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Ya hay datos provisorios. Las elecciones para convencionales constituyentes y para las PASO municipales cerraron a las 18 de hoy en la provincia de Santa Fe, donde el gobernador Maximiliano Pullaro pone en juego su liderazgo para avanzar con cambios históricos en el distrito como la habilitación de una reelección para el Poder Ejecutivo.
La Lista “Unidos” que encabeza el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, se imponía esta tarde en las elecciones para convencionales constituyentes con el 47,39% de los votos, escrutado el 2,03% de las mesas, según los primeros datos oficiales.
En tanto, el segundo lugar era para la lista de La Libertad Avanza (LLA) que encabeza Nicolás Mayoraz, con 12,59%, seguido por Somos Vida y Libertad, el espacio de Amalia Granata, con el 12,35%.
Los resultados de las elecciones se puede seguir en: https://elecciones.santafe.gob.ar/provincia/cdistritounico.
Desde las 19hs, el gobierno de Santa Fe brinda detalles de los comicios en la sede de la Secretaría del Tribunal Electoral, a través del canal oficial.
NOTICIA EN DESARROLLO
MU con información de la agencia NA
La elección no logró despertar interés entre los votantes. Será el debut de La Libertad Avanza en la provincia. La oferta electoral incluye también a Amalia Granata, la Locomotora Oliveras y el propio gobernador Maximiliano Pullaro.
Entre el debate por la mano dura y la reelección del gobernador, Santa Fe elige a quienes van a reformar su Constitución
Sin debate entre los candidatos, sin mecanismos de participación ciudadana en la discusión de los contenidos y con restricciones para la representación de las minorías y de las mujeres. En ese marco los santafesinos elegirán este domingo 13 de abril a los convencionales que reformarán 42 artículos de la Constitución que rige en la provincia desde 1962. Se descuenta el triunfo de Unidos, el frente que lidera el gobernador Maximiliano Pullaro, y las principales incógnitas consisten en saber si logrará mayoría propia entre los constituyentes y si La Libertad Avanza podrá imponerse en Rosario, donde concentró una agresiva campaña electoral.
“Es una elección que no suscita mucho interés ciudadano. Y tampoco hubo mucha intervención de los organismos electorales para explicar qué se elige y cómo se elige. Es la primera vez que vamos a elegir para un mismo cargo, el de constituyente, con dos formatos diferentes, en distrito único y en distrito uninominal”, advierte Juan Bautista Lucca, docente de Elecciones y partidos en la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario.
Los santafesinos elegirán 50 convencionales por el distrito único de la provincia y un convencional por cada uno de los 19 departamentos. También se realizarán las primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias para cargos municipales y comunales en distintas ciudades y pueblos. Pullaro encabeza el frente Unidos, el diputado nacional Nicolás Mayoraz es el primer candidato de La Libertad Avanza –que se presenta por primera vez como partido en la provincia–, y Juan Monteverde lidera Más para Santa Fe, una convergencia del partido Ciudad Futura, el Movimiento Evita, el Frente Renovador y la estructura oficial del Partido Justicialista de Santa Fe.
El senador nacional Marcelo Lewandowski y el ex ministro de Gobierno Roberto Sukerman se presentan con listas independientes que asocian a otros sectores del peronismo con distintas fuerzas menores. Amalia Granata compite con la Alianza Somos Vida y Libertad, cuyo bloque de diputados provinciales acaba de tener una ruptura, mientras la ex boxeadora Alejandra “Locomotora” Oliveras confía en que su popularidad depare votos para el Frente de la Esperanza. La socialista Claudia Balagué reivindica las gestiones del gobernador Hermes Binner como candidata del Frente Amplio por la Soberanía y Carla Deiana, del Frente de Izquierda y los Trabajadores-Unidad, espera repetir la buena elección que hizo como candidata a gobernadora en 2023.
El abogado Oscar Blando estuvo al frente de la Dirección de Reforma Política y Constitucional que impulsó el gobierno de Miguel Lifschitz y tiene una mirada crítica sobre el proceso en curso: “Estuvieron ausentes la participación ciudadana, el diálogo con las instituciones y los distintos sectores de la sociedad, el debate que merece la elección más importante de los últimos 60 años en la provincia”, afirma.
Profesor de Derecho Político, Constitucional y Electoral en la Universidad Nacional de Rosario, Blando destaca “la falta de difusión y de explicación del por qué y del objetivo de la reforma para que la ciudadanía se entere de los contenidos y no la visualice como algo hecho desde la política y para la política, y el mejor ejemplo al respecto es que no hubo debate público entre los candidatos”. El especialista advierte “otros factores negativos” en el piso del 2,5 % del padrón electoral que establece la ley de la reforma para la distribución de los cargos por distrito único, “lo que restringe la posibilidad de representación de las minorías”, y en la elección uninominal por departamento “que afectará la representación de las mujeres porque la experiencia nos demuestra en Santa Fe que cuando se trata de un solo cargo ese cargo es para un varón”. El ejemplo es el Senado provincial, integrado por 18 senadores varones y una mujer que reemplaza a un senador con licencia.
