburgh, Pensilvania. The Pitt es una serie recientemente estrenada por Max que acude al clásico género del drama médico para contar el vértigo que viven tanto los pacientes como los trabajadores en cualquier hospital con falta de recursos.
Clásica, sencilla y atrapante a la vez, la serie tiene como protagonista a Michael Robby Robinavitch (encarnado por Noah Wyle, quien hace varios años también participó de otro enorme referente del género, ER Emergencias), un experimentado médico que tiene a su cargo el sector que recibe pacientes en estado grave o con cuadros extraños que debe dilucidar. Al frente de un grupo que incluye otros colegas, enfermeros, asistentes sociales y pasantes que aspiran a ser médicos en el futuro, se cruzan así las intrigas personales, los amores, los secretos del protagonista, con los dramas de quienes llegan a la guardia en busca de soluciones. Entre los asuntos que los médicos deben resolver con solvencia, pese a la escasez de dinero en la institución, hay consumos problemáticos, problemas de salud mental y familias arrasadas por la pobreza.
Algo que distingue a The Pitt de otros programas del rubro es su ritmo: cada episodio cuenta en tiempo real, como hacía la serie 24, una hora del turno de los protagonistas. La temporada, que tiene 15 capítulos, reflejará así las quince horas de trabajo de corrido que tienen que hacer los empleados de The Pitt. Por los tiempos que narra, además, otra característica particular de la serie es que refleja con crudeza las consecuencias y las heridas que dejó la pandemia de Covid 19.
La serie The Pitt está disponible en la plataforma Max. Cada jueves se estrena un nuevo capítulo.
Apostilla. Como les conté por acá hace poco, era una de las series más esperadas de los últimos tiempos. Por suerte, ya se confirmó su fecha de estreno: a partir del 30 de abril llegará a la pantalla de Netflix El Eternauta, la versión audiovisual de la icónica historieta argentina de ciencia ficción creada por Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López.
La serie, tal como ocurre en la historia original, se centra en Juan Salvo y un grupo de sobrevivientes que luchan contra una amenaza alienígena tras una nevada mortal. Está narrada en seis episodios, con dirección de Bruno Stagnaro y un elenco que incluye a Ricardo Darín, Carla Peterson, César Troncoso, Andrea Pietra y Marcelo Subiotto, entre otros.
Banda sonora. “Algunas de estas canciones denuncian la opresión y exigen justicia, otras son plegarias por un cambio positivo; algunas te agarran por los hombros y te gritan en la cara, otras son intentos personales e íntimos de plasmar sutilmente la naturaleza contradictoria de la lucha política y el cambio desde adentro. Muchas de nuestras selecciones son productos específicos de tradiciones políticas de izquierda (como la versión de Pete Seeger de We Shall Overcome), pero muchas otras son éxitos que deslizaron mensajes urgentes en el mercado pop (como el bop New Wave anti guerra nuclear de Nena, 99 Luftballons). Esta es probablemente la única lista de Rolling Stone que presente a Phil Ochs, Dead Kennedys y Beyoncé uno al lado del otro, pero cada uno de esos artistas es un participante vital en la larga historia de músicos que usan sus voces para exigir un mundo mejor”, señaló la edición estadounidense de la revista Rolling Stone esta semana y publicó una selección con las que consideran las mejores cien canciones de protesta de la historia. Una curiosidad: entre las elegidas está Los dinosaurios, de Charly García. Si tienen ganas de saber más, la lista completa se puede escuchar por acá. De ahí trafiqué algunas canciones para la banda sonora de Mil lianas (sí, esa que se actualiza todos los viernes y siempre escuchan por acá). Así que se suman a nuestra lista canciones de Kendrick Lamar, The Clash, Joni Mitchell, The Temptations, Beyoncé y varios más.
Ya que estamos en la zona musical: después de pasar por los cines y otras plataformas, vi por estos días que está en el menú de Netflix Moonage Daydream, el documental que Brett Morgen armó con archivos increíbles de David Bowie. El director buceó, con el aval de los herederos del artista, por miles y miles de horas de imágenes del músico en recitales, entrevistas y todo tipo de presentaciones en vivo. Es hermoso y súper conmovedor, si se lo cruzan no se lo pierdan.
Posdata. El sábado nos vemos por acá.
¡Hasta la próxima!
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