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El respaldo de los hombres de negocios al nuevo régimen cambiario contrasta con las dudas por su efecto real en costos, precios y exportaciones. El impacto inmediato sigue siendo limitado o incierto.
El camino hacia la “normalización macroeconómica” que celebraron cámaras y asociaciones empresarias en una catarata de comunicados durante el fin de semana se impuso por encima de las alertas por la suba de costos de los insumos importados por parte de la industria, el recaudo del campo por la quita del dólar blend, y el nulo impacto que va a tener a corto plazo para el sector oil and gas. En diálogo con elDiarioAR, integrantes del empresariado argentino celebraron el primer día del nuevo régimen cambiario.
La Cámara de la Construcción (Camarco), la de Comercio (CAC), Medianas Empresas (CAME), el sector agropecuario con Coninagro, las principales congregaciones del círculo rojo como el G6, IDEA, Asociación de Empresaria Argentina (AEA) y Amcham— Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina—. No sucede tan seguido. Este fin de semana hubo gran cantidad de apoyos institucionales del empresariado argentino al anuncio del nuevo régimen cambiario, la salida parcial del cepo y el acuerdo número 23 en la historia con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que hizo el Gobierno a última hora el viernes.
A diferencia de otros hechos importantes de política económica, no hay fisuras institucionales sobre el apoyo. La palabra previsibilidad fue la gran estrella: está en casi todos los comunicados como un valor buscado a través del acuerdo con el FMI y la eliminación del cepo.
Un rasgo común a los comunicados fue la ausencia de mención a los riesgos o costos sociales que puede tener el acuerdo, como el mayor ajuste del gasto público para alcanzar la meta de superávit primario que compromete el staff report del FMI. En este sentido, CAME es la única que menciona una preocupación por un “corrimiento a precios” de la suba del tipo de cambio.
“Seguramente debería haber un impacto en la inflación, porque una devaluación provoca eso. Pero ojalá sea acotado”, menciona el presidente de CAMARCO Gustavo Weiss a elDiarioAR. “El sistema anterior era insostenible. El Gobierno no podía seguir vendiendo reservas todos los días para alimentar a un mercado ávido de dólares, que estaban baratos. Con esta corrección, y si el dólar se mantiene más o menos estable, después debería tender a bajar nuevamente”, agrega.
Natalio Grinman, presidente de la CAC, confía en que el impacto no será tan grande: “No creemos que vaya a ir más allá de los parámetros normales de movimientos de precios, porque lo cierto es que los precios estaban un poco adelantados cuando, en diciembre del 2023, proyectaban un dólar de 2500”.
A pesar de que el Gobierno fue aplaudido institucionalmente, muchos empresarios se permiten dudar en estricto off the record. El primer sector en alerta es el campo, al que no solamente se anunció el fin de la política del “dólar blend”, que les permitía un tipo de cambio más favorable para incentivar la liquidación de divisas; sino que fueron amenazados este lunes por el Presidente Javier Milei.
“Avísenle al campo que si tienen que liquidar que lo hagan ahora, porque en julio le vuelven las retenciones”, dijo el Presidente en declaraciones radiales.
Una fuente del sector calificó los dichos del presidente como “una señal de extorsión”, que opaca el “gran paso que se dio con los anuncios de la salida del cepo en materia de agroexportación”.
Con respecto a cómo reaccionará la venta de los productores de sus granos a la exportación, va a depender de tres razones: “La primera es que el tipo de cambio esté por encima de $1.130 porque fue el cierre del dólar blend y era el tipo de cambio que recibía el productor. En segundo lugar hay que tener en cuenta que la cosecha gruesa viene retrasada por las lluvias así que recién estamos en un 8% de levantamiento de cosecha, y no habrá un movimiento tan fuerte en los primeros días. Y el tercero es que el tipo de cambio que surja luego de la oscilación en los primeros días sea un tipo de cambio creíble y estable sobre todo estable para que eso se pueda transformar en un precio de granos para exportación o posterior procesamiento y exportación. Todas esas condiciones las vamos a ir viendo con el correr de estos días”, aseguraron fuentes del sector.