Las encuestas anticipan un triunfo de Maximiliano Pullaro y la incertidumbre parece restringirse al porcentaje por el cual se impondrá la lista de Unidos. “Pullaro se consolida como un gobernador con una potencia electoral muy fuerte y con ascendencia muy fuerte para cohesionar un espacio político heterogéneo; logró lo que ningún gobernador alcanzó en sesenta años, que es llamar a una Asamblea Constituyente, aprovechando su alto caudal político y sobre todo la licuación de fuerzas secundarias como el PRO”, destaca Juan Bautista Lucca, también investigador independiente del Conicet.
El gobernador es secundado por Germana Figueroa Casas, diputada nacional del PRO que votó en el Congreso nacional en sintonía con los libertarios. En el tercer lugar de la lista de Unidos se encuentra Lionella Cattallini, diputada provincial de Partido Socialista que se pronuncia contra “los privilegios del poder” y apoya la campaña en sus denuncias contra el juez federal Marcelo Bailaque, actualmente sometido a jury. La alianza del socialismo con Pullaro se remonta a 2023 y aparece como una estrategia de supervivencia partidaria frente al proceso de deterioro abierto con la pérdida de la intendencia de Rosario y los desprendimientos de corrientes internas como la que encabeza Claudia Balagué, quien pidió públicamente el voto de los socialistas para reivindicar el legado de Binner.
Pullaro “se convierte en el gran elector” de la provincia, agrega Juan Bautista Lucca. Mientras La Libertad Avanza y Unite cuestionan el funcionamiento del Senado provincial y el opaco sistema de distribución de subsidios, el radical “tuvo la habilidad de dialogar con diferentes fragmentos del peronismo para proponer una reforma que básicamente apunta a la reelección y la autonomía municipal sin tocar al Senado, uno de los sectores más burocratizados de la representación y donde el peronismo conserva cuotas de poder”.
El descenso de los índices de violencia en la provincia es uno de los principales argumentos de Pullaro, y sus propuestas profundizan en esa línea con el proyecto de construir una cárcel de máxima seguridad que superará incluso al modelo Bukele –según la secretaria de Asuntos Penitenciarios y candidata a constituyente, Lucía Masneri- y la promesa de que no incluir “ningún concepto garantista con las reformas”. Esta semana el ministerio de Justicia y Seguridad de la provincia anunció la “ley Luciano” por la cual se “capacitará” a jueces y fiscales para evaluar el accionar de policías en supuestos casos de legítima defensa; el proyecto toma el nombre de Luciano Nocelli, llamado “el Chocobar rosarino”, un policía condenado a 25 años de prisión por doble homicidio y ahora libre y a la espera de otro juicio después de la intercesión del propio Pullaro ante la Corte Suprema de Justicia de la provincia.
Blando no sale de la sorpresa ante la “ley Luciano”, precedida además por la ampliación de facultades que permite a la policía hacer detenciones en averiguación de identidad. “Es insólito”, dice el constitucionalista: “lo que debiera hacer el poder político frente al poder judicial es respetar su independencia para que jueces y fiscales tengan absoluta libertad para ejercer sus funciones sin intromisión del propio poder político”.
Los candidatos de La Libertad Avanza también se pronuncian en sentido punitivo y proclaman que Rosario será la primera ciudad donde se aplique la reciente ley anti mafias, votada en el Congreso con el apoyo del PRO, el radicalismo y sectores del peronismo. “Vamos a blindar la Constitución del garantismo socialista y kirchnerista”, prometió el ex periodista Juan Pedro Aleart, aspirante a constituyente por el departamento Rosario. “La Constitución de Santa Fe debería blindarse por el contrario de las políticas libertarias, especialmente en el tema de seguridad –retruca Blando–. El gobierno nacional desprecia, lesiona y contradice a la Constitución nacional y especialmente a la Constitución reformada de 1994. Hay un orden constitucional y un orden convencional vinculado con los tratados internacionales de derechos humanos que tienen jerarquía constitucional y son continuamente atropellados por el gobierno nacional”. El especialista alerta sobre “la demonización de las garantías constitucionales” que comparten Unidos y La Libertad Avanza y el riesgo de que se conforme “una transversalidad conservadora y punitiva” en la próxima convención, cuando “una Constitución provincial tiene asegurar las garantías que están en la Constitución nacional y en los tratados internacionales, que son límites al poder punitivo del Estado”.
