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La suba del dólar oficial al 1% mensual tiene los días contados. El Gobierno y el Fondo ya pactaron el futuro endeudamiento y el aumento del tipo de cambio, pero no pueden anunciarlo de manera pública antes de que en el organismo terminen procedimientos internos. Mientras, el mercado especula con el peso y ya hubo reacciones el día después.
En paralelo a la aprobación de la Cámara de Diputados ayer al futuro préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI), el staff técnico del organismo con sede en Washington y el equipo del ministro de Economía, Luis Caputo, terminaron de cerrar esta semana el acuerdo, incluido el nuevo régimen cambiario, según fuentes con acceso a los negociadores. ¿Por qué el FMI no anunció entonces el llamado standard level agreement (SLA por sus siglas en inglés, que significa “acuerdo de nivel estándar”), que incluye el monto aproximado del crédito y las condicionalidades, incluido un mayor ajuste fiscal y una aceleración del ritmo de depreciación del peso oficial? Porque el pacto está siendo revisado por los distintos departamentos del Fondo como parte de un procedimiento burocrático habitual en estos casos.
Pero más temprano que tarde se anunciará de manera oficial el SLA y después será debatido por el directorio del FMI, donde están representados todos los países miembros, pero las potencias cuentan con más poder de voto. Los directores del G7, el grupo de las siete naciones más ricas, los EE UU de Donald Trump, pero también Canadá, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido e Italia, están de acuerdo con apoyar a la Argentina, el país más endeudado con el FMI, por unos US$41.000 millones, para elevar ese pasivo en una cifra que aún no se ha oficializado, de US$8.000 millones a 12.000 millones.
Dado que el gobierno de Milei ha hecho más ajuste fiscal y monetario del que pedía el Fondo, en esos dos asuntos no hay debate alguno. El asunto que estaba en discusión era el cambiario porque el organismo consideraba que el crawling peg (suba gradual del dólar oficia) del 1% mensual era insustentable, había convertido al peso en la segunda moneda más sobrevaluada del mundo, y había que acelerar su marcha y caminar más rápido hacia la liberación del cepo cambiario. Milei y Caputo coincidían en el objetivo final de levantar el control cambiario, pero han apostado hasta ahora en un peso fuerte para bajar la inflación. Un peso sobrevaluado o un dólar barato desincentivan la producción nacional de bienes y servicios y, por consiguiente, la acumulación de reservas en el Banco Central al alentarse la importación y desincentivarse la exportación, con lo cual el día de mañana la Argentina no tendría las divisas para devolver los préstamos con el Fondo.
Pero en los últimos días el FMI y el Gobierno se han puesto de acuerdo en la manera de elevar el tipo de cambio y salir del cepo, pero no lo pueden anunciar en público antes de que se oficialice el SLA. Caputo ha sido torpe en sus recientes declaraciones con medios amigos sobre el futuro del régimen cambiario y ha provocado ruidos en el mercado. Lo que está claro es que el crawling peg al 1% mensual, con una inflación que supera el 2% mensual, tiene los días contados. La salida es un secreto que guardan o deberían guardar los funcionarios del Gobierno y del Fondo para evitar especulaciones en los tipos de cambio, los bonos y las acciones. Sin embargo, los comportamientos recientes de los mercados financieros han demostrado que algunos operadores tienen o creer tener la posta sobre qué ocurrirá e invierten y ganan plata en consecuencia.
En los días previos a la aprobación del acuerdo en Diputados y ante todo los rumores de devaluación, los dólares paralelos y el riesgo país subieron y las acciones cayeron. Este jueves, tras la votación parlamentaria, el dólar blue desciende 2,7%, a $1.245; el MEP o Bolsa, 0,7%, a 1.277; y el contado con liquidación, 0,9%, a 1.279. El riesgo país disimuye 1,9%, a 762 puntos básicos, como reflejo de la recuperación de los títulos de deuda pública en dólares. En cambio, el índice de la Bolsa porteña, el S&P Merval, aún duda y retrocede 1%. Tal vez sea el reflejo de que un acuerdo con el Fondo le asegura divisas a la Argentina para saldar sus pasivos, pero al mismo tiempo implicaría una depreciación mayor del peso que debilitaría la cotización de las empresas.
