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Milei dijo que "el ajuste es popular" y cruzó a Macri por la "compra" de dirigentes: "Que traiga la factura"

Milei dijo que

"Vamos a ser como Suiza pero mejor", planteó el Presidente y negó la caída del consumo pese a las estadísticas del INDEC. También se metió de lleno en la negociación electoral con el PRO. Estuvo con el economista ultraliberal español Huerta de Soto.

“El ajuste es popular”. “Como Suiza”. Una entrevista televisiva al español ultraliberal Jesús Huerta de Soto le sirvió al presidente Javier Milei para aparecer de sorpresa esta mañana y defender la marcha de su plan económico, luego de que el FMI desembolsara los primeros U$S12.000 millones del nuevo préstamo.

Milei defendió el rumbo de la economía al negar que haya caído el consumo, pese a que el INDEC reveló una nueva caída en supermercados, mayoristas y centros de compra del 0,3 por ciento. “La venta de supermercados está muy impactada porque cambió el modo de consumo. Hoy se compra todo por Mercado Libre. Los indicadores de consumo como las ventas de supermercados o shopping perdieron relevancia, si no entendemos eso, estamos fritos”, dijo el mandatario.

También planteó que la motosierra de su gobierno tiene sustento social porque aún tiene un amplio apoyo social. “El ajuste es popular”, afirmó. Y argumentó a partir de la medida de levantar el cepo al dólar, aunque nunca aclaró porque fue de manera parcial: “Siempre hemos planteado la política desde el lado moral, el lado más emblemático es el cepo. Era inmoral y había que sacarlo, no podíamos sacarlo el primer día. No duraba una semana en el poder si hacia eso”.  Y agregó: “En el peor de los casos necesitábamos 15 mil millones de dólares para estar tranquilos, dije cuando tengo los 15 mil millones salgo. Todos dijeron que lo iba a hacer después de las elecciones. Entraron 10 mil millones y abrí”.

No papa, sí Macri

Milei apareció este jueves por la mañana en la pantalla de A24 de manera inesperada cuando el periodista Antonio Laje entrevistaba al economista ultraliberal Huerta de Soto, a quien el Presidente distinguirá esta tarde. No dijo nada al respecto de la muerte del papa Francisco ni de la visita ayer de Luis Caputo al FMI.

Pero sí se metió de lleno en la negociación electoral que el Gobierno tiene con el PRO y cuestionó a Mauricio Macri por haber denunciado que La Libertad Avanza “compró” dirigentes amarillos: “Que traiga la factura”, le espetó.

“Puede que un grupo minúsculo no quiera el acuerdo, pero el acuerdo marcha muy fuerte. Hay que arrebatarle la provincia al comunista Kicillof”, dijo Milei. Reconoció las figuras de Cristian Ritondo y Diego Santilli y le metió el dedo en la llaga a Macri, que ayer había dicho que “los dirigentes que tenían precio ya fueron comprados” por el Gobierno. El libertario evitó nombrar explíticamente al expresidente. Sí mencionó a Manuel Adorni, con quien apareció en la TV para levantarle su imagen como primer candidato a la Legislatura porteña: “Es mi voz en la Ciudad”, dijo Milei.

En otro pasaje de la entrevista, Milei destacó el rol de Guillermo Francos frente a la Jefatura de Gabinete al revelar que su asunción al cargo fue “libertadora” dado que “se convirtió en un ministro que distribuye el juego”, aunque ubicó por encima del organigrama de importancia al asesor presidencial, Santiago Caputo, al remarcar que el control previo a su visado final lo realiza el consultor. “Hay un control político con Guillermo Francos, una segunda con Santiago Caputo y el que mete el gancho final soy yo”, explicó.

La IA en el Estado

Por otro parte aseguró que su gobierno “es el más reformista” de los últimos tiempos, y postuló que “aquellos países que son más libres crecen más y abrazar las ideas de la libertad trae prosperidad”. “La contracara de esta sociedad que tenemos en nuestro ideal es el socialismo que ha generado caos, pobreza y ha asesinado 150 millones de seres humanos. Por método indirecto, puedo demostrar que cuanto más Estado hay, menos puede planificar el ser humano. El Estado es una interferencia”, expresó además.

