Las Hermanas

Código Postal 4300

Noticias de Santiago Del Estero

Kicillof anunció que separa la elección bonaerense de la nacional y así rompe formalmente con el kirchnerismo

Kicillof anunció que separa la elección bonaerense de la nacional y así rompe formalmente con el kirchnerismo

"Como gobernador, a cargo de fijar la fecha de las elecciones, firmé un decreto para que la elección provincial se realice el día 7 de septiembre con el objetivo de garantizar un proceso electoral ordenado, transparente, centrado en el derecho de los bonaerenses a elegir en condiciones claras", informó el mandatario en un anuncio oficial.

El gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, anunció que mandará un proyecto a la Legislatura para la “suspensión por este año” las PASO en su distrito y, con el argumento de que se impondrá la boleta única de papel para elegir diputados nacionales, por impulso del gobierno de Javier Milei, anunció que la votación de cargos provinciales y municipales en su jurisdicción se realizará en una fecha distinta de la votación nacional. Esto, que se llama desdoblamiento, supone un avance en la ruptura formal de su espacio con el kirchnerismo.

“Como gobernador, a cargo de fijar la fecha de las elecciones firmé un decreto para que la elección provincial se realice el día 7 de septiembre con el objetivo de garantizar un proceso electoral ordenado, transparente, centrado en el derecho de los bonaerenses a elegir en condiciones claras”, dijo el mandatario, en un anuncio oficial que realizó junta a la vicegobernadora, Verónica Magario.

Noticia en desarrollo.

JJD

Un lunes negro que recuerda al crack del '29 o a la pandemia hace saltar los dólares paralelos y el riesgo país

Un lunes negro que recuerda al crack del '29 o a la pandemia hace saltar los dólares paralelos y el riesgo país

El blue subía a $1.335 y el indicador de confianza en los bonos argentinos alcanza los 960 puntos básicos. Derraparon las bolsas en Asia, Europa y sólo en Wall Street se modera por rumores de marcha atrás a las medidas de Trump.

Donald Trump pretende revertir el histórico déficit comercial de Estados Unidos, que en 2024 fue de US$918.000 millones, comparable a dos tercios del tamaño de la economía argentina. Por eso no planea ceder en lo inmediato con sus barreras a las importaciones de su país, con aranceles desde el 10% a ciertos puntos como la Argentina, Brasil, Chile o Colombia, hasta el 20% a la Unión Europea, el 34% a China, 24% a Japón y 46% a Vietnam, los cuatro principales orígenes del rojo comercial norteamericano.

Después de un viernes en que Beijing anunció represalias con aranceles del 34% también para EE.UU. y de que diversos miembros del gabinete de Trump ratificaran su empecinamiento de poner fin a 80 años de globalización, los mercados mundiales protagonizan hoy un verdadero lunes negro. Tal magnitud tiene la crisis que recuerda las de 1929 -el crack que inició la Gran Recesión-, 1978, 2015 o 2020 -con la pandemia-, según el director general del fondo NWI, Alberto Ades, un argentino con larga trayectoria en Wall Street. Por supuesto, el país no está exento de la hecatombe mundial.

El dólar, el mejor termómetro de la economía criolla, sube en los mercados paralelos, mientras el presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, lo mantiene sujeto con el cepo cambiario a costa de sobrevaluarlo con el sueño de bajar la inflación. El blue o ilegal se incrementa 1,9%, a $1.335; el MEP o bolsa, que usan los ciudadanos corrientes para hacerse de divisas en forma legal, 2,3%, a $1.368; y el contado con liqui, que utilizan empresas y grandes fortunas, 2,6%, a $1.366. El oficial, que impacta directo en los precios de la calle, sigue en $1.097, pero las recientes alzas de los paralelos ya están acelerando los valores de los alimentos, por la expectativa de devaluación por la crisis mundial y por las presiones al Gobierno de parte del Fondo Monetario Internacional (FMI) como exigencia como el futuro y demorado préstamo.