Desde el sector industrial la UIA solo difundió el comunicado del G6 apoyando el anuncio, pero no se encargó de realizar uno propio como sí lo hicieron otros miembros del G6 como CAMARCO o la CAC. En diálogo con este diario, varias empresas de alimentos se mostraron alerta: “Todavía estamos esperando a ver cómo impacta. Siempre que hay movimiento del dólar impacta en los costos dolarizados”, respondieron desde una importante firma del sector alimentos.
En este mismo sentido, el presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA) Daniel Rosato pidió al gobierno la pesificación de uno de los principales costos dolarizados de las empresas, la energía. Y sostuvo que “la industria está trabajando en el límite más bajo del punto de equilibrio, con una rentabilidad exigua, que no permite afrontar saltos significativos en los costos de producción, sin tener que trasladar a precios estos aumentos”. Y aclaró que “el mercado interno está muy poco demandado para compensar con inflación la suba de las boletas de luz y gas que llegan a las industrias”.
Finalmente, el sector de oil and gas también aplaudió la medida como un paso en la dirección correcta hacia la normalización de la economía, pero reconocieron que el impacto no es significativo: “No cambia mucho la ecuación. Con la ley bases y el RIGI ya habíamos tenido muchas señales, y esto no nos impacta en el corto o mediano plazo. Lo que más nos importa ahora es el precio del petróleo a nivel internacional”, explicaron a elDiarioAR.
El apoyo empresarial marca un consenso poco habitual, y su profundidad dependerá de cómo impacten las medidas en el día a día de cada sector. Es que, al final del día, la ilusión necesita resultados.
NR/JJD
"Los precios son los que determinan los costos y no los costos los que determinan los precios", sostuvo el Presidente, y sobre la posible reacción de empresarios frente a la liberación cambiaria, agregó: "Que se metan los productos en el orto. Es una muy buena explicación".
Después de un día clave para el gobierno libertario, con la liberación parcial del cepo saliendo a la cancha, el préstamo del FMI casi en el bolsillo, un fugaz festejo futbolero en el Ministerio de Economía y la visita del secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Scott Bessent, a la Casa Rosada, en un nuevo espaldarazo de Donald Trump a su aliado sudamericano, el presidente Javier Milei tuvo una jornada a pleno que, tras haber dado una entrevista a Luis Majul en El Observador, cerró este lunes con una charla con Alejandro Fantino que duró más de cuatro horas en el canal de streaming Neura Media.
Allí, el mandatario recurrió a una frase categórica para explicar sus principios económicos y defendió el principio de imputación de Carl Menger para argumentar contra aquellos que creen que el nuevo precio del dólar oficial, más alto que la cotización previa a la liberación de la moneda estadounidense con un esquema de bandas (este lunes, el valor ofcial de la divisa cerró a $1.230 según Banco Nación) : “Los precios son los que determinan los costos y no los costos los que determinan los precios”, sostuvo el Presidente, y sobre la posible reacción de empresarios frente a la liberación cambiaria, agregó: “Que se metan los productos en el orto. Es una muy buena explicación”.
El Presidente dio su impresión sobre la salida parcial del cepo al dólar y sostuvo que “el escenario” contempla que el valor libre de la divisa norteamericana, con el paso de los días, “se vaya al piso de la banda”, fijada en los $1.000.
“Es porque no tenés pesos circulando. Todos los factores monetarios de la Argentina llevan al tipo de cambio a la baja”, insistió el mandatario, quien además reveló que el piso de $1.000 fue por insistencia del ministro de Economía, Luis Caputo: “Yo hubiera puesto la banda más abajo”, planteó.
Sobre una hipotética dolarización, dijo que eso “depende de la voluntad de los individuos”. “Planteamos la dolarización exógena y no lo hicieron las personas...usan los pesos”, sostuvo.
A su vez, remarcó que la reciente salida parcial del cepo al dólar “es totalmente diferente a la de (Mauricio) Macri”. Al respecto, detalló que esta vez se tomó la medida en un contexto de “emisión cero y flotación cambiaria libre”, a diferencia que en la época del líder del PRO, cuando se adoptó a inicios de su gobierno y unos tres años después debió volver a implementar el control de cambios antes de entregar el poder a Alberto Fernández.
