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Milei avanza con una profunda reforma del mercado laboral

Milei avanza con una profunda reforma del mercado laboral

Este Día Internacional de los Trabajadores estuvo marcado por una embestida contra los derechos laborales. La nueva reforma laboral que lleva el título de “modernización” busca flexibilizar aspectos clave como la posibilidad de reemplazar la indemnización por un fondo de cese laboral que se deducirá del salario mensual, la extensión del período de prueba a seis o 12 meses y la exención de multas para empresarios que no hayan registrado a sus empleados.

El capítulo laboral forma parte del proyecto de Ley Bases que el martes consiguió media sanción en la Cámara de Diputados.

La reforma laboral impulsada desde el Gobierno precariza las condiciones de trabajo y la volatilidad del empleo. Se habilita que mediante la negociación colectiva se cree un denominado fondo de cese laboral en reemplazo del sistema indemnizatorio contemplado en la ley del Contrato de Trabajo de 1974. El modelo que propone es el que rige en el sector de la construcción, que, por su dinámica, implica contrataciones temporales por duración de una obra. Así, se reducirían las indemnizaciones y se facilitaría el despido. 

Luis Ramírez, abogado laboralista, señala que este proyecto es una foto de una película que aparece cíclicamente con un ropaje diferente. “Nuestra ley de Contrato de Trabajo tuvo su primera mutilación con la dictadura militar de 1976, luego en la década de los 90, con la flexibilidad laboral Carlos Saúl Menem y en los 2000 la ley 25.250, obra del gobierno de Fernando de la Rúa ya no habló de flexibilidad laboral, sino de reforma laboral y resultó en un tercer manotazo a los derechos de los trabajadores. En 2017, el gobierno de Mauricio Macri, quiso avanzar con una reforma con enfoque neoliberal y regresivo, pero no logró que se aprobara en el Congreso. Hoy se plantea como modernización, pero el hilo conductor apunta a flexibilizar la entrada laboral, la relación de trabajo y la salida, y también debilitar el movimiento sindical”.

Qué incluye la reforma

La reforma extiende el período de prueba tres a seis meses para empresas de más de 100 trabajadores; de ocho meses para pymes de seis a 99 trabajadores; y de un año para minipymes de hasta cinco trabajadores. De este modo, se posterga el acceso pleno a los derechos laborales y en particular a la estabilidad laboral y la cobertura indemnizatoria. En paralelo, se plantea una derogación de las multas para aquellas empresas que tengan trabajadores no registrados. Para el gobierno de Milei, esto es con el objetivo de avanzar en la destrucción de lo que llama la “industria” de los juicios laborales, ya que las multas representan en la actualidad un ítem clave ante acciones judiciales impulsadas por trabajadores despedidos sin causa.

Ramírez, expresidente de la Asociación Latinoamericana de Abogados Laboralistas, afirma que este cambio laboral favorece al empleador, que tendrá una hiperflexibilidad. “El empleador hace un aporte fijo por mes al fondo de cese laboral, y puede despedir cuando quiera al trabajador, tiene libertad de hacerlo, no necesita una causa justa. La estabilidad es la madre de todos los derechos laborales. Si ese empleador dice que no te afilies a un sindicato porque si lo haces peligra tu empleo, no te afilias. Se lo despoja al trabajador de la protección de sus derechos. El despido fácil es inconstitucional, ya que el artículo 14 bis de la Constitución señala que 'el trabajo en sus diversas formas gozará de la protección de las leyes”. 

Un grupo de manifestantes frente al Congreso de la Nación, en Buenos Aires durante el debate de la Ley Bases, proyecto estrella del Ejecutivo de Javier Milei.

Milei ya había dado señales de su radicalidad cuando dijo en campaña que derogaría el artículo 14 bis porque, esgrimió, “es el cáncer de la Argentina”. En un claro retroceso, su reforma laboral habilita a que si un empleador despide por causa de origen sindical, étnico, racial, religioso solo deba pagar un poco más de indemnización. Hoy ese tipo de despidos son nulos y quienes son víctimas de ellos deben ser reincorporados.