Por último, Milei habló del “dilema de los prisioneros” al sostener que no es viable avanzar en la eliminación del Estado si el resto de los países del mundo tienen una fuerte presencia estatal, y puntualizó que la desarrollo tecnológico permitirá quitarle tareas y reducir su estructura. “Te desligas y es probable que el resto te termine invadiendo. Todos sabemos que podemos funcionar mejor sin Estado, pero no es incentivo compatible. Ese problema se va a resolver en términos dinámicos como por ejemplo el progreso tecnológico y la IA, eso me pone optimistas porque le va a quitar tareas al Estado”, concluyó.

Esta tarde, Milei disertará en la Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas (ESEADE) y le entregará el premio Honoris Causa a Huerta de Soto.

MC

"Los que tenían precio ya fueron comprados": el látigo de Macri en el PRO tensa su acuerdo con el Gobierno

La dura crítica del expresidente a los dirigentes amarillos que saltaron a LLA generó ruido en medio de las frenéticas conversaciones entre ambos bandos de cara a las elecciones en provincia de Buenos Aires.

El dardo cargado de veneno que lanzó Mauricio Macri ayer en Mar del Plata generó ruidos inmediatos. “Los dirigentes que tenían precio ya fueron comprados, los que quedamos tenemos valores”, dijo tras una reunión del PRO en medio de las negociaciones con La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires de cara a las elecciones legislativas, y desde el entorno de Javier Milei salieron a cruzarlo.

El primer en recoger el guante fue el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, quien hace tres meses anunció que dejaba el PRO y se enrolaba en las filas de LLA. “No tenemos precio, sino convicciones”, dijo esta mañana visiblemente aludido por las críticas del jefe amarillo. El cruce verbal podría dinamitar los puentes que se están tejiendo entre ambas fuerzas para enfrentar al kirchnerismo en las próximas elecciones bonareses (del 7 de septiembre) y nacionales (26 de octubre).

“Ninguno de nosotros tenemos precio, sino convicciones de apoyar el cambio”, afirmó Valenzuela en declaraciones a radio Rivadavia. El jefe comunal es amigo íntimo de Milei y fue el primer dirigente con peso propio en saltar públicamente de un bando a otro, luego del volantazo inicial de Patricia Bullrich siquiera antes de arrancado el gobierno.

Hay más dirigentes que coquetean con la Casa Rosada, y a ellos apuntó elípticamente Macri: los diputados Diego Santilli y Cristian Ritondo visitan asiduamente Balcarce 50 y son los armadores de la estrategia conjunto. Curiosamente ayer Ritondo, jefe de la bancada amarilla en la Cámara baja, estuvo con el expresodente. Parecieran hacer las veces de “policía bueno y policía malo”.

“Ritondo está conversando con sectores de LLA. Pero todo será con límites claros”, buscó aclarar Macri en su conferencia de prensa en Mar del Plata. Para el exmandatario, “no todo vale” y el PRO debe hacer respetar en ese acuerdo “los valores, la historia y los equipos” del partido. En su recorrida costera tuvo de anfitrión al intendente de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro, quien también se fotografió días atrás en la Casa Rosada con Karina Milei.

Santilli, Ritondo y Montenegro, días atrás, junto a Karina Milei, Lule Menem y Sebastián Pareja, en búsqueda de un acuerdo electoral en PBA.

“Los dirigentes que tenían precio ya fueron comprados, los que quedamos tenemos valores”, expresó Macri, al dar a entender que la pretensión de LLA de absorber por goteo a dirigentes del PRO para esquivar un acuerdo integral de cúpulas no sería posible.

En respuesta a eso, Valenzuela dijo hoy que “más de cien personas que venimos del PRO estamos colaborando con el Gobierno”, y mencionó entre otros al ministro de Economía, Luis Caputo; el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger; y obviamente Bullrich.

“Junto a Patricia decidimos apoyar el cambio profundo que se votó, que es el que apoya nuestro electorado y que lidera el presidente Milei. No se trata de dirigentes sino del rumbo, de lo que estamos haciendo por Argentina”, señaló.