“Estas ideas las estoy craneando hace diez años. Cómo se sale de un cepo lo había hecho para el gobierno de Macri”, recordó el Presidente.
También reveló que antes de asumir “tenía otro ministro de Economía” en mente y no a Luis Caputo. “Vi la convicción de `Toto`, la misma de lo que yo quería hacer, y le dije si quería ser mi ministro”, sostuvo.
También, Milei apuntó duro contra opositores y periodistas que cuestionaron su reciente viaje a Estados Unidos en el que no se registró una foto con su par, Donald Trump.
“El tipo mas buscando en el planeta (por el secretario del Tesoro norteamericano, Scott Bessent) sale de su país. ¿A ver a quien? A `Toto` (Caputo) y a mí, justo el día que salimos del cepo. Vayan a buscarla al ángulo, mandriles inmundos”, disparó para responder a los cuestionamientos por su último viaje a Florida en el que no pudo verse las caras con el mandatario norteamericano: “No hablo directo con Trump pero (el canciller, Gerardo) Werthein trabaja codo a codo con Marco Rubio”.
Y agregó: “¿Vos te pensás que necesito una foto con Trump?”, al tiempo que explicó que ese encuentro no se produjo porque “se le rompió el helicóptero” al líder republicano y no llegó a tiempo al evento.
En la entrevista, Milei aseguró que no permanecerá en la política una vez cumplido su eventual segundo mandato. “¿Terminó el 2031? No me ven más el pelo, yo desaparezco. Me voy al medio del campo solo con mi perro”, concluyó.
Más temprano, con Luis Majul en El Observador, el Presidente ya había salido a defender su propio “día de la liberación”, como llamó la jornada de este lunes en la que el Gobierno le puso un fin parcial al cepo cambiario. En ese marco, Milei negó que la flotación entre bandas de la moneda extranjera, que podría significar una devaluación del cepo de hasta un 30%, impacte en la inflación: “Los precios no tienen por qué aumentar”, dijo, al tiempo que presionó al campo para que liquide la cosecha antes de junio, cuando se impondrán nuevamente las retenciones que se quitaron parcialmente a principios de año. Y lanzó críticas a Mauricio Macri y Hernán Lacunza, quienes en 2019 volvieron a instaurar las restricciones a la compra de divisas.
“Si no aumento la cantidad de dinero los precios no tienen por qué aumentar. El dólar se está cayendo de manera brutal. Al haber sacado el cepo, el tipo de cambio no va a determinar la inflación”, afirmó Milei esta mañana en diálogo con Luis Majul en El Observador. El viernes pasado el IPC de marzo marcó un salto de 3,7%, aumento que podría repetirse en los próximos meses. Según el jefe de Estado, se trató de solo “un mal dato”.
“La suba no es una tendencia, es un mal dato pero entendible en la lógica de la estacionalidad en especial en marzo. Lo de educación es muy fuerte y si se libera deja de haber sobresaltos. Lo otro es la inestabilidad política que nos generaron en el último mes y medio. La política apostó contra el Gobierno. Durante un mes y medio envenenaron la sangre a toda la población”, apuntó Milei.
El mandatario insistió con la comparación del dólar con la papa de las verdulerías. “Si sube el precio de la papa, ¿eso va a derramar inflación en toda la economía? ¿El precio de la papa? El dólar es un precio más. Durante 90 años se pensó al dólar como un indicador líder. Acá la condición que cambia es que la cantidad de dinero está fija. La inflación es siempre y en todo lugar un fenómeno monetario generado por exceso de oferta. Si no modifico la cantidad de dinero los precios no tienen por qué subir”, planteó Milei.
El Presidente esquivó como punto crítico del levantamiento del cepo la parcialidad de la medida, porque favorece a personas físicas pero aún condiciona a las empresas. “No existe más el 'dólar oficial', hay un dólar único, el dólar del mercado. La coyuntura de corto no es lo relevante”, afirmó.
