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"Movilización espontánea" y estética yanqui: Milei ajusta cómo será su asunción

El domingo próximo al mediodía Javier Milei se convertirá en presidente de la Nación y su deseo es que una multitud lo acompañe a su jura como mandatario. Quiere repetir la foto de la noche del balotaje, cuando miles de personas ocuparon la avenida Córdoba del microcentro porteño desde donde está el búnker libertario, en la esquina con la calle Esmerald, y hasta en la zona del Obelisco. Por eso en La Libertad Avanza opera por estas horas la estrategia de que haya una manifestación “espontánea” hacia la Plaza del Congreso para la jornada de asunción. 

La intención es que sea una movilización “sin aparato” en línea con la bandera anti-casta que suele flamear el presidente electo, pese a que incorporó a políticos de trayectoria a su armado. Por un lado quiere disputarle el arraigo callejero al peronismo; por otro, busca espantar los fantasmas de frialdad popular que sufrió Mauricio Macri: quién no recuerda cuando el 1 de marzo de 2016, ante su primer discurso para inaugurar las sesiones ordinarias, culpó al mal tiempo por la falta de convocatoria: “Qué lástima, feo día. Mucha gente que habrá querido venir y por la lluvia no salió”, se lo escuchó decir desde el auto oficial que lo llevaba de Casa Rosada al Congreso.

En el entorno de Milei aseguran que la intención del presidente electo es la de “hablarle al público” desde las escalinatas del Congreso que dan a la avenida Entre Ríos. Será luego de la jura y de recibir los atributos de asunción en el recinto de Diputados ante la Asamblea Legislativa, ceremonia agendada para las 12. El mandatario quiere imitar la toma de posesión que se realiza en los Estados Unidos, donde el nuevo presidente jura y se dirige a la sociedad desde el ingreso del Capitolio de Washington. 

“Milei quiere algo espontáneo. No quiere micro ni movilizaciones, que la gente se acerque espontáneamente”, recogió elDiarioAR uno de los distritos del conurbano donde Milei logró hacer pie para esta campaña. 

“La decisión es que sea espontánea, sin organización. Hay mucha gente que va a querer ir en forma voluntaria y decidimos tener un planteo más amplio, no tan organizativo, que sea de los libertarios por cuenta de cada uno. No vamos a salir en forma ordenada, pero sabemos que va a ir muchísima gente. Va a ser una multitud”, afirmaron en otro local libertario. Este medio fue testigo de reuniones libertarias cerradas donde se propuso “ganarle los bombos y la fiesta al peronismo”.

La “espontaneidad” mileísta, sin embargo, estará motorizada subterráneamente con cierta organización previa. Hay cuentas en las redes sociales que están llamando a "llenar las plazas".

En la Capital Federal tiene como referentes a la vice Victoria Villarruel –que tiene su propia agrupación– y Ramiro Marra, y en el conurbano opera Sebastián Pareja, su armador bonaerense. Además, hay un trabajo sobre la estética y la puesta en escena que tiene por detrás a su hermana Karina Milei, a Fernando Cerimedo –quien comanda la cuenta virtual de la Oficina del Presidente Milei con el logo de la Casa Rosada, otra vez emulando al de la Casa Blanca–, Manuel Adorni –quien será el vocero presidencial– y Ernesto Roust –subsecretario de Prensa–. También tiene mucha injerencia el excanciller macrista Jorge Faurie, a cargo del ceremonial y protocolo de la asunción.

"El Presidente jura ante la Asamblea Legislativa, hace un mensaje de duración breve y luego sale y hace un mensaje a la Nación", detalló el exministro de Relaciones Exteriores en declaraciones a la prensa durante el fin de semana. Incluso dio un detalle de color: se está "probando” el famoso Cadillac que usaron desde Juan Perón a Raúl Alfonsín y Carlos Menem para que lo use Milei. “Hay toda una tarea de sacarlo desde el Museo de la Casa Rosada", comentó Faurie.

Al llegar a la Rosada, Milei recibirá a las delegaciones extranjeras, con algunas figuras mundiales llamativas, ya que habrá presencias de otros mandatarios pero también de dirigentes políticos alineados a la agenda ultra del libertario. En ese sentido estarán Santiago Abascal, líder del partido de la ultraderecha española Vox, y el exmandatario brasileño Jair Bolsonaro. 

La presencia del expresidente de Brasil complica las gestiones para una foto de Milei con Lula da Silva, pese al canal de diálogo abierto a partir de la continuidad de Daniel Scioli como embajador en Brasilia. Del resto de los países sudamericanos se espera la llegada de Gabriel Boric, de Chile; Luis Lacalle Pou, de Uruguay; Santiago Peña, de Paraguay, y Daniel Novoa, de Ecuador. Será una novedad la presencia de Nayib Bukele, de El Salvador.

