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¿Enemigos o socios por conveniencia? Los hilos secretos que conectan a Milei con el kirchnerismo

¿Enemigos o socios por conveniencia? Los hilos secretos que conectan a Milei con el kirchnerismo

Entre las reuniones discretas y los gestos calculados, la Casa Rosada busca tejer acuerdos implícitos con el PJ en su afán por alcanzar un doble objetivo: colocar a Ariel Lijo en la Corte Suprema y terminar de liquidar políticamente a Mauricio Macri. La carta de Ficha Limpia.

El enemigo de mi enemigo es mi amigo. Ese antiguo proverbio, que algunos atribuyen a la cultura árabe, podría graficar a la perfección la paradójica relación que une hoy a La Libertad Avanza y al kirchnerismo. A las puertas del año electoral, los rumores acerca de reuniones secretas entre funcionarios de alto rango de la Casa Rosada y figuras importantes del universo de Unión por la Patria se acrecentaron. A ambos sectores no los une el amor, sino el espanto, además de un objetivo: terminar de liquidar al PRO, ya sea a través de las urnas o, en el caso de la fuerza oficialista, absorbiendo a sus principales dirigentes.

Aunque en la superficie pueda parecer que la confluencia entre Javier Milei y Mauricio Macri está al caer, con guiños públicos en entrevistas y publicaciones en redes sociales, por debajo la realidad es otra. Pese a que el PRO se erigió como un bastión clave para la gobernabilidad libertaria, con un apoyo casi incondicional de sus legisladores en ambas cámaras del Congreso, a lo largo de 2024 existió un obstáculo insalvable: la tirante relación entre el expresidente y el asesor presidencial todoterreno, Santiago Caputo. Nunca hubo química entre ambos, y las asperezas, que el propio dirigente amarillo se encargó de blanquear en público, quedaron lejos de ser limadas.

Milei, Macri y Santiago Caputo, el triángulo de la discordia.

Con este trasfondo, en el entorno de Milei consideran que avanzar casilleros y sumar piezas amarillas, como Diego Valenzuela, el intendente de Tres de Febrero que formalizó su salto a “las fuerzas del cielo”, no es suficiente. El oficialismo tiene un plan más ambicioso, que trasciende lo electoral: desmantelar cualquier rastro del macrismo en el Poder Judicial, una arena donde el exmandatario supo desplegar operadores con eficacia quirúrgica mientras estuvo al frente del poder.

Tanto fuentes libertarias como kirchneristas niegan los encuentros cara a cara entre Caputo y el senador Eduardo “Wado” de Pedro, de aceitado trajinar en el mundillo judicial, pero las señales de buena sintonía se acumulan. Desde el reciente desplazamiento de Ignacio Yacobucci de la Unidad de Información Financiera (UIF), bajo presiones políticas por haber intervenido en causas vinculadas a Cristina Kirchner, hasta las críticas veladas del entorno presidencial al fallo de la Corte Suprema que en diciembre declaró inconstitucional la reelección indefinida de Gildo Insfrán en Formosa.

Santiago Caputo durante la cena de gala de la CPAC Argentina.

¿Son estos gestos calculados del Gobierno hacia la presidenta del PJ justo cuando se negocia en el Senado el pliego de Ariel Lijo como juez del máximo tribunal? ¿O se trata de un juego de necesidades mutuas en la antesala de un 2025 marcado por la polarización entre La Libertad Avanza y el kirchnerismo? De vacaciones en Monte Hermoso, Cristina sabe mover sus fichas en todos los frentes. Su emisario de confianza en temas judiciales es Martín Mena, su exfuncionario, que suele conversar con Sebastián Amerio, el alfil de Santiago Caputo en el Ministerio de Justicia. Entre ellos se juega un ajedrez de pliegos, ampliaciones y concesiones que huele más a truco político que a táctica institucional.

Hay un hilo rojo que conecta a Caputo con De Pedro: es el vicepresidente de Relaciones Institucionales de YPF, Guillermo Garat, socio del asesor en la consultora Move, de la que también forma parte Rodrigo Lugones, hijo del ministro de Salud, Mario Lugones. En 2023, Garat participó activamente de la fallida instalación presidencial del camporista, historia que terminó con la candidatura de Sergio Massa. Al parecer, durante ese periodo, hizo buenas migas con su antecesor en YPF, Santiago “Patucho” Álvarez, también de estrecho vínculo con el hoy senador.

Toma y daca

En la agenda de Milei hay prioridades claras y polémicas estratégicas. Encabezan la lista la eliminación de las PASO y la designación tanto de Lijo como Manuel García-Mansilla como nuevos ministros del máximo tribunal. La salida de Juan Carlos Maqueda el 29 de diciembre tras cumplir 75 años dejó a la Corte con solo tres miembros. En el último mes, en el oficialismo parecen haberle bajado el tono a una opción que estuvo sobre tapete durante varias semanas: designar a ambos magistrados en comisión, un recurso legal pero políticamente tóxico que hubiera exacerbado las tensiones justamente con la oposición peronista.

Es que el juego de “policía bueno/policía malo” no es exclusivo de la relación de Milei con el macrismo. No faltan quienes ven en la presentación de Ficha Limpia una jugada pensada para negociar con el kirchnerismo: dejar caer el proyecto en el Congreso –o, eventualmente, agregarle una cláusula al texto para no vetar una virtual candidatura de Cristina Kirchner– a cambio de que Unión por la Patria aporte los votos necesarios para avalar los pliegos de los jueces. Todo, claro, condimentado con la promesa de una ampliación de la Corte a siete miembros, un trofeo que cada sector querría exhibir como propio.