La frase de Macri resonó luego de una reunión de esta semana en la sede nacional del PRO con intendentes, legisladores y dirigentes, donde muchos de los asistentes plantearon sus dudas respecto a la estrategia de dejarse diluir en un frente electoral liderado por LLA. Ahí Ritondo y Montenegro recalcularon sus pasos y para dar una señal de equilibrio rodearon a Macri en su recorrida por la Quinta Sección electoral y le devolvieron cierto poder de fuego en la negociación de una hipotética alianza en provincia de Buenos Aires. Con su frase explosiva, el exmandatario buscó levantarse el precio.

“Cuando el Gobierno sienta en la mesa a alguien como Karina Milei o el propio Presidente, demuestra la voluntad del Gobierno de tener una alianza en la provincia. Cuando sus principales figuras ratifican con la presencia en estas reuniones, habla de la importancia que ellos le dan a poder trabajar juntos”, puntualizó Ritondo en Mar del Plata. Y añadió: “Venimos charlando, hay tiempo, la alianza falta meses para que se presente. Ahora es un trabajo más de distrito por distrito, de cuidar la gobernabilidad de nuestros intendentes, de ampliar, y de entender que en la provincia de Buenos Aires debe haber un frente común para ganarle al peronismo, que ha demostrado que más allá de su pelea va a ir en forma unificada”, comentó.

A diferencia de Ritondo, que busca hacer equilibrio, Santilli está mucho más volcado a una integración total con LLA, aunque eso signifique un acuerdo desigual. Santilli también estuvo presente en la reunión en la sede que el PRO tiene en San Telmo, sobre la calle Balcarce 412, pero después no se sumó a la gira de Macri por Balcarce, Tandil y Mar del Plata.

Con información de agencia NA

MC

Las mujeres de la villa más visitada por Francisco honran su legado: “Abrazó a nuestros hijos como si fueran suyos”

Las mujeres de la villa más visitada por Francisco honran su legado: “Abrazó a nuestros hijos como si fueran suyos”

Jorge Bergoglio visitó cotidianamente la 21-24, de Barracas, antes de transformase en la máxima autoridad de la Iglesia Católica. Allí cosechó la admiración de madres y mujeres migrantes que veían en su figura la verdadera esencia de los curas villeros.

La túnica negra, larga, con el crucifijo brillante a la altura de pecho. El balde con agua y jabón a su lado. La primera vez que Celia González, de 72 años, vio al entonces arzobispo de Buenos Aires en la villa 21-24 de Barracas fue un jueves santo de 2008 en la Parroquia Virgen de los Milagros de Caacupé. Bergoglio ─como lo conocían por entonces─ había llegado para dar una misa y lavarles los pies a jóvenes con problemas de adicciones. “Les besaba los pies mientras se los lavaba”, recuerda Celia. Esa imagen ─un cura que llega desde el centro porteño a la villa más grande de la ciudad para lavarles los pies a los jóvenes del barrio─ le recordó a Celia su propia historia: la de una mujer que se asentó en la villa para, como decía Francisco, estar más cerca de los que más sufren.

El 19 de abril de 1972, Celia ─de 19 años por entonces ─, llegó a Capital Federal desde Misiones, su provincia natal. Una oferta de trabajo para cuidar a una anciana que vivía en Uriburu y Santa Fe, pleno barrio de Recoleta, fue la excusa para llegar a la gran ciudad. Pronto, Celia, también dejaría esa vida. “Trabaja y militaba en una organización que hacía tareas comunitarias en la villa 21-24. No sabía en aquel tiempo que Buenos Aires tenía villas, así que iba y ayudaba en todo lo que se necesitaba”, recuerda ella.