Sí ató la medida al ingreso de fondos frescos del FMI, ya que mañana el organismo desembolsará U$S12.000 millones como primer tramo del nuevo acuerdo por U$S20.000 millones, respaldo que profundizará con mayor recorte a las cuentas públicas: “Esta vez es diferente porque lo que avalaba la suba en todos los demás precios acompañando al dólar era la emisión monetaria destinada a financiar al fisco”.
Luego presionó al sector agroexportador para que liquide su cosecha, que venía en pausa por la volatilidad de las últimas semanas. El Banco Central vendió el viernes U$S400 millones para contener la suba del dólar en línea con una fuerte sangría de al menos dos semanas. “Avísenle al campo que liquide ahora porque en junio le vuelven las retenciones”, desafió el Presidente. Desde enero pasado el poroto de soja bajó de 33% a 26%; el aceite y la harina de soja, del 31% al 24,5%; el trigo, la cebada, el sorgo y el maíz pasaron del 12% al 9,5%; y el girasol, del 7%, al 5,5%. En su momento ya se sabía que la medida vence en junio.
En la misma entrevista Milei lanzó dardos sobre Macri y su entonces ministro Lacunza, que a fines del mandato de Cambiemos impusieron el cepo cambiario tras levantar el de Cristina Fernández de Kirchner en 2015. También criticó las advertencias de otros economistas, como Carlos Melconian. “Lacunza es un mentiroso. El mismísimo Melconian decía que ni Coperfield podía sacar lo que teníamos. Intentaron generar inestabilidad los cucarachos y econochantas”, planteó el Presidente.
Con información de agencias.
IG
El desembolso inicial representa el 60% del nuevo programa y ofrece alivio inmediato, pero a la vez el organismo le exige al Gobierno cumplir con reformas previsional, laboral y fiscal.
En medio de la visita oficial del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, el Fondo Monetario Internacional (FMI) desembolsará en la Argentina US$12.151 millones, equivalente al 60% del nuevo programa financiero acordado entre el organismo y el gobierno de Javier Milei. La inyección de divisas representa una bocanada de oxígeno para las reservas del Banco Central, pero al mismo tiempo marca el inicio de un compromiso de alto voltaje técnico y político, que obliga a avanzar en reformas estructurales y cumplir metas fiscales bajo monitoreo semestral.
El entendimiento, de cuatro años de duración, prevé un esquema de transferencias escalonado: los próximos giros llegarán en junio y noviembre de 2025, por montos de US$2.028 millones y US$1.012 millones respectivamente, siempre supeditados al cumplimiento de los objetivos pautados. A partir de 2026, se establecen desembolsos de US$723 millones cada seis meses hasta 2029. En total, el plan contempla fondos por US$20.887 millones, de los cuales tres cuartas partes se concentrarán en los primeros doce meses.
Entre los compromisos asumidos por el Gobierno se destaca la decisión de revisar y simplificar el actual sistema jubilatorio antes de diciembre de 2026. El objetivo declarado es mejorar su sostenibilidad en el tiempo, en un contexto de creciente presión fiscal.
En paralelo, el acuerdo estipula mantener la cobertura de programas sociales como la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la Tarjeta Alimentar en niveles que aseguren el acceso a la canasta básica alimentaria. El Ejecutivo deberá sostener este piso de asistencia durante todo el ciclo del programa.
También se incluyó como meta la integración de bases de datos sociales para consolidar un registro único de beneficiarios, con plazo a diciembre de 2025. Esto se traducirá en la implementación del Sistema de Indicadores Sociales (SIS), una herramienta que permitirá reorientar los subsidios hacia los sectores más vulnerables con mayor precisión.
En el frente laboral, el Fondo pidió avanzar con una flexibilización de las relaciones contractuales entre trabajadores y empleadores, orientada a facilitar la negociación de condiciones laborales. A su vez, se promoverán cambios impositivos que ayuden a reducir la brecha entre el trabajo informal y el formal, con el objetivo de ampliar la base contributiva y mejorar la equidad del sistema tributario.
Otro de los ejes del acuerdo es el esquema de subsidios energéticos. El organismo internacional pidió eliminar la segmentación actual según nivel de ingresos y avanzar hacia un subsidio único destinado exclusivamente a hogares de bajos recursos. El documento no establece una fecha precisa para aplicar este cambio, lo que deja margen a decisiones políticas futuras.