Ariel Lijo, en agosto pasado, cuando expuso ante el Senado para defender su nominación como juez de la Corte Suprema.

Son especulaciones. Por el momento, la posibilidad de que se aprueben los pliegos durante el verano se vislumbra muy lejana. Según quienes siguen de cerca las discusiones, el peronismo exige una reforma de la Corte que Milei no estaría dispuesto a llevar a cabo. Lo plantean como una movida que, a priori, dejaría a todos contentos: Lijo ocuparía el lugar de Elena Highton de Nolasco, jubilada en 2021; García-Mansilla reemplazaría a Maqueda, y las dos bancas nuevas serían para mujeres, al menos una con el sello de Cristina.

Hasta que alguien ceda en este tira y afloje, el tablero seguirá bloqueado. Algo que no evita que los gestos de buena vecindad se sucedan uno tras otro y lleven nombre y apellido. Oscar Parrilli, ese viejo soldado kirchnerista, ahora lanza señales de tregua hacia Lijo, el mismo juez que lo procesó años atrás por el delito de encubrimiento agravado de Ibar Pérez Corradi. “Que Clarín y La Nación estén criticando a Lijo es como que le otorguen una medalla”, llegó a declarar el año pasado.

Otra voz pública que se muestra llamativamente contemplativa con Lijo es Graciana Peñafort. “Ninguna de las causas que se han seguido contra el Lijo han llegado a buen destino, todas han terminado cerradas, con lo cual yo le otorgo el beneficio de la duda”, declaró la legisladora porteña, del círculo más cercano a la expresidenta, en Modo Fontevecchia. Y añadió, consultada por el debate de los pliegos en el Senado, que “no se destrabó porque el gobierno no quiso negociar”. Un dato: por orden de Cristina, la senadora catamarqueña Lucila Corpacci firmó el dictamen de Lijo en diciembre, un guiño concreto en ese sentido.

Pero el caso más curioso de insinuación pública entre el kirchnerismo y el Gobierno lo protagonizó otro fiel del Instituto Patria, como es Rodolfo Tailhade. El diputado de Unión por la Patria aplaudió en redes un mensaje de una cuenta atribuida a Santiago Caputo en el que el asesor presidencial defendía la decisión de dejar de querellar en causas penales, al tiempo que criticaba a quienes utilizaron la UIF “para beneficiar a amigos y perseguir opositores”. “Federici y Talerico son dos delincuentes que sólo se dedicaban a encubrir narcotraficantes y a perseguir a Cristina”, lanzó Tailhade en X, en referencia a las autoridades de la unidad antilavado en tiempos de Mauricio Macri. Afinidades electivas.

PL/JJD

Y Milei va: competencia por la crueldad, caretas que se caen y contrapesos que se borran

Y Milei va: competencia por la crueldad, caretas que se caen y contrapesos que se borran

La Libertad Amenaza: “Zurdos hijos de puta, tiemblen”. De la UCEP sigilosa de Pepín a la violencia obscena de Montenegro. La interna Kirchner-Kicillof con mal pronóstico y un Gobierno que puede estar perdiéndose la película.

En Europa y América de los años recientes, las ultraderechas formaron partidos y ganaron elecciones, y también las perdieron y volvieron a intentarlo. Los parlamentos permanecieron abiertos y existió margen —a veces acechado— para la crítica y la protesta. Algún juez se animó a poner un límite. Una visión acotada a las líneas más formales de la democracia permite sostener que ésta crujió, pero no se rompió.

La extrema derecha, en cambio, supone vías de hecho estatales y paraestatales para anular lo que es percibido como amenaza. No hay derechos de minorías, ni instituciones, ni tratados internacionales a ser respetados ante el objetivo supremo de recuperar la presunta “gloria perdida”, lugar común de los ultras del mundo.

Allí aparece una diferencia que resaltan politólogos entre las categorías ultraderecha y extrema derecha. Con toda su carga de odio, la ultraderecha se desenvuelve en un extremo del arco ideológico desde el que disputa hegemonía, pero dentro de las reglas del sistema.

La distancia que separa al mainstream ultraderechista de una vuelta de página que retome las violaciones a elementales derechos humanos y cívicos es la que va del dicho al hecho. El coqueteo con el imaginario de “aplastar al parásito” (Milei) y de retomar la foto nazi de trenes repletos de indeseables rumbo a la frontera (Trump, Meloni, la alemana Alice Weidel) forma parte del menú cotidiano de los ultras. Algo de deseo transformado en realidad se vio en Gaza, en lo que el diario Haaretz y organizaciones de derechos humanos israelíes e internacionales llamaron “limpieza étnica”, algo celebrado por las ultraderechas globales que solapan de ese modo su antisemitismo ancestral.

La distancia que separa al mainstream ultraderechista de una vuelta de página que retome las violaciones a elementales derechos humanos y cívicos es la que va del dicho al hecho

La reasunción de Trump marcó una peligrosa aceleración que parece arrastrar a sus discípulos. Apenas puso un pie en la Casa Blanca, el presidente estadounidense indultó a casi 1.600 personas procesadas por la toma del Capitolio el 6 de enero de 2021, cuando pretendían desconocer la victoria de Joseph Biden. La figura del indulto está vigente en muchos países. Su utilización para un perdón masivo a quienes intentaron desconocer una elección presidencial mediante la toma del Congreso, causaron muertes y generaron traumas que derivaron en suicidios pone en entredicho el marco del sistema. Supremacistas con colecciones de armas en sus habitaciones encuentran una reivindicación moral y cívica desde el Despacho Oval. ¿Democracia?

