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Jorge Bergoglio visitó cotidianamente la 21-24, de Barracas, antes de transformase en la máxima autoridad de la Iglesia Católica. Allí cosechó la admiración de madres y mujeres migrantes que veían en su figura la verdadera esencia de los curas villeros.
La túnica negra, larga, con el crucifijo brillante a la altura de pecho. El balde con agua y jabón a su lado. La primera vez que Celia González, de 72 años, vio al entonces arzobispo de Buenos Aires en la villa 21-24 de Barracas fue un jueves santo de 2008 en la Parroquia Virgen de los Milagros de Caacupé. Bergoglio ─como lo conocían por entonces─ había llegado para dar una misa y lavarles los pies a jóvenes con problemas de adicciones. “Les besaba los pies mientras se los lavaba”, recuerda Celia. Esa imagen ─un cura que llega desde el centro porteño a la villa más grande de la ciudad para lavarles los pies a los jóvenes del barrio─ le recordó a Celia su propia historia: la de una mujer que se asentó en la villa para, como decía Francisco, estar más cerca de los que más sufren.
El 19 de abril de 1972, Celia ─de 19 años por entonces ─, llegó a Capital Federal desde Misiones, su provincia natal. Una oferta de trabajo para cuidar a una anciana que vivía en Uriburu y Santa Fe, pleno barrio de Recoleta, fue la excusa para llegar a la gran ciudad. Pronto, Celia, también dejaría esa vida. “Trabaja y militaba en una organización que hacía tareas comunitarias en la villa 21-24. No sabía en aquel tiempo que Buenos Aires tenía villas, así que iba y ayudaba en todo lo que se necesitaba”, recuerda ella.
Dos años después, en 1974, con el comienzo del terrorismo de Estado, Celia ya estaba mudada en el barrio. “Por ese entonces había un cura que mandaban los milicos, nada más”, precisa. La dictadura dejó un saldo de cuatro vecinos desaparecidos que, como ella, luchaban por la urbanización del barrio. “Fue la época más oscura que vivimos en el barrio”, apunta Celia. Con el tiempo, la vecina se volvió una de las mujeres referentes del asentamiento. Fue mamá, fundó 13 comedores comunitarios, ayudó a levantar la Parroquia Virgen de los Milagros de Caacupé y, junto a los curas del barrio, cuidó a los jóvenes que caían en las adicciones. Pero fue con Francisco que Celia sintió una verdadera conexión especial con “Dios”.
Su hijo, Julio Baez, de 49 años, quien falleció en 2020, conoció muy bien a Francisco. Trabajaba en la parroquia del barrio y, junto a Bergoglio, participó de la comitiva religiosa que en 2007 fue a Paraguay a buscar la virgen Caacupé. “Mi hijo me contaba sobre Francisco, pero no le daba importancia. Hasta que lo vi primero limpiar los pies de los jóvenes con adicciones en la capilla y después llegar de Paraguay con la virgen en alza. Tenía como un aura propia”, narra Celia.
La virgen que trajo Francisco desde Asunción, hoy descansa en la parroquia junto a un retrato suyo. “Las mujeres del barrio le debemos mucho porque él siempre nos incluía en sus misas y cuidaba a nuestros hijos”, sostiene la vecina. En noviembre de 2010, el cardenal Bergoglio destacó durante una homilía pronunciada en la parroquia Virgen del Carmen las virtudes de la mujer paraguaya al inspirarse en la imagen de la Virgen de Caacupé.
“Ustedes saben que en toda América la mujer paraguaya es la mujer más gloriosa”, comentó Francisco en esa oportunidad. “Porque esa mujer, la mujer del Paraguay, supo asumir un país derrotado por la injusticia y los intereses internacionales. Y ante esa derrota, llevó adelante la patria, la lengua y la fe. Por eso es doblemente gloriosa esta imagen, por ser la madre de Dios y por ser paraguaya”, subrayó Bergoglio.