La reforma establece una nueva forma de contratación que vulnera el sistema de convenios al admitir la contratación de hasta cinco trabajadores bajo la modalidad de monotributo como “trabajadores independientes”, extinguiendo de esta forma la relación laboral. Durante el embarazo, una mujer podría trabajar hasta diez días antes del parto, mientras que la ley hasta ahora estipula que sea un mes antes.

Con todo, se trata de cambios en asuntos clave que tienden a reducir los costos laborales y habilitar los despidos. Es decir, busca recuperar el poder del sector empresarial y no “mejorar la calidad de vida de los trabajadores” y el “desarrollo económico del país” como promete, según han indicado voces expertas, que señalan que las reformas regresivas nunca han dado esos resultados en ningún lugar del mundo. 

Delegación de facultades y privatizaciones

En un debate maratoniano en la Cámara de Diputados, el bloque oficialista, junto con el apoyo del PRO, la UCR y HCF sumó 142 para la aprobación.. En contra del proyecto de Ley Bases votaron 106 diputados opositores: la totalidad de Unión por la Patria ) y del Frente de Izquierda de los Trabajadores (FIT). La votación promete ser más disputada en el Senado.

Entre los capítulos más polémicos se destaca la delegación de facultades legislativas al presidente en materia administrativa, económica, financiera y energética por un año, la autorización para privatizar empresas públicas y cerrar organismos estatales y el fin de las jubilaciones para quienes aportaron menos de 30 años a la seguridad social. Esta última medida perjudica particularmente a las trabajadoras. Quienes a los 60 años no lleguen a reunir 30 de aportes, deberán esperar a cumplir 65 años para tramitar una pensión (PUAM), que tiene un monto un 20% menor que la jubilación mínima.

En un giro impositivo en beneficio de los más ricos, la Ley Bases incluye una reducción gradual hasta su casi extinción del impuesto a los bienes personales (riqueza). Mientras el Gobierno recorta presupuestos científicos, educativos, sociales y sanitarios, el Estado dejará de recaudar 0,36% del Producto Interno Bruto en 2024, según la Oficina de Presupuesto del Congreso.

La Ley Bases autoriza la privatización de casi una decena de empresas estatales, entre las que destacan Aerolíneas Argentinas, Ferrocarriles Argentinos y la Radio y Televisión pública. Este desguace del Estado llegará cuando el capítulo de la venta de empresas públicas en la década de 1990 sigue abierto.

Los trabajadores del sector público serán los más afectados por el achicamiento del Estado. Por este motivo, y por el restablecimiento del impuesto a las ganancias a los trabajadores con salarios superiores a 1,8 millones de pesos para solteros y 2,2 millones para casados con dos hijos, el gobierno de Milei se enfrentará a un complicado inicio de mayo con movilizaciones. A la marcha por el Día del Trabajador de ayer le seguirá el 6 de mayo un paro de transporte aéreo, terrestre, portuario y marítimo, y tres días después se manifestará laCGT en contra de los más de 10.000 despidos de empleados estatales.

La reforma laboral del Gobierno no combate la informalidad, la legaliza

La reforma laboral del Gobierno no combate la informalidad, la legaliza

1. La reforma no combate la informalidad, la legaliza 

La informalidad laboral es uno de los principales problemas del mercado laboral argentino. A  fines de 2023, la tasa de empleo no registrado era de 35,7%. Y una parte importante del problema se concentra en las empresas más chicas. En efecto, el 55% de los asalariados informales se desempeñan en unidades productivas que tienen entre uno y 5 empleados. 

La reforma laboral busca que esos trabajadores en empresas de hasta 5 empleados pasen a la  formalidad, pero por una vía alternativa. El camino no sería el tradicional, que implica  encuadrarlos correctamente bajo una relación de dependencia y, de este modo, reconocerles el conjunto de derechos que son propios de esa relación (salario definido por paritarias, protección  contra el despido arbitrario, aguinaldo, licencias, vacaciones pagas, etc.). Por el contrario, la  reforma busca legalizar la situación de esos trabajadores a través del monotributo. En  consecuencia, se empezará a considerar que un trabajador está correctamente registrado si, en lugar de percibir un recibo de sueldo, todos los meses emite su factura como monotributista. 