La amenaza y la agenda

Y Milei va. La deshumanización de sus adversarios ha sido un componente esencial de su discurso desde sus tiempos de panelista en “Intratables”. Su violencia enamoró a la tele y lo infló en las urnas. Ya en Casa Rosada, negó el terrorismo de Estado, agravió a sus víctimas, humilló a mujeres, celebró muertes y matanzas, y puso a Patricia Bullrich a cargo de Seguridad, lo que significa mucho en términos de violencia estatal.

En 2025, Milei estira los márgenes.

El Presidente amenazó esta semana: “zurdos hijos de puta, tiemblen… Los vamos a ir a buscar hasta el último rincón del planeta”.

Que un jefe de Estado, que comanda y al que escuchan fuerzas de seguridad, hable en los términos de los genocidas Luciano Benjamín Menéndez y Carlos Guillermo Suárez Mason debería despertar a algún fiscal o un juez federal adormecido en los miles de dólares que gana por mes, por pensar sólo en el segmento de magistrados que no se dedica a actividades inconfesables.

Ocurrió que Milei dio otra vuelta de tuerca al deslizar sin sutilezas que los homosexuales que adoptan niños tienden al abuso, al tiempo que el jefe de Gabinete —se supone, el civilizado del Gobierno— retomó una vieja premisa ultramontana: lo que hagan los gays, que sea puertas adentro. Nada de manifestaciones públicas.

En el viraje de los Milei asoma la influencia de una vertiente evangélica a la que Trump subió al barco y que acoge, premia y financia la proyección internacional del mandatario argentino

Bajo el influjo de Trump, el movimiento de los hermanos Milei se alejó de una vertiente con peso en la ultraderecha global, que se muestra conservadora en muchos aspectos, pero exhibe cierta tolerancia en cuanto a la elección sexual. No son pocos los líderes ultraderechistas del Norte de Europa con parejas del mismo sexo e hijos adoptados. En el viraje de los Milei asoma la influencia de una vertiente evangélica a la que Trump subió al barco y que acoge, premia y financia la proyección internacional del mandatario argentino.

Nadie deberá hacerse el sorprendido. La hipótesis de una mayoría legislativa más holgada para el mileísmo amenaza la adopción de niños por parte de parejas del mismo sexo, los cupos para minorías discriminadas, la interrupción voluntaria del embarazo y el agravante del vínculo y el odio de género en las penas por homicidio. Si no alcanza con lo propio, los hermanos Milei tendrán que entablar una dura negociación con Rodrigo de Loredo, Sabrina Ajmechet, Cristian Ritondo y, por qué no, Edgardo Kueider. Un tuit, una selfie en Olivos, un juez amigo y un contrato no se le niega a nadie.

Patotas de hoy y ayer

En los primeros años de Mauricio Macri en el Gobierno de la Ciudad, funcionó una célula estatal destinada a patrullar calles, plazas y bajoautopistas para encontrar personas en situación de calle. La Unidad de Control del Espacio Público (UCEP) —así se llamó— fue creada en octubre de 2008 y estuvo a cargo de un hombre con ley propia: Fabián “Pepín” Rodríguez Simón.

El ensayo trasuntó en una patota con licencia para golpear, incendiar y destruir pertenencias, y abusos peores. Con poco más de un año de actuación, la UCEP fue desactivada. Macri, Rodríguez Simón y otros enfrentaron imputaciones, pero el fiscal a cargo no impulsó la acción, y sin querellantes particulares por fallecimiento o desinterés de personas que vivían en la calle, las causas terminaron en nada poco antes del fin del Gobierno de Cambiemos. Clásico PRO.

Quince años más tarde, otro hombre de aquella administración regresa a la luz con procedimientos similares. Guillermo Montenegro fue el primer ministro de Seguridad del Gobierno porteño del PRO, puesto desde el que organizó la Policía Municipal, involucrada desde el vamos en el espionaje ilegal. En 2019, Montenegro fue electo intendente de Mar del Plata. Desde hace meses, en plena desbandada del PRO hacia las huestes de los Milei, el alcalde lanzó a las calles a violentos de la Secretaría de Seguridad para barrer con indigentes, vendedores ambulantes y trapitos.

Una diferencia crucial separa a la UCEP de 2008-2009 de los hombres de negro de Montenegro que hoy se ensañan con los marplatenses del último estrato social. El grupo de Rodríguez Simón actuaba desde las 23, siempre a oscuras, sin celulares indiscretos. Cuando sus tropelías cobraron vuelo, Macri cesó a la UCEP. Hoy, en lo más alto de la temporada turística, a plena luz del día, los agentes municipales de Mar del Plata desatan una violencia inusitada. Si no se llega a percibir, el intendente se ocupa a diario de multiplicar su visibilidad en redes sociales. Esta vez, los golpes y los amedrentamientos son filmados en detalle, con primer plano de las víctimas, esos sujetos sin ningún derecho.

Macri comprendió en 2009 que la UCEP podía costarle caro en términos electorales y judiciales. Montenegro, en cambio, avizora que la humillación de los desclasados puede darle oxígeno mediático y político en una ciudad que ha demostrado ser de las más sórdidamente conservadoras del país, con una trayectoria rica en grupúsculos neonazis, violencia institucional y muertes misteriosas.