La oposición trata de rearmarse. “El peronismo santafesino viene de un largo proceso de desestructuración en sus liderazgos y comprendió que hay territorios que le son esquivos cuando no está unificado, como Rosario, sobre todo en un contexto en el que se encuentra cada vez más atomizado. Eso explica la alianza a nivel provincial con Ciudad Futura, que trata de expandir el arco ideológico y de mostrar una reacción después de la derrota catastrófica en la última elección a gobernador”, explica Juan Bautista Lucca.
El politólogo relativiza las posibilidades electorales de La Libertad Avanza este domingo: “El espacio se juega a nacionalizar la elección, invocando a Milei, pero es difícil que lo consiga. La indignación es la emoción política donde prende el discurso anti casta, y esta no parece una elección donde la ciudadanía vaya a votar enojada. Además hicieron propuestas que la Constituyente no tendrá en agenda, como la eliminación del Senado provincial. Por otro lado la lista sábana, que tiene muchos aspectos negativos, produce a la vez el efecto de personalizar la política y desconfigurar el peso de los partidos, por lo que los ciudadanos terminan por votar a la cara conocida”. Los santafesinos podrán votar entre las 8 y las 18 y los primeros resultados se conocerán a partir de las 20.
OA/MG
Los Milei y los Caputo fracasan en sus términos y el FMI los rescata. El colapso de Macri en 2018, parecido y diferente. 3,7%, piso para semanas de inflación en la mesa de hogares muy golpeados. El choque Kirchner-Kicillof se perfila hacia la prolongación irresoluta. "Intento de traición", pecado mayor para el eje Patria-Cámpora.
Escribió el Nobel de Economía Paul Krugman en su newsletter del jueves pasado:
“Oops, lo están haciendo otra vez. Los principales grupos mediáticos normalizaron a Donald Trump durante toda la campaña de 2024, limpiando su incoherencia y minimizando sus posiciones extremistas. Es difícil saber cuánto contribuyó eso a su victoria, aunque debe haber tenido peso. Pero el deseo de ver a Trump como un líder razonable es un síndrome ampliamente compartido, no restringido a los medios. Fue impulsado por el mundo de los negocios, que lo abrazó con euforia después de su victoria, a pesar de claros indicios de que implementaría políticas económicas destructivas”.
Surge un matiz con respecto al ascenso de Javier Milei. El ultra argentino no sólo fue “normalizado” por los medios durante su ascenso. Los canales de los principales grupos, Clarín, La Nación y América, se mostraron fascinados con ese inadaptado social que enarbolaba proclamas fascistoides en los paneles televisivos. Les daba rating, decían.
La bonhomía de empresarios, medios y el sistema político —que va desde los Macri, la gran mayoría de los gobernadores, la UCR, el siempre comprensivo Miguel Ángel Pichetto y la siempre presente en situaciones límite Elisa Carrió— se extiende a lo que debería ser leído como un rotundo fracaso del plan económico de los Hermanos Milei y los Parientes Caputo, medido en sus términos. El desbarranque de un programa sostenido con temeridad vía valoración artificial del peso y otras creencias terraplanistas no significa, sin embargo, que el país esté necesariamente frente al riesgo de una estampida similar a la de 2001, 2018 o 2023.
Corresponde aclarar que un cepo tan estricto fue implementado en el último semestre del Gobierno de Mauricio Macri, porque la deuda con bonistas y el FMI asumida por Caputo se había evaporado
La acumulación de una deuda con el FMI por otros US$ 20.000 millones sobre los US$ 44.500 millones tomados en 2018, ambos tramos negociados por Luis “Toto” Caputo, llega de la mano del levantamiento del cepo en el mercado cambiario para personas físicas. Una restricción tan severa para el ingreso y egreso de dólares obliga a la economía a arrastrarse y dar vueltas en círculo sobre problemas que se repiten. Con toda la incertidumbre a cuestas y sin que estén claros su alcance y factibilidad, el fin de la restricción cambiaria puede modificar la dinámica de la economía.
Parece mentira, pero en medio de tanta confusión premeditada, hay que aclarar que un cepo tan estricto fue implementado en el último semestre del Gobierno de Mauricio Macri, porque la deuda con bonistas y el FMI asumida por Caputo se había evaporado, y el Banco Central enfrentaba una montaña de obligaciones con sus arcas vacías.
Las similitudes de la impostura festiva para anunciar el endeudamiento de 2018 y el de 2025 son clamorosas, aunque sus efectos inmediatos pueden ser distintos.