Según la lista de confirmados que trascendió hasta el momento, por parte de Europa confirmaron el Rey Felipe VI de España, el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, y el presidente de Armenia, Khachaturyan Vahagn. Clarín publicó que la futura canciller Diana Mondino evitó expresamente invitar a los presidentes de Irán, de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Aunque fueron invitados, no asistirá el presidente nortemericano Joe Biden y tampoco su antecesor, Donald Trump, con quien Milei tiene una relación de cercanía ideológica.

La agenda del primer día de Milei presidente terminará con una ceremonia interreligiosa en la Catedral Metropolitana, una novedad para el tradicional tedeum. Como practicante del judaísmo, el mandatario electo pidió que se hicieran oraciones de diferentes credos. Para el cierre de la jornada, se espera una función de gala en el Teatro Colón. 

MC/JJD

Milei propondrá eliminar las PASO y podría recibir apoyos del peronismo y del PRO

Milei propondrá eliminar las PASO y podría recibir apoyos del peronismo y del PRO

Guillermo Francos, el futuro ministro del Interior, dijo que Javier Milei presentará como presidente de la Nación un proyecto de ley para eliminar las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). No será el primer intento de enterrar estos comicios, que se realizan el segundo domingo de agosto cada dos años, desde 2011 de manera ininterrumpida.

Hasta ahora, todos esos intentos han fracasado, básicamente porque una decisión política de este calibre —que supone nada menos que cambiar las reglas de juego electorales— requiere un consenso político amplio y apoyos en el Congreso, donde el mandatario libertario no es precisamente fuerte.

Como cambiar el sistema electoral es cosa seria, la Constitución no solamente impide hacerlo por decreto sino que establece en su artículo 77º que proyectos de esta índole “deberán ser aprobados por mayoría absoluta del total de los miembros de las Cámaras”.

Esto significa que para eliminar las PASO, como ahora quiere Milei —y como promovieron referentes de otros espacios políticos en el pasado—, no basta la mayoría simple (de los presentes en el recinto) sino que se requiere la aprobación de al menos 129 diputados y 37 senadores, que es la mitad más uno de los miembros de cada cámara.

Como ya indicó elDiarioAR en esta nota, La Libertad Avanza, el partido del fufuto presidente, tendrá 38 de los 257 diputados y podría ampliar ese número a poco más de 80, sumando los 40 del PRO (suponiendo que todos lo hagan) y algunos monobloques y espacios provinciales. En la Cámara alta tendrá 7 senadores propios a quienes se podrían sumar los 6 del PRO y otros 5 monobloques. Es decir, 18. No le alcanza.

Así las cosas, para eliminar las PASO —como para muchas otras iniciativas— deberá negociar con los radicales y/o con los peronistas, suponiendo que ya tiene a la mayoría del PRO de su lado. El objetivo no es sencillo pero tampoco es imposible de cumplir: no son pocos los proyectos presentados para derogar las PASO y volver a una sola elección nacional cada dos años, la de octubre. Y no son pocos los dirigentes de la primera línea de la política argentina, de distintos espacios, que han expresado en el pasado su intención de que las PASO sean eliminadas.

El ministro del Interior saliente, Eduardo "Wado" de Pedro, por ejemplo, trabajó en su propio gobierno para eliminar las PASO: en octubre de 2022 dijo que “el 100% de los gobernadores” del oficialismo no querían las primarias y, de esta manera, le metió presión a Alberto Fernández, quien como Presidente defendió las primarias tal como rigen por ley (una ley, dicho sea de paso, propuesta por Néstor Kirchner y presentada en 2009 por la entonces presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner).

Si la voluntad de los gobernadores, tal como la describió De Pedro, se mantiene al día de hoy, las chances de la derogación de las PASO se acrecientan. De Pedro será senador nacional y, al menos en lo relativo a las PASO, un opositor con quien LLA podrá coincidir. De hecho, el diálogo ya ha comenzado, en la transición gubernamental.

En el Congreso, como se dijo, ya hay muchos proyectos de derogación de las PASO de diputados y senadores de distintos espacios. Por ejemplo, el del rionegrino Luis Di Giacomo y el misionero Diego Sartori, que representan a los partidos gobernantes en sus provincias, Juntos Somos Río Negro y el Frente Renovador de la Concordia, respectivamente. También se cuentan proyectos de derogación de las PASO de la exdiputada Alma Sapag, del Movimiento Popular Neuquino; del senador saliente Maurice Closs, del Frente de Todos, y del diputado saliente del PRO Pablo Tonelli.