Dos años después, en 1974, con el comienzo del terrorismo de Estado, Celia ya estaba mudada en el barrio. “Por ese entonces había un cura que mandaban los milicos, nada más”, precisa. La dictadura dejó un saldo de cuatro vecinos desaparecidos que, como ella, luchaban por la urbanización del barrio. “Fue la época más oscura que vivimos en el barrio”, apunta Celia. Con el tiempo, la vecina se volvió una de las mujeres referentes del asentamiento. Fue mamá, fundó 13 comedores comunitarios, ayudó a levantar la Parroquia Virgen de los Milagros de Caacupé y, junto a los curas del barrio, cuidó a los jóvenes que caían en las adicciones. Pero fue con Francisco que Celia sintió una verdadera conexión especial con “Dios”. 

Desde que llegó a Buenos Aires en 1972, Celia González luchó por la villa 21-24, fundó comedores y acompañó a los jóvenes. Su vínculo con Francisco le dio un sentido especial a su fe.

Su hijo, Julio Baez, de 49 años, quien falleció en 2020, conoció muy bien a Francisco. Trabajaba en la parroquia del barrio y, junto a Bergoglio, participó de la comitiva religiosa que en 2007 fue a Paraguay a buscar la virgen Caacupé. “Mi hijo me contaba sobre Francisco, pero no le daba importancia. Hasta que lo vi primero limpiar los pies de los jóvenes con adicciones en la capilla y después llegar de Paraguay con la virgen en alza. Tenía como un aura propia”, narra Celia.

La virgen que trajo Francisco desde Asunción, hoy descansa en la parroquia junto a un retrato suyo. “Las mujeres del barrio le debemos mucho porque él siempre nos incluía en sus misas y cuidaba a nuestros hijos”, sostiene la vecina. En noviembre de 2010, el cardenal Bergoglio destacó durante una homilía pronunciada en la parroquia Virgen del Carmen las virtudes de la mujer paraguaya al inspirarse en la imagen de la Virgen de Caacupé.

“Ustedes saben que en toda América la mujer paraguaya es la mujer más gloriosa”, comentó Francisco en esa oportunidad. “Porque esa mujer, la mujer del Paraguay, supo asumir un país derrotado por la injusticia y los intereses internacionales. Y ante esa derrota, llevó adelante la patria, la lengua y la fe. Por eso es doblemente gloriosa esta imagen, por ser la madre de Dios y por ser paraguaya”, subrayó Bergoglio.

El viaje en colectivo de Francisco a Paraguay para traer la virgen se celebró en todo el barrio. Menos en la casa de Gregoria Cáceres, de 76 años y, junto con Celia, una de las referentes sociales más importantes de la villa 21-24. “Estaba anotada para ir en la comitiva, pero por problemas con mi documento paraguayo no pude viajar”, explica Gregoria.

Gregoria Cáceres, histórica referente de la villa 21-24, destaca el amor y la protección de Francisco hacia las mujeres del barrio: “Ese cariño es el legado que debemos predicar cada día”.

Durante los días siguientes se dedicó a llorar y lamentar su viaje fraguado. Hasta que, la noche anterior a la llegada de la comitiva al barrio, lo soñó a Francisco. “Vi que bajaba del micro con la virgen, pero vestido de Papa”, cuenta la vecina. “Fue una premonición”. Para la referente social, la muerte de Bergoglio deja un legado en las mujeres del barrio: “Cuidó de nosotras y a nuestros hijos, sin conocernos. Ese amor es que tenemos que predicar todos los días”.

Las villeras de Francisco

El Padre Lorenzo “Toto” de Vedia tiene dos cámaras apuntando a su rostro en la parroquia de la Caacupé. El zoom es tan nítido que pueden verse los hilos deshilachados de su camiseta de la selección argentina. Es un miércoles por la tarde y, desde el lunes, tras conocerse la noticia de la muerte del Papa, el barrio está inundado de periodistas de todas partes del mundo que buscan la misma historia: el cura villero que llegó al Vaticano. 

“Acá pegó positivamente las expresiones que él tuvo sobre la mujer paraguaya y su lucha en la guerra de triple alianza”, le dice el padre Toto al elDiarioAR, mientras se desabrocha un corbatero. “Él valoraba mucho a la mujer. La promovió dentro del Vaticano y en los barrios valoraba a las madres y mujeres que trabajaban en los comedores”, apunta el padre.