AR/MC
El Gobierno logró ratificar el DNU con el Fondo y evitar mayores disturbios con un megaoperativo de seguridad. Sin embargo, las internas en La Libertad Avanza y la presión económica mantienen la incertidumbre.
El gobierno de Javier Milei enfrentó una de sus jornadas más críticas desde su asunción, con el Congreso convertido en un campo de batalla política y la ciudad de Buenos Aires bajo un blindaje de seguridad sin precedentes. La votación en la Cámara de Diputados de la validación del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que habilita al Gobierno a lograr un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) no solo representó un triunfo legislativo para la administración libertaria, sino también una bocanada de oxígeno tras días de extrema incertidumbre.
Desde temprano, las dudas sobre el resultado de la votación generaron nerviosismo en el equipo de gobierno. La posibilidad de una derrota parlamentaria amenazaba con detonar un nuevo golpe en los mercados y erosionar la ya frágil estabilidad política de Milei. En Balcarce 50, el Presidente siguió la sesión rodeado por su hermana Karina Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, quien pasó la jornada con el teléfono en la mano, monitoreando la cotización del dólar y la reacción de los inversores.
El momento decisivo llegó con la ratificación del DNU con 129 votos afirmativos. “Alivio”, fue la palabra que recorrió los pasillos de la Casa Rosada pasadas las 17 de este miércoles. Caputo, exultante, publicó una selfie junto a los hermanos Milei con la inscripción: “129-108 VLLC!!!!”, en señal de victoria. Rápidamente, la Oficina de la Presidencia difundió un comunicado en el que Milei agradeció a los legisladores que apoyaron la iniciativa y resaltó que el acuerdo con el FMI enviaba un mensaje de “madurez y grandeza”. La euforia se sintió puertas adentro, pero afuera la realidad era otra.
Mientras el Gobierno celebraba la votación en el Congreso, la protesta opositora tomaba fuerza en las calles. Organizaciones sociales, gremiales y políticas rechazaban el DNU y el ajuste económico con una movilización masiva. Aunque el despliegue de fuerzas de seguridad fue imponente, esta vez no hubo represión. A diferencia de la violenta respuesta del miércoles pasado contra los jubilados, en esta ocasión el operativo se limitó a contener y vigilar. La ministra Patricia Bullrich coordinó el dispositivo en el despacho del asesor presidencial Santiago Caputo, acompañada por los representantes de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), Sergio Neiffert y Diego Kravetz.
La estrategia de Milei fue marcar presencia sin desatar una nueva escalada de violencia. Se implementó un megaoperativo para blindar el Congreso con una “zona estéril” que impidiera el acceso de manifestantes. Además, se dispusieron retenes en los accesos a la ciudad de Buenos Aires, con controles en los colectivos que transportaban a los manifestantes. A pesar de la tensión, no se registraron enfrentamientos graves ni incidentes de consideración.
Pero no todas las amenazas para Milei venían desde afuera. En plena sesión en Diputados, puertas adentro del Congreso, la diputada oficialista Marcela Pagano desató un escándalo al tildar de “fascista” a Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados. El cruce fue interpretado como una declaración de guerra dentro de La Libertad Avanza. La respuesta del entorno presidencial no tardó en llegar. Desde una cuenta vinculada a Santiago Caputo en X, @nicolabrandeis, se lanzó un mensaje encriptado pero letal: “Inminente expulsión de Pagano del bloque LLA. Roma no paga traidores. Disfrutá lo que te queda de mandato. En 2027 estás AFUERA”.
La crisis interna es una señal de los problemas que enfrenta Milei para disciplinar a su propio espacio. El episodio con Pagano se suma a una lista de pujas intestinas que exponen la fragilidad de la coalición oficialista, que no deja de depender de los votos de sus aliados para sostener la gobernabilidad.
Ayer por la mañana, en medio de la turbulencia, el Presidente tomó una decisión inesperada: suspender su viaje a Israel. Estaba previsto que Milei viajara este fin de semana para reunirse con el primer ministro Benjamín Netanyahu y recibir el “Premio Génesis”, pero el plan se frustró en el último momento. Oficialmente, se habló de “acontecimientos internos” como motivo de la cancelación, pero en los círculos políticos se interpretó como una señal de que el presidente no puede darse el lujo de abandonar el país en pleno cimbronazo.