Sin careta

La llegada de Milei coronó una novedad: no alcanza con ser cruel, hay que parecerlo. Su presunta fortaleza narrada por los medios actúa como “efecto llamada”.

Cáritas, el Hogar de Cristo y la Pastoral de Adicciones de Mar del Plata fueron, junto a Juan Grabois, las voces más altisonantes para alertar “con profundo dolor y preocupación” el padecimiento de los indigentes de la ciudad. Montenegro, ya un veterano de la política y exjuez federal, pareció corporizarse en el veinteañero Gordo Dan para responder. “Me importa tres carajos lo que digan”, descerrajó ante la consulta de La Nación.

El intendente no está solo. Diego Kravetz escaló en el PRO con procedimientos similares hasta que se le abrieron las puertas de la SIDE con La Libertad Avanza. Su aterrizaje brilló por todo lo alto cuando se conoció la golpiza propinada por él mismo a un adolescente sujetado por la Policía. Se anota en ese registro el peronista tucumano Osvaldo Jaldo, desafiante ante las denuncias de la reimplantación del “trencito” policial que se mete casa por casa en barrios pobres de la capital provincial, legado indeleble de su antecesor Antonio Domingo Bussi. Un elenco variopinto y creciente vocifera contra un blanco armado a medida: hombre joven, morocho, inmigrante de países limítrofes, adicto y pobre.

La motosierra causó estragos, y un Gobierno con funcionarios tan extasiados ante un arroba de Musk o un premio-cartón de un ignoto sello extremista, puede estar perdiéndose la película.

Ya Bullrich, Miguel Ángel Pichetto y los primos Macri habían dado muestras de una radicalización en las campañas de 2019 y 2023, con un evanescente resguardo “institucionalista” que sirvió para denunciar “las propuestas peligrosas de Milei” cuando la competencia se puso brava.

La victoria del ultra empujó a las diferentes vertientes del PRO a competirle a la par, con la excepción de Horacio Rodríguez Larreta y un pequeño grupo que lo acompaña.

A medida que avance el calendario electoral, se verán más escenas esperpénticas. Si duele, suma.

En los papeles, un acuerdo LLA-PRO-UCR, sea nacional o con alianzas tácticas provinciales, dejaría un espacio libre para conformar una propuesta de centroderecha democrática sin agravios a homosexuales, nostálgicos de la impunidad de los represores, xenófobos e ignorantistas anti-Conicet y antiuniversidades públicas. La duda razonable es si ese lugar político existe realmente en la Argentina, o no es más que una elucubración de columnistas políticos, consultores y ONG.

Cálculos para perder

Del otro lado, prima la resignación. Hay importantes dirigentes opositores que avizoran un tercer puesto como el resultado más probable en importantes provincias.

El peronismo discurre con su conducción nacional en modo pausa, gobernadores propensos a alambrar sus distritos y la pelea latente entre los Kirchner y Axel Kicillof como foco de atención, a la que muchos ven ajena.

La elección de 2025 no está definida ni mucho menos. Dependerá en parte de la alquimia de las coaliciones y el nuevo método para votar de boleta única. Cada vez que el Gobierno y sus propagandistas se pasan de rosca con el goce autosatisfactorio, el dólar se encarga de recordar que sigue indómito y las reservas del Banco Central bajan otro escalón. El Luis Caputo de hoy se va pareciendo cada vez más al que protagonizó el Ejecutivo de Macri, con mal recuerdo para él y para todos.

El año de Milei fue positivo en cuanto a la baja relativa de la inflación y una estabilidad mayor a la pronosticada, pero lacerante en rubros cruciales: los ingresos de los trabajadores y la composición del gasto en los hogares. El mercado laboral se deterioró y la motosierra causó estragos en múltiples derechos, con privilegiados sospechosamente exentos. Un Gobierno tan halagado por los medios, con funcionarios tan extasiados ante un arroba de Musk o un cartón-premio de un ignoto sello extremista, puede estar perdiéndose la película.

Un dirigente con experiencia ejecutiva describe el escenario bonaerense del peronismo: “Las salidas más probables son malas. Si patean las diferencias para 2027 o Axel se rinde y acepta todo lo que ie mpongan, vamos a ir con una imagen de contubernio, con miedo, más de lo mismo. Si van al choque a último momento porque no acuerdan, sale algo improvisado que puede terminar en desastre. Queda una jugada de Cristina que sorprenda y reordene todo, como en el pasado, o que Axel se decida a dar pelea en serio. Ninguna de las dos son las más probables. Lo que sorprendería de Cristina sería que ceda poder y desactive el bloqueo que ejerce La Cámpora, y eso no va a ocurrir, porque sería mandar a Máximo a la casa”.  

Con sus déficit de organización a cuestas, Kicillof, Grabois y la izquierda corren con la ventaja de haber asumido de entrada que, ante una ofensiva retardataria de semejante magnitud, sólo cabía una oposición frontal, por responsabilidad histórica y representatividad de sus votantes, sin especulaciones menores sobre el “humor social”, que “madure el desencanto” o el veto de los medios. El lugar de los dirigentes que se escondieron, con la cúpula de la CGT a la cabeza, no es más edificante que el de los saltimbanquis de la UCR y el PRO que arroban a Milei para que les dé retuit.