Se celebraría entonces la reducción a la mitad de la informalidad, pero se consolidaría la  situación precaria de los empleados en las empresas más chicas, que ya no tendrían ninguna herramienta legal para obtener el reconocimiento de sus derechos. Además, aquellos  trabajadores que están correctamente registrados en unidades de hasta 5 empleados podrían ser despedidos y recontratados como independientes. 

Adicionalmente, la reforma también incluye beneficios que se extienden a las empresas de mayor tamaño. En efecto, se reducen las sanciones para quienes contratan de manera informal,  dado que con la aprobación de esta norma ya no estarían obligados a pagar una indemnización  agravada a los trabajadores.  

2. La reforma empodera a los empleadores 

La reforma laboral amplía notablemente las atribuciones que tienen los empleadores en una relación de trabajo: 

❖ Para contratar de manera precaria 

➢ Los empleadores podrán contratar a empleados como monotributistas en unidades de hasta 5 empleados. 

➢ Tendrán menos desincentivos para contratar de manera informal (o  “en negro”), dado que se reducen las sanciones por hacerlo. 

➢ Tendrán mayores facilidades para tercerizar de manera fraudulenta. 

❖ Para despedir 

➢ Se amplía el período de prueba, etapa durante la cual los empleadores pueden despedir a sus trabajadores sin abonarles una indemnización. 

➢ Se legalizan los despidos discriminatorios (típicamente decididos para  delegados sindicales o mujeres que pueden entrar en uso de licencia). Previamente, este tipo de despidos eran nulos y los trabajadores debían ser  reincorporados. La reforma los legaliza, fijando únicamente una indemnización  agravada. 

➢ Se amplía la posibilidad de usar el fondo de cese laboral, una alternativa a la  indemnización que elimina el efecto disuasorio de esta última y aumenta la  rotación laboral. 

3. La reforma no va a promover la generación de empleo ni a mejorar su calidad.  Y tampoco implica una modernización laboral 

A las empresas no las asfixian las leyes, las asfixia la crisis. Un empleador no contrata o deja de contratar trabajadores por las características del marco normativo sino en función de la situación económica. Hay sobrada evidencia al respecto. 

Los mercados de trabajo más flexibles no son los que generan más empleo, son los más  inestables. Promueven relaciones laborales a corto plazo, con altos niveles de rotación y con altos niveles de imprevisibilidad para los trabajadores. 

El mercado laboral en nuestro país acarrea serios inconvenientes y precisa de transformaciones urgentes. Sin embargo, los contenidos de la reforma no permitirán solucionar los problemas. Ni tampoco modernizan el marco normativo, sino que lo retrotraen a situaciones previas (de los '90, de los '70 y, en algunos casos, de comienzos del siglo XX). 

Un mundo del trabajo con menos derechos no le abre la puerta a los informales para que entren. Es un mundo que diluye los límites entre la formalidad y la informalidad, y que va a provocar  que el sector formal se parezca cada vez al informal.

Los autores integran el Programa de Capacitación y Estudios sobre el Trabajo y el Desarrollo (CETyD-EIDAES-UNSAM)

MM/DTC

La ley Bases pasa al Senado y los tiempos conspiran para que no llegue aprobada al Pacto de Mayo

La ley Bases pasa al Senado y los tiempos conspiran para que no llegue aprobada al Pacto de Mayo

La recientemente sancionada Ley de Bases por la Cámara de Diputados, deberá afrontar ahora el veredicto del Senado que tendrá un tiempo acotado de dos semanas para aprobarla si es que se pretenden cumplir los plazos fijados por el presidente Javier Milei de celebrar el Pacto de Mayo el 25 de ese mes en Córdoba.