El nuevo programa prevé nueve revisiones técnicas por parte del Fondo, que comenzarán en junio de este año y se repetirán cada seis meses. Para pasar cada evaluación, el país deberá cumplir con metas cuantificables:
Además, desde junio de 2025 hasta marzo de 2026, el Banco Central no podrá financiar al Tesoro, lo que implica una política monetaria más restrictiva y un mayor desafío en términos de recaudación y control del gasto.
El calendario de repago del préstamo prevé un período de gracia de 17 meses. Recién en septiembre de 2026 comenzarán los desembolsos hacia el FMI, que se extenderán durante más de una década. Entre 2026 y 2034, la Argentina deberá cancelar US$43.442 millones, con montos crecientes año a año. Los pagos se superpondrán con los compromisos adquiridos en el acuerdo anterior, lo que incrementará la carga financiera entre 2029 y 2035.
La secuencia de pagos será la siguiente: US$833 millones en 2026; US$3.250 millones en 2027; US$4.842 millones en 2028; US$6.074 millones en 2029; US$7.137 millones en 2030; US$7.319 millones en 2031; US$6.667 millones en 2032; US$4.432 millones en 2033 y US$2.886 millones en 2034.
Con la llegada del primer desembolso, el Gobierno gana tiempo y divisas, pero también queda condicionado a una hoja de ruta exigente, que lo obliga a cumplir metas económicas y emprender reformas profundas. Lo que se juega en estos meses no es solo el futuro del acuerdo, sino el margen de maniobra política para sostenerlo sin desbordes sociales ni rupturas internas.
El riojano pergeñó un plan para habilitar la conformación de alianzas legislativas a piacere para paralizar la comisión. El empate entre el oficialismo y la oposición. La ruptura del bloque radical y las acusaciones cruzadas en el peronismo.
El Gobierno articuló tres estrategias para evitar que el Congreso investigue el criptoescándalo que afecta a los hermanos Milei. Primero le pidió ayuda a los gobernadores radicales para boicotear la creación de una comisión investigadora en el Senado. Y lo logró. Luego convocó a Guillermo Francos para que diera un informe de gestión en Diputados y desactivara la escalada de la confrontación con la oposición. Y lo logró a medias: el jefe de Gabinete dará su informe el miércoles, pero en la oposición lo esperan con los dientes afilados. Y, por último, freezó la comisión investigadora en Diputados. Un triunfo contundente que, por estas horas, amenaza con cerrarle la puerta a cualquier investigación sobre lo que sucedió con el presidente, Karina Milei, Hayden Davis y la cripto $LIBRA.
Fue la maniobra más complicada hasta ahora, y las consecuencias amenazan con perseguir a Martín Menem hasta el fin del mundo. O, al menos, hasta que toque volver a designar las autoridades de la Cámara de Diputados y la oposición se niegue a renovarlo como presidente de la Cámara. Lo que llegue primero.
A un elevado costo, Menem pergeñó un plan y le abrió la puerta a formar alianzas a piacere con el objetivo de paralizar la comisión. El objetivo era hacerse con, al menos, la mitad de los lugares de la comisión y, así, forzar un empate que la inhabilitase de hecho. Sin mayoría, la oposición no podría ni designar autoridades ni avanzar con ninguna de las facultades que le concede la comisión, como citar testigos, pedir oficios a la Justicia e, incluso, exigir la presencia -física o por zoom- de los involucrados en el escándalo cripto.
La hoja de ruta de la oposición incluía la convocatoria de funcionarios nacionales y de empresarios cripto, especialmente aquellos que, como Mauricio Novelli, habían estado detrás del lanzamiento y colapso de $LIBRA. Pero no solo a ellos: el plan era ahondar en las diversas denuncias que señalaban a Karina Milei como la guardiana del despacho presidencial que cobraba peajes para reunirse con el hermano. El objetivo era, a su vez, invitar a los damnificados por la estafa y trabajar junto a los estudios jurídicos que vienen desarrollando una demanda colectiva contra Milei en Estados Unidos.