Sergio Massa, entre Máximo y Cristina, en un postal de unidad tomada en Moreno, el 9 de diciembre de 2024, que le marcó la cancha a Axel Kicillof

Queda la reacción social ya demostrada en el pasado, que volvió a salir a la luz en el año de Milei, pese al agravio de los medios oficialistas y la amenaza de la represión policial. Universitarios, organismos de derechos humanos, feministas y sindicatos protagonizaron movilizaciones históricas. Los trabajadores de los sitios de memoria o del Hospital de Salud Mental Bonaparte plantaron caro al vandalismo libertario, y lo siguen haciendo.

Lo viejo no muere, lo nuevo no nace. Probablemente, la reacción, que difícilmente será con los dirigentes actuales a la cabeza, ni siquiera sea con la cabeza de dirigentes de los que ya nadie debería esperar demasiado. 

SL/DTC

Denuncian a Guillermo Montenegro por sus violentos operativos para desalojar a personas en situación de calle

Denuncian a Guillermo Montenegro por sus violentos operativos para desalojar a personas en situación de calle

La Comisión Provincial por la Memoria, presidida por Pérez Esquivel, hizo una presentación en la Justicia contra el jefe comunal del partido de General Pueyrredón. Distintas organizaciones vinculadas a la Iglesia sumaron cuestionamientos a sus operativos contra gente en situación de vulnerabilidad.

Guillermo Montenegro y un estilo “sheriff” que lo acerca a las “fuerzas del cielo”

Menos represión y más escucha. Políticas públicas en lugar de “una mirada excluyente y violenta”. Ese fue el reclamo emitido desde la Iglesia de Mar del Plata hacia el intendente local, Guillermo Montenegro, por los operativos desplegados en la ciudad para desalojar a personas en situación de calle en plena temporada de verano. A este planteo se sumó en las últimas horas un documento de juezas y jueces de todo el país referenciados con el Papa Francisco, en el que cuestionaron a quienes “promueven como solución ‘barrer’ a estas personas a fin de que no ‘molesten’ en la vía pública”.

En medio de la polémica por estos procedimientos y por los posteos del propio Montenegro en redes para amplificar su difusión, el jefe comunal del partido de General Pueyrredón fue denunciado además penalmente este viernes por la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), presidida por el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y la socióloga e historiadora Dora Barrancos, y la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH). 

En un mensaje conjunto, Cáritas, los centros del Hogar de Cristo y la Pastoral de las Adicciones de la diócesis marplatense, conducida desde diciembre por el obispo Ernesto Giobando, expresaron días atrás que “preocupa profundamente que las respuestas” institucionales hacia sectores vulnerables y personas en situación de calle “sean insuficientes” y que “muchas veces adopten un enfoque que prioriza la represión y el desalojo por encima de la escucha, el cuidado y la dignidad”. 

Cuestionaron que se aplique “una mirada excluyente y violenta” y reclamaron “políticas públicas que verdaderamente promuevan la inclusión y reconozcan a cada persona como sujeto de derechos”.

“Desde el Evangelio de Jesús, reafirmamos que las personas en situación de calle no son un ´problema´ que deba resolverse, sino hermanos y hermanas que merecen respeto, reconocimiento en su dignidad y acompañamiento”, señaló el comunicado. Exigió en ese sentido “un pacto social que coloque a los más vulnerables en el centro de las prioridades, desplazando la indiferencia y rechazando la violencia institucional como respuesta a la pobreza”.

“La calle no es un lugar para vivir”

En la misma línea, magistrados y magistradas que integran el capítulo argentino del Comité Panamericano de Juezas y Jueces por los Derechos Sociales y la Doctrina Franciscana (Copaju) advirtieron sobre las expresiones de funcionarios “particularmente de las ciudades de Mar del Plata y de Buenos Aires” sobre las personas en situación de vulnerabilidad habitacional. 

A través de un documento titulado “La calle no es un lugar para vivir”, estos jueces y juezas referenciados con el pensamiento del Papa Francisco señalaron que si bien “la población comparte que la calle no es un lugar para vivir, ni para pernoctar, ni alimentarse, ni criar a los hijos”, existen “diferencias en los ‘métodos’ para solucionar el problema como parecería surgir a raíz de las declaraciones de diversos funcionarios locales con responsabilidad en la materia”.

Aseguraron en ese sentido que “quienes promueven como solución ‘barrer’ a estas personas a fin de que no ‘molesten’ en la vía pública se desentienden de su destino final”, y que “si bien se alega que existe asistencia móvil en las calles y refugios, lo cierto es que muchas veces estos dispositivos son insuficientes o inadecuados al punto que las personas en situación de calle prefieren la degradante condición de permanecer en las calles antes que utilizarlos”. 

Los jueces señalaron que “es necesario pensar mejor cómo asistirlos en la inmediatez y cómo abordar su situación en forma integral para revertirla”. Subrayaron además “la falta de atención a su salud” en los casos de personas con padecimientos mentales o con consumos problemáticos, y exigieron a los funcionarios responsables “que presenten propuestas realistas, conducentes, de calidad y que respeten las normas vigentes, fundamentalmente los derechos humanos de las personas en situación de vulnerabilidad habitacional”.

Nueva denuncia 

Además de apilar estos cuestionamientos en los últimos días, Montenegro fue denunciado este viernes por apología del delito, omisión de denunciar, racismo y discriminación. La presentación judicial fue realizada por la CPM y la regional marplatense de la APDH, que pidieron que se investiguen posibles violaciones a los derechos humanos y hechos de violencia institucional en los procedimientos desplegados por personal de la Secretaría de Seguridad municipal contra gente en situación de vulnerabilidad, así como personas que realizan actividades informales en la vía pública como limpiar vidrios en los semáforos y cuidar autos estacionados.