La reunión entre la presidenta de la Cámara Alta, Victoria Villarruel con Karina Milei, poco tiempo después de concluida la sesión en Diputados, habla a las claras de las expectativas que tiene el Gobierno con lo que pueda pasar en el recinto.

Las modificaciones en el artículo sobre el impuesto al tabaco hará que el texto final que se elevará a la Cámara alta deba ser modificado, por lo que se especula que la iniciativa podría ingresar por mesa de entradas, recién el viernes, quedando pendiente incluso el giro a comisiones.

El feriado de este 1 de mayo le puso pausa a los plazos que estableció Milei y los tiempos no sobran, y una vez ingresado el proyecto, Villarruel deberá definir le giro al plenario de comisiones con lo cual el debate se podría activar recién la semana próxima.

En el mejor de los escenarios, podría emitirse dictamen la próxima semana para esperar que transcurran los 7 días reglamentarios antes de someter el proyecto a votación en el recinto.

De acuerdo al calendario, la Casa Rosada tendrá dos semanas para debatir, emitir dictamen y esperar que transcurran los 7 días reglamentarios antes de votar en el Senado y después, poder cumplir con la convocatoria formulada por Milei a los gobernadores, a los jefes de los partidos políticos, a empresarios y sindicalistas de debatir en Córdoba un nuevo esquema de coparticipación federal y suscribir un documento de 10 puntos bajo el rótulo de Pacto de Mayo.

Se descuenta que Victoria Villarruel repetirá el esquema utilizado en Diputados, de proceder al giro acotado a sólo tres comisiones, Asuntos Constitucionales, Legislación General y Presupuesto y Hacienda.

En el Gobierno esperan que los gobernadores apoyen la realización de un debate exprés y no introduzcan modificaciones al texto sancionado en Diputados. Una modificación al proyecto haría que deba regresar a la Cámara baja y allí si, ya sería imposible cumplir con los plazos anunciados por el Presidente.

DM con información de agencia NA

Raúl Jalil, sobre la ley Bases: “Es muy importante que se apruebe en el Senado”

Raúl Jalil, sobre la ley Bases: “Es muy importante que se apruebe en el Senado”

El gobernador de la provincia de Catamarca, Raúl Jalil, afirmó que “es muy importante que esta ley se apruebe en el Senado porque en este momento “tan delicado” que está atravesando el país de Argentina es hora “de ayudar”. 

En declaraciones a Radio Rivadavia, expresó que “no hay que dramatizar tanto la política” y que “hay que darle al Presidente las herramientas” que necesita para gobernar.

“En nuestro espacio político tenemos que hacer una autocrítica después de la gestión nacional. Alberto nos ayudó mucho, pero hemos perdido una elección. La sociedad espera que acompañemos en algunas cosas al Gobierno y creemos que, si le va bien, también le va a ir bien a Catamarca”, aseveró Jalil.

Por otra parte, el gobernador confirmó que habló en la Mesa de Litio con los mandatarios Carlos Sadir de Jujuy y Gustavo Sáenz de Salta y que, a fines de mayo, hará lo propio en la “Expo Minera” de San Juan organizando el gobernador Marcelo Orrego.

“Cuando uno observa cuánto exporta Chile o Perú con la misma cordillera, las diferencias y las oportunidades son muy grandes. Ese era un capítulo que todas las provincias mineras habíamos quedado en acompañar. Creo que el crecimiento de la Argentina va venir por la inversión y esperemos que se pueda aprobar en el senado”, indicó.

Según Jalil, el del presidente Milei “es nuevo paradigma que está funcionando” y que se está logrando que muchos mandatarios de distintos arcos políticos dialoguen y se pongan de acuerdo.

“Un ejemplo es el del Norte Grande o de la Mesa de Litio en donde somos tres gobernadores de distintos partidos políticos, que formamos una región de litio y hablamos de políticas de Estado. Ese es el cambio que nos está pidiendo la sociedad”, resaltó.

