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La jefa del FMI llamó a votar a favor del Gobierno en las elecciones octubre, pero su staff está preocupado por el deseo de Milei de bajar el dólar a $1.000 para recién entonces comprar reservas. El establishment y el campo valoran el ajuste fiscal, pero presionan por bajas de impuestos y de contribuciones patronales, entre otras medidas para reducir el costo si no se sube el tipo de cambio.
Primero intentaron conducir un programa de streaming del Ministerio de Economía y duraron tres ediciones, una por mes, de agosto a octubre pasados. Ahora, Federico Furiase, director del Banco Central, Martín Vauthier y Felipe Núñez, directores del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE), volverán a probar suerte pero en el canal youtubero facho Carajo, propiedad del médico santiagueño Daniel Parisini, alias Gordo Dan (30%), el multifacético Cale Group, de Augusto Marini, (55%) y la consultora MediaHub, de Patricio Lessa, Sebastián Tabakman y Sebastián Fernández Spedale (15%). Son casi los mismos accionistas del canal progre Blender: 70% de Cale, 25% de MediaHub y 5% de Iván Liska, director creativo del streaming. Pero más allá de las experiencias audiovisuales de los tres asesores del ministro de Economía, Luis Caputo, los tres viajarán este viernes acompañados por el jefe de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), Juan Pazo, para un acto simbólico en la Bolsa de Comercio de Rosario, el remate del primer lote de soja de la cosecha, pero tratarán con los principales ejecutivos de las cerealeras una cuestión que les interesa sobremanera: el bajo ritmo de liquidación de exportaciones.
Javier Milei y Caputo necesitan de esos dólares del campo para seguir domando el tipo de cambio semilibre —el cepo se levantó para personas, no para empresas— y, por ende, la inflación. Antes de que la semana pasada se eliminara parcialmente el control cambiario, los exportadores recibían un dólar blend, de $1.128 en su última cotización. Ahora cobran al mayorista, de $1.174, más cerca de la franja inferior de la nueva banda cambiaria que de los $1.400 del tope. Esta semana llegó a descender a $1.060, con celebración incluida de parte del ministro, pero en ese momento se tiraron de cabeza a comprar dólares los importadores y lo hicieron rebotar, sin volver tampoco a los $1.200 de los dos días posteriores a la apertura del cepo. Se puso de moda sobrestockearse de productos importados por las dudas de qué sucederá tras las elecciones legislativas de octubre. Por ejemplo, una autopartista ya adquirió todo lo que necesitará hasta los comicios.
Se puso de moda sobrestockearse de productos importados por las dudas de qué sucederá tras las elecciones legislativas de octubre. Por ejemplo, una autopartista ya adquirió todo lo que necesitará hasta los comicios
Si bien la liquidación de marzo último fue 20% mayor que en el mismo mes de 2024 por la baja temporaria de retenciones, es 58% menor al de 2022 y 47% inferior al de 2021. No tomemos en cuenta marzo de 2023 por la sequía histórica. Así como el tipo de cambio atrae a los importadores, espanta a los exportadores. Así como desalienta la inflación y apunta a bajar del 3,7% del mes pasado al 1% mensual para las elecciones nacionales, también destruye el empleo de quienes producen bienes o servicios que compiten con el exterior porque los precios de sus productos aumentan en pesos pero aún más en dólares.
En la actualidad, los exportadores de granos tienen 90 días de plazo para ingresar las divisas. El Gobierno quiere que lo hagan en 15 para adelantar la entrada y seguir en su rol de domador. Las cerealeras retienen cereales en sus silos de metal como refugio de valor, como así también los agricultores en sus silobolsas, aunque los más pequeños no tienen espaldas y deben vender rápido lo que cosechan para pagar insumos (fertilizantes, semillas y agroquímicos, que aumentaron 5% tras la salida parcial del cepo) y alquileres —el 75% de la soja se cultiva en campos arrendados—.
Tres cerealeras concentran casi el 40% de las ventas externas de cereales, oleaginosas y sus subproductos, harinas y aceites: la neerlandesa Viterra, la estadounidense Cargill y la china Cofco. Detrás aparecen la norteamericana Bunge, Aceitera General de Deheza (AGD, de los Urquía), la neerlandesa Louis Dreyfus Company (LDC), la estadounidense ADM, Asociación Cooperativa Argentina (ACA) y Molinos Agro (de los Perez Companc).
Ya no aparece la concursada Vicentin, de la familia homónima, los Buyatti, los Padoán, los Nardelli y los Boschi, cuyo directorio fue intervenido y su acuerdo con los acreedores fue rechazado esta semana por la Justicia. Sus 1.500 empleados esperan cobrar sus sueldos. Dos de sus exdirectivos están presos desde hace un mes, Daniel Buyatti y Roberto Gazze, mientras otro está prófugo, Omar Scarel. En cambio, no avanzó la causa contra el expresidente del Banco Nación Javier González Fraga y de su exvice Lucas Llach por el crédito que la entidad estatal le dio a Vicentin en 2019, pocos meses antes de presentarse en convocatoria de acreedores en 2020.