El viaje en colectivo de Francisco a Paraguay para traer la virgen se celebró en todo el barrio. Menos en la casa de Gregoria Cáceres, de 76 años y, junto con Celia, una de las referentes sociales más importantes de la villa 21-24. “Estaba anotada para ir en la comitiva, pero por problemas con mi documento paraguayo no pude viajar”, explica Gregoria.
Durante los días siguientes se dedicó a llorar y lamentar su viaje fraguado. Hasta que, la noche anterior a la llegada de la comitiva al barrio, lo soñó a Francisco. “Vi que bajaba del micro con la virgen, pero vestido de Papa”, cuenta la vecina. “Fue una premonición”. Para la referente social, la muerte de Bergoglio deja un legado en las mujeres del barrio: “Cuidó de nosotras y a nuestros hijos, sin conocernos. Ese amor es que tenemos que predicar todos los días”.
El Padre Lorenzo “Toto” de Vedia tiene dos cámaras apuntando a su rostro en la parroquia de la Caacupé. El zoom es tan nítido que pueden verse los hilos deshilachados de su camiseta de la selección argentina. Es un miércoles por la tarde y, desde el lunes, tras conocerse la noticia de la muerte del Papa, el barrio está inundado de periodistas de todas partes del mundo que buscan la misma historia: el cura villero que llegó al Vaticano.
“Acá pegó positivamente las expresiones que él tuvo sobre la mujer paraguaya y su lucha en la guerra de triple alianza”, le dice el padre Toto al elDiarioAR, mientras se desabrocha un corbatero. “Él valoraba mucho a la mujer. La promovió dentro del Vaticano y en los barrios valoraba a las madres y mujeres que trabajaban en los comedores”, apunta el padre.
Sobre las críticas del feminismo a Francisco por no apoyar la lucha por la legalización del aborto, de Vedia es tajante: “No creo que la discusión sea pañuelo celeste o verde”, explica. “Los curas villeros, en la época de la discusión por el aborto, sin estar a favor, abrimos igualmente hogares de abrazo maternal en los cuales atendemos a embarazos no buscados, acompañando en todo momento a la madre”, detalla Toto. “El progresismo, si no va acompañando de ciertas tradiciones, es tan malo como el conservadurismo”, aclara el referente religioso de la 21-24.
El teléfono sonó en las dos de la madrugada de un martes. Era una noche fría del 2006. Ramona Peralta, de 70 años, recuerda bien ese llamado. Su hijo, Juan Francisco Peralta, de 26 años, acababa de ser asesinado, tras ser atropellado por un auto que escapaba de una persecución policial. Al día siguiente, Bergoglio la llamó a su casa para consolarla. Su hijo lo conocía de la capilla del barrio, cuando el Papa llegaba para dar alguna misa, pero ella jamás había hablado con él. “Me llamó toda esa semana para darme ánimos”, recuerda Ramona, quien llegó al barrio desde Paraguay en 1986. “Realmente él quería todos nuestros hijos como suyos y a nosotras, las paraguayas, nos respetaba mucho”, cuenta la vecina, que trabajó durante años en los comedores de la 21-24. “Por esos gestos nunca lo vamos a olvidar”, dice Ramona.
Son las 11 de la mañana. Gregoria, vestida con una remera del Papa, se encuentra con Celia en la Casa de la Memoria, un sitio que le rinde homenaje a los cuatro desaparecidos del barrio. Las mujeres que más vieron el trabajo territorial de Francisco se abrazan fuerte. “Soñé que nos visitaba, Celia”, le dice Gregoria al oído. Nadie puede decir lo contrario.
El colectivo de la línea 70 para dentro de la villa. Arriba viaja Lucas Flores, cargando una virgen enorme. “Es la virgen que a todas las marchas”, dice Lucas. Viaja hasta Parque Lezama por una movilización de cartoneros y organizaciones sociales. El padre Toto también llegará a la plaza. “Cuando el Papa murió la llevé a la catedral”, cuenta Lucas. En Caccupé o en el colectivo, los homenajes a Francisco aún perduran.