Hoy, como ayer, el préstamo fue presentado como una muestra de “confianza” del mundo hacia Argentina, un dique para que no vuelva el populismo, una jugada audaz de Caputo que “sorprendió” al staff del Fondo, un antes y un después en la historia. Coincide hasta el monto del primer desembolso, US$ 15.000 millones, que se erigiría como un muro infranqueable para frenar la avidez devaluatoria.
En 2018 salió pésimo. El dólar se disparó en cuestión de semanas y nació un ciclo recesivo de los más graves de la historia, profundizado luego por la pandemia, la disfuncionalidad del Frente de Todos, la sequía de 2023 y el esoterismo de los Hermanos Milei.
Es probable que, esta vez, el rescate del FMI alcance para llegar a las elecciones de medio término en octubre. Los papers oficialistas aventuran que una victoria ulra en los comicios legislativos habilitará la conversión definitiva de la Argentina en una economía con un Estado mínimo y vía libre para los desmanes de Milei.
¿Precipitación? Economistas de diferente procedencia no terminan de definir el hipotético efecto devaluatorio del desarme de posiciones en pesos que se inflaron producto del carry trade. Siete años atrás, la eliminación del déficit fiscal estaba en curso, proclamaban Caputo, Federico Sturzenegger y Nicolás Dujovne. Ahora ya es una realidad, lo que quita un factor de presión sobre los recursos públicos. ¿A costa de recortar jubilaciones, estrangular a la investigación científica, parar en seco la obra pública y reprimir la protesta? Toto y los muchachos se felicitan por su valentía.
Una diferencia de orden político puede significar mayor oxígeno para recortes que, según anunció Milei y escribió el FMI, se incrementarán. El quiebre del programa de Macri a mediados de 2018 pulverizó la promesa fundacional “no vas a perder nada de lo que ya tenés”. En el bienio final de su mandato, el fundador del PRO intentó profundizar la motosierra con crédito político recortado, dando paso a lo que él mismo definió como “un infierno”.
Milei, por el contrario, levanta la crueldad como bandera, sin mayores costos en cuanto a su popularidad hasta el momento. Más bien, la estigmatización y la discriminación parecen ser razones de un apoyo todavía considerable. La paciencia y la bronca contra la presunta “casta” no son infinitas, y ello se pondrá en juego en los próximos meses.
Voceros y medios orgánicos del oficialismo celebraron el anuncio del préstamo por USD 20.000 millones como un gol, sin atisbo de dignidad. Horas antes, un número de la economía real había medido la magnitud del fracaso del plan de Caputo: 3,7% de inflación mensual en marzo.
Tras un año de insultos y groserías proferidos a diario por Milei y funcionarios de Economía de muy dudosa autoridad, resultó que los mandriles tenían razón: el tipo de cambio pisado artificialmente desde enero de 2024 distorsionó todas las variables y se volvió insostenible.
Las explicaciones soeces sobre la imposibilidad de una devaluación por el congelamiento de la base monetaria se demostraron propias de un iletrado y la inflación de abril, lejos de comenzar con un uno —como anunciaron Caputo y Milei—, será de al menos el doble, si se repite el indicador de marzo, o bastante mayor, si la devaluación dentro de la banda $ 1.000-1.400 apunta al tope.
Los recuerdos de la lluvia de miles de millones de dólares que Milei hacía difundir en el programa de Alejandro Fantino ni merecen ser citados. Como en 2018, llegó el FMI para evitar un default.
En una democracia con sistemas judiciales y mediáticos relativamente equilibrados, responsables económicos de las catástrofes de 2001 y 2018 estarían en cualquier lado menos en el manejo del Estado. En Argentina, en cambio, tienen oportunidades infinitas (¿meritocracia?), provocan a sus críticos y se celebran frente al celular, aunque no cabe sobreestimar el ruido y el cotillón.
El lunes, se hablará de la ubicación del dólar en la banda cambiaria, el martes se evaluará la situación de las reservas, el miércoles Milei se hará entregar un premio, pero, con el correr de los días y las semanas, un período inflacionario que parte del 3,7% de marzo estará presente en la cola del supermercado y la mesa de hogares que han sufrido mucho en los últimos años.
A Milei le picaron el boleto y el FMI impuso sus condiciones, más de la mitad de la población repudia el experimento ultraderechista y hay razones para pensar que una parte del apoyo a los Hermanos obedece más a un rechazo a los Kirchner y el peronismo que a una adhesión genuina.
Ante una economía a la que sistemáticamente le faltan dólares y padece una recesión persistente, se impone una pregunta. ¿Cuál es la propuesta concreta de los opositores peronistas para superar la situación? ¿Defender a las universidades y la ciencia? Correcto. ¿Qué impuestos se aumentarán? ¿Qué gastos se recortarán?