El padre Toto de Vedia, referente villero, destaca el legado de Francisco: “Valoraba a las mujeres, a las madres y a quienes sostienen los comedores. Supo acompañar sin juzgar, aun en los debates más difíciles”.

Sobre las críticas del feminismo a Francisco por no apoyar la lucha por la legalización del aborto, de Vedia es tajante: “No creo que la discusión sea pañuelo celeste o verde”, explica. “Los curas villeros, en la época de la discusión por el aborto, sin estar a favor, abrimos igualmente hogares de abrazo maternal en los cuales atendemos a embarazos no buscados, acompañando en todo momento a la madre”, detalla Toto. “El progresismo, si no va acompañando de ciertas tradiciones, es tan malo como el conservadurismo”, aclara el referente religioso de la 21-24.

El teléfono sonó en las dos de la madrugada de un martes. Era una noche fría del 2006. Ramona Peralta, de 70 años, recuerda bien ese llamado. Su hijo, Juan Francisco Peralta, de 26 años, acababa de ser asesinado, tras ser atropellado por un auto que escapaba de una persecución policial. Al día siguiente, Bergoglio la llamó a su casa para consolarla. Su hijo lo conocía de la capilla del barrio, cuando el Papa llegaba para dar alguna misa, pero ella jamás había hablado con él. “Me llamó toda esa semana para darme ánimos”, recuerda Ramona, quien llegó al barrio desde Paraguay en 1986. “Realmente él quería todos nuestros hijos como suyos y a nosotras, las paraguayas, nos respetaba mucho”, cuenta la vecina, que trabajó durante años en los comedores de la 21-24. “Por esos gestos nunca lo vamos a olvidar”, dice Ramona.

Ramona Peralta recuerda el llamado de Francisco tras la muerte de su hijo: “Nos dio aliento en el dolor y siempre valoró a las madres y mujeres paraguayas del barrio”.

Son las 11 de la mañana. Gregoria, vestida con una remera del Papa, se encuentra con Celia en la Casa de la Memoria, un sitio que le rinde homenaje a los cuatro desaparecidos del barrio. Las mujeres que más vieron el trabajo territorial de Francisco se abrazan fuerte. “Soñé que nos visitaba, Celia”, le dice Gregoria al oído. Nadie puede decir lo contrario.

El colectivo de la línea 70 para dentro de la villa. Arriba viaja Lucas Flores, cargando una virgen enorme. “Es la virgen que va a todas las marchas”, dice Lucas. Viaja hasta Parque Lezama por una movilización de cartoneros y organizaciones sociales. El padre Toto también llegará a la plaza. “Cuando el Papa murió la llevé a la catedral”, cuenta Lucas. En Caccupé o en el colectivo, los homenajes a Francisco aún perduran.

FLD/JJD

Milei viaja a Roma para despedir al papa Francisco en medio de las críticas por su fría reacción

Milei viaja a Roma para despedir al papa Francisco en medio de las críticas por su fría reacción

La Casa Rosada enviará una delegación oficial encabezada por el Presidente, que partirá este jueves por la noche. La visita ocurre tras días de cuestionamientos por la ausencia institucional en los homenajes locales y la histórica distancia entre el libertario y el sumo pontífice.

El presidente Javier Milei viajará este jueves a Roma para despedir al papa Francisco, el argentino más influyente del siglo y, hasta hace poco, su antagonista ideológico más explícito. Partirá a las 22 en un vuelo oficial acompañado por una comitiva inédita por su tamaño: siete de sus funcionarios más cercanos lo escoltarán en el funeral del líder espiritual al que alguna vez llamó “comunista”, “imbécil” y “representante del maligno en la Tierra”. La visita no es un giro doctrinario ni un acto de fe, sino un movimiento de poder: Milei sabe que en política también se llora por conveniencia.

La delegación estará integrada por su hermana Karina; su vocero Manuel Adorni; la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello; la de Seguridad, Patricia Bullrich; el canciller Gerardo Werthein; el jefe de Gabinete, Guillermo Francos; y el secretario de Culto y Civilización, Nahuel Sotelo, que viajó antes como avanzada diplomática. Todos ellos acompañarán al mandatario a la Basílica de San Pedro, donde el cuerpo del papa será velado durante tres días. Por pedido expreso, Francisco no será enterrado en las criptas del Vaticano, sino en un lugar más humilde, fuera del subsuelo ceremonial.