Para finalizar, el mandatario consideró que el Gobierno “está en un periodo de aprendizaje” y “entendió” que la Ley Ómnibus que había presentado “era muy compleja en su principio” y debía “entrar en una etapa de negociación” que es positiva para la Argentina.

“Si no nos ponemos de acuerdo en 10 puntos básicos de lo que pretendemos para Argentina, y muchos países lo han hecho, va a ser muy difícil estabilizar la macroeconomía. Ayer se ha dado un paso importante”, concluyó.

AB con información de agencia NA.

Por qué vivir en Buenos Aires

Por qué vivir en Buenos Aires

Entre el home-office, la sobrecarga de trabajo y la falta de plata, a veces me pregunto si realmente estoy sacando provecho de vivir en Buenos Aires o mi vida podría seguir sin mayores cambios en una ciudad cualquiera. Una pregunta que esquivo cada vez que puedo, pero que resurgió en una columna anterior, sobre el Microcentro. Y ya no puedo hacerme más la boba. 

“Pienso en qué vida construimos trabajando desde casa, sin cruzarnos nunca con extraños, y cómo en ese repliegue vamos perdiendo (lo mejor que tiene vivir en) la ciudad”, me señaló tras esa columna la colega Emilia Erbetta vía Twitter, y así volvió a plantar los interrogantes que por fin me animo a cosechar. Vivir en la Ciudad de Buenos Aires sale caro. ¿Cómo no voy a aprovecharlo? 

Según ZonaProp, en febrero, alquilar un depto de dos ambientes costó $416.991 en promedio. Es un 62% más que en el oeste y sur del Gran Buenos Aires, un 96% más que en Rosario, un 131% más que en Córdoba Capital

Habitar esta ciudad cuesta caro también en salud: hay más contaminación atmosférica, lumínica y sonora. Faltan espacios verdes. Y, para los porteños adoptivos, además hay desarraigo, que a su vez demanda plata en forma de nafta, ómnibus, avión o tren. Mientras tanto, la “porteñidad” por antonomasia -sentarse a tomar un café y mirar gente, comer una pizza en la calle Corrientes, ir al teatro- va mutando a lujo de turistas. En el acoso diario de las necesidades materiales, lo primero que se quita es lo “prescindible”. Hace unos días quise hacer plan gasolero y salir a correr, pero los mosquitos me mataban a mí más que yo a ellos, y el repelente está a entre 8.000 y 14.000 pesos. ¿Si vivo así, por qué sigo en Buenos Aires? ¿Por las oportunidades laborales, cuando cada vez más son remotas? ¿Por los trámites, si buena parte es online? ¿Por el periodismo, que cada vez más se encierra en sí mismo? “¿Cómo voy a encontrar historias si mi contacto con el mundo es la computadora? No que eso no sea el mundo, pero una parte queda afuera”, resumió mi colega en un segundo tuit.

Yo también me lo pregunto. Sigo caminando la ciudad lo más que puedo y hago trabajo de campo para estas columnas. Pero son esfuerzos planificados, conscientes. El viaje diario a un trabajo suma las mejores ideas, porque son las que no se buscan. Quedarse quieto no ayuda. Aún menos en el home-office de la dispersa periferia porteña en la que hoy vivo. 

De hecho, estos días en los que el Bafici me “obligó” a moverme fueron posiblemente las dos semanas del año en que más disfruté y vi Buenos Aires más allá de mi trabajo, y eso me da alegría, por más hipster que suene. Me hace sentir conectada, en sintonía con la ciudad. Que la re vivo, literal. 