Asimismo, presentaron sendos proyectos para derogar las PASO la peronista riojana Hilda Clelia Aguirre y la bloquista sanjuanina Graciela Caselles, ambas integrantes del Frente de Todos. En el Senado, la kirchnerista rionegrina Silvina García Larraburu, quien en los fundamentos de su iniciativa señala que una vez derogadas las PASO “los partidos políticos volverán a definir sus candidaturas en elecciones internas cerradas” y que “muchos partidos políticos no llegan a cierto porcentaje de votos y quedan afuera, cosa que no sucedía antes de las PASO”.

Respecto de este último punto, la eventual propuesta de Milei, inclusive, podría contar con el apoyo de los cinco diputados del trotskismo, que se oponen a lo que consideran el “piso proscriptivo” del 1,5% de los votos válidos emitidos que exige el texto legal de las PASO para poder quedar habilitados para competir en las elecciones de octubre.

En 2018, siendo presidente de la Nación, Macri se quejó de “la campaña con tanto tiempo adicional” que exige las PASO, como elección anterior a las general. “Las PASO han sido una experiencia frustrante”, dijo el expresidente.

Sin embargo, la derogación de las PASO no es una postura uniforme dentro del PRO ni de lo que al menos hasta el 22 de octubre era Juntos por el Cambio. El diputado saliente Mario Negri (UCR-Córdoba) sostuvo este año: “Hay que cuidar las PASO. El PJ está suspendiéndolas en algunas provincias. Es un antecedente peligroso que indica la desesperación de los señores feudales pero sin dudas perjudica la democracia. Hay que defender el derecho a elegir”.

Las PASO sirven para definir por el voto popular una candidatura presidencial cuando un mismo frente electoral tiene 2 o más aspirantes a esa postulación. Lo mismo ocurre cuando un espacio político tiene 2 o más listas de postulantes a diputados y senadores nacionales: para que en octubre ese espacio tenga una sola lista.

Este año las PASO se usaron, por ejemplo, para dirimir la candidatura presidencial de Juntos por el Cambio: Patricia Bullrich le ganó a Horacio Rodríguez Larreta. Lo mismo, para Unión por la Patria: Sergio Massa venció a Juan Grabois. En cambio, Milei fue el único candidato de LLA.

Cuando hay un solo candidato o una sola lista, las PASO se realizan de igual manera porque son obligatorias y, en caso de que no haya una disputa interna, la única fórmula presidencial no compite contra ninguna otra. De manera tal que para la opinión pública es un anticipo de la fortaleza electoral que podría lograr ese espacio en la elección general.

Quienes no quieren las PASO sostienen que se agrega una votación más en un país que elige representantes cada dos años y que, particularmente en años de elección presidencial, se puede “estar votando” durante cuatro meses —como en 2015, 2019 y este año—, lo que además dificulta la transición si la economía, como en los últimos cuatro años, sufre tanta volatilidad cambiaria. Además, usan el ya clásico argumento de lo que cuestan las PASO y señalan que lo mismo todos los ciudadanos deben ir a votar inclusive cuando un espacio político ya ha resuelto sus candidaturas por su propia cuenta.

En cambio, quienes defienden las PASO sostienen que sirven para ordenar la oferta electoral, frenando las decisiones de candidaturas a dedo, y que estimulan la participación de todas las líneas internas dentro de los partidos y coaliciones. También dicen que permitieron en 2015 la formación de Cambiemos, una coalición que terminó sacando al peronismo del poder después de 14 años, y que suelen ser aprovechadas por el Frente de Izquierda para resolver sus candidaturas internas. En otras palabras, sostienen que las PASO favorecen los acuerdos políticos y tienden a evitar la atomización de la oferta electoral.

Al igual que este año, en 2021 las PASO se usaron en casi todo el país para dirimir candidaturas locales y nacionales (recordar las internas de Santa Fe, Córdoba y Provincia de Buenos Aires). Y en 2019, la última elección presidencial, se usaron en 17 distritos: 29 internas nacionales más las locales.

Entonces, ¿sirven o no sirven? Es una de las discusiones que se vienen.

JJD

Bullrich desplaza a Villarruel como “dama de hierro” y buscará unificar Seguridad y Defensa

Bullrich desplaza a Villarruel como “dama de hierro” y buscará unificar Seguridad y Defensa

Patricia Bullrich tendrá en sus manos todo el poder de policía del Estado una vez que asuma Javier Milei el próximo domingo. Ya tenía Seguridad y este lunes se le sumó, vía Luis Petri, Defensa. Su nuevo perfil de “dama de hierro” quedó cristalizado luego de que el presidente electo definiera que el radical silvestre que acompañó la fórmula de la candidata de Juntos por el Cambio se sume al Ejecutivo. El movimiento de piezas internas termina por desplazar a Victoria Villarruel, la vice que había querido para sí las dos carteras que controlan las distintas fuerzas armadas y de seguridad.