Las exportadoras son también aceiteras y están también en conflicto con el Gobierno por la remarcación del aceite en el mercado interno tras el levantamiento parcial del control cambiario. Sólo Molinos dio marcha atrás con la suba.
En cuanto a los productores agropecuarios, que estaban muy entusiasmados con el discurso libertario de Milei en la campaña electoral de 2023, ahora cobijan una mezcla de sensaciones, según uno de los principales dirigentes de la Mesa de Enlace.
Por un lado, apoyo a la motosierra fiscal, el combate a la inflación, la liberalización de mercados, la quita de aranceles y burocracia, la unificación cambiaria y el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Por otro, mantienen esperanzas de rebaja definitiva de retenciones, como deja entrever el pacto con el FMI, pero no antes de los comicios. Pero también sienten desazón porque esta no se concreta y encima el presidente les advirtió que volverá a subirlas en julio, como modo de apurarlos a liquidar ahora. Los sojeros sostienen que ya no pueden bajar más sus costos, que algunos ganaron pocos y otros perderán, depende de la región del país y del tamaño de su campo.
Que Milei y Caputo levanten la bandera del dólar bajo para castigar a los que especulaban con devaluaciones, que el Banco Central compre dólares a $1.000, se abaraten importaciones y se controle la inflación preocupa a los técnicos del FMI que negociaron con ellos el reciente acuerdo.
Ellos están inquietos por que se incumplan las normas de intervención cambiaria del Banco Central que se pactaron hace apenas semanas. “El BCRA garantizará el cumplimiento de la banda mediante la compra de divisas ofrecidas en su mínimo y la venta de divisas en su máximo. Dentro de la banda, el BCRA comprará divisas a su discreción, incluso ante grandes liquidaciones de divisas, y de acuerdo con los objetivos del programa, incluyendo las metas de acumulación de reservas. No se prevén ventas de divisas dentro de la banda”, reza el convenio.
Más turbados estarían los técnicos del Fondo si escucharan lo que algunos funcionarios de Economía comentan con inversionistas: que ahora que recibieron todo lo que pretendían, unos US$12.000 millones del primer desembolso del nuevo endeudamiento, harán lo que se les cantan. Saben que para cumplir la meta de acumulación de reservas al 30 de junio deben juntar US$4.500 millones, pero 3.000 millones serán aportados por los bancos Mundial e Interamericano de Desarrollo (BID). Por tanto, sólo tienen que comprar 1.500 millones en el mercado.
Algunos funcionarios de Economía comentan con inversionistas que ahora que los funcionarios del gobierno del tándime Javier Milei-Luis Caputo recibieron todo lo que pretendían, unos US$12.000 millones del primer desembolso del nuevo endeudamiento con el FMI, harán lo que se les cantan
La directora gerenta del FMI, Kristalina Georgieva, no se inmuta como sus funcionarios. Ella es economista, pero también política y así como antes coqueteaba con Joe Biden y el papa Francisco, ahora lo hace con Donald Trump y su baja de línea política en el organismo donde Estados Unidos más pesa. Por algo, en plena reunión semestral del Fondo y tras verse con Caputo, Georgieva se metió en política interna de la Argentina: “El país va a elecciones en octubre. Es muy importante que la voluntad de cambio no se descarrile. Hasta ahora, no vemos que ese riesgo se materialice. Pero yo le pediría a la Argentina que mantenga el rumbo”. Sus palabras coinciden con un momento en que Trump amenaza con salirse del FMI y del Banco Mundial, como se fue hace poco de la Organización Mundial de la Salud o el Acuerdo de París contra el cambio climático. En este caso, con el argumento de que no le sirven a Estados Unidos y financian políticas de género y contra el negado calentamiento global.
Ahora es el tiempo de la cosecha de soja y maíz y es posible que logren el objetivo, por más que el tipo de cambio sea bajo para los exportadores, el menos atractivo desde el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Pero en tiempos de banda cambiaria, cuando pase la recolección de granos, habrá que ver cómo hace el Gobierno para domar el dólar antes de las elecciones de octubre. Siempre hay volatilidad preelectoral. Sobre todo, si el 18 de mayo en los comicios locales de la ciudad de Buenos Aires vence Leandro Santoro y el PRO relega a La Libertad Avanza (LLA) al tercer puesto. Ya los libertarios se comieron un tercer lugar en la constituyente de Santa Fe.