Luis Caputo, antes de viajar el miércoles a EE.UU. con Javier y Karina Milei.

El riesgo país, que refleja la confianza o la desconfianza en los bonos en moneda extranjera, aumenta 3,7%, a 960 puntos básicos. El índice de la bolsa porteña, el S&P Merval, que es en pesos, desciende 1,1%. Las empresas argentinas en Wall Street caen hasta 6% en el caso de Bioceres, fabricante de semillas transgénicas; 5,4% en el de Cresud, el holding agrícola e inmobiliario de Eduardo Elsztain; y 4,9% en el Corporación América, el grupo de aeropuertos y petróleo de Eduardo Eurnekian.

Es que el lunes negro, por la previsión de un estancamiento global, está arrastrando a las bolsas de todo el mundo y a las cotizaciones de las materias primas, como soja y crudo, productos que exporta la Argentina.

El día arrancó con derrapes del 7,8% en la bolsa de Tokio y 7,3% en Shanghai, continuó con 4,3% en Londres, 3,9% en Frankfurt y 4,4% en París y prosiguió con bajas del 1,3%, 0,7% y 0,3% en los indicadores de Nueva York, Dow Jones, S&P 500 y el tecnológico Nasdaq. Rumores de que Trump daría marcha atrás con su guerra comercial moderaron las pérdidas.

“Trump lanza su 'muro de aranceles' y los mercados se derriten”, explica el informe del grupo financiero Adcap a sus clientes. El autor es su economista jefe, Eduardo Levy Yeyati. “Wall Street entra en caída libre, China responde fuerte y Europa busca su propio escudo. Ya se sienten los costos políticos en los EE.UU., pero Trump está aún lejos de recular. El comercio global se redibuja mientras se encienden las alarmas de recesión y repunte inflacionario. En América Latina, el 10% tiene doble filo: un golpe en la línea de flotación de una región con costo financiero creciente y un beneficio relativo transitorio. La guerra ya no es comercial: es financiera, estratégica y global”, advierte Levy Yeyati.

Un contexto nefasto para el mundo, incluida la Argentina. “Todo lo que sea inestabilidad global, con posibilidad de recesión global, menor demanda de exportaciones, precios de commodities más bajos, flujos de capitales a mercados emergentes disminuidos, es negativo para todo país emergente y para la Argentina también”, analiza Ades.

El 21 de abril se debe reunir el directorio del FMI para decidir el nuevo endeudamiento del país que ya de por sí más le debe, la Argentina. Es un crédito de US$20.000 millones a cambio de flexibilizar el régimen del dólar. Pero no todos los directores están tan entusiasmados con aprobar este préstamo que Trump impulsa para su amigo Milei. Hay enojo en China, Japón y Europa contra el magnate de Florida. Y además esta crisis global pone en duda de que el salvavidas del FMI sea suficiente para mantenerse a flote.

AR/MC

Trump entierra la era de la globalización y deja a su amigo Milei en el abismo

Trump entierra la era de la globalización y deja a su amigo Milei en el abismo

El país que impulsó la liberalización del comercio a partir de la Segunda Guerra Mundial y que controla el 25% del PBI global está provocando un giro proteccionista. Está por verse si las demás potencias lo siguen. La Argentina marcha a contramano.

MAPA - Los aranceles anunciados por Trump, país por país

A la Segunda Guerra Mundial le precedió una guerra comercial, el proteccionismo de unas potencias contra otras. Tras el conflicto bélico, no sólo se creó la Organización de las Naciones Unidas sino también las llamadas instituciones de Bretton Woods -por el nombre del área de Estados Unidos donde se acordó su nacimiento-, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, que promovieron una paulatina liberalización del comercio. Fue la fase de mayor globalización nunca jamás alcanzada por el capitalismo, que derivó en una progresiva mudanza de fábricas desde la superpotencia y otros países ricos hacia otras naciones emergentes, con China a la cabeza en las últimas cinco décadas. Pues ese mundo se terminó con los aranceles del 10% al 50% que impuso Donald Trump a las importaciones de casi todo el mundo, excepto sus socios de América del Norte, Canadá y México.