Ninguna de estas acciones podrá llevarse a cabo de prosperar la estrategia pergeñada por Menem. El riojano jugó a fondo a boicotear la comisión y, este martes, buscará oficializar una composición que deje en manos de los aliados si el Congreso puede investigar o no.
Fue un movimiento con pinzas que contó con la colaboración de los más fieles aliados del Gobierno. Primero amplió la bancada libertaria convirtiéndola en un interbloque con Paula Omodeo: esto le permitió cerrar cuatro sillas que quedarán en manos del jefe de bloque, Gabriel Bornoroni, la karinista Nadia Márquez, el santafesino Nicolás Mayoraz -que viene de protagonizar una fuerte derrota en la elección local- y Omodeo. El PRO hizo lo mismo y armó interbloque con el PRO, y sumó así también cuatro sillas: el jefe de bloque, Cristian Ritondo, la bullrichista Silvana Giudici, el pampeano Martín Maqueyra, y el exiliado Oscar Zago.
Pero no se detuvo ahí. También a los radicales con peluca, como Pablo Cervi, Mariano Campero o Luis Picat, a romper con el bloque que preside Rodrigo de Loredo y armar su propia bancada llamada “Liga del Interior”. Así logró hacerse de dos lugares más en la comisión, que ocuparán Cervi y Francisco Monti.
La maniobra radical, sin embargo, no será gratis. En la bancada que preside De Loredo están furiosos con el riojano, a quien venían de respaldar en todas las votaciones. “Menem es mal pagador. Y los peluca son unos traidores”, masculla una dirigenta radical, que venía haciendo malabares para equilibrar posturas internas con los radicales M y se enteró recién a último momento, el viernes a la noche, que “los peluca” habían roto el bloque. Para los radicales M, mientras tanto, integrar la comisión es una oportunidad de negociación: allí tendrán poder y lo utilizarán para presionar al Gobierno, a quien también le echan en cara que no cumpla con acuerdos (en su caso, por lo general, electorales).
Pero no es la única amenaza: en el deloredismo dicen que quieren venganza. Los dos diputados que integrarán la comisión -iban a ser tres, pero la ruptura del bloque los debilitó- son la cordobesa Soledad Carrizo y el mendocino Lisandro Nieri: dos radicales muy cercanos al Gobierno que La Libertad Avanza cuenta como propios pero que, frente a la maniobra de Menem, podrían rebelarse. La oposición fantasea con eso, aunque no se hace grandes esperanzas: “Ya aprendimos a no confiar en los radicales”, suspira un armador opositor.
A estas 12 espadas aliadas hay que sumarles otras dos: las del rionegrino Agustín Domingo y Yolanda Vega, en representación de las fuerzas provinciales que integran Innovación Federal. Pero hay un detalle. El bloque no presentó los nombres antes de la fecha límite y, ahora, la oposición especula con impugnar su designación en el recinto. Si consigue el número, el oficialismo podría perder dos lugares.
La oposición ensayó una maniobra defensiva para hacerse del control de la comisión, pero apenas si le sirvió para sumar 14 integrantes y empatar, así, con los 14 del oficialismo. La medida la tomó Unión por la Patria, que habilitó una fuga de dos de sus diputadas, Julia Strada y Mónica Macha, para que se sumen a un interbloque con el FIT. Su incorporación habilitaba dos sillas nuevas en la comisión, que se repartirán entre Strada y el Chipi Castillo (FIT). Pero no es suficiente.
La oposición juega en desventaja y no atina a encontrar una salida que le permita sortear la crisis que amenaza con paralizar la comisión que tanto trabajó le costó aprobar en la sesión de la semana pasada. No son pocos los que sospechan que la comisión nunca se pondrá en funcionamiento. Y ahí comienza el festival de reproches.
La crítica más fuerte sale de las entrañas del peronismo y está dirigida contra los propios compañeros de bloque. En medio de la interna a cielo abierto entre Cristina Fernández de Kirchner y Axel Kicillof, los diputados más kicillofistas sospechan de las intenciones de la conducción cristinista del bloque, que está a manos del tridente Germán Martínez, Cecilia Moreau y Paula Penacca. En las últimas horas, este ala comenzó a acusar al cristinismo de haber cerrado un acuerdo con Menem para resignar la citación de Karina en la comisión.