De acuerdo a la denuncia de casi 20 páginas presentada ante la Fiscalía General del Departamento Judicial Mar del Plata, en los últimos días “diversos funcionarios municipales ejercieron violencia física y psicológica, amenazas y hostigamiento contra decenas de personas” en esta situación y esos hechos “fueron convalidados y reivindicados por las autoridades” e “incluso el intendente omitió denunciar agresiones físicas ejercidas por sus funcionarios y realizó manifestaciones raciales y discriminatorias en sus redes sociales”. 

Los organismos señalaron que “funcionarios municipales han golpeado, amenazado y hostigado a personas en situación de calle, en condiciones de vulnerabilidad e indigencia”, y acompañaron su presentación con publicaciones y posteos de distintos procedimientos realizados y difundidos por la comuna y por Montenegro desde el inicio de 2025. 

La denuncia señala que “dichos operativos se desarrollan con violencia física y verbal que resulta injustificada y desproporcionada”. Subraya en ese sentido un video difundido y “festejado” por el intendente en su perfil de “X” en los últimos días, en el que “se puede apreciar cómo un agente municipal golpea” tras una discusión a un hombre que dormía en la vereda: “El intendente omitió realizar la denuncia penal correspondiente al ver que agentes municipales golpeaban a una persona en situación de calle. Por el contrario lo reivindicó y los apoyó haciendo apología de una conducta claramente delictiva”. 

La denuncia destacó además que el ex juez federal utiliza habitualmente en sus posteos en redes sociales “el mismo estilo, con expresiones xenófobas y discriminatorias” y un “tono desafiante” ante distintas presentaciones judiciales realizadas para detener  este tipo de accionar.

La CPM y la APDH denunciaron a su vez que los funcionarios que intervienen en estos procedimientos “se arrogan facultades propias de las fuerzas de seguridad provinciales”. Subrayaron en ese sentido que “el mismo intendente las difundió en redes sociales y realizó manifestaciones raciales y discriminatorias, haciendo incluso apología de la comisión de delitos”.

“Consideramos que las vulneraciones mencionadas incumplen los principios básicos del accionar de funcionarios estatales (efectivos policiales y agentes municipales), que debe adecuarse estrictamente al principio de razonabilidad, evitando todo tipo de actuación abusiva, arbitraria o discriminatoria que entrañe violencia física o moral contra las personas”, señaló la presentación.

Los organismos consideraron que “la exaltación” por parte del intendente del PRO “de este tipo de accionar” que implica “la comisión de delitos y faltas respecto a los deberes de funcionarios públicos municipales”, es una “provocación fundada en el odio y desprecio” a las personas en situación de vulnerabilidad. 

La presentación va en línea un pedido de habeas corpus preventivo presentado días atrás ante el Juzgado de Garantías 5 del Departamento Judicial Mar del Plata, por parte del abogado Julio Hikkilo –representante de la Casa de Trabajador marplatense–, y otro presentado por el titular de la Defensoría Pública 10 local, Mauro Giacomaso, ante el Juzgado de Garantías 2.

DTC

De supermercado a importador del mundo: la política aperturista reconfigura las góndolas de alimentos

De supermercado a importador del mundo: la política aperturista reconfigura las góndolas de alimentos

En diciembre, el ingreso de alimentos básicos y elaborados para los hogares se incrementó un 50,9% interanual. Góndolas con productos extranjeros y consecuencias para los productores locales.

A contramano de Trump, Milei expone a la industria a la competencia y arrancan los despidos

“¿Te acordás de que nos enojábamos cuando nos catalogaban como el supermercado del mundo? Siempre se puede estar peor, ¡ahora somos el importador del mundo!”, reflexiona una clienta del Disco de calle Naón en pleno barrio porteño de Belgrano. Detrás de ella, brilla en la góndola de pastas secas la marca italiana Barilla en todas sus formas: spaghetti, fideos largos de sémola, penne rigate integrales y algunas otras variedades de De Cecco y Garofalo, también italianas. En el medio, las tradicionales Don Vicente, Matarazzo y Luchetti a un precio significativamente menor (hasta siete veces más baratas por la misma cantidad de producto). “Yo sigo comprando las de acá, porque la diferencia de precio es fenomenal”, dice la señora, y agrega que para el pan lactal, se da “algún gustito”, porque la diferencia no es tanta.

En diciembre, las importaciones de alimentos básicos y elaborados para los hogares –los Barilla, la yerba Canarias, limones y el dulce de leche Conaprole que hoy se ven en las góndolas de los principales supermercados– se incrementaron un 50,9% interanual. Si se contabiliza también el ingreso de alimentos para la industria, el guarismo asciende a 82% el último mes del año.

En el informe elaborado por el Instituto para el Desarrollo Agroindustrial Argentino (IDAA) en base a datos del Indec, se destaca que el aumento de importaciones alimenticias se agudizó a partir de agosto de este año, unos seis meses después de que el Gobierno oficializó la apertura de importaciones de productos de la canasta básica

Esta semana, la dupla Luis Caputo y Federico Sturzenegger fue por más: realizó cambios en el Código Alimentario Argentino para otorgar facilidades administrativas para la importación y exportación de alimentos. Junto con otros beneficios como la quita del impuesto PAIS y un dólar cada vez más planchado (a partir de febrero se devaluará a un ritmo de 1% mensual), el fenómeno sólo se profundizará.

Pasta importada de Italia, con el precio de esta semana en un supermercado argentino.