FLD/JJD
La Casa Rosada enviará una delegación oficial encabezada por el Presidente, que partirá este jueves por la noche. La visita ocurre tras días de cuestionamientos por la ausencia institucional en los homenajes locales y la histórica distancia entre el libertario y el sumo pontífice.
El presidente Javier Milei viajará este jueves a Roma para despedir al papa Francisco, el argentino más influyente del siglo y, hasta hace poco, su antagonista ideológico más explícito. Partirá a las 22 en un vuelo oficial acompañado por una comitiva inédita por su tamaño: siete de sus funcionarios más cercanos lo escoltarán en el funeral del líder espiritual al que alguna vez llamó “comunista”, “imbécil” y “representante del maligno en la Tierra”. La visita no es un giro doctrinario ni un acto de fe, sino un movimiento de poder: Milei sabe que en política también se llora por conveniencia.
La delegación estará integrada por su hermana Karina; su vocero Manuel Adorni; la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello; la de Seguridad, Patricia Bullrich; el canciller Gerardo Werthein; el jefe de Gabinete, Guillermo Francos; y el secretario de Culto y Civilización, Nahuel Sotelo, que viajó antes como avanzada diplomática. Todos ellos acompañarán al mandatario a la Basílica de San Pedro, donde el cuerpo del papa será velado durante tres días. Por pedido expreso, Francisco no será enterrado en las criptas del Vaticano, sino en un lugar más humilde, fuera del subsuelo ceremonial.
El contraste entre la sobriedad de la comitiva y el vacío inicial del Gobierno ante la muerte del papa sigue siendo difícil de disimular. El primer comunicado fue errático, el mensaje de Milei en redes sociales pareció escrito con freno de mano (“A pesar de diferencias que hoy resultan menores…”), y ni un solo funcionario de alto rango asistió a las misas de homenaje organizadas por la Iglesia. “El Presidente no es el jefe espiritual del país”, argumentaron en Balcarce 50. Una aclaración innecesaria, que no hizo más que confirmar lo que faltaba.
Recién más tarde, cuando el clima se espesó, aparecieron Francos, Werthein y el propio Sotelo en la misa interreligiosa que se celebró este martes en la Catedral Metropolitana. Fue una reacción defensiva, no un acto de cercanía. En paralelo, el Gobierno suspendió todo lo que pudiera oler a campaña: la cena de la Fundación Libertad y Progreso y la aparición de Milei en “La Misa” —el streaming libertario del Gordo Dan. El duelo institucional durará siete días, pero en los hechos ya funcionó como una tregua forzada.
El paso por Roma no tendrá reuniones bilaterales. Aunque Milei coincidirá con Donald Trump, Giorgia Meloni, Emmanuel Macron y Volodímir Zelenski, desde el Gobierno aseguran que no habrá tiempo ni margen para encuentros. La consigna es clara: ir, mostrarse, volver. Ni liturgia ni gestos diplomáticos, apenas lo justo para no quedar afuera de la foto.
El avión presidencial, con autonomía limitada, deberá hacer varias paradas. Se espera que Milei llegue a Italia entre las cuatro y cinco de la tarde del viernes. La ceremonia será a las diez de la mañana (hora local), cinco de la madrugada en Buenos Aires. Luego, tres días más en Italia antes del regreso previsto para el domingo. En la Casa Rosada descuentan que volverá agotado. “Llega fundido”, anticiparon a elDiarioAR.
La fatiga del vuelo no es lo único que pesa. También se acumulan los márgenes estrechos de gestión. El Congreso está virtualmente paralizado hasta después del recambio de diciembre. Las reformas penales se frenaron. Las únicas iniciativas que siguen vivas son la causa $Libra y la ley de Ficha Limpia, cuyo tratamiento se postergó para el 7 de mayo. Varios decretos esperan turno en la Secretaría Legal y Técnica, listos para salir apenas el clima lo permita.