Siempre hay volatilidad preelectoral. Sobre todo, si el 18 de mayo en los comicios locales de la ciudad de Buenos Aires vence Leandro Santoro y el PRO relega a La Libertad Avanza (LLA) al tercer puesto
Uno de los dueños de las mayores fortunas de la Argentina está disgustado con las formas de Milei y su silenciamiento de toda crítica empresaria bajo apercibimiento de escrache en las redes sociales, pero espera que LLA logre una elección “digna” para emprender en 2026 las tres reformas comprometidas con el FMI: rebaja tributaria, retraso de la edad jubilatoria de los 65 a los 70 años y reforma laboral para disminuir las contribuciones patronales. “El empresario apoya las ideas de la libertad, que te saquen la pata del Estado de encima. [Milei] logró un superávit fiscal que nadie había logrado; eso es condición necesaria, pero no suficiente. Está buenísimo el acuerdo con el Fondo, que hayan sacado el cepo, pero todos esperaban el dólar a $1.300, no a 1.000, que te deja un problema de competitividad tremendo. Punta del Este estaba más barato este verano que Buenos Aires, y eso que Uruguay es un país caro. Ahora fuerzan a bajar los precios, ponen techo a las paritarias, pero en julio, cuando termine la cosecha, ¿saltará el dólar?”, se pregunta el empresario en modo de advertencia.
“Hoy se sienten fuertes, con la inflación volteada para llegar a las elecciones, aunque la economía no va a volar, pero las tasas de interés que van a empezar a bajar en 60 días. El problema es si esto no resulta bien”, continúa el magnate. “Se vendría un quilombo fenomenal. Es el abismo”, alerta. ¿Por qué puede salir mal? “El Gobierno está jugado al superávit fiscal, pero esa es la base para sostener otras reformas el año próximo. Tenés que bajar costo argentino. Porque si no, podés bajar la inflación, pero, como en el final del gobierno de [Carlos] Menem y en el de [Fernando] de la Rúa vas a tener un cementerio. Necesitás seguir ajustando el Estado para bajar impuestos: por ejemplo, las legislaturas provinciales están llenas de ñoquis. Los que tenemos empleados en blanco aportamos mucho porque otros muchos no aportan. Y así no es posible bancar las jubilaciones ni el sistema de salud. Pese a las reformas, siguen los juicios laborales y de accidentes de trabajo.
Podés bajar la inflación, pero, como en el final del gobierno de [Carlos] Menem y en el de [Fernando] de la Rúa vas a tener un cementerio
Otros millonarios de la Argentina no opinan muy distinto, pero cada uno atiende su juego. Paolo Rocca, dueño del grupo Techint, sigue dominando la Unión Industrial Argentina (UIA) y promovió que el próximo martes asuma como presidente un industrial con fábricas propias, Martín Rappallini, que sabe lo que es la competencia china, pero no atendió los reclamos de jóvenes ni de mujeres por más espacios en el comité ejecutivo.
Menos diplomático que el jefe saliente de la UIA, el abogado laboralista Daniel Funes de Rioja, Rappallini es igualmente un componedor, pero que ante el actual retroceso industrial buscará imponer la agenda de reformas tributaria y laboral, entre otras. No es sólo el representante de Techint sino de muchos sectores y regiones. De los que andan bien como los proveedores de Vaca Muerta o el campo, que igual también temen por la habilitación de importaciones de maquinaria usada, y también de los muchos que andan mal y están despidiendo personal a cuentagotas para evitar polémicas sindicales. De todos modos, también hay jóvenes operarios a los que echan y que ni reclaman al gremio sino que se van ilusionados de que con la indemnización podrán armar su emprendimiento propio... ilusiones de la era libertaria... ya ocurrió con Menem en los 90, fueron remiseros y terminaron piqueteros.
En los supermercados, mientras tanto, cunde la desesperación por la caída de ventas. Milei dice que es porque los argentinos ahora compran más por Mercado Libre, pero ahí no hay comida fresca, ni leche, ni carne, ni verduras, ni frutas, sino marcas, mayoristas y revendedores que venden cada vez más, es cierto, artículos de limpieza, higiene y productos del hogar, bebidas y alimentos secos. Pero mientras Marcos Galperin se relame, Francisco de Narváez, dueño de Changomás, le robó toda la plana gerencial a Alfredo Coto a ver si así levanta la facturación y la ganancia.
En el sector energético, en cambio, están de parabienes. Por ejemplo, Jaime Barba, de Camuzzi, acaba de ser reelecto presidente de la Asociación de Distribuidoras de Gas (Adigas) en las vísperas de una revisión quinquenal de tarifas que fijaría ingresos y obligaciones de inversión para los próximos cinco años. “Sería la normalización total del sector después de décadas”, festejan en el rubro.
Quien, en cambio, no está para celebrar es Eduardo Eurnekian, pese a que le va bien con Aeropuertos Argentina 2000 y la petrolera CGC. Es que era uno de los empresarios más cercanos al papa Francisco. Lo veía cuatro o cinco veces por año, cada vez que viajaba Italia a ver sus aeropuertos de allá. No voló esta vez para el funeral. Queda vigente su mensaje a los empresarios: “Cuando pienso en los líderes empresariales, la primera palabra que me viene a la mente es el bien común. Pero los empresarios son actores clave del desarrollo y el bienestar. Son un motor esencial de riqueza, prosperidad y felicidad pública. Cada nuevo puesto de trabajo creado es riqueza compartida, que no acaba en los bancos para generar intereses financieros, sino que se invierte para que nuevas personas puedan trabajar y hacer su vida más digna”.