“Me genera profunda depresión el silencio de los barrios, la falta de ruido humano y automotor, la ausencia de humo y contaminación. Soy hombre de gran ciudad, necesito movimiento extremo de personas y cosas sin parar, de día y de noche”, tuiteó el polemista Carlos Maslatón hace más de un año. Sin llegar a ese extremo, en parte me identifico. Y sé que las historias se multiplican donde más gente vive, en la ciudad compacta cuyas bondades, aunque estén cerca, me pierdo

También hay algo más profundo, un mal generalizado: retraimiento, anidamiento y una búsqueda de volver a casa, en lugar de habitar la siempre incierta pero también siempre viva calle. Con la pandemia perdimos “roce”, esa adaptabilidad que derriba prejuicios, nacida de frecuentar personas ajenas a nuestro círculo. ¿El futuro era trabajar en casa? ¿O se nos fue la mano y ahora hay que poner parches en forma de planes para no terminar hablándole a una planta? 

No toda la culpa la tiene el home-office. El retraimiento se potencia si el espacio público se resiste cada vez más a que nos apropiemos de él. 

Por un lado, porque Buenos Aires está más oscura: en la Terminal de Retiro, en un pasaje céntrico como Discépolo, en la plaza Mafalda en Colegiales o en distintos tramos de la General Paz. Por el otro, porque hay menos vida nocturna, entre el consumo gastronómico que cae, los robos que crecen, el transporte público que pierde frecuencia, y los parques y plazas que se cierran con rejas. Por último, por la degradación del territorio, no a causa de la gente en situación de calle que el Gobierno de la Ciudad saca en sus denominados “operativos especiales de orden y limpieza”, sino de la reducción del mantenimiento urbano integral. 

Percibo esa desapropiación, que a veces muta en miedo. Una sensación de que, evilparafraseando a Rivette, Buenos Aires ya no nos pertenece. Durante meses, el Covid acechaba afuera. Después, el mosquito. Hoy, afuera, hay una ciudad más hostil. A los hechos se le suma una subjetividad negativa, por el efecto anteojeras que tiene vivir acá hace tiempo. Fui perdiendo la mirada fresca propia de los visitantes. Ahora la busco en mi hermana Gabriela, que vive en Olavarría y abre ojos de turista cada vez que viene. Es ella quien me recuerda las cosas que doy por sentadas y las que me pierdo -de hacer y de vista- por ese “acostumbramiento” o “desensibilización”: 

-Los centros culturales, los museos y los circuitos ligados a la cultura, la historia y la memoria. 

-La posibilidad de estar siempre acompañada: de ir a espacios públicos y que realmente haya gente. “Es una ciudad que, de algún modo, sigue siempre despierta. Donde hay algo para hacer, a la hora que sea”, dice. 

-La variedad de culturas que pueden conocerse a través de un plato (paraguaya, japonesa, peruana, boliviana, china, venezolana, siria, india, rusa y etcéteras). 

Inspirada en su lista (y a modo de final de “Manhattan” del cancelado Woody Allen), sumo algunas líneas. 

Por qué vale la pena vivir la vida (en Buenos Aires): 

-Un Rosedal, una Confitería del Molino, un Grand Splendid (como espacio preservado más que como librería). 

-Ferias gigantescas. 

-Talleres y clases de lo que se te ocurra. 

-Una llanura y una grilla cuadricular que la hacen una capital ideal para caminar y andar en bici. 

-Funciones de cine con subtítulos. 

-Cementerios que también son paseo artístico y cultural. 

-Una red de transporte público que me permitió vender el auto, aunque cada vez sufre más problemas (algunos por negligencia y otros deliberados, como la media sanción a la privatización de trenes de anteayer). 

-Clubes de barrio. 

-Bares para leer solo sin que crean que sos un loser. 

-Tours gratuitos guiados. 

-Y, último pero igual de importante, apertura. Hay un progresismo que motiva chistes cínicos pero también manifestaciones gigantes. Hay una tradición de protesta social que sorprende al mundo no sólo por su magnitud sino porque contiene cientos de miles de personas de diversos orígenes y destinos sin que por eso haya disturbios

Vivir en Buenos Aires obliga a hacer un balance. De un lado el amor por su singularidad; del otro, la realidad cotidiana que te mete una piña. Hay obstáculos, pero también motivos. Sigo eligiéndola por metas que, más que mandatos, son guías: recorrerla más, cuestionarla más, vivirla más.

KN/AB