Pero mientras el oficialismo ajustaba los detalles logísticos para el viaje presidencial, en el Congreso se desactivaba una polémica paralela: el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, confirmó que no habrá comitiva parlamentaria a Roma. La propuesta había partido del bloque de Unión por la Patria, que pedía una representación plural del Congreso y la Corte Suprema. Pero Menem fue tajante: “Cada legislador puede ir por su cuenta, pero con su propio bolsillo”. Para evitar el papelón, se organizó una ceremonia interreligiosa en el Salón de los Pasos Perdidos. El Senado, por su parte, también cerró filas: ningún viaje oficial, ninguna foto innecesaria.
La relación entre La Libertad Avanza y la Iglesia nunca fue precisamente buena. El arzobispo de Buenos Aires Jorge García Cuerva ya había dado una señal crítica en el Tedeum del 9 de julio: “Algo no está bien cuando tenemos dirigentes muy ricos y un pueblo trabajador muy pobre”, había dicho frente al propio Milei. La polémica por los alimentos almacenados en depósitos del Estado, denunciado por el obispo Oscar Ojea, contribuyó al clima tenso, al igual que el desplazamiento de Francisco Sánchez de la Secretaría de Culto. Milei colocó allí a Nahuel Sotelo, hombre del riñón de Santiago Caputo y católico más institucional.
En febrero de 2024, el Presidente visitó al papa en el Vaticano. Tuvieron una hora a solas. La reunión fue cordial, incluso amable. Pero nada de eso bastó para que el papa finalmente aceptara venir a la Argentina. El primer contacto entre ambos había sido mucho más precario, el 20 de noviembre de 2023, horas después de la victoria libertaria en el balotaje.
En la intimidad, el Presidente cree que el duelo institucional ya está saldado con el viaje, el tuit y la delegación. Nada más. El resto es paisaje. Mientras tanto, la maquinaria libertaria aguarda agazapada. El duelo funciona como pausa, pero también como escudo. Nadie se atreve a romper la tregua que impone el luto, aunque en los despachos ya se preparan los próximos movimientos. La política no descansa: apenas baja el volumen.
PL/JJD
El presidente asistirá a las 19 a la ESEADE y se espera que brinde un discurso de unos 20 minutos con eje en la "libertad" y en la trayectoria del econosmista español Jesús Huerta de Soto, uno de sus referentes.
El presidente Javier Milei disertará este jueves en la Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas (ESEADE) y le entregará el premio Honoris Causa al economista español Jesús Huerta de Soto, uno de sus referentes.
Milei asistirá a las 19 a la ESEADE y se espera que brinde un discurso de unos 20 minutos de extensión, con eje en la “libertad” y en la trayectoria de Huerta de Soto, indicaron fuentes oficiales.
El economista español es doctor en Derecho y Económicas, posee cuatro doctorados y es conocido por haber escrito múltiples ensayos, además de la tesis Socialismo, cálculo económico y función empresarial.
En su discurso de asunción como presidente el 10 de diciembre de 2023, Milei había citado al economista. “Como dice el gran Jesús Huerta de Soto, los planes contra la pobreza generan más pobreza, la única manera de salir de la pobreza es con más libertad”, dijo en aquella oportunidad.
A su vez, Huerta de Soto dirige un Máster en Economía de la Escuela Austríaca, una corriente ultraliberal que sostiene que las decisiones económicas no deberían ser tomadas ni por el Estado ni cualquier otra autoridad central, sino por los individuos.
Tras participar de esta actividad en medio del luto que rige por la muerte del papa Francisco, y que lo obligó a suspender su agenda oficial, el mandatario partirá a Roma para asistir a las exequias de Jorge Bergoglio.
Con información de la agencia NA
La sesión pautada para el jueves se postergó para el 7 de mayo debido al homenaje al papa Francisco. El oficialismo admite que no tiene apuro en sancionar la ley. El rol de CFK y el efecto de la elección porteña.