AR/JJD
Las definiciones surgieron durante el seminario del Fondo Monetario Internacional en Washington, donde la directora gerenta del organismo y el ministro de Desregulación y Transformación del Estado de la gestión de Javier Milei destacaron la importancia del equilibrio fiscal y el fin del endeudamiento externo.
La Argentina, su tradición fiscal errática y su relación con el FMI tuvieron una definición contundente en esta tarde en Washington DC en el sentido contrario de la historia. En el seminario “Debate sobre la Economía Global: Crecimiento y Resiliencia en un Mundo de Incertidumbre”, el Ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, lanzó una afirmación categórica: “Argentina nunca más va a tener déficit fiscal; vamos a tener superávit.” La frase encontró eco inmediato un añadido inesperado por en la directora gerenta del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, quien sentada al lado del funcionario de Javier Milei sumó: “Por lo tanto, Argentina nunca más va a tener otro programa con el FMI. Este es el último”.
La jornada, realizada este jueves 24 de abril de 2025 en el Atrio de la Sede Central del FMI en Washington, no era un encuentro más en la agenda de organismos internacionales. El debate abordó los desafíos globales derivados de la debilidad del crecimiento económico, la incertidumbre de los mercados y el aumento del endeudamiento.
Sturzenegger, uno de los principales funcionarios del gabinete de Milei, a quien llama “El Coloso”, y artífice de las reformas de desregulación, subrayó que los problemas del país “son 99% autoinfligidos”. El expresidente del Banco Central durante el gobierno de Mauricio Macri —cuando sufrió la crisis cambiaria que motivó posteriormente la imposición del cepo cambiario, que fue levantado recién siete años después— destacó que “el presidente Milei, habiendo heredado un déficit del 5% del PBI, equilibró el presupuesto en un mes y lo ha sostenido”. “Mucha gente pensaba que eso era imposible, yo mismo lo pensaba. Y sin embargo, se hizo, y se ha sostenido”, aseveró.
Para Sturzenegger, la estabilidad fiscal y la eliminación del déficit no sólo son una política de contención macroeconómica, sino una estrategia de crecimiento: “En un entorno inestable, no se puede crecer. La inflación es un impuesto que pagan los pobres”. Sumó a su argumentación el avance sobre la desregulación y la libertad económica, a las que definió como “los motores principales de una mejor perspectiva para la Argentina”. Criticó el exceso de regulaciones, por considerarlas antiemprendedurismo, antipymes, anticompetencia y procorrupción, y agradeció expresamente el apoyo del FMI en este proceso.
El intercambio marcó un giro discursivo de fondo. Georgieva, quien lidera el organismo desde 2019 y es la primera persona de una economía emergente en ocupar ese rol (Bulgaria), recogió la promesa de Sturzenegger y la llevó al plano institucional: “O sea, que la Argentina nunca más va a tener déficit fiscal. Por lo tanto, Argentina nunca más va a tener otro programa con el FMI. Este es el último. Teníamos que dar una primicia acá. Eso está bien”.
La Argentina nunca más va a tener déficit fiscal. Por lo tanto, la Argentina nunca más va a tener otro programa con el FMI. Este es el último. Teníamos que dar una primicia acá. Eso está bien
El seminario, que reunió a figuras centrales del debate económico global como la propia Georgieva, la ministra de Finanzas del Reino Unido, Rachel Reeves; el ministro de Finanzas de Alemania, Jörg Kukies, y la profesora del MIT Kristin Forbes, sirvió de escenario para que la situación argentina fuera puesta como ejemplo de reformas estructurales en tiempos de crisis. “La estrategia de desregulación y libertad económica, junto con la estabilidad macroeconómica, creo que son los motores principales de una mejor perspectiva para Argentina”, insistió Sturzenegger.
Las intervenciones no solo ofrecieron un diagnóstico del presente, sino que buscaron marcar un horizonte definitivo para una relación históricamente conflictiva: “Nunca más déficit, nunca más FMI”. La promesa de Sturzenegger y la ratificación de Georgieva, ambas realizadas ante economistas, funcionarios y empresarios del mundo, implican que el equilibrio fiscal y el superávit presupuestario se convierten en un compromiso de largo plazo para la política argentina.
El futuro dirá si la economía argentina puede sostener la disciplina fiscal y, en consecuencia, evitar nuevos acuerdos con el FMI. Pero el mensaje fue claro: “Teníamos que dar una primicia acá. Eso está bien”.