Sin embargo, el impacto de la jornada en los mercados fue inmediato. Luego de días de tensión y una escalada del dólar, la validación del DNU del FMI trajo algo de calma, aunque la brecha cambiaria sigue en niveles elevados y la presión sobre Caputo no cede. Pero en la Casa Rosada saben que el gesto de Diputados no es una victoria definitiva. El alivio del Gobierno es momentáneo. Milei esquivó un golpe y evitó imágenes de violencia en las calles, pero la tensión sigue en el aire.
PL/DTC
La Cámara de Comercio de Estados Unidos en la Argentina le hizo un fuerte guiño al Gobierno tras el aval al DNU y pidió levantar el cepo. Hace menos de un mes habían cuestionado la designación por decreto de los nuevos jueces de la Corte.
La cúpula empresarial norteamericana con intereses en el país le hizo un fuerte guiño al Gobierno: la Cámara de Comercio de Estados Unidos en la Argentina (AmCham) celebró el acuerdo a ciegas con el FMI que aprobó el Congreso ayer en una sesión de Diputados que tuvo momentos escandalosos.
“Como AmCham Argentina valoramos que la Cámara de Diputados de la Nación diera un paso trascendental al respaldar el acuerdo con el FMI, una medida fundamental para normalizar la deuda dolarizada”, señaló la entidad en un comunicado difundido este jueves.
AmCham nuclea a las firmas de Estados Unidos más importantes, como JPMorgan, Ford, Axxion, Manpower, Bayer, SC Johnson, Amazon, representa a más de 720 empresas que generan el 24% del PBI nacional y el 45% de las exportaciones. Los empresarios buscaron de alguna manera asegurarse que el Gobierno, con este nuevo acuerdo, levante el cepo cambiario más temprano que tarde.
La entidad destacó que “la eliminación del cepo es una decisión esperada hace tiempo, con efectos directos en la inversión, el comercio y el acceso al financiamiento”. Y reza su texto: “Como siempre sostenemos que las empresas necesitan estabilidad y reglas claras para desarrollarse y generar empleo de calidad. Liberar el mercado cambiario y financiero permitirá mayor dinamismo e integración de Argentina en el contexto global”.
El guiño de AmCham al Gobierno por el acuerdo con el FMI firmado por DNU y avalado ahora por el Congreso choca con una fuerte crítica que la organización le había hecho a Milei por designar dos jueces de la Corte Suprema por decreto. El 26 de febrero pasado alertó sobre los riesgos institucionales de la designación en comisión de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla en el máximo tribunal.
“Cualquier decisión tomada por una Corte integrada de forma excepcional y temporaria quedaría expuesta a cuestionamientos sobre su validez y legalidad”, afirmó AmCham y alertó que la incertidumbre institucional “erosiona la confianza de los actores económicos y aleja las inversiones necesarias para el desarrollo del país”.
Hoy AmCham aceptó la narrativa oficial de que la deuda con el FMI, cuyo monto se desconoce, será para sanear el Banco Central. “Según la normativa, los fondos se utilizarán para el rescate de la deuda del Tesoro con el Banco Central y para afrontar los vencimientos con el propio organismo en los próximos 4 años. Esto traerá más previsibilidad y oportunidades para el sector productivo y de servicios, acercándonos a la Argentina competitiva que buscamos”.
Según la representación de empresarios americanos, “este acuerdo con el FMI también apunta a fortalecer la estabilidad macroeconómica, reduciendo la incertidumbre y creando condiciones para un crecimiento sostenido”. A su vez, enfatizó que “para el sector privado, esto implica mayor confianza, mejor acceso al crédito y recuperación de la competitividad”.
Con vista al futuro, destacó que “el desafío ahora es consolidar estos avances con políticas que fomenten la internacionalización de nuestro país, impulsen la producción y promuevan el desarrollo de los servicios”.