En la conducción de UxP lo rechazan e, incluso, sus aliados en otros bloques opositores coinciden en que el peronismo había accedido a resignar la interpelación de la secretaria General de la Presidencia porque no estaba el número para aprobarlo en el recinto. Pero las sospechas se multiplican y, en un contexto de desconfianza generalizada, la parálisis de la oposición frente a la maniobra del riojano genera suspicacias. “Dejan armar la comisión con interbloques, que no tienen entidad jurídica, y después permiten el empate. Parece pergeñado”, desliza una diputada peronista.
El martes los bloques opositores se reunirán y definirán un plan de acción. Algunos proponen aprovechar la sesión del miércoles por la visita de Francos para forzar una interpretación del reglamento que permita que la comisión funcione. Por estas horas, sin embargo, predomina el espíritu de derrota: Menem forzó las normas del Congreso para evitar que se investigue a Milei y la oposición no está segura de tener el número para contrarrestarlo.
MC/JJD
Luego del tuit de ayer de la expresidenta, esta tarde los senadores peronistas y de la oposición votarán desactivar las primarias. La discusión que se viene entre el gobernador y la jefa del PJ de cara a las legislativas desdobladas del 7 de septiembre.
El impasse en la disputa entre Axel Kicillof y Cristina Fernández de Kirchner por el desdoblamiento de las elecciones en la provincia de Buenos Aires tendrá este martes su primera señal clara: el Senado bonaerense avanzaría en la suspensión de las PASO y allanaría el camino para que luego la Cámara de Diputados quite definitivamente del medio las primarias para este año electoral.
La sesión de la Cámara alta está convocada para las 14, momento en que el oficialismo peronista tendría los votos para aprobar la iniciativa de suspensión de las PASO, luego del tuit de la expresidenta de ayer donde fue muy dura contra el gobernador pero finalmente cedió a su reclamo de separar las elecciones provinciales de las nacionales.
La orden de acordar con Kicillof a la fuerza la transmitió Cristina a sus espadas en la provincia y rápidamente se alinearon la senadora Teresa García y el diputado Facundo Tignanelli, sus referentes en la Legislatura bonaerense. García primero desestimó su proyecto que buscaba suspender las PASO pero imponer como fecha de las provinciales el mismo 26 de octubre de las nacionales. Hoy Tignanelli reconoció públicamente “se aprobaría la suspensión de las primarias” como quiere el gobernador.
“Cristina no claudicó. No tenía alternativa. Le ganamos la pulseada”, planteó un dirigente muy cercano a Kicillof a elDiarioAR. El contraataque de la titular del PJ sería presentarse como candidata a senadora bonaerense por la Tercera Sección electoral, que abarca el sur del conurbano, bastión de los intendentes peronistas.
La discusión, por lo tanto, sigue abierta. “Falta para el cierre de listas. Debiera ser una lista única. Si yo me guío con los antecedentes que existieron durante todo este tiempo, debiera ser de esa manera”, advirtió Tignanelli en la AM 750. En el kicillofismo plantearon que esa conversación es la próxima en venir: “Se abre una nueva instancia de negociación ahora. Unidad no o unidad sí, es lo que vamos a discutir ahora”, dijo el funcionario consultado.
La suspensión definitiva de las PASO la votaría la Cámara de Diputados la semana próxima, tras los feriados de Semana Santa, pero hay versiones que indican que este mismo martes podría haber una sesión espejo luego de la del Senado. La propuesta de Kicillof tiene apoyo de la oposición del PRO, La Libertad Avanza y el radicalismo, que igualmente lo cuestionaron por estar más preocupados por la interna peronista que por aclarar el panorama electoral.
Hasta ahora Kicillof había decretado que las PASO se realicen el 13 de julio y las generales, el 7 de septiembre. Con la suspensión de las primarias, los bonaerenses irán a votar en septiembre para la Legislatura y en octubre para el Congreso.
MC