Los panelistas revelaron cuáles son sus películas preferidas, y llegado el turno de Sturzenegger eligió La amenaza fantasma (2000), el Episodio I de la saga La Guerra de las Galaxias, y destacó la figura de Yoda para comparar la “filosofía” del gobierno de Milei. “Simplemente hay que mantenerse fiel a su visión, a sus valores, a sus políticas”, dijo y continuó: “En nuestro caso, como mencioné, la estabilidad fiscal y macroeconómica, la desregulación y la libertad económica, que creo que es algo que, en general, ha faltado en América Latina. Y por eso América Latina, como región, suele haber estado bastante decepcionada en términos de crecimiento. Y nuestro compromiso es con el libre comercio. Creo que la integración para la región es absolutamente esencial. Así que sólo hay que aferrarse a los valores y las políticas, y seguir al Maestro Yoda, y todo saldrá bien”.
En una de sus intervenciones más llamativas, Federico Sturzenegger ilustró el exceso regulatorio en Argentina con una anécdota sobre la exportación de sandías. Contó que recibió el correo de un productor que exporta sandías a distintos países del mundo, quien relataba el insólito obstáculo burocrático que enfrentaba: “La Administración Nacional de Alimentos y Medicamentos me obliga a empaquetar las sandías de una manera específica, que no es la que quieren mis clientes en el exterior. Y esto no es plutonio, no es uranio radiactivo, son sandías”, señaló el funcionario.
El productor, tras diez años de reclamos infructuosos, había encontrado una solución tan absurda como reveladora: “Empaco las sandías como exige la normativa local. Pero cuando el barco zarpa, mando otro barco con 60 personas, rompen los paquetes y reempaquetan las sandías como las quieren mis clientes”. Sturzenegger confesó que, al leer el correo, dudó de su veracidad por lo inverosímil de la situación, pero finalmente concluyó que “nadie podría inventar algo así”.
A partir de este caso, Sturzenegger denunció que “en materia de regulación, nos hemos ido al otro extremo. La regulación siempre tiene un dueño, y el dueño es algún interés, algún empresario que se beneficia de esa barrera de entrada o de esa burocracia. Porque para la burocracia es poder, es una oportunidad para ejercer ese poder, para generar corrupción”. El Ministro de Desregulación explicó que, tras analizar el caso junto a la autoridad sanitaria, decidió eliminar el exceso normativo: pasó de un kilo y medio de papeles a solo ochenta gramos de regulación, limitada a dos requisitos básicos —identificación del productor y certificación sanitaria para exportación—, y dejó en manos del mercado la decisión sobre el empaque y la calidad de la fruta. “La calidad y la función de producción las tiene que juzgar el cliente, no el funcionario público”, sentenció.
Georgieva dijo que le “encantó” la anécdota de las sandías y de inmediato conectó la intervención del funcionario de Milei con una advertencia sobre los riesgos de la sobrerregulación en el sector financiero. La titular del FMI sostuvo que “cuando hay una regulación excesiva en un lugar, el dinero se mueve hacia donde la regulación es más liviana” y advirtió sobre el crecimiento de las instituciones financieras no bancarias, muchas veces fuera del alcance de los controles estatales.
“Tenemos que pensar cuál puede ser el impacto de la regulación en el hecho de que las cosas se trasladen a un entorno totalmente no regulado. Si uno logra un buen equilibrio, si se tiene una regulación bien pensada, es más probable que se logre mantener bajo un techo seguro a una mayor parte del sistema financiero”, remarcó Georgieva.
“Nosotros trabajamos en el Ministerio de Desregulación y Reforma del Estado, y nuestro símbolo es este pin, que es una motosierra. Llevamos con orgullo este pin de motosierra, que pagamos con nuestro propio dinero y no con dinero del Gobierno. Sólo quería aclararlo. Y como gran defensor del programa argentino, quiero regalarle a la directora gerente un pin de motosierra”, dijo el ministro de Milei. La jefa del Fondo le agradeció.
“Quiero ver una economía mundial resiliente y de buen desempeño, una economía integrada, capaz de soportar shocks —porque seguramente vendrán más shocks—, y que sea vibrante e imaginativa. Nadie habla de inteligencia artificial como si hubiera desaparecido, pero es un gran factor en nuestra economía y es muy emocionante que esté presente. Eso es lo que quiero ver: una economía global bien integrada, muy dinámica, innovadora, y donde la gente pueda ver que la iniciativa privada les aporta beneficios a ellos, a sus familias, a mis nietos, a todos”.
Sturzenegger, en tanto, centró su expectativa exclusivamente en la Argentina y en la meta fiscal: “Mi preocupación no es tan global como la de la Directora Gerente; la mía es Argentina, y lo que quiero es que el país vuelva a sorprender con un superávit fiscal aún mayor que el del año pasado. Eso es lo que me gustaría. Por eso llevo puesto este pin. Con esta promesa, me pongo el pin [de la motosierra]”.
JJD
“El Partido Justicialista repudia la intromisión electoral de la directora del FMI, Kristalina Georgieva, quien hoy en conferencia de prensa pidió votar a los candidatos de Milei en las próximas elecciones”, escribió la conducción de la fuerza política en sus redes sociales. Para el gobernador bonaerense, "la historia se repite: ayer era Braden o Perón. Hoy, el FMI o la Patria".