Días atrás, durante un acto en La Plata en el marco de su pelea en sordina con los Kirchner, Axel Kicillof transitó una línea argumentativa gastada. El gobernador bonaerense insistió —como hace rato se convenció y repite Cristina— con que el déficit fiscal afecta a muchos países, por lo que su relación con la inflación es una falacia. Por caso, el prócer de la derecha argentina Luis Lacalle Pou acaba de dejar el gobierno de Uruguay con un déficit fiscal de 4,2% del PBI, el doble del registrado por el Frente de Todos en 2023.
La letanía sobre los países con déficit sin inflación es elemental, pero no dice nada en sí misma. El argumento subyacente que sostienen con eficacia las derechas es que el aumento de precios en Argentina se genera por la cobertura de ese déficit con emisión monetaria, dado que Argentina no tiene acceso al crédito internacional, porque Macri se fumó en dos años lo que le correspondía a su mandato y a varios por venir. El repiqueteo inflacionario de estas semanas y la estampida del final de Macri, también con déficit cero, confirman que estrangular la economía de pesos no es suficiente, que intervienen variables externas y pujas entre sectores, que el flujo de dólares incide mucho, pero nada de ello niega que un déficit fiscal infinanciable abre las puertas a un trauma económico.
De los Kirchner, recitadores de mantras sobre la perfección inmaculada del ciclo 2003-2015 y la inagotabilidad de los subsidios y la maquinita, poco novedoso se puede esperar, pero la “nueva música” de Kicillof da poco de sí.
El gobernador, que cuenta con cierto crédito por una administración con cuentas ordenadas, sostenimiento del Estado y políticas de reparación social en la provincia de Buenos Aires, no termina de hilvanar una línea sobre cómo generar un ciclo de crecimiento duradero y equilibrio macroeconómico. No alcanza con describir los sablazos de Macri y Milei y su persistente armado de estructuras de fuga financiera. Si intenta ser candidato a presidente, Kicillof deberá dar cuenta de una demanda de un Estado presente, pero mucho más eficiente en su concepción y en su práctica.
Por ahora, el peronismo está entretenido en resolver una puja por el liderazgo en la que todos parecen guardarse las cartas. Con más peso sobre sus espaldas porque es el desafiante de un liderazgo consolidado, Kicillof no atina a hacer públicos los motivos reales que lo llevan a procurar escribir una nueva página, no contra, pero sí independiente de los Kirchner.
Así las cosas, el conflicto parece encaminarse hacia su albertización, es decir, una dinámica de irresolución. La semana que pasó, hubo versiones y contraversiones sobre acercamientos y distanciamientos, probables primarias o acuerdos de cúpulas.
El choque Cristina-Alberto nunca concluyó ni terminó de traducirse en una dinámica superadora. Comenzó en 2020, el año de la pandemia, como un runrún sobre desavenencias y desdén personal. Siguió con alusiones elípticas a “funcionarios que no funcionan”. Idas, vueltas, fotos, desplantes, cartas, insolencias, off-the-records, cumbres anunciadas, cumbres no concretadas, y odas a la “unidad”. Hasta sus últimos días en Olivos, Alberto Fernández se atribuía el mérito de haber mantenido unido al Frente de Todos.
Para el eje Patria-Cámpora, hay algo peor que haber “traicionado”, que es haberlo intentado sin concretarlo
Cuando un proceso descorazonador de negociaciones terminó en la noche del 23 junio de 2023 con la candidatura presidencial de Sergio Massa, personalidad única para caminar sobre las brasas, y algún iluso se entusiasmaba con que era el momento de “caminar juntos hacia adelante”, Cristina se tomó 72 horas para prender fuego cualquier posibilidad de convivencia amable en Unión por la Patria, aunque fuera artificial, mediante la que acaso haya sido su peor participación en el debate público, en la banalización de un acto por la recuperación de un avión utilizado por la dictadura para lanzar disidentes al río.
La ruptura con los Kirchner, mientras es atacado por los Hermanos Topo desde Casa Rosada, supone para Kicillof altísimos riesgos electorales y de gobernabilidad.
La contracara es un acuerdo de “unidad” negociado contra las cuerdas y sobre la hora, que se traducirá en un escarmiento cotidiano en cada acto de campaña en una barriada de La Matanza, Mar del Plata o Tres Lomas, porque para el eje Patria-Cámpora, hay algo peor que haber “traicionado”, que es haberlo intentado sin concretarlo.
SL
slacunza@eldiarioar.com
El Gobierno presentó un nuevo programa económico que busca estabilizar el tipo de cambio y acumular reservas. La estrategia incluye medidas que impactarán en el consumo y la inversión. El éxito del plan dependerá de su implementación y de cómo reaccione el mercado en los próximos meses.