Aunque fue Milei quien le ofreció personalmente el cargo a Petri, la jugada fue parte de la negociación que abrió Bullrich cuando selló su desembarco al gobierno de La Libertad Avanza apenas después del balotaje. Ya se hablaba de él en Defensa hacía dos semanas. La exministra no iba a volver a Seguridad como un mero revival de su gestión 2015-2019: su verdadero anhelo es poder fusionar la cartera con Defensa, y esa estrategia es plausible ahora teniendo a alguien propio conduciendo a los militares. La cuestión normativa será una batalla a futuro en el Congreso.  

El ascenso de Bullrich no sólo impacta contra Villarruel sino que también eclipsa los intereses que tenía Mauricio Macri de hacer propio también el gobierno libertario. La exministra y el expresidente quedaron más distanciados que nunca, aún más desde que el macrista Cristian Ritondo no quedó como jefe de Diputados. La conformación del gobierno quedó cristalizado en lo que fue la reunión de gabinete entrante de este lunes encabezado por Milei, donde Bullrich y Petri estuvieron junto a Karina Milei, que será secretaria general de la Presidencia; Nicolás Posse, futuro jefe de Gabinete; Diana Mondino, Cancillería, y Guillermo Ferraro, ministro de Infraestructura.

“Es una decisión del presidente. Villarruel en su momento había propuesto una conducción más técnica/política y el presidente definió que fuera una conducción más política”, comentaron a elDiarioAR en el entorno de la vicepresidenta electa, quien está abocada a reuniones por su desembarco en el Senado. Quedará para el recuerdo el acting de Milei durante la campaña con Jony Viale en LN+ donde anticipó que Seguridad y Defensa quedarían “para Victoria”. 

“Una cosa es la campaña y el llamado al voto de la familia militar, otra es la gestión. Y Villarruel lleva una agenda muy reaccionaria y conservadora de la que el presidente no parece compartir mucho. La están aislando”, dijo metiendo cizaña una fuente por fuera de LLA que tiene terminales directas con Milei. Una línea argumentativa también abona cierta diferencia entre la vice y Karina.

En contraposición a Villarruel, es llamativo el salto ornamental que hizo Petri. En seis meses pasó de perder las primarias del oficialismo en Mendoza contra el radical Alfredo Cornejo –hoy gobernador electo– a ser compañero de fórmula de Bullrich y luego fiscal de mesa en el balotaje para custodiar los votos del libertario. Cobró bien tanta condescendencia, aunque estará sumido en Bullrich. 

“Luis no tiene volumen político propio para haber llegado a Defensa por sí solo. Está claro que es un reconocimiento a Patricia. Fue la forma elegante de darle a ella los dos ministerios”, recogió elDiarioAR de un confidente que la acompañó a Bullrich en su anterior paso por el gobierno. “No es un radical orgánico de comité. Siempre fue libero y halcón antes de que existan los halcones”, lo pintó un operador de la UCR. En su provincia negaron que Cornejo haya jugado a favor de su nuevo cargo.

Bullrich lo eligió en su momento para “no desperfilarse” y ese mismo atributo habría ponderado para ubicarlo en el cargo. Está especializado en seguridad y durante su paso por Diputados –lo fue desde 2013 hasta 2021– en tiempos del macrismo llegó a presidir la comisión de Seguridad Interior. Según una nota que publicó en 2018 Pablo Winokur en A24.com, tenía una relación de amistad con Oscar Aguad –en su momento ministro de Defensa de Macri– y ya trabajaba en conjunto con Bullrich –que estaba en Seguridad–. En 2017 la administración macrista promulgó la llamada “ley Petri” –con el número 27.375– para limitar las excarcelaciones o salidas anticipadas a condenados por delitos graves.

Aunando fuerzas con Petri, tarde o temprano Bullrich querrá unificar las carteras. Suena como funcionario de enlace entre ambos ministerios Alberto Fohrig, quien fue coordinador de los equipos de gobierno en la campaña de JxC y exsecretario en Seguridad en 2016-2019. La idea que flota en la cabeza de la próxima ministra es que los militares puedan hacer “un trabajo complementario” junto a las fuerzas de seguridad para combatir el delito, principalmente el narcotráfico, con la situación en Rosario como la más acuciante. Ya elDiarioAR publicó cómo ostentará Bullrich el aparato represivo de las fuerzas federales.