MC
Se trata de Juan Carlos Pinto, especialista en emergencias médicas y quien realizó el certificado de defunción, y Colin Campbell Irigoyen, cirujano plástico, el médico vecino al que llamaron de la garita de seguridad del country del partido bonaerense de Tigre y que entró en la casa de Maradona e intentó reanimarlo sin éxito.
“Tenía la panza hinchada” y “el abdomen a punto de explotar”: declararon los policías que llegaron a la casa de Maradona
El Tribunal Oral en lo Criminal N°3 de San Isidro realiza este jueves la cuarta audiencia del juicio oral y público por la muerte de Diego Armando Maradona, donde deben declarar dos médicos que asistieron al exjugador el 25 de noviembre de 2020 en la residencia del barrio cerrado San Andrés. En total declararán cinco testigos.
Se trata de Juan Carlos Pinto, especialista en emergencias médicas y quien realizó el certificado de defunción, y Colin Campbell Irigoyen, cirujano plástico, el médico vecino al que llamaron de la garita de seguridad del country del partido bonaerense de Tigre y que entró en la casa de Maradona e intentó reanimarlo sin éxito.
Son dos testigos propuestos por el fiscal Patricio Ferrari, quien imputó al neurocirujano Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicólogo Carlos Díaz, el enfermero Ricardo Omar Almirón, su jefe Mariano Perroni, el médico clínico Pedro Pablo Di Spagna y la jefa coordinadora de una prepaga Nancy Edith Forlini por el presunto “homicidio simple mediante con dolo eventual” de Maradona.
Los imputados Cosachov, Díaz y Perroni están en la sala.
Aquel 25 de noviembre de 2020, Colin Campbell Irigoyen, médico y vecino de Diego Maradona en el barrio San Andrés, recibió la llamada de un miembro de seguridad del country en el que le pidieron que se acercara a la casa del “Diez” porque estaba “descompensado”.
Según el mismo Campbell relató en una entrevista para el podcast de Matías Martin “Los últimos días de Maradona”, “cuando llegué, estaba acostado, sobre el lado derecho de la cama, con la cabeza contra el ventanal y los pies en donde tenían que estar como cualquier persona durmiendo. Parecía que estaba durmiendo. Me acerco a tomarle los signos vitales, y al tocarlo tenía un sudor frío característico de una persona que estaba sin vida más de dos o tres horas. Intenté tomarle los signos vitales, escuchar con el estetoscopio, utilicé el tensiómetro... pero no se podía encontrar ningún signo vital”, detalló.
Este martes, tres policías comparecieron ante los jueces Maximiliano Savarino, Verónica Di Tomasso y Julieta Makintach.
En primer lugar, Lucas Rodrigo Borge expresó que entró a la habitación del “Diez” y lo halló cubierto con una sábana blanca, mientras que vestía un short deportivo y una remera negra: “Recuerdo que tenía la panza muy hinchada”.
Por su parte, Lucas Farías, quien era el encargado del destacamento policial de Villa La Ñata y afirmó que concurrió a la vivienda de “Pelusa” luego de que le avisaran que el oriundo de Villa Fiorito sufrió una descompensación.
El hombre opinó que el cuerpo de Maradona parecía un “bulto prominente”: “Ingreso al domicilio y me encuentro con Claudia Villafañe que estaba hablando por teléfono en la cocina. Le explico que fui a hacer un procedimiento y me asomo a la habitación contigua y veo en la cama un bulto prominente que estaba tapado”.
En este sentido, dijo que “preservó el lugar” ya que la víctima en cuestión era Maradona, una situación que “le causó sorpresa porque vio a Diego con todo lo que representa”.
Javier Mendoza describió: “El lugar ya estaba con precintos los familiares podían entrar hasta el jardín. Yo nunca ingresé a la casa en la circunstancia del hecho, solo me encargué del operativo de afuera”.
Con información de agencias.
IG
Los amarillos llegan debilitados, La Libertad Avanza sin aliados y el peronismo apuesta a la dispersión de la derecha para dar el golpe en un territorio históricamente adverso. La incógnita Marra.
El plazo venció y la fragmentación es total. El tablero político porteño quedó partido en múltiples frentes tras el cierre de las alianzas electorales este miércoles. De cara a las elecciones del 18 de mayo, la Ciudad se encamina hacia una batalla sin cuartel: con el PRO y La Libertad Avanza en caminos separados, la centroderecha que gobernó Buenos Aires durante casi dos décadas enfrenta su mayor crisis interna. En el otro extremo del ring, el peronismo observa, paciente, esperando que el desorden ajeno le allane el camino.