El Gobierno anunció el viernes un nuevo acuerdo con el FMI, que implicará desembolsos por US$20.000 millones en cuatro años. De estos, US$12.000 millones llegarían este martes, US$2.000 millones en junio y US$1.000 millones en noviembre. El resto entraría en cada mayo y noviembre de 2026 a 2029.
Hasta septiembre de 2026 no hay pagos de capital con el organismo, de modo que la deuda con éste pasaría de US$41.000 millones en la actualidad a US$56.500 millones el año que viene, representando el 32% del total de su cartera. Para dimensionar, el segundo país en relevancia es Ucrania, con US$14.600 millones adeudados y el 9% de la cartera, y el tercero Egipto, con US$10.700 millones y el 7%. Un deudor privilegiado.
Al igual que en 2018 y 2022, el acuerdo con el Fondo llega con un objetivo de acumulación de reservas, que obliga a flexibilizar el esquema cambiario. En este caso, implicará una “banda de libre flotación” que va de $1.000 a $1.400/US$ –con un movimiento de +1% mensual–, lo que podría provocar una devaluación de hasta 28% este lunes, ya que el tipo de cambio oficial cerró este viernes apenas por debajo de $1.100/US$: hasta $1.400/US$, el Banco Central no puede intervenir para compensar eventuales desequilibrios entre la oferta y la demanda de divisas.
Además, se eliminan las restricciones para la compra de dólar ahorro de personas humanas, se reducen los plazos de pagos de importaciones y se termina con el dólar blend: todas las operaciones de comercio exterior de bienes pasarán por el mercado oficial. En otro orden, las utilidades de las empresas generadas desde 2025 podrán remitirse a casa matriz al tipo de cambio oficial.
En contraste, las ganancias generadas entre 2020 y 2024 deberán esperar: el Banco Central ampliará su emisión de BOPREAL, adquirible en pesos y pagadero en dólares, para dar salida escalonada a estos pesos. Como resultado, quedarán excluidos del mercado cambiario y no podrán, en lo inmediato, presionar sobre el tipo de cambio.
Por último, se fijó un tope de crecimiento de 11% (+3,5% mensual) para el total de billetes y monedas, cajas de ahorro y cuentas corrientes privadas (dinero transaccional) entre marzo y junio, lo que obligaría a la autoridad monetaria a aumentar sus tasas de interés en pos de moderar la expansión de este agregado. Y acá estará una de las claves del programa: mejorar el rendimiento de los ahorros en pesos podría desalentar cierta demanda de dólares, conteniendo la depreciación de la moneda.
No obstante, habrá que ver si este ajuste alcanza, a la vez que tendrá un impacto negativo sobre la demanda interna, encareciendo el consumo en cuotas y el crédito para la inversión. Una elección desagradable.
Presentado el esquema, tiene sentido preguntarnos cómo seguirá.
En primer lugar, vale destacar que es probable que el peso se devalúe este lunes: los flujos de oferta que vuelven al mercado oficial –aproximadamente US$2.000 millones por mes– serán menores que los de demanda: ahorro, importaciones y utilidades. En este marco, la respuesta de la tasa de interés será fundamental, ya que es la única herramienta de la que dispone el Banco Central hasta $1.400/US$ para moderar las presiones cambiarias. Asimismo, y no menor, la brecha perderá relevancia como indicador, ya que el mercado oficial canalizará una mayor parte de las operaciones: un solo precio para un solo bien.
En segunda instancia, es necesario considerar la meta de acumulación de reservas: +US$4.500 millones hasta el 13 de junio y +US$9.500 millones para fin de año. Sin un crecimiento de las exportaciones en el corto plazo –algo que será difícil en un mundo que se cierra–, esto podría lograrse con menos importaciones o más financiamiento externo de privados –ya que el de los organismos multilaterales no se contabiliza en la meta–. Aunque este último podría reabrirse sin cepo, y es explícitamente un objetivo del Programa, entendemos que no será inmediato. Por lo tanto, el Banco Central podría sentirse cómodo con un tipo de cambio más cerca del tope de la banda, ya que eso implicaría menos poder adquisitivo e importaciones, y en contraposición mayor acumulación de reservas.
En marzo, la inflación fue de 3,7%, acelerándose 1,3 puntos porcentuales (p.p.) respecto de febrero y alcanzando su mayor valor desde agosto del año pasado. Liderada por Educación (+21,6%, afectado por cuestiones estacionales), Alimentos y bebidas no alcohólicas ocupó el segundo lugar, avanzando casi 6%. Si en los últimos meses de 2024 y el arranque de 2025 destacábamos el carácter no-regresivo de la suba de precios, ya que los servicios iban por delante de los bienes y afectaban menos a los que menos tienen, corresponde notar que ese esquema se revirtió el mes pasado, y que con nuevos movimientos del tipo de cambio la inflación de abril y mayo quedaría por encima de la de marzo. Cuánto dependerá de los movimientos del dólar, que si queda en el tope de la banda podría no sería menor a 4%.