Que la economía que representa el 26% del PBI mundial ponga fin a la globalización abre un interrogante sobre si el restante 74% seguirá sus pasos o intentará comerciar entre sí. Por lo pronto, la historia de guerras comerciales promete un tiempo de más inflación en EE UU y menos actividad económica en el mundo. Ante la incertidumbre generalizada por un fin de época, los capitales especulativos huyen de los mercados inciertos -como la Argentina- y se refugian en los más seguros. Por eso se devalúan el peso, las acciones y los bonos de la deuda, con el consiguiente alza del riesgo país a 925 puntos básicos, el mayor nivel desde noviembre pasado.

Caen los precios de las materias primas como las que produce nuestro país, desde las cosechas del campo hasta el petróleo de Vaca Muerta. Y encima no sólo habrá dificultades para exportar a Estados Unidos, salvo que Javier Milei consiga que su amigo Trump le conceda excepciones especiales a los aranceles aunque no las haya recibido en su reciente viaje relámpago a Mar-a-Lago.



Pero el mayor problema es que el libertario, a diferencia del presidente estadounidense, está abriéndose a las importaciones, entre rebajas arancelarias y paraarancelarias (medidas antidumping) y sobrevaluación del peso, con el fin de bajar la inflación aunque sea a costa del empleo. Es así que exportadores de China y muchos otros países podrán encontrar en la Argentina, 0,6% del PBI mundial, un pequeño mercado donde liquidar parte de lo que ya no le venden a Estados Unidos o tal vez desplacen exportaciones argentinas a otros mercados, como Brasil, 2% de la economía planetaria.

“Es un cambio de época”, opina Fernando Navajas, integrante de la Academia Nacional de Ciencias Económicas y de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL). “Después de la Segunda Guerra Mundial, la ONU, el FMI y el Banco Mundial fortalecieron las tendencias a la globalización, el comercio internacional, el multilateralismo, la creciente inversión extranjera. Entre los 50 y 60 comenzó la relocalización de fábricas y la regionalización del comercio. Tras la crisis del petróleo en los 70, se dio una subida de escalón en el capitalismo financiero... Siempre fue financiero el capitalismo pero a partir de ahí tuvo un carácter muy marcado rol de las finanzas. El comercio crecía al doble que el PBI y ahora eso está en duda”, señala Navajas.

“Sí vas ahora a un mundo con algún sesgo de regionalismo y por eso Estados Unidos no fue tanto contra México y Canadá. La Argentina intenta meterse en EE.UU. hoy tratando de limitar el daño al aluminio, el acero, el vino”, observa el académico. “No queda otra que negociar, no estás con la fortaleza para poner represalias. Aunque tampoco es para celebrar como hizo (el voceo presidencial, Manuel) Adorni que nos hayan puesto un 10% de arancel, lo mismo que a Brasil, Chile y Colombia. De ahi a que podamos entrar a EE.UU. con nuevos productos es otra historia, no depende del arancel sino de otras condiciones como el tipo de cambio. Hoy somos un país caro. Lo que tenés en tu plan es vender más commodities como minería y petróleo. Colombia, Chile, Perú y Centroamérica tuvieron más posibilidades de entrar con ciertos productos a EE.UU. con sus tratados de libre comercio (TLC)”, diferencia Navajas. Además, alerta de riesgo de un TLC como el que pretende Milei con Trump porque implicaría nuevas reglas de patentes que perjudicarían a las farmacéuticas locales y a los productores agropecuarios que usan semillas de las multinacionales.