Jorge Macri pone en juego no solo su gestión, sino su liderazgo. Sin la estructura de Juntos por el Cambio, con la UCR y la Coalición Cívica fuera del esquema y con el regreso de Horacio Rodríguez Larreta como un factor desestabilizador, el alcalde porteño enfrenta su primera elección sin red de contención. Mientras tanto, Karina Milei mueve sus piezas para consolidar su propio bastión en CABA, apostando por un armado 100% propio, sin concesiones.
Del otro lado, Leandro Santoro espera agazapado. El peronismo, que hasta hace no mucho parecía condenado a ser un actor secundario en la Ciudad, se frota las manos. Con el sello “Es ahora Buenos Aires”, Santoro buscará capitalizar el caos en la centroderecha y convertirse en el candidato más votado en un distrito que históricamente le fue adverso. La campaña ni siquiera empezó, pero ya hay un dato claro: con un mapa político fragmentado y sin PASO que ordenen la oferta electoral, la pelea será feroz y sin margen de error.
De acuerdo al cronograma electoral, las listas de candidatos deberán presentarse antes del 29 de marzo. Posteriormente, el 2 de abril se oficializarán, y el 13 de abril comenzará la campaña en medios audiovisuales. La veda electoral entrará en vigor el 16 de mayo, dos días antes de la votación.
El PRO llega a esta elección reducido a su mínima expresión. Sin la UCR-Evolución, la Coalición Cívica ni Confianza Pública, Jorge Macri enfrenta la pelea con menos aliados que nunca. Sin embargo, una jugada llamó la atención: la alianza con el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), que comanda a nivel nacional el diputado Oscar Zago, hoy distanciado de la Casa Rosada. El sello del exjefe de bloque de La Libertad Avanza, uno de los miembros de la mesa fundadora del espacio libertario en CABA, podría ser la llave de una jugada que, de concretarse, se convertiría en la verdadera bomba del cierre de listas de la semana próxima: una virtual candidatura de Ramiro Marra por el oficialismo porteño.
Es que, más allá de las especulaciones, para contrarrestar la fuga de apoyos, el exintendente de Vicente López tiene pensado apostar a una boleta sin concesiones, con nombres de peso. Quienes suenan por el PRO como posibles candidatos son María Eugenia Vidal, Laura Alonso, Fernán Quirós y Waldo Wolff.
Pero una de las mayores amenazas contra los Macri la constituye un nombre familiar. Horacio Rodríguez Larreta, tras su fracaso en la interna presidencial de 2023, decidió irse del PRO y volver a la cancha con una candidatura a legislador porteño por el flamante Movimiento al Desarrollo (MAD), que coloca al exjefe de Gobierno porteño como una opción moderada dentro de la derecha. Su jugada no es inocente: busca convertirse en el contrapeso del macrismo duro y recuperar terreno después de su fallida aventura como candidato a la Casa Rosada.
En este contexto, quien volvió a meterse de lleno en la campaña fue Mauricio Macri. Cerca suyo entienden que esta elección no es solo sobre la Legislatura: es la primera batalla por el control del PRO en la Ciudad. Para sostener su proyecto, Jorge Macri blindó su gestión con hombres de confianza de su primo: Horacio Giménez en Seguridad y Hernán Lombardi en Desarrollo Económico. Un gabinete con olor a 2015 que busca vender gestión en tiempos de crisis.
La gran apuesta porteña de Karina Milei es construir un espacio sin fisuras ni lealtades dudosas. Por eso, en esta elección, La Libertad Avanza no tendrá aliados y presentará una lista puramente libertaria. La estrategia libertaria en la Ciudad es doble: fortalecer su presencia en la Legislatura porteña y, al mismo tiempo, medir la solidez del alicaído macrismo. La orden de “El Jefe” fue clara: nada de acuerdos con partidos menores ni figuras con historial en otras fuerzas. Como no podría ser de otra manera, la versión porteña del oficialismo nacional, que responde a la legisladora Pilar Ramírez con mandato directo de Karina, se alineará al pie de la letra con una de las máximas del mileísmo: no hay acuerdo con la “casta”.