Los desembolsos por US$15.000 millones pautados con el FMI para este año y por US$3.600 millones con otros organismos multilaterales permitirán cumplir las obligaciones en dólares de este año sin mayores contratiempos. Sin embargo, giros del Fondo incluidos, el año que viene habrá que pagar US$25.500 millones netos, a la vez que en 2027 vencen US$28.200 millones. Sin una vuelta –potente– a los mercados, estos compromisos serán difíciles de honrar. Flexibilizar el cepo era el primer paso para reabrir el crédito externo. Acumular reservas, de forma económica, social y políticamente sostenible, será la segunda.
El autor es jefe de Macroeconomía del Banco de la Provincia de Buenos Aires
Mauricio Macri se enteró de la reunión del PRO bonaerense con Karina Milei dos días después de que ocurriera. Corrido de la mesa de negociación bonaerense, se refugia en la competencia porteña. Cristina Fernández de Kirchner responde a la rebeldía kicillofista con una candidatura en la Tercera Sección Electoral. PBA como teatro donde se juega el futuro de la conducción del peronismo.
El axelismo arma su comando de campaña y piensa en candidatos propios ante una eventual fractura con Cristina
Coletazos de la batalla porteña: la escalada de tensiones entre Macri y Karina complican el acuerdo bonaerense
Una imagen. Es lunes por la noche en Casa Rosada, y Cristian Ritondo y Diego Santilli se toman un café con Karina Milei y Sebastián Pareja. Los canales de televisión muestran a Axel Kicillof anunciando el desdoblamiento bonaerense, y la comitiva PRO libertaria está de buen humor. El acuerdo en PBA comienza adquirir forma, Karina bendice la unión, y la crisis del peronismo es un regalo caído del cielo. Se sacan una foto, pero no la publican: primero había que preparar el terreno y hablarlo con Mauricio Macri, que nada sabía del encuentro. El presidente del PRO se enterará recién de la cumbre dos días después, cuando el rumor ya sea un secreto a voces.
El PRO está jubilando progresivamente a Mauricio Macri. El expresidente se entera cada vez más tarde de lo que hacen sus alfiles bonaerenses, como Ritondo, Santilli y Alejandro Finnochiaro, que se mueven a sus anchas en Casa Rosada y dialogan diariamente con Santiago Caputo y Manuel Vidal, operador del asesor todoterreno. En televisión, Macri los señala como propios y afirma que serán los candidatos del PRO si no se logra cerrar un acuerdo electoral con La Libertad Avanza. Pero los dirigentes se mueven cada vez con mayor autonomía y la duda, por estas horas, es cómo dejar afuera Macri sin traicionarlo del todo.
El expresidente sabe lo que está ocurriendo, o al menos lo sospecha. Confía en Ritondo, pero intuye que Karina “lo va a cagar”. Son sus palabras, en privado. Macri repite, a quien quiera escuchar, que él no se siente opositor, pero que es culpa de la hermana y de Caputo que él no se siente más a comer milanesas con Milei en Olivos. Hace casi un año que ya no se ve con el Presidente. Cuestiona que la conducción político y electoral de LLA haya quedado en manos de Karina, y acusa a la hermanísima de haber boicoteado el acuerdo electoral en CABA.
Sus ex aliados lo ven “resentido”. La mayoría lo repite en privado, pero Patricia Bullrich lo declama en público. “Mauricio Macri está peleado con el mundo. En vez de ayudar al Gobierno, tiene un rencor con el Gobierno. Es difícil cerrar un acuerdo con rencor”, cuestionó la ministra de Seguridad en LN+, poco después de que se diera a conocer la foto de los PRO bonaerenses con Karina en Casa Rosada. Sus detractores internos lo acusan de querer “mantener la pureza del PRO pero sin los votos”. “Quiere convertir al partido en un ateneo cultural en donde nos juntemos a dar charlas de vez en cuando. Nosotros discutimos poder, él la hidrovía y los negocios en CABA”, masculla un dirigente de peso del PRO en PBA.
El expresidente, de momento, deja hacer. Corrido oficialmente de la mesa de negociaciones y replegado en la competencia porteña, Macri está dispuesto a celebrar un acuerdo con LLA como si hubiera sido digitado por él mismo. Un dirigente lo llama lógica “Principito”: “Es como cuando el Principito le pide al rey si se puede sentar y el rey le dice que se siente inmediatamente. Hay que mantener siempre la apariencia de estar mandando, aunque no sea cierto”, grafica un referente bonaerense.