El Partido Justicialista (PJ) repudió este jueves las declaraciones de la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, a quien acusó de haber incurrido en una “intromisión electoral” al manifestar públicamente su apoyo a los candidatos del oficialismo libertario encabezado por el presidente Javier Milei. En el mismo sentido, Axel Kicillof, gobernador de la provincia de Buenos Aires, se sumó al reclamo y consideró este viernes a las declaraciones de la titular del organismo de crédito como “un escándalo y una gravísima intromisión en la vida democrática de nuestro país”.
A través de un comunicado difundido en sus redes sociales, el partido expresó:
“El Partido Justicialista repudia la intromisión electoral de la directora del FMI, Kristalina Georgieva, quien hoy en conferencia de prensa pidió votar a los candidatos de Milei en las próximas elecciones”.
En el mensaje, el peronismo recordó los costos históricos de la democracia en el país y criticó con dureza la injerencia del organismo internacional:
“A los argentinos nos costó demasiado conseguir la libertad de votar como para someter la decisión a un organismo extranjero que nada tiene que decir sobre la voluntad del pueblo argentino”.
El comunicado también sostuvo que el respaldo del FMI a la administración actual confirma que se trata de un préstamo con fines políticos, en línea con lo que el PJ ha sostenido desde el inicio del acuerdo con el organismo multilateral:
“Estas declaraciones confirman además lo que señalamos desde un primer momento: se trata de otro préstamo político, similar al otorgado a Mauricio Macri en 2018”.
“A los argentinos nos costó demasiado conseguir la libertad de votar como para someter la decisión a un organismo extranjero que nada tiene que decir sobre la voluntad del pueblo argentino”.
El pronunciamiento justicialista reaviva la tensión política con el oficialismo libertario en un contexto de creciente polarización y de cara al ciclo electoral de medio término. Desde la oposición, también cuestionaron la reciente visita de funcionarios del FMI a la Argentina y el respaldo explícito a las políticas económicas del gobierno.
Axel Kicillof, gobernador de la provincia de Buenos Aires, se sumó al reclamo del PJ y consideró este viernes a las declaraciones de Kristalina Georgieva como “un escándalo y una gravísima intromisión en la vida democrática de nuestro país”.
Para el mandatario bonaerense, “el FMI no sólo impuso recetas de ajuste que empobrecieron a millones, ahora pretende también elegir quién debe gobernar la Argentina”. Y agregó en su posteo en redes sociales: “Javier Milei tercerizó la política económica en el Fondo. Renunció a la soberanía y le entregó las decisiones centrales de nuestro destino a una burocracia internacional que no responde al pueblo argentino”.
“Con Néstor y Cristina, el FMI era una sigla desconocida para las nuevas generaciones. Tristemente volvió al centro de la escena de la mano de Macri y de Milei, quienes prefieren obedecer a Washington antes que escuchar a su pueblo”, sostuvo el Gobernador.
Además, reclamó que el Fondo “aún no pidió disculpas por el préstamo ilegal que le entregó a Macri, violando su propio reglamento y comprometiendo el futuro de los argentinos para financiar la reelección de un presidente en retirada. Ahora sale al rescate de un nuevo experimento de crueldad y sumisión”.
“La historia se repite: ayer era Braden o Perón. Hoy el FMI o la Patria. Y como siempre, el peronismo estará del lado de la Patria”, concluyó Kicillof.
Con información de agencias.
IG
La titular del FMI habló explicitamente sobre como podia interferir el resultado electoral y pidió que no se modifique el programa acordado con el organismo. Y agregó que no cree que "se materialice" ese riesgo.
Luis Caputo y Kristalina Georgieva se reunieron para revisar el avance del programa con el FMI
En una actitud que podría chocar con uno de los principios elementales de las relaciones internacionales, el principio de no intervención, la titular del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva pidió a los argentinos que no se “descarrile la voluntad de cambio” y pidió “mantener el rumbo”. Casi un apoyo explicito al gobierno de Javier Milei que este año tendrá que revalidar credenciales en los comicios de mitad de término.
“Domésticamente, el país tendrá elecciones, como saben, en octubre, y es fundamental que no descarrile la voluntad de cambio. Hasta ahora no vemos que ese riesgo se materialice, pero insto a Argentina a mantener el rumbo”, dijo la titular del FMI ante una pregunta de la corresponsal del diario Clarín en Washington.
Georgieva habló en el marco de la Asamblea de Primavera del FMI y del Banco Mundial. Allí volvió a dar su apoyo al gobierno argentino: “Argentina ha demostrado que esta vez es diferente. Esta vez hay decisión de poner a la economía en el buen camino: de un déficit alto a un superávit, de una inflación de dos dígitos a una inflación que, en febrero, bajó del 3 por ciento. De la pobreza del 50% a alrededor del 37% ahora, todavía muy alta, pero disminuyendo”.
A la Asamblea de Primavera, que se realiza todos los años, asisten autoridades de los bancos centrales, ministros de Hacienda y de Desarrollo, ejecutivos del sector privado y representantes de la sociedad civil y el sector académico para examinar la situación de la economía mundial.