Una vez más, el Gobierno suspendió la sesión por la sanción de Ficha Limpia, una ley que se bambolea sobre la cabeza de Cristina Fernández de Kirchner desde que arrancó la previa electoral. Este jueves, en vez de una pelea descarnada sobre qué partido político acumula más causas por corrupción, el Senado depondrá las armas y escenificará un homenaje al papa Francisco. La sesión por Ficha Limpia se volvió a patear —esta vez para el 7 de mayo—, en una danza dilatoria que refleja la incomodidad originaria del Ejecutivo con una ley que le interesa más como amenaza que como esquema normativo.
“Nosotros no queremos tratar Ficha Limpia”. La confesión del jefe del bloque libertario, Ezequiel Atauche, dejó mudos a los senadores de la oposición. Fue casi un descuido, una admisión de culpa en medio del griterío de la reunión de Labor Parlamentaria en el Senado en la que se discutía si sesionar o no el jueves para tratar Ficha Limpia. “Ah, entonces tienen un arreglo con los kirchneristas”, bramó, encendido, el formoseño Francisco Paoltroni, exlibertario que hoy coquetea con un sector del macrismo.
La senadora cristinista Anabel Fernández Sagasti lo intentó calmar. Era martes a la tarde, la Cámara de Diputados estaba homenajeando al papa argentino, y los senadores estaban tratando de coordinar un mismo tributo en la Cámara alta para el jueves. La misma fecha para la que el PRO y la UCR querían sesionar para sancionar Ficha Limpia. Los excambiemitas, así como Paoltroni, sospechaban que el Gobierno buscaba una excusa para volver a dilatar el tratamiento de la ley, que prohíbe la candidatura de personas condenadas por corrupción en segunda instancia, en favor de un hipotético acuerdo del triángulo de hierro con CFK.
José Mayans, el titular de la bancada peronista, observaba en silencio la pelea. “Está enojado porque sacó el 1% en Clorinda”, le susurró el también formoseño, entre risas, a Atauche.
Por si acaso, Mayans no quiso llamar mucho la atención. Para Unión por la Patria todo era ganancia: la mayoría de los senadores quería una oportunidad para homenajear a Jorge Bergoglio y, de paso, ganaban tiempo para continuar negociando por Ficha Limpia. Una ley que, de sancionarse, le cerrará la puerta a una futura candidatura de CFK a cualquier cargo nacional. No así a uno local: CFK podría continuar siendo candidata por la Tercera Sección bonaerense aún con Ficha Limpia.
El acuerdo para suspender la sesión y reemplazarla por un tributo al papa Francisco estaba casi cocinado, pero el problema era la desconfianza de los aliados del oficialismo con el mismo oficialismo. No era la primera vez —ni la segunda, ni la tercera— que La Libertad Avanza boicoteaba el tratamiento de la Ficha Limpia a modo de gesto al kirchnerismo, y en la UCR y el PRO querían asegurarse que habría próxima sesión y que, esta vez, no habría sorpresas. Nadie se esperaba, sin embargo, la confesión de parte de Atauche.
La admisión había salido como respuesta de una chicana de Fernández Sagasti. “Nos quieren meter en la interna de CABA”, provocó la mendocina camporista, aludiendo a la autora intelectual originaria de la Ficha Limpia, la diputada macrista Silvia Lospennato, que hoy encabeza la lista de candidatos a legisladores porteños por el PRO. En ese momento, Atauche amagó con negarlo, pero terminó blanqueando: “No tenemos apuro en tratar la Ficha Limpia”.
La elección porteña había metido la cola en Ficha Limpia. Y el PRO sería el primero en aprovecharlo. Unas horas después de que el Senado decidiese que el jueves solo se sesionaría para homenajear a Francisco, de modo de no generar tensiones políticas, Lospennato saldría en televisión y acusaría a Atauche de empantanar el debate. “Atauche se puso de acuerdo con el kirchnerismo para no tratar Ficha Limpia. Yo quiero creer que el presidente no sabe que Atauche dijo esto”, cuestionó la candidata porteña, que denunciaba que LLA no quería sancionar la ley para no hacer campaña por ella.