Javier Milei y el papa Francisco, en el Vaticano el 11 de febrero de 2024.

El contraste entre la sobriedad de la comitiva y el vacío inicial del Gobierno ante la muerte del papa sigue siendo difícil de disimular. El primer comunicado fue errático, el mensaje de Milei en redes sociales pareció escrito con freno de mano (“A pesar de diferencias que hoy resultan menores…”), y ni un solo funcionario de alto rango asistió a las misas de homenaje organizadas por la Iglesia. “El Presidente no es el jefe espiritual del país”, argumentaron en Balcarce 50. Una aclaración innecesaria, que no hizo más que confirmar lo que faltaba.

Recién más tarde, cuando el clima se espesó, aparecieron Francos, Werthein y el propio Sotelo en la misa interreligiosa que se celebró este martes en la Catedral Metropolitana. Fue una reacción defensiva, no un acto de cercanía. En paralelo, el Gobierno suspendió todo lo que pudiera oler a campaña: la cena de la Fundación Libertad y Progreso y la aparición de Milei en “La Misa” —el streaming libertario del Gordo Dan. El duelo institucional durará siete días, pero en los hechos ya funcionó como una tregua forzada.

El paso por Roma no tendrá reuniones bilaterales. Aunque Milei coincidirá con Donald Trump, Giorgia Meloni, Emmanuel Macron y Volodímir Zelenski, desde el Gobierno aseguran que no habrá tiempo ni margen para encuentros. La consigna es clara: ir, mostrarse, volver. Ni liturgia ni gestos diplomáticos, apenas lo justo para no quedar afuera de la foto.

Karina y Javier Milei, en febrero de 2024, cuando visitaron al papa Francisco en El Vaticano.

El avión presidencial, con autonomía limitada, deberá hacer varias paradas. Se espera que Milei llegue a Italia entre las cuatro y cinco de la tarde del viernes. La ceremonia será a las diez de la mañana (hora local), cinco de la madrugada en Buenos Aires. Luego, tres días más en Italia antes del regreso previsto para el domingo. En la Casa Rosada descuentan que volverá agotado. “Llega fundido”, anticiparon a elDiarioAR.

La fatiga del vuelo no es lo único que pesa. También se acumulan los márgenes estrechos de gestión. El Congreso está virtualmente paralizado hasta después del recambio de diciembre. Las reformas penales se frenaron. Las únicas iniciativas que siguen vivas son la causa $Libra y la ley de Ficha Limpia, cuyo tratamiento se postergó para el 7 de mayo. Varios decretos esperan turno en la Secretaría Legal y Técnica, listos para salir apenas el clima lo permita.

Pero mientras el oficialismo ajustaba los detalles logísticos para el viaje presidencial, en el Congreso se desactivaba una polémica paralela: el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, confirmó que no habrá comitiva parlamentaria a Roma. La propuesta había partido del bloque de Unión por la Patria, que pedía una representación plural del Congreso y la Corte Suprema. Pero Menem fue tajante: “Cada legislador puede ir por su cuenta, pero con su propio bolsillo”. Para evitar el papelón, se organizó una ceremonia interreligiosa en el Salón de los Pasos Perdidos. El Senado, por su parte, también cerró filas: ningún viaje oficial, ninguna foto innecesaria.

La relación entre La Libertad Avanza y la Iglesia nunca fue precisamente buena. El arzobispo de Buenos Aires Jorge García Cuerva ya había dado una señal crítica en el Tedeum del 9 de julio: “Algo no está bien cuando tenemos dirigentes muy ricos y un pueblo trabajador muy pobre”, había dicho frente al propio Milei. La polémica por los alimentos almacenados en depósitos del Estado, denunciado por el obispo Oscar Ojea, contribuyó al clima tenso, al igual que el desplazamiento de Francisco Sánchez de la Secretaría de Culto. Milei colocó allí a Nahuel Sotelo, hombre del riñón de Santiago Caputo y católico más institucional.