En ese marco, ayer, Georgieva se reunió durante 30 minutos con el ministro de Economía argentino Luis Caputo. Ambos analizaronl estado del acuerdo con el FMI y la turbulencia del tablero internacional.
Más tarde, Georgieva usó su cuenta de X para referirse al encuentro: “Fue un placer reunirme con el Ministro Luis Caputo y el Presidente del Banco Central Bausili... El FMI sigue apoyando a Argentina en su labor por consolidar la estabilidad económica y lograr un futuro mejor para todos”, escribió.
Este jueves, la titular del Fondo ofreció una conferencia de prensa donde presentó el informe “Dirección a mediano plazo del FMI: consolidar la estabilidad y promover un crecimiento equilibrado”. Allí avaló los recortes al gasto público –la motosierra– del gobierno argentino: “el Estado está saliendo de donde no corresponde, para permitir más dinamismo en el sector privado”.
Además, resaltó que “el país no está solo. Ahí estamos. El Banco Mundial está ahí. El Banco Interamericano de Desarrollo está dando un paso al frente”. Y remarcó que “hay una oportunidad muy importante para Argentina en un mundo hambriento de lo que Argentina produce, tanto en agricultura como en minerales, minería, gas, litio”.
Ayer, Caputo le había prometido que Caputo que habrá una reforma impositiva y que Argentina cumplirá las metas acordadas con el FMI, al participar de un seminario organizado por JP Morgan en Washington.
Tras la foto de ayer con la titular del Fondo, Caputo consiguió otra más, esta vez con la primera subdirectora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Gita Gopinath. Según publicó en su cuenta de X, la reunión con el equipo argentino fue “excelente”, y contó que se habló sobre “la evolución del programa económico y los desafíos a futuro. Gita nos manisfestó nuevamente su apoyo y confianza”.
Situado en el corazón de Roma, de espaldas a la céntrica estación Termini, en la zona conviven con dificultad la belleza clásica que reivindican los artistas e intelectuales que se han propuesto recuperarla, las oleadas migratorias y la realidad de cientos de personas sin hogar que viven en sus calles
Las mujeres de la villa más visitada por Francisco honran su legado: “Abrazó a nuestros hijos como si fueran suyos”
La plaza Vittorio Emanuele II, casi siempre llamada sencillamente Piazza Vittorio, es la más grande de Roma, con 60.000 metros cuadrados, casi 10.000 más que San Pedro. Es el corazón del Esquillino, el barrio que ha elegido el papa Francisco como última morada.
Este sábado su cuerpo será trasladado desde la basílica de San Pedro a la de Santa Maria Maggiore, ya que a diferencia de otros papas, este ha elegido ser enterrado fuera del Vaticano. La basílica preferida de Bergoglio está a escasos ocho minutos a pie de Piazza Vittorio, y ambos puntos marcan de alguna manera los límites de una de las siete colinas de Roma, la que le da nombre al quartiere. Una zona céntrica encaramada a espaldas de la estación Termini, multicultural y repleta de contrastes y desigualdades.
Casualidad o no, la última morada del Papa será un telón de fondo adecuado para el mensaje póstumo de Francisco sobre la pobreza, la inclusión y las migraciones. O quizá una evocación del barrio en el que nació, Flores, también metamorfoseado a fuerza de cambios sociales y movimientos migratorios, y con una de las villas más grandes de Argentina: la llamada 1-11-14.
Ajeno a las filas que se multiplican frente a la basílica, el parque de Piazza Vittorio estalla de primavera y de gente. Cuesta encontrar un banco libre, y en el césped conviven una familia de turistas nórdicos en pleno picnic con un grupo de hombres indios de mediana edad que juegan a las cartas sentados sobre cartones. Más allá, madres que pasean a sus hijos pasan junto a personas sin hogar que buscan un rincón tranquilo para colocar sus bártulos o para compartir una cerveza.
La de los clochard, como se les llama también aquí, utilizando la palabra francesa como sinónimo de mendigo, se ha convertido en una presencia constante –y conflictiva– en el céntrico Esquillino, cuyos señoriales edificios en decadencia conviven con tiendas al por mayor y puestos callejeros regentados por personas de origen indio o chino, y otros palacios dignos de la monumentalidad cinematográfica de Roma.
Precisamente, la casa del director de cine Paolo Sorrentino se asoma a Piazza Vittorio, pero el creador de ‘La gran belleza’, público defensor de este barrio en el que viven numerosos artistas, es una de las voces conocidas que se han alzado contra su “degradación” y sus problemas de convivencia.
Por la noche, la estampa bucólica del parque muta en territorio de trapicheo y consumo de drogas, y los imponentes soportales a su alrededor en techo improvisado para decenas de personas, un paisaje que se repite en las calles que los separan de la estación Termini y las vías del tren.