Cerca de Bullrich entienden que si el apoyo de las fuerzas armadas es meramente “de logística”, alcanza con la firma de un decreto de implementación. Imaginan un escenario, por caso, donde puedan “aprovecharse” desde los helicópteros hasta los camiones del Ejército. “Cada agente federal manejando un auto significa que no lo podés tener en la calle de los barrios”, apuntó la fuente consultada. 

La “mano dura” de Bullrich tendría un impedimento legal si espera que los militares hagan patrullaje en los barrios o las rutas. Tendría que modificarse la ley de Defensa Interior, entre otras normativas. En su entorno apelan a modificaciones de esa profundidad –como la unificación de las carteras– para el mediano plazo. “Patricia debería hacer un operativo de saturación en Rosario, blindar con los militares toda la ciudad a través de aros de control. Con esas barreras humanas acabas con el narcotráfico”, apuntó el operador bullrichista.

Durante su gestión pasada Bullrich llegó a enviar 3000 gendarmes a la ciudad más importante de Santa Fe. Ahora tiene una cercana relación con el gobernador Maximiliano Pullaro. E incluso tiene línea directa con Waldo Wolff, el nombrado ministro de Seguridad de Jorge Macri en la Ciudad.

Mientras Petri deberá agendar ahora reunión con Jorge Taiana, Bullrich ya tuvo su encuentro con Aníbal Fernández. Fue una “charla extensa y a solas”, según contó la propia futura ministra, a la que luego se sumaron las segundas líneas de cada lado. “La seguridad no frena”, comentó Bullrich al respecto de la transición y planteó sobre el rol de policía del Estado que ahora comandará como “dama de hierro” con Milei en la presidencia: “Las fuerzas están 24 por 7 por 365”.

MC/JJD

Calor extremo: qué posibilidades hay de sufrir cortes de luz masivos en el verano

Calor extremo: qué posibilidades hay de sufrir cortes de luz masivos en el verano

A la futura canciller, Diana Mondino, le gusta hablar de todo y se mete en terrenos que exceden su rol en las relaciones exteriores. Lo demostró el pasado jueves en la conferencia anual de la Unión Industrial Argentina (UIA) cuando advirtió a los empresarios que debían comprarse generadores eléctricos propios para sobrellevar cortes de luz el próximo verano. Tres días antes, uno de los dueños de Edenor, José Luis Manzano, reconoció el riesgo de apagones si se cumple la amenaza de que la crisis climática, que Javier Milei por ahora niega, traiga un infierno de calor en la temporada estival: "Con Edenor, disponemos de una red buena para unos 42 grados de temperatura. Pero el calentamiento está y si tenemos un fin de año de 45 grados, vamos a sufrir. La red, sin adecuarse al presente, no sólo no es inteligente: es boba". El problema es que Edesur ha invertido menos que Edenor.

Un consultor en energía que prefiere el anonimato considera una imprudencia la declaración de Mondino. "Si hay un pico de calor, hay que ver si el sistema aguanta. Además la ola de calor puede traer incendios, como el que quemó una torre de alta tensión en marzo pasado y provocó un apagón en medio país. Pero hay una buena noticia: por las crecidas de los ríos, las centrales eléctricas, que son las que generan más económicamente, están con agua. La generación en general está bien. Hay un problema sí con la demora en la reversión del gasoducto que trae gas de Bolivia y necesita traerlo desde Vaca Muerta porque las centrales térmicas del Noroeste necesitan gas porque apenas pueden funcionar con combustibles líquidos. Necesitamos que haya mucha coordinación en la nueva Secretaría de Energía", se refiere a la dependencia que conducirá Eduardo Rodríguez Chirillo, un abogado experto en privatizaciones que fue consultor energético del gobierno de Carlos Menem en la desregulación eléctrica que planeó Carlos Bastos y después se fue vivir dos décadas en España, de donde ahora regresa.

Jorge Lapeña, exsecretario de Energía en el gobierno de Raúl Alfonsín y actual presidente del Instituto Argentino de la Energía General Mosconi, también lamenta que sea Mondino quien hable del asunto y espera que Rodríguez Chirillo exponga su plan. De todos modos, advierte que la Argentina padece desde hace dos décadas, es decir desde el kirchnerismo e incluso el gobierno de Mauricio Macri, falta de inversión suficiente en generación, transporte y distribución eléctricas, por lo que la amenaza del apagón es real. "Milei va a tener que hacer un discurso energético menos errático. En el primer debate presidencial mostró su real pensamiento, negó el cambio climático. Por tanto, si no cree que es el hombre el que lo provoca, entonces no cree en la necesidad de transición energética. (Joe) Biden lo saludó y dijo que espera trabajar en conjunto sobre cambio climático. Es necesario un mensaje de que vamos cumplir los compromisos del Acuerdo de París (de lucha contra el calentamiento global). Si Milei porque no quiere cumplir ese compromiso, me parece que la Argentina va a tener problemas con impacto económico. Si se asume como negacionista, no habrá energías renovables ni protegerá los bosques. Si no lo niega, deberá mostrar un plan de energía solar, eólica, nuclear, de hidrógeno verde." 