Para Navajas, sería “complicado” si otros países vendan sus saldos exportables en la Argentina, no tanto por la rebaja de aranceles y otras barreras sino por el peso sobrevaluado, que abarata importaciones. Pero además corren riesgo exportaciones argentinas a otros mercados. “En España ya hablan de vender en el Mercosur vino que iba a EE.UU.”, señala. Por último, alerta sobre la cotización de las materias primas por la previsión de recesión global: “¿Qué va a pasar con las commodities? Hay que separar el impacto inicial de la tendencia, pero hay caídas preocupantes que te pegan en el campo, el petróleo, que te hace ruido en los planes de inversión”. El crudo que se extrae en Vaca Muerta con el método del fracking necesita un precio atractivo para justificar su desarrollo. Si no, las petroleras prefieren el petróleo convencional, el que se saca con sólo perforar el pozo, sin tener que inyectarle agua, químicos y arena para fracturar la roca subterránea donde anida el hidrocarburo.

Las exportaciones de cereales serían muy afectadas por los aranceles que impuso Trump.

“Desde los 40 ha habido un crecimiento de la globalización, un armado de cadenas de valor cruzando fronteras y ahora, de repente, se plantea un retroceso a eso”, coincide el economista Francisco Eggers, profesor de la Universidad de La Plata. “Pero EE.UU. no es la única economía mundial, no necesariamente el resto del mundo va a dejar de comerciar entre sí. Puede compensarse lo que no entre a EE.UU. por desvío de flujo de comercio al resto del mundo, con lo cual habría incluso más comercio. Pero hay un retroceso en la postura de EE.UU. a favor de la globalización. No estoy seguro de que sea una tendencia mundial, pero sí que provoca un cimbronazo mayor que la pandemia, un cambio de precios relativos importante.”

“Para la Argentina el impacto directo no es demasiado, no creo que por 10% de arancel haya gran sustitución de nuestros productos en EE.UU. e incluso hay empresas que pueden llegar exportar a EE.UU. vía la Argentina, en lugar de hacerlo desde países con más arancel”, se refiere por ejemplo a Vietnam (con 46%) o China (con 34%). “Pero lo más importante es el efecto indirecto por el remezón que hay en la economía mundial, con el riesgo país arriba de 900 puntos, por el fly to quality (vuelo hacia la calidad), donde el que tiene bases frágiles se golpea más fuerte.”

“El país que promovió la globalización y su institucionalización en la OMC (Organización Mundial del Comercio), que redactó el manual del libre comercio que se instauró en buena parte del mundo, que lideró la producción en Asia para bajar costos, ahora se convierte en el verdugo de ese modelo”, sentencia Diana Tussie, profesora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso). “Mientras tanto le deja todo servido en bandeja a China, que se erige en abanderada para evitar una guerra comercial. A nivel global, la política comercial que impulsa EE.UU., afectará el flujo del comercio internacional.” 

“Si bien la Argentina no es un blanco para Trump tampoco recibió un trato preferencial en el reparto de aranceles como se especulaba a nivel oficial. Para la Argentina no es gratuito elegir un alineamiento automático”, apunta Tussie. El país quedó bajo un ataque de nervios, según la experta. “Además caen los precios de petróleo, soja. La Argentina necesita precios favorables, monedas estables, dólares. A la guerra comercial le sucede guerra de monedas”, advierte Tussie sobre una futura ola de devaluaciones mientras el gobierno de Milei intenta sostener el peso fuerte en el mercado para bajar la inflación, y a pesar de los cuestionamientos de los mercados y el FMI.

Donald Trump firma la orden ejecutiva en la que aplica aranceles mínimos del 10% al resto de países del mundo.

“Primero habría que entender qué significa para el mundo lo que hace Trump, que depende también de cómo van a responder los demás países”, apunta Fernando Morra, otro profesor de La Plata. “Con esa respuesta por ahí podemos saber más o menos qué significa para la Argentina. Lo que creo es que Trump busca resolver con medidas comerciales algo que en realidad tiene que ver con el rol de EE.UU. en el sistema monetario y financiero internacional”, se mantiene prudente el exviceministro de Economía de Alberto Fernández.