Y si no hay acuerdo, que es lo que Macri espera, presentará su propia lista 100% PRO como ya lo hizo en la Ciudad. Hace meses que viene trabajando en esa posibilidad, sondeando a nuevos dirigentes sub 40 que le respondan directamente a él. En CABA, mientras tanto, el expresidente se ha echado la campaña al hombro. Designó a Silvia Lospennato, una de las últimas leales que le quedaban, al frente de la lista, y participa activamente de la campaña con Jorge Macri. Ganar en la Ciudad es lo único que le interesa: allí es donde se juega la batalla final por la supervivencia del PRO y Macri no esconde que su prioridad es sostener el control de la madre patria porteña.
Lo paradójico es que, esa lucha desesperada por el control de la Ciudad, ha terminado por nacionalizar la elección que Jorge Macri, con mucho esfuerzo, había intentado municipalizar a fuerza de desdoblar los comicios. La participación activa de Macri, así como la presencia de varios pesos pesados, como Manuel Adorni o Horacio Rodríguez Larreta, ha transformado la elección porteña en una lucha a muerte por la identidad del PRO. Macri, al replegarse sobre los comicios porteños, no hizo sino transformarlos en una contienda de trascendencia nacional.
Macri no es el único que, apurado por una dinámica interna que pretende jubilarlo, decidió refugiarse en donde es fuerte para dar una disputa por el liderazgo del partido. En el panperonismo comienza a vislumbrarse un fenómeno similar, con una Cristina Fernández de Kirchner que, para sofocar la rebeldía kicillofista, amaga con una candidatura en la Provincia de Buenos Aires. Primero como amenaza, para evitar que el gobernador desdoblara. Y, ahora, como represalia ante la traición del ex hijo pródigo.
En el cristinismo le echan la culpa a Kicillof. Al desdoblar la elección bonaerense, que se llevará a cabo el 7 de septiembre, el gobernador bonaerense había ido directamente en contra de los deseos de sus dos socios políticos —CFK y Sergio Massa— en pos de encabezar un movimiento autonomista que lo posicionase como presidencial para 2027. Y eso, para el Instituto Patria, era una traición y un gesto de ruptura con la unidad del proyecto nacional. En los pasillos del Patria se repetía la misma impugnación: “Axel no quiere enfrentar a Milei, prefiere romper con CFK”.
El acto de desdoblar había sido el casus belli, el motivo de la guerra, y la respuesta de CFK fue inmediata: si Kicillof quería replegarse sobre la provincia, CFK haría lo mismo. La dos veces presidenta competiría como candidata de la Tercera Sección Electoral, que engloba casi cinco millones de electores (el doble que CABA), y nadie duda que puede sacar más del 60% de los votos. CFK pretende mostrar, con los votos, quien es la verdadera conductora del peronismo.
La decisión cayó como una bomba en el resto del panperonismo, que acusa a CFK de priorizar la disputa de poder con Kicillof que ganarle a Milei. La misma impugnación que, del otro lado, La Cámpora le achaca al gobernador bonaerense. “¿Qué va a ser Cristina en la Legislatura? ¿Construir una oposición contra el gobernador?”, se lamenta un dirigente sindical kirchnerista, que amaga con responsabilizar a Máximo Kirchner de todos los males de la interna peronista. Esta premisa, que tuvo su edad de oro durante el gobierno frentetodista, empieza a perder adeptos, sin embargo: Máximo podría haber empezado la guerra contra Kicillof, pero ahora era CFK quien salía a dar la batalla en nombre de la conducción del peronismo.
“Cristina va a poner sus votos sobre la mesa cada vez que pueda. Va a demostrar que, si quiere, saca varios millones en la Provincia y que nosotros, en comparación, no somos nada. ¿Quién es Axel? Nadie”, explica, iracundo, un importante dirigente peronista. Para el cristinismo, la impugnación a su postulación en PBA no tiene sentido: la decisión de Axel había reconfigurado las necesidades políticas y, ahora, la Provincia se había convertido en el teatro en el que se definiría el futuro de la conducción del peronismo.
“Las negras también juegan. Axel quiere ser el heredero de los votos de Cristina pero con Cristina retirada. Le avisamos que esto podía pasar y puso los dedos en el enchufe igual, ahora es política”, sostiene un dirigente camporista, que empieza a prepararse para la campaña. Si no se eliminan las PASO, el cierre de listas será un mes. Eso quiere decir que quedan solo unas semanas para llegar a un acuerdo: si no irá CFK sola y armará ella sola las listas. Una decisión que, de consolidarse, convertirá la elección bonaerense en la elección más importante del año.
MC/JJD