"Milei dijo que quiere privatizar YPF y me preocupa porque es la columna vertebral del sistema energético argentino, abastece el 60% del combustible líquido, es casi un monopolio, si la privatiza debe ponerle encima a (la Comisión Nacional de) Defensa de la Competencia, o dividirla", opina Lapeña. "Debería encargar una auditoria sobre el juicio de (Nueva York Loretta) Preska (por el que el Estado debe pagar US$16.000 millones por la nacionalización del 51% de YPF en 2012), sobre los errores de (Axel) Kicillof (entonces viceministro de Economía, encargado de la reestatización) por quedarse con una empresa que valía US$5.000 millones. Pero no deberíamos vender el 51% porque YPF tiene mucho para hacer en cumplimiento de los objetivos estratégicos de la Argentina, es una empresa con ganancias, con un objetivo especial. La empresa no debe ser más vista como coto de caza para dar sueldos a militantes K. Con su nuevo presidente, Horacio Marín, puede haber conflicto de interés porque viene de Tecpetrol (la petrolera del grupo Techint), pero es un ingeniero reputado", concluye el presidente del Mosconi. Hay quienes se preguntan quién querrán comprar una YPF sobre la que también pende una demanda en EE UU por ahora infructuosa por la nacionalización.

"Si Rodríguez Chirillo quiere volver a la política de los 90, sería objetable porque en ese periodo se paralizaron las exploraciones petroleras, la construcción de centrales hidroeléctricas, en muchos aspectos fue ir para atrás respecto de lo hecho entre los años 60 y 80", advierte Lapeña. "Ni hablar de lo que hicimos en el siglo XXI. De los 90 tampoco digo tirar todo por la borda. No soy optimista en energía porque leí los programas de gobierno de las tres fuerzas y tenían una liviandad de alumno de cuarto grado."

Lapeña anticipa aumentos de tarifas. "Si la inflación es 150%, hay que esperar aumentos del 150%. El congelamiento solo puede andar en sistemas sin inflación. Lo que hay que ver es si los aumentos son graduales o de shock, pero hay que corregir las tarifas."

El vicepresidente del Mosconi, Gabriel Rabinovich, empieza negando que vaya a participar del equipo de Rodríguez Chirillo, como se especuló. Luego advierte: "Como todos los veranos, puede haber problemas de cortes localizados y habrá que atenderlos pero no veo amenaza de apagones". Rabinovich escuchó este año a Rodríguez Chirillo exponiendo ante el Consejo Argentino de Relaciones Internacionales (CARI), en la comisión de energía que dirige Raúl Parisi -otro que sonó para el nuevo equipo pero tampoco se sumará-. Allí, el futuro secretario abogó por subir las tarifas y por las energías renovables, influido por sus 20 años de experiencia como consultor en España. Sostuvo que buscará solucionar los déficits energéticos con un sector privado que haga todo lo que pueda. Planteó volver a la desregulación de los años 90. Aún se desconoce su equipo, su capacidad para liderar una crisis como la actual, sus planes para atender cortes en verano o la reversión del gasoducto del Norte.

"Puede haber cortes por dos razones: por falta de generación o por fallas en la red de distribución", alerta Emilio Apud, exsecretario de Energía en el gobierno de Fernando de la Rúa y exdirector de YPF en la era Mauricio Macri. "Pero este verano la generación no traería mayores problemas porque se hicieron algunas recuperaciones de máquinas porque casi el 20% del parque estaba fuera de servicio. Además, habrá buena hidraulicidad. En cambio, en la distribución sigue invirtiéndose por debajo de lo que se aconseja. Así que las redes están más endebles que el año pasado y es probable que haya más cortes, sobre todo en hogares, comercios y pymes donde haya fallas. Con las grandes empresas se puede llegar a planificar. Pero hay que rezar para que no haga mucho calor, pero será inevitables los cortes, no por culpa de las empresas porque las tarifas y los subsidios son insuficientes y se desinvierte sistemáticamente”, advierte Apud, otro de los nombres que sonaba para el equipo de Rodríguez Chirillo, pero tampoco recibió ofertas. Trabajó como asesor de la campaña de Patricia Bullrich.