Sin embargo, hay un problema de base: el candidato. En la Casa Rosada confían en que la marca Milei alcanzará para sostener el caudal electoral. Las encuestas ubican a La Libertad Avanza con más de 25 puntos de intención de voto, apenas por encima del PRO. Pero la gran incógnita es si el sello libertario puede mantenerse competitivo sin un candidato fuerte que traccione. En el oficialismo barajan opciones mediáticas, como el vocero presidencial Manuel Adorni y la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, pero ninguno fue hasta ahora confirmado.
Sin embargo, la mayor incógnita de todas en el mundo libertario la encarna hoy Ramiro Marra. El legislador porteño quedó fuera de carrera puertas adentro de La Libertad Avanza tras su pelea con Karina Milei y su expulsión de Las Fuerzas del Cielo en enero. Pero sabe que su nombre sigue rankeando alto en las encuestas y que su postulación podría afectar la performance de su expartido en los comicios del 18 de mayo.
Para eso, Marra no solo inició conversaciones con Zago, un viejo conocido que ahora volvió a acercar al PRO, sino también con el Partido Integrar, que encabeza el exlegislador y sindicalista Daniel Amoroso. También participaría de esos intercambios la Ucedé. Un armado que, de concretarse, fragmentaría aún más el voto libertario en la Ciudad. ¿O acaso el excandidato a jefe de Gobierno de Milei tiene otros planes, todavía más rupturistas, como sería aceptar formar parte de la lista de Jorge Macri?
Mientras Karina Milei apuesta a consolidar su propio modelo de liderazgo sin concesiones, Marra representa la primera grieta real dentro del mileísmo porteño. La pregunta es si el electorado libertario seguirá a rajatabla la línea de la secretaria general de la Presidencia o si la dispersión de las opciones terminará jugando en contra de su proyecto de control total en la Ciudad.
En un escenario de dispersión de la derecha, Unión por la Patria ve la oportunidad de dar un golpe histórico en la Ciudad. Todas las encuestas ubican a Leandro Santoro como el candidato con mejor intención de voto, lo que confirma un fenómeno que hasta hace poco parecía improbable: el peronismo tiene chances reales de encabezar la elección porteña.
El diputado nacional, que en 2021 quedó segundo detrás de Juntos por el Cambio, apuesta a que la fragmentación del PRO y La Libertad Avanza lo beneficie. Encabezará la lista “Es ahora Buenos Aires”, que agrupa al PJ porteño de Mariano Recalde junto con el Partido de la Victoria, Nueva Dirigencia, el Frente Renovador, el Frente Grande, el Frente Patria Grande, Partido Solidario y Kolina, entre otros.
Sin embargo, la interna peronista aún no está completamente ordenada: La Cámpora, el PJ y los sindicatos siguen negociando lugares en la lista, y el Movimiento Evita, con Jonatan Thea a la cabeza, todavía no confirmó si se sumará al esquema principal o si irá por fuera.
El actor clave en esta “rosca” es Juan Manuel Abal Medina, quien amaga con una candidatura propia, por lo que aún no definió su postura final. Si decide competir por separado, podría restarle votos clave a Santoro en una elección que se prevé ajustada.
La Unión Cívica Radical (UCR) de Martín Lousteau finalmente cerró una alianza con el Partido Socialista (PS) y el GEN. “Queremos aportar esa mirada, esa sensibilidad que creemos se ha perdido”, escribió en su cuenta de X el senador nacional y presidente del radicalismo a nivel nacional, al anunciar la confirmación del frente.
Por su parte, la Coalición Cívica de Paula Olivetto también irá en solitario, al igual que Confianza Pública de Graciela Ocaña. En tanto, el Frente de Izquierda y los Trabajadores-Unidad (FIT-U), compuesto por el Partido Obrero, el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS), Izquierda Socialista y el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), volverá a presentarse unido. La diputada nacional Vanina Biasi aparece como la candidata más firme para encabezar la boleta de legisladores porteños de cara al 18 de mayo.
PL/DTC