Los ganadores (de siempre)

Del lado del haber se encuentran las grandes cadenas de supermercados, asiduos visitantes de la Secretaría de Comercio en épocas de administración del comercio exterior. Detrás quedaron aquellos tiempos en que las relaciones públicas negociaban el cumplimiento de acuerdos de precios por la entrada de productos importados.

En diálogo con elDiarioAR, las principales cadenas aplauden la medida: “No porque sea lo que nos de la mayor rentabilidad, pero nos permite posicionarnos mejor frente a los hábitos de consumo de nuestros clientes”. 

Dentro de los beneficios, resaltan la posibilidad de ingresar productos en los que la oferta estaba altamente concentrada. El referente de una de las cadenas no tiene pruritos para justificarse y mostrarse empoderado: “Los productores de azúcar tucumanos lloran porque conseguimos el producto a mucho menor precio que lo que tuvimos que comprarlo durante años en los que ellos no tuvieron competencia”.

Pero no todo es color de rosas, aún para este sector: “Venimos de una caída de ventas de 14,5% en 2024 a nivel general. Así que contentos, contentos no estamos”, confiesa en diálogo con este diario. “Sabíamos que este proceso iba a ser de ajuste del consumo, porque veníamos de un modelo muy apalancado en la demanda, pero la dinámica ha cambiado y hay que adaptarse”. 

“Este festival de importaciones se debe a que es más barato importar que comprar domésticamente, y quienes se ajustan son los pequeños productores; dos años seguidos de esta situación te llevan a la quiebra

Javier Preciado Patiño Miembro del IDAA y exsubsecretario de Mercados Agropecuarios

La razón que da el Gobierno para aplicar estas medidas es la búsqueda de una baja en el precio de los alimentos. Si bien los números acompañan modestamente –la categoría cerró el 2024 con un aumento de 94,7% interanual, por debajo del 117,8% de la inflación general de Indec–, se atribuye menos esa baja de precios a la entrada de importados que a la recesión económica que planchó al consumo. Lo dicen hasta los propios supermercados, que además admiten que algunos de los productos están más baratos para lograr un posicionamiento en el mercado. 

“En términos generales los precios más bajos que se pueden conseguir en la importación no se trasladan a los consumidores. Aunque lo importe regalado, el consumo es inelástico”, asegura el ingeniero Javier Preciado Patiño, miembro del IDAA y exsubsecretario de Mercados Agropecuarios en la gestión anterior. En el informe, observa por ejemplo que la importación de limones aumentó 591% interanual, y remata con tono anecdótico: “Ayer me los quisieron cobrar a $6.000 el kilo, así que mucho efecto precio yo no veo”.

Algo empatados 

Las alimenticias consultadas por elDiarioAR aseguran aún no estar preocupadas por el ingreso de importados. “Somos una marca muy posicionada y con productos con los que logísticamente se complica entrar”, aseguraron desde una elaboradora de lácteos, que conoció el dulce de leche uruguayo Conaprole “por consultas periodísticas”. Una elaboradora de panificados y snacks, a su vez, acompaña la sensación de seguir el tema de cerca, pero no como una amenaza, “porque la verdad es que tenemos espalda, la gente nos conoce y nos elige”. 

Mientras el consumo de alimentos y de otros bienes en Argentina registró una importante caída en 2024, aumentó la llegada de importados. Entre los lácteos ya hay marcas de Uruguay.

En efecto, fuentes de Carrefour aseguraron que, en el último año, sumaron 130 productos importados a su oferta, pero aclaran: “Es una porción muy pequeña en la oferta que nuestros clientes encuentran en nuestras sucursales”. En otra de las cadenas aseguran que solo 400 de los 50.000 productos que se ofrecen son importados. 

Para 2025, sin embargo, las cadenas prometen profundizar el ingreso de productos extranjeros: “La nueva medida nos ayuda a ganar velocidad y nos motiva a seguir apostando al desarrollo de importados”, aseguran. 

Más pequeños, más afectados

“Este festival de importaciones se debe a que es más barato importar que comprar domésticamente, y quienes se ajustan son los pequeños productores”, asegura Patiño. “Hasta ahora no se ve un impacto tan grave porque una gran mayoría sigue a pesar de perder dinero, pero dos años seguidos de esta situación te llevan a la quiebra”. 

Juan José Ramos, viñatero de San Juan, alerta sobre lo que puede pasar cuando en un mes se levante la cosecha de la uva en Cuyo. “Nos están ofreciendo el mismo precio del año pasado, a pesar de que los costos aumentaron más de 100%”, señala. La herramienta persuasiva de los compradores es decir que tienen la opción de traer mosto de Chile a menor precio. 

“El drama que va a vivir la producción es ese –advierte Patiño–. Daño que se va a gravar en este 2025, con el plan de planchar aún más el dólar, con la quita del impuesto PAIS, y otras regulaciones que vayan sacando. Ya lo dijo el presidente: se abre la economía y si no sos competitivo, perdés”.

Mientras las góndolas siguen engordando con etiquetas extranjeras, en el fondo del pasillo los productores miran un futuro más incierto que nunca porque la inflación está a la baja, pero aún los salarios no recuperan lo perdido. Y en el supermercado del mundo, hoy cada vez menos apuestan a producir.

NR/MC

Tres libros entre la memoria y los vínculos: Erri De Luca, cuentos inquietantes y grandes besos de la historia

Tres libros entre la memoria y los vínculos: Erri De Luca, cuentos inquietantes y grandes besos de la historia

Una nueva selección de destacadas publicaciones que llegaron a las librerías argentinas en 2024. De qué se tratan.