El plan energético de Rodríguez Chirillo se parece al que había trazado Apud. Sólo se diferencian, por ejemplo, en que el futuro secretario quiere sostener por un tiempo Enarsa y no desarmarla de inmediato. En una primera etapa, esta empresa estatal se haría cargo de responsabilidades que adoptó la Compañía Administradora del Mercado Eléctrico Mayorista (Cammesa), de capital público y privado, que durante el kirchnerismo se ocupó de importar combustible para las centrales eléctricas, de gestionar deudas de eléctricas provinciales o de canalizar subsidios. Sólo después se privatizaría Enarsa. Tampoco se vendería de inmediato YPF. Tanto el plan de Rodríguez Chirillo como el de Apud buscan orientar a la petrolera estatal hacia la exportación, volver a desregular el mercado de combustibles, electricidad y gas como en los 90, quitar toda intervención estatal, incentivar la inversión privada en transporte de alta tensión para permitir nuevos proyectos en energías renovables y elevar las tarifas, quizá no con un shock, por el impacto en el poder adquisitivo de las clases media y baja, pero sí a lo largo de tres o seis meses, según fuentes al tanto del programa del futuro secretario.

AR/JJD

Menos marginal, más cerca del poder: el nuevo ciclo de la extrema derecha en Europa occidental

Menos marginal, más cerca del poder: el nuevo ciclo de la extrema derecha en Europa occidental

Hoy se cree que el punto de inflexión en el camino de Geert Wilders hacia el triunfo en las elecciones de Países Bajos fue la decisión de la líder del partido conservador VVD de abrir la puerta a la formación del ultraderechista como socio de coalición. Fue en ese momento cuando muchos votantes pensaron que daba lo mismo votar a Wilders que al VVD.

Cada vez más líderes de derecha en toda Europa occidental toman la misma decisión: aceptar a la extrema derecha en una coalición para poder mantener a sus propios partidos en el poder. El rotundo fracaso de esta táctica para Dilan Yeşilgöz, del VVD, que terminó en tercer lugar, trae consigo una importante lección que se extiende más allá de Países Bajos.

Entramos en una nueva fase de la política de extrema derecha en Europa occidental. Estos partidos ultraderechistas ya no languidecen en los márgenes de la esfera política, donde podían ser ignorados o utilizados por el establishment político (de derecha). Hoy la extrema derecha no solo forma parte de la la corriente política dominante, sino que es cada vez más dominante dentro de ella.

Dado que las ideas originarias de la extrema derecha, sobre todo en materia de inmigración, ya se propagaron en toda Europa, a los líderes conservadores les resulta casi imposible seguir excluyendo del gobierno a los partidos ultraderechistas. No sin razón, muchos votantes conservadores no entienden por qué partidos que se asemejan bastante al suyo, aunque con una impronta más populista, son excluidos en la formación de coaliciones. Quieren que sus partidos gobiernen en coaliciones de derecha fuertes, y no en coaliciones centristas débiles. Quieren gobiernos conformados por partidos que compartan sus puntos de vista sobre las cuestiones que más les importan (controles de inmigración más estrictos, más ley y orden, menos Europa).

Lo vimos el año pasado en Suecia, donde la mayoría de los simpatizantes de dos de los partidos de la coalición preferían a los Demócratas Suecos de extrema derecha antes que a los socialdemócratas de centroizquierda, y ahora lo estamos viendo de nuevo en Países Bajos, donde se desató una revuelta dentro del partido de Yeşilgöz porque esta volvió a rechazar la idea de unirse a un gobierno de derecha en el que estaría a las órdenes de Wilders.

¿Cómo llegamos hasta aquí? Partidos de extrema derecha como el Partido Liberal austriaco (FPÖ) y el Frente Nacional (FN) francés empezaron a abrirse paso electoralmente a finales del siglo XX. Pero, aunque varios de estos partidos lograron entrar en los parlamentos nacionales, la mayoría seguían siendo relativamente pequeños, atrayendo un apoyo electoral de apenas un dígito.

A principios del siglo XXI, muchos partidos de extrema derecha alcanzaron sus primeros hitos en la escena política. A partir de entonces, comenzó otra fase, en la que otros partidos, incluidos algunos de centroizquierda como los socialdemócratas daneses, introdujeron ideas de extrema derecha en la esfera pública. A medida que esto sucedía, la propia extrema derecha iba volviéndose parte de la política mainstream.