Daniel Marx, consultor y exsecretario de Finanzas de la gestión de Fernando de la Rúa, tiene un mal pronóstico para la Argentina a partir de la guerra comercial: “Aumento de precios, disrupciones en programas de integración en cadenas de producción, menores y alteración de decisiones de inversion, menor eficiencia y productividad, caídas en comercio exterior, menores oportunidades de empleo visto desde el conjunto y remuneraciones inferiores... En consecuencia, pérdida de riqueza agregada con mayores incertidumbres”. Fin. ¿De la globalización? Comienzo de una nueva era.

AR/DTC

García-Mansilla renunció a la Corte Suprema de Justicia y le envió una carta a Milei con fuertes críticas al Senado

García-Mansilla renunció a la Corte Suprema de Justicia y le envió una carta a Milei con fuertes críticas al Senado

El ahora exmagistrado presentó una nota donde justificó haber aceptado el cargo por comisión pese a lo que le dijo a los senadorres. El máximo tribunal tiene dos vacantes. Golpe al Gobierno, que lo mantenía en el cargo.

En un golpe a la jugada política del gobierno de Javier Milei de designarlo por decreto, Manuel García-Mansilla finalmente renunció a la Corte Suprema de Justicia. Lo hizo este lunes en una nota formal, cuatro días después del rechazo del Senado.

De esta manera el máximo tribunal vuelve a quedar con tres miembros, integrado por Horacio Rosatti, Carlos Rosenkratz y Ricardo Lorenzetti. El escrito del académico antiabortista fue dirigido al propio Javier Milei y revela el paso atrás de la Casa Rosada, que desde el viernes marcó como postura oficial de que su continuidad estaba garantizada hasta el 30 de noviembre. Formalmente, ahora el Presidente debería aceptarle la renuncia a través de la publicación de un decreto.

Renuncia

La posición de la Cámara alta contra el ahora exmagistrado había sido contundente: consiguió 51 votos en contra y 20 a favor, con una postura común entre el peronismo, el macrismo y el radicalismo. Sólo tuvo el voto favorable de la Libertad Avanza, algunos legisladores del PRO y dos de la UCR y algunos bloques provinciales aliados del Gobierno Nacional.

García-Mansilla cuestionó en su escrito al Senado y dijo que había aceptado el nombramiento “con la convicción de que la falta de integración de la Corte Suprema era un grave problema institucional que requería una solución urgente”. Negó haberle dicho a los legisladores que no aceptaría el cargo si lo nombraban en comisión, como hizo Milei en febrero. No dio detalles de porqué asumió en la Corte en una ceremonia secreta, sin transmisión pública y que se supo hubo vez finalizado.

“Al momento de aceptar el nombramiento en comisión, consideré que debía asumir la responsabilidad de colaborar con la inmediata solución a ese grave problema. Mantener un tribunal incompleto, con un riesgo evidente de parálisis, habría sido rehuir de lo que considero una obligación para cualquier abogado”, dijo quien fue hasta hace poco tiempo el decano de Derecho de la Universidad Austral.

Intentaron adjudicarme el haber dicho que jamás aceptaría un nombramiento en comisión en la Corte Suprema, sin importar el contexto de ese nombramiento. Eso es falso

 “Mediante un recorte intencionalmente tergiversado de lo que contesté en ese momento, intentaron adjudicarme el haber dicho que jamás aceptaría un nombramiento en comisión en la Corte Suprema, sin importar el contexto de ese nombramiento. Eso es falso. Nunca afirmé que no aceptaría en ningún caso, o bajo ningún punto de vista, un nombramiento en comisión como juez de la Corte. Nunca asumí ante los senadores presentes ese día un compromiso de no aceptar un nombramiento en comisión, sin importar el contexto en que se diera”, planteó García-Mansilla. “Lo que sí hice en aquel momento fue dar una respuesta hipotética a una pregunta que también lo era, respecto de hechos que sucedieron a fines de 2015. Aclaré expresamente que esa respuesta la daba a partir de una reflexión posterior 'con el diario del lunes'”, buscó aclarar.