Por tercera semana y con la intención de recuperar publicaciones recientes que no llegaron a tener la cobertura que merecían o, simplemente, para ofrecer una selección de libros notables a quienes estén buscando lecturas por estos días, va una nueva edición de Lecturas de verano (la primera entrega se puede leer por acá y la segunda se encuentra en este enlace).

En esta oportunidad la selección reúne textos, que en estilos y épocas distintas, se enfocan en los vínculos y en la memoria desde la crónica personal, el cuento y el ensayo pop.

1. Napátrida. Volver a Nápoles, de Erri De Luca. Este breve y magnético libro, el escritor italiano Erri De Luca disecciona el vínculo tirante que tiene con su ciudad natal, Nápoles. Armado como una serie de artículos breves, en los textos que lo componen retrata de manera fragmentaria y trata de evocar ese lugar del que escapó cuando tenía dieciocho años y al que regresa siempre a tientas y por escrito. Nápoles, en su mirada siempre efervescente, parecida cada vez a una epifanía, es el mar recordado, es la niñez, es la ciudad insomne, es los textos cómicos leídos de ediciones baratas, es la familia. Pero sobre todo, Nápoles es sus palabras, con ese particular y sonorísimo dialecto que De Luca no hace más que tironear en su memoria. Un sonido que rememora a la distancia convertido en un adulto que necesita de un neologismo –napátrida; Napòlide en italiano– para constituirse como escritor errante. Como él mismo escribe, “alguien que se ha raspado del cuerpo sus orígenes para entregarse al mundo”. 

Entre sus relatos, por supuesto, hay uno dedicado al vínculo de Nápoles con el fútbol y en particular con la figura de Diego Maradona. “¿Vino para ganar? Sí, para eso también, pero no cuanto habría podido. No hay grandeza sin desperdicio. Grandeza y también despreocupación por los resultados, par las conclusiones extraídas. Prestar más atención, en cambio, al momento feliz del regate, al esprint, al pase que deja con la boca abierta”, escribe fascinado el autor.

Erri De Luca nació en Nápoles, en 1950. Además de haber trabajado como albañil y camionero, durante la guerra de los Balcanes fue conductor de vehículos de apoyo humanitario. Autor de más de cincuenta títulos, es uno de los escritores italianos contemporáneos más importantes. Su primera novela, Aquí no, ahora no, fue publicada en Italia en 1989. Desde entonces, sus numerosos y multipremiados libros se han traducido a más de treinta idiomas.

Napátrida, de Erri De Luca, salió por Periférica.

2. Mi marido, de Rumena Bužarovska. Entre lo impiadoso y lo honesto. Entre lo absurdo y una tensión que se va desbordando. Entre lo que se calla y lo que se otorga. En esa zona siempre oscilante en la que se despliega la vida doméstica se ubican los once cuentos que componen este libro de la autora macedonia Rumena Bužarovska, publicado en Argentina en 2024 por el sello español Impedimenta.

Armado a partir del relato de una sucesión de narradoras afiladísimas, la vida conyugal, en cada caso, se va desgranando con sus secretos, con sus pasiones, con sus ilusiones, con sus silencios. Pero lejos de describir desde la solemnidad, la autora se asienta en las contradicciones de sus personajes para ofrecer una mirada por momentos muy graciosa alrededor del matrimonio.

Rumena Bužarovska nació en 1981 en la actual capital de Macedonia, Skopje. Es profesora asociada de Literatura Americana en la Universidad Estatal de la misma ciudad, y codirige el proyecto PeachPreach, en el que se da voz a la literatura escrita por mujeres. La novela Mi marido, que fue publicada originalmente en 2014 y se convirtió en una especie de fenómeno editorial, fue traducida a más de quince idiomas.

Mi marido, de Rumena Bužarovska, salió por Impedimenta.

Mi marido, de Rumena Bužarovska, salió por Impedimenta.

3. Museo del beso, de Andrés Gallina y Matías Moscardi. Por las páginas de este libro se cruzan con sutileza Klimt, los registros arqueológicos de la Antigüedad, los besos que rompen el récord Guinness, El erotismo de Georges Bataille, las palabras de Ovidio, Sylvia Plath, Shrek y un montón de referencias que, entre la erudición y el pop más estridente, buscan trazar una historia del arte del besar. Como en cualquier museo, la información de este ensayo está dispuesta en salas, o grandes ejes, que ordenan el relato. Aparecen, entre otras, una sala dedicada a primeros besos o escenas inaugurales, con películas y citas literarias; otra dedicada a una colección de distopías, cyborgs y besos de guerra, otra llamada Materiales del beso, donde los autores recuperan la historia de algunas obras de arte plástico icónicas y también hay un rincón dedicado al beso de despedida.

Como ocurría en la Guía Maravillosa de la Costa Atlántica (Sudamericana, 2022), de los mismos autores, la dupla una vez más apela a un tono chispeante para exponer con lucidez postales luminosas de besos célebres, históricos, secretos y en todos los casos inolvidables. 

Los autores también escribieron juntos Diccionario de separación. De Amor a Zombie (Eterna Cadencia, 2016). Matías Moscardi es escritor y doctor en Letras e investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet). Andrés Gallina es escritor, dramaturgo y editor. Es doctor en Historia y Teoría de las Artes (Conicet).

Museo del beso. Un recorrido por la historia del arte de besar de la Antigüedad a la era digital, de Andrés Gallina y Matías Moscardi, salió por Reservoir Books.

AL/MG