En la década de 1990, solo un gobierno nacional de Europa occidental incluía un partido de extrema derecha: la Liga Norte, en el primer Ejecutivo de Berlusconi en Italia. En este siglo, la participación de la extrema derecha en el gobierno se volvió cada vez más habitual. En Austria, Dinamarca, Finlandia, Grecia, Italia, Noruega, Países Bajos, Suecia y Suiza, los partidos de extrema derecha formaron parte de gobiernos nacionales, o los apuntalaron. En varios países, estos partidos están tan normalizados que formar coaliciones con ellos ya no requiere ninguna justificación especial.

En décadas anteriores, los partidos de extrema derecha de Europa occidental siempre participaron en los gobiernos nacionales desde una posición de debilidad, ya fuera como socios menores o como partidos de apoyo externo. Muchas veces eran electoralmente pequeños y políticamente inexpertos, y el fin principal de su participación en el gobierno era alcanzar la normalización plena antes que impulsar su propio programa político. Por eso, por ejemplo, los Demócratas Suecos están dispuestos a apoyar a un gobierno en minoría de derecha, aunque en términos de escaños en el Parlamento sean más grandes que cualquiera de los partidos del Gobierno. Por ende, estas coaliciones de Europa occidental rara vez atacaron el sistema democrático liberal como sí lo hicieron los gobiernos de extrema derecha en Europa central y oriental, sobre todo en Hungría y Polonia.

Pero dos cosas importantes cambiaron en los últimos años. En primer lugar, sobre todo desde la llamada "crisis de los refugiados" de mediados de la década de 2010, la mayoría de los partidos de derecha no solo adoptaron el discurso nativista de la extrema derecha, sino también sus políticas. El mejor ejemplo de ello es el Partido Popular Europeo (PPE), el grupo más numeroso del Parlamento Europeo, que reúne a la mayoría de los principales partidos de derechas de Europa. El manifiesto de 2019 del PPE abordó la cuestión de la inmigración bajo el título “una Europa que preserve nuestra forma de vida”. Ursula von der Leyen, la presidenta de la Comisión Europea, incluso intentó dar un nombre similar al comisario (y vicepresidente) a cargo de cuestiones migratorias. Como los partidos de derecha viraron aún más a la derecha, para muchos de ellos la extrema derecha se convirtió en un socio de coalición "natural".

En segundo lugar, los partidos de extrema derecha siguieron creciendo electoralmente gracias a que los partidos tradicionales incorporaron e imitaron sus temas y sus planteamientos políticos, y no a pesar de ello. De hecho, hoy en día, los partidos de extrema derecha están primeros en las encuestas de Austria, Bélgica, Francia, Italia, Países Bajos y Suiza; en Suecia, el principal partido de derecha es ultra. Actualmente, la extrema derecha solo lidera un gobierno nacional en Europa occidental: la coalición italiana de Giorgia Meloni, formada por su partido, Fratelli d'Italia; la Liga, de extrema derecha; Forza Italia, de derecha populista, sin líder tras la muerte de Silvio Berlusconi; y Civici d'Italia, de centroderecha y en gran medida irrelevante. El próximo gobierno holandés podría seguir el mismo camino, y los austriacos no se quedarían atrás.

Por supuesto, tres golondrinas no hacen un verano de extrema derecha. Italia sigue siendo una excepción, y Wilders podría fracasar a la hora de construir su coalición. Además, en varios países de Europa occidental, los partidos de extrema derecha siguen siendo bastante marginales (como en Islandia e Irlanda) o están muy lejos de dominar el bloque derechista (como en Portugal y España). Sin embargo, en un número cada vez mayor de países, los políticos de la derecha tradicional ya no pueden dar por sentado que vayan a liderar, y mucho menos dominar, coaliciones compartidas con la extrema derecha.

Por tanto, es crucial que empiecen a replantearse sus prioridades y estrategias para la construcción de alianzas. ¿Bajo qué condiciones habrían de unirse al gobierno de un partido de extrema derecha? ¿Cuáles son sus líneas rojas? Y, lo que es más importante: ¿cómo van a hacer cumplir estas líneas rojas como socio menor?

Aunque la democracia liberal sigue siendo el marco legal tanto en la UE como en sus Estados miembros, además de seguir gozando de un amplio apoyo popular en sus sociedades, ya no podemos dar por sentados su hegemonía ideológica y su control político. En la Europa actual, valores democráticos liberales como el pluralismo y los derechos de las minorías deben defenderse y no darse por sentado. Y deben ser defendidos y reforzados, no solo frente a la ultraderecha, cada vez más dominante, sino también frente a la política tradicional radicalizada que, en gran medida, la normalizó.

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Cas Mudde es profesor Stanley Wade Shelton UGAF en la Facultad de Asuntos Públicos e Internacionales de la Universidad de Georgia.

Traducción de Julián Cnochaert.