En febrero de 2024, el Presidente visitó al papa en el Vaticano. Tuvieron una hora a solas. La reunión fue cordial, incluso amable. Pero nada de eso bastó para que el papa finalmente aceptara venir a la Argentina. El primer contacto entre ambos había sido mucho más precario, el 20 de noviembre de 2023, horas después de la victoria libertaria en el balotaje.

En la intimidad, el Presidente cree que el duelo institucional ya está saldado con el viaje, el tuit y la delegación. Nada más. El resto es paisaje. Mientras tanto, la maquinaria libertaria aguarda agazapada. El duelo funciona como pausa, pero también como escudo. Nadie se atreve a romper la tregua que impone el luto, aunque en los despachos ya se preparan los próximos movimientos. La política no descansa: apenas baja el volumen.

PL/JJD

El médico del papa reveló detalles de los últimos instantes de vida de Francisco

El médico del papa reveló detalles de los últimos instantes de vida de Francisco

Jorge Bergoglio "no respondía a los estímulos, ni siquiera a los dolorosos. En ese momento me di cuenta de que no podía hacer nada más. Estaba en coma", contó Sergio Alfieri, medico del hospital Gemelli de Roma, en declaraciones publicadas en los medios italianos.

El papa en un texto inédito: “La muerte no es el fin de todo, sino un nuevo comienzo”

El medico del hospital Gemelli de Roma Sergio Alfieri, coordinador del equipo que atendió al papa Francisco, contó este jueves los últimos instantes de vida del pontífice: “Entré en su habitación y tenía los ojos abiertos. Comprobé que no tenía problemas respiratorios e intenté llamarle pero no contestaba”, dijo y explicó que se decidió no llevarle al hospital porque su deseo era “morir en casa”.

No respondía a los estímulos, ni siquiera a los dolorosos. En ese momento me di cuenta de que no podía hacer nada más. Estaba en coma”, explica Alfieri en declaraciones publicadas en los medios italianos.

Revela que “si hubiera perdido el conocimiento” se habría “tenido que seguir las directrices de su asistente personal de salud, Massimiliano Strappetti, que era como un hijo para el Santo Padre” y que eran las de “ningún ensañamiento terapéutico”.

“Durante su última hospitalización pidió expresamente que no se procediera en ningún caso a la intubación”, que “le habría ayudado a respirar, pero habría sido difícil volver atrás y extubarle, con los pulmones infectados de virus”, explica.

El que fue también su cirujano en dos operaciones explicó: “El lunes hacia las 5:30 de la mañana recibí una llamada de Strappetti: El Santo Padre está muy enfermo tenemos que volver al Gemelli. Preavisé a todos y veinte minutos después estaba allí en Santa Marta, parecía difícil pensar que fuera necesario un ingreso”.

Corríamos el riesgo de que muriera en el traslado, le expliqué que la hospitalización habría sido inútil. Strappetti sabía que el papa quería morir en casa, siempre lo decía cuando estábamos en el Gemelli. Murió poco después”, recuerda Alfieri.

En otra entrevista asegura que “nunca se expuso al peligro”.

“Es como si, acercándose al final, hubiera decidido hacer lo que tuviera que hacer. Como ocurrió en el Domingo de Resurrección, ”cuando aceptó la propuesta de su asistente sanitario personal Massimiliano Strappetti de dar la vuelta a la plaza entre la multitud“, añade.

Sobre la causa de la muerte, Alfieri explica que “fue uno de esos infartos que te llevan en una hora, quizá se inició un émbolo y ocluyó un vaso sanguíneo del cerebro. Quizá hubo una hemorragia. Son sucesos que le pueden ocurrir a cualquiera, pero los ancianos corren más riesgo, sobre todo si se mueven poco”.

Según el parte de defunción, firmado por el director de Sanidad e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano, Andrea Arcangeli, la muerte se produjo a las 7:35 horas locales (2:35 de Argentina) del 21 de abril en su apartamento, la residencia vaticana Casa Santa Marta, por un ictus, que derivó en un coma y después un paro cardiocirculatorio.

EFE.

IG