No era, como se dijo, la primera vez que LLA suspendía una sesión por Ficha Limpia, sin embargo. La ley había atravesado un camino enrevesado. Cuestionada en privado porque dejaba en manos del Poder Judicial el armado de las listas, la Ficha Limpia había mutado a bandera insignia de la lucha contra la corrupción: la ley tenía más detractores que simpatizantes, pero ningún legislador quería que los canales de televisión lo acusaran de haber saboteado la ley. Y eso fue lo que le sucedió al Ejecutivo, que pasó de boicotear dos veces el tratamiento de la ley a presentar su propio proyecto y aprobarlo, finalmente, en febrero.
Los motivos eran múltiples. A nivel ideológico, en el Gobierno reconocían, al principio, que era una ley que limitaba las candidaturas de líderes populares. Poco después de uno de los primeros boicots, la tropa digital libertaria salió a cuestionar que si Estados Unidos, por ejemplo, hubiera tenido Ficha Limpia, Donald Trump no hubiera podido ser presidente. Estaba, además, el cálculo electoral: un sector del Gobierno consideraba que convenía más tener a CFK jugando en la cancha, para polarizar.
En el medio, sin embargo, llegaron las encuestas que dieron cuenta que a la sociedad no le había gustado el sabotaje a la ley. Javier Milei, entonces, llamó a Lospennato, se envió otra ley, y se aprobó. Pero el Senado era otra historia: allí el peronismo, que denuncia un intento de proscripción de CFK, era mayoría y, para sancionar la ley, se necesitaba que todos los senadores no K votasen a favor.
Durante dos meses, el proyecto casi ni avanzó. Hubo intentos, pero siempre se terminaba dilatando. El Gobierno prefería utilizarlo como una amenaza o prenda de negociación —dependiendo del clima de las conversaciones— con el kirchnerismo. Fue, por ejemplo, un factor que siempre estuvo encima de la mesa en la negociación por los jueces de la Corte Suprema, y no fue hasta que el Senado rechazó los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla que el Ejecutivo decidió declararle la guerra al kirchnerismo y convocó, por primera vez, una sesión especial para tratar el tema.
Pero esa sesión convocada para el 8 de abril también terminó en el fracaso. Pasaron cosas. Primero, la aprobación en Diputados de las interpelaciones a funcionarios por el caso $LIBRA. Pero también un problema de matemática legislativa: Atauche calculó mal el número de votos que tenía y, cuando llegó el día de la sesión, tuvo que suspender porque se arriesgaba a que el recinto le rechazara la ley.
Entonces, se le echó la culpa a los santacruceños Natalia Gadano y José Carambia, que jugaban al misterio con su voto. Carambia estaba negociando con el oficialismo porque tenía interés en que lo eligieran como presidente provisional: Atauche creía que se ordenaría, sobre el final, pero terminó llegando el día de la sesión y no quedaba claro cómo votaría el santacruceño. Se suspendió. Pero, una semana después, el propio Carambia anunció a través de sus redes sociales que acompañaban la ley y desafió a LLA a que convocara a una sesión.
El oficialismo lo hizo, pero, tal como sucedió las otras veces, terminó suspendiéndola. Esta vez fue por el papa Francisco. La próxima, nadie sabe. En el peronismo saben que los votos para sancionar la ley están, pero confían que, de acá al 7 de mayo, habrá tiempo de sobra para seguir conversando. Y aplazando.
MC/JJD
La sesión para suspender las PASO se postergó con la excusa de los homenajes al papa Francisco. No hay consenso sobre el cronograma y se dilatan las negociaciones.
Impaciencia, malestar y también hartazgo. Ése era el clima que se respiraba el miércoles en el entorno de Axel Kicillof, luego de que la Legislatura provincial definiera abrir sus puertas para hacer homenajes al papa Francisco, pero postergara para el próximo lunes el proyecto para suspender las PASO, que ya tiene media sanción en el Senado.