Pese al contundente rechazo a su nominación, García-Mansilla lanzó duras críticas a los senadores de todo el arco político: “Tuvieron tiempo más que suficiente para formarse un juicio de valor sobre ambas nominaciones mucho antes de que se dictara el decreto 137/25. No había ningún otro trámite pendiente para que el Senado decidiera aprobar o rechazar mi pliego. A pesar de ello, no solo se dejó que terminaran las sesiones ordinarias de 2024 sin hacer nada concreto, sino que se hizo caso omiso al llamado a sesiones extraordinarias en febrero de 2025. En mi caso, no hubo pronunciamiento alguno del Senado, ni siquiera de la Comisión de Acuerdos”. No dijo, sin embargo, que su pliego cosechó siete firmas negativas en la comisión de Acuerdos, la cantidad suficiente para pasar a votación en el recinto del Senado.

“¿Qué más necesitaban analizar los senadores para tomar una determinación y aprobar o rechazar el pliego? Nada. La responsabilidad institucional dictaba que debían pronunciarse de inmediato. La única razón por la que no lo hicieron fue, lamentablemente, la mera especulación política”, concluyó. 

García-Mansilla, el año pasado en su audiencia ante el Senado.

MC

Deuda, FMI y cepo: yo adivino el parpadeo de las luces que a lo lejos van marcando mi retorno

Deuda, FMI y cepo: yo adivino el parpadeo de las luces que a lo lejos van marcando mi retorno

El dólar paralelo subió 8% en marzo, mientras las reservas cayeron 8%. La presión cambiaria se relaciona con restricciones del FMI, deuda externa elevada y exceso de pesos en el mercado, y complica así la estabilidad cambiaria.

El dólar paralelo subió 8% en marzo y registró su mayor avance desde junio 2024, cuando había trepado 10%. No obstante, a diferencia de entonces, el Banco Central habría vendido alrededor de US$400 millones en el mercado paralelo durante el mes pasado, según nuestras estimaciones preliminares —que se sumarían a los US$1.500 millones de enero y febrero—, mientras que en la primera mitad del año pasado no había intervenido en el mercado. La situación, entonces, muestra algunas señales de tensión.

Además de las causas de la suba, vinculadas al acuerdo con el FMI y las posibles restricciones que podría traer para la venta de dólares del Banco Central en el mercado oficial y paralelo, lo que implicaría una aceleración de la tasa de depreciación, tiene sentido preguntarnos con qué pesos se presionó, ya que desde el Ministerio de Economía se sostuvo en diversas oportunidades que “no hay pesos suficientes para mover al tipo de cambio”

En su argumento, una Base Monetaria Amplia (billetes y monedas más instrumentos de regulación monetaria —Leliqs, pases y LEFI— y depósitos en pesos del Tesoro en el Banco Central) fija en $47,7 billones hace más de un año era condición suficiente para que el tipo de cambio no pudiera moverse súbitamente. Sin pesos líquidos, explicaban, por más “voluntad” de comprar dólares que hubiera, no habría forma de efectivizar la operación.

Ahora bien, el primer problema es qué números se miran. Si en lugar de la mencionada BMA tomáramos los billetes y monedas, más los depósitos a la vista —pesos en cuenta corriente y cajas de ahorro— y los plazos fijos en manos del sector privado (M3) el escenario es distinto. Estos suman $100 billones, y virtualmente se duplicaron en el último año (+91,5% i.a.), por lo que la “cantidad de pesos fija” deja de valer como argumento.