Hace años que la estación, a dos pasos del centro histórico de la capital italiana, se convirtió en territorio para quienes esta ciudad ha dejado fuera, a quienes la sociedad “ha olvidado conscientemente”, como llegó a decir Francisco en uno de sus discursos más recordados.
Hace solo unos días, un hombre sin techo cayó desplomado –dicen los periódicos que murió “probablemente” por causas naturales– en una de las calles adyacentes a Termini. No se pudo hacer nada por él. Días antes, los bomberos rescataron a un migrante en un soportal de la plaza cuya bolsa de dormir se estaba incendiando. Un episodio causado –otra vez, “probablemente”– por una colilla arrojada al descuido.
“Veo una ciudad que ha sobrevivido a milenios de historia, pero ofendida y herida cotidianamente por las noticias”, aseguró Sorrentino cuando le preguntaron qué veía desde su ventana.
“Cuando hablo de la ciudad, aunque soy famoso por una película que cuenta Roma de manera abstracta, prefiero hablar como ciudadano: necesitamos una administración que tenga un proyecto para este lugar”, se quejaba Sorrentino en esa entrevista con Il Messagero.
A falta quizá de un gran proyecto, el Gobierno municipal del demócrata Roberto Gualtieri aprovechó unas obras de renovación de la Piazza del Cinquecento, a las puertas de la estación, para colocar unos bancos de mármol con divisiones de hierro para evitar que pudieran ser utilizados para dormir, una “arquitectura hostil” criticada por la izquierda y los colectivos de derechos humanos, y que ha sido reiteradamente “intervenida” ilegalmente para quitar esas barreras.
Así, el barrio se debate entre la “humanidad” y “la belleza”, dos argumentos que usa una vecina que prefiere no decir su nombre al analizar la situación. Está sentada en un clásico café romano junto a la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los refugiados. En la coqueta terraza, la última mesa tiene vistas a una alambrada sobre la que alguien ha puesto a secar unos vaqueros.
“A eso me refiero –dice mirando hacia allí– esta gente no puede vivir así y nosotros tampoco podemos ver cómo el barrio se vuelve cada vez más feo y nos da miedo salir por la noche”, se queja. El dilema llega al indagar sobre posibles soluciones; entonces el discurso no está tan claro. Un grupo de vecinos, entre ellos varios escritores, actores y músicos, crearon un grupo de vigilantes, Rete Esquilino vivo, para informar a la policía de incidentes y proponer mejoras.
Unas calles más allá de la mesa del bar, el papa Francisco parece lanzar un mensaje más al barrio y a la ciudad. Este sábado, cuando su cuerpo llegue Santa Maria Maggiore, será recibido en las escalinatas por “un grupo de personas pobres”, según la información distribuida por la oficina vaticana, sin dar más detalles.
En la basílica las colas son constantes, y la entrada está vigilada por carabinieri que al ver el pase de prensa advierten de que dentro no se pueden hacer fotografías “ni hablar con nadie”, so pena de perder una acreditación que, con más de 4.000 periodistas registrados, obliga a pasar por un purgatorio de trámites, filas y esperas.
Pero como nadie puede impedir hablar en la cola, mientras se espera, Bianca cuenta que ella y su familia vinieron de viaje desde Como por el Jubileo, y les sorprendió la noticia. Vienen a ver la que será la última morada de Francisco, –“el Papa de los desvalidos”, lo llama– pero no puede esperar a su llegada. Deben volver a casa.
Dentro, pocos hacen caso de la indicación de no tomar imágenes. La enorme basílica –una de las cuatro de peregrinación de Roma– es un cúmulo de estilos arquitectónicos que dan cuenta de lo dilatado de su historia y de los gustos de los diferentes pontífices que han ‘intervenido’ con algún encargo.
La aportación de Francisco promete destacar en esa mescolanza que va del románico al barroco, en este caso por su sencillez. Este jueves ha trascendido el proyecto de tumba que encargó en sus voluntades: una lápida blanca hecha de una piedra llamada ardesia, típica de la Liguria, la región de origen de su familia.
De momento, solo se puede ver una valla de madera que tapa el lugar donde estará la tumba, justo al lado de la capilla Paulina, dedicada a la pequeña pintura de Maria Salus Populi Romani, que según cuentan sacaban los romanos en procesión para implorar ayuda en tiempos difíciles. La misteriosa obra de arte, que no tiene autor conocido, era la preferida de Bergoglio. Igual de misterioso es el benefactor que pagará el entierro del pontífice, que donó todo su dinero para ayudar a los presos de Roma. A falta de tumba en la que visitar al Papa, los visitantes toman fotos de la 'zona de obras' o hacen fila para confesarse junto a las vallas.
Cae la noche sobre el Esquilino. El parque empieza a vaciarse y pronto se cerrarán sus portones de hierro. Varias personas van acomodando sus cartones y mantas en los soportales. Y en Santa Maria Maggiore miran al cielo para que la lluvia no inutilice las sillas que han colocado delante de la entrada. Cada día se reza un rosario para preparar la llegada del vecino más famoso y compasivo del Esquilino.