El escepticismo respondía a que, si bien el Congreso definió suspender sus actividades a raíz del luto por la muerte de Jorge Bergoglio, en la Provincia estaba abierta hasta este miércoles la posibilidad de que se debatiera la suspensión de las primarias, que viene muy dilatada por la puja interna con el kirchnerismo, a pesar de que el gobernador les pidió “celeridad” a los legisladores para tratar el tema.
El axelismo interpretó enseguida que la caída de la sesión estuvo relacionada con la falta de acuerdos y no con la voluntad de homenajear al Papa. “Fue una decisión del presidente de la Cámara de Diputados, hay que indagar con él los motivos”, dijeron a elDiarioAR desde el entorno del gobernador ni bien se enteraron de que, una vez más, se postergaba el debate. El señalamiento fue hacia el massista Alexis Guerrera, ya que el Frente Renovador y el kirchnerismo vienen jugando en tándem. En esta ocasión se oponen a la modificación del cronograma electoral.
En rigor, cuando trataron el proyecto en el Senado, los legisladores kirchneristas votaron en contra del artículo para cambiar los plazos, con el que el oficialismo bonaerense planeaba insistir ahora en el tratamiento en Diputados. El argumento del gobernador es que la Ley 5.109, que establece que la lista de candidatos debe presentarse 30 días antes de las elecciones y las boletas partidarias 20 días antes a la fecha, data del 1946, cuando el padrón bonaerense era muy inferieor al actual. El problema que encuentra el axelismo es que la Junta Electoral —que por primera vez estará a cargo de la elección, al ser desdoblada— tendrá muy poco tiempo para verificar a los candidatos e imprimir las boletas. En ese contexto, el día que anunció la fecha de la elección provincial, el gobernador había incluido nuevos plazos en el proyecto para suspender las PASO.
En la previa a la sesión que iba a llevarse a cabo este miércoles, llegó a Diputados una carta de la Junta Electoral en la que pide reconsiderar los plazos. Si bien no es vinculante, ejerce presión en los legisladores, ya que el organismo afirma que es “materialmente imposible” cumplir el esquema actual debido a los “plazos exiguos” que existen entre la fecha del cierre de listas, el 8 de agosto, y la elección legislativa que se llevará a cabo el 7 de septiembre en la Provincia. El planteo no pasó inadvertido, ya que luego de conocerse empezó a tambalear la sesión por las PASO.
“Nosotros sugerimos cambiar el cronograma, pero en el fondo no nos cambia nada modificar las fechas: la discusión es con la Junta Electoral y no con el Ejecutivo”, se despegan desde la mesa chica del gobernador, donde no ven una explicación lógica para que el kirchnerismo se oponga a la modificación de plazos, más que un “capricho”. “No se termina de entender por qué no le dan esto a Axel. Harán que la elección sea caótica. Si sale mal, se perjudica todo el espacio político, ellos incluidos. Es un daño autoinfligido”, afirmó a este medio un colaborador de Kicillof.
Hay una hipótesis que prevalece: si la elección tiene inconvenientes, desde el instituto Patria podrían adjudicarse la razón de que desdoblar los comicios era una mala jugada. En ese sentido, el axelismo también se ataja: “En todo caso nosotros consideraremos que es su responsabilidad por no haber votado la modificación del cronograma. Si en vez de tomarse cuatro meses para pensar que querían hacer, se hubiera tratado rápido, nada de esto hubiera pasado”.
Además de la interna, Kicillof tiene también un frente abierto con la oposición, que aprovecha esta instancia y las peleas internas para meter presión por los cargos vacantes que le reclaman al gobernador, tanto en la Suprema Corte como en el directorio del Banco Provincia. Ajustados de votos, en el axelismo consideran que en Diputados se ratificará el proyecto que tuvo media sanción en el Senado, sin votar el nuevo cronograma. “Si eso pasa, la tensión va a volver a crecer. Queremos la unidad, la buscamos, pero no la den por sentado”, afirmó un intendente que juega para el gobernador.
LA/JJD