Más importante aún, el tipo de cambio no es un precio absoluto, sino relativo entre pesos y dólares. Y acá está el segundo punto: la caída de 8% en el stock de reservas brutas, que pasó de US$27.100 millones al cierre de marzo 2024 a poco más de US$25.000 millones en la actualidad, profundiza el desequilibrio. Expresados al tipo de cambio paralelo, la suma de billetes y monedas, depósitos a la vista y plazos fijos creció más de 60% en el último año, saltando de US$47.000 millones a US$77.000 millones. Como resultado, la diferencia con las Reservas escaló de US$20.000 millones a más de US$50.000 millones, y la estabilidad cambiaria no estaba garantizada —como se verificó ex post—.

En la actualidad, resalta que la diferencia no se corrigió: medidos al Contado con liquidación, los pesos en manos del sector privado siguen superando a las Reservas brutas. No obstante, podemos notar que, salvo algunos momentos puntuales de 2018 y 2019, entre 2003 y 2024 esta relación casi siempre estuvo en terreno negativo, promediando USD -24.000 millones. La corrección expansiva sería aumentar el denominador, es decir, las Reservas brutas, pero es bastante más fácil de decir que de hacer. Asimismo, un excedente moderado de pesos no es un problema necesariamente, ya que dinamiza la demanda interna (los momentos de escasez de pesos suelen llevar hacia arriba la tasa de interés, encareciendo el costo de financiamiento de la inversión y el consumo en cuotas), pero cuando este es sostenido o abultado puede traer tensiones cambiarias. 

Hacia adelante, más que con qué pesos se podría presionar sobre el tipo de cambio, la pregunta es con qué dólares se cancelarán los vencimientos de deuda pública en moneda extranjera. Entre abril y diciembre, hay pagos por US$13.500 millones (entre títulos, FMI y otros organismos multilaterales más Bopreal y swap, estos últimos compromisos del Banco Central), la mitad de las reservas brutas. En 2026 y 2027, estos compromisos promedian US$25.000 millones por año: flujos de pagos por un stock de reservas por año.

Con una demanda de dólares por importaciones que supera a la oferta por exportaciones, la respuesta parece estar del lado de la cuenta de capital. En este sentido, sobresale que el año pasado, el endeudamiento de las empresas aportó más de US$15.000 millones, a la vez que en el primer trimestre de 2025 sumó US$7.000 millones. Sin embargo, desde mediados de marzo, aumento de la devaluación esperada y de la incertidumbre cambiaria mediante, este número cayó de US$150 millones promedio diario a cero. Por lo tanto, es un aporte difícil de contemplar hoy, al menos en un escenario inicial.

En este esquema la deuda pública queda como alternativa: repagar la deuda con nueva deuda, algo que es bastante más usual de lo que los argentinos estamos acostumbrados —la mayoría de los países de la región lo hacen— y que puede ayudar a moderar el esfuerzo en términos de superávit de cuenta corriente. Ahora bien, asumiendo que el FMI y el resto de los organismos multilaterales de crédito no alcanzarían para la totalidad de los pagos —dado que el acuerdo llegaría a US$20.000 millones en cuatro años—, será necesario acudir a los mercados privados, cerrados para nuestro país hace siete años.

La experiencia internacional refleja que con cepo no será posible reabrir el crédito externo. Argentina 2025, con un riesgo país por encima de los 900 puntos básicos (al viernes último) y un costo de financiamiento en dólares de 12,5%, no pareciera ser la excepción. En un mundo que se cierra, relajar los controles de salida de capitales puede traer presiones cambiarias. En un mundo que se cierra, ¿se podrá pagar la deuda con este nivel de cepo o solo quedará volver con la frente marchita?

*El autor de esta columna de opinión es funcionario público de la Provincia de Buenos Aires, jefe de macroeconomía del Banco de la Provincia